De la zona desértica, la hacienda Wing es la más prospera, incluso con la reciente muerte de su legítimo dueño la hacienda, a pesar del caos en el que se encuentra, continua creciendo y todo se debe a la mano de un solo hombre: Trowa Barton, llego a Wing cuando tenía 15 hace 10 años, después de que toda su familia muriera, el dueño le dio un lugar donde alojarse y un trabajo para poder continuar por sí mismo, rápidamente demostró sus habilidades y tan solo con 18 años se convirtió en el capataz y administrador de la hacienda solo por debajo del propietario, actualmente es un joven de 25 años, alto, de complexión robusta, piel ligeramente bronceada debido al trabajo bajo el ardiente sol, cabello castaño un tanto largo y peinado de tal forma que cubre uno de sus ojos, los cuales son verdes.
—Maldición— Trowa murmura doblando con lentitud la nota que le acaba de llegar de la estación de trenes, desde hace un par de semanas ha estado esperando esta nota, pero aun así no termina de gustarle, después de la muerte de Joseph, el dueño y señor de Wing, esperaba que algún familiar viniera a hacerse cargo del lugar y por fin Quatre Winner, hermano menor de Joseph llegara a la estación— como si fuera de gran ayuda— Murmura mientras toma su sombrero y sale de la oficina, ¿Por qué enviarían precisamente a Quatre Winner? Según lo que le había contado Joseph, Quatre es solo un niño, a decir verdad bastante mimado por su familia e incluso por el propio Joseph— ¿Qué diablos va a hacer en un desierto como este? —Murmura subiéndose a su vieja camioneta, pero antes de que pueda siquiera encenderla, un joven sacerdote se pone a lado de él, si tan solo la ventanilla de su lado funcionara, la hubiera subido
—Hola Trowa, ¿Vas por el hermano de Jos? — El sacerdote le sonríe, como siempre— Por Dios no lo vayas a asustar, al menos deja que llegue a la hacienda, sería demasiado malo que…
—Duo, por favor…—Trowa le interrumpe, si no lo hace, Duo puede continuar hablando durante horas— Tengo que ir por el niño, no pienso asustarlo— De hecho solo porque en verdad necesitaba a alguien que firmara los acuerdos y contratos sino Trowa haría lo que fuera para que ni siquiera pisara la hacienda.
El sacerdote solo asiente con la cabeza con una enorme sonrisa satisfecha— ¿Puedo ir contigo? — Pregunta ladeando su cabeza con una expresión inocente
—Ni lo sueñes Duo Maxwell—Contesta Trowa antes de arrancar la camioneta, es suficiente con ir por ese niño como para tener que aguantar la interminable plática de Duo durante las dos horas de viaje.
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Trowa baja de la camioneta justo en frente la deteriorada estación del tren, todo el pueblo está en buenas condiciones a excepción de la estación, Trowa reviso su reloj, aún faltaba casi una hora para que el tren llegara, no tiene algún pendiente así que se dirige a la cantina, no suele beber per este es el mejor lugar para enterarse de las ultimas noticias del pueblo
— ¿Qué te sirvo capataz?— El cantinero esboza una diminuta sonrisa
—Un wiski— Trowa murmura observando a su alrededor, sin buscar nada en particular
Un hombre se acerca a la barra— Un wiski doble— Exige
—Enseguida— el cantinero se aleja, sabe que el tipo solo busca problemas
El hombre se acerca a Trowa quien hasta el momento le ignora— Miren lo que trajo la arena, ni más ni menos que al mismísimo capataz— El hombre levanta la voz en un sonido bastante molesto- Por fin te deshiciste de Joseph Winner y como buen buitre te quedas con la Wing…— Ríe— Eres en verdad…— pero su perorata es detenida por el puño de Trowa.
Trowa soporto demasiado del tipo, es hora de que aprenda a mantener su boca cerrada además de que necesita una buena pelea para quitarse de encima el estrés que le causa la llegada del mocoso, el hombre intenta darle un puñetazo a Trowa pero este lo esquiva con facilidad, no es el encargado de todo una hacienda por nada, toma al hombre por la camisa y lo arroja haca afuera, tiene suficiente tiempo como para darle una pequeña lección al imbécil e ir por el hermano de Joseph…— Un día perfecto— Piensa mientras nuevamente esquiva un golpe y patea al hombre a cambio, incluso ya se ha hecho un circulo de curiosos alrededor de ellos, una diminuta sonrisa aparece en su rostro, la gente nunca tiene algo que hacer…
-Capataz- Está a punto de darle el golpe final al tipo que le ha molestado cuando una voz llama su atención, levanta su mirada y se encuentra con una visión casi mágica, un chico de no más de 20 años en apariencia, de estatura baja, a menos para él, cabello rubio y hermosos ojos aqua, tal y como Trowa imagino que sería un ángel… Una diminuta sonrisa aparece en su rostro al relacionar a ese ángel con fotografía que tiene guardada en su bolsillo- Quatre…- murmura y con una sonrisa llena de desprecio se acerca al tipo que tiene bajo sus manos- Dale gracias al pequeño ángel de allá, que no termine de patear tu trasero…- Y cuando lo suelta los tipos que los rodean se comienzan a dispersar en medio de protestas…
Con paso lento y sin dejar de observarle, apenas y puede contener una carcajada al ver como el rubio juega con sus manos nerviosamente, incluso por un segundo piensa que es lindo.
-Bienvenido al paraíso Quatre Raberna Winner- Le dice con una sonrisa llena de soberbia