Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Los Varones de Papá, los Donceles de Papi por Serenamoon

[Reviews - 628]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Si me atrase una semana, no voy a dar excusas, pero aqui les traigo el capi nuevito...

Vamos a ver un poco de Madara y como se siente sobre su esposito y tbn la aparicion de un personaje muy querido por todos nosotros.

Ademas una noticia un poco triste pero que es necesaria para el desarrollo de fic.

Espero que les guste.

 

COMO QUIEREN LOS UCHIHA  PARTE I

 

Los Uchiha son, según ellos mismos, personas superiores a todos los demás habitantes del mundo y posiblemente del universo mismo. Mas listos, mas guapos, mas capaces, habilidosos, sensuales, etc. Etc. Así como también son, según el resto del mundo, seres sumamente arrogantes, ególatras, narcisistas, perfeccionistas, fríos, calculadores, orgullosos, etc. Etc. Un Uchiha no expresa sus emociones a menos que sea necesario y esto solo sucede una vez en la vida de cada uno de ellos. ¿Cuándo sucede? En el momento en que un Uchiha hace “click”. Para un Uchiha hacer click es lo que para el resto de los mortales seria enamorarse, pero ellos no usan palabras tan cursis, salvo que sea necesario.

Madara Uchiha había hecho “click” cuando conoció a su actual esposo. El varón tenia 22 años y ya había degustado a cuanta mujer y doncel se le pusiera en frente, muchos y muchas habían pasado por su cama hasta ese momento. Una fiesta de negocios y la presentación del hijo de uno de sus socios. Cabello rubio radiante, hermosos ojos azules que opacaban al cielo mas claro. Solo basto una mirada para que Madara decidiera que el doncel era su otra mitad, y es que no podía negar el estremecimiento que había experimentado al contemplarlo. Y así comenzó su plan de “conquista”. Le costó bastante, dada la diferencia de edad. Minato apenas tenía catorce años y lo ultimo que quería en la vida era tener un prometido. Así que Madara ataco por detrás. Presiono, chantajeo, amenazo, negocio y ofreció de todo a su suegro para que le diera la mano de su hijo en compromiso. Namikaze Jiraya no estaba convencido, conocía la fama de casanova del Uchiha y él quería un buen hombre para su único hijo. Así que Madara luego de fracasar con todos los intentos “racionales” decidió hablar con el corazón. Se expreso ante el Namikaze mayor con el corazón, se abrió como nunca lo había hecho y juro por la tumba de su adorada madre que haría feliz al rubio doncel y que lo amaría hasta su muerte. Por mas racional y sobreprotector que fuera Jiraya no pudo negarse a semejante declaración de amor y acepto gustoso el compromiso. El pobre hombre no sabía en lo que se metía. No solo su mujer lo abandono por esto si no que su adorado hijito dejo de hablarle por mas de un año. Minato había decidido irse a un internado para donceles para no tener que compartir con el. Jiraya no se negó, el sabia que había hecho la mejor elección para su pequeño, pero a Minato le llevaría tiempo darse cuenta.

Madara no estuvo feliz con la noticia, si bien habían acordado la boda luego de que el doncel cumpliera los dieciséis años, el tenia pensado dedicar esos dos años en conquistarlo y enamorarlo. Si estaba en un internado para donceles al otro lado del mundo se le complicaba enormemente. Pero tuvo paciencia, espero el año que el rubio estuvo afuera y cuando regreso, ocho meses entes de la boda lo ataco con toda su artillería. Se gano insultos, desprecios, desplantes, golpes y mucha humillación, pero el tenia una meta y no se tiro abajo. Namikaze Minato seria suyo costara lo que costara. Con mucha paciencia y mucho amor logro su cometido. Dos semanas antes del gran evento había logrado robarle un beso al doncel y se sintió tan bien que supo que todo había valido la pena. La boda fue sencilla, Minato ni siquiera invito a sus amigos porque no quería que fueran testigos de su “desgracia”, ni siquiera hubo fiesta, solo una pequeña reunión familiar, con ambiente de funeral, porque el doncel no tenia nada que celebrar. Madara le concedió cada uno de sus caprichos, pero en la noche de bodas perdió la paciencia que tenia, y puso las cartas sobre la mesa. Había usado todas las técnicas de conquistas que existían sin muchos resultados así que decidió ser el mismo y hacer lo que mejor hacia “negociar”. El rubio no pudo negarse a su propuesta: Un matrimonio infernal para los dos o uno feliz, dependía del rubio, y para felicidad de ambos eligió la segunda opción. Desde la misma noche de bodas comenzó la etapa más feliz en la vida del varón. Su joven esposo le entrego todo, su inocencia, su vida, su cuerpo. Nueve meses mas tarde volvió a hacerlo el hombre mas feliz del mundo al darle a su primogénito, un sano y hermoso varón que llamaron Uchiha Sai, su heredero y sucesor. Su vida era casi perfecta, solo necesitaba algo, una pequeñez dirían algunos, pero para él lo era todo. Necesitaba escuchar de los labios de su amado esas dos palabras que harían latir su corazón desbocado. Y las escucho, en su segundo aniversario, en una romántica cena que su esposito había preparado recibió el mejor de los regalos. “Te amo”, le había susurrado el rubio después de hacer el amor y entonces todo fue perfecto, absolutamente perfecto. La vida se volvió mas brillante y todo lo hacia sonreír, por dentro claro, porque un Uchiha no expresa emociones salvo frente a su pareja. Su familia era su mundo, iba a la oficina y luego se lo pasaba con ellos dos. Minato lo esperaba en casa siempre. El rubio no trabajaba, ¿para que? Si él podía darle todo. Incluso había dejado la universidad. No necesitaba un doctorado, debía ocuparse de su esposo y de su hijo. Oh si Madara era realmente feliz, pero tanta felicidad lo había cegado. Su esposo ya no sonreía sinceramente, sus ojitos ya no brillaban como antes. Ni siquiera se había dado cuenta que lo estaba matando de a poco. El doncel era un ave libre, y él le había cortado las alas. Pero estaba tan sumido en su mundo perfecto que cuando lo noto ya era tarde. Una supuesta enfermedad de la madre del doncel fue la excusa que le dio para pasar meses enteros lejos de él. Ya no lo esperaba en casa, ya no dormía entre sus brazos, ya no le podía hacer el amor cada vez que quería. Primero fue una semana, luego dos, luego un mes, dos meses, medio año, casi un año entero. Luego regreso mas pálido y deprimido que antes, estuvo casi un año a su lado y comenzó a irse de nuevo, iba y venia de la casa que compartían. Se pasaba horas al teléfono, suspirando con melancolía por lo rincones. Madara comenzó a sospechar ¿su rubio tendría un amante? Esa posibilidad lo enloquecía, si algún día se enteraba de eso mataría al bastardo, claro que lo haría. Minato salió un día, él lo siguió. Sintió que el mundo se le venia abajo cuando lo vio en una cafetería charlando con un hombre. En ese instante dejo de razonar y el monstruo que habitaba en su interior tomo el control. El pobre hombre termino casi muerto después de la paliza que le dio. Su esposo estuvo en la casa de su padre con su hijo por casi una semana. Lo había aterrado y lo sabía, Minato le tenía miedo. Y lo peor es que todo había sido un error. El hombre era el prometido de la mejor amiga de Minato y quería que él lo ayude a organizarle una fiesta sorpresa para su cumpleaños. Tuvo que hacer una terapia de control de ira y pedir perdón a todo el mundo. Incluso tuvo que remodelar el local que había destrozado en su ataque. Minato lo perdono y volvió con el. Tuvieron unos meses de luna de miel y luego el comenzó a irse otra vez, llevándose a Sai. La enfermedad de su madre había regresado y él se ausento por ocho largos meses. Y el día que decidió regresar, supuestamente para sorprenderlo fue cuando todo se termino. El idiota de su primo se casaba y el más idiota de su hermano había decidido hacerle la despedida de soltero en su casa. Alcohol, descontrol y hermosas mujeres y donceles escasos de ropa invadieron su familiar morada. El jamás había sido infiel a su esposo, pero la soledad, los tragos y una insinuante jovencita lo hicieron casi flaquear. Claro que Minato presencio la parte del casi, donde él le devoraba la boca a la mujer y la tocaba sin descaros en su lecho matrimonial. El rubio no escucho razones y dos semanas después estaba divorciado y con su rubio al otro lado del océano. Minato no pudo quedarse con la custodia de Sai, pero lo visitaba seguido. Cuando Sai cumplió los doce años comenzó a viajar por su cuenta a ver a su papi y desde entonces Minato no había regresado a Japón. Hasta la noche que busco su ayuda para rescatar a su desconocido hijito menor. Solo le basto verlo nuevamente para caer nuevamente rendido a sus pies. No lo había olvidado en todos los años separados y lo amaba como el primer día. Y ahí estaba mirando como su rubio curaba las heridas que le había causado en el rostro a ese desgraciado que le había puesto las manos encima. Bufo harto ¿Cómo había llegado a esa situación? Donde él era el malo de la película y ese aprovechado la pobre victima.

 

FB

 

Un rato antes la familia se encontraba cenando, celebrando el “noviazgo” de Deidara e Itachi. Se sentía feliz porque su hijito aceptara lo que él había decidido por su seguridad y confiaba ciegamente en Itachi. Aunque si el degenerado de su sobrino intentaba algo acabaría igual o peor que Sasuke. Ese también estaba en la cena, sin quitarle los ojos de encima, no a él, si no al rubito que estaba sobre su regazo dándole de comer en la boca con todo el amor y la ternura que su pequeño angelito poseía. A pesar que el menor de los Uchiha disimulaba Madara era demasiado astuto como para notar donde posaba sus negros ojos. La familia charlaba amenamente, Mikoto daba sus puntos de vista y consejos para la nueva pareja y ellos asentían prestando atención. Naruto estaba feliz por su hermano, el ere el único que pensaba que eran novios de verdad y se lo notaba muy ilusionado al respecto. Incluso llamaba ni-ssan a Itachi. Pero toda la paz se rompió cuando un empleado anuncio que tenían visitas. El no esperaba a nadie y estaba por decirle que mandara a volar a quien fuera que estaba ahí pero el indeseable invitado hizo su aparición. Alto, varonil, de buen cuerpo, cabellos plateados y mirada de superioridad. El niño en sus piernas salto y corrió desesperado hacia el extraño para luego colgársele como un koala. El recién llegado lo rodeo con sus brazos y lo hizo girar. Ahí comenzó a encenderse la bestia que dormía dentro de él nadie tenia derecho a tocar a su hijito. Se puso de pie, notando que el resto de la familia lo había hecho también.

- Te extrañe mucho dattebayo – escucho que decía su niño, el extraño había reído con ganas.

- Y yo a ti bonito no sabes cuanto – le beso la frente antes de posarlo en el piso nuevamente – Deidara dichosos los ojos que te ven cada día que pasa estas mas hermoso – el aludido se sonrojo pero no se negó al abrazo de aquel hombre - ¿me extrañaste?

- Mucho – respondió con una sonrisa el rubio, sonrisa que solo le dedicaba a su hermanito o a su papi, eso no paso desapercibido para nadie.

- Vaya Sai lo años te han sentado bien – estrecho manos con el varón – felicidades por tu compromiso.

- Gracias, que bueno verte, no has cambiado nada – dijo Sai amigablemente, sin sarcasmos, algo raro en el.

- Hago lo que puedo – fingió modestia – Minato mi cielo – tomo al rubio mayor de la mano y lo apretó en un abrazo elevándolo del suelo – moría de ganas de verte y tenerte en mis brazos de nuevo – esa fue la gota que derramo el brazo. Ese tipo se lo había buscado, sin ninguna consideración separo a su esposo del maldito desgraciado y le rompió la cara de una trompada, a esa le siguió otra y otra.

- Madara déjalo – escuchar que SU rubio defendía a ese hizo que todo empeorara. Lo levanto al aire y lo arrojo al piso con fuerza. Se disponía a patearlo pero su Minato estaba frente al tipo – estás loco, eres un enfermo – el doncel lo fulmino con la mirada y se dispuso a ayudar al herido - ¿estas bien Kakashi? – le pregunto con dulzura ¿Qué no se daba cuenta lo que provocaba en el que hablara en ese tono a otro hombre? No podía soportarlo. Iba a volver a la tarea de darle la paliza de su vida a ese infeliz pero la mano de su hijo lo detuvo.

- Deja de comportarte como un idiota – le dijo con su típica sonrisa falsa y luego ayudo a su papi a acomodar al desgraciado en el sillón de la sala.

- Minato quiero que ese tipo se largue de mi casa – dijo con los dientes apretados, era un tortura ver que el rubio tocara a ese infeliz ¿acaso no sabia que solo tenia que tocarlo a el? ¿Qué sus manos eran suyas solamente?

- Si él se va nosotros nos vamos con el – sentencio el doncel sin mirarlo y el Uchiha sintió que le sacaban el alma de su cuerpo. Minato quería tener a su amante en su casa, ¿el tenia que aceptar compartirlo para poder tenerlo? Eso jamás. Namikaze Minato era suyo, solamente suyo.

 

FIN FB

 

Y así había llegado a esa odiosa situación.

- Oh Kakashi veo que ya conociste al señor Uchiha – Iruka llego con un botiquín – por fin te dieron tu merecido – el doncel parecía conocer al amante de su esposo, claro que lo conocía, habían vivido juntos por tantos años. El castaño empapo un algodón en alcohol y lo apoyo en una herida sobre el rostro, sin ningún cuidado.

- ¡Iru-chan! – Se quejo el peli plata – deberías tratarme mejor estoy herido.

- Eso te pasa por hacerte el listo, fuiste advertido que el señor era sumamente celoso y así acabaste.

- ¿Celoso? – Ironizo – es un bruto cavernícola, Mina no entiendo que hace un angelito como tú con un demonio como el de verdad no lo entiendo – dramatizo el varón. Minato negó con la cabeza y antes de que su esposo acabara matando a su estúpido amigo decidió hablar.

- Madara – el aludido lo miro – te presento a Hakate Kakashi – el nombre le sonaba a Madara, pero estaba tan enojado que en su mente solo había diversas formas de torturas. El rubio bufo dándose cuenta de que su esposo no lo reconocía – él es el medico que aplico el tratamiento a Naru-chan – el Uchiha miro a su esposo y luego al invasor. Le tomo dos milisegundos unir cabos. Su hijito había nacido con una mortal enfermedad cardiaca y un medico le había dado un tratamiento milagroso. Dicho medico estaba sentado en su sala, todo magullado a causa de sus puños. Si que era un idiota.

- Oh – exclamo dándose del error que había cometido, pero ese tipo se lo había buscado, motivo por el cual no pensaba pedir disculpas – él se lo busco – le dijo a su esposo que solo pudo blanquear los ojos - ¿te rompí algo? – pregunto al doctor.

- No lo creo, estoy acostumbrado a que me golpeen – dijo poniéndose de pie y haciendo varios movimientos para asegurar que sus huesos estaban sanos – nada roto, salvo mi orgullo.

- Te lo merecías – repitió Iruka.

- Iru-chan no seas tan cruel conmigo con lo que yo te quiero – de un rápido movimiento atrapo al doncel en el sofá, bajo suyo – estas tan hermoso.

- Kakashi quítate o termino lo que empezó Madara sama – advirtió el doncel serio.

- Te pones tan sexi cuando te enojas – se mordió los labios y después sintió un agudo golpe en sus partes bajas para ser empujado al suelo.

- Te lo advertí – dijo acomodándose la ropa – lamento mucho la escena – se disculpo con la familia – pero este tipo no tiene remedio, solo entiende a golpes.

- Iru-chan – rezongo Kakashi desde el piso, pero el doncel lo ignoro y se marcho.

- ¿En serio Kakashi? – Pregunto Sai mientras lo volví a sentar en el sofá – debes mejorar tu técnica de conquistas, acosando a Iruka no vas a lograr nada.

- Como si tú supieras algo de conquistas – se defendió el otro.

- Mas que tu seguro – Sai se sentó junto al doctor, no podía evitar sentirse a gusto con el y mucho menos estarle eternamente agradecido, pues era por el que su hermanito estaba con ellos. Minato le presento al resto de la familia.

- Kakashi sensei – Naruto que había sido llevado a su habitación por Deidara regreso corriendo con un álbum de fotografías. Se le sentó en las piernas al varón con una sonrisa en el rostro – mi fiesta de dieciséis – dijo animado – a la que no viniste dattebayo – comento mientras pasaba las hojas haciendo un puchero y frunciendo el seño. Kakashi sonrió y lo abrazo, era tan tierno.

- Lo siento pero tuve una cirugía en América y no me dieron los tiempos – el rubito asentía desganado – veo que fue una gran fiesta.

- Si muy – decía Naruto pasando las fotos.

- ¿Tuviste muchos regalos? – Asintió - ¿lindos? – Otro asentimiento y una tímida sonrisa apareció en sus labios al recordar la joya que colgaba en su cuello – supongo entonces que no querrás el mio ¿verdad? – Naruto dejo de ignorarlo y lo miro impaciente.

- Si quiero mi regalo – exigió – dámelo.

- Pero que niño mas caprichoso – bromeo el Hakate, el rubito frunció el seño, él no era caprichoso, según el claro – lo tengo en el coche ¿puedo ir a buscarlo?

- No que vaya alguien – dijo firme, no pensaba moverse de su cómodo asiento.

- Vaya que hicimos un buen trabajo malcriándote – comento y todos rieron, menos Naruto que no aceptaba su condición de niño mimado – Mina ¿podrías decir que dejen pasar a mi asistente y que traiga mi maleta? – el rubio asintió y un empleado fue a cumplir el recado. A los minutos un joven de cabellos negros y ojos azules llego a la sala cargando una maleta.

- Buenas noches – saludo educadamente y después miro a su mentor y a la belleza rubia que tenia en su regazo - ¿es el?

- Si Mema es el y si quieres seguir viviendo deja de mirarlo así – advirtió Kakashi serio, el tampoco toleraba que se pasaran de babosos con su niño.

- Lo siento – se disculpo apenado.

- Él es mi asistente y pupilo, Mema el apellido no importa – sonrió – ella es la familia Uchiha-Namikaze – presento a los miembros – este pequeñito es Naru-chan y esta esperando su regalo – el recién llegado volvió a idiotizarse mirando esos ojitos azules que lo miraban expectantes – voy a arrancarte los ojos – amenazo Kakashi con un tono tenebroso.

- Lo siento – el asistente saco de la maleta el paquete que su jefe le había indicado era el regalo del niño y se lo paso sin mirar mas al doncel.

- Aquí tienes bebe, ahora que eres casi un adulto puedes entretenerte con lecturas mas maduras – estaba colocando el  paquete en manos de Naru pero Sai se lo arrebato.

- Eres un idiota – le grito el azabache - ¿Cómo le regalas pornografía a mi hermanito? –escondió el regalo detrás suyo y los demás presentes miraron asesinamente a Kakashi.

- ¿Qué es pornografía? – pregunto el Benjamín de la familia.

- Nada que debas saber – respondió cortante Sai y golpeo al doctor con el paquete.

- Mal pensados – se quejo Kakashi y le arrebato el regalo al sobre protector hermano mayor – toma Naru chan, lo conseguí especialmente para ti – nadie pudo evitar que el pequeño desgarra el papel y viera embelesado el contenido.

- ¿Es? – pregunto ilusionado.

- Si pequeño es la versión ilustrada de nuestro cuento favorito, el autor lo hizo especialmente para ti – el rubito hojeaba el colorido libro, su historia favorita dibujada especialmente para el, con dedicatoria y todo – tuve que perseguir por medio mundo al autor para conseguir que lo hiciera, pero valió la pena por ver tu sonrisa – el pequeño abrazo por el cuello al mayor y comenzó a besarle el rostro diciendo gracias repetidas veces.

- Me encanta dattebayo – estaba realmente feliz.

- Me da gusto – el doctor se puso serio – y ahora quiero saber como estas.

- Bien – el doncel se tenso – muy bien.

- Eso es genial pero – antes de decir algo más el rubio salto de su regazo y se alejó.

- No – anuncio decidido – nada de revisiones, ya no quiero – y salió corriendo escaleras arriba.

- ¡Naru-chan! – grito Minato, su niño hacia lo mismo cada vez que Kakashi llegaba para examinarlo – Sai, cariño – el aludido asintió para encaminarse por donde el pequeño había salido.

- No debe correr tanto Minato – anuncio el doctor.

- Lo se, pero no puedo evitarlo siempre – el varón suspiro – estas preocupado – afirmo el rubio mayor.

- Naruto se ha vuelto un doncel fértil, los cambios hormonales que eso implica pueden haber afectado su estado, lo sabias – Minato asintió – es imprescindible que le realicemos los estudios cuanto antes.

- Lo se – la voz se le entrecortaba, no quería perder a su niño. Madara se acercó para abrazarlo, notando lo afectado que estaba.

- ¿Qué es lo que no dijiste Minato? – pregunto despacio, pero serio. Según había entendido el tratamiento de su hijo lo había sanado pero por las reacciones del medico y de su esposo estaba claro que no era así.

- El tratamiento es temporal – dijo el rubio sin soltarse del abrazo – lo que Kakashi hizo no va a durar para siempre – todos en la sala se congelaron – en algún momento Naru va a necesitar un corazón nuevo – y rompió a llorar, no sabia que hacer para cambiar el destino de su hijo, si pudiera darle su corazón lo haría, pero Kakashi le había dicho que no era compatible además de que no estaba dispuesto a que el rubio mayor muriera, aun tenían tiempo.

- No nos desesperemos, todavía hay tiempo – dijo serio el medico – todo va a salir bien, se los prometo – él se había jurado no dejar morir a ese angelito que desde el momento que lo vio le había robado el corazón. Haría de todo para que viviera muchos años y de manera plena.

Notas finales:

Madi es tan especial ¿verdad? es muuuuuuuuuuuuuuy celoso y posesivo, pobre Minato de tener que soportarlo y enamorarlo.

La salud de Naru chan es delicada aparentemente, en el proximo capitulo el diagnostico y mas de como quieren los Uchiha, (con Sai de protagonista)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).