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Los Varones de Papá, los Donceles de Papi por Serenamoon

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Notas del capitulo:

No es miercoles, pero casi, jueves 09/01/2014 y sigo con la historia, para cumplir con la idea de publicar una vez por semana, espero que pueda, yo creo que si, pero uno nunca sabe que puede pasar.

Antes de seguir, les deseo un muy feliz y prospero 2014 a ustedes y todos sus sere queridos.

Y les doy las gracias por aceptar mi propuesta de ir fic por fic, asi ando mas tranquila.

Aqui les dejo el capitulo que sigue asi no estan tan intrigados, aunque me parece que al final van a seguir igual, y asi va a ser por unos cuantos capitulos mas.

Les recuerdo que ahora tengo un blog, por si quieren visitarlo y si alguien tiene alguna imagen de los fics y quiere que la publique me la pasa y lo hago encantada. Amo las imagenes yaoi de Naruto, pero no se dibujar ni hacer montajes con la compu, asi que tengo que poner las imagenes de ustedes y las que andan por la red.

Ahora si a leer mis queridos seguidores.

http://serenamoon84.blogspot.com.ar/

CONSPIRACION

 

Minato estaba en su casa bastante intranquilo, sus hijos habían salido juntos y si bien eso lo alegraba enormemente, ya que rara vez hacían cosas de jóvenes normales, y mas su pequeño pimpollo, pero no podía dejar esa sensación de lado de que algo malo pasaba. Madara había salido por una llamada urgente y él se moría del aburrimiento, la mayoría de los custodios estaban fuera, el prefería que cuidaran a sus retoños antes que a el mismo, pero eso hacia que la enorme mansión se sintiera desolada y lúgubre. Sin saber bien que hacer llamo a su nueva mejor amiga y concuñada Mikoto. En su primera parte del matrimonio con su esposo no había congeniado con ella, porque la consideraba muy sumisa y obediente, pero al tratarla mas de cerca se dio cuenta que simplemente era una mujer que adoraba a su marido y frente a los demás le daba el lugar que le correspondía, dentro de su hogar la cosa cambiaba. Fugaku había aprendido por las malas que eran una pareja y que las decisiones importantes referidas a ellos y a sus hijos las debían tomar entre ambos y por ello eran uno de los matrimonios mas solidos que conocía. Mucho mas que el de él y Madara, puesto que su orgullo y testarudez muchas veces lo llevaban a contradecir a Madara en publico y eso no era muy bien visto, pero no lo hacia conscientemente, le salía el impulso, aunque trataba de controlarlo la mas posible.

Charlo con su amiga sobre la boda de su primogénito, los dos estaban mas que emocionados. Mikoto era la mejor organizadora de eventos del momento y la boda de Sai y Gaara era el acontecimiento del año. Estaban muy animados  hablando de cual banda seria mejor cuando la comunicación se corto. El doncel se extraño ya que se había quedado sin tono. Probó varias veces y obtuvo el mismo resultado. Bufo molesto, estaban llegando a un acuerdo. Busco en sus bolsillos su teléfono móvil recordando al no encontrarlo que lo había dejado en su habitación. Con mucha pereza salió de su estudio en la planta baja y se dirigió a las enormes escaleras. Lo que menos le apetecía era subir las mismas, pero todavía no descubría como tele transportarse. Rio ante su ridículo pensamiento, aunque a dimitía que seria muy útil. Hacia días que se sentía mas cansado de lo normal, irritable, sensible y si la memoria y el instinto no le fallaban eso significaba que estaba nuevamente embarazado. Acaricio su plano vientre. Cuando supo de sus anteriores embarazos había sentido pánico y culpa. Pánico al saber que había un eslabón mas que lo ataría a su marido y culpa por creer que traería al mundo a una criatura inocente que jamás podría ser feliz. Pero dadas sus circunstancias en esos momentos se sentía feliz y pleno. Quizás un poco asustado porque ya no era un jovencito, pero confiaba en su buena salud y los cuidados y mimos que le daría su amorcito. Claro que primero debía confirmar la noticia, aunque estaba muy seguro, si no era un niño era un tumor y no quería ponerse en negativo. Mientras avanzaba por el lujoso pasillo de las habitaciones principales noto que las luces parpadearon. Se extraño y mucho, en esa casa nada fallaba. Madara era un obsesivo del control y mas para con su familia, si había corte de energía en la ciudad, ellos no lo sufrían por las reservas de energía solar que tenían. La línea de teléfonos era otra cosa, era más que privada, segura de que no se filtrara nada y salvo un apocalipsis electrónico jamás fallaría. Se puso una mano en el pecho, algo andaba mal, definitivamente muy mal. A paso rápido llego a su habitación. Su teléfono móvil se encontraba cargándose, lo tomo con las manos temblorosas. Él era un doncel temerario, pero era un doncel y por más cinturón negro y mal carácter que pudiera tener, no podía hacer mucho frente a un hombre bien entrenado y frente a un arma menos. Además de que embarazado estaba muy limitado. Busco en los contactos a su cuñado, no quería causarle un infarto a Madara, pero al intentar hacer la llamada noto que no tenía señal. Eso termino de convencerlo, su teléfono de ultima tecnología, jamás se quedaba sin señal.

- Bueno Minato no ganamos nada con entrar en pánico – se dijo a si mismo intentando respirar – lo bueno es que mis bebes salieron – sonrió al pensar en ello – ahora el plan de emergencia de mi loco esposo – y riendo al recordar que lo había tachado de paranoico hizo lo que debía hacer. Quince minutos luego un grupo comando ingresó a su habitación, lo encontraron sentado en la cama mirando la pantalla de su móvil. Los estaba esperando después de todo.

- Andando – dijo uno de los hombres, sujetándolo del brazo de manera nada delicada.

- Voy a ir por mi propia voluntad no necesitas ser tan brusco – se quejo, fingiendo ser un delicado doncel. El hombre bufo pero aflojo el agarre llevándolo de la muñeca de manera mas calmada. Antes de salir de su casa arrojo su móvil al jardín, tenia el presentimiento de que no volvería a ver su hogar nunca más.

 

 

Las sirenas de las ambulancias habían inundado la noche de la ciudad, iban y venían, parecían desesperadas. En una Iglesia se veía a un pelirrojo luchar contra los paramédicos que querían llevarse a su amigo, sabia que el rubio necesitaba atención inmediata, pero no confiaba en nadie, y menos con uniforme de servidores públicos. El sacerdote intentaba calmarlo, en vano.

- ¡No van a llevárselo hasta que no llegue la seguridad! – Grito harto – no confío en ustedes no van llevárselo a ningún lado – el que hacia de medico harto se puso de pie y con una cínica sonrisa desenfundo un arma.

- Hiciste bien en no confiar – y le apunto. El disparo retumbo en la enorme construcción. Gaara había cerrado los ojos esperando el impacto que nunca llego. Abrió lentamente los ojos y vio a su supuesto verdugo tendido sobre un charco de sangre. Otro disparo más y su compañero tuvo la misma suerte. Asustado observo de donde provenían los disparos y se encontró con el medico de su amigo, su asistente y el profesor de Naruto. El asistente empuñaba un arma profesionalmente.

- Joven Sabaku no, muchas gracias por cuidar a mi pequeño, ahora me toca a mi – dicho esto Kakashi tomo su maletín de manos de Iruka y comenzó a tratar al doncel que yacía desde hacia tiempo inconsciente en el piso – el desfibrador – indico a su ayudante que ya tenia todo listo, y se veía muy sereno, como si no acabara de asesina a dos personas en el altar de un templo.

- ¿Estas herido? – Iruka se encontraba a su lado. El pelirrojo negó con la cabeza – Memma a demás de ser el ayudante de Kakashi es su custodio, un medico como él no puede andar por la vida sin protección, y mas si tiene contacto intimo con la familia Uchiha y Namikaze – Gaara asintió – Kakashi tiene mucho poder, ya que la vida de los miembros de las familias mas poderosas están en sus manos.

- Comprendo, es solo que me sorprendió – Iruka asintió - ¿y usted Iruka sensei?

- Cariño yo se cuidarme muy bien solo – le dijo con ternura – y por lo que veo tu también – Gaara elevo los hombros.

- Mi padre me entreno toda la vida como si fuera un varón – el mayor asintió, él había pasado por lo mismo - ¿sabes algo de los demás?

- Supe que en el centro comercial ya salieron todos, pero hubo heridos – el pelirrojo se asusto – no puedo decirte quien, pero son varios.

- Sasuke estaba herido – comento al recordar al azabache – no se nada de Sai – comento apretando los puños y los ojos, no quería llorar, debía ser fuerte por su amigo.

- Sai es fuerte, fue entrenado duramente por Madara y por Jiraya, no va a caer fácilmente – Gaara intento sonreír – en el hospital lo veras seguro.

- Esta estable nos vamos ya – la voz de Kakashi los regresó a la realidad. Memma regresaba con una camilla.

- ¿Esta? – pregunto Iruka.

- Estable por el momento – comento el varón sin mirarlo y ayudo a Memma a subir al rubio a la camilla y sacarlo de allí. Afuera era un panorama desolador. Los policías que los habían perseguido estaban muertos en el patio, junto con otros más, algunos bomberos y el chofer de la ambulancia que había llegado ante el llamado de emergencia del sacerdote.

- Es segura – dijo Memma – ya neutralicé todos sus dispositivos así que andando – se sentó en el asiento del chofer, Kakashi subió atrás con Naruto e Iruka cerró las puertas.

- Los seguimos en el coche – indicó el doncel, el varón solo asintió, su prioridad era salvar la vida de su niñito dorado. Sin respetar ninguna señal o valla Memma marcho a toda velocidad rumbo al hospital designado para la familia Uchiha, el único medianamente seguro en esos momentos. Cuando los hombres de Madara vieron la ambulancia los detuvieron y tras confirmar de quienes se trataba los dejaron ingresar, igual que a Iruka y Gaara. En las puertas del edificio un grupo de médicos lo esperaban, rápidamente trasladaron al doncel al quirófano, no había tiempo que perder. Kakashi y Memma fueron con ellos y los dos donceles fueron conducidos a una sala de espera.

- ¡Deidara! – grito Gaara al ver al rubio sentado junto a su novio - ¿y Sai? – el rubio lo miro sin verlo realmente, estaba en otra realidad, rogando porque todo fuera un sueño – dime – exigió el pelirrojo al borde de un ataque de histeria, sacudiendo por los hombros a su cuñado. Estaba por abofetearlo hasta que unos brazos en su cintura lo calmaron.

- Aquí estoy cariño – le dijo al oído, logrando que el pelirrojo rompiera a llorar desconsoladamente. Sai lo giro para abrazarlo contra su pecho, a pesar que le dolía la herida que tenia en el hombro, pero no podía dejar de consolar a su niño – estoy bien bebe ¿y tu? – lo separo cuando el llanto ceso. Gaara lo miro con sus hermosos ojos, rojos por las lagrimas y asintió – que bien – comento aliviado y le beso la frente – gracias por sacar a Naru de ahí – Gaara negó con la cabeza se sentía culpable por la situación de su amigo – no es tu culpa, el estará bien lo se – lo tomo de la mano para llevarlo a una silla, lo sentó en su regazo y le acariciaba la espalda para calmarlo. Deidara observaba la escena con lágrimas en los ojos, él se había quedado callado cuando vio a Gaara por la sorpresa y no pudo reaccionar, simplemente pesaba en su hermanito, quería preguntarle al pelirrojo, pero las palabras no le salían. Itachi lo abrazo por los hombros.

- Voy a ver a mi hermano – le dijo, le beso la cabeza y se alejó. Ellos había salido ilesos, en los desagües solo habían dos idiotas que Itachi destrozo sin ningún esfuerzo, pero con mucha rabia. Jamás pensó que su novio seria tan intimidante enojado. Le había recordado a su padre el día que mando a Sasuke al hospital, totalmente enardecido.

Unas corridas lo hicieron retirar la vista del suelo. Vio a su padre llegar corriendo junto a su tío, se puso de pie y antes de poder decir nada ya estaba atrapado en los fuertes brazos de su oto san, casi asfixiándolo, pero no le importaba lo necesitaba.

- Mi niño – hablo el Uchiha mientras lo examinaba. Deidara por primera vez noto en los ojos del varón lo que sentía, la mascara de frialdad había desaparecido y se veía todo. El dolor, la rabia, la impotencia y la preocupación - ¿te hicieron algo? – el doncel negó con la cabeza y Madara suspiro aliviado. Luego busco a Sai con la mirada y lo encontró reconfortando a su prometido, tomando la mano de Deidara se acercó a la pareja - ¿están bien? – pregunto mirándolos. Gaara se sobresalto y quiso levantarse, pero Sai lo evito.

- Si, Gaara salió ileso y yo tengo una herida de nada – dijo con su típica sonrisa.

- ¿Estas herido? – Gaara pregunto alarmado poniéndose de pie - ¿Dónde?

- Aquí amor – se señalo el brazo vendado, Gaara se sintió estúpido era demasiado obvio donde. Sai lo tomo de la mano y le indico que se sentara de nuevo en sus piernas – solo necesito cariño – dijo mimoso. Madara sonrió y se alejó con el rubio, sentándose del otro lado del pasillo. Fugaku había corrido a ver a Sasuke. Los minutos parecían horas, en el pasillo al aire era tan pesado que podía cortarse con un cuchillo. Luego de una tortuosa espera por fin la puerta se abrió. Los médicos salieron marchándose por un lado y Kakashi se acercó a la familia de su paciente. Madara se puso de pie inmediatamente.

- Dime – ordeno con la voz ronca y los músculos totalmente tensos. El medico suspiro.

- Esta conectado a un corazón artificial – hablo calmado y lo mas profesional que podía – el suyo ya no sirve mas, por el momento esta estable, pero no va a aguantar mucho mas – cerro los ojos para no llorar, debía ser fuerte, si el caía como podría transmitir calma a los demás – necesita un corazón ya – miro a Madara que asintió luchando también por no derrumbarse – va a estar aislado y sedado hasta que se haga el trasplante, podrán verlo por un vidrio – sin saber que mas hacer apretó el hombro del Uchiha y se alejó, necesitaba desahogarse a solas. El pasillo quedo en silencio por completo, hasta que el desgarrador llanto de Iruka lo inundo. El doncel había intentado ser fuerte, pero como serlo si la vida de su pequeñito pendía de un hilo, era demasiado doloroso. Deidara estaba congelado en su lugar, asimilando las palabras y negándose a creerlas. Su hermanito era fuerte, un luchador, él no se rendiría, solo necesitaban un milagro, un corazón nuevo.

- ¿Dónde esta Pain? – pregunto Madara a Sai, que entendió inmediatamente la pregunta.

- Esta con Hidan, porque Kakuzu tuvo que ser sedado por un ataque de histeria – se puso de pie dejando a Gaara sentado - ¿voy por el? ¿Le doy luz verde? – Madara estaba por responder pero Iruka se adelanto.

- Madara sama, Naruto jamás se lo perdonaría, Minato tampoco – dijo ahogado en su llanto – tenemos que esperar, por favor – Madara miro al doncel, sabia que tenia razón. Ni su esposo ni su hijito aceptarían que él le arrebatara la vida a un inocente para salvar la suya, pero no podía dejarlo morir simplemente, el tenia los medios para conseguir el corazón que su hijo necesitaba, no de la forma legal claro, pero eso no le importaba en lo mas mínimo.

- Iruka tiene razón papá – Deidara lo tomó de la mano – no le hagas eso, estoy seguro que conseguiremos un corazón – le suplico con la mirada.

- Doce horas, voy a esperar doce horas – indico firme, no había fuerza humana que lo llevara a dejar a su pequeño morirse, si después toda su familia quería odiarlo, que lo odiaran, pero Naruto viviría, lejos suyo, pero vivo, así lo prefería. Se ubico en una silla lejos de todos los demás, Deidara se sentó junto a Iruka y los dos abrazados comenzaron a rezar. De a poco comenzaron a llegar los demás familiares. Tsunade, la madre de Minato llego destrozada y lloro largo y tendido abrazada a Deidara. Jiraya se mantuvo imperturbable en un rincón, pero los que lo conocían sabían perfectamente que por dentro estaba destrozado. Mikoto también llego y fue ahí cuando la preocupación de todos creció más aun.

- ¿Dónde esta Minato? – pregunto a Madara buscándolo con la mirada. El hombre la miro extrañado.

- Pensé que estaba contigo – dijo poniéndose de pie y observando a los presentes – se suponía que estarían juntos.

- Al final cancelamos la reunión porque la pastelería a la que iríamos no podía atendernos – suspiro – hable con el antes que Fugaku me avisara, pero se corto la comunicación, supuse que era porque se había enterado de todo y estaba aquí.

- No, no esta – respondió alterado. ¿Cómo podía haber pasado eso por alto? Era un idiota y si algo le pasaba a su rubio no se lo perdonaría nunca - ¡Itachi! – Grito y su sobrino que se encontraba consolando a su novio corrió a su lado – encuentra a mi esposo, ahora – la mirada de su tío lo hizo estremecer, jamás había visto tanto odio en esos ojos, que parecían casi rojos. Asintió y se marcho rápidamente, quería estar con su familia, pero era más importante ser útil y encontrar a Minato. Un piso más abajo se encontró con Pain que intentaba controlar a Hidan que maldecía a todo el mundo. Había sido herido en el abdomen y no lo dejaban salir de la cama, estaba atado a ella y se sentía un inútil. Pain solo estaba herido en la pierna y el hombro, una persona normal habría solicitado toneladas de calmantes para el dolor, pero el pelirrojo estaba demasiado tranquilo para el gusto de Itachi, que su amigo estuviera tan calmado y silencioso, solo significaba una cosa. Correría sangre y ni Madara podría evitarlo esta vez.

- Minato esta desaparecido – dijo el Uchiha - ¿Qué hacemos? – el pelirrojo no dijo nada, simplemente miro amenazante a Hidan y salió seguido del azabache. Afuera Kisame los esperaba con el semblante serio.

- Tuvieron que sedarlo con el triple de la dosis – dijo refiriéndose a su amigo – lo amarraron con cadenas para cuando despierte, el idiota que hirió a Hidan no tenia idea de lo que provocaría – rio al recordar como Kakuzu había destrozado con sus manos los huesos del infeliz que había herido a su pareja - ¿Qué hacemos?

- Buscar a Minato sama – dijo Itachi – y Pain necesita matar a alguien – Kisame asintió.

- Si tenemos suerte encontraremos a Minato sama y Pain tendrá a quien torturar todo al mismo tiempo – los tres comenzaron a caminar.

- Van a saber porque somos lo que somos – murmuro el pelirrojo lleno de odio. Nadie se metía con su familia y vivía para contarlo. Haría que le suplicaran la muerte, no le importaba ensuciarse las manos con sangre, sus amigos estaban heridos, su pollito estaba muriéndose y lo habían traicionado sus propios hombres. No había fuerza humana que lo detuviera esta vez y estaba completamente seguro de a quien culpar – es obvio que fue Orochimaru – dijo el pelirrojo – pero no solo, los que nos traicionaron desde adentro desearan no haber nacido y no me detendré con ellos, sus seres queridos también pagaran – ninguno dijo nada sobre eso, sabían que era inútil.

- No tenemos pruebas contra la serpiente – dijo Itachi.

- No las necesito, no voy a llevarlo ante la justicia – sonrió perversamente – esta claro que tuvo ayuda de alguien poderoso también – suspiro – pienso en el consejo.

- También lo he pensado – dijo Itachi – no soportan que Madara tenga mas poder que ellos, pero hay alguien mas.

- Claro que si – agrego Kisame – y ya sabemos quien es – les mostro la ubicación de los rastreadores de Minato – Zetsu esta ahí, los siguió desde la mansión.

- Iremos por armas y luego atacamos – indico el líder – Itachi tú te llevaras a Minato y nosotros seguiremos.

- Me gustaría ajustar cuentas – dijo el Uchiha apretando los dientes.

- No tienes que hacerlo, piensa en tu rubio, ve con el y déjanos el trabajo sucio a nosotros – Itachi suspiro, sus amigos tenían razón. Hacia mucho que había dejado esa parte del trabajo y ahora que tenía a su lado a alguien tan puro como su Deidara no quería ensuciarse y sentir que no lo merecía.

- Bien, tomare a mi suegro y me iré al hospital – asintió para la tranquilidad de todos. Llegaron a las empresas Uchiha, estaba cercado pero ellos pudieron ingresar, en el subsuelo del edificio funciona otra oficina, la que se encargaba de los negocios no tan limpios, y era ahí donde Akatsuki guardaba parte de su arsenal y tenia su base de operaciones. Konan y Suigetsu esperaban en la entrada, armados y atentos.

- ¿Están bien? – pregunto la mujer alarmada al ver a los hombres.

- Si, pero estaremos mejor cuando saldemos cuentas – respondió Kisame e ingresaron. Tenían que prepararse para la batalla, no seria fácil, pero ellos tenían algo que el enemigo no: el elemento sorpresa y mucha pero mucha motivación.

Notas finales:

Espero que les haya gustado y que tengas mas dudas:

Quien es el socio de Orochimaru?

Donde esta Minato?

Como esta Sasuke?

y todas las preguntas que se le planteen y que yo no les voy a responder directamente, lo hare a traves de la historia.

Que malvada que soy... jijiji.

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Pasando a otro tema les dejo una casilla de mail por si me quieren mandar cosas o preguntarme cosas, o sugerirme cosas.

serenitamoon.84@gmail.com


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