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Creación = ¿Destrucción? por ZAHAKI

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Notas del fanfic:

¡Hola! Aquí vuelvo con una nueva parodia y ni siquiera he terminado la del cumple de Allen. No se preocupen, subiré pronto el último capítulo -le ha dado flojera editarlo-. Dejando ese pequeñísimo detalle de lado, les traigo una historia algo divertida y bastante sencilla en comparación a lo que suelo escribir. Si ven alguna discrepancia o incongruencias, pueden culpar a mi alocada imaginación.

Para los que no me conozcan, sepan que sólo escribo Yullen en DGM. Puede que algún día escriba Lucky o cualquier otra pareja, pero Allen es sólo de Kanda y nada me hará cambiar de parecer.

Notas del capitulo:

¡Estoy viva! Aunque quizas muchos desearían que estuviera muerta por mi horrible retraso.

Bueno, no podía pasar desapercibido el cumpleaños de mi personaje preferido, ésta historia comencé a escribirla mucho antes del cumpleaños de Kanda pero con tanta cosa terminé dejándola para después y vean este retraso tan espantoso.

Debo aclarar que este escrito es una parodia, nada en comparación a mis otras historias, de hecho diría que es bastante sencillo. Es sólo para divertir y no tiene la mayor relevancia ni lo tendrá ya que se basará en dos capítulos que inicialmente eran un one-shot las razones por la cual tuve que dividirlo quizás lo explique después.

No quiero aburrirlos con mis pensamientos; así que, enjoy!

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Disclaimer: D. Gray Man y sus personajes pertenecen a Hoshino Katsura-sama.

Con respecto a la idea, me parece preciso acotar que le di forma desde un doujinshi de Haruka que consiguió mi querida amiga Zutte. La historia es de mi total autoría, cualquier similitud con respecto a la descripción, características y otros, son casualidades inverosímiles en las que me he basado para poder desarrollar esta locura.

Creación = ¿Destrucción?

 

Capítulo Primero – Acciones Desesperadas.

 

Muy bien dicen los antiguos escritos, el sol sale para justos e injustos y como siempre, un nuevo día llegará y alcanzará a todos por igual. El astro rey se alzaba radiante y transmitía toda su calidez a los miembros de Black Order. La mañana se había apresurado un poco y desde tempranas horas el comedor de las instalaciones se encontraba animado y atiborrado de personas que no mostraban preocupación alguna.

 

Usualmente no se veían en la sede religiosa al grupo más joven de exorcistas reunidos al mismo tiempo, era una de esas raras oportunidades en las que se podía ver adolescentes comportándose como tal. A pesar de lo extraño que era que dichos sacerdotes coincidieran en el lugar al que llamaban hogar, había una razón para ello y radicaba en que la actividad akuma había descendido lo suficiente permitiéndoles a los menores tener un merecido descanso.

 

La energética reunión se llevaba a cabo en una de las tantas mesas de madera que se encontraba situada al centro de la estancia. Era inevitable que tanto el personal científico como buscadores esbozaran una cálida sonrisa al verles por primera vez en mucho tiempo actuar de acuerdo a su edad y es que los ajenos al grupo juvenil asumían que éstos conversaban de cosas que sólo los chicos jóvenes y vivaces entienden o les emocionan. En consecuencia, entrecerraban los ojos orando para que esa atmósfera de paz se mantuviese.

 

Sería lógico creer que Lavi hacía alarde de sus habilidades o que incluso Lenalee les expresara sus deseos de hacer algo especial con toda su familia la cual incluía la congregación entera. Los llamados Elegidos de Dios en la actualidad, era conformado por jóvenes en su mayoría, los cuales su única preocupación debería ser prepararse para un futuro o hacerse de una familia. Eso sería lo normal, más en los planes de éstos no destacaba la normalidad precisamente.

 

Esa reunión tenía un objetivo, uno muy inusual…

 

Claro que los ajenos al grupo jamás se imaginaron el motivo de aquel encuentro. Mientras las personas transitaban alrededor de Lavi, Lenalee y Miranda con una sonrisa, este particular grupo tenía un tema muy serio entre manos y no era justamente de sus días de juventud. Ciertamente, eran humanos y la necesidad de fraternizar se presentaba incluso en guerreros como ellos, tenían amigos a los cuales querían demostrarle su afecto sólo que entre sus amigos se encontraba uno bastante especial.

 

¿Qué tipo de actividad podía colocar tan serios a los muchachos más enérgicos de la sede central?

 

Estaban a mitad de año; casi a Junio, para ser más específicos. Un mes distintivamente especial en dónde posiblemente la comunidad religiosa pueda hacer un acercamiento al ser más huraño del planeta. ¿Por qué se hace alusión a tal personaje? pues el cuartel general pretenden aprovechar la oportunidad y se han anticipado a prepararle algo a Kanda para su próximo cumpleaños.

 

He aquí el problema. ¿Quién había intimado lo suficiente con ése sociópata como para saber qué demonios le gustaría como regalo? Éste era el tan afamado debate que presentaba la comunidad más joven de Black Order. Nadie a su alrededor se imaginaba que más que una reunión amistosa, se llevaba a cabo una disputa que al parecer no avanzaba hacia ningún lugar.

 

Un profundo silencio más una nube gris opacó la cabeza del grupo de clérigos

 

— ¡¿En serio a nadie se le ocurre nada?!—exclamó algo sorprendido y un poco indignado el pelirrojo ante el silencio que cada vez se extendía más y más. Las otras dos negaron con la cabeza en modo de respuesta.

 

Una temerosa mano se alzó de entre el grupo. En varias ocasiones le habían dicho a la exorcista que no era necesario ser tan formal, después de todo estaban entre amigos pero aún así, Miranda Lotto tenía una fuerte conexión a su personalidad tímida que le impedía expandirse más. El heredero de bookman dejó descansar su párpado sobre su pupila al tiempo que le dedicaba una amable sonrisa con un ligero asentimiento.

 

—Q-quizás Marie-san pueda ayudarnos…—sugirió la mujer de castaños cabellos con voz tenue.

 

—Me parece buena idea—complementó la asiática—. Marie es el único que puede permanecer horas con Kanda sin que peligre su vida.

 

Otra aura negra se asomó en la tez de los exorcistas, pero rápidamente el junior recuperó la compostura tomando la iniciativa.

 

— ¡Pues no se hable más!—se hizo notar Lavi que al parecer era el promotor— ¡Busquemos a Marie!

 

Y sin mencionar nada más se lanzó en la búsqueda del exorcista con buen oído mientras que sus seguidoras se preguntaban cómo sabía dónde se encontraba el aludido. Habría que verificar las fuentes de Lavi… pensaron sin siquiera atreverse a hacer mención para no ser producto de sus futuras bromas.

 

— ¿Qué le gusta a Kanda…?—repitió el moreno llevando una mano a su barbilla en pose pensativa— No es que quiera ser pesimista, pero si lo que quieren es darle algo en su cumpleaños, lo mejor sería dejarlo solo—resolvió más por darle espacio a su amigo que seguramente no le gustaría saber que todo ese alboroto se armaba en su nombre.

 

—Eso es tan triste…—susurró Allen tras de todos mientras llevaba un dango a sus húmedos y manchados labios por el caramelo.

 

Todos se giraron al instante preguntándose en qué momento había llegado. Obviamente la relación de esos dos no había sido nada amigable, no se les había ocurrido la idea de citar al exorcista parasítico teniendo en cuenta la pésima relación que ambos llevaban. A final de cuentas, decidieron pasar desapercibido el detalle del inglés para volver a centrar su atención en Marie que no estaba cooperativo precisamente.

 

— ¡Vamos, Marie!—insistió el junior energéticamente— Eres el único al que Yû podría decirle algo de importancia que nos diera una pista.

 

—Chicos…—musitó en modo conciliador— sé que quieren lo mejor para él, pero realmente no creo que sea buena idea.

 

—No seas así—se escuchó una voz amable desde un rincón de la habitación y como si fuese un movimiento autómata todos los jóvenes se giraron hacia el emisor. Froid Tiedoll hacía su aparición—. Estos jovencitos sólo quieren hacer algo por su amigo, Marie. Deberías ayudarlos—inquirió el canoso hombre volviéndose al grupo de exorcistas los cuales asintieron reiteradas veces en modo de respuesta.

 

Noise Marie torció el rostro con una expresión que sólo indicaba una enorme pena —sí, por el espadachín—. Esa reunión en la que ahora se incluía su General no anunciaba nada bueno para el samurái. Tan sólo esperaba equivocarse en sus pensamientos y estaba consciente de que había muy pocas probabilidades de ello de acuerdo a sus experiencias.

 

Horas más tarde…

 

— ¿Dónde está Kanda?—preguntó Lenalee con ansiedad ladeando la cabeza en dirección hacia su compañero.

 

—Por suerte tu hermano lo envió a una misión…— respondió Lavi con voz temblorosa. Se volvió al general, esa situación tenía que ser resuelta antes de que el asiático regresara— ¿Y cuánto dura la técnica?—preguntó con interés

 

El grupo entero se giró a la peculiar escena la cual era representada por dos personas que en su vida creyeron ver tan cercanas. Tiedoll acomodó sus gafas dejándolas descansar solemnemente sobre su tabique sin quitar los ojos de su reciente creación—Usualmente se les agota la energía o las hago desaparecer desactivando la Creación del Edén—explicó llevando una mano a la barbilla con un gesto un tanto extrañado. ¡Muy mal! Esa expresión no alentó nada a los más jóvenes.

 

— ¿Es decir que si desactiva la inocencia esa cosa desaparecerá?—preguntó bookman junior señalando la manzana del caos y el posible epicentro de las desgracias que se anunciaban para la congregación entera.

 

El anciano extrajo de su gabardina el objeto que conformaba la inocencia y para sorpresa y nervios de todos, estaba desactivada—Nunca había fusionado tal magia con algo que perteneciese a un humano—anunció en modo de disculpa.

 

El grupo entero de sacerdotes oscuros se estremeció pero quién rompió el doloroso silencio fue Lavi, de nuevo. Éste nunca podía mantener la boca cerrada— ¿Cuándo regresará Yû?— lanzó la pregunta al aire.

 

—Tengo entendido que lo único que había por hacer era una tarea sencilla en un pueblo cercano—respondió Lenalee—. Siendo así, posiblemente llegue a más tardar en la noche.

 

Un sepulcral silencio invadió el espacio. Todas esas cabezas serían rebanadas por el espadachín como se enterara de lo que habían hecho para provocar semejante cosa.

 

—Entiendo la preocupación de todos—intervino Allen tratando de evadir al objeto que Froid Tiedoll había creado—. Pero, ¿pueden dejar de pensar en Kanda un minuto y ayudarme con esto?

 

Flash Back

 

—Efectivamente, se acerca el cumpleaños de Yû-kun—afirmó Tiedoll esbozando una cálida sonrisa.

 

—Tiedoll-san…—le llamó titubeante Miranda — ¿Qué sería bueno darle cómo obsequio a Kanda-san?

 

El general suspiró. Tras los largos años que había tenido al exorcista japonés bajo su cuidado no había logrado que aceptara ninguno de sus presentes y por ende, nunca le decía cuáles eran sus preferencias. Sería una dura tarea—Ciertamente, Yû-kun es una persona difícil de complacer—todos los demás suspiraron derrotados a excepción de Marie que sólo sudaba frío—. Pero puede que consigamos una forma de averiguarlo—prosiguió llevando su índice a sus labios como su meditara con detenimiento la situación.

 

— ¡¿Cómo?!—exclamaron los interesados encimándose al hombre mayor.

 

—Preguntándole a él mismo—todos se cayeron hacia atrás viendo sus esperanzas desquebrajarse.

 

—General, moriríamos en el intento—susurró Miranda y al darse cuenta lo que había dicho comenzó a disculparse frenéticamente con reiteradas reverencias.

 

—Creo que me están malentendiendo—continuó el mayor del grupo atrayendo de nuevo la atención de todos—. Quise decir que le preguntáramos a algo proveniente de él.

 

El resto de los presentes ladeó la cabeza sin entender a qué se refería el General, pero éste en vez de dar explicaciones sólo pidió algo que perteneciese a Kanda. De esa tarea se encargó Lavi que enseguida fue en la búsqueda del interesante objeto y tras unos minutos volvió con unos cuantos largos cabellos azabaches. No había que ser muy sabio para saber a quién le pertenecían.

 

— ¿Esto servirá?—preguntó con curiosidad tratando de no perderse de lo que el maestro del aludido quería hacer— Los encontré en su almohada.

 

— ¡Eso es invasión del espacio personal, Lavi!—exclamó Allen indignado.

 

—Cálmate, Allen—le dijo el pelirrojo con un movimiento de mano despreocupado—. Nadie de aquí le dirá. Yû ni se enterará que tengo una llave de su cuarto.

 

Todos pasaron saliva por los nervios de imaginarse su privacidad siendo violada por cierto conejo indiscreto; pero fuera de eso, las intenciones del General tenían la atención de todos.

 

Y he aquí que el hombre que ya pasaba de la quinta década activó su inocencia uniendo su creación con los cabellos que el pelirrojo hiperactivo acababa de traer. La masa blanca comenzó a expandirse cobrando una figura humana pero lo bastante genérica como para parecerse a alguien en específico. No obstante, no hizo falta que pasase mucho tiempo para que ésta comenzara a cobrar un tono de piel más moreno. Un objeto negro comenzó a extenderse desde la nuca hasta su cintura mientras que sus facciones cobraban características orientales.

 

— ¡¿Kanda?!—exclamaron al unísono.

 

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En ninguno de sus más locos sueños ni pesadillas se había visto en una situación similar. Sentía el aire faltarle y un fuerte dolor en su espalda debido al peso que ahora llevaba. Resopló frustrado, él ni siquiera tenía nada que ver en el asunto del cumpleaños de Kanda, ¿pero tenía que ser un curioso y acercarse?

 

—Suéltame por favor…—musitó en modo de súplica.

 

Ni siquiera podía avanzar un paso con normalidad y es que el cuerpo era considerablemente más grande y fuerte que el suyo, pero dejando ese pequeñísimo detalle había una pregunta que rondaba incesante en su cabeza como si de una grabación con la repetición activada se tratase "¿Por qué a mí?".

 

—Al parecer te tomó cariño—comentó Lenalee al tiempo que una risilla se escapaba de sus labios.

 

— ¡Algo debió haber salido mal!—le refutó Allen asfixiado con el agarre de la creación de Tiedoll— ¿Acaso no debería tener la arrogante actitud de Kanda?

 

Lagrimillas tan pequeñas como para ser notadas se formaron en sus lagrimales— ¡Yo ni siquiera tenía que ver!—se quejó dramáticamente arrastrando los pies por todo el pasillo en dirección a su habitación.

 

—Es raro verte hacer berrinches, Moyashi-chan—se burló Lavi que al parecer le divertía en demasía la situación.

 

Allen enarcó una ceja denotando su enojo ligeramente. ¿Berrinche? A él le encantaría saber qué haría Lavi si estuviese en su situación, pero más que por la burla le molestó aún más el mote que cierto oriental le había conferido—Veamos cuál será tu reacción de cuando Kanda se entere de lo que hiciste—le respondió en tono arrogante girando el rostro para enfocar la puerta de su aposento.

 

— ¡Lenalee! ¡Moyashi-chan me está chantajeando!—se quejó el junior en un lloriqueo.

 

—Eso te ganas por estarte burlando de él—le contestó secamente tras un bufido.

 

Lavi continuó quejándose sobre lo malvado que se comportaba Allen con él y haciendo alguna que otra broma en referencia a las actitudes que comenzaba a adoptar el menor en presencia de espadachín. Por su parte, Allen decidió ignorarlo ya que tenía un problema mucho peor entre las manos y por eso se refería a que esa cosa que llevaba consigo que no le soltaba ningún instante.

 

La habitación se abrió dando paso al grupo de exorcistas y antes de que el albino pudiese avanzar más, con una enorme dificultad se viró a sus compañeros con un gesto que no pudieron descifrar del todo. Se volvió a remover los cabellos quitando las manos que estaban alrededor de su cuello— Y a todas estas… ¿Qué hacen aquí?—preguntó con una enorme vena surcando su sien haciendo notoria su incomodidad. El samurái solía colocarle de mal humor aunque esta vez los motivos eran cósmicamente distintos.

 

—No podemos dejarte a solas con Yû—respondió de inmediato Lavi fingiendo preocupación pero la verdad era que se divertía—. Aunque al parecer éste no quiere matarte si no otras cosas, Moyashi-chan.

 

Allen enrojeció súbitamente. Con tanto alboroto no había reparado por completo en su situación y es que cualquiera que no estuviese enterado de lo que había ocurrido, asumiría que eran una pareja en su mejor momento— ¡¿P-pero qué dices Lavi idiota?!—exclamó el aludido sonrojado hasta las orejas al caer en cuenta de la vergonzosa actitud que habían mantenido él y Kanda en todo el día.

 

—Deja de molestar a Allen-kun—le reprendió Lenalee con mirada acusadora para luego dirigirse al inglés—. Lo siento, Allen-kun. Por ahora debemos tratar de no llamar mucho la atención—explicó ladeando la cabeza en modo de disculpa.

 

Allen suspiró con resignación. Tan sólo esperaba que encontraran la manera de volver todo a la normalidad cuanto antes.

 

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El abrupto movimiento le advirtió que habían llegado al sitio de desembarque. Entreabrió con lentitud los ojos y quitando a mugen de su regazo la colocó alrededor de su cintura una vez se puso de pie. El que le había guiado durante el camino le despidió con un 'buenas noches' más él sólo atinó a mover ligeramente la cabeza en correspondencia.

 

¡Cómo le hubiera encantado ir a cenar un suculento plato de soba!, pero su trabajo aún no había terminado. Rodó los ojos de un lado al otro viendo el inmenso pasillo de las instalaciones abrirse ante él. En vez de dirigirse al comedor como deseaba, prefirió virar hacia la biblioteca, tan sólo esperaba no encontrarse con alguien molesto —y por molesto se refería a cierto pelirrojo suicida—. Chasqueó con fuerza la lengua al tiempo que sus pisadas resonaron en la quietud de la noche. No era muy tarde y con fortuna sus autollamadosamigos estarían cenando.

 

Logró divisar la inmensa puerta de madera que daba paso al sitio al que deseaba llegar y unos instantes antes de que pudiera empujarla esta se abrió develando la figura del indeseado. Entrecerró los ojos con lentitud haciéndolos vibrar un poco, ¿cómo es que tenía tan buena suerte?, se interrogó irritado. Una misión de mierda, un día de mierda y un recibimiento de mierda.

 

Bufó al tiempo que mentalmente recitaba una maldición. No era muy difícil deshacerse de Lavi si se lo proponía y el hambre que azotaba su cuerpo le tenía incluso más molesto que de costumbre por lo que para zafarse de cualquier muestra de afecto innecesaria atinó a posar su mano en el mango de mugen. Sólo por prevención.

 

—Yû…—titubeó Lavi con una expresión nerviosa que Kanda no pudo pasar desapercibida.

 

Enarcó una ceja lleno de confusión pero aún así se denotaba la molestia más por el hambre que por cualquier otra cosa. El hecho de que lo llamara por su nombre de pila no fue como si realmente le hubiera molestado puesto a que usó un tono tan inusual que le descolocó ligeramente. Aún así, no le agradaba para nada ser llamado de esa manera.

 

—Te he dicho que no me llames así—reclamó al cabo de unos segundos para luego soltar un chasquido y virar el rostro con la intención de ignorarlo.

 

—Eh…—el junior volvió a titubear y ése gesto el asiático no pudo ignorarlo. Dejó ir a Mugen y dejando descansar su mano hábil sobre su cintura apoyó su peso sobre un pie— Me encantaría quedarme contigo a hablar de tu misión—rompió el silencio Lavi esta vez sin mirarle y con la voz un poco menos nerviosa que al principio—, pero tengo mucho por leer y prefiero hacerlo en mi habitación.

 

—No es mi problema—cortó el samurái viendo la oportunidad de escabullirse y abriéndose paso pasó al lado del heredero de bookman.

 

Escuchó una risilla nerviosa provenir desde su espalda y cuando se giró para lanzar alguna amenaza de no ser interrumpido se encontraba completamente sólo. Parpadeó incrédulo un par de veces. Para su desgracia conocía a ése masoquista y sin duda alguna se hubiera quedado a molestarle algunos minutos, preferiría recibir algunos golpes si eso le libraba de su trabajo como bookman.

 

Sabía que había declarado que no era su asunto, pero era tan extraño que le hacía mantenerse en una alerta innecesaria. Se encogió de hombros y justo cuando disponía en la mesa de papel y pluma necesario para redactar su informe se percató de algo.

 

—Ese idiota no llevaba libros—comentó para sí mismo.

 

Ciertamente pudo haber asumido que estos ya estaban en su habitación, pero la extraña conversación le sugería que algo no encajaba del todo.

 

Continuará~

Notas finales:

Realmente espero que haya sido de su agrado y se hayan divertido tanto como yo escribiéndola. Ruego que por favor disculpen cualquier error que se me haya escapado, estoy segura que alguno que otro debe haber por allí.

No tengo más nada que acotar de momento aparte de que me mudé y ésta net es un holy shit que me ha arrebatado mi vida social–lloriquea porque quiere retomar sus roles-. Otra cosa, extraño horriblemente el lucky así que puede que me anime a escribir uno –mentira, tiene uno escrito hace mucho y guardado en lo más recóndito de su disco duro-.

Si les gustó y quieren la continuación, dejen reviews –el mal humor la tiene exigente (¿?)-.

Hasta la próxima ;D


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