Por insistencia de Ilan nos quedamos en casa su casa mientras buscábamos a Ben, él es futbolista así que trabajaba como entrenador de un equipo en una escuela cercana por lo que salía en las mañanas y volvía en las tardes. Veía a Dylan muy pensativo, al punto que muchas veces me ignoraba por estar absorto en sus ideas, al preguntarle en que pensaba me decía que en los extraños fenómenos y la manera de darle sentido a todo, pero que entre más analizaba los hechos más extraño parecía todo. Durante la tarde recibimos una llamada urgente de los cuarteles de los plomeros, varias criaturas del caos habían aparecido por todo Bellwood, pero esta vez no aparecieron solas, sino que todo una horda de 10 de estas criaturas, algunas aladas, otras terrestres y algunas acuáticas empezaron a destruir todo a su paso, así que decidimos volver a Bellwood, quizás no seriamos de gran ayuda para derrotarlas pero al menos podríamos mantenerlas al margen y reducir la destrucción, cuando subimos al auto recordé que había agregado algunos aditamentos para hipervelocidad, que antes por la preocupación había olvidado, así que en unas cuantas horas estábamos de regreso a Bellwood, habíamos dejado una nota a Ilan para que no se preocupara.
Al llegar encontramos a una criatura del caos similar a un pez monstruoso, con largas púas que salían de sus aletas y cola pero con el típico color negro y cara plana con un ojo en medio, empezamos a combatirla, mientras llegaban los refuerzos, para mi sorpresa Dylan parecía ser muy hábil en las artes marciales, gracias a ello logramos hacer retroceder a la criatura, al llegar al cuartel de los plomeros nos entregaron unas armas que empleaban maná, fueron diseñadas especialmente por Azmuth para combatir la amenaza inminente:
K: ¿y por qué no llamar a los anoditas como refuerzos?
M: pues estuve pensando que las apariciones de ayer solo eran un cebo para atraer a los anoditas y sacarlos del camino como hicieron con Gwen.
K: no lo había visto así, pero tiene mucha razón, pero si van tras los anoditas por que no han ido tras Ben, Ken o sus hijos.
M: pues como dice Verdona, ellos no tienen la chispa, aunque Ben demostró que si la tenía después de todo, aunque muy dormida, pero la tenía.
K: así que es una suerte que la chispa de ven volviera a desaparecer.
M: pues corrimos con mucha suerte.
Empecé a monitorear la zona ya que Max desplego una unidad para la búsqueda de Ben, durante todo ese día no hubo más ataques, parecía que el caos retrocedía, esa noche volví a tener la misma pesadilla donde me veía casado con Dylan y Ben llorando por mi culpa. Me había quedado dormido en el cuartel y cuando desperté exaltado Dylan me pregunto que ocurría, no supe que hacer, ni que decir… no me pude contener más y le dije a Dylan lo que sentía:
K: verás, yo… como decirlo…
D: ¿qué ocurre? Sabes que puedes confiar en mí.
K: pues yo… estoy enamorado de ti, sé que es extraño pero en estos días has invadido mis sueños y pensamientos
D: ¿QUEEEEÉ? (completamente atónito) debes estar bromeando, esto no puede pasar, tú no puedes, no debes enamorarte de mí, acaso olvidas a Ben.
K: claro que no, sólo que empiezo a enamórame de ti, claro que no pretendo llegar a nada contigo pero quería decírtelo.
D: yo… no… esto… no… yo… tu… Ben…
K: vamos, no te lo tomes así
D: necesito estar a solas.
Dylan salió de la habitación, al menos me había quitado esa inquietud del alma, aunque Dylan se veía muy afectado por lo que le dije, volví a mi casa pero Dylan no. Al día siguiente recibí una visita sorpresa, Ilan había llegado a Bellwood, nos dijo que poco después de llegar a la escuela empezó a sentirse mal y la enfermera que trabaja allí le dijo que se tomara el resto de la semana, que las náuseas eran signos del estrés, así que decidió venir a ayudar, en lo que pudiese, siendo yo tan famoso no fue difícil localizarme, así que le conté lo ocurrido con Dylan, extrañamente me sentía muy bien al hablar con él, era tan natural para mí. A las pocas horas ocurrió un evento inesperado, las criaturas del caos volvieron a aparecer, pero esta vez de forma más organizada, como un ejército, al final de la formación una figura encapuchada dirigía a las criaturas, así que le dije a Ilan que se mantuviera dentro de los cuarteles de los plomeros así que lleve a mi madre, a mi padrastro, a mis suegros y a Ilan a los cuarteles y los deje allí mientras me dirigía a combatir la amenaza. Al llegar allí el encapuchado redirigió sus tropas para que me atacaran, usando el arma provista por los plomeros dispare a las criaturas pero aunque el arma los dañaba estos seguían adelante, debía dispararles muchas veces y esa placa plana frente a sus cabezas resulto ser una armadura, debía destruir los cerebros de aquellas criaturas para poder eliminarlas por completo, cuando había logrado derribar a unos diez Azmuth apareció y recogió junto a Max una de aquellas placas para analizarlas y estudiar sus propiedades. La batalla se prolongó por varias horas, con la ayuda de los plomeros logramos derrotar a cientos de esas criaturas, sin embargo no dejaban de aparecer, mientras el encapuchado reía de manera burlona ante nuestros esfuerzos.