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Sillón por Hitsugi-kun

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Notas del capitulo:

Hola, soy Hitsugi y escribo fanfics sobre Nightmare cada un año...

Otro oneshot para la serie Crash! Nightmare Channel~

Mil gracias a Nazuki por corregirlo... te amo <3

Ah, y antes de que lo olvide. Sakito luce así en este fic: Sakito

Doy referencia para los que no sepan que alguna vez estuvo rucia y se veía re bien~

Espero que lo disfruten.

 Sakito se bajó del escenario sintiéndose exhausto. El cuerpo le pesaba y con suerte podía mantener los ojos abiertos mientras avanzaba a paso lento hacia el camerino de los Naito. 

 El concierto había sido agotador, bueno, buenísimo en realidad, pero agotador al máximo. Siendo el último live de esa gira se habían propuesto dar todo de sí como banda, en cada canción, en cada nota, incluso en los momentos de relleno, se habían entregado al público derechamente. Y la primera guitarra había sido fiel a su palabra, dándolo todo. Se había movido de lado a lado en el escenario, había saltado, corrido, bailado como casi nunca hacía y hasta había interactuado con las fans, dándoles la mano a las que estaban cerca, sonriendo de oreja a oreja, feliz de poder compartir esa experiencia; además por supuesto, de tocar los solos de cada canción con una precisión absoluta. La felicidad era general, y se había notado en el rostro de cada uno de los Naitomea. Hasta Ruka había sonreído más de lo habitual. 

 Realmente había sido una noche perfecta.

 Pero… ahora que caminaba hacía el camarín y no daba más del cansancio, poco y nada le importaba la perfección con la que había resultado el concierto.
 Abrió la puerta de un empujón y se tiró sobre uno de los sillones que había dentro del cuarto, sin siquiera quitarse la ropa con la que había salido a tocar. Tenía el cuerpo algo húmedo debido a la transpiración, y de seguro terminaría enfermo por su incapacidad de moverse dos segundos más y quitarse la camiseta. Se mamaría el resfriado, ahora prefería dormirse con la polera mojada que moverse de nuevo. Cerró los ojos y un alivio casi en forma de dolor le recorrió el cuerpo. Sus huesos llegaron a sonar al descansar finalmente sobre el cómodo sofá, y en un par de segundos el sueño se apoderó de él. Creyó escuchar la puerta abrirse de nuevo unos minutos más tarde, pero ni siquiera intentó ver de quién se trataba. Abrir los párpados parecía una tarea demasiado complicada. Si era alguien del staff no intentarían despertarlo, conocían bien el pésimo humor que tenía cuando estaba así de cansado. Ni hablar del resto de la banda, le habían dicho que tendrían una pequeña celebración en un cuarto cercano, pero había rechazado ser participe de la misma. No era que no le interesara, al contrario, le hubiera gustado estar ahí con el resto, pero se habría terminado durmiendo en uno de los sillones de todas maneras. Mejor descansar un rato y luego unirse… si es que no se emborrachaban enseguida. Ya les daría las explicaciones correspondientes por su ausencia, ahora sólo quería entregarse a los brazos de Morfeo, entregarse entero, hasta que se lo follara si con eso conseguía recuperar su energía. 

 

 El vocalista de Nightmare dio varias vueltas por los pasillos del lugar antes de pensar en ir a los vestidores. Su líder había sido el primero en bajar del escenario y se había desaparecido en cosa de segundos, antes de que cualquier pudiera arrastrarlo hasta la celebración. Hitsugi, Ruka y Ni~ya habían comenzado a beber ya, en realidad, solo Hitsugi y Ni~ya habían empinado las botellas de sake que los esperaban en el otro camarín, Ruka se limitaba a observarles como siempre, molestando a ambos con comentarios con doble sentido, aludiendo a la relación entre el bajista y el neko, y tratando de tocar el vientre del menor para avergonzarlo. Con suerte se habían cambiado las remeras sudadas. Cuando el enano había preguntado por Sakito, nadie supo responder, y es que poco les importaba dónde se hubiera ido a meter el líder, aparecería en algún momento. Si se quería perder el comienzo de la fiesta, allá él. 

 Yomi cruzó la puerta del camerino que compartían y una sonrisa maliciosa se le formó en el rostro al ver recostado boca arriba a Sakaguchi, respirando calmadamente, con los ojos cerrados, las piernas abiertas y separadas, y una mano sobre su estómago. La camiseta se le había subido hasta la mitad del pecho y sus dedos delgados descansaban sobre la piel blanquecina descubierta.

 Se relamió los labios, cerrando la puerta tras de sí, sin molestarse en ponerle llave. Daba igual. Todos estaban demasiado ocupados bebiendo como para molestarse en buscarlos y no era como que fueran a hacer algo malo. Yomi sólo había venido a despertar al otro. Sólo lo había venido a buscar, lo despertaría y se lo llevaría al otro cuarto… No había nada de malo en despertarlo, sin importar cómo lo hiciera. Y ésta era una oportunidad perfecta para juguetear y molestar al líder.

 Avanzó hasta quedar frente al sofá que ocupaba el guitarrista y se arrodilló a su lado. El más alto parecía estar completamente dormido e inadvertido de su presencia. Le picó con un dedo de todas maneras, tenía que comprobar si estaba o no durmiendo antes de recibir un golpe o un ataque sorpresa. 

 —Hey, Saki… —dijo en tono bajo, empujándole por el hombro.

 Esperó unos segundos y cuando no hubo respuesta, repitió la acción. 

 —Saki, todos estaban preguntando por ti, creí que te había ido a casa —siguió picándole, bajando el dedo desde su hombro hasta las costillas. Cualquiera despertaría con un enano picoteándole las costillas, pero el guitarrista ni se inmutó, su respiración seguía calmada—. Mitsuo dijo que te dejara tranquilo, que estabas cansado, pero pensé que era muy egoísta de tu parte irte así como así.

 Llevó el dedo hasta el borde de la remera, lo  delineó y cuando llegó a donde debería estar cubriendo el pezón, levantó un poco para poder ver. Se quedó quieto, guardando silencio, esperando a que Sakito despertara de golpe y se cubriera, pero el rubio solo soltó un suspiro en respuesta y ni se movió. Su sonrisa se hizo más amplia. Le subió la camiseta hasta el cuello y volvió a bajar la mano. 

—En vez de ir a celebrar con nosotros, te encerraste acá a dormir… que mal líder eres —murmuró.

 Con suavidad y una lentitud extraña en él, pues era de aquellas personas ansiosas que querían todo de una, sus dedos comenzaron a acariciar el pecho del más alto. Presionó uno de los pezones con el índice, rozándolo con la yema, haciendo movimientos circulares. Sakito volvió a suspirar entre sueños, y la sonrisa ladina que mantenía en el rostro se amplió aún más. ¿Quién hubiera pensado que salir en busca del líder sería una idea tan… divertida?

 Yomi no lo pensó dos veces antes de atacar con su boca. Atrapó el pezón que tenía más cerca entre sus labios y succionó con fuerza, lamiéndolo luego con la punta de la lengua hasta lograr ponerlo completamente duro. Sakito se removía entre sueños, como si intentara despertar para zafarse de su agarre, o al menos eso creía el más bajo. La verdad era bastante diferente. Para el guitarrista esto no era más que un sueño húmedo, uno muy vívido, pero un sueño al fin y al cabo. Uno que no debería estar teniendo recostado en el camerino. Era simplemente una mala pasada que le estaba jugando la mente por toda la excitación acumulada del live. 

 La mano que se había preocupado de endurecer el otro pezón a la par con el trabajo de su boca, bajó arañando con suavidad su vientre, rozando el piercing en su ombligo, e intentó meterse debajo de los apretados pantalones. Maldijo entredientes el que el rubio tuviera la mala costumbre de usar pantalones tan ajustados. Era cierto que le quedaban espectaculares, y era testigo de como ese trasero inexistente llegaba a parecerle atractivo a cualquiera cuando se metía en esos pantalones de cuerina que terminaban siendo como  su segunda piel, pero ahora le había costado un mundo colar su pequeña extremidad, y arruinaban su diversión. 

 Se separó de su pecho y le abrió la pretina con ambas manos. La lentitud con la que había comenzado todo se le fue a la mierda y le bajó rápidamente el cierre, exponiendo parte de su pene. No intentó bajar los pantalones pues parecía una tarea  imposible, el guitarrista de seguro despertaría y no tenía tiempo que perder en tonteras como esa. Podía tocarlo sin problemas así. 

 —Que sucio eres, Sakaguchi… —murmuró con malicia—. Sin ropa interior para un concierto, ¿quién lo hubiera pensado? —Su boca volvió a bajar hasta su pecho, dejando varias mordidas alrededor de su tetilla, sin dejar ninguna marca, mientras que con una mano sacaba el miembro semiduro de Sakito, dándole un par de frotes—. Apuesto a que Mitsuo sabía… Por eso te miraba de reojo, ¿verdad? 

 Sus dientes se encargaron de tironear el pezón que antes había sido succionado y sus oídos se deleitaron cuando un gemido muy bajo escapó de la boca de su guitarrista. Bien, el otro lo estaba disfrutando en sueños… Yomi había logrado “despertar” al ovárico de su líder. Punto para él. 

 Su mano se movió con mayor rapidez, apretando desde la base del miembro hasta llegar al glande. Eran movimientos rápidos, casi bruscos, solo con la intención de despertar la entrepierna del rubio por completo. Cuando el líquido preseminal comenzó a acumularse en la punta, el vocalista dejó un camino de besos, trasladándose desde el pecho hasta su estómago. Mordió, besó, y lamió cada centímetro de piel que alcanzó y cuando llegó hasta la entrepierna del más alto, se acomodó lo mejor que pudo, aún arrodillado a su lado. 

 —Es una lástima que no traiga mi celular. —Alzó la mirada. Sakito fruncía el entrecejo, tenía los ojos cerrados, y su pecho bajaba y subía agitado. Tenía los labios entreabiertos y había comenzado a mover las caderas levemente de manera inconsciente, buscando sentir más—. Me hubiera encantado guardar este momento, a Satoru le hubiera gustado tanto ver un par de fotos nuevas en la colección. —Dio los últimos frotes a la erección y se encogió de hombros, como si el otro pudiera verlo y escucharlo—. Se tendrá que conformar con lo que logre recordar.

 Yomi no era alguien que hiciera las cosas con calma, y aunque lo había intentado en un comienzo para poder disfrutar del “jueguito”, ahora no aguantaba un segundo más. Su propia erección palpitando contra su ropa le hacía saber que no había tiempo que perder. Era ahora o nunca, porque no habría otra oportunidad como esa. El baterista probablemente le recriminaría el no haber sacado mayor provecho al cuerpo sumiso del guitarrista, pero no importaba. 

 Sostuvo el miembro de Sakito con la mano e inhaló profundamente antes de acercarse al mismo. Se le hacía agua la boca. Le pasó la lengua un par de veces sin vergüenza alguna, tal como si estuviera lamiendo un helado, bien rápido para que no se le fuera a derretir en las manos, succionado la punta para no perder ni una sola gota de ese precioso y dulce líquido. Se sentía en el séptimo cielo. Muchos podrían llamarle pervertido, gritárselo en plena cara, y él solo sonreiría y no haría nada para negarlo. Lo era. Era un enfermo que se sentía capaz de correrse ahí mismo sólo por tener la erección de su guitarrista a plena disposición, por poder engullirla sin que nadie pudiera detenerlo. 

 El rubio había comenzado a soltar gemiditos más agudos y seguidos, jadeando y balbuceando un par de palabra que Yomi no lograba descifrar, pero que no creía que fueran de mucha importante. Ninguna parecía ser una negativa a lo que sucedía y no hacían más que incentivarlo para que continuara. Volvió a inhalar hasta llenar sus pulmones y se metió toda la erección dentro de la boca, hasta que la punta le tocó el comienzo de la garganta. Cerró los ojos y se quedó ahí, fijo, aguantando las arcadas, tratando de acostumbrarse. Sakito no era tan grande como Ruka o Ni~ya, se asemejaba más a Hitsugi, pero el más bajo siempre hacía lo mismo, daba igual a quién se la chupara, manteniéndola dentro un rato le servía para poder recordar el tamaño y la forma de cada persona que pasaba por su boca.

 Se echó hacía atrás cuando el aire le hizo falta, dejando un hilo de baba entre sus labios enrojecidos y la cabeza del miembro. Maldito el momento en que había decidido dejar su teléfono móvil en manos de Hitsugi, le hubiera sacado tantas fotos al rostro del guitarrista, bueno, al rostro y a la erección frente a él. Jadeó entrecortado, tratando de estabilizar un poco su respiración, y volvió a hundirse entre las piernas del más alto. 

 Sakito había aumentado el volumen de sus gemidos y ahora ondulaba las caderas hacía adelante, levantando incluso el cuerpo, moviéndose a la par con el vaivén que la boca de  Yomi había adoptado. Seguía balbuceando palabras, nombres incluso, pero no despertaba. El vocal removió la mano del pene del rubio, y con rapidez se abrió sus propios pantalones. Su erección pareció respirar aliviada al ser liberada y, sin mucha gentileza, comenzó a masturbarse con ambas manos. 

 Estaba cerca, tan cerca… podía sentirlo. Podía respirarlo. Podía… podía…

 —Mi… Mitsuo… —Alcanzó a oír aquel nombre y un gemido agudo de parte de su líder, antes de que se corriera dentro su boca. 

 Hubiera sonreído si no hubiera tenido la boca llena y ocupada. Sakito enterró las uñas en el sillón, alzando las caderas mientras se le iba el alma en sueños. El vocalista bebió todo lo que pudo, tragando el semen espeso sin parar, disfrutando de ese sabor agridulce, suave inclusive, y evitando derramar siquiera una gota. Era suyo para beber, suyo y de nadie más.

 No fue mucho lo que necesito después de eso. Un par de frotes más con las manos y terminó por alcanzar el clímax, manchando sus extremidades y una parte del sofá con su esencia. 

 Jadeando y con una sonrisa satisfecha en el rostro, se permitió descansar la cabeza unos segundos sobre el muslo sin carne del más alto, observando su miembro ahora flácido y brillante gracias a su saliva.

 —Wow, Saki, esto definitivamente hay que repetirlo —murmuró como si el otro pudiera oírlo.

 Sakito suspiró sin abrir los párpados, ahora parecía estar sonriendo y descansando plácidamente.

  

 Para cuando Yomi regresó al vestidor que habían usado para festejar, Hitsugi fue el único que se interesó por saber sobre el paradero del líder. Ni~ya discutía con el batero sobre tetas y sostenes, casi gritando que se equivocaba, que así no era la forma de abrir un sostén con una mano. Mientras Ruka le refutaba todas las idioteces que decía con un simple “nunca has tocado una teta en tu vida”. 

 —¿Jun? ¿Y Saki?

 —Lo encontré durmiendo por ahí —contestó, dándole unas palmaditas en el hombro al neko, yendo hacía el batero con una sonrisa de oreja a oreja plasmada en el rostro. Había mucho que contar y poco tiempo para ello—. No te preocupes, Mitsuo, lo dejé tranquilo, tal como tú me lo pediste.

Notas finales:

ありがとう ! ! -hace una reverencia-

Ha pasado ya casi un año (y meses) desde el último oneshot que publiqué...

No tengo ninguna justificación para ello.

Roguemos que la inspiración divina se mantenga dentro de mi cabeza y las naitorgías continuen~

Otra vez, mil gracias a Nazu porque me tiene paciencia y fe T-T... y yo la amo~

Vayan a leer su fic, "Días de M...", porque es buenísimo y tiene a mi pareja de Naito favorita entre todo el drama que hay.

Eso es todo... ¡Gracias por leer!


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