Debía hacerlo, un acto repugnante donde los trozos deshechos de su orgullo e incluso de su dignidad se clavaban como cristales a su pecho. Algunos pensaban que la causa de esto sea por ser un traidor, un mentiroso y macabro Dios que a todos quiere ver a sus pies muy lejos de la realidad mas su humillación era por ser un cobarde, por encontrarse huyendo de ese reino que tanto le había despreciado. Montado en un corcel negro como la noche se aleja a todo lo que podían las pobres patas del animal escuchando no muy lejos los gritos de aquellos guerreros que había enviado Odín a por su cabeza.
Estaba asustado, aterrado más bien ¿Por qué? ¿Por él o lo que le espera si le atrapan? No…su miedo era por la razón de su huida, el pequeño ser que descansaba envuelto en la suave tela que llevaba sobre el pecho y rodeaba su hombro y tronco, aquel pequeño que ajeno a todo dejaba salir de la tela alguna de sus ocho patas y veía a su madre sin entender nada.
-Sleipnir…duerme un poco ya mismo llegaremos…-Cogiendo las riendas con una mano lleva la otra a su pequeño acariciando su hociquito sonriendole lo mas cariñoso que en ese momento su mente le permitía.
-Mama…-Notó como la mano de Loki temblaba y empezó a asustarse-
-Tranquilo bebé, vamos a…-Un grito a su espalda lo alertó y con más fuerza agarró las riendas azotando al animal para que fuera mas rápido intentando dar esquinazo a los malditos guerreros.
-Mama… -Susurra el pequeño potro ocultando las patas que sobresalían de la tela acurrucándose en ella, cierra los ojos asustado intentando escuchar solo los latidos apresurados del corazón de su madre. Los gritos salvajes de aquellos que querían matarlos hacían que Sleipnir sollozara aterrado pensando que eran enormes monstruos horribles.
-Ya bebé…tranquilo -Le dolía verle así por lo que con un potente hechizo los hizo desaparecer a otro lugar, otro bosque alejado y oscuro. El corcel asustado por aquello se alzó sobre sus patas traseras haciendo que Loki cayera al suelo abrazando a su hijo para protegerlo del golpe- Mierda…
Su único medio de huir corría veloz alejándose de ellos y al pobre pelinegro no le quedaban mas fuerzas de utilizar magia…al menos estaban a salvo…de momento.
Pronto se levantó tambaleándose ligeramente por la debilidad que azotaba su cuerpo, miró a su alrededor y suspira aliviado de no ver ningún peligro.
-Sleipnir…ya estamos a salvo…tranquilo -Abrazaba a su pequeño preocupado viendo como este temblaba y levantaba la mirada viéndolo asustado.
-¿Mama está bien? -Su voz inocente y temblorosa sacó una sonrisa enternecida del Dios.
-Mama está bien…muy bien -Acaricia su cabeza-
-¿Monstruos malos no están? -Loki niega con la cabeza-
-¿Quieres que te baje? -El potro asintió mas tranquilo ilusionado de poder estirar las patas, el pelinegro se agacha y deja que se bajara solo y ríe al verle, al ser nada mas que una cría aún no controlaba las patas y se tambaleaba cruzandolas unas con otras hasta poder estabilizarse.
-Mami vamos a jugar -Salta emocionado
-Ahora no peque, cuando lleguemos juego contigo todo lo que quieras ¿Vale?
-¿A donde vamos mami? -Camina en círculos alrededor de Loki intrigado.
-Mm…¿Quieres conocer a Papa? -Le sonríe aunque no lo creía buena idea rezaba porque Svadilfari aunque le odiara por engañarlo no desprecie a su hijo. Su idea era sencilla…aunque no pueda estar con su hijo por lo menos que esté protegido y a salvo…por mas que le duela.
Sleipnir saltaba emocionado a su alrededor ansioso por conocer a su padre y de solo verlo Loki sonrie solo aquel pequeño lograba relajarlo y hacerle sonreír. Se agachá y logra atraparlo en un abrazo con cariño, gesto que el potro no dudó en acurrucarse en sus brazos.
-Te quiero mami…
-Yo a ti mas mi bebé…
Continuará…