Los hermanos Uchiha estaban en un restaurante desayunando, después de la parada que habían hecho anoche, decidieron no regresar a la mansión eso sería muy arriesgado, así que se hospedaron en un hotel de la ciudad.
Ni uno de los hermanos comía solo jugaban con la comida que tenían frente, no se atrevían a mirarse a los ojos.
Itachi sabía que su hermano estaba enamorado de ese rubio, pero ese rubio podría ser el mismo que lo metería a la cárcel y él no pensaba correr ningún riesgo a menos que… Bueno esa era una idea loca, algo que jamás había hecho y no sabía si lo haría a esas alturas de la situación.
-¿De… de verdad lo amas cierto?- Pregunto temerosamente Itachi a su hermano menor.
Sasuke con una tenue sonrisa levanto el rostro y con la mirada fija en su hermano respondió con toda la seguridad del mundo.
-Claro que lo amo…-Hizo una pausa para beber de su café. Y luego su mirada estaba lejos, no veía a Itachi pero tampoco veía nada cercano.- Es algo que no puedo describir con palabras, incluso estando a lado de él paso algo que pensé que nunca sucedería…- Fijo la mirada de nuevo a su hermano.- Por primera vez desde que nosotros somos… bueno tu sabes, desde que somos eso… por primera vez me arrepiento.
Itachi se sorprendió, comprendía a su hermano pues Deidara despertaba exactamente esos sentimientos en él.- ¿Te arrepientes?- Pregunto con miedo, tal vez había llevado a Sasuke por un camino que él no quería. Si Sasuke respondía que si se arrepentía él sentiría que le había fallado.
-No me mal intérpretes, no me arrepiento de nada de lo que hemos hecho… simplemente me arrepiento de ser el asesino que lo tenga que matar.- Sonrió como hacía tiempo no lo veía sonreír Itachi.- Pero, yo ya me sincere contigo, ahora tu dime ¿Qué sientes por Deidara realmente?
-Lo mismo que tú sientes por Naruto. Deidara es un chico problemático, celoso, divertido, cariñoso y pega muy fuerte.- Sonrió por todos los recuerdos que tenía con él, pero de pronto esa sonrisa se tornó amargada.- Pero no dejare que nuestro descuido te lleve a ti a la cárcel.
-Si hablamos con ellos…-Propuso Sasuke emocionado, pensando en un futuro mejor.
-No sé si esa sea una solución, pero tengo algo que podría funcionar.- Un plan de Itachi, eso era tener asegurado un futuro con los rubios. Itachi era un gran estratega.
-¿Qué es?- Pregunto entusiasmado Sasuke.
-Normalmente, como goichi tenemos ética ¿Cierto?- El menor movió la cabeza en afirmación.- Y por lo tanto no solemos involucrarnos con los clientes y borramos los números, correo y demás datos que lleguemos a obtener de ellos.- Sasuke escuchaba atentamente lo que su hermano decía.
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La mañana había llegado, lo sabía porque el sol entraba por su cuarto, pero estaba confundido.
¿Qué hacía en su cuarto? ¿Por qué podía ver la luz de un nuevo día? ¿No era Itachi un asesino que tenía planes para matarlo a él y a su hermano? Si era así… ¿entonces qué había pasado?
Deidara tenía un fuerte dolor de cabeza, acompañado de una sensación de vacío enorme, se sentía engañado, utilizado e imbécil por confiar ese engreído del Uchiha.
-Mierda…-Grito mientras salía corriendo de su cama, en el intento casi cayendo al suelo.- ¿NARUTO?- Grito mientras corría por toda su casa, él estaba vivo pero ¿y su hermano?
-¿Qué pasa Dei?- Pregunto entre bostezos Minato que en cuanto escucho el grito de su hijo salió de su habitación a ver qué pasaba.
-Papa…Papa.- Hablaba apresurado Dei.- ¿Dónde está Naruto?
La pregunta desconcertó al padre de la casa, pero contesto.- En su habitación durmiendo. ¿Qué pasa?
-¿Por qué… estamos en casa?- Pregunto, sabía que su padre podría tener la respuesta.
-Esos.- dijo refiriéndose a los Uchiha.- vinieron a dejarlos anoche, estaban súper dormidos, típico de ustedes, los dejaron en la casa, dijeron que tenían que salir por un asunto de su empresa, y que no querían…-hizo memoria.- o no podían despertarlos, así que los trajeron.
Eso era una mentira, no tenían ningún asunto que atender relacionado a su empresa, pero sí que tenían un asunto con los rubios hermanos.
-Pa.-dijo ya más calmado Dei.- voy a ver a Naruto.
-Claro. El desayuno estará más tarde.- Contesto Minato encerrándose en su cuarto de nuevo.
Deidara avanzo por los pasillos de su casa hasta llegar a la puerta que correspondía a la habitación de su hermano, puso la mano en el picaporte pero no sabía que diría a su hermano una vez cruzara la puerta.
Suspiro y abrió la puerta, lo que vio fue sorprendente, Naruto estaba llorando, con las rodillas abrazadas a su cuerpo.
-Naru-chan…-Susurro con lastima.- ¿Qué pasa?- Pregunto mientras se acercaba a consolarlo.
-Dei…-Gimoteo.- ¿Qué hice?... ¿Qué paso en casa de Sasuke?
El rubio mayor suspiro, su hermano merecía una explicación, y él no era quien para negársela.
-Naruto tú debes de saberlo.-Empezó, los sollozos de Naruto se detuvieron y fijo su triste mirada en su hermano.- Anoche estaba en el cuarto de Itachi, él se estaba bañando cuando su celular empezó a sonar, lo ignore la primera vez, pero parecía ser importante porque llamaron otras cuatro veces.- Dei hablaba tan rápido, deseando que todo pasara pronto.- Conteste aun cuando no debía hacerlo, la voz del otro lado dijo “Goichi”, obviamente lo primero que pensé fue en esos asesino, luego dijeron “Ya mataron a los hermanos”, pensé que era una broma estúpida, luego por ultimo dijeron “Los hermanos Namikaze ya están muertos”…-Dei volteo a ver a Naruto él cual parecía no comprender la situación.- Naruto ellos son unos asesinos.
-Eso no puede ser verdad… yo lo vi Dei.-Empezó a hablar Naruto con una sonrisa de lo más calmada.- Itachi te ama, se nota en la forma que te mira. Y Sasuke, bueno, no estoy seguro si me ama o no, pero él…-Y antes de que pudiera decir algo recordó su dibujo, ese dibujo donde Sasuke era un asesino.- Él probablemente no dudaría en matarme.
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Los azabaches estaban en la habitación del hotel, sentados en la cama y terminando de instalar el teléfono que acababan de comprar.
-Listo.- Dijo Itachi.- Es hora de la verdad.
-Tú hablas…-Dijo Sasuke.- Te dicto el numero.- Itachi empezó a anotar los números que le estaba dando Sasuke.- seis, seis, nueve, cinco.
El sonido de llamada entrante empezó a oírse del otro lado de la línea.
-Bueno.-contesto una amigable voz, enseguida Itachi colgó, no había necesidad de más, él conocía esa voz.
-¿Qué paso?- Pregunto Sasuke, el plan de su hermano era hablar al número del cual recibía las llamadas, investigar quien quería matar a los rubios, y en vez de matarlos a ellos matarlo a él.
-No va a ser fácil, incluso si lo hacemos, no hay posibilidad alguna de que volvamos con ellos, si matamos a esta persona, lo único que lograremos será salvar a los rubios.- dijo Itachi muy serio.
-No me asuste… ¿Quién quiere matarlos?- Pregunto Sasuke preocupado.
-Es…- Dijo Itachi, Sasuke pareció ensordecer luego de escuchar el nombre de la persona que quería muerto a los rubios, no se lo creía, no podía ser verdad.
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-Naruto… No lo hagas…- Ordeno Deidara, luego de que Naruto tomara su chaqueta, tomara las llaves del auto y bajara corriendo las escaleras.
-Sé que Itachi no te hará nada, lo puedo jurar, es solo que yo…-Hizo una pausa, en su rostro había una sonrisa triste.- Yo solo quiero saber si Sasuke me ama.
-Naru-chan no sabes de lo que hablas.- aunque Dei quisiera, las palabras de su hermano no lograban convencerlo.
-Piénsalo Dei, si ellos nos quisieran muertos, ya estaríamos muertos.-Dijo con firmeza el rubio menor, dando la vuelta y entrando en un nada discreto camaro azul.
La puerta del copiloto se abrió segundos antes de que Naruto pusiera el pie sobre el acelerador.
-Espero que tengas un buen plan, o por lo menos que estés dispuesto a morir.-Dijo Deidara mientras se acomodaba el cinturón de seguridad.
-Gracias Dei-chan.- Dijo Naruto tan bajo que ni su mismo hermano fue capaz de oírlo.
El rubio no era un experto conduciendo, lo hacía solo en casos necesarios y por pedido de alguien más, así que después de casi chocar tres veces, pasarse cinco semáforos y casi matar a un perrito llegaron a casa de sus novios. Pero se llevaron una no grata sorpresa, una señora de unos treinta y cinco años estaba clavando en la puerta un cartel que tenía escrita la leyenda “For Sale”.
-Disculpe…-Grito Deidara mientras corría para alcanzar a la señora que desaparecía poco a poco dentro de la enorme mansión.
-¿Dígame?-contesto con una sonrisa muy amable, en su gafete tenia escrito el nombre de “TenTen”
-Buenas tardes, disculpe y ¿los dueños de esta mansión?- Pregunto algo agitado por haber corrido.
-Los señores Uchiha se mudan, venderán la casa… supongo que no regresaran, ¿Son amigos suyos?- Pregunto sin perder nunca esa sonrisa característica.
El ojiazul mayor se dejó caer de rodillas, para cuando Naruto llego Dei, estaba cubriéndose los ojos con las manos en un intento patético por no hacer notar sus lágrimas.
-Lo siento, ¿Dije algo malo?- Por alguna razón la señora se sentía muy mal.
-No, muchas gracias, eso era todo.- Hablo Naruto, agachándose hasta quedar a altura de su hermano y poder abrazarlo.
Ahora ambos lloraban, eran patéticos, se supone que deberían estar felices, se habían librado de la muerte, pero un vacío enorme estaba en sus pechos.
-Jamás quise que se fuera…-sollozaba ahora como niño pequeño Deidara.
Eran ridículos y lo sabían, pero estaban convencidos que antes que perder a sus azabaches preferían morir en sus manos.