Capítulo 2: Acosador
>> -Daniel tranquilo he venido a verte, solo eso. –Seguía acercándome al chico peliblanco y ojos esmeralda, el retrocedió un paso más esperando algo de mí, seguía sonriendo.
-Si claro –Dijo con sarcasmo –No sé qué planees Vlad pero no vas a lograrlo –Saque una pequeña bolsa de papel café de mi bolsillo, se la arroje a Daniel quien la tomo en sus manos antes de que esta tocara el suelo -¿Qué es esto?- Estaba desconcertado y dudando, podía ser alguna trampa, claro siempre había una trampa pero esta era muy buena tanto que el joven no deduciría pronto que lo era.
-Solo ábrelo, es un obsequio, espero te guste. Sabes quiero comenzar de nuevo a pesar de que no me creas. Nos veremos pronto Daniel –Me transforme en fantasma y deje el lugar, quería ver su reacción, lograría estar cada vez más con el aun así fuera poco a poco, este chico seria mío, solo mío, mi arma, mi amante mi propiedad. <<
El chico fantasma abrió la pequeña bolsa de papel, se sorprendió un poco al ver un listón negro con un cascabel azul, también habían un par de broches rojos con una nota “Úsalos, podrías acomodar mejor tu cabello; VLAD”; esto sí que realmente era extraño, en balde había desperdiciado su tiempo que bien iba dedicado a sus amigos. ¡Amigos, claro! Ya llevaba más de media hora en el “baño” como les había dicho.
Voló rápidamente y los diviso, se izo invisible entrando al baño que había cerrado, salió como el chico común de siempre, camino rápidamente a la mesa donde noto que sus dos amigos platicaban animadamente.
-Hola, disculpen chicos, no debí haber comido tantos dulces antes de venir –Se excusó, Tucker ya sabía las razones de su amigo pero Kwan no tenía ni idea.
-No te preocupes viejo-
-Si además debes cuidarte más Danny, tienes una salud delicada, un poco más y estarás acompañando a Samantha –Le dio un codazo en el brazo.
-No pasara Kwan, gracias por preocuparte-Pidieron unas hamburguesas más ya que Danny no había probado bocado y tenía hambre; Tucker tomo la bolsa de papel con un gesto interrogante.
–No la menor idea Tuck… Es del tío Vlady, me lo encontré camino al baño –Tucker miro su contenido algo divertido lo saco y coloco los broches en su cabello acomodándolos sin desacomodar su peinado de siempre.
-Deberías ponértelo –Se acercó con el cascabel a modo de burla, realmente quería ver lo gracioso que se vería con él en el cuello.
-Olvídalo Tuck-No iba a ponerse eso ni de broma. Luego de comer se dirigieron a sus casas respectivamente, había sido una buena tarde, Danny aun tenia los broches en su cabello los toco al acomodar sutilmente su cabello, al instante las palabras de Vlad regresaron a su mente “Sabes quiero comenzar de nuevo, a pesar de que no me creas”, tal vez si había cambiado, solo tal vez.
>>Subí a mi habitación y me recosté en mi cama. Vlad… Vlad, por supuesto tal vez si quiere empezar de nuevo ganándose mi amistad y confianza para conquistar a mamá, pero fuera de eso, ¿solo le arrebataría la esposa a su “mejor amigo”? o ¿Se desearía de el en cualquier momento?.
Tome el cascabel entre mis manos, bueno podría ver qué tal se veía, después de todo estaba en mi habitación, allí estaba el espejo Fenton, me puse el listón quedando con el cascabel al frente; bueno se veía muy niña, tal vez Sam lo usaría.
Intente quitármelo sin logro alguno, tal vez tijeras…
-¡Una salchicha! – ¡Exacto! ¿A quién más le pasaba el perder las tijeras en la boca de una salchicha viviente? Baje a la sala y esas salchichas mounstrovivientes no habían dejado nada con lo que pudiera cortar esta cosa.
-¡Cariño! Eres un gatito –Mama me abrazaba, me había visto el collar, cuando le conté que no podía quitármelo saco unas de sus herramientas multiusos pero extrañamente el intento fue en vano, al parecer aquel listón era algo fuera de lo común, ahora tendría que ir con él a la escuela, llevaría una chaqueta, una bufanda no me vendría mal.
Era otro día normal en Amity Park, por suerte había llegado temprano a la escuela, bueno no era suerte solo me había ido volando mientras el frio viendo daba en cara, lo único que me animaba era que gracias al clima nadie vería ese espantoso collar que no me había podido quietar, ¡Todo es culpa de ese odioso de Vlad! Lo habrá hecho para molestarme; aun así no podía descartar el hecho de él intentaba cambiar o al menos eso me haría creer.
Como siempre a esa hora estaba vacío el lugar, dos anillos de luz aparecieron en mi logrando que fuera el ordinario chico fenómeno de la escuela. Camine por el pasillo rumbo al salón, -Cariño, deberías comer un poco – Era la fantasma de los almuerzos, estaba frente a mi estaba a punto de transformarme cuando alguien paso rápidamente deteniéndose frente a ella diciéndole en un tono duro. –Disculpe pero ya hemos comido mucha carne, aún es muy temprano, más tarde será – Esa voz, ¡era Dash!, la fantasma se quedó sorprendida y solo sonrió amablemente, mientras se daba la vuelta.
-Está bien, en la tarde regresare-Atravesó las paredes, ya no sentía su presencia, Dash tomo mi brazo levantándome.
-Fentonto, no te quedes como idiota frente a los fantasmas-
-No tenías por qué ayudarme Dash, pudo hacerte daño –
-No soy idiota –Su mirada era seria, ese era un comportamiento inusual en el rubio.-Lamento solo ser amable contigo para preguntarte, ¿Cómo esta Kwan? –Realmente Dash sí que podía ser serio cuando lo ameritaba la ocasión.
-Él está bien, aunque espero que no la esté pasando mal con nosotros – Dije intentando animarle, tal vez Dash no fuera tan… tan Dash.
-Eso espero, ten cuidado Daniel, si sucede algo no dudes en decírmelo, te ayudare. Lindos broches fentonila –Lo último si sonó Dash, sin embargo mientras lo veía irse, no podía dejar de pensar ¿Por qué me había ofrecido su ayuda?, abrí mi casillero para sacar unos libros que ocuparíamos en clase, más me quede sorprendido, me había dado cuenta muy tarde, Dash ese Dash Baxter mariscal de campo me había llamado por mi nombre.
Una sonrisa mostraba al cerrar mi casillero y dirigirme al salón de clases, Dash me había llamado por mi nombre por primera vez, eso era grandioso, podía ser que tal vez muy en el fondo, demasiado en el fondo no le callera tan mal como parecía. <<
Un sujeto había visto todo, claro ese era su trabajo espiar a Daniel Fenton, eso no se quedaría así, vigilaría más al jugador, le parecía extraño aquel trato amable con el ojiazul sin embargo no sacaría conclusiones apresuradas y en cualquier caso ya estaba preparado; se dirigió al baño perdiendo su presencia por los pasillos de la escuela Casper.
Kwan estaba platicando con Tucker en un pasillo, el señor Lancer los había sacado del salón por casi exactamente lo mismo, ellos se había estado enviando papelitos en clase, y eso molestaba al profesor cuando lo noto.
-Kwan, entonces me contaras ¿por qué decidiste juntarte con nosotros?-El moreno lo llamaba por su nombre y no con sus típicos “viejo” como solía llevarse con otros, el jugador solo sonrió mientras le hacia una seña para que dieran una vuelta a la escuela, este le siguió.
-Mira, creí estar enamorado de Dash, pero él no me acepto, me enoje con él. ¿Es una tontería verdad? Y más aún es anormal. –
-Vamos, no es nada anormal, simplemente no puedes decidir de quien te enamoras –Justo en esos momentos Paulina pasaba por allí, se detuvo mirándolos por unos pequeños segundos, abrió la boca pero no salía ningún sonido, había algo que quería decir, más las palabras no salían.
-Ya te lo dije no voy a regresar con ustedes, ellos son mis amigos. –
-No… -Agacho la mirada evitando cualquier contacto visual con ambos chicos – Samantha no ha venido ¿está bien? –
-¿Le hiciste algo a Sam? Sabía que algo tenía que ver contigo, se ha portado tan rara, pero no dejaremos que le hagas daño Paulina. Podrás ser popular y todo lo que quieras mas no destruirás la vida de Sam – Sin más que decir algo enojado el de anteojos salió casi corriendo, no dejaría que Paulina le hiciera enojarse aún más.
El timbre ya había sonado hace un rato y Danny no encontraba por ninguna parte a sus compañeros, para su desgracia lo había castigado por causar un alboroto en clase mas no había sido su culpa, había sentido un fantasma y estaba seguro que le seguía, incluso podía jurar que ese fantasma era el causante de su castigo. Solo tenía que apurarse ya le quedaban 2 vueltas al campo de fútbol, aquel sujeto nuevamente le veía oculto en unos arbustos a una distancia prudente del lugar.
-¡Por fin! Ahora solo una ducha – Sin ánimos de seguir corriendo llego lentamente a las duchas, que bien le sentaba el agua tibia, era relajante; el ruido de un objeto cayendo resonó en el lugar, Danny no sentía la presencia de algún fantasma esperaba que fuera su imaginación o solo el viento.
>> -Danny –Fue un susurro, un muy extraño susurro, al girar mi rostro solo vi una sombra, todo se había nublado todo estaba en total oscuridad.
-Danny Danny Danny, te vez muy bien, despierta. –Mi cabeza dolía, tenía idea de que había pasado, intente moverme pero no podía hacerlo con total libertad al parecer estaba atado de las muñecas, mis ojos estaban vendados, no podía ver nada y no reconocía esa voz.
-Estas a mi merced, eres muy lindo, demasiado lindo. –Pude sentir unos fríos dedos recorrer mi torso, un escalofrió recorrió mi cuerpo.
-Suéltame. –Esto estaba mal, muy mal ahora me daba cuenta estaba sin ropa, una risa horrible ante mi orden.
-¿Por qué habría de hacerlo? Sabes te vez mucho mejor así –Toco el cascabel de mi cuello, yo estaba de rodillas y aun atado fuertemente, sentía mis piernas débiles algo me había dado ese tipo para debilitarme. –Danny Danny… Te hare mío, te gustara. –sus palabras me hicieron jalarme fuertemente de mis ataduras, mi corazón latía rápidamente no tenía más opción me trasformaría en el chico fantasma, no dejaría que se saliera con la suya, al intentarlo sentí una descarga eléctrica en mí. –No te será tan sencillo, si intentas convertirte en fantasma eso pasara evitándolo-
-¿Cómo? –Estaba sorprendido, me conocía, conocía mi secreto ¿Quién era ese sujeto?
-¿Te sorprende? Se muchas cosas de ti Danny Fenton –Sentía algo húmedo recorriéndome, su boca succionaba uno de mis pezones. Mordía mi labio intentando contener mi remolino de emociones, emociones que eran odio, furia, impotencia junto al miedo que sentía por lo que sabía iba a pasar.
-De... detente –Quería que se detuviera aun si tenía que suplicarle, solo no quería que continuara.-Por favor… Detente, para… ¡Paa… para! - <<
En los vestidores estaba el chico mitad fantasma, aquel sujeto había separado sus piernas, ya había bajado sus pantalones, su cuerpo como deseaba poseer a aquel chico en esos momentos. –¡Hey tú! –El hombre había sido golpeado por lo que parecía ser un bat de beisbol, solo subió sus pantalones y salió corriendo de los vestidores, aquel que lo había golpeado era nada más y nada menos que Dash quien le siguió, no iba a dejarlo escapar al bastardo.
>>Cuando llegue al pasillo no había absolutamente nadie, regrese corriendo aun con el bat en la mano, allí estaba Danny atado sin absolutamente nada de ropa y un cascabel en el cuello, sus piernas estaba ligeramente separadas.
-De… Detente –Dijo en voz baja, mordí mi labio al ver que el suyo estaba sangrando, estaba molesto ¡Realmente quería matar a ese sujeto! ¡¿Cómo se atrevía?! Desate a Daniel logrando ver las rojas marcas en sus muñecas, estaba temblando.
-Daniel, todo está bien. Todo está bien –Le quite la venda de los ojos, fue una punzada en mi corazón ver como lagrimas resbalaban de sus ojos, lagrimas que había estado reteniendo desde quien sabe cuánto tiempo; le puse mi chaqueta encima de él, su cara había adquirió un color rojizo, sus manos me abrazaron no podía parar de llorar yo también le abrace.
Ahora podía verlo bien, Daniel realmente era muy frágil, muy delicado, no dejaría que nadie lo pusiera las manos en sima.
-Todo está bien Fenton –ya habían pasado unos minutos que había estado llorando, me soltó muy lentamente, tal vez quería que le siguiera abrazando.
-Dash… Gracias por salvarme –Tome su rostro entre mis manos mirándolo fijamente, era demasiado lindo, yo siempre había pensado en que él era muy lindo, claro nunca se lo diría a nadie, solo yo sabía de eso.
-No agradezcas y vístete –Su ropa estaba a un lado, el asintió mientras se quitaba mi chaqueta; allí estaba nuevamente ese delicado y frágil cuerpo, me di la vuelta, mientras aquella imagen de Danny sin prenda alguna me miraba desde el suelo con los ojos llorosos suplicando por amor y cuidados.
-Te acompañare a tu casa –El chico había pasado por un muy mal momento, no podía dejarle solo además sería una buena excusa para saber donde vivía.
-No es necesario Dash, ya has hecho bastan –Le interrumpí antes de que terminara su frase.
-¡Te acompaño a casa y punto Fenton! –No dejare que te vuelva a pasar algo. Bien esto era algo que no quería que pasara, mas por las circunstancias termino pasando, yo sabía que lo que estaba haciendo por Danny no debía suceder, no sería bueno, no después de lo de aquella vez. <<
CONTINUARA...