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Un día libre.
Era jueves por la tarde, Raiko y Cato se encontraban en el sillón de su habitación, del internado, como si nada, a diferencia de otras parejas ellos no acostumbraban salir cada que podía, para empezar estaban cansados, el lunes Raiko, al ser el delegado principal, había tenido papeleo para todo el día, el martes Cato fue castigado por saltarse las clases de biología y el encargado de ver que cumpliera su castigado no fue Raiko si no el profesor de matemáticas, el miércoles otra vez hubo papeleo y Cato otra vez fue castigado por salir de la escuela en la mañana sin permiso, toda la semana había sido lo bastante pasada para querer un descanso, y como no el jueves no hubo papeleo ni castigos y sus amigos no los obligaron a salir así que ¿Por qué no descansar?
Cato se encontraba jugando en su laptop y Raiko veía la tele, ninguno se hablara como si solo fueran amigos, pero no lo eran, eran novios desde segundo de primaria y estaban en tercero de secundaria, cualquiera diría que se amaban demasiado y así era, a pesar de sus constantes pelas por cualquier cosa se quería y no había nada más hermoso para los que estar al lado del otro aunque no se hablaran o se miraran, el punto para ellos era tener una tarde relativamente normal al lado del otro.
Cato Di Stefano es italiano y viene de vencían, acaba de cumplir 16 años, su cabello es un poco más largo de lo normal de color violeta oscuro y sufre de Heterocromía Iridium por lo que tiene el ojo derecho dorado y el izquierdo verde esmeralda, su tez es blanca y acostumbra vestir una camisa de manga corta carmín y un pantalón de mezclilla negro con un cinturón blanco, una capa negra con orejas de gato y la gargantilla azul celeste con el colgante de las claves de fa y sol unidas en un corazón, regalo de su novio. Por otro lado esta Raiko Hayashi de origen japonés, pero él es bastante de diferente, rubio claro y de ojos color miel, tiene el cabello casi hasta los hombros, su tez es mas blanca que la de Cato y acostumbra vestir con una camisa blanca de manga larga con un pantalón color café y unos tenis blancos, también usa un guardapelo color plata con la clave de sol pintado en azul y alrededor de la clave se encuentran diamantes que al unirlos forman una estrella de cinco picos, este guardapelo tiene una foto de él y sus amigos y una foto de Cato, de hecho el último fue el que le regalo el guardapelo, cualquiera se preguntaría como es que hablan si son de países completamente distintos, respuesta, desde que Cato tenía cuatro años se dio cuenta que era un gran mago y gracias a ello aprendió varios idiomas fácilmente, uno de ellos fue el japonés, a los seis años en vez de ir a la primaria termino en un internado en Japón, según el porqué sus padres lo odian y aprovecharon una pequeña ocasión para de deshacer de él, lo cual agradece porque si no no hubiera conocido a Raiko.
Di Stefano se encontraba en un juego en línea el cual no logra pasar de nivel, Hayashi veía un documental sobre los perros, que él decía que su novio era un perro y Cato decía que Raiko era un gato. El rubio vio de reojo la pantalla de la laptop del bicolor y al ver que no podía pasar decidió ayudarle, a pesar de que se crearía el ojidorado sabía de videojuegos ya que era uno de los hobbies favoritos de su novio, en poco tiempo el peli violeta pasó el nivel con ayuda de su novio.
-Gracias gatito-sonrío y bajo la tapa del portátil para besar a gusto a su novio, si el beso fue corto estaba lleno de los sentimientos que el peli violesco sentía por el rubio, amor, deseo, cariño y dulzura, el rubio era el único podía sacar su lado dulce, ni su mejor amiga Divinis lo lograba, su Hayashi lo hacía sentir confiado y cada que probaba sus labios se sentía morir de felicidad y sentirse completo.
-De nada perrito lindo-sonrío el rubio y volvió a ver la tele mientras Cato volvía a su juego.
Tal vez no eran la pareja perfecta, tal vez no se mostraban su amor muy seguido, tal vez casi siempre estaban separados, tal vez eran bastante diferentes, tal vez se la vivían peleando y enfadándose, tal vez la sociedad estaba en contra de su amor y tal vez pocas veces se veían o demostraban su amor, pero se amaban y eso lo único que les importaba, que le otro lo amaba, los días libres siempre son los mejores o ¿no?
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