Capítulo 1
El último peldaño del galán
Aquellos días no eran para nada como los quisiera cierto azabache. Se hallaba furioso casi siempre por todas las situaciones que le había tocado vivir desde hace unas semanas atrás, específicamente tres en las que no pudo volver a tener una vida normal. Pero se preguntaran
¿Qué es una vida normal para Sasuke Uchiha?
Cada semana Sasuke elegía a una persona, no le importaba que fuera doncel o mujer, lo único que quería a sus dieciocho años teniendo el libido entre las piernas, era alguien para tontear esos siete días y luego botarle sin ningún consentimiento. Lo había hecho estupendamente, había dejado llorando a más de medio colegio, todos por igual lloriqueando por tener la dicha de tener un novio tan galante, pero nada había valido la pena hasta ese momento hasta ese momento, hasta esa semana en la que se le ocurrió posar la vista en un rubio doncel llamado Naruto Namikaze.
Fue un viernes después de terminar con su pareja semanal Sakura Haruno, en el que se decidió a observar una pareja que estuviese fuera de lo común para su agrado, ya no le atraían las zorritas que venían a besarles los pies o chicos que prometían hacer cualquier cosa con tal de tenerlo al menos una semana en sus camas; pero no se podía decir eso ya que ninguno pasaba de un salón de clases, un cubículo de baño y si tenías mucha suerte un sofá de la habitación del azabache. Fue entonces que el Uchiha se estaba cansando de tan ordinaria jornada, ya nada le llenaba, ninguna compañía le parecía grata, ya nada de eso lo estaba haciendo feliz.
.:Sasunaru:.
Ese día cansado y malhumorado subió ese día a lo más alto de aquel instituto y como la cosa más fascinante se quedó mirando hacia el patio y las instalaciones. Había citado a su nueva pareja semanal para tener sexo ahí, pero al parecer la muchacha aun no llegaba.
-Tonta pelo chicle. Hacerme esperar de esta manera a mí. Sasuke Uchiha-Bufo viendo su reloj, pronto tocaría el descanso y habría perdido clases por nada.-Mierda, debo dejar de escoger niñas tontas y sin cerebro.
Siguió con su vista perdida por todo el campo escolar hasta que el timbre sonó haciendo que todos los alumnos salieran de sus respectivas aulas. Vio como una masa de gente salía del edificio sentándose por el jardín que había a un lado o bien algunos iban a jugar a los espacios deportivos.
-No hay más que hacer aquí…-Se dijo a si mismo abriendo la puerta para volver a su salón.
Por otro lado, más que disparado un chico rubio había salido de su salón con dirección a la azotea del colegio, llevaba abrazando su mochila que tenía puesta hacia adelante, esta ronroneaba y el chico trataba de callarla, algo muy perturbarte para cualquiera que lo estuviese viendo sino supiesen que había un gato dentro, por suerte nadie estaba poniéndole atención. Llego agitado hasta la puerta y cuando estuvo dispuesto a abrirla alguien lo hizo antes que el asustándolo tanto que dejo de sujetar la mochila, el gatito vio una oportunidad de salir de ese caluroso espacio y salió disparado a la terraza pasando primero por la cara de un chico azabache que se había asustado de muerte por aquella repentina bola de pelos.
El pelirrubio dio un empujón a quien estaba frente suyo para correr tras el minino, luego de tomarlo se giró dando un suspiro.
-¡Lo siento!-Dijo sonriéndole al azabache.
El ojinegro trago grueso ante esa sonrisa que lo había desarmado en fracción de segundo-¡Casi me da un infarto! ¿Qué no sabes que está prohibido traer animales a la escuela Dobe?
-¿Dobe?-Repitió dándole un tic nervioso en el ojo, pero prefería no pelear con esa persona quien por su característica fama ya sabía de quien se trataba. Le dio un dolor de estómago de solo verle pero se aguantó y le contesto algo entristecido-Lo sé más que nadie pero lo encontré esta mañana en un cajón en la plaza y no pude dejarle.-Dejo el gatito en el suelo y este camino un poco sin alejarse mucho de su nuevo dueño.-Lo dejare aquí hasta que pasen los últimos periodos y luego me lo llevare a casa ¿bien? Por favor no digas nada-Pidió con ese poder que solo él tenia para convencer a la gente y estaba seguro que no fallaría ahora para aquel Uchiha orgulloso.
El moreno no sintió pena alguna por el gato pero por ese chico rubio si, sabía que estaría en problemas si lo cachaban con el animal así que no le quedo más que hacer su buena obra del año.
-Bien no diré nada- Se dio la vuelta abriendo la puerta nuevamente para irse pero espero un poco hasta que el otro chico saliera también y no dejaran escapar al gato.-¿No crees que alguien suba y se lo encuentre?
-Si ya pensé en eso, por eso tome esta llave de la oficina de la directora Tsunade.-Mostro la llave yendo tras Sasuke luego de despedirse con una caricia al pequeño gato.-Bien ya está-Cerro la puerta.
El azabache bufo dándose la vuelta para irse por su camino mientras que Naruto lo tomo del hombro para evitarlo-Gracias Sasuke, a pesar de todo lo que se habla de ti no pensé que tuvieras tan buen corazón.-De esa forma el chico rubio de nombre Naruto se adelantó al moreno y bajo las escaleras para ir a su siguiente clase.
¿Todo lo que se habla de mí?-Se dijo a sí mismo.
De esa manera Sasuke quedo por primera vez estúpido, bobo, imbécil e idiota por lo que había ocurrido, no supo porque pero sintió algo que no había sentido nunca, su corazón latía, lo había sentido por primera vez moverse de forma frenética en su pecho, había sentido el calor tan agradable que nunca pudo sentir ninguna vez que se acostó con alguien, este no se comparaba a un acto tan efímero como lo era el sexo, este parecía que podía perdurar en su corazón de solo seguir pensando en aquel rubio que le agradeció con una gran sonrisa sin ningún otro motivo oculto.
Ese mismo día a la salida, la peli rosa de nombre Sakura Haruno lo había buscado después de la escuela citándolo en una cafetería que se hallaba en el centro. Llevaba un lindo vestido blando, que entallaba su fina figura y zapatos de bajo tacón negros, esa apariencia no le llamo mucho la atención el azabache que solo se hallaba extrañado por el rostro serio pero tranquilo de la chica, este pensaba que tendría un aspecto más demacrado porque era obvio que después de esa falta a su cita de esa mañana terminaría con la semana que le tocaba pasar con ella.
Ya sentados en una mesa alejada de los demás, pidieron dos cafés y se dispusieron a hablar.
-Creo que sabes bien que iba a terminar contigo esta tarde, pero no entiendo porque me has citado aquí.
La chica movió con una cucharilla su café con mucha azúcar y solo así sin verlo se animó a responder.-Estuve muy feliz cuando me elegiste Sasuke, te había rogado desde niños ser tu novia y cuando me diste la oportunidad me deje llevar. Esta mañana estaba dispuesta a ir a la terraza pero mi primera vez no era así como la había soñado, yo te quiero mucho Sasuke pero casi cometo un error, quiero darle mi primera vez a alguien que ame, pero también que me ame por igual. Es por eso-suspiro.-Que creo que deberías dejar de hacer estas cosas.
-No entiendo de que hablas.-Dijo aturdido por lo que escuchaba, al fin alguien le estaba diciendo en su cara algo que le dolía, pero que sabía que era verdad.
-Te he visto pasar de chica en chico acostándote con todos y no dándole nada a ninguno, no veo que hayas recibido nada a cambio por ese comportamiento. Eres muy frio y muy vacío en ese ámbito, creo que te serviría dejar de tontear con quien se te cruce y buscar alguien que te de cariño.
Sasuke tomo la taza humeante con fuerza suspirando.-No necesitas decírmelo Sakura…Yo…-Trato de abrirse un poco ante una persona que ya estaba considerando una amiga.-Yo creo que tampoco lleva a nada el seguir con esto.
La peli rosada por primera vez le clavo la vista y sonrió-Bien por ti Sasuke.
El moreno tomo el contenido de la taza de un jalón y se paró haciéndole un ademan de despedida a la chica dejando dinero sobre la mesa. Cuando estuvo fuera del lugar relajo su rostro como hace mucho no lo hacía.
.:Sasunaru:.
Los siguientes días a ese fueron como una etapa de descongelamiento del frio corazón del azabache más cotizado del instituto. Daba gracias al cielo que ese día el pelo chicle no se halla presentado en la terraza, lo más probable hubiese sido que su vida siguiese siendo el mismo oscuro túnel que era por un largo tiempo más de no ser que había visto la cálida sonrisa de ese rubio doncel que había derretido su frio corazón.
Ese lunes en el último descanso de la mañana el chisme de que el pelinegro no había escogido pareja esa semana llego a los oídos de todo el recinto educativo sorprendiendo hasta los maestros, sus mejores amigos, su primo Sai y hasta su hermano no sabiendo el pobre Sasuke la manera de homicidio más dolorosa para matar a su primo por irle con el chisme a su hermano.
-¿Estas enfermo?
-No…
-¿Te contagiaron algo?
-No…
-¿Ya eres impotente?
-¡No!
-¿Te enamoraste?-Dijo el albino como todo un Sherlock Holmes con pipa y lupa.
-…N-no-Dijo pensando de nueva cuenta en el rubio que deseaba volver a ver.
-Elemental mi querido primo-Dijo apoyándose sobre el.-Ese segundo que dudaste me dice que no estás muy seguro… Suelta la sopa ¿De quién?
-Pues…-Sin pensar prosiguió.-El…
-¡Oh que bien! bueno ya sabemos que es un hombre.
-¡No quise decir eso maldito artista de cuarta!-Dijo viendo a alguien entrar a su salón, era el mismo rubio que le había quitado varios suspiros quien había venido a visitar a su compañero doncel Sabaku no Gaara. Se atrevió a mirarlos dando muchas pistas más a su imbécil copia barata pero esta no lo tomo bien yendo a abrazar al chico pelirrojo.
-¡No! ¡Mi Gaarita no! ¡Sasuke aleja tus sucios ojos de mi novio!-Naruto se separó un poco de ambos, era clásico ver a su sempai muy arrimado a su amigo pelirrojo.
-Suéltame Sai ¿¡Ya andas con lo mismo otra vez!? Te dije que haberte besado a los ocho años en una obra escolar no significaba que fuéramos novios. Te lo vengo repitiendo una y mil veces
-Pero Gaa-chan. Si ese mismo día me prometiste amor eterno, dijiste que me amarías hasta el fin de nuestros días-Besa su mano como hace diez años.
-¡Era el maldito libreto! ¡Ya déjame en paz!-Se suelta por las malas, toma a Naruto y se salen del salón.
-Lo hiciste enfadar otra vez-Suspira viendo todavía hacia la puerta por la que se había ido el rubio.
El chico sonríe más pronunciadamente que nunca entendiendo el mensaje de ese suspiro.
-Namikaze Naruto…chico amable y tierno, todo lo contrario a ti…-El azabache le pone atención enojándose.- Es un gran deportista, a pesar de tener quince años está en el último año de preparatoria en el curso paralelo, nunca ha tenido novio, se dice que no se deja conquistar y que nunca ha besado a nadie. Todo un zorrito escurridizo ¿Crees que sea tan fácil conquistarlo?
-¿De qué hablas?-Dijo viéndose atrapado.
-No tienes mal gusto pero creo que te estas hallando con el mayor reto de tu vida amorosa. El último peldaño de esa vida de galán… ¿Alguna vez pensaste en enamorarte?
Sasuke se vio en un laberinto en el cual no importaba que camino tomara, solo podía ver a Sai con una sonrisa de satisfacción haciéndole la misma pregunta que retumbaba en su mente, se sintió en un pozo hasta que volvió a recordar la sonrisa del rubio.
-No…pero debo decir que me intriga mucho-Dice sonriendo de lado.
Sai sonríe y le pone una mano sobre el hombro, mirándole fijo-No creí que esto pasara nunca pero me alegra verte así. Te ves hasta humano primo Jajaja ¿Quién lo diría? Las cosas que hace el amor...
TO BE CONTINUED…