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Los Varones de Papá, los Donceles de Papi por Serenamoon

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Notas del capitulo:

Me pase un miercoles, pero aqui vengo con el nuevo capitulo.

El titulo lo dice todo creo yo, pero para que no queden dudas este capitulo es puramente SAIXGAARA.

Espero que les guste...

LA VENGANZA ES PELIRROJA, Y MUY MALVADA

 

Sai comenzó a despertar de a poco, sentía que un camión le había pasado por encima, decir que se había bebido hasta la humedad de las paredes era poco. Ni siquiera recordaba la mitad de la noche. Menos mal que estaba en las seguras paredes de su piso, porque si no, tendría que aguantarse la bronca monumental de su padre y seguramente pasarse una temporada en un campo de entrenamiento militar. Se estremeció al recordar una época de su no tan tierna adolescencia. Intento estirarse y entonces noto que tenía algo encima de él. Se asusto, claro que si. Acostarse con alguien luego de perder la lucidez no era nunca algo bueno. Lentamente bajo la mirada y noto una roja cabellera sobre su pecho y una blanca mano sobre su desnudo vientre. Sudo helado, estaba jodido, muy jodido. Con mucha delicadeza retiro el dormido cuerpo de encima suyo, rezando para no despertarlo y rogando para que sus sospechas no fuera reales. Aunque era muy obvio, ese cabello lo conocía perfectamente. Cuando tuvo a su disposición el rostro de su última conquista sintió que el alma le abandonaba el cuerpo. Cubrió su boca para ahogar un grito de horror y de un salto abandono la cama ¿que había hecho?

- Oh por Kami – dijo muy afectado, abandonando su mascara de indiferencia, se quería morir. Aguando las ganas de romperse la cabeza contra la pared se encerró en el baño. Cuando la puerta se cerró al otro cuerpo en la cama abrió los ojos, mostrando el hermoso tono aguamarina de estos y una maliciosa sonrisa en los labios.

Sai se dio una ducha, sintiéndose el ser más miserable del mundo. Quería matarse, de solo imaginar lo que le podría haber hecho a su cerecita en su estado de embriaguez. El sabia que en el sexo era un ser sumamente pasional, porque no decir pervertido. Le gustaba duro, salvaje y todas sus parejas lo sabían y lo disfrutaban. Pero nunca había estado con un virgen, no podía quitarle algo tan valioso a alguien que solo significaría un revolcón para el. Además que sabía que en la primera vez de alguien se necesitaba cierta delicadeza, y más en los donceles, que eran más frágiles en su zona intima. Y si lo había lastimado, seguramente lo había hecho. Incluso existía la probabilidad de que lo hubiera forzado. Jamás había hecho eso, y en sus cincos sentidos se consideraba incapaz de tal cosa. Pero totalmente borracho ¿Quién puede ser racional? Él amaba a Gaara con locura y esa noche había sido la primera vez que lo tenía en un ambiente tan relajado y donde todo estaba permitido. Quizás la bestia que llevaba adentro había salido esa noche. Gaara iba a odiarlo para toda su vida, y ya no podría dejarlo libre, no después de haberle quitado su inocencia. Apoyo las manos en la pared de azulejos y dejo que el agua limpiara un poco su angustia. Sin que pudiera evitarlo unas furtivas lágrimas abandonaron sus ojos. Era la tercera vez que lloraba en su vida, la primera había sido cuando se entero de que su hermanito iba a morir, la segunda cuando sus padres se divorciaron.

Se sentía devastado, cualquier posibilidad de enamorar a su prometido se habían ido por el caño, y todo por ser un estúpido que no puede controlarse, y por beber tanto. Aunque no era la primera vez que bebía así, pero si la primera que no recordaba nada. Había hecho el amor con el doncel de sus sueños y no recordaba ni un beso, su suerte no podía ser peor. Quizás esa había sido la única posibilidad de tener algo de intimidad con el pelirrojo y ni siquiera podría atesorarlo como su recuerdo más valioso. Aunque si lo había violado era mejor no recordar. No quería recordar las suplicas del pelirrojo porque se detuviera, o sus ojos llenos de lagrimas, tampoco quería recordar la sangre que le habría sacado por su desmedida acción. Mejor era no saber nada. Ahogo un gemido de dolor, y se lavo el rostro repetidas veces, pero ni aun así pudo quitar la expresión de tristeza y dolor de sus perfectas facciones. Se envolvió con una toalla y dándose fuerza salió a la habitación. Si pudiera se habría quedado encerrado en el baño para siempre, pero era un Uchiha, y por sobre todas las cosas era un hombre que hasta la noche anterior se creía honorable dentro de todo. Debía dar la cara. Salió a paso lento y se encontró con el pelirrojo apoyando la espalda en el respaldo de la cama, con el torsos desnudo y las frazadas tapando de la cintura para abajo. La mirada del doncel era tan fría como siempre, o mas quizás, y el no pudo sostenérsela. Se sentó al borde de la cama dándole la espalda. Ninguno dijo nada por largos minutos.

- Lo siento mucho – dijo Sai – sé que probablemente ahora me odias y lo ultimo que quieres es tenerme cerca, pero ahora menos que nunca puedo dejarte ir – se giro para mirarlo – no voy a abandonarte luego de lo que hice, sé que me odias, y te prometo que cuando nos casemos te dejare hacer tu vida como mejor te parezca, nunca voy a exigirte nada, pero por favor intenta no odiarme, no lo soportaría – suplico con los ojos cargados de lagrimas. El pelirrojo se sorprendió ¿Qué estaba pensando ese idiota? Suspiro para calmarse, cerro los ojos y cuando los abrió noto que Sai se estaba vistiendo sin mirarlo - ¿te ayudo a llegar al baño? ¿Quieres ver un medico?

- No hace falta – dijo fríamente, estaba muy sorprendido por la reacción de su prometido, el solo quería darle una lección y que se sintiera mal por no recordar su supuesta noche de pasión, no deseaba verlo tan derrotado y arrepentido ¿tan malo le parecía al Uchiha haberse acostado con el?

- ¿No te lastime? – Pregunto sin mirarlo – Gaara si te duele tienes que decirlo, ¿estas sangrando?

- Estoy normal – dijo por lo bajo, observando al azabache que miraba el piso. Lo vio sacudir los hombros y abrió la boca dé la impresión. Uchiha Sai, el joven heredero mas frio y calculador del mundo estaba llorando frente a sus ojos. Y no supo bien porque pero no le gusto ver eso, un agudo dolor le inundo el pecho – Sai mírame – ordeno, pero el otro no obedeció – idiota mírame – elevo un poco la voz. Sai obedeció, con los ojos rojos – estoy bien no me hiciste nada.

- Gaara no me mientas, yo se como soy en la cama, y mas estando ebrio – exclamo – dime la verdad ¿te forcé? – el doncel comprendió todo, el muy estúpido pensaba que lo había violado. Como si fuera capaz de doblegarlo.

- No tienes ninguna posibilidad de forzarme Sai y mucho menos ebrio – el varón lo miro mientras salía de la cama con un pantalón de pijama suyo que le quedaba un poco grande – no hicimos nada, en realidad peleamos un poco, pero luego te dormiste – el varón lo miraba incrédulo – siéntate – indico un lugar a su lado en la cama – te contare lo que paso ¿si? – Sai asintió en silencio y sentó junto a él.

 

FB

 

Gaara hervía de la rabia, no solo Ino se le insinuaba y manoseaba a su prometido, un montón de zorros y golfas lo toqueteaban y algunos incluso lo besaban. Y el otro muy feliz de la vida, bebiendo y riendo, dejándose.

- Si sigues frunciendo el seño vas a volverte viejo – escucho que le hablaban y se encontró con Ino que lo miraba divertida con una copa en la mano – si admitieras que te mueres de celos todo seria mas fácil para ti y para el.

- Yo no siento celos – respondió cruzándose de brazos.

- Claro, repítelo las veces necesarias hasta que te lo creas – se burlo la chica – escúchame bien niñito – dijo seria de repente – porque te lo diré una sola vez, a la próxima voy a golpearte – amenazo – Sai es un hombre increíble, y no lo digo solo porque es mi amigo, lo digo porque es la realidad. Es increíblemente guapo, sexi, divertido inteligente. Y si eso no te es suficiente es rico y poderoso, puede darte el mundo si se lo pides, porque te ama con locura y tu solo lo lastimas. Realmente no sé que tiene en la cabeza cupido, hay millones de parejas mejores para el.

- ¿Cómo tu? – pregunto molesto el pelirrojo.

- Yo no, nos queremos pero somos amigos – suspiro – pero hay mas ahí que morirían por estar en tu lugar, por tener siquiera un poco de la atención de ese hombre tan maravilloso que tu tienes a tus pies. Dime querido ¿Qué es lo que deseas en un hombre para ser feliz?

- No es tu asunto – dijo mordaz.

- Si lo es, porque Sai es mi amigo y quiero que sea feliz, así que dime de una jodida vez que tiene que tener un hombre para interesarte – exigió mirándolo feo.

- Me gustaría poder elegirlo yo – respondió desviando la mirada – odio que me impongan cosas.

- ¿O sea que es solo capricho? – pregunto Ino de manera retorica – ojala Sai abra los ojos y rompa el compromiso, no te lo mereces – y se fue. Gaara se mordió los labios. De verdad que no tenía nada personal en contra de Sai. Alguna de sus bromas no las entendía y le molestaba que a veces fuera tan sincero, pero dejando eso de lado debía reconocer que Ino tenía razón y que su prometido era un hombre excepcional. A pesar de su fría apariencia y el sabia de primera mano lo amoroso que podría ser. Lo había visto con sus hermanos y eso le daba el indicio de que el varón de puertas para adentro era una persona sumamente cálida. No podía negar tampoco que cuando no lo veía lo echaba mucho de menos y que extrañaba todos los detalles que tenía antes para con el. No le gustaba admitirlo, porque lo hacia sentirse débil, pero si era honesto consigo mismo, tenia que aceptar que cada vez que recibía un obsequio o un mensaje amoroso se sonrojaba y sonreía como idiota ¿Por qué entonces lo despreciaba? La respuesta era tan simple como estúpida. Él no quería que lo obligaran a nada, el habría querido escoger a su propio esposo. Quizás habría escogido al mismo Sai, pero al habérselo impuesto su padre lo rechazaba. Si era un idiota, y para colmo de males era también orgulloso y no sabia como dar marcha atrás en su postura de prometido insatisfecho e infeliz. Bufo y se molesto mas al ver que una furcia de cabellos rosas se refregaba bailando contra el Uchiha. Iba a asesinarla, claro que lo haría y después molería a golpes a Sai por promiscuo y por idiota, y luego lo comería a besos para que lo perdonara. Suspiro complacido con su “brillante” plan y comenzó a acercarse a la pareja, pero a mitad de camino alguien lo detuvo – no puedes hacer un escandalo – dijo Ino - ¿ya te has decidido? –asintió sin quitar los ojos de la pareja – bien solo porque quiero ver feliz a Sai voy a ayudarte, y también porque odio a esa arpía – comento por lo bajo – al final del pasillo esta la habitación de tu amado, espéralo ahí – le dio una llave dorada – anda ve, yo te lo llevo – Gaara no sabia si confiar pero decidió hacerlo y se fue por donde le indicaron. La habitación de Sai era enorme, típica para un soltero que gustaba pasarla bien. Iba a remodelarla, empezando por la enorme cama que seguramente había albergado a todos los amantes de su prometido, de solo pensarlo le agarro un ataque de furia y con mucho odio arranco las frazadas y las sabanas. No las rompió porque no podía, pero si la arrojo al suelo y las pisoteo con muchas ganas. Luego se pudo en la complicada tarea de girar el enorme colchón. Casi queda atrapado debajo mas de una vez, pero al final lo logro, casi estaba en un lugar donde ninguna mujerzuela o doncelucho se hubiera revolcado. Respiro pausadamente hasta calmarse un poco y busco en el armario sabanas y un cobertor nuevos, nada usado, tomo los que estaban en bolsas cerradas de fabricas y acomodo nuevamente el lecho. Luego se sentó satisfecho, pero no le duro mucho, porque noto el caño de baile que había cerca, así como los espejos y unos grilletes que reposaban al lado de la cabecera de la cama. Definitivamente iba a demoler ese lugar, y juraba por la memoria de su difunta madre que Sai no volvería a pisar ese antro nunca más. Un vez determinado esto intento relajarse para la llegada de su prometido, ni cuenta se había dado que ya había pasado casi una hora y cuando estaba por salir dispuesto a arrastrar a Ino por toda la sala, esta entro con un casi desmayado Sai colgando de su cuello – Ayuda – suplico la rubia y el rápidamente  la auxilio sujetando a su prometido por el otro brazo y entre los dos lo arrojaron en la cama – todo tuyo – dijo Ino suspirando – no seas malo con el, no se lo merece – y luego se marcho. Gaara antes que nada trabo con la llave la puerta y se acercó para observar a su futuro esposo. Estaba con los ojos cerrados, las mejillas rojas producto del alcohol y apestando a licor y vino caro.

- Gaara – lo escucho susurrar entre sueños y no pudo evitar sonreír complacido. Podía ser todo lo idiota que quisiera, siempre y cuando fuera suyo. Con mucha paciencia y dedicación lo acomodo en la cama y lo desvistió. Pensaba dejarlo en ropa interior, pero luego de recrearse la vista con tan escultural cuerpo no pudo reprimirse y se la saco también.

- Kami sama – exclamo sorprendido, sonrojándose de inmediato. Era enorme y de solo pensar que esa anaconda tenia que alojarse en su interior se estremeció, con una mezcla de temor y deseo – maldito superdotado – gruño mientras lo tapabas – la cantidad de agujeros que habrás perforado con eso – se indigno de solo imaginar el elevado numero – pero si vuelves a hacerlo te lo corto, y me hago un cuadro con el, para recordarte quien es tu dueño -  se acercó al dormido rostro y sin pensarlo mucho acerco sus labios a los ajenos y le robo un beso. Su primer beso, y le fascino tanto que volvió a 

besarlo, con un poco mas decisión. Sai entre dormido y despierto correspondió el contacto y Gaara se sintió totalmente feliz. Se separo satisfecho y busco algo con que dormir en los cajones de lo muebles. Casi se infarta cuando encontró en uno toda clase de consoladores y vibradores sin usar, en otro condones, en otro lubricantes y de más juguetes. Su prometido era un pervertido de primera, y eso no seria problema siempre y cuando utilizara sus instintos con el solamente. Al final consiguió un pantalón que le quedaría algo grande, pero era de Sai y quería usarlo, se alisto en el baño y muy feliz se metió a la cama con su novio.

 

Fin FB

 

Sai tenia los ojos abiertos como platos cuando Gaara termino su relato, sin omitir detalles, le había explicado todo lo que había hecho y sentido y eso lo puso sumamente feliz.

- Pensé que debería dejarte pensar que nos habíamos acostado para que sufrieras por no recordarlo, jamás imagine que creerías que me habías violado – lo miro a los ojos – lamento haberte angustiado tanto, aunque te lo merecías – le dijo mirando a los ojos. Sai asintió con media sonrisa en le rostro, se acercó a su rostro, apoyando su frente en la del pelirrojo y suspiro - ¿ya no me quieres mas? – pregunto apartando la mirada.

- Gaara yo nunca te he querido – respondió Sai, el doncel sintió que lo golpeaban pero antes de que pudiera hacer algo el azabache lo estaba besando con infinita dulzura – ye he amado desde el primer día que te vi – admitió acariciándole la mejilla, los orbes aguamarina se encontraron con los negros – te amo como no tienes idea.

- Yo también – admitió finalmente – yo igual te amo – y oculto su avergonzado rostro en el pecho del mayor que lo envolvió en sus brazos – voy a hacerte muy feliz Sai, lo prometo.

- Amor ya me haces feliz, con tenerte entre mis brazos me haces el hombre mas dichoso del mundo – el rostro de Gaara competía con su cabello.

- Pero no te acostumbres a estas cursilerías – el pelirrojo recompuso su semblante frio, Sai sonrió – y otra cosa mas, odio este piso – lo miro a los ojos – esta habitación es horrenda, véndelo o préndele fuego.

- A mi me parece muy lindo, he gastado mucho dinero en el – miro la estancia – si quieres puedes remodelarlo a tu gusto, de todas maneras solo es un lugar para distenderme, no vamos a vivir aquí cuando nos casemos.

- No quiero que tengas un lugar para distenderte – Gaara apretaba los puños - ¿entiendes?

- Me parece un poco egoísta, es decir, sabes lo estresante que es mi vida, necesito un escape de vez en cuando – el pelirrojo furioso se puso de pie y lo empujo en la cama, para luego sentarse a horcajadas sobre sus caderas.

- Escúchame bien Sai, si yo me entero que tienes un poco de distención con alguna mujer o doncel, te la corto ¿has escuchado? – Sai asintió – este lugar los ha utilizado para revolcarte con tus cientos de amantes y no quiero volver a pisarlo nunca, como tampoco quiero que tu regreses ¿entiendes? – Otro asentimiento – si quieres distención lo haremos juntos, prometo poner todo de mi parte para que tu vida sea menos complicada, pero este lugar tiene que desaparecer ¿estamos?

- Voy a venderlo – suspiro designado – aunque lo voy a extrañar, tengo muchos recuerdos aquí – Gaara lo golpeo en el pecho.

- Me imagino la clase de recuerdos, degenerado ¿y para que rayos tienes ese caño ahí? – lo señalo, Sai sonrió pícaramente.

- Para lo que imaginas bebe, es para bailar, tengo amigos – dijo en doble sentido la ultima palabra – que se les da de maravilla usarlo ¿tu sabes?

- No – dijo indignado - ¿eso te gusta? – Sai elevo los hombros - ¿quieres que aprenda? – el azabache abrió los ojos como platos por la sorpresa de la pregunta.

- Solo si tu quieres, jamás te exigiría que hicieras algo que no te gusta – le acaricio con ternura el rostro – además estoy seguro que un caño y tu se llevarían.

- ¿Piensas que no soy capaz?

- No es tu estilo amor, no es para que te enojes – se sentó sin que el doncel cambiar de postura.

- A ti te gustan esas cosas – admitió sonrojado – y yo no se nada, estoy seguro que vas a aburrirte pronto de mi – Sai lanzo una sonora carcajada y luego lo envolvió en sus brazos, en un cálido abrazo.

- Bebe es imposible que me aburra de ti, y me encanta que no sepas nada de nada, así yo te puedo enseñar todo – le beso la punta de la nariz – te amo Gaa chan y eso es que lo va a hacer que la intimidad contigo sea mejor que con cualquier otro, con los demás solo fue sexo, nosotros vamos a hacer el amor – le beso los labios – así que no te preocupes por ellos ¿si? – el doncel asintió sonrojado – y si quieres tomar clases de baile del caño yo te las doy, porque de ninguna manera voy a permitir que alguien que no se yo te vea moviéndote de manera sensual.

- Eso no tiene sentido – replico divertido el pelirrojo por la posesividad de su prometido.

- Claro que lo tiene, yo soy tu dueño y por lo tanto nadie puede verte de esa manera, ni mujer ni varón, ni siquiera doncel, solamente yo, porque eres todo mio ¿verdad?

- No soy un objeto Sai.

- Lo se mi amor, eres mi vida entera, el dueño de todo mi ser – le dio otro beso en los labios - ¿puedo ser el dueño de todo tu ser también?

- Baka cursi – dijo con una sonrisa Gaara y lo beso en los labios -  ¿ya podemos irnos? De verdad detesto este lugar.

- Claro amor, deja que me vista y nos vamos – se levanto dejándolo en el piso - ¿quieres que hagamos algo  juntos?

- Seguramente tendrás que ir a mi casa y dar la cara con mi padre porque no pase la noche allí – Sai asintió – pero tranquilo que se pondrá feliz de ver que nos hemos entendido finalmente.

- Eso espero, no quisiera que tu padre me golpeara mi bellos rostro – Gaara negó con la cabeza mientras se vestía - ¿quieres una camisa?

- No quiero nada de tus amantes – respondió elevando la voz.

- No haría tal cosa, es mía ¿la quieres? – se la ofreció y el doncel acepto gustoso. Pues la ropa que traía era de noche y le daba pena salir vestido así plena luz de día, aunque si lo pensaba mas pena le daba que todo el mundo lo vea salir del departamento de soltero de su prometido, porque una sola idea iba a aparecer en la mente de los malpensados. Bufo, no podía contra eso, además no seria algo malo, porque Sai seria su esposo y hacerlo con el seria lo mas normal del mundo - ¿Qué piensas tanto amor? – no había notado que Sai estaba a sus espaldas hasta que lo abrazo por detrás y le hablo.

- Solo que la gente va a hablar de  mi ahora – le resto importancia.

- ¿Y por qué harían tal cosa? – pregunto con una maliciosa sonrisa el varón.

- Ya sabes, el tipo de fiesta que diste, yo saliendo en la mañana de aquí – suspiro – todos van a pensar que soy una mas de tus prostitutas.

- Que piensen lo que quieran, pero si uno solo se atreve si quiera a faltarte el respeto, se va a enterar porque en mi antiguo trabajo me decían el artista – Gaara abrió los ojos impresionados – nadie nunca va a ofenderte y va a vivir para contarlo.

- Sai – exclamo, entre asustado y asombrado.

- No te preocupes Gaa chan, tu futuro esposo va a protegerte de todo y todos – lo abrazo contra su pecho – y si alguien te ofende me lo dices y listo.

- Y voy a cargar con una muerte en mi conciencia, no gracias – se separo y se calzo – vamos o a mi padre le dará un ataque.

- Bien, vamos a enfrentar a mi querido suegrito – lo tomo de la mano mientras caminaban - ¿de Sasori debo preocuparme?

- No – dijo sincero – pero de mis hermanos mayores si, Kankuro ahora esta de viaje, pero cuando regrese – le sonrió con malicia – y ni hablar de Temari, ella si puede castrarte.

- Pero tú no la dejarías ¿verdad? – pregunto ilusionado.

- Castrado no tendrías mucha utilidad ¿verdad? – bromeo mientras entraban al elevador, Sai entorno los ojos y luego lo estampo en uno de los lados y lo beso con ferocidad, dejándolo sonrojado y jadeante al acabar.

- Ni tú te crees eso – comento orgulloso el varón antes de que las puertas se abrieran y ellos dejaran el edificio rumbo a la casa del doncel.

 

Notas finales:

Se ha formado otra pareja y vaaaaaaaaaaaaaan.

Con esta han quedadon formadas todas las parejas del fic, las mas importantes por ahi puede salir una que otra no tan relevante.

Espero que les haya gustado y preparense para sobredosis de sasuxnaru para lo que viene.

 


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