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Los Varones de Papá, los Donceles de Papi por Serenamoon

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Notas del capitulo:

Señoras y señores, niños y niñas y mis queridos yaoistas, ha llegado el momento que esperabamos, o quizas no, pero es inevitable.

La historia ha llegado a su FINAL... pero como soy muuuuuuuuuuuuuy buena (ademas de que me estaba quedando largo) el capitulo va a constar de dos partes, ademas del epilogo que viene luego.

Como me habian solicitado vamos a ver en quedaron nuestras parejitas favoritas.

De Sai y Gaara ya vimos mucho, asi que ahora solo tendran un pequeño momento. Si veremos bastante de Itachi y Deidara en esta mitad y la otra un poco. Y finalmente el esperado SASUXNARU para todos.

Espero que sea de su agrado y sin mas los dejo leer.

CAPITULO FINAL PARTE I

 

DESPUES DE TODA TORMENTA, SALE EL SOL

 

-------------------♥SAI X GAARA♥-------------------

 

Cinco días habían pasado desde que Gaara supiera de la muerte de su hermano. El funeral había sido muy intimo y muy hermoso, solo su hermana Temari había podido asistir, ya que Kankuro estaba en el otro lado del mundo con ninguna posibilidad de llegar a tiempo, y el doncel no quería alargarlo mas, necesitaba sepultar a Sasori y superar su perdida.

De su padre tuvo noticias dos días después del entierro. Como sospechaban había muerto también. Según los informes de los bomberos y la policía, su padre había realizado una “reunión” de hombres en su casa de descanso a las afueras de la ciudad, y un cortocircuito había producido el incendio que los había matado a todos. Si era sincero la historia no le sorprendía, su padre solía usar esa casa para sus fiestas, donde las drogas, el sexo y el alcohol no faltaban. Se imaginaba que estaban tan narcotizados y/o ebrios que no se enteraron del incendio hasta que no había sido tarde. La historia tenia sentido, y todo encajaba, pero algo le decía que no era del todo cierta. De todas maneras había decidido hacer caso a Deidara, y creer lo que los Uchiha les dijeron. Que Sasori había muerto en un accidente, por conducir ebrio y altas velocidades (algo que el reconocía como probable) y que su padre había muerto en un incendio por no estar en sus cincos sentidos tampoco. En definitiva se había quedado huérfano y sin su hermano mayor a consecuencia de la poca, o nula capacidad que ambos hombres tenían para controlar sus vicios.

El apoyo de Sai fue fundamental para el, no lo dejo solo en todo el proceso y sentía que con cada gesto y cada detalle, el azabache se le metía mas y mas dentro del corazón. Lo amaba como nunca pensó poder amar a alguien. Quería pasar el resto de su vida con el, rogaba porque esa vida fuera larga y maravillosa. Estaba decidido a dedicarse en cuerpo y alma a hacerlo feliz, porque si Sai era feliz, el lo seria. Y con esos pensamientos en mente tomo la decisión más importante de su vida, o por lo menos una de las más importantes. Decidió demostrarle a su prometido lo mucho que lo amaba y que confiaba ciegamente en el.

Lo había citado en su casa para cenar, quería mostrarle lo bueno que era cocinando y agasajarlo con sus platillos favoritos. Su cuñado le había dado los datos y el los había preparado con dedicación y mucho amor. El azabache como siempre llego puntual, con un ramo de margaritas (sus favoritas), postre y un vino dulce (su favorito también)

- Bienvenido – saludo Gaara con una tímida sonrisa y se acerco a darle un beso en los labios, casto y dulce. Sai sonrió y lo apreso por la cintura.

- Buenas noches mi cerecita sexi – se sonrojo por el apodo, pero ya estaba acostumbrado, y tenia que reconocer que le encantaba saberse sexi a los ojos de su moreno.

- ¿Como estas? – Le pregunto mientras lo conducía a la sala – ¿Naru sigue evolucionando bien?

- Esta excelente – dijo feliz – si todo sigue así lo sacaran del coma farmacológico el lunes.

- Eso es genial Sai – lo abrazo para celebrar – ¿y tu papi?

- Esta harto de estar en el hospital, pero hasta que Naru no este mejor no podemos sacarlo – su suegro mantenía a su otro suegro internado y aislado a base de mentiras, chantajes emocionales y manipulaciones. Todo por el bien del doncel mayor y del Uchiha en camino.

- Cuando sepa la buena nueva se pondrá tan feliz que olvidara todo – dijo seguro y su prometido asintió.

- Si, de todas maneras tendremos que decírselo con calma, porque cualquier emoción, buena o mala lo puede afectar, la abuela dijo que los dos primeros meses son los mas riesgosos y delicados.

- ¿Es así con todos los embarazos? – pregunto un poco preocupado, ya que nunca se había puesto a investigar como eran los embarazos de los donceles.

- No, solo en algunos casos, por lo general si el doncel es muy joven o muy mayor – explico el azabache – los donceles comienzan su fertilidad a los doce u once años, pero a esa edad un embarazo seria muy riesgoso, lo mismo si superan los treinta o treinta y cinco – el pelirrojo suspiro medio aliviado y sonrió mas tranquilo – así que vamos a tener que dedicarnos a tener hijos hasta que cumplas los treinta, te quedan diez años todavía – le dijo al oído estrechándolo. Gaara se puso del mismo color de su cabello y se separo acalorado.

- Voy a ver la cena – presuroso camino hacia la cocina, Sai lo siguió sonriendo feliz, le encantaba incomodarlo, porque se veía adorable todo rojito y avergonzado.

- ¿Ayudo en algo? – pregunto apoyado en la puerta.

- Descorcha el vino y ve a la mesa, ahora sirvo – ordeno sin mirarlo, Sai obedeció y busco el sacacorchos para luego hacer lo solicitado. Se sentó en la mesa, hermosamente arreglada. Con velas y flores, muy romántica, perfecta como su doncel. Gaara llego a los pocos minutos con un par de bandejas y se volvió a ir para regresar con otro par – hice tus favoritos, espero que te agraden – el varón quedo gratamente sorprendido. No sabia que su prometido supiera cuales eran sus platillos favoritos, y mucho menos sabia que supiera cocinar. Gaara sirvió el primer plato y espero a que Sai lo degustara. Este lo comió con paciencia y quedo mas que asombrado por la delicia que estaba probando.

- Magnifico – expreso antes de llevarse otro bocado, ahora mas confiado y animado. Gaara se sintió feliz y satisfecho y comenzó a comer también. Y así siguieron las degustaciones por parte de Sai, que quedaba mas maravillado con cada bocado - Eres maravilloso, absolutamente perfecto – lo halago mientras le besaba una y otra vez las manos – y tus manos son mágicas. Muchas gracias mi amor.

- Es lo mínimo que te mereces – le dijo apenado, no estaba acostumbrado a decir esas cosas, pero Sai lo valía. El azabache sonrió enternecido y lo jalo para sentarlo en su regazo.

- Yo creo que no te merezco precioso.

- No, soy yo el que no te merece, tú eres perfecto – dijo sin pensarlo demasiado.

- No mi amor, tu eres perfecto – le rebatió dulcemente, acariciándole la nariz con la suya propia.

- Bien, para mi tu eres perfecto y para ti yo soy perfecto, quedamos en empate.

- No sabia que era una competencia – bromeo el varón. Gaara hizo un puchero – empatados entonces, ¿quieres postre?

- La verdad estoy más que satisfecho – dijo algo apenado.

- Oh, en ese caso el tiramisú de Luciano será para Dei – Gaara sintió que se le aguaba la boca. Era su postre favorito, y de su chef favorito.

- Quizás si tenga espacio para un bocadito mas – Sai sonrió y lo bajo para ir a buscarlo. En medio de mimos y besos comieron una generosa porción del postre. Luego pasaron a la sala a charlar un poco. Gaara tenia un plan y había llegado el momento de ponerle en marcha – Sai – le dijo sin mirarlo - ¿podrías venir a mi habitación en unos quince minutos? – el azabache lo miro sin comprender demasiado, pero asintió. Gaara le sonrió y se fue corriendo por las escaleras – que nervios – susurro contra la puerta y se dispuso a seguir con lo suyo. Mientras Sai miraba el reloj de la sala, cuando pasaron los quince minutos se puso de pie y subió tranquilamente las escaleras. Al llegar arriba se dio con una realidad, no tenía idea donde era la habitación de su cerecita, y tenia tres pasillos con diez puertas cada uno de posibilidades. Suspiro sintiéndose un tonto.

- Si yo fuera Gaarita ¿Qué habitación elegiría? – comenzó a caminar hacia la derecha. La primera puerta era un baño, la segunda una habitación de huéspedes, y así supuso que todas esas serian habitaciones de huéspedes, así que se fue por la izquierda. Otra vez un baño, un estudio y otra jodida habitación de huéspedes. Hizo notas mentales para no comprarse una casa tan grande, tantas habitaciones eran innecesarias. Decidió que ese pasillo también era para huéspedes así que se fue a del medio. Otro baño, otro estudio y otra habitación de huéspedes. No entendía esa casa. En la suya las habitaciones principales quedaban todas en el mismo pasillo y las de huéspedes en los restantes. Maldijo en voz baja y se dispuso a abrir puerta por puerta. Se dio con que en ese pasillo estaban las cosas de su difunto suegro, todo era de él. Entonces imagino que los otros dos eran uno para Sasori y otro para Gaara, la pregunta era ¿Cuál de los dos? Sin pensarlo más fue puerta por puerta del pasillo de la izquierda, y entendió que era el de Sasori así que apresurado llego al de la derecha y usando la lógica supuso cual seria la habitación principal. La ultima del lado derecho. Conto hasta tres y abrió la puerta, sin muchas ilusiones porque ya había abierto muchas puertas equivocadas. Al entrar noto que la habitación estaba tenuemente iluminada, había pétalos de rosas rojas y olía endemoniadamente bien. Olía a Gaara y a rosas, una combinación que lo volvía loco. Camino hacia la enorme cama de doseles, que tenía las cortinas cerradas, y en el medio lo vio. A su prometido durmiendo plácidamente, con el rostro sonrojado y vistiendo un muy sexi y sugerente conjunto de lencería. Ato cabos y se dio cuenta de lo que pasaba, su novio había planeado una velada mágica, llena de amor y pasión para ellos y él se había tardado demasiado en llegar. Miro su reloj y comprobó efectivamente que había tardado cuarenta minutos en lugar de quince –Tsk – murmuro y desganado comenzó a quitarse el traje para luego meterse a la cama arropando al pelirrojo que se acomodó entre sus brazos sin despertarse un poquito siquiera. Se vio tentado en sacudirlo un poco, pero no pudo, se veía muy placido y relajado dormido que no tuvo más opción que cerrar los ojos e intentar dormir frustrado por haberse arruinado la noche.

 

-----------------♥ITACHI X DEIDARA♥--------------

 

Los días de Deidara eran una rutina, se levantaba y desayunaba solo, luego alguien pasaba por el y lo llevaba al hospital, pasaba el día allí, con Iruka y sus abuelos, almorzaba con su padre y su hermano y por la tarde Itachi pasaba a recogerlo y lo llevaba a su casa, donde cenaba, solo otra vez, y se iba a la cama. El comprendía que todos estaban ocupados y no tenían tiempo para el, pero eso no le quitaba el sentirse triste y abandonado. No podía salir de la casa solo, por lo tanto no podía ir a la universidad ni ver a sus amigos. Su padre no salía del hospital para nada, su papi seguía internado. Iruka parecía un paciente más por las jornadas completas que pasaba en el lugar. Sus abuelos lo mismo. Sai se repartía entre el hospital, la empresa, el clan y Gaara, no tenía ni medio minuto para pasarlo con el. Lo mismo que Itachi, incluso había salido del país un par de días por unos negocios impostergables. La buena noticia era que pronto su hermanito despertaría y entonces lo acapararía, no le importaba lo que dijesen los demás. Él era fuerte si, pero necesitaba cariño y nadie mejor que su ototo para brindárselo.

Ese día al llegar se encontró con su tío/suegro muy animado. La noticia de que Sasuke había sanado casi del todo fue un alivio para la familia. El menor de los azabaches ya no seria sedado para impedirle dejar la cama, ya podía movilizarse un poco, en silla de ruedas, pero era mejor que nada. Sabiendo que Sasuke estaba lucido y despierto se fue a verlo, necesitaba charlar con alguien de su edad para variar.

- Buenos días cuñado – entro encontrándose a un enfadado Sasuke cruzado de brazos y con el seño fruncido - ¿y ahora que tienes?

- La bruja esa – Dei sabia que se refería a su enfermera particular – no me deja visitar a mi kitsune.

- Naru aun no puede recibir visitas baka – se sentó junto a la cama. Sasuke suspiro, él lo sabia, pero necesitaba verlo, aunque sea atreves del vidrio – esta bien Sasuke, el lunes van a despertarlo – noto la melancolía en los ojos negros y le sonrió.

- ¿De verdad? ¿No me lo dices solo para que me quede tranquilo aquí? – pregunto visiblemente angustiado.

- De verdad, no podría mentirte sobre eso, además si no fuera el caso no estaría tan tranquilo ¿verdad?

- Supongo, pero igual estás triste – el rubio se sorprendió.

- ¿Yo? – Sasuke blanqueo los ojos.

- No mi abuela ¿Qué tienes?

- Nada – respondió suspirando y el Uchiha lo miro entrecerrando los ojos.

- ¿Dónde esta el estúpido de mi Aniki? – pregunto intuyendo por donde venia el problema.

- Trabajando supongo – respondió con melancolía. Comprendía que la corporación era importante, pero se preguntaba ¿él era importante también? Esperaba que si, pero viendo su situación lo dudaba mucho. Sasuke no dijo nada mas, solo necesito ver los gestos de su cuñado por partida doble para saber que le pasaba.

- Y cuéntame de los demás, siento que he dormido un mes completo – cambio de tema el varón, para animar un poco al rubio que le sonrió feliz.

- Pues bien, el trasplante fue un éxito. Conseguir un corazón tan pronto fue milagroso – suspiro – aunque un poco trágico también – Sasuke lo interrogo con la mirada – Sasori murió en un accidente de transito – Sasuke asintió – y resulto compatible así que hicieron el trasplante.

- Fue una suerte que se muriera – pensó en voz alta y se arrepintió al ver como los ojos azules se aguaban – no quise decirlo así, es que – se toco el puente de la nariz, le desesperaba no ser bueno con las palabras – me refiero a que gracias a ello mi kitsune se ha salvado y eso es bueno ¿verdad? – Deidara asintió – no es que me alegre la muerte del pelirrojo en si, solamente me pone feliz que haya servido para que Naru tuviera un corazón nuevo.

- Lo se Sasuke, no te expliques, entiendo y yo me siento muy feliz también de que mi hermanito se recupere, pero es que – dijo aguantando las ganas de llorar – Sasori era mi mejor amigo – y ya no pudo mas, se había tragado el dolor de la perdida para consolar a Gaara y también porque sabia que Itachi detestaba a Sasori y lo ultimo que iba a querer era consolarlo por su muerte. Pero ya no podía mas, necesitaba un poco de consuelo el también. Sasuke como pudo se sentó en la cama y lo atrajo para abrazarlo contra su pecho y dejarlo llorar todo lo que quisiera. Él no tenía demasiados amigos y era bastante insensible así que no podía imaginar lo que sentía el rubio en esos momentos, pero sabia que le dolía y que necesitaba un hombro donde llorar. Unos minutos después Deidara se calmo y se separo lentamente, estaba apenado por el espectáculo que había dado – lo lamento.

- No lo hagas, yo sé que no soy tu persona favorita en el mundo, y puede que a parte de mi madre y tu hermano no sea la persona favorita de nadie mas – Deidara sonrió por lo dicho – pero eres alguien sumamente valioso para mi rubito y sé que si tu sufres el sufre, y yo quiero que sea feliz, así que si algún día me necesitas para lo que sea no dudes en buscarme – el doncel asintió conmovido por las palabras – eso si, que mi idiota hermano no se entere o me matara en un ataque de celos – el rubio bufo - ¿no me crees?

- Sasuke no quiero hablar de tu hermano ahora ¿si? – pidió en una orden escondida el Uchiha asintió recostándose de nuevo – mejor sigamos con las novedades. La muerte de Sasori afecto mucho a Gaara.

- Se volvió mas deprimente de que era – bromeo.

- Lamentablemente si – suspiro – pero Sai esta a su lado incondicionalmente, hace de todo para hacerlo sentir querido, protegido y que no esta solo – sonrió – mi hermano es un gran prometido, Gaara se saco la lotería con el.

- ¿Y tu hermano no se la saco conmigo?

- No quieres que te responda – ambos rieron por la respuesta – no es porque sea mi hermano, pero creo que Sai es el mejor de ustedes tres.

- ¿Mejor que Itachi? – eso sorprendió a Sasuke.

- Mucho mejor, Sai ama a Gaara por encima de todo, y siempre que él lo requiere esta a su lado. Dudo mucho que mi hermano ponga el trabajo o cualquier cosa por encima de su cerecita – se burlo del mote que había escuchado – tu hermano hace todo lo contrario, incluso tu que eres un bastardo insensible y arrogante eres capaz de dejar todo de lado por Naru chan.

- Así que ese es el problema – concluyo Sasuke.

- No sé de que hablas – negó la realidad. El varón elevo los hombros – sigamos mejor. No se si lo sabes pero mi papi esta embarazado.

- Había escuchado algo en mis breves lapsus de conciencia, pero pensé que era un sueño ¿no esta viejo para eso?

- No es viejo, si un poco mayor, por eso el embarazo es de cuidado, los primeros meses por lo menos, así que esta internado aquí mismo.

- ¿Y sabe lo de Naru?

- No sabe nada, por eso lo mantienen aquí, así no se altera cuando sepa la verdad de lo que paso. Va a enojarse muchísimo cuando sepa que le mentimos.

- Y eso podría afectar al bebe.

- Si, pero no podemos tenerlo internado nueve meses ¿verdad?

- Si fuera mi esposo y su salud dependiera de ello si lo dejaría internado nueve meses.

- Había olvidado lo extremistas que son todos los Uchiha, o casi todos por lo menos.

- Es parte de nuestro encanto – se burlo divertido y el rubio bufo – pero sigue ¿Qué paso con los demás? ¿Hidan, Pain?

- Hidan ya fue dado de alta, la herida no fue muy grave, el que aun sigue internado en Kakuzu, tuvieron que sedarlo bien fuerte porque quería salir a asesinar a todos los que habían participado del atentado, estaba hecho una fiera. Ni siquiera Pain podía controlarlo. Lo hicieron dormir por tres días, atado a la cama y cuando despertó rompió todo y tuvieron que sedarlo dos días mas, lo suficiente para que Hidan pudiera estar a su lado y calmarlo al despertarse. De todas formas no lo dejaron ir, porque se deshidrato y los médicos quieren hacerle unos estudios para saber el porqué de sus ataques de ira.

- No se necesitan estudios, esos desgraciados hirieron a su doncel es obvio que quiera sus cabezas.

- Quizás en tu extraño mundo de sangre y venganzas, pero las personas normales no piensan así.

- Mentira, todos piensan así, solo que no es políticamente correcto decirlo en voz alta.

- Tú lo dices.

- Creo que ha quedado mas que claro que yo soy de todo menos políticamente correcto – Dei asintió, no podía rebatir una verdad tan absoluta. Volvieron a reírse y así se les paso la mañana y parte de la tarde. Incluso almorzaron juntos, con Mikoto e Iruka. Deidara se retiro a visitar a su papi antes de que Itachi pasar por el.

- Buenas ototo baka – el mayor había llegado a visitar a su hermano, el cual lo miro con el seño fruncido.

- ¿Qué haces aquí imbécil?

- Que tierno eres – ironizo sentándose en la silla junto a la cama - ¿Cómo te sientes?

- Perfecto, pero aun no me respondes ¿Qué mierda haces aquí?

- Vine a verte desagradecido, supe que te habían quitado los sedantes y salí temprano para que pasemos unas horas juntos.

- Idiota – murmuro.

- Pensé que el amor cambiaria en algo tu actitud.

- Claro que la cambio, si no lo hubiera hecho no me habría pasado todo el día consolando a tu novio – elevo la voz – lo escuche llorar, contarme sus penas y llorar de nuevo, ya que lamentablemente nadie tiene tiempo para el y sus necesidades.

- ¿De que hablas? – Itachi se puso de pie alterado ¿su Dei había llorado en brazos de su hermano? – Dei esta bien, el entiende lo que sucede.

- El que no entiende eres tu – grito un poco mas – que Deidara sea mas frio e inexpresivo que los donceles que conocemos no le quita lo frágil y sensible que es y por si no te has enterado IDIOTA acaba de perder a su mejor amigo, su hermano y su papi están internados. Sai y Madara no tienen tiempo para el y el maldito estúpido de su prometido prefiere hacer cualquier cosa a estar a su lado.

- Yo – el mayor no sabia que decir, definitivamente era un idiota.

- A mi no me expliques nada idiota – Sasuke blanqueo los ojos cuando Itachi salió corriendo de su habitación – y supuestamente es un genio.

Itachi llego a la habitación de su suegro y entro sin golpear los allí presentes lo miraron sorprendidos por la abrupta interrupción.

- ¿Sucede algo Itachi? – pregunto Madara claramente irritado por la falta de modales.

- Lamento la interrupción – se recompuso – pero quisiera hablar con Deidara – el aludido lo miro serio.

- Aun no acaba el horario de visitas – respondió cortante y siguió mirando el álbum de fotografías con sus padres. Itachi suspiro, se merecía el trato frio así que tenia que ser paciente.

- ¿Qué miran? – pregunto curioso. Nadie le respondió así que se acercó a la cama del rubio mayor. Minato estaba sentado, Deidara estaba a su lado subido también en la cama y Madara en la silla al lado de esta. Los tres miraban muy entretenidos las fotografías. Eran de la niñez de los rubios. Su novio era hermoso desde pequeño, comprobó observando.

- ¿Qué necesitas Itachi? – volvió a preguntar Madara porque estaba interrumpiendo su momento familiar.

- Madi no seas grosero con Ita – lo regaño divertido Minato – es obvio que vino a pasar tiempo con Dei – Deidara bufo, su padre varón igual. Ambos se miraron y rieron por el gesto – Dei amor, ve con tu novio, yo estoy bien con tu padre.

- Pero papi aun me queda una hora – se quejo el menor.

- No es obligación que te quedes todo lo que dura el horario de visitas, puedes irte antes – Deidara agacho la mirada, no quería irse antes, no quería ir al enorme soledad de su casa una hora antes.

- Prefiero quedarme – Minato negó con la cabeza, conocía muy bien a su hijo para saber que algo le pasaba, y que ese algo tenía que ver con Itachi. Madara no se negó, le acaricio el brazo en señal de aprobación.

- Vuelve en una hora como todos los días – ordeno a su sobrino. Itachi abrió los ojos, sorprendido por el tono utilizado y lo que la frase sugería. Su tío también había notada lo abandonado que tenia a su prometido.

- Me gustaría que cenáramos juntos Dei – pidió delicadamente, ignorando a su tío – afuera, han inaugurado un lugar nuevo.

- No quiero – lo corto el rubio.

- Dei – Minato lo regaño.

- ¿Qué? – Dijo el menor – no quiero ir a ningún lado, si no me quieres aquí me voy con Sasuke – y se levanto para calzarse.

- No es eso amor, pero te vendría bien salir un poco, no es saludable que pases tu vida aquí.

- Prefiero pasarla aquí que solo en casa – respondió saliendo de la habitación. Los presentes se quedaron en silencio.

- ¿Qué demonios esperas para ir por el y hacerlo sentir bien idiota? – Madara parado encaro a un estático Itachi – si no te pones a la altura de las circunstancias voy a alejarlo de ti – Itachi asintió y salió corriendo tras su rubio. Lo detuvo en el pasillo.

- Dei por favor – lo tomo del brazo – vamos a comer y hablamos.

- No tengo ganas – quiso soltarse, pero era inútil.

- Mi amor por favor – lo abrazo por la espalda – déjame reponer el daño que te hice estos días, por favor – Deidara relajo el cuerpo, no tenia sentido resistirse, Itachi era mucho mas fuerte que él.

- Llévame a casa – pidió.

- Vamos a cenar, es un lugar nuevo muy.

- A casa – remarco el doncel y no le quedo otra que asentir. Tomados de la mano salieron del hospital rumbo a la casa de Madara y su familia. Deidara no hablo en el viaje, ni siquiera lo miro en todo el camino. Itachi estaba desesperado por recomponer las cosas.

- Lo siento mucho – dijo cuando llegaron. No recibió respuesta. Su pareja se bajo del coche y camino hacia la entrada. Lo siguió obviamente, tenia que solucionar la situación – en serio amor, no sabes lo arrepentido que estoy por ser tan pésimo novio.

- No me interesa Uchiha – respondió frente a la puerta de su habitación –tu sigue con tu vida y tus prioridades y yo seguiré con la mía.

- Tú eres mi prioridad.

- ¡No me mientas! – el doncel exploto, no podía seguir pretendiendo que le era indiferente la situación - ¡cualquier cosa o persona es mas importante que yo! – Itachi retrocedió dos paso por la mirad furiosa y dolida de su rubio – no te importa nada de lo que me pase, porque primero tienes que solucionar los problemas con Pain, después tienes que ver las cosas del empresa, del clan, tu hermano, tu madre, una estúpida fiesta de beneficencia, y después si te queda un poco de tiempo yo, así que no me mientas.

- Dei no es así – quiso explicar – tengo obligaciones que atender, con tu padre y el mio fuera yo.

- ¿Por qué mi padre esta fuera Itachi? – Pregunto mordaz – dime ¿Por qué el gran empresario? ¿El frio y calculador Madara esta fuera? – se miraron a los ojos – te diré porque, porque hasta él sabe que lo mas importante en su vida es la familia. Porque ese hombre al que todos consideran despiadado y descorazonado es capaz de dejar su propia vida de lado por mi papi, algo que obviamente tu no estas dispuesto a hacer por mi.

- Dei no digas esas cosas, estoy cuidando tu patrimonio.

- ¡Me importa una mierda mi patrimonio! – Abrió la puerta de su cuarto – lo único que quería era un poco de amor y compañía, pero supongo que tendré que conformarme con una tarjeta de crédito sin limite de compra – y se encerró de un portazo, dejando a un paralizado y dolido varón en el pasillo.

- Por fin exploto – la voz de Sai lo saco de sus pensamientos, miro a su primo y no pudo hacer nada para evitar el derechazo que lo dejo sentado en el piso y con la nariz sangrando – se suponía que ibas a cuidarlo, se suponía que estarías a su lado mientras mi padre y yo nos ocupábamos de las demás cosas. Confiamos en ti para reconfortarlo y consolarlo, veo que nos equivocamos – camino hacia su habitación – pero descuida desde ahora me hare cargo de mi hermano para que puedas seguir con tus obligaciones – sonrió con maldad y se metió a su cuarto. Itachi se puso de pie. No podía creer lo estúpido que había sido. Solito se había cargado en sus hombros responsabilidades que nadie le pidió. Pensando que de esa manera su padre y su tío podrían estar tranquilos con su familia. Hasta ahora caía en cuenta que a ninguno de los dos le importaban los negocios si su familia estaba en problemas. Madara jamás dejaría a Minato por cerrar un negocio. Su padre menos abandonaría a su madre por ir a firmar papeles y ni siquiera el perfeccionista de Sasuke se iría de viaje, por más millones que eso significaran para la compañía. No podía quejarse del trato recibido, había descuidado a su rubio cuando mas lo necesitaba. Había sobrestimado su fortaleza interior sin pensar un poco en lo difícil que era toda la situación. Su hermanito al borde de la muerte, su papi secuestrado y casi violado. Ellos mismos casi son secuestrados. Por más que odiara admitirlo, la muerte del maldito de Sasori había significado un duro golpe para Dei. Suspiro y apoyo la frente en la pared, tenia que remedia la situación y debía hacerlo pronto.

 

Continuara... (muy pronto)

Notas finales:

Ita ha metido la pata y le han roto la nariz, merecidamente creo yo, como va a descuidar asi a su rubio, que agradezca que tiene "arresto domiciliario" si no le conseguia otro por tonto.

La semana que viene subo la conti y la que le sigue el epilogo y ya terminamos y asi podre seguir con las otras dos historias pendientes.

Nos leemos!!


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