Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Britsh Love por Fenix de chocolate

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Londres Inglaterra, 1875

Ya habían pasado dos meses, desde que llegué a esta fría y sombría ciudad, donde no se ve el sol por semanas seguidas, lo que me hacía pensar que no era tan extraño que toda la familia de Sasuke, fuera tan pálida, pero por más oscura y llena de neblina —tanta que casi hacia que me fuera imposible ver lo que estaba a más de tres metros de distancia—, era una ciudad muy bella, con una arquitectura neoclásica bastante requintada, aunque algo severa. Y severa también era un buen adjetivo para caracterizar todas las personas que aquí habitaban, ya que, al contrario de muchas otras ciudades, no hay mendigos ni vagabundos pidiendo limosnas a los hombres que caminaban apresuradamente en plena calle. Estos siempre iban con su manera británica de andar, o sea, espalda reta, barbilla alzada, cosa que me hiso recordar la primera vez que el teme viajó conmigo a Bamberg en Alemania, el pobre no sabía que las calles no eran tan limpias y también ignoraba el factor de que no existiesen personas que limpiasen la bosta de los caballitos, sin duda uno de los más divertidos episodios que viví con el pobre, casi revoté en el suelo al ver su cara indignadísima y escuchar como aquella boquita tan pura y educada soltaba decenas de maldiciones, la mayoría dirigidas a mi persona, pero bueno, fue sin duda alguna uno de las más hilarantes viajes que he hecho en mi vida.

Y ese viaje contrastaba por completo con este. Nunca en mi vida me aburrí tanto en mis vacaciones —que fueron muchas a pesar de mis cortos 25 años—, ya que, con mi “formidable” figura siempre conseguía que algún doncel o doncella se me acercara, para pasarnos un buen rato en algún sitio más coqueto. Cosa que nunca acontecía en esta ciudad tan aburrida. Y eso porque todos los donceles y doncellas eran demasiado tímidos y asustadizos, siempre con miedo que alguien los viera haciendo algo indebido y por eso pasaban todos los días entre clases de música, pintura y bordados —para aprender a ser buenos esposos/as—, y sus caminatas por la ciudad viendo la última moda francesa en trajes de alta costura que tanto les encantaba, pero eran demasiado vistosos para un doncel de alta cuna. «¿Quién los entiende?», pensé viendo como ellos despegaban sus ojos del escaparate, para posar sus ojos en mi figura, sonrojándose de inmediato para después empezaren a cuchichear lo bello que soy, lo hipnótico que son mis ojos azules y lo exótico color de mi piel, esto todo entre gritos agudos y bajos susurros que fueron oídos por todas personas que pasaban por aquella calle, haciendo que todas ellas me miran, y yo me limité a bajar un poco mi negro sombrero y dejar el dinero de mi café junto con una propina para el chico que me atendió, para después tomar mi periódico y salir de allí, antes que alguno me violara con los ojos.

Salí de las St. Katharine’s Dock y bajé todaSt. Katharine’s way,hastallegar Tower Briged Approch, donde me sentí un poco perdido, pues ya no sabía si tenía que seguir en frente —y rogar a dios para no ser golpeado por cualquier entrenador o caballo—, o subir toda la avenida, lo cual sería bastante fatigoso, o entonces caminar por la Tower Bridge Road, lo que sería aun más fatigoso.

—Vamos Naruto piensa ‘Dettebayo. Rogué a mi rubia cabecita, mirando a las tres opciones, para después decir por la que menos atentaba contra mi existencia.

Empecé a subir por la callé hasta llegar a Tower of London park, y pensé « ¿Por qué no pasear por este jardín tan hermoso?», pero después me recordé, que el teme, me había citado frente al Big Ben, porque quería presentarme a un primo suyo, él y sus ideas de casarme con algún doncel de alta cuna que pudiera domar mi fiera interior.

—Espera un poco —dije para mí mismo, parando en el medio de la calle—. El Big Ben se queda medio kilometro atrás de mi, ¡y yo no quiero bajar otra vez esta calle llena de personas snobs!

Y por ese motivo, atravesé la avenida, con mucho cuidado para no ser golpeado por nada, sintiendo como las miradas de las personas snobs, me quemaban la espalda y yo no pude evitar sonreír zorrunamente pensando: «Para snob ya me basta el teme y su familia…»

Entre en el parque caminando por los pocos sitios, de aquella ciudad tan cuidada, que aun era tan natural y hermoso como pocas cosas… Como mi precioso ramen, por ejemplo.

—¡No! —Escuché—. ¡Apártese de mí!

Me acerqué al lugar donde provenía aquella voz, encontrándome con una escena escalofriante. Un pobre doncel estaba acostado boca abajo en el suelo, mientras un varón horriblemente feo, gordo y calvo, rasguñaba sus ropas descubriendo la blanca y cremosa piel del doncel, preparándose para penetrarlo allí mismo como si fuera algún animal.

Yo, tomado por la ira, solo me acerqué al hombre para empujarlo del cuello de su camisa, apartándolo del doncel, que sollozaba escondiendo su rostro en la tierra, negándose que aquel despreciable hombre, viera su sufrimiento, y con eso mi ira aumento, y sentí como la furia corría por mis venas, haciendo que mis músculos se tensaran al punto que empezaron a dolerme. Me acerque al hombre, que intentaba levantarse de suelo, balbuceando maldiciones, casi cayendo de borracho, pero aun así, yo no tendría piedad de aquel ser tan despreciable.

Agarré su cuello con mi mano derecha, estrujándolo para enseguida alzarlo, sorprendiéndome a mí mismo de la fuerza que tenia, ya que, aquel hombre debería tener más de cien kilos, para después sacudirlo y lazarlo contra un árbol, haciendo que gritara de dolor, deslizándose por el árbol dejando un camino de sangre, al mismo tiempo que daba su ultimo jadeo antes de perder la consciencia.

Al ver como aquel pesado cuerpo se echaba pesadamente en el suelo, mi cuerpo se relajó casi instantáneamente y mis sentidos pudieron relajarse un poco. «¡El doncel!», pensé para mí mismo, volteándome, para encontrarme con un hermoso chico, con un rostro precioso, con unos ojos grandes y tan negros como la noche, con una naricita perfecta y una boca pequeñita y fina que se me antojaba tan suave y deliciosa.

¿Estás bien ’Dettebayo? —Pregunté acercándome lentamente, viendo como se encogía sobre sí mismo, cerrando los ojos y abrazándose con sus finos brazos, tratando de ordenar un poco que sea su ropa… o lo que restaba de ella.

—Sí.

Sentí un deja vú, aquel tonito arrogante, aquellos ojos negros, aquella pela tan branca. «¡Este doncel debe ser el primo de Sasuke!», concluí repasando mi mirada por aquel hermoso doncel, para después sacar mi chaqueta negra y colocarla sobre sus hombros, sintiendo como se encogía aun más con miedo de mi.

—No te preocupes, yo no te hare nada. —Susurré, con voz profundamente ronca, alzando su rostro conectando mi mirada con la suya, haciendo que un hermoso sonrojo apareciera en sus naturalmente pálidas mejillas, haciéndolo ver deliciosamente tierno.

Un aura nos rodeo, así como un silencio acogedor que nos acunó a ambos, haciendo que nuestros rostros se acercaran lentamente, al mismo tiempo, que nuestros ojos se cerraban ansiosos de sentir nuestros labios juntarse. Pero antes que eso pasara sentí como alguien pateaba mi cara, consiguiendo que yo cayera boca arriba en el suelo, sangrando del labio.

—¿QUIÉN TE CREES PARA METERTE CON MI PUTA? —Inquirió aquel hombre repúgnate, mirándome con odio, apretando fuertemente la rama que uso para golpearme, para después alzarla arriba de sus hombros, preparándose para atacar de nuevo, pero antes de que él pudiera hacer eso, yo pateé sus piernas haciendo que el muy idiota cayera de nuevo y aproveche eso para sentarme sobre su barriga y golpearle fuertemente en su rostro, descargando toda mi furia en aquel despreciable hombre.

—¡Para! —Gritó el doncel, abrazándome por la espalda—. ¡VAS MATARLO! —Afirmó en mi oído, aferrándose a mí, haciendo que yo volviera a la realidad y viera que me encontraba golpeando violentamente el rostro de aquel hombre, que ya tenía la nariz rota al igual que  sus dientes, también tenía los ojos negros y la cara inflada, sangrando abundantemente.

Me volteé lentamente encarando su rostro, viendo como sus ojos me miraban con algo de temor, al mismo tiempo que una finas lagrimas deslizaban por sus cremosas mejillas, las sequé con mis manos llenas de sangre, ensuciando su precioso rostro con el líquido vital de aquel hombre.

—Perdona si te asuste ‘Dettebayo. —Pedí acunando su rostro en mis manos, acercando mi rostro al suyo nuevamente, haciendo pequeños masajes circulares bajo sus ojos.

—Gracias por salvarme. —Dijo bajito, algo avergonzado, para después sellar sus labios con los míos en un tierno beso.

Cuando terminó nos quedamos mirándonos a los ojos un buen rato, descubriendo nuestras almas y yo pude ver que, a pesar de sus ojos serán igual de negros y misteriosos que los de Sasuke, eran más dulces y puros que aquel teme del demonio.

—¿Cómo te llamas ‘Dettebayo?

—Uchiha Obito. —Respondió sin despegar sus ojos de los míos—. ¿Y, tú?

—Namikaze Naruto.

No pude contener la sonrisa que nació en mis labios, al ver la sorpresa reflejada en sus bellos ojos negros, aparentemente él también sabia los planes del teme.

—T-Tú eres…

—Sí, el hombre con quien tú primo quiere comprometerte.

Vi con gusto, como su preciosamente bello rosto, se quedaba extremamente sonrojado, al mismo tiempo que él desviaba la mirada avergonzado.

—Obito. —Llamé, tomando sus manos entre la mías, alzándolas para después besarlas suavemente, ganando toda la atención del aún más rojo doncel—. Yo no quiero que te sientas obligado a casarte conmigo, por lo que se pasó aquí, o porque el teme lo quiere. —Él me miro con extrañeza y yo me corregí—. El teme es Sasuke.

Al oír lo que dije sobre mi mejor amigo, él sonrió y carcajeó un poco, el típico “Hahaha” con la boca bien abierta en una gran sonrisa, con los ojos cerrados y el rosto lleno de diversión. Nunca pensé que un, Uchiha, consiguiera reír así, ya que me había habituado a las secas y bajas carcajadas del teme. Y no pude contener el impulso de acunar su rosto en mis manos, haciendo que él cubriera su boca avergonzado, mirando como un niño que es apañado haciendo su primera travesura.

—¿Me dejas cortejarte?

El pareció sorprenderse, ante mi pregunta, pero después pasó sus finos brazos por mi cuello aferrándose a mí, susurrando un montón de bajos y agudos «¡Sí!», para enseguida ayudarlo a levantarse con cuidado, dándole mi brazo para que él lo tomara, cosa que hiso algo sonrojado. Y así, con el aferrado a mi brazo, nos dirigimos a la salida de aquel jardín, caminando bajo la sombre de los arboles, acompañados de una acogedor silencio. Todo parecía perfecto, y nosotros la pareja perfecta, cuando comenzó a dolerme los puños, cosa que me hiso recordar aquel hombre despreciable que quería violar a Obito.

Lo miré, y vi como caminaba con una pequeña sonrisa en sus finos labios. Llegué a pensar que se había olvidado de lo sucedido, y también pensé que no debería preguntarle lo que había pasado, pero mi curiosidad era demasiado grande para ser ignorada, y por eso, me llené de coraje y lo más sutilmente que pude le pregunté. —¿Qué quería aquel hombre? —haciendo que él me mirara algo asustado, ya que, al parecer mi ton salió un poco más ruda de lo que yo pretendía, pero es que, al recordar que aquel hombre tocó su piel.

—É-Él…—tartamudeó, para después bajar la mirada. Y yo pude sentir como todo su cuerpo se tensaba y por eso lo abracé dulcemente, sintiéndolo brincar entre mi brazos, para enseguida ver como él alzaba su mirada viéndome con sus grandes ojos negros.

—No tienes que hablar si no quieres ‘Dettebayo.

—Yo quiero.-dijo, con voz decidida. —Yo confió en ti.

Su confección, hiso que me sonrojara levemente y que con eso tuviera que desviar mi mirada avergonzado. Pero aun podía sentir sus grandes ojos sobre mi y por eso supe que el conseguía ver mi abochorno.

—Te vez lindo sonrojado. —yo solo conseguí sonrojarme aun más, pero ahora mirándolo fijamente, viendo como una hermosa sonrisa florecía en sus labios.

—Deja que tú te ves mucho más hermoso que yo. —ahora fue su turno de sonrojarse.

—B-Bien…—se ve tan dulce cuando tartamudea. —…lo que se pasó con aquel hombre fue un engaño.

—¿Un engaño?

—Sí.

El volvió a bajar su mirada escondiendo su rostro en mi pecho, apretándose contra mí, y yo, que aun mantenía el abrazo, lo estreché entre mis brazos, deseando no soltarlo nunca.

—No tienes que seguir si no quieres. —dije comprensivo, acariciando su espalda.

—Yo quiero hacerlo.-murmuró contra mi pecho, para después alzar su rostro mirándome. —Esta es la primera vez que vengo a Londres solo, ya que, yo vivo con mi padre en la Vila de la familia Uchiha y esta vez él no pudo venir conmigo. —me explicó y yo no pude evitar quedarme extrañado, yo ya había ido dos o tres veces a la Vila Uchiha, nunca había visto a Obito, pero decidí ignorar ese pormenor. —Y hoy en la mañana, cuando acabé de llegar a la casa de mis tíos, un mucamo me avisa que Sasuke me había citado frente a Big Ben para me presentar un amigo suyo, —eso era obvio que era yo, él muy teme. — y yo subí a una de los coches de mi tía, para que me llevaran, solo que en el camino vi una tienda muy linda y pedí a Kakashi que me bajar allí. —donceles, no pueden ver una tienda linda. — Kakashi me preguntó si quería que él me esperara y yo le dije que podría irse, ya que el Big Ben no se quedaba tan lejos, o eso pensé.

—Y ¿Qué se pasó después ‘Dettebayo?

—Después, salí de la tienda y empecé a caminar…—él hiso una pequeña pausa desviando la mirada y yo me preocupe. —…sin saber donde debía ir.

—¿Qué?

—Estaba perdido. —susurró tímidamente, completamente aborchanado. —Pero me sentí salvo cuando un señor se me acercó preguntándome si estaba todo bien conmigo.

—Déjame adivinar, ¿ese “amable” señor es aquel desgraciado que trato de violarte? —después de decir eso, sentí la necesidad de golpearme a mi mismo. —Perdona Obito, yo no…

—Déjalo. —interrumpió. —Tú tienes razón, yo no debí ser tan ingenuo.

—Yo solo no quiero que nada de malo te pase ‘Dettebayo. —acuné su rostro en mis manos, alzándolo. —Y ¿no viste que él estaba borracho?

—Yo vi que el tartamudeaba y tabaleaba un poco, pero no me pareció borracho, aunque olía un poco a vino.

—Bien, solo prométeme que no volverás a acercarte o dejares que se te acerquen hombre así. —él sonrió, acariciando mis manos. —Mejor, prométeme que no dejaras que ninguno otro hombre, que no sea yo, se te acerque. —pedí, acercando mi rostro al suyo, viendo como el volvía a sonrojarse, mientas cerraba sus ojos.

—¡Dobe! —escuché atrás de mi, para que después, tanto yo como Obito nos apartamos rápidamente dirigiendo nuestra mirada al teme, que aparecía del medio de los arboles.

—¿Q-Qué haces aquí teme? —pregunté sobando la nuca, mientras Obito nos daba la espalda, observando las flores.

—Eso lo pregunto yo dobe. —dijo acercándose a mí, mirándome a mí y a Obito alternadamente. —¿Qué haces aquí SOLO con mi primito? —preguntó mirándome fieramente, matándome con sus ojos y yo pensé «Vaya teme, no eras tú quien quería que yo estuviera a “solas” con tu primito»

—N-Nada primo. —respondió Obito, volteando a vernos y acercándose lentamente.

—¿Qué hace mi primo con tu chaqueta dobe? —yo iba decirle la verdad al teme, pero una mirada de Obito hiso que yo me callara y que mi rubia cabecita pensara en una buena escusa.

—Él tenía frio, y yo como buen caballero que soy le preste el mío ’Dettebayo. —dije con obviedad, rogando que el teme no viera que yo le estaba omitiendo información, ya que lo que dije no era mentira.

Sasuke nos miró a mí y a Obito, para después suspirar negando con la cabeza. —Al menos espera por el casamiento pedazo de dobe. —dijo golpeando mi cabeza. —Él es un Uchiha y tiene que esperar por el casamiento antes de entregarse.

Al escuchar lo que el teme dijo me atragante en mi propia saliva y Obito se quedo mas rojo que un tomate, mientras, que el idiota de mi mejor amigo sonría ladeadamente, para después, darnos la espalda. —Vamos tortolos, tenemos que irnos, mis padres y vuestros padres, nos están esperando en mi casa ya no deben tener uñas de tanto esperar por vosotros pedazos de dobe. — «No puedo creerlo», pensé viendo como Sasuke empezaba a caminar, «Todo esto fue pensado por nuestros padres.», concluí mirando a Obito, quien se vía tan sorprendido como yo.

Pero al final solo negué con la cabeza, para después, ofrecer mi brazo a Obito, quien lo tomo con una linda sonrisa, y así, como una linda parejita, seguimos al teme quien nos miraba a cada dos por tres, con miedo que yo huyera con su primito, cosa que no sería tan mal pensada. Ya conseguía sentir mis labios sobre su boca, saboreando sus dulces labios con mi lengua, para después abrirlos y así saborear aquella dulce y rica cavidad, escuchando como sus dulces y pequeños jadeos se ahogaban en mi boca y sintiendo como sus delicadas manos se aferraban a mis hombros. Podía sentir mis manos deslizar por su espalda y aferrarse a su cintura, mientras lo apoyaba contra un arbole, alzando sus piernas, para las enrolar en mis caderas y así pegarme por completo a su cuerpo, sintiendo como cada una de sus suaves y exquisitas curvas se apretaban contra mi cuerpo.

—N-Naruto-kun. —escuché, haciendo que mi perversión y mi imaginación fueran, mucho más allá de un beso apasionado, y entran en un terreno mucho más carnal. Pude sentir mis manos penetraren la barrera de sus camisa y acariciaren su suave piel, sintiéndola estremecer. —Naruto-kun…—mi imaginación ya estaba al máximo y ya me vía a mi mismo bajar los pantalones de Obito con la intención de hacerlo mío.

—¡DOBE!

—¡ITE!

Grité de dolor, saliendo de mi fantasía, viendo como Sasuke me miraba furioso y como Obito me miraba súper avergonzado y sonrojado.

—¿Qué mierda te pasa pedazo de dobe? —preguntó Sasuke, olvidándose por completo de sus maneras.

—¡Eso te pregunto yo teme! ¿Por qué me golpeas?

—Porque estabas con una expresión más pervertida que la de tu padrino en cuanto escribe sus libros eróticos y no dejabas de decir el nombre de mi primo.

Me sonrojé y miré a Obito, viendo como el bajaba su mirada sonrojado. «NO PUEDO CREERLO», dije a mi mismo, deseando golpearme a mí mismo por segunda vez ese día.

 —Escúchame bien pedazo de dobe pervertido. —dijo el teme, tomando mi barbilla con sus dedos, apretándola y con eso haciendo que yo hiciera boquita de pescado. —No quiero, ES MÁS, nunca más te voy dejar solo con mi primo, al menos hasta que se casen y mismo así no quiero que andes haciendo perversiones con él en todo lo que sea lugar él es un Uchiha, tienes que tenerle mucho respeto sino…—lo mirada de Sasuke era suficiente para hacer que el diablo se meara de miedo y yo solo conseguí asentir repetidas veces, pensando que tenia que casarme con Obito rápida, pero muy rápidamente.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).