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Los Varones de Papá, los Donceles de Papi por Serenamoon

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Notas del capitulo:

Hola a todos mis querid@s lectores, primero que nada les pido disculpas por el retraso y paso a explicar el motivo.

Me moria de la verguenza... despues de subir el capitulo anterior y leer sus comentarios me di cuenta del terrible error que habia cometido y me dio mucha pena por mi falta de atencion. Me parecio un enorme falta de respeto y de responsabilidad y me bloquee, me sentia mal y no queria ni conectarme por la verguenza que me daba. Pero despues de reflexionar y superarlo hice la correcion y termine el capitulo que le seguia.

Quizas muchos digan que soy una exagerada o no me crean, pero es la verdad, elimine el capitulo que estaba mal y ahora lo subo corregido, y para que me terminen de perdonar subo el que sigue tambien. Intentara contestar sus comentarios durante esta semana.

De nuevo mil disculpas y disfruten.

Todo se soluciona en esta vida, todo menos la muerte

 

Unas horas más tarde Sai pasó a visitar a su papi, recibió de muy buen agrado la noticia de su nuevo hermanito, por fin un poco de felicidad después de tantas malas noticias. Pero por más que Sai pretendió que todo estaba bien, su padre supo que algo lo inquietaba, al mayor no se le escapaba nada y conocía como la palma de la mano a su primer hijo y supo que estaba con algo en la cabeza.

- ¿Y Gaara? – pregunto Minato sonriente luego de terminar su merienda.

- En su casa – respondió el varón - mañana vendrá a visitarte – Minato asintió, entendía que su yerno no podía estar todo el día pegado a su hijo, aunque le parecía que debía acompañarlo.

- Sai – lo llamo – estoy bien, tu hermanito también así que quita esa cara ¿si? – Sai miro a Madara, ambos creían que el azabache estaba actuando bien – te conozco amor y se cuando finges tus sonrisas ¿o hay algo mas?

- No – dijo rápido Madara.

- Es Gaara – dijo su hijo – esta distante – y era verdad, pero él también estaba distante, así que no podía recriminarle a su prometido, además de que cierta información que había llegado a sus oídos le había caigo como una patada en las zonas bajas – mucho estrés supongo, pero ya pasara.

- Madara deja de explotar a mi niño – jalo la oreja de su esposo – no lo hagas trabajar tanto.

- Son sus responsabilidades – dijo el mayor aliviado de que su esposo lo culpara por el semblante decaído de Sai.

- Todavía son las tuyas – dijo el doncel.

- Ya no es un niño amor, tiene 23 años – explico cálidamente el azabache mayor.

- Para mí siempre será mi niño – Minato le sonrió a sus dos varones favoritos y se acomodó mejor en el pecho de su esposo - ¿No dijo Dei a qué hora viene? – el doncel cerró los ojos cansado. Madara y Sai se miraron, si el doncel había notado que su inexpresivo hijo mayor estaba afectado, cuando viera a Deidara tendría la certeza de que algo realmente malo sucedía. Pues las ojeras del rubio, sus ojos enrojecidos por las lagrimas y el semblante triste no tenían forma de disimularlo. Él le daría la buena nueva a su hermano que se encontraba con Iruka en la cafetería del mismo hospital, pero no permitiría que su padre lo viera.

- Dei está un poco resfriado – dijo serio Sai – y su sobre protector prometido no deja que se acerque a un hospital, además no podemos arriesgarnos a que te contagie.

- ¿Está enfermo? – el rubio quiso incorporarse, pero Madara lo impidió abrazándolo.

- No, solo un resfrió, quizás una alergia. Pero Itachi lo tiene en reposo absoluto y no deja que salga de la cama, en mi opinión exagera bastante, pero no lo culpo yo soy igual – elevo los hombros, a veces se sorprendía de lo natural que le salían las mentiras. Odiaba mentirle a su oto chan, pero no quería poner en riesgo su salud y la del bebe que se gestaba en su interior. Un embarazo a la edad de Minato era de cuidado y las emociones fuertes debían ser evitadas a toda costa.

- Claro, todos ustedes son iguales – pico las costillas de su esposo con un dedo acomodándose de nuevo. Madara era igual, no podía decir que le dolía nada porque ya lo hacía revisar por un médico y lo obligaba al reposo, demasiado exagerado. Suspiro – cuando salga lo veré, dile que lo amo y que le haga caso a su prometido, así se mejora pronto – Sai asintió – y dile a mi bebito hermoso que lo echo muchísimo de menos y que cuando salga iremos a comprar ropita para su hermanito, se pondrá tan feliz de saber que será hermano mayor, ¿se lo imaginan cuidando al bebe? – pregunto ilusionado, pero con los ojos cerrados, por lo que no noto como se desfiguraban de la pena los rostros de los varones presentes. Sai trago en seco y se apresuró en salir, si seguía escuchando a su papi se echaría a llorar y tendrían que dar muchas explicaciones por ello.

- Claro – dijo lo mejor que pudo – yo les digo, tu descansa – le beso la frente – nos vemos luego, me llamas si necesitas algo – le pidió a su padre que asintió en silencio. No podía hablar porque sospechaba que la voz se le quebraría. Abrazo y Minato y velo por su sueño un largo rato.

 

 

Mientas en la “guarida” de Pain y compañía el pelirrojo y su compañero azabache miraban a Sasori fijamente.

- No debiste meterte con mi familia – dijo el Uchiha serio. Se acercó lentamente a él y le planto un puñetazo en el rostro – ahora quiero que me digas que estaban planeando tú y tu idiota padre – Sasori lo miro adolorido – el cual por cierto, está bien muerto – el prisionero abrió los ojos impresionado, ya se lo imaginaba, pero le sorprendió la frialdad del Uchiha para decirlo – y si te consuela el cobarde no sufrió, prefirió entregarnos valiosa información de él y sus socios a cambio de una muerte rápida.

- ¿Qué quieres saber exactamente? – pregunto con la voz raposa.

- Todo – respondió Itachi mientras se acomodaba en un sillón frente a él, Pain lo imito – queremos saberlo todo.

- Bien – suspiro – Cuando se supo que Deidara y Naruto eran hijos de Madara el mundo se revoluciono. La gente se enloqueció deseando tener algo con ellos, muchos intentaron que Madara los considerara como candidatos a esposos, pero siempre se encontraban con una negativa. Algunos no se conformaron con ello y se acercaron al consejo de ancianos.

- Orochimaru – murmuro Pain. Sasori asintió.

- Kimimaro también – informo Sasori – algunos miembros del consejo estaban en contra de Madara, dijeron que era el primer líder del clan que no los tenía en cuenta para sus decisiones, que se creía con el poder absoluto para gobernar. Unos pobres idiotas en mi opinión, porque Madara no solo era el líder de los Uchiha, también es uno de los hombres más poderosos del mundo entero, es obvio que un insignificante consejo de viejos decrépitos no sería nada para el – suspiro – el punto es que Orochimaru dijo que ya era tiempo de los Uchiha dejaran el poder, otro idiota.

- Ya entendimos, todos son unos idiotas ¿pero donde entran tú y tu padre? – pregunto Pain.

- Mi padre se molesto con Madara cuando rechazo su propuesta de comprometer a Naruto con Gaara. Él no puede aceptar que Gaara en un doncel y cuando tu tío le pidió que lo prometiera con Sai quiso morirse, para él fue la mayor humillación que un Uchiha podría hacerle a su persona. Por eso cuando Orochimaru le pidió que se aliara a el para destruir a Madara no lo dudo ni un segundo.

- ¿Cuál era el plan? – pregunto Itachi intentando sonar calmado.

- No muy complicado, Orochimaru se quedaría con Naruto, esta obsesionado. Madara enloquecería o se mataría luego de encontrar a Minato destrozado. Gaara se casaría con Sai, yo me casaría con Deidara luego de anularte a  ti y a tu padre – suspiro – luego veríamos como asesinar a Sai, Dei pasaría a ser el heredero y como su esposo el liderazgo de todo quedaría en mis manos. Claro que todos los implicados formarían algo así como un nuevo consejo, derrocando al anterior y se tomarían todas las decisiones en forma conjunta.

- ¿Y mi hermano? – pregunto Itachi serio.

- La idea era matarlo la otra noche – confirmo – estaba muy bien planeado, nos costó mucho infiltrarnos en los servicios públicos, pero Madara tiene muchos enemigos, envidiosos en realidad – elevo los hombros – estábamos esperando que salieran juntos de la casa, nuestros informantes en tu equipo – hablo con Pain – nos avisaban todos los movimientos.

- Esos traidores están muertos – murmuro el pelirrojo.

- Supongo que te subestimamos – admitió – jamás creímos que ustedes podrían contra todo un ejército de asesinos.

- Principiantes – Pain se puso de pie – aclarado todo.

- No – hablo Itachi - ¿Cómo pensabas lograr que mi Dei se casara contigo?

- Oh – Sasori sonrió – iba a manipularlo, cuando se quedara huérfano, sin su prometido y con su hermanito desaparecido sería muy vulnerable – suspiro - ¿ahora van a matarme? – los otros dos se miraron. Itachi asintió.

- Tienes que ser muy idiota si piensas que esto acaba aquí – se coloco detrás de él – mis hombres salieron heridos, Sasuke está herido, igual que Naruto y Minato sama, tu muerte no será un pago justo.

- ¿Qué quieres decir? – Sasori quiso mirarlo pero Pain lo jalo del cabello hacia atrás – déjame.

- Hemos estado investigando – sonrió perverso – la hermosa Temari está triunfando como modelo en Estados Unidos ¿verdad? – Miro a Itachi y le guiño un ojo – es una mujer tan hermosa, he visto sus fotos, desfiles y déjame decirte que puedo ganar millones con ella – Sasori abrió los ojos horrorizado – me pagaran muy bien por su cuerpo.

- No – exclamo Sasori, quiso zafarse pero el agarre fue más fuerte.

- Tu hermano Kankuro ayudando a los niños de África, un alma muy noble realmente, va a ser una lástima que termine como alimento para cocodrilos.

- Ellos no tienen nada que ver – gimió cuando Pain tiro más fuerte, un poco mas y le arrancaba el cabello de raíz.

- Y que decir del pequeño Gaara, un doncel virgen ¿tienes idea de lo cotizados que son? – todos sabían que Gaara era la debilidad de Sasori – voy a venderlo al hijo de puta mas sádico que conozca, el que además de ofrecerme mas dinero tenga la sala de torturas mas impresionante ¿te lo imaginas?

- No lo hagas – suplico con un hijo de voz.

- Y quizás luego de eso la deuda quede a la mitad – suspiro – ahí recién voy a pensar en matarte, porque primero tienes que sufrir por ellos, voy a dejarte vivo para que sepas el martirio de tus hermanos y quizás cuando ya no quede nada de tu miserable existencia te haga el favor de acabar con tu patética vida – lo soltó y se le coloco al frente - ¿Qué me dices? ¿Te gusta mi plan? – el otro pelirrojo estaba horrorizado, ¿su padre no había contemplado la posibilidad de que algo así sucediera? Los Akatsuki eran conocidos y temidos por sus venganza, por eso nadie se metía con ellos ¿Qué habían hecho? – Ya entendiste porque nadie se mete conmigo y mi familia – afirmo Pain satisfecho – como ya nos dijimos todo es hora de poner en marcha el plan, con solo una llamada la vida de tus hermanitos se terminara ¿a quien eliminamos primero?

- Por favor – pidió Sasori – por lo que más quieras no lo hagas, ellos no tienen nada que ver.

- Y dime ¿Naru chan si tenia algo que ver? Porque estaban pensando entregarlo a un maldito pedófilo – le grito con odio - ¿o acaso Minato san se merecía que un grupo de animales lo violaran brutalmente? – Sasori negaba – no, ellos no tenían nada que ver pero a ustedes no les importo – saco su teléfono del bolsillo, dispuesto a hacer una llamada.

- ¿Qué es lo que quieren? – Pregunto desesperado Sasori – díganme que quieren – Itachi y Pain sonrieron complacidos.

- Ahora viene lo interesante – el Uchiha miro serio a Sasori, había llegado la hora de ponerse serios.

 

 

De vuelta en el hospital, el plazo que Madara había dado para esperar un corazón se terminaba y todos lo sabían. El Uchiha mayor dejo a su esposo dormido en la habitación al cuidado de los padres de este y se dirigió a paso decidido al ala de unidad coronaria. Los presentes lo miraron cuando apareció. Iruka se abrazó con Deidara, ya sabían lo que significaba y aunque ninguno de los dos quería que su niñito de oro muriera, la idea de asesinar a alguien para que el viviera les parecía una atrocidad, pero ellos no podían hacer. Sai se puso de pie cuando vio a su padre.

- Llama a Pain – indico, todos sabían lo que eso significaba. Si bien los Akatsuki no se encargaban directamente del trafico de órganos, sabían que puerta golpear para conseguir un corazón. Sai asintió y se alejó un poco para hacer la llamada.

- ¿Estas seguro? – Fugaku se acercó a su hermano preocupado.

- No voy a dejar que mi hijo muera – el menor asintió, el haría lo mismo así que no lo juzgaba.

- Esta apagado – Sai informo a su padre que lo miro igual de extrañado – Konan igual.

- Sigue intentando – Sai asintió y volvió a retirarse, estaba llamando cuando escucho que corrían por los pasillos cercanos, todos se tensaron. Madara y Fugaku se colocaron delante de los donceles presentes.

- ¡Un corazón! – Memma llego corriendo con su ropa de medico – Kakashi sensei – volvió a gritar, el aludido salió de la habitación del rubio menor de los Uchiha, listo para golpear a su alumno por el escandalo – un motociclista, muerte cerebral – hablo agitado - ¡preparemos el quirófano ya! – estaba emocionado. Kakashi tardo dos segundos en procesar la información y cuando lo hizo se puso firme llamo al personal indicado para que prepararan todo. En minutos el pasillo era transitado por enfermeras y médicos de aquí para allá. Madara había colocado a Deidara detrás de él, no confiaba en los extraños. De a poco las personas iban desapareciendo, la mayoría detrás de las puertas del quirófano.

- Es hora – Kakashi se acercó a la familia – en minutos voy a comenzar el trasplante, tienen que saber los riesgos.

- Sabemos los riesgos – lo corto Madara, no quería escuchar que su hijito podría morir en la mesa de operaciones – pero estoy seguro que no podría estar en mejores manos – Kakashi asintió, su deber era informar los riesgos de toda cirugía, pero agradecía la actitud del Uchiha. Le palmeo un hombro amistosamente y se marcho a hacer su trabajo – vamos a rezar – se sentó junto a su hijo, ahora todo estaba en manos de Kakashi y de Kami sama.

 

Gaara había logrado convencer a Sai de que lo dejara marchar a su casa. Estaba agotadísimo y muy preocupado. Además de la situación de su mejor amigo, estaba el hecho de que ni su padre ni su hermano le respondían las llamadas. Todo demasiado extraño. La mansión estaba vacía, no le extraño demasiado porque por las tardes la servidumbre tenía franco, pero su padre no era de salir mucho. No lo pensó mucho, necesitaba una ducha de manera urgente. Se dirigió a su habitación, se desvistió y se dio un merecido baño, el agua tibia lo reconfortaba. Estaba cansado, pero no podría dormirse, había demasiadas cosas en que pensar. Su prometido había adoptado una actitud distante con el, entendía que la estaba pasando mal, pero había algo mas. Eso agregado a la mirada desconfiada que Itachi le había lanzado, él no era tonto y se daba cuenta de todo lo que pasaba a su alrededor. Había algo de él que les molestaba y debía averiguar que era si no quería perder a su futuro esposo. Suspiro y cerro la regadera, luego de secarse se vistió con ropa cómoda y bajo a comer algo liviano, no tenia hambre pero no quería enfermarse, llevaba varias horas en ayuna. Suspiro nuevamente, no entendía como la vida había dado vuelta tan rápido. En un momento estaba enojado porque debía casarse, después estaba feliz planeando su boda y al final debía buscar la manera de que no lo dejaran plantado. Necesitaba a Sasori, él le diría que hacer, siempre le daba buenos consejos. Estaba por llamarlo cuando el teléfono de su casa sonó. Atendió sin muchas ganas.

- Residencia Sabaku no – dijo.

- Si, quisiera hablar con el señor Sabaku no – pidieron del otro lado.

- Él no se encuentra, pero soy su hijo puedo pasarle el mensaje – dijo seguro, la otra persona se callo unos instantes.

- La lamento mucho – dijo finalmente – tengo que informarle que el joven Sabaku no Sasori falleció esta tarde en un accidente – dejo de escuchar, sintió que su corazón se paralizaba, no respiraba. Sus rodillas golpearon el frio mármol de la cocina – señor, señor – llamaba la voz del otro lado – sé que es difícil de digerir, pero necesitamos que alguien reconozca el cuerpo – escucho lo ultimo.

- Claro, claro – hablo aturdido – dígame donde y la hora – pidió al borde del llanto. Tenia que ser mentira, una broma de Sasori seguramente. Con la mano temblorosa tomo nota de lo que le dictaban y luego colgó, quedándose en el piso con la mirada perdida. Quería creer que era mentira, pero el dolor en su pecho le decía lo contrario, su hermano había muerto.

Notas finales:

La verdad no cambio mucho, solo la parte donde volvia a tocar el tema del embarazo qua ya habia sido tocado.

Todavia no puedo creer que sea tan despistada, de corazon les pido de nuevo disculpas.


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