CAPITULO 8
Sin darle tiempo a responder, Malfoy entró a su casa dejando a Harry en el suelo, y sin hacer mucho esfuerzo por levantarse, Harry fue dejando que una sonrisa poco a poco se fuera dibujando en su rostro.
-bueno... -dijo haciendo gestos de dolor y sin dejar de sonreír- eres tal y como lo imaginé... no en vano han sido todos esos años recibiendo tus insultos... -así que terminó por levantarse e irse de ahí.
Pero dentro de la casa de las serpientes, cierto pelilargo rubio, casi echaba espuma por la boca mientras caminaba de un lado a otro de su habitación.
-¡Pero quien demonios se cree ese... idiota!... me abrazó... ¡me abrazó!... maldito...oh y me muero de hambre... -terminó diciendo con desconsuelo.
Harry se dirigió a las afueras del castillo en donde se encontró con Ron y Hermione, quienes caminaban tomados de la mano.
-¿Qué hay, hermano?
-Si Harry, ¿Qué pasó con "eso"?
-¿Conque? -preguntó Ron.
-Me encanta tu discreción, Hermione. -dijo Harry.
-¡Yo no dije nada! -respondió Hermione ofendida- solo hice una pregunta.
-Es cierto, -dijo Ron- ella no me dijo nada, pero no hay que ser un genio para imaginar que pasó, Harry.
-¿A que te refieres? -preguntó Harry suspicaz.
-A que te le declaraste a alguien, solo me pregunto a quien.
-¡Ah!... bueno... eso...
-¿Quién es la elegida, Harry? -preguntó Ron dándole un codazo y guiñándole un ojo.
-¡Ron! -exclamó Hermione- si Harry no quiere contarnos, tendrá sus motivos.
-Gracias Hermione.
-¡Oh, vamos Harry!... ¿Quién es?
-No molestes Ron. -dijo Harry comenzando a caminar.
-¿Qué tiene de malo?
-Nada.
-¿Entonces?
-Ron, ya déjalo. -intervino Hermione.
-Pero no le estoy preguntando nada malo. -dijo Ron.
-De acuerdo, -dijo Harry deteniéndose- es una chica de Slytherin.
-¡Slytherin! -exclamó Ron sorprendido.
-Si, ¿algún problema? -preguntó Harry ceñudo.
-No, ninguno. -se apresuró a responder Ron.
-Harry... -dijo Hermione.
-¿mmm?
-¿Qué piensas hacer?
-¿A que te refieres? -preguntó Harry.
-Si... es decir... piensas lograr algo con ella ¿no?
-si, definitivamente... -respondió Harry- aunque...
-Aunque no sabes cómo. -completó Hermione.
-Pues...
-Mientras no sea amiga del hurón y su pandilla de idiotas, -dijo Ron- todo está bien.
-Pues aunque lo fuera, -dijo Hermione dirigiéndose a Harry- el padre de Malfoy no fue a dar a Azkabán gracias a ti y conservaron su fortuna gracias a Dumbledore, y aunque toda esa familia te odia, Harry, no tiene que importarte si Malfoy da o no su aprobación para que entables una relación con alguna chica de su casa.
-Hermione tiene toda la razón, Harry, -intervino Ron- y aunque yo hubiera preferido que te fijaras en alguna chica Griffindor de preferencia, pues... a estas alturas, te apoyo, amigo.
Harry permaneció en silencio mientras caminaba con las manos en los bolsillos junto a sus amigos.
-No sabes como llegarle, ¿verdad? -dijo de pronto Hermione.
-¿Eh?
-Vamos, Harry, te conozco... no sabes como conquistarla.
-Pues...
-¿Por qué no lo intentas con flores?... no hay chica a la que no le gusten las flores. -dijo Hermione.
-¿Flores?... -repitió Harry antes empezar a reír a carcajada suelta imaginándose a Malfoy azotándole en plena cara un ramo de flores- no, gracias por el consejo, pero creo que tengo mis propios métodos.
-¿Cuáles? -dijo Ron escéptico- si ni siquiera sabes bailar, recuerda el ridículo del baile de gala.
-¡Uy, perdón con el señor casanova!... -dijo Harry en tono sarcástico- aquel que si necesitó de una poción para declararse.
-Bueno, bueno, volviendo al tema... -dijo Ron- ¿Qué piensas hacer entonces?
-Ya veré, ya veré... en realidad tengo algo en mente.
-¿y? -insistió Ron curioso.
-No seas entrometido, -dijo Harry- no te lo diré. -y sin decir más, dio por concluido el tema dejando a sus amigos más que intrigados.
Por la noche, Draco comía con gran alivio las golosinas que Pansy había traído de Hogsmeade.
-¿No vas a ir a cenar? -dijo ella levantándose de la cama para ir al comedor.
-No. -dijo Draco con la boca llena de ranas de chocolate.
-¿y eso? -preguntó Zabinni.
-No tengo hambre.
-Si, se ve. -respondió su amigo con una ceja levantada.
-Draco... -dijo Goyle asomándose por la puerta- el profesor Snape te espera en su oficina.
-¿A mí?... -preguntó Draco con fastidio.
-No hay otro Draco Malfoy en Slytherin, ¿o si? -respondió Goyle.
-jmm... ya voy. -dijo Draco de mala gana.
-Ok, entonces nos vemos luego. -dijeron Pansy y Blaise antes de salir para dirigirse al gran comedor.
Después de un rato, Draco se levantó y salio para acudir al llamado del profesor de pociones; caminó por varios pasillos rumbo a la oficina, y al doblar una esquina, sintió como una mano cubría su boca y un fuerte brazo le rodeaba el cuerpo; intentó soltarse pero el agarre parecía de hierro, y sin poder hacer nada, se vio siendo arrastrado hasta un salón en desuso.
No era necesario ver el rostro de su atacante, Malfoy ya sabía de quien se trataba, y su corazón comenzó a latir a mil por hora, ya estando dentro del salón, se vió liberado, pero al momento en que su mano iba a tomar su varita, escuchó un:
-¡Accio varita! -y su varita salió volando de su bolsillo, yendo a parar a la mano de Harry, quien en ese momento se despojaba de su capa de invisibilidad.
-Potter... -dijo Draco con la mandíbula apretada- debí imaginar que lo del profesor Snape era una trampa.
-Para un tramposo... tramposo y medio. -dijo Harry con una sonrisa.
Draco lo observó por unos instantes, ese Harry Potter no era para nada el mismo al que había molestado durante años; no, aquel era diferente... demasiado.
-¿Qué te pasa, Potter? -preguntó de repente- ¿a que viene todo esto?... tú no acostumbras hacer este tipo de cosas.
-Eso crees tú, Malfoy, -dijo Harry guardando su capa en su bolsillo- necesitas conocerme más.
-Pues no me interesa conocerte más, Potter. -respondió Draco alzando la cara desafiante.
-Siempre me pregunté que hubiera pasado si el sombreo seleccionador me hubiese enviado a Slytherin, -dijo Harry - siempre me pregunté que se sentiría ser un Slytherin.
-¿y a que viene eso?
-Que creo que ya estoy averiguándolo. -dijo Harry caminando tranquilamente hacia Draco.
-¿A que te refieres? -preguntó Draco comenzando a caminar hacia atrás instintivamente.
-A que lo que estoy haciendo, no lo haría un Griffindor... sino un tramposo Slytherin como tú.
Draco ya no contestó, sus piernas tropezaron con un pupitre haciéndolo detenerse; Harry llegó hasta él quedando frente a frente.
-¡Rayos!... -pensó Malfoy echando chispas por los ojos al tiempo que alzaba la cara para mirarlo fijamente- ¿¡porque tuvo que crecer mas que yo?!
-¿Asustado?... -dijo de pronto Harry.
-¿De ti?... ni en sueños, cara rajada.
-¿Cara rajada?... ¿no habías prometido ya no llamarme así?
Un intenso rubor cubrió las mejillas de Draco al recordar el momento en que dijo esas palabras, entonces dio un pasó empujando a Harry diciendo:
-Vete al infierno...
-Ya fui ahí... -dijo Harry tomándolo por lo hombros- y me pareció delicioso.
-Eres un... -dijo Draco, quien no pudo terminar la frase debido a que Harry atrapó su boca.