Luego de una noche completa pensando en cómo comprobarlo, Kevin llego hecho un asco al colegio por la falta de sueño. De todas formas paso desapercibido puesto que muchos andan en las mismas por diferentes circunstancias.
Igualmente el castaño iba dispuesto a poner en práctica su plan “Hare que se dé a conocer el solo” pensaba mientras se ubicaba en su asiento.
-¿Estas bien? Tienes una cara de miedo- saludó Aníbal sentándose en su puesto
-Anoche no dormí…- contestó el aludido segundos antes de caer sobre el pupitre a causa del cansancio
Su amigo ni se molestó en despertarlo, él también estaba muerto de sueño y se durmió casi al mismo tiempo. En fin, nos desplazaremos al otro extremo de la sala, donde se abría paso a otro tipo de discusión.
Allí estaba Shane que hacia un intento de dormir (dije anteriormente que casi todos andaban muertos de sueño) pues tuvo una larga jornada en el trabajo, a veces el mismo asumía que llevar esa doble vida era muy estresante, pero el trabajo de modelo era algo que le sacaba de la rutina y no quería dejarlo… otra buena razón era que los viernes daban unos dulces exquisitos.
-Necesito tu ayuda- le repetía una linda chica que tenía pinta de hippie.
-No quiero salvar ballenas, ni hacer una crítica de la situación política, tampoco me quiero meter en otra revuelta Hana-chan- respondió Shane con indiferencia
-¡No es eso!- replico la chica- solo necesito que distraigas a un chico- dijo con el tono infantil que usaba para manipular a su amigo
-¿Quieres robarte otro manga gay?- “y si quieres distraer a un chico lleva a una chica, tarada” pensó el chico que aun trataba de recuperar el sueño perdido.
-¡No es gay! ¡Es YAOI!- grito escandalosamente la chica que respondía al nombre de Hana-chan, olvidando completamente su lado sociable y tranquilo para comunicarse- Pero… no es eso- y tomando a Shane de la corbata le susurró al oído- quiero que me ayudes a entregarle una carta a Aníbal
-No
-¡¿Cómo qué no?!
-Porque siempre te acobardas y nos dejas a Tina y a mí para salvarte el pellejo
Al escuchar su nombre una chica pequeña con pelo oscuro que vestía un jersey negro se acercó, a esa pequeña se le conocía como Tina, pero su verdadero nombre era Trina Monterrey, ella era fría y calculadora y no tenía idea como se había hecho amiga de Hanaki, su opuesto total. Y poniéndose a la altura de Hana-chan pronunció fríamente
- Esta vez ninguno de los dos te va ayudar. Dile de una puta vez que te gusta y punto.
-Yo apoyo la noción- dijo Shane con la mano alzada en tono de aprobación
Al verse sin ayuda Hana-chan o Hanaki para los desconocidos saco de su mochila una revista y comenzó a leerla y comenzó a leerla sin el menor interés. Los otros dos chicos se miraron, hicieron una sonrisa de complicidad y cada uno volvió a lo suyo, total siempre les había gustado molestar a esa chica que con su corto genio se irritaba fácil.
“Recuerda que tienes tarea, no te duermas” se repetía Shane mientras se distraía mirando la ventana. No le interesaban muchas cosas, pero esas maniáticas que lo seguían ayer eran de temer, por poco y lo siguen hasta su casa, pero eso le hacía recordar al chico con que choco en la estación ¿no era acaso uno de los de su clase? Dio una mirada a su alrededor y lo vio, ¿al caso ese tipo le estaba mirando? Bueno. Su disfraz para el colegio (peluca negra y lentes) era casi perfecto, por eso sería un milagro si alguien descubriera que era uno de los personajes que más se repetían en las portadas de las revistas últimamente.
No se molestó en poner atención a la clase de historia que enseñaba un profesor que era más viejo que la misma materia, después de todo con una leída rápida al libro de clases entendería mejor que si se lo explicaba el sensei.
Cuando la clase termino, Shane tomo sus cosas y salió, en la puerta estaba el chico con el cual había chocado, aunque no recordaba su nombre noto que estaba planeando algo. Miro detenidamente y descubrió su plan. Paso por el lado del chico que intento hacerle una zancadilla, pero Shane le devolvió la jugada provocando que su agresor cayera de bruces al suelo.
Los que estaban cerca rieron dejando al el chico lleno de ira, pera ¿Cuál era su nombre? ¿Kenny, Carlos, Pedro? No… no era ninguno de esos.
-No es justo- reclamo Tina un rato después, en la hora de almuerzo- ¿Qué hiciste ahora para salvarte de que el profesor te retara?
- Hacer como si le pusiera atención- contesto desinteresadamente
-No mientas
-No miento
-Déjalo, ya todos sabemos que es un genio- intervino Hana, para evitan una pelea absurda- ahora dime si esta blusa la puedo encontrar en tu tienda- dijo acercándole una revista de moda
Shane no tenía una tienda, ni menos su familia, pero ambos habían decidido no contarle a Tina sobre el trabajo del moreno, Hana sabia única y exclusivamente porque en una de sus peleas le había quitado la peluca a su amigo inconscientemente, así que lo de la tienda era una era una mentira para distraer a Tina.
-¿Qué tal si te respondo luego?- contesto el chico- por ahora voy a ir a jugar un rato
Las dos niñas se miraron sin entender lo que el chico decía, este se había dado cuenta que ese tipo castaño le había estado espiando toda la mañana y quería saber el por qué.
Al final del día Kevin estaba hecho un desastre, toda estrategia que intentaba era descubierta por Shane-Collen o cualquiera fuera el nombre de ese chico, fuera lo que fuera las clases había terminado y si quería sacarse esa duda de la cabeza tendría que seguirlo durante la tarde.
Termino siguiéndolo después de que cruzo la puerta del establecimiento, fue en busca del chico misterioso a través de las calles, muchas estaciones de metro, y hasta no le perdió l pista cuando se subió a un taxi, finalmente después de unas cuantas horas lo vio entrar en una agencia que se especializaba en creación de publicidad.
-Él debe trabajar ahí- dijo en lo que se escuchó como un susurro y se sentó a esperar a cierta distancia de la entrada.
Las horas pasaron lentamente, empezó a sentir como el frio se calaba en sus huesos, por suerte pudo pasar a casa por un breve segundo, de lo contrario se estaría congelando con el uniforme, intento darse un poco de calor abrazándose a sí mismo.
La noche iba pasando y solo se entretenía pensando en que le diría a su mama cuando volviera a casa
-Debí traer el celular conmigo- dijo al cabo de un rato
Ya cansado de esperar miro a la entrada del edificio y al no ver nada se preparó para volver derrotado a casa. Pero entonces algo sucedió, ¡él se estaba acercando! Ahora era el modelo, pero si se fijaba detenidamente si se parcia a su compañero de clases.
-¿Tu otra vez?- dijo el modelo, cuando le vio frente a el
-Te descubrí- contesto el castaño en tono triunfante- tu eres Shane, mi compañero de clases
-Me confundes con alguien mas- respondió el otro sin la mayor perturbación
-Eso es mentira, no entraste en ningún momento y mi compañero aún no ha salido
-Vine por la estación de metro al otro lado, y tu amigo puede estar aun dentro
Esa era una posibilidad muy buena ¿y si todas las suposiciones que se había hecho hasta ese momento eran falsas? Eso dejaba a Kevin sin ninguna prueba
En medio de los pensamientos que el castaño se hacía, el celular de Collen comenzó a sonar, contesto sin mirar el número, saludo y de repente…
-¡Shane idiota, busque en todas las tiendas que me dijiste y aun no encuentro la blusa!- grito una chica desde el otro lado del aparato, los colores volvieron al rostro de Kevin y al escuchar la fuerte voz de la chica se comprobaban todas sus sospechas
-Ves, yo tengo razón- dijo triunfante el ojiverde
El famoso vacilo unos segundos, pero al verse acorralado en su propio plan dijo:
-¿Cuánto quieres por tu silencio?-pregunto. Kevin no había pensado en eso, solo quería saber si estaba en lo correcto, pero ¿y ahora qué?
Al ver el silencio del chico Collen agrego
-No me importa si se lo cuentas a todo el mundo (no te creerían), después de todo no empezó como un secreto
-No quiero nada- dijo al final- solo... solo quería saber si estaba en lo correcto, no pensaba en divulgarlo
Collen miro con sorpresa a la respuesta del chico, y por alguna razón indescifrable creyó que decía la verdad. Lo miro con más detalle y se dio cuenta de algo, ese chico se estaba congelando.
-¿Qué tal si te doy algo caliente por tu silencio?- suspiro luego de un rato
Kevin sin entender muy bien el repentino cambio de actitud, movió la cabeza afirmativamente,
-¿Café o chocolate?- pregunto después de llevarlo a una cafetería cercana
-Chocolate
Shane* pidió la orden a una camarera
-¿Que paso con la actitud que muestras en la prepa?- interrogo el chico que según su anatomía normal tenía el pelo rubio
Kevin se sobresaltó con la pregunta, ¿Dónde estaba su típica seguridad? ¿Podía pedir respuesta a las nuevas preguntas que surgían en su cabeza? ¿Por qué no se le ocurría un tema de conversación?
Decidió guardar silencio y distraerse mirando la ventana. Mientras tanto Shane analizaba al chico que le había seguido durante todo el día.
La camarera trajo dos tazas, con café y otra con chocolate y dos pasteles, uno de fresa y el otro de chocolate. Kevin tomo su taza de chocolate y dudo en tomar alguno de los pasteles, después de todo solo lo habían invitado a tomar algo caliente.
-¿Cuál quieres?- ofreció el modelo
-Pero….
-Si no me equivoco me seguiste toda la tarde- interrumpió el rubio- es natural que tengas hambre después de seguirme la pista- en eso estaba en lo cierto
-Con cualquiera está bien- dijo el castaño con algo más de seguridad
-Toma el de chocolate- dijo l segundo- no me gusta el chocolate
¡Monstruo! ¿A quién diablos no le gusta el chocolate? Pensó Kevin mientras comía con la mayor lentitud posible su pastel
-¿Por qué haces todo esto?- pregunto Kevin para entablar una conversación- no he dicho que guardare tu secreto… más bien… nadie dice que no te estoy mintiendo
--No me importa tampoco- contesto con frialdad- de todas formas no nos volveremos amigos ni nada parecido, solo te traje aquí porque me dio miedo de que murieras de hambre y frio en la calle, - busco en su bolsillo y le paso a Kevin una capsula de colores- tómala y así no te enfermaras
Pago y se fue
-Que tío más antipático- se dijo el castaño con una furia interna. Miro la capsula y se la tomo de un trago, luego volvió a su casa rogando porque esa cosa no estuviera envenenada