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Mi amada espada por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Hola lectores :D Gracias a las 7 personitas que dejaron un review. Yo sabía que mucho la historia no iba a llamar, el resumen por lo visto está horrible T.T y por eso he tenido pocos vistos. Además que no es popular mucha el género de fantasía.

Por las 7 personitas está la continuación, aunque no creo hacer más de este género por la poca atención XD Me costó horrores terminarlo.

(Personajes de Masashi)

 

Desde que Naruto había confesado sus sentimientos hacia él, su vida se había tornado maravillosa. Era como si el mundo les perteneciera solo a ellos dos, solos y amándose. Llegaba del exterior, había visitado el pueblo que tristemente estaba empobrecido, el odio a su padre comenzaba a crecer un poco más cada día. Al entrar a la habitación, su rubio no dudó en salir de la espada, la que por cierto tenía enfundada en la cintura. Naruto se abalanzó a sus brazos y él tan solo pudo sonreír tiernamente con su acción mientras correspondía su abrazo. Era así exactamente desde hace dos semanas.

—Te amo.

—Y yo a ti.

El oji-azul se permitió rodear el cuello del alvino, mientras este tomaba su cintura; sus bocas nuevamente se encontraron y volvieron a saborear la cavidad del otro. Sasuke llevó al blondo hasta chocar con la cama, se apartó tan solo un poco para dejarle caer cómodamente en ella, luego fue su turno. Los brazos de Naruto recorrieron lentamente su espalda mediante caricias y se daban cortos, pero tiernos besos al tiempo que las manos del moreno se paseaban por su abdomen suavemente.

Sasuke paseó su mano por debajo de la fina camisa de seda. Llegó a un pezón y comenzó a pellizcarlo. Su rubio contuvo el gemido entre sus labios aun fundiéndose tan gloriosamente junto a las lenguas. El calor en ambos era a partes iguales, se amaban y como tal, solo buscaban demostrarlo mutuamente. Su padre estaba sumamente ocupado, su madre había salido a comprar más ropa fina para ella y su hermano mayor, tenía una familia que atender. Resumiendo, era una perfecta oportunidad para hacer el amor con el hombre que amaba.

Las ropas comenzaron a estorbar y como tal, ambos ansiosos desvistieron al otro sin dejar de tocarse. Entre besos y una enorme pasión, Sasuke envolvió ambos cuerpos desnudos entre las finísimas sabanas de terciopelo. El blondo estaba ya acostumbrado, desde su primera vez con Sasuke, su cuerpo se había adaptado para ser uno con él. Si bien hubo dolor en un comienzo, luego fue amor en grandes cantidades, un amor puro y sincero.

—Te amo, Naruto-besó largamente sus labios mezclando sus salivas.

Y en medio de ello, su ojinegro comenzó un lento vaivén, pero ya no había dolor de por medio. Naruto le abrazó con fuerza y Sasuke se soltó salvajemente sin soportar más.

—¡Ah!

Finalmente un gemido claro había escapado de sus suaves y rojizos labios. Abochornado, se mordió el labio y cerró los ojos mientras su pareja embestía más rápido.

—Naruto…-murmuró-No te contengas, nadie podrá escucharnos. Grita lo que quieras, todo estará bien-le besó la frente y se permitió dar rienda suelta a su locura.

Más tranquilo gracias a esas palabras, largó sus placenteros gemidos sintiendo como se hundía cada más y más en la cama. Sasuke era fuego, su Sasuke era pura pasión en la cama. Costaba creer que aquel niño que conoció años atrás fuera este Sasuke, tampoco podía entender como había logrado ser presa de un intenso amor. Jamás había sentido tal sentimiento por alguno de sus antiguos amos, pero el moreno fue distinto.

Sasuke jamás le vio como una herramienta. Una arma de batalla. Sasuke le vio como amigo, un hermano, un amante. Su novio.

—Te amo-repitió en su oreja con la respiración agitada. Cada estocada que daba a su rubio le hacía perder el control y la realidad de todo, hacer el amor con Naruto, era lo más hermoso que existía.-Te amo-le besó acallando sus gemidos y aumentando el placer con su gran miembro.

Deslizó su mano cálida entre ambos abdómenes, envolvió el húmedo pene de su rubito y comenzó a masturbarlo rápidamente. Naruto se separó de su boca bruscamente gimiendo y arañando su desnuda espalda, entre sonidos obscenos, húmedos, pelvis chocando contra pelvis. Se sumergió completamente en el rubito derramando toda su semilla en sus entrañas.

—¡Sasuke…!-inmediatamente tomó de la nuca al moreno y devoró sus labios para finalmente llegar a un explosivo orgasmo en la mano de su pareja.

Una vez más, sintió la cálida esencia en su interior recorriéndole deliciosamente. Sasuke amaba correrse en su interior, decía que de esa forma le pertenecía por completo. Era suyo, de nadie más que él. Ese lado posesivo había salido a la luz desde que estaban juntos. Tarde o temprano, Sasuke soñaba con presentarlo delante de su familia, caminar con él por el jardín, disfrutar de su amor sin miedo a ocultarlo. Pero él lo veía difícil.

 —Exquisito-susurró, saliendo de él para acomodarse a un lado. El cuerpo del rubio no tardó en pegarse al suyo recostando su cabeza en el pecho del ojinegro, el cómo latía su corazón, Naruto amaba el ritmo de aquellos latidos.

—Tengo miedo, Sasuke.

—¿Miedo a qué?-le acarició los dorados mechones de la frente-¿A que mi rubio?

—A separarme de ti-murmuró bajito.

—Eso no pasará, y si pasara, donde sea que estés; yo iré por ti.

—Entonces… estaremos juntos para siempre. Pase lo que pase, yo estaré contigo-le miró fijamente.

—Así será-terminó por decir el azabache para besar sus adictivos labios.

Sin embargo, no siempre ocurren cosas buenas. Fugaku, el rey, su padre; había anunciado a todos lo que vivían allí que habría un ataque fuera del reino. Había rumores de que planeaban atacarlo por sorpresa, afortunadamente sus espías eran agiles en cuanto información. Ambos hermanos miraron hacia arriba junto a muchos soldados, a sus progenitores sentados en el trono. Su madre parecía despreocupa, su padre serio y alardeando de su pronta victoria.

—Será tu primera experiencia en el campo de batalla. Hazme sentirme orgulloso-respondió serio.

—Sí, padre-se inclinó respetuosamente al igual que su hermano mayor y toda la tropa.

La batalla se libraría en tan solo dos días. Sasuke escapó del pesado ambiente luego de tener una charla breve con su hermano. Itachi, había prometido protegerle no importando qué. Tenía miedo que muriera en su primer enfrentamiento, la verdad costó convencerlo de que podría cargar con todo perfectamente. El aprecio a su hermano volvió esa tarde, luego de saber cuánto le preocupaba su vida.

—¿Tienes miedo?-preguntó el blondo sentando a su lado, en la cama.

—Un poco-sonrió levemente-Después de todo, es la primera vez que estaré cara a cara con la muerte. No importa cuanto haya practicado, que tan bueno sea, la verdad se sabrá en el momento que luche por mi vida.

—Me tienes a tu lado, Sasuke-tomó su mano, apretándola levemente-Yo voy a protegerte. Te prometo que te protegeré con todas mis fuerzas-sus grandes, expresivos y brillantes ojos azules, conmovieron al ojinegro.

—Lo sé, mi amor-le abrazó, apoyó su mentón en uno de sus hombros-Todo saldrá bien. Volveremos a casa, sanos y salvos.

Los dos días pasaron demasiado rápido para su gusto. Preparado con su resistente armadura, él y su hermano partieron en la mañana junto a una gran cantidad de guerreros que le seguían fielmente dispuestos a morir por la corona. En caballo, recorrieron todo el pueblo que miraba estupefacto y aterrorizado los cascos y el brillante metal que reforzaban sus cuerpos, las espadas, uno de ellos iba con la típica bandera que representaba orgullosamente al reino. Se alejaron siendo abucheados, siendo que arriesgaban el pellejo por ellos, pero Sasuke comprendía su odio. Lejos de la población, llegaron a tierra descampada y apenas recubierta con algo natural. El sol en esos instantes, irradiaba un cómodo calor sobre ellos.

—¿Listo, hermano?

—Sí-respondió secamente. Frente a él, miles de tropas aguardaban la señal del líder para lazarse a cortar cabezas.

—¡Muchachos, si morimos lo haremos con honor!-gritó, Itachi levantando su espada en lo alto de su cabeza-¡Hoy ganaremos otra más de nuestras victorias!

—¡Sí!-gritaron al unísono blandiendo sus espadas.

—Cuídate-habló Sasuke.

—Tú también, mi pequeño hermano-sonrió de medio lado.

Se largaron contra ellos y el enemigo no dudó en hacer lo mismo. Dos fuerzas  despiadadas, reino contra reino. Sasuke con la espada en mano se sintió seguro y listo para usarla. Naruto estaba a su lado dándole toda la fuerza que necesitaba, Naruto era su espada. Rápidamente unos se abalanzaron contra otros, los gritos de dolor, agonía no tardaron en escucharse. Resonaban en sus oídos, asustado al perder de vista a su hermano mayor.

Sasuke, concéntrate. Estoy contigo.

La voz de Naruto lo sacó prácticamente de la desesperación que surgía en esos momentos. Volvió a la carrera, levantó la espada y comenzó a dar batalla a todo aquel que se atrevía a plantarle cara. La sangre manchaba su armadura brillante, los gritos iban y venían, caballos como hombres repartidos en el piso. Lanzas volando por los cielos, que si uno no esquivaba vería la muerte en segundos. Sasuke admitió que la lucha era horrible, odiaba derramar sangre, odiaba matar imaginando que cada hombre tenía una familia por la cual valía la pena pelear. Dolía. Dolía en el alma, pero sus hombres también caían y debía defenderlos a toda costa.

Observó a su hermano a unos cuantos metros peleando audazmente sobre el caballo, respiró aliviado y continuó repartiendo heridas graves por doquier. Lo de cortar cabezas como hacía Itachi, no era lo suyo.

Parecían tener las de ganar. Algunos cobardes se retiraban como podían cargando los heridos. El líder había muerto en manos de nada menos que su hermano mayor. La tropa estaba perdida sin un guía y lloraban de coraje. Había perdido muchos de sus hombres, hombres que tenían familias, pero todo parecía valer la pena. Su valor demostrado en el campo, era recompensado. Pero…

—¡Sasuke!

El grito de Itachi le advirtió demasiado tarde. Un habilidoso guerrero que había logrado salir con heridas leves, se abalanzó sobre él clavándole la espada al costado del cuerpo. Uno de sus sitios más vulnerables, pese a la maya constituida de anillos de hierro, esta entró un tanto profundo a su piel. Mal, Itachi no podía acudir a su ayuda, le impedían el paso. Sasuke cayó del caballo quien relinchó y salió asustado del lugar dejando a su dueño desamparado y servido en bandeja de plata a su rival. Se levantó como pudo del piso, sostuvo su herida con una de sus manos, la pérdida de sangre comenzó a dificultar su campo de visión. Y también, durante la caída, su casco había salido volando.

Sasuke…

La voz de Naruto la sintió muy lejana, inalcanzable. Mierda, la herida era más profunda de lo que esperaba. Un dolor insoportable.

¡Sasuke!

Iba a desmayarse frente a su enemigo.

—¡Muere maldito príncipe!-gritó con una macabra sonrisa. Levantó el arma dispuesto a atravesarle la garganta en medio de su debilitamiento. Sin embargo, el hombre no tuvo más tiempo para cumplir su cometido-¿Qué…?-ni siquiera pudo reaccionar para defenderse, bajó la mirada y halló una espada atravesando su débil armadura. Cayó de rodillas al piso con la espada en el estómago, la sangre comenzó a fluir y frente a él un hombre de ojos rojos y mirada atemorizante, le observaba en silencio.-¿Cuándo tú…?

—Muere-susurró, cortándole la cabeza de un tajo limpio.

—Naru-to…

Sus ojos volvieron a ser azules e inmediatamente se dejó caer y recoger entre sus brazos a su débil azabache.

—Te protegeré, juro que voy a protegerte, Sasuke-besó su frente manchada de sangre y sudor.

—Naruto…

Itachi y el resto de su tropa con vida, miraron asombrados y perplejos al nuevo individuo tomando a su hermano. Habiendo acabado con todos solo restaba volver a casa junto a los heridos, grande fue su sorpresa al ver como otros, una persona salir de una espada y atravesar al enemigo con rapidez sin darle tiempo a nada.

—El diablo está entre nosotros-habló uno de ellos.

—Magia negra.

—Hechicería. Nos matará a nosotros también.

—Oigan, basta ya-ordenó el príncipe.

Ese día pasaría a la historia. Volvieron victoriosos y los sobrevivientes abrazaron y lloraron junto a sus familias, otros lamentaban amargamente las perdidas familiares. Itachi con su hermano en el caballo, traspasó la muralla gritando sonoramente por un médico.

Todo era negro. Pero se volvió brillante al abrir sus ojos y sintió una horrible punzada a un lado de su cintura. Tocó la zona afectada, su piel lastimada estaba tapada por telas alrededor de su cuerpo. Suspiró frustrado.

Naruto.

Su rubio acudió a sus pensamientos y actuó con velocidad pese al dolor. Paseó su vista por todo su cuarto y no le vio, miedo, desesperación. Tuvo un mal presentimiento.

—Veo que estás perfectamente.

Dirigió su mirada a la entrada, su padre le veía con profunda decepción.

—¡Mi espada! ¿Dónde está mi espada?-gritó escandalizado. Se levantó y la herida se abrió, pero no le importaba en lo absoluto.

—Ah, eso-habló con desprecio-La derretimos. Lo que tenías en tu poder, Sasuke, era un arma del diablo. Todos lo vieron con sus propios ojos. Puedes estar tranquilo, no volverás a verla.

—¡¡¿Qué mierda estás diciendo?!!-gritó con los ojos exageradamente abiertos-¡MIENTES! ¡ESTÁS MINTIENDO!

—¿Por qué habría de mentir? Podría matarte por practicar la hechicería, pero al parecer, no estabas al tanto de lo que era esa espada.

No, no podía ser cierto. No podía. Su corazón se apretó dolorosamente. El vacío dentro de él, era enorme, desolado.

—Toma-le entregó una bolsita pequeña de terciopelo-Esto es algo que no debía de perderse, puedes conservarla-salió de la habitación dejando a su hijo boquiabierto. Traumado.

Se sentó muy lentamente sobre la cama con la bolsita entre sus manos. Estaba ido. Más pálido de lo normal. Deshizo el nudo y al abrirlo, encontró la joya azul. La pequeña piedra que alguna vez adornó la empuñadura de la espada. Sus recuerdos le jugaron tristemente.

“Naruto, ¿Tiene algún significado la piedra azul?”

“Es especial. La piedra azul es mi corazón, Sasuke”

“¿De verdad?”

“Sí, si me la quitan, moriré. No importa que tenga un corazón humano, la de la espada me mantiene con vida por muchos años”

“¡Con mayor razón la protegeré! Protegeré tu corazón, mi rubito”

“Lo sé”

—¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!

El llanto en ese instante fue duro. Fue insoportable. El dolor que penetró su pecho era imposible de controlar. Sasuke se retorció en su cama con la joya entre sus manos gritando con todas sus fuerzas. Llamando la atención de todo el que estuviera dentro del castillo. Su hermano no tardó en llegar corriendo.

—¡Sasuke!-le tomó de los hombros obligándole a levantarse de la cama-¡Sasuke, reacciona! ¡SASUKE!

—¡TU FUISTE!-explotó pegándole con un puño en pleno rostro. Itachi cayó al piso sentado, sangre comenzó a salir de sus labios-¡TU LE DIJISTE A MI PADRE! ¡MALDITO! ¡MALDITO!-le pateó una y otra vez.

—¡Ya detente!-logró hacerle caer tomando fuerte de una de sus piernas. El menor cayó sobre la cama, respiraba agitado y no paraba de llorar-Sasuke…-Itachi se puso de pie mirándole con dolor, jamás le había visto de esa manera-Todos lo vieron, hermano-comenzó a sollozar-Padre dijo que te la daría luego, le dije que ese muchacho te había salvado la vida. Yo pensé… pensé que…

—¡Pensaste mal! ¡Mi padre derritió la espada! ¿Lo entiendes? ¡EL TE MINTIÓ! El siempre odió... todo lo referente a la magia.-tenía la garganta raspada, su voz se volvió rasposa y baja-Déjame solo… quiero llorarle un poco más al amor de mi vida.

—Hermano…-las lágrimas bajaron por los ojos del mayor, quien sentía mucha culpa-Perdóname.

—¡Lárgate!-gritó con la poca voz que le restaba.

Destrozado, Itachi abandonó su habitación cerrando la puerta de madera. Ese día, fue el día que Sasuke dejó de vivir. Aferrándose a lo único que le quedaba de su rubio, la resplandeciente joya. Por dos semanas, Sasuke evitó a su padre, comió poco, y descuidó sus deberes como príncipe. Su madre intentaba animarlo con recorrer el jardín juntos, comprar ropas nuevas, él se negó. Ella no podía entenderlo y no lo entendería nunca. Itachi… jamás podría perdonarlo, el cariño que alguna vez sintió por él, murió ese mismo día. Itachi se había ido junto a su familia en un viaje, sin abrirle la puerta, se despidió entre lágrimas prometiéndole que intentaría solucionarlo.

Tonterías.

No exista magia alguna que trajera a la vida una persona fallecida. Él se había cansado de investigar arduamente durante días una pequeña posibilidad, pero la esperanza ya había muerto con él.

—No pude despedirte… no pude… decirte cuanto te amé-sollozó-Naruto…-ahogó su dolor de cara a la cama tapando sus quejidos, y fue ahí, que la puerta se abrió.

—Deja el melodrama, Sasuke. ¿Cuánto más piensas llorar por esa espada? ¡Puedo conseguirte una mejor que la que tenías!-exclamó serio. Al no ver una respuesta por parte del menor, prosiguió-Bien, solo venía a comunicarte que la princesa Sakura, vendrá en la mañana a visitar a su futuro esposo. Espero sepas comportarte-sin más, abandonó el cuarto cerrando la puerta.

—La atenderé como se merece, padre…-susurró con los ojos opacos, pero una sonrisa deforme que solo traería desdicha a los demás.

Sin duda, el nuevo día no fue azul, fue gris. Sasuke no bajaba, molesto, el rey se disculpó con la joven y fue hasta el cuarto de su hijo menor. En él encontró el cuerpo inerte de Sasuke en la cama, piel mucho más pálida, labios morados, su hijo había muerto durante la noche.

Causa de la muerte: veneno.

La familia quedó devastada, el rey no lo aparentaba y parecía no sentir dolor. En cambio su esposa e hijo mayor, experimentaron el peor dolor de sus vidas. La reina dejó de amar a su rey, dejó de confiar y dejó de apoyarlo. Itachi, albergó un gran odio que nadie podría curar. En su viaje junto a su familia, él estaba dispuesto a buscar una forma de ayudar a su hermano. Tal vez no de levantar muertos, pero había otra posibilidad.

Esa noche entró a la habitación de Sasuke, a tres días de su entierro, todo estaba intacto tal como él lo dejó. El mayor miró todo con nostalgia mientras las lágrimas se deslizaban de sus ojos, pidiendo perdón a su hermano se permitió escarbar entre sus pertenencias. Sobre el escritorio había un pequeño cofre, con curiosidad lo abrió y vio con sorpresa la pequeña joya azul.

—Hermano-lloró tomándola. Con ella y un mechón negro de Sasuke que había logrado conseguir por ayuda de su madre, salió en la noche y se adentró en lo profundo del bosque.

Con la luz de la luna le era suficiente guiarse. Llegó al lago, el sitio que tanto amó Sasuke de niño. Hay algo que su padre y madre no sabían, tampoco su esposa e hijos, lo cierto es que Itachi llevaba tiempo practicando métodos de magia.

Métodos que hasta el día de hoy habían funcionado para curar enfermedades en los campesinos. Envolvió el mechón de pelo negro alrededor de la piedra y la tiró al lago repentinamente.

—Tú quien quiera que seas… tú y mi hermano, volverán a reencontrarse. En otra vida más adelante y el beso que uno de los dos inicie dará a ambos un recuerdo de amor.

La luz de la luna logró filtrarse entre los arboles alumbrando la piedra junto al cabello en lo bajo del rio. Itachi se hizo una pequeña herida con una piedra en la mano y dejó caer unas cuantas gotas de sangre en el agua. A continuación cantó un extraño idioma que nadie sabría interpretarlo. Tenía la esperanza de que aquello resultaría, solo era cuestión de años.

El reino de Konoha prosperó felizmente durante el mandato de Itachi como rey. Con la muerte de su padre, la pobreza dejó de existir y su madre pasó sus últimos días en compañía de sus nietos. Uchiha Itachi murió a los ochenta y cinco años de edad con una sonrisa en los labios, añorando poder ver una vez más a su pequeño hermano.

 

Actualidad.

Los estudiantes caminaban emocionados de un lugar a otro dentro del museo de historia. Otros prestaban mucha atención a la mujer encargada de explicarles cada hecho que se exponía en la vitrina.

—Profesor, necesito ir al baño.

—Bien-suspiró, el lugar era enorme podría perderse-Vamos que te acompaño-lo tomó de la muñeca, pero antes de alejarse miró a uno de sus alumnos que miraba fijamente una vitrina-¡Sasuke, quedas a cargo del grupo!

—Tks.

—Nada de tks, cuida que no hagan tonterías.-se largó dejándolo con la palabra en la boca.

—Kakashi idiota-susurró-¡Oye tú, Suigetsu, no te alejes tanto!

—¡No lo haré!-sonrió.

Sasuke siguió de atrás a sus compañeros con clara mueca de fastidio, pero algo le obligó a detenerse. Miró con curiosidad a través del vidrio la pequeña gema azul apodada como “El ojo de cielo” y debajo de la inscripción tenía puesta la fecha 1485.

—Hermosa-murmuró.

—También lo pienso-susurró otro muchacho a sus espaldas.

El joven moreno se dio vuelta rápido encarando a un chico más o menos de su edad, unos dieciséis años, vestía el uniforme de la escuela vecina.

—¿Qué quieres?-preguntó molesto.

—Nada en especial.-río divertido-¿Sabes? Todos los días vengo a verla, siento una profunda tristeza. No sé cómo explicarlo. Pero he llorado viéndola. ¿Es vergonzoso, cierto?

—No lo es-susurró dejando en silencio al rubio.

 

…Tú quien quiera que seas… tú y mi hermano, volverán a reencontrarse. En otra vida más adelante y el beso que uno de los dos inicie dará a ambos un recuerdo de amor…

 

—Sas-

—¿Qué te sucede? ¿Por qué pones esa cara de imbécil?

—Mi cabeza… duele mucho…-se la agarró con ambas manos-El beso que uno de los dos inicie dará a ambos un recuerdo de amor…

—¿Qué mierda estás murmurando?-levantó una ceja-Pediré ayuda-el chico rubio le sostuvo del brazo impidiéndole irse-¿Y ahora qué? ¡Suéltame!

—Tú y mi hermano, volverán a reencontrarse-respondió tomándole sorpresivamente del rostro y juntando sus labios.

El pelinegro quedó petrificado por tal atrevimiento. Sin embargo, los segundos pasaban y él no se apartó. Sasuke le abrazó la espalda con fuerza entregándose gentilmente al beso. Un beso dulce, lleno de tristeza como de amor. Los ojos de ambos jóvenes comenzaron a largar lágrimas inexplicablemente. Se apartaron uno del otro, se miraron con intensidad y no podían controlar sus emociones.

—Amo… ¿ah? ¿Qué rayos he dicho?-se rascó la nuca.

—Idiota-lloró el moreno-Te dije que me dijeras, Sasuke, estúpido Naruto.-se tapó la cara que no paraba de empaparse.

—No hay motivo para ocultarlo, yo también estoy llorando, ¿lo ves? No puedo… parar…-sollozó.-No entiendo exactamente porque recuerdo esto contigo… no he vivido en el pasado, yo…-se agarró la frente confundido.

—Calla, Naruto. Calla…-susurró tomándole de las mejillas-Solo sé esto: que tú y yo… nos hemos amado en el pasado. No digas más.

—Sasuke… yo también te amo. Aunque estoy muy desorientado.-miró a su alrededor.

—Sssh, lo veremos luego. Por ahora, permíteme besarte una vez más, por favor.

—S-sí...-susurró sonrojado.

Ambos cerraron sus ojos entregándose a un beso lleno de amor. No sabían cómo ni porque, pero el deseo de Itachi, un descendiente muy lejano por parte de Sasuke había cumplido su meta. Tras haber poseído el cuerpo del rubio para incitarle a que besara al otro muchacho, su alma finalmente podía descansar en paz junto a sus seres queridos.

La historia de Sasuke y Naruto del presente sería diferente a la del pasado. Su historia recién comienza, y les espera mucha felicidad por delante aunque también uno que otro tropiezo que los dos podrían superar en compañía del otro.

—Te amo, Sasuke…

—Yo a ti, Naruto. Mi rubito.

 

 

Notas finales:

 

Cualquier duda con respecto al fic, será respondida. ¡Saludos!


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