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Los Varones de Papá, los Donceles de Papi por Serenamoon

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Notas del capitulo:

Me atrase una semana pero aqui llego con el nuevo capi que todos esperabamos, por el simple hecho de que el teme bastardo va a ver a nuestro kitsune... yupi!!!

Quizas me salio un poco cursi y pagajoso, no es lo mio ser romantica, no va con mi personalidad asi que si no quedo muy bien, no me culpen soy un poco insensible :)

En fin espero que les guste y que haya quedado aburrido. Prometo mas accion para el proximo capitulo.

ACERCAMIENTO

 

Sasuke estaba  en su departamento limpiando, pues había seguido al pie de la letra las indicaciones del rubio padre de su amor y había sacado todas las botellas de alcohol de la casa. Sorprendiéndose de lo mucho que había comprado, probablemente si se las bebía todas terminaría en un coma etílico, pero el bueno de su tal vez futuro suegro le había abierto los ojos. No ganaba nada con encerrarse en su miseria y lamentarse día y noche lo imbécil que había sido. Tenía que luchar con todas sus fuerzas por su niño y lo haría, tenia pensado presentarse la mañana siguiente en la oficina de su tío y suplicarle de ser necesario que lo dejara acercarse el rubito. El orgullo quedaba de lado si ponía en primer lugar su gran amor.

Suspiro antes de sentarse en su sofá y su teléfono vibro en el bolsillo, era un mensaje de un número que no tenía registrado. “No le digas a Madara que hablamos” Minato. Eso era extraño, pensó, pero cuando su teléfono vibro por una nueva llamada entrante comprendió todo. Su tío lo llamaba. Algo nervioso atendió.

- Hola – dijo serio.

- Ven a mi casa en media hora – solo una orden y la llamada termino. Volvió a suspirar más profundamente y se metió a  la ducha, debía estar presentable si quería obtener alguna respuesta favorable. Se afeito rápidamente y luego de vestirse tomo las llaves de su motocicleta y partió rumbo a la mansión Uchiha. Llego a tiempo, sabia que su tío odiaba la impuntualidad y no quería seguir sumando puntos negativos. Lo guiaron en silencio al despacho de su tío y adentro se encontró con las gélidas miradas de Madara, Sai y su propio padre – siéntate – Madara le indico con el dedo un lugar y el obedeció sin replicar – bien Sasuke voy a decir que no es de mi agrado tenerte aquí, pero las circunstancias me obligan – el mayor cerro los ojos, como si decir lo que estaba por decir le costara – estoy dándote la oportunidad de que me convenzas de tu amor por mi hijo, pero escucha bien niño idiota, solo una, si no me gusta lo que dices o como lo dices no vas a verlo nunca mas en tu vida ¿te ha quedado claro? – Sasuke proceso la información rápidamente. Debía convencer a su insensible tío de que amaba a su hijito consentido, y el que tenía problemas para expresar sus sentimientos, pero no podía desperdiciar la oportunidad ofrecida.

- Comprendo – dijo acomodándose en el asiento. Debía buscar en su escueto vocabulario las palabras correctas – amo a Naruto – comento, nadie dijo nada pero al notar la mirada de su tío supo que no le interesaba esa parte – no se ni como paso, la verdad ni siquiera lo entiendo – se froto los cabellos – solo sé que antes de el mi vida era demasiado gris y vacía – Madara no expresaba nada en su semblante, pero escuchaba atentamente las palabras de su sobrino – la primera vez que lo vi sentí que mi corazón se me saldría, y eso que solo era una fotografía. Fue como si me dieran descargas eléctricas y me recordaran que estaba vivo.

- ¿Dónde viste su fotografía? – cuestiono el líder del clan.

- Sai la tiene en su billetera – respondió – fue hace un par de años – elevo los hombros. Madara asintió – cuando lo vi esa mañana en tu casa fue peor, como si me hubieran despertado de un largo sueño y fui un idiota lo se – se puso de pie – me asuste mucho, eran tantas sensaciones que me abrumaron y no supe que hacer, pensé que si me alejaba de él se me pasaría y creí que apartándolo con malos tratos el me ignoraría, pero me desesperaba pensar que el me despreciara. Estaba hecho un lio – reconoció – quería volver a mi tranquila y controlada vida por un lado y por el otro sabia que sin el me moriría de tristeza, pero mi testarudez era mayor y seguía negándolo y cada vez me sentía mas enojado, mas ansioso hasta que explote y de la peor manera y lo saben – los demás asintieron en silencio – no tienes una idea de lo arrepentido que estoy, si pudiera volver el tiempo atrás – cerro los ojos – nunca me había descontrolado tanto, sé que mi temperamento no es el mejor, pero jamás había perdido tanto la capacidad de razonamiento como ese día – suspiro – he comenzado terapia para controlar la ira, no se si lo sabes – Madara asintió, estaba al tanto de todo lo que hacia su familia – me ayudan bastante, además he vuelto a ver a mi terapeuta y aunque no lo creas estoy haciendo clases de yoga para calmarme.

- Cuando tuviste esa pelea en la preparatoria que casi te manda a un reformatorio te resististe a las terapias – dijo Madara - ¿Por qué el cambio de opinión ahora? Hace mucho que  no peleas.

- Juugo y Suigetsu me mantienen calmado cuando alguien me provoca – admitió – pero el motivo por el que hago todo es simple – miro a su tío a los ojos – sé que no soy el mejor hombre, no soy buen amigo, ni hijo, o hermano. Soy egoísta, insensible, déspota, orgulloso, amargado, narcisista y puedo seguir con la lista de “virtudes” – ironizo la ultima palabra – y antes no me importaba serlo, porque aun con todo eso siempre he obtenido lo que he querido en todos los ámbitos, el asunto es que cuando veo los azules ojos de tu hijo no puedo evitar sentirme tan poca cosa – el Uchiha se sorprendió por eso pero no lo demostró – él es todo lo contrario a mi y mucho mas y sé que no lo merezco ni un poco siquiera, pero lo amo y voy a poner todo de mi parte para ser el hombre que tiene que estar a su lado. Voy a sacar la mejor versión de mi mismo, por el y no me importa que tenga que hacer para lograrlo, porque él lo vale y no quiero renunciar a su amor antes de haber luchado hasta el final – volvió a su asiento y espero lo que su tío le diría, de ello dependía todo su futuro, porque si no podía tener a su angelito nada le importaría luego. Madara giro su asiento para darles la espalda. Sasuke le recordaba tanto a él mismo que se asustaba. Ni siquiera Sai se parecía de esa manera a él. Su hijo era mucho mas humano que ellos, y todo por la influencia de los rubios. Fugaku se acercó a su hijo y le puso la mano en el hombro, en señal de apoyo, era consiente de lo difícil que había sido para su retoño decir todo aquello y aunque no lo demostraba estaba conmovido. Al cabo de unos minutos que parecieron horas, Madara se giro, se puso de pie y camino a su sobrino.

- Sígueme – ordeno y comenzó a andar. Sasuke no dudo un segundo, aunque no sabia si lo iba a echar o lo llevaba a otro lugar para torturarlo. Sai y Fugaku los siguieron escaleras arriba, luego por el pasillo hasta llegar a las puertas dobles de la habitación del kitsune. El mayor las abrió y vio que todo estaba oscuro y que el bultito que representaba a su hijito estaba en el centro de la cama. Abrió las cortinas – Naru chan arriba – indico, el bulto bajo las frazadas se movió. Madara lo destapo y el menor frunció el seño – es hora de levantarse.

- Tengo sueño – respondió sin abrir los ojos.

- Entonces tendré que decirle a tu visitante que se marche – Naruto no respondió no quería ver a nadie – lo siento Sasuke, mi hijo no quiere verte, vuelve otro día – hablo fuerte mirando a su sobrino.

- No es cierto – dijo Naruto negándose a abrir los ojos, si era un mala broma de su padre no se lo perdonaría por unos cuantos días.

- Hey dobe ¿en serio no vas a recibirme? – y lo escucho, era imposible para el doncel no reconocer su ronca y varonil voz. Se sentó en la cama, luciendo todo despeinado y ojeroso. Tenía la boca y los ojos abiertos dé la impresión. Miro a Sasuke y luego a su padre, y así estuvo por un largo rato.

- Baka deja de mover así la cabeza – Sai se lanzo sobre su hermanito – el bastardo de Sasuke vino a verte ¿vas a despreciarlo? – Le pregunto mirándolo a los ojos, el menor negó con una tímida sonrisa – bien, entonces arriba, a vestirte y baja a merendar con nosotros ¿si?

- Hai – dijo alegre y quiso salir de la cama, pero la debilidad que tenia su cuerpo casi lo lleva al piso. Madara lo sostuvo entre sus brazos.

- Despacio bebe, estas un poco débil – le acarició los cabellos – te ayudo – lo llevo al baño y se aseguro que no sufriera ningún desvanecimiento. Los demás esperaban en la habitación en silencio. Sasuke estaba impactado, no pensaba que la enfermedad de su rubio hubiera avanzado tanto, debían encontrar un corazón como fuera y pronto.

- Sai – llamo a su primo acercándose a el - ¿Cuánto tiempo tenemos?

- Todavía no nos dijo nada Kakashi, mientras Naru se cuide puede soportar hasta que llegue un corazón nuevo.

- Pero esta muy débil y demacrado – insistió en voz baja apuntando la puerta del baño.

- Eso es porque esta deprimido – le respondió Sai – y ahí es donde entras tu – le apunto con el dedo – no pensé que mi hermanito padecería lo mismo que nosotros, pero después de todo es un Uchiha también ¿verdad? – Sasuke asintió pero aun no comprendía del todo – idiota, Naru hizo click ¿entiendes? – Esas palabras hicieron que el corazón del bastardo latiera con fuerza, una media sonrisa apareció en sus labios – esa cara de bobo enamorado me da miedo – se burlo Sai – aunque después de leer tu empalagosa carta no me sorprende.

- ¿La leíste? – pregunto enojado, eso era privado de su rubito y suyo.

- Claro, todo lo que le concierne a mi hermanito es de mi interés, y con Dei siempre revisamos sus cosas para ver en que anda, hasta leemos su diario intimo – dijo como si no fuera algo inapropiado.

- Eso no está bien – intervino Fugaku, Sai elevo los hombros.

- Da igual mis hermanitos son lo mas importante en mi vida y si ellos no me dicen sus cosas, tengo que averiguarlas yo.

- ¿También espías a Deidara?

- Uchiha ¿Cómo rayos piensas que Dei sigue soltero hasta ahora? – Dijo orgulloso – porque personalmente me he encargado de espantarle a todos los estúpidos que querían pretenderlo.

- Necesitas hacer terapia – aconsejó Fugaku a su sobrino, aunque entendía porque era así – aunque te agradezco que lo hicieras, así Dei podrá ser de Itachi – Sai blanqueo los ojos.

- Siempre que no lo haga sufrir, de lo contrario va a importarme muy poco que sea mi primo – una sonrisa sádica de formo en sus labios y los otros dos tragaron duro. Sai se había ganado una fama de torturador inmisericordias en sus años de trabajar en las bajas filas de los Uchiha, encargándose de los “asuntos indeseables” a su retorcida manera. Y tanto Fugaku como Sasuke sabían que no era recomendable quedar en la lista de enemigos de él – lo mismo para ti bastardo, una solo lágrima que derrame mi hermanito y desearas no haber nacido – lo amenazo sonriendo falsamente y en ese momento Minato ingreso a la habitación rompiendo el tenso ambiente.

- Amor deja de amenazar a la gente – le beso las mejillas - ¿Por qué no mejor ocupas tus energías en intentar conquistar a Gaara? – la sonrisa se fue del rostro del Uchiha.

- Nada funciona el me odia – se dejo caer en la cama dramáticamente.

- Yo odiaba a tu padre cuando nos comprometieron ¿recuerdas? – El rubio le acaricio los cabellos – y seguro que Mikoto odiaba a Fugaku ¿también? – miro a su cuñado que comprendió a donde quería llegar.

- Si que me odiaba, los primeros meses de casados me intoxico con la comida – Sai se sentó mirando a su tío – cocinaba con cosas rancias y mezclaba ingredientes que no debían mezclarse y me obligaba a comerlo todo, con sus chantajes emocionales, hasta que acabe internado por una severa intoxicación.

- No lo sabia – dijo el menor.

- Ni yo – agrego Sasuke divertido.

- No es algo de lo que me sienta orgulloso de contar, nadie lo sabe mas que Madara y ahora ustedes – suspiro – es difícil lo que nos pasa a los Uchiha sobrino, pero no debemos rendirnos, porque si el destino ha elegido a ese pelirrojo obstinado como tu pareja es por algo – Sai asintió.

- No me he rendido, no hay manera de que renuncie a él, pero estoy cansado, demasiado estresado para pensar estrategias de conquistas que se no van a funcionar – los demás asintieron, Sai tenia muchas responsabilidades y preocupaciones sobre su joven espalda.

- Necesitas divertirte cariño ¿Por qué no organizas una de esas reuniones “secretas” de ustedes? – dijo Minato divertido.

- ¿Cómo la sabes? – pregunto intrigado.

- Yo se todo lo que hacen mis bebes – le jalo las mejillas – todo – hizo mas fuerza recordando algunos sucesos que no le agradaban – pero creo que te vendría bien, así eliminas tensiones.

- ¿Quieres me acueste con alguna amante? – el rubio elevo los hombros.

- No es necesario que te acuestes, puedes hacerlo sentado, parado, semi recostado ¿quieres que te pase algunos consejos?

- Oh por Kami he quedado traumado de solo imaginarte a ti y al pervertido de oto san haciendo esas cosas – se tapo el rostro con las manos – no debes decirle esas cosas a tu hijo, desubicado.

- No pensabas que ustedes tres habían salido de un repollo ¿verdad Sai? – se burlo Minato al ver a su avergonzado hijo revolverse en la cama.

- Que exagerado – murmuro Sasuke y luego miro al rubio que sonreía, y se arrepintió porque tuvo una imagen mental de su tío y Minato haciendo cosas que él no quería saber que hacían.

- Tan impresionables – siguió Minato - ¿tu nunca los traumaste? – pregunto a su cuñado.

- Claro que si, Sasuke dormía con nosotros hasta los nueve años, porque tenia miedo a un monstruo del armario – rio el varón – le di una detallada explicación de porque no podía seguir haciéndolo y jamás volvió a aparecer en nuestra recamara de noche.

- Lo recuerdo ahora, fue tan horrible – cerro los ojos intentando olvidar esa incomoda platica – los padres no deben decirles esas cosas a sus hijos.

- Si los hijos lo merecen si debemos – dijeron los dos adultos al mismo tiempo y rieron. En ese momento salieron del vestidor Madara y Naruto que luego de probarse mas de veinte conjuntos escogió uno, porque él quería verse bien para su teme. Lucia un pantaloncito corto color rojo y una camiseta amarilla clara con el dibujo de un Neko negro, totalmente adorable. Sasuke sonrió al verlo y el rubito se sonrojo – mi bebito – Minato lo abrazo – estas hermoso.

- Gracias oto chan – dijo por lo bajo – papá me ayudo dattebayo – tomo la mano de Madara que sonreía enternecido. Minato le dio un casto beso en los labios a su esposo, feliz de su decisión “propia”.

- Si estás listo entonces, vamos a merendar ¿tienes hambre? – el rubito elevo los hombros – no me importa vas a comer quieras o no – sentencio serio, ya era suficiente a de aguantarle los berrinches a su niñito, ya le habían traído a Sasuke era tiempo de que comenzara a reponerse. Sin decir más comenzó a caminar a la salida, seguido de Sai y Fugaku.

- Vamos bebe – Madara tiro de su mano suavemente y el obedeció pero antes estiro su mano libre a Sasuke que encantado de la vida la tomo con la suya. Madara gruñó por lo bajo pero no podía hacer nada ya. Tuvo que soportar que ese idiota tocara la mano de su hijito hasta que llegaron a las escaleras, donde el no dio tiempo a nada y lo levanto en sus brazos para bajarlo y llevarlo al solario de la casa donde había mandado que preparen todo. Los demás estaban allí, junto con Deidara, Gaara e Itachi.

- Mi niñito hermoso – el rubio pelilargo lo abrazo – te ves bien ¿esa es la camiseta que te regale?

- Si – respondió – me gusta mucho dattebayo.

- Te queda genial ¿verdad? – encaro a los demás.

- Te ves muy bien Naru chan – Itachi lo abrazo cálidamente - ¿Cómo te sientes?

- Un poco cansado pero bien – respondió separándose el mayor que le sonrió revolviéndole los cabellos, bajo la furiosa y celosa mirada de un azabache – Gaara ¿Cómo estas? – saludo a su amigo con un abrazo sacándole un sonrojo y una tímida sonrisa. Sai bufo por esto ¿Cómo demonios podía competir contra su hermanito?

- Muy bien Naru, me alegra verte bien – lo tomo de la mano y lo sentó a su lado, aun no dejaba de lado algunas actitudes varoniles.

- Estoy mejorando – dijo tímidamente – teme ven aquí – apunto la silla junto a la suya y Sasuke luego de recibir la aprobación de Madara se sentó a su lado. Gaara se molesto por ello ¿Qué demonios hacia ese infeliz ahí? – están todos muy callados, ¿me he perdido de muchas cosas estos días? ¿Cuándo es su boda? – le pregunto a sus hermanos.

- A fin de año – fue la desinteresada y fría respuesta de Sai, quien miraba su teléfono atentamente.

- Genial, seguro va a ser hermosa, mas que mis dieciséis ¿verdad oto chan?

- Tu tía Mikoto estaba trabajando mucho para que sea una boda de ensueño – dijo el rubio – ahora come.

- No tengo mucho apetito la verdad – dijo con una sonrisa culpable y sus ojitos de cachorrito. Minato estaba por caer.

- Nada de eso dobe, estas de los huesos así que de aquí no te levantas hasta que no comas todo – ordeno Sasuke dejando a todos sorprendidos. Quizás había metido la pata, pero si su tío le permitía estar con su rubio para ayudarlo a estar bien, él lo haría – deja de mirarme así, tus ojitos de perrito abandonado bajo la lluvia no funcionan conmigo – mintió descaradamente desviando la mirada un poco, el rubito hizo un puchero y resoplo resignado.

- Eres un mandón – dijo frunciendo el sueño y abrió la boca mirando a Sasuke que estaba sorprendido mirándolo - ¿a que esperas? Aliméntame – ordeno como un el niña caprichoso y consentido que era. Sasuke suspiro y tomo el tenedor para darle de comer el la boca. Los demás rieron por la escena. Ver al indomable de Sasuke dándole de comer al rubio como a un bebe era digno de retratar, y así lo hizo Sai, con varias fotografías. Pero a Sasuke no le importaba, su niño le sonreía y lo miraba a los ojos con amor. No necesitaba nada más. Le llevo un largo tiempo que Naru comiera todo, pero lo hizo y se sintió satisfecho. La familia del rubito estaba contenta también, era un gran avance que el pequeño comiera y saliera de la cama. Quizás a ojos extraños resultaría ilógico e increíble que la simple presencia de una persona animara a otra, pero todos los Uchiha sabían lo que significaba separarse de la persona amada y no ponían en duda de ninguna manera lo que el kitsune había sentido al saber que jamás podría acercarse a su alma gemela. La merienda siguió con animadas charlas y risas del mas pequeño que de a poco volvía a brillar como antes – esta noche podemos ver películas todos juntos – indico.

- Lo siento bebe pero esto noche no puedo – dijo Sai con una media sonrisa.

- ¿Y por qué? – cuestiono su hermanito intrigado.

- Tengo una cosa – dudo al decir la ultima palabra y el pequeño lo miro sospechando.

- ¿Qué cosa dattebayo? – interrogo con los ojos entrecerrados y una clara amenaza en la voz de que no aceptaba mentiras.

- Una reunión de amigos en mi piso – admitió derrotado, pensando si algún día seria capaz de negarle algo a su manipulador hermanito.

- Una fiesta – se emociono el rubito - ¿puedo ir?

- No – respondieron Sai, Madara y Sasuke al mismo tiempo – un niñito no debe ir a esas fiestas.

- Tengo dieciséis – repuso – y nunca he ido a una fiesta de jóvenes, además no conozco tu piso – le hizo ojitos a su hermano que trago seco ¿Qué podía hacer ante esa mirada?

- Lo conoces otro día, hoy no iras – repuso Sasuke al ver que su cuñado y primo no decía nada – y no se admiten protestas.

- ¿Y por qué según ustedes no puedo ir? – pregunto altanero cruzándose de brazos.

- Porque son fiestas para adultos, donde se hacen cosas de adultos – respondió Itachi sereno y bastante divertido – quizás cuando crezcas unos años más.

- Jamás ira a una de esas fiestas Itachi, cierra la boca – ordeno Sasuke y su hermano levanto las manos con una sonrisa en el rostro – escucha dobe, esas fiestas son malas, la gente se porta mal y no es apropiado que un doncel como tu este ahí.

- ¿Qué significa un doncel como yo? – pregunto intrigado.

- Eres demasiado inocente e ingenuo para un lugar así ¿entiendes?

- ¿Me estas llamando tonto dattebayo? – pregunto y luego inflo las mejillas.

- No, solo digo que eres demasiado inocente pasa lo que se ve en esos lugares – Sasuke no daría el brazo a torcer, seguramente Naruto quedaría traumado de por vida si veía lo que pasaba en las fiestas de su primo.

- ¿Qué pasa? – si no iba a ir quería una justificada explicación.

- No entenderías dobe, déjalo – dijo el Uchiha con media sonrisa en el rostro.

- Oto san – se levanto para sentarse en las piernas de su padre y mirarlo con los ojitos brillosos - ¿tu si puedes explicarme que pasa en las fiestas esas verdad? – hizo un puchero y Madara sintió que le temblaba todo.

- Bebe – comenzó el líder del clan – esas fiestas son un momento de escape para los chicos que tienen muchas responsabilidades – suspiro – como habrás notado ni tus hermanos ni tu pueden hacer lo que hacen los demás jóvenes, porque tienen muchas obligaciones y además una imagen que mantener – Naru asintió – y como ustedes están también los hijos de otras personas ricas y poderosas que pasan por lo mismo – siguió asintiendo – de vez en cuando con la presión y el estrés es demasiado se reúnen en sus lugares de “reposo” y se liberan de sus ataduras, de todas ellas ¿entiendes?.

- Algo – admitió – en la fiesta que hará Sai ¿nadie va a pensar en sus obligaciones y su imagen? – Madara asintió - ¿y harán cosas que no pueden hacer todos los días? – Otro asentimiento - ¿y por qué yo no puedo ir? ¿No tengo los mismos derechos que ellos?

- Amor si tienes los mismos derechos, pero no eres igual no puedes ir a esos lugares.

- Es injusto dattebayo, quizás podría ir al parque de diversiones o al cine, o a montar bici por una sola noche y tu no me dejas ¿Por qué ellos si y yo no? – se puso de pie con el rostro indignado por la injusticia que se cometía en su contra. Madara sonrió enternecido y lo volvió a sentar en su regazo.

- Esas no son las cosas que hacen – dijo acariciándole el cabello, menor lo miro esperando una explicación – ellos se descontrolan, hay excesos de bebidas, algunos incluso se drogan y lo principal es el sexo – el rubito se sonrojo – mucho sexo, entre sus asistentes y al día siguiente cada uno sigue con su vida como si nada – Naru asimilo la información y se puso de pie como un resorte encarando a su hermano.

- Degenerado – lo apunto con el dedo – vas a hacer eso – susurro por lo bajo – con cualquiera – Sai no sabia si reír o llorar por tan tierna reacción - ¿tu iras? – apunto a Itachi que asintió levemente con la cabeza. Deidara sintió que lo levantaban de los cabellos – deberías dejarlo Deidi – le dijo a su hermano – y tu también Gaa chan, por infieles – anuncio firme.

- ¿Y a Sasuke no le preguntas? – dijo con malicia Itachi, el rubio miro a su teme y luego a su cuñado.

- No, porque el no ira a ninguna de sus asquerosas fiestas – anuncio decidido y luego se sentó en el regazo del mencionado - ¿verdad teme? – Sasuke suspiro para serenarse, la felicidad que sintió al tenerlo en sus piernas lo había dejado bobo. Le sonrió cálidamente y asintió.

- No iré dobe – respondió sin dudarlo.

- Ni hoy ni nunca – siguió el rubito.

- Ni hoy ni nunca – Naruto sonrió feliz y lo abrazo por el cuelo para luego darle un beso en cada mejilla, dejando al varón rojo.

- Vaya ototo, te tienen dominado – se burlo Itachi.

- Envidia baka Aniki, cochina envidia – respondió con media sonrisa Sasuke mirándolo con superioridad. Itachi no dijo nada, pero sabía que su hermano estaba en lo cierto. Daria lo que fuera por su rubio le ordenara cosas tan amorosamente con el kitsune. Madara blanqueo los ojos, tenia que controlar el impulso de arrebatarle a su niñito de los brazos al bastardo de su sobrino. Minato al verlo tan tenso lo tomo de la mano y se aproximó para susurrarle al oído.

- Madi, amor, déjalo, esta feliz a su lado, los dos están felices – el solo escuchar que su esposo le dijera Madi al oído le había dispersado los sentidos y se había tensionado pero por otro motivo – si te sigues portando así de bien, esta noche dejare que me hagas lo que quieras, sin restricciones – le mordió el lóbulo de la oreja y Madara lo miro sorprendido y con la lujuria brillando en sus hermosos ojos negros. El doncel se mordió un labio.

- ¿Lo prometes? – susurro con la voz ronca por el deseo.

- Lo prometo – admitió el rubio con una picara sonrisa.

Notas finales:

Madi tiene aguantar al teme, pero todo por ver a su rubito feliz.

Quizas alguien diga ¿como puede ser que con solo verlo se le pase la tristeza? En la vida real no seria posible pero esto es ficcion y si prestaron atencion a la descripcion de cuando los Uchiha hacen click van a entender el porque de el comportamiento de Naru. Y los demas, porque Madara pasaria por lo mismo sin Minato (algo que ya sucedio) Sai sin Gaara, Ita sin Dei y Dei (aunque no lo admita) sin Ita y asi todos los Uchiha con sus medias narajas.

Aclarado el punto me despido hasta la proxima!!


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