Alzo su lanza que segundos atrás cayó al suelo estrepitosamente en un descuido, su arma, aquella con la que llevaba entrenando tanto tiempo, mejorando sus habilidades para deshacerse de aquello que odiaba tanto de sí mismo, su debilidad. Siempre dependió de las personas más cercanas a él para poder vivir, su carácter siempre fue débil lo que solo le causó problemas, pero ya estaba cansado de ello, quería hacer algo por sí mismo, sin ayuda, quería tener aúnmás confianza en sí mismo, quería sobretodo dejar de ser un estorbo, una carga.
Suspiro, cansado, demasiado pensativo en tratando de comprender a su hermana. ¿Por qué no entendía? ¿Por qué a ella le costaba tanto comprender sus razones? Un mundo en donde solo existiese un rey y que aquellos que fuesen oprimidos olvidasen la muerte de sus hermanos y rencores…
…era imposible. El odio nunca seria olvidado, nunca desaparecería de nadie, el odio jamás lo abandonaría, aquel sentimiento permanecería con el toda su vida, incluso cuando aquella mujer que tanto detestaba, su madre, incluso cuando ella muriese…que destino tan degradante, que humillante.
Una gran luz cruzo por el oscuro cielo, cegándolo por unos instantes, el rukh en aquellas características formas de avecillas cruzaron por la inmensidad de aquel inmenso e infinito cielo nocturno, y aquel pentagrama en la ostentosa arma del cuarto príncipe empezó a emitir un brillo enigmático, aquello parecido a una neblina empezó a rodear el sitio en donde aquel confundido chico se hallaba.
-Hakuryuu~ -aquella singular voz que había proferido su nombre le provoco un sobresalto junto a que todos sus nervios que se alterasen, dejándole estupefacto, sus ojos que permanecieron por instantes a oscuras vieron nuevamente con claridad, sus labios temblaron un poco al ver la imponente figura de su djiin frente a el- ¿Z-Zagan…como es que tu…?
El djiin roleo los orbes, sus facciones simulaban una actitud de fastidio – el cómo no es algo que pueda explicarte del todo, puede que se deba a la gran cantidad de rukh que ha aparecido – desvió su mirada unos instantes hacia el oscuro cielo- más bien Hakuryuu, ¿Qué es lo que pretendes en realidad hacer?
El chico quedo callado, sin comprender del todo aquello que le decía y solo fue capaz de parpadear, o pudiera que solo fuese que no deseabacomprender. Necesitaba olvidar todo lo que le rodeaba en ese momento, en verdad… ¿Qué es lo que necesitaba? Zagan, al ver aquel gesto por parte de su maestro se sintió indignado¿acaso en verdad tenía que ser más explicativo?- puedo oírlo desde mi contenedor, Hakuryuu, tu charla con tu hermana y la oferta del magi – Zagan no pudo evitar preguntarse a sí mismo ¿Por qué había escogido a un chico como ese para ser su maestro…?
Oh, así que se refería a eso – no pienso vincularme con la organización –aquella era un explicación breve y tenía la seguridad de que para Zagan era insuficiente, que eso no era todo lo que deseaba escuchar, pero el chico de diría más, no hablaría más, no porque no quisiese, solo que no sabía que decirle con exactitud, su mente aún seguía confusa y no tenía ideas claras, su hermana le había dado la espalda, aun cuando le confeso que su madre era la causante de la muerte de su padre y hermanos…solo recibió de Hakuei las palabras que no prefería escuchar…``te creo…pero necesito tiempo´´ se sentía traicionado, y cuando la vio alejarse de su lado, por primera vez la sintió distante, como algo imposible de alcanzar. Ella no aceptaba su propósito por el cual había estado viviendo por mucho tiempo, no aceptaba su venganza.
-¡hey! ¡Hakuryuu! – la insiste llamada de Zagan provoco que aquel al que llamaba saliese de sus pensamientos profundos y dolorosos, y su visión, una vez más, se volvió a dirigir a su djiin
-¿Qué es lo que quieres? – no, no es un ``que es lo que élquería´´ Hakuryuu no le prestaba la atención debida, y eso para el magnífico ser que Zagan se consideraba lo turbaba ¿acaso podía haber algo más interesante que su persona?
-el tipo de rey en el que te convertirás de ahora en adelante es algo que tu decidirás – no era la primera vez que Zagan pronunciaba aquellas palabras, el estado en el que se encontraba Hakuryuu no le permitiría seguir del todo la corriente de la conversación, por lo que Zagan se dio a si mismo el permiso de seguir hablando- no puedo seguir perdiendo aquí el tiempo contigo, tengo cosas más importantes que hacer, así que~ - aquel tono de voz y la sonrisa que esbozaron sus labios determinaban, que fuese lo que pensara ese djiin en aquel momento no podía ser en nada algo bueno.
No decidió avisar, Zagan jalo a Hakuryuu, provocando que este tropezase, la cercanía de ambos se convirtió en algo íntimo, Zagan debía volver a su contenedor, y mientras su cuerpo empezaba a encogerse hasta llegar a una altura cercana a la de su maestro, el atrevido djiin se tomó la libertad de besar los labios de aquel chico que tenía el gesto de la total y más grande impresión en su rostro ruborizado.
-no me decepciones Hakuryuu~ -susurro el djiin y un ``confio en ti, candidato a rey´´ no fue proferido cerca del oído de aquel sumido en la vergüenza antes de desaparecer.
El rukh que cruzaba el cielo empezó a desvanecerse y todo volvía como a un principio, en calma, sin nadie en los alrededores, solo con el príncipe que estaba temblando en medio de aquel jardín, sus dedos rozaron sus labios, conmocionado por lo que segundos antes vivió. Con su arma aun en mano se encamino dentro de palacio, cruzando los pasillos y aquellos que lo vieron le miraban extrañados por el sonrojo que el príncipe conservaba en su rostro. Y, cuando ya estaba a siete pasos a la entrada de su habitación, su otra hermana, Kougyoku que paso a un lado suyo le detuvo, la octava princesa con las mejillas teñidas de un rosa pálido le murmuro palabras que no logro entender del todo y señalo su cuello.
Extrañado por el que Kougyoku le hablase, Hakuryuu entro a su habitación y se colocó frente a uno de los grandes espejos, observando su figura a cuerpo entero. ``su cuello había señalado ella´´ su mano y su visión recorrieron los mechones de su oscuro cabello hasta llegar a su cuello y no notar una marca rojiza en él.
-no puede ser…-su vergüenza aumento, su rostro enrojeció totalmente y las inmensas ganas de llorar hicieron que sus ojos se enrojeciesen también, la marca de la mordida de Zagan en su cuello fue hecha en una zona visible para cualquiera que le viese, todos con los que se había cruzado hasta llegar a su habitación la habían visto ¿pero cuando es que Zagan le había mordido?, Hakuryuu no supo si debería romper su amada lanza por culpa de aquel djiin que tenía su hospedaje en ella o enterrarse a sí mismo bajo tierra. De algo si estaba seguro, si volviese a ver a Zagan…no sería capaz de volver a verle a la cara. ¿o si? la realidad que no se ponia a aceptar era una: que cuando Zagan estaba consigo...habia a su alrededor algo especial