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Pecados capitales por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Hola lectores. Imagino que algunos querrán matarme por largar otra historia, les digo que no tendrá más de cinco o menos quizás de capítulos. La trama será sencilla y rápida.

Todavía no tengo elegido la pareja: NaruSasu o SasuNaru, o ambos. Pueden opinar :D

Disculpen que mi inspiración me abandone en cuanto al resto de mis fic, sin embargo está cuando tengo ganas de hacer un One-shot XD

Ruego su paciencia y apoyo. Últimamente los reviews en la página escasean demasiado y no me animo. U.U

(Personajes de Masashi)

 

Pecados capitales, así se llamaba la discoteca nocturna a la que iba seguido durante la medianoche. Llegaba a culminar a las siete u ocho de la mañana dependiendo de los espectáculos que hubiese hasta la entrada del sol.  Se conocía todos los lugares donde se llevaba a cabo fiestas solamente para “Ellos” y donde ofrecían sangre fresca. Tenía numerosos contactos con personas muy poderosas gracias al apellido que llevaba desde la cuna, Sasuke Uchiha el menor de dos hermanos y más sanguinario del clan. Así lo imaginaban. Y es que era un hombre de pocas palabras, poseedor de una belleza hechizante y una increíble inteligencia como habilidad a la hora de enfrentar a cualquier enemigo. Hasta el día de hoy, jamás ha sido herido, tan solo salpicado de sangre al término de una ardua lucha. Y todos los presentes quedaron fascinados como aterrados si llegara el día en que se convirtieran en traidores o estorbos en su camino.

El negocio iba viento en popa y buscaba relajarse. Distraerse por un tiempo. Desde luego había estrictas reglas a la hora de entrar y portaban un código colgando del cuello para poder pasar al interior. Solo ellos. Nadie más.

Buscó con la mirada un sitio donde sentarse. Estaba realmente lleno, olía a alcohol, cigarro, sexo y sangre fresca. El alimento más necesitado en ese sitio, por él y los demás. Pero tenía unos gustos especiales a la hora de mostrar los colmillos.  Finalmente halló un lugar al fondo alejado del escenario, no era de su agrado pero tampoco estaría a gusto el estar parado. Podría ir con el responsable y decirle su nombre para que buscara un lugar cómodo a sus gustos, pero francamente estaba harto de que el mundo le besara los pies por tener el apellido de su reconocido padre. Había llegado el momento de labrar su propia vida a su propia manera y sin depender de aquello que muchos creían que él alardeaba.

Se sentó en la silla poniendo ambos brazos sobre la mesa mirando desde allí lo que parecía un recital, no tenía interés en beber aún, más importante era tratar de distraerse. Últimamente todo le resultaba aburrido y sin ninguna emoción de por medio que despertara sus ansias de vivir… ¿Vida? Dejó escapar una pequeña carcajada al cruzar esa palabra por su mente, ¿En qué diablos estaba pensando? La vida para él era un asco y seguiría así hasta el final de los finales. Si había algo que admitía abiertamente, era que los humanos tenían suerte. Sentía envidia por ellos, porque sus vidas eran efímeras y la suya era condenada a deambular a lo largo de los siglos. Ya estaba muy cansado para continuar y había planeado su muerte de mil formas. Pero a último momento se detuvo de tal acto y con la mandíbula fuertemente apretada aceptó su cobardía. Nadie debía saberlo.

—Joven Sasuke.

Levantó la mirada con cara malhumorada al saber de quién se trataba. Se topó con un hombre de desconocida edad, piel más pálida que la suya, ojos amarillentos similares a los de un reptil, cabello como el carbón largo y suelto llegando casi a la mitad de su espalda. Acompañado desde luego por su lacayo, el médico de cabellos plata y gafas. Debía aparentar amabilidad, después de todo eran socios de su padre.

—Señor Orochimaru-murmuró serio. Ese tipo le causaba escalofríos.

—Un enorme placer verte aquí, Joven Sasuke, ¿Disfrutando del ambiente?-sonrió.

—Eso Intento-sonrió forzadamente-¿Y usted?

—Llegando a tiempo para la cena. Supe que hoy habrá un gran banquete.

—Oh, interesante.

—¿No ha venido usted por lo mismo?

—No estaba al tanto que sería esta noche.

—Pues le aconsejo que se prepare, solos los más astutos podrán obtener algo.

—Y  eso sucederá ahora, Lord Orochimaru-habló el peli-plata apuntando con el dedo índice al anunciador del escenario.

Sasuke se puso de pie al igual que el resto. Vieron a la banda irse tras el telón, las miradas eran dirigidas solo a ese punto, habían dejado de hablar y beber para solo mirar ese punto fijo.

—Será mejor acercarse, mi señor.

—Bien, ¿Sasuke nos acompaña?

—Iré en un momento.

—Como usted diga, será mejor buscar buenos lugares, andando Kabuto-caminó entre la multitud.

—Sí, con su permiso, señor Sasuke.

Suspiró y tomó otro rumbo, con tal de estar lejos de ese hombre que le daba mala espina. Se metió entre la muchedumbre a empujones, los murmullos no se hicieron esperar, gritos de emoción, silbidos y agradecimientos.

—¡Hoy hemos podido obtener mucha mercancía! Gracias a mis hombres, el día de hoy podrán disfrutar de un gran banquete.-habló el hombre encargado de los espectáculos-¡Levanten el telón!

Las cortinas se alzaron en lo alto dejando ver en el piso a diez mujeres arrodilladas. Diez adolescentes que temblaban, estaban atadas de espalda, ojos y boca vendada. Aun así, podía oírse sus sollozos. Sasuke llegó y se mantuvo observando desde la primera fila, frunció el seño al no ver a ningún hombre servido en bandeja. Se había molestado por nada.

—¡Sangre fresca de bellas jovencitas! ¿Quién quiere ser el primero en beber de una de ellas?

—¡Yo!

—¡Aquí!

—¡Yo seré el primero!

—¡No, yo!-alzó la mano.

Tomó a una de las chicas por los cabellos obligándola a ponerse de pie, la temblorosa muchacha comenzó a gritar a través de la tela que le impedía hablar. Sintió como le tocaban las piernas, pensó en sus padres, su hermana pequeña, sus amigos, su novio. Solo rezaba porque su muerte fuera rápida y lo menos dolorosa posible. Justo cuando su captor iba a dejarla caer contra la hambrienta horda de vampiros, un sonoro estallido resonó en el establecimiento. El hombre soltó a la chica al tiempo que caía al suelo de espalda, inerte con una bala atravesada en la cabeza. El público guardó silencio unos instantes, Sasuke buscó con la mirada al que lo hizo, no tuvieron que esperar mucho, él mismo se presentó en el escenario por el costado del telón.

—¡Es el cazador!-gritó horrorizado uno de ellos.

—¿Es él? pero si es un chiquillo escuálido-habló otro.

Las chicas aún permanecían arrodilladas y la otra estaba parada sin saber qué hacer. El joven misterioso vestía una cazadora de cuero negro con unos pantalones a juego, a simple vista iba cargado de municiones en su cinturón con la hebilla de una cruz de plata. En una de sus manos portaba una escopeta cargada con balas también de plata, única debilidad de las criaturas nocturnas. Al mirar el espectáculo en el que se había metido, apuntó con una mano a la multitud despreocupadamente.

—¡Yo me voy de aquí!

—¡Yo también!

El temor que generó con sus acciones y su mirada carente de emoción alguna, fue suficiente para hacer huir a la gran mayoría. Pero claro, quedaban algunos y debía llevarse con él a las chicas. Comenzó a disparar a la nada balas perdidas para ahuyentarlos, si daba a alguno, bendito sea.

—Lord Orochimaru, debemos salir de aquí.

—Lo sé, pero… ¿Dónde está Sasuke?-miró a todos lados. La salida estaba repleta de vampiros corriendo y tropezándose.

—Señor, con todo respeto, el joven Uchiha sabe cuidarse solo. Más importante es nuestra seguridad.

—Maldición, está bien. ¡Vámonos!-siguió a su sirviente empujando al resto.

Viendo que el lugar estaba completamente vacío, se permitió bajar el arma, pero mantener sus sentidos despiertos mientras tomaba a la chica y la iba desanudando.

—¡Por favor, no me haga daño!-gritó llorando finalmente al quitarle la mordaza y lo que cubría su vista.

—No te haré nada, tranquilízate-le tomó de los hombros, ella seguía temblando-Cálmate, vine a ayudarlas. Mira a tu alrededor, no hay nadie. Sin embargo, todavía no estamos seguros, pueden volver con más grupos. Necesito que me ayudes con las demás, ¿entiendes?

—E-entiendo.

—Vamos, ayúdame.

En minutos pudo salir con las diez muchachas cautelosamente de la discoteca. Caminó con ellas por las calles desoladas y el viento frio. Las adolescentes de no más de dieciocho años iban prácticamente pegadas a cada lado de él observando para todos lados por el miedo que les apareciera otra criatura.

—¿A dónde vamos…?

—Las llevaré con un equipo especial, no se preocupen. Es allí-indicó con la mirada, en una esquina había una furgoneta negra de vidrios polarizados.

Apenas estuvo cerca del vehículo la puerta de atrás se abrió dejando ver a sus compañeros que iban igual de armados.

—Entren, chicas, las llevaremos con sus padres.

—Con nuestras familias-murmuró llena de felicidad.

—Quiero irme a casa-sollozó otra refregándose los ojos.

—Confíen en mi equipo, las llevará a cada una a casa-respondió, luego algo captó su atención.

—¿Naruto?-preguntó extrañado su compañero al verle girar el rostro a las calles apenas iluminadas.

—Váyanse. Alguien me siguió-susurró. Se sacó la escopeta de la espalda y la puso pegada al pecho-Les alcanzaré luego.

—Entendido-comenzó a cerrar la puerta-Mucha suerte.

—¡Gracias por todo, señor!-gritaron las jóvenes.

El vehículo inició su marcha tomando otra ruta. Una vez lejos de su campo de visión, se concentró en la sombra que le acechaba muy cerca. Caminó nuevamente por la dirección donde se encontraba la discoteca, miró a cada lado, especialmente los callejones. Volvió sus ojos azules a color escarlata, de esa manera pudo percibir su presencia fácilmente.

—Estás detrás de mí-dictaminó sin pizca de sorpresa.

—Buenos reflejos, rubio-susurró en su oreja, se apartó al instante y el blondo no dudó en encararle de frente.

—¿Necesitas algo que has venido pisándome los pies?-preguntó gélido.

Sasuke quedó sorprendido por un solo hecho. Sus ojos. Sus hermosos ojos haciendo una perfecta combinación con su cabello. El vampiro más hermoso que había visto.

—Dime algo, no entiendo porque siendo uno de los nuestros, matas sin titubear.

—No soy como ustedes, no he matado hasta el día de hoy a ningún ser humano. Difiero enormemente de ustedes, los asesinos.

—Solo nos alimentamos, ¿Qué tiene de malo eso?

—No seguiré respondiéndote, apartarte-gruñó.

—¡Tú eres como nosotros!

Repentinamente se vio acorralado contra la pared de un comercio, la fuerza de ese hombre de cabellos azabaches era igual a la suya. Sin demostrar cambios en su rostro por su rapidez, se zafó hábilmente de uno de sus brazos y le estampó un puño en su abdomen. Este retrocedió escupiendo sangre de sus labios, pero no quitó su media sonrisa a pesar del punzante dolor.

—¿Por qué estás aliado con ellos?

—¿Por qué ha de interesarte, escoria?-tomó la escopeta que había caído cuando Sasuke le sorprendió con la guardia baja, la acomodó en la funda de su espalda. Ignoró al moreno y siguió el recorrido de la furgoneta.

—¡Espera!-le apretó la muñeca derecha-¡No dejaré que te marches con ellos!

El blondo cambió su expresión facial en segundos. Y no era enojo, era dolor, no estaba seguro exactamente. Recordó vagamente las palabras de su creador y padre.

No te acerques tanto a ellos. No interactúes con nadie de tu especie. Si lo haces… despertaras una parte de ti muy primitiva. Naruto, los vampiros no pueden estar solos por siempre, cuando hayan al indicado, lo saben de inmediato.

Podrías tener problemas si te relacionas con alguien equivocado. Lo que trato de decir, es que tu pareja podría inmiscuirse con nosotros. Si llega el momento en que ya no puedes contenerte o lo haces por error, huye de él luego de que pase.

¿Qué cosa?

Cuando sientas deseos de tener sexo.

—¡Suéltame!-le pegó un puñetazo justo en la mejilla derecha.

Sasuke rió escupiendo más sangre de sus labios, pasó su mano por su boca limpiándose sin dejar de mirar al rubio. Sus ojos carmesí delataron que al tomar su muñeca y al estar tan cerca, era su pareja de vida. Le había encontrado al fin.

—Eres tú-caminó hacia él-Eres justo lo que he estado esperando por siglos.

—Maldita sea-se sostuvo de la pared, no conocía bien los síntomas, su garanta se estaba secando poco a poco. Estaba sediento. Débil. Mareado. La visión comenzó a fallar.-¡No te acerques!

—Yo siento lo mismo que tú-jadeó, lo empotró contra la pared nuevamente-¿Sabes lo que estás experimentando? Libido, rubio. ¿Por qué, te estarás preguntando?

—No pienso hacerme uno contigo-le empujó con fuerza haciéndolo retroceder unos pasos-¡Déjame en paz! ¡No soy como tú, yo convivo con humanos y vivo por ellos! No pienso aliarme con uno de ustedes-murmuró con desprecio.

—Si piensas de esa manera, morirás. Y yo contigo.-suspiró, no importa cuánto luchase por evitar lo que estaba destinado a suceder tarde o temprano, debía beber de su sangre o no vería otro día. Se desprendió la camisa dejando ver su perfecto pecho alvino al igual que el cuello, con lentitud se acercó al débil blondo quien ya le costaba respirar. Él sufría los mismos signos, pero al parecer tenía más resistencia que su amante, sonaba bien, sonrió internamente.

—¿Qué haces…?-jadeó débil.

Sasuke le tomó de la nuca y lo acercó a su cuello expuesto. Naruto tuvo incontenibles deseos por beber su elixir rojo, los mareos aumentaron, pero seguía rehusándose en volverse uno como ellos.

—¡Deja de negarte!-gritó harto-¿Acaso quieres morir?

Pensó en la misión que debía llevar a cabo por los humanos. Pensó en su padre y creador, en sus compañeros y la vida que estaba viviendo hasta ahora. A regañadientes se aferró a la espalda ancha del otro vampiro y dejó al descubierto los blancos colmillos que no dudó en incrustar en la piel del cuello.

—¡Ah! Sí, así. Bebe más, todo lo que quieras-le sostuvo contra la pared. Sintió el punzante dolor atravesarle, acarició la cabeza rubia que seguía distraída en su trabajo de sorber y calmar sus ansias.

Pasaron más de cinco minutos, cuando se sintió satisfecho, instintivamente lamió la herida de los dos orificios y estos se cerraron inmediatamente. Sintió que el vampiro estaba algo decaído, permaneció abrazándole. Tal como él había hecho, se tomó la molestia de dirigir su rostro al cuello, una vez que pudo con algo de esfuerzo bajar un poco la cremallera de su chaqueta. 

—Chupa-ordenó ya completamente renovado de fuerzas-Mmgg…-sintió los colmillos traspasar su piel, y como el cuerpo ajeno se aferraba a él con vehemencia. Apoyó su mano en la nuca del pelinegro y elevó la vista admirando la resplandeciente luna. Cerró sus ojos y se permitió relajar mientras una parte de él se iba con ese sujeto.

Este se separó lamiendo su herida, el dolor desaparecía instantáneamente. Se quedaron mirando en silencio, tenía que irse lo antes posible o cometería una locura con ese azabache.

—He perdido demasiado tiempo.-pasó de él, pero Sasuke le detuvo una vez más y con un beso. Sí, fue rápido y certero justo en sus labios. El chico tenía la manía de aparecer delante o atrás en un abrir y cerrar de ojos, su autocontrol se perdía fácilmente.

El moreno lo condujo al interior de un callejón apenas iluminado, igual podían ver con claridad con sus ojos carmesí. Lo acorraló contra la fría y húmeda pared y no dudó en tantear su cuerpo, de arriba abajo. Perdiendo la poca razón que le hacía frente a sus instintos sexuales, introdujo su lengua en la cavidad ajena del azabache y degustó con frenesí todo su cálido interior. Le empujó él esta vez contra la pared, Sasuke sonrió victorioso al fin había caído ante sus encantos, entre besos apasionados guardaron distancia para desvestirse sin problema.

—Vas a arrepentirte de esto-jadeó el blondo separándose de sus labios.

—Lo dudo. Menuda paliza me has dado, y eso me excita.-sonrió de medio lado tirándolo al piso y montándose sobre él-Voy a demostrarte que los vampiros también tenemos cosas buenas, mi rubio.

 

Notas finales:

 

Segunda oportunidad para amar, ya tengo la mitad, espero subirla pronto para los que la siguen y es seguro que haré un extra.

Espero les haya gustado el capitulo, cualquier duda, pregunten qué contesto.


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