Perdóname-ttebayo
UchihaNaru
Cuando uno se aburre repentinamente no es dueño de sí mismo.
Las vacaciones se le hacían eternas, nunca en su vida se había aburrido tanto desde las vacaciones del año anterior. Su casa estaba sola, él era el único que se encontraba ahí porque sus padres habían decidido irse a un viaje en compañía de la pareja Uchiha, era una clase de viaje solo para padres o algo por el estilo, realmente no le importaba, solo sabía que se le había hecho injusto. Después de todo, el único incapaz de salir fuera del país sin permiso de sus padres era él al ser menor de edad, por lo mismo, su hermano se había ido con Uchiha Itachi a un pequeño viaje, ¡Como los envidiaba!
Naruto se dejó caer en su cama mientras miraba el techo, ya era de noche y sentía que dentro de poco iba a quedarse dormido, repentinamente el sonido de una canción llegó hasta sus oídos espantando su sueño, se levantó con pesadez y caminó hasta su escritorio personal, su celular siguió sonando y vibrando hasta que él, mientras bostezaba, contestaba la llamada que, según había alcanzado a leer, era de Shikamaru.
-¿Oye, qué no piensas venir? – Naruto se extrañó escuchar música a todo volumen de fondo, después de todo conocía muy bien a Shikamaru y él no era alguien que se la pasara en fiestas a menos que fuese realmente necesario, el rubio le preguntó a su amigo a que se refería con la pregunta antes hecha -¡No inventes! ¿En serio no lo recuerdas? ¡Tú, Uzumaki Naruto, quien siempre está detrás de Sasuke como su gato fiel, ¿No lo recuerdas?! –Naruto se sonrojó por lo dicho por Shikamaru, se desesperó ante tanto alboroto y le exigió que le dijera de que rayos estaba hablando -¡Estoy en casa de Sasuke, tonto! ¡Hoy es su cumpleaños! ¡Es 23 de julio! – Naruto comenzó a reírse al principio descontroladamente, sin embargo, su risa iba disminuyendo hasta que se convirtió en silencio, de un momento a otro quedó petrificado ante la obviedad de que su amigo no bromeaba y entonces corrió al calendario más cercano en su habitación.
-¡Mierda! ¡Hoy es 23 de Julio! ¡NO PUEDE SER! ¡Sasuke va a matarme! – La risa de Shikamaru se escuchó del otro lado del teléfono, muy pocas veces podía escucharla y, aunque no era buen momento para Naruto, en un buen rato, no paró de hacerlo, el menor estaba hecho un manojo de nervios -¿Qué rayos voy hacer Shikamaru? – El Nara comenzó a calmar a Naruto entre risas y esto solo provocó un puchero en el menor.
-Hace dos horas que la fiesta comenzó, puedes decir que te sentías mal o algo así. Si vienes ahora, Sasuke no dirá nada ¡Así que apresúrate! – Naruto en ese instante colgó y se metió a bañar tan rápido como pudo, mientras lo hacía comenzó a pensar más o menos en lo que se iba a poner saliendo del baño, por suerte, desde semanas atrás había comprado el regalo de Sasuke puesto que sus padres le habían adelantado la mesada y, antes de que se lo gastará en otras cosas inútiles, decidió comprar primero el regalo de su azabache favorito.
Cuando salió del baño tomó la mejor ropa que tenía, se colocó unos pantalones negros algo ceñidos a sus piernas, una camisa blanca de manga larga y un chaleco negro formal, no se fajo porque pensó que de esa manera se vería mejor, se acercó al espejo y tomó dos broches, como se encontraba de vacaciones no había ido a la peluquería y su pelo había crecido hasta el punto de obstaculizar su visión, por lo mismo, tomó sus mechones para ponerlos de lado y apresarlos con aquellos broches negros que habían quedado entrelazados para formar una equis y con esto provocando que tuviera un toque realmente encantador.
Naruto buscó el regalo de Sasuke debajo de su cama y, cuando lo tuvo entre sus manos recordó que debía ponerse el collar del cristal azul que el azabache le había regalado el día de los enamorados, se lo puso y este sobresaltó sobre su ropa, se sentó en su escritorio y escribió una carta que tenía pensado regalarle junto a aquella pequeña caja azul marino con moño negro, al terminarla, la dobló rápido y guardó su celular en la parte trasera de su pantalón, se aseguró de que no le faltara nada y salió corriendo de su hogar, por suerte Sasuke vivía a tres cuadras de su casa.
Por otro lado, en una enorme casa de dos pisos la música se escuchaba a todo volumen, luces de todos los colores se mostraban por las ventanas, algunos vecinos quisieron quejarse ante tal escándalo, pero sabían que la persona dueña de aquella casa tenía una excusa perfecta para ignorar todas sus peticiones, aquel día de vacaciones era el cumpleaños del menor de la familia Uchiha y, aunque conocían que era alguien reservado que no gustaba mucho de escándalos, sus amigos le habían organizado una fiesta sin importarles el hecho de que el chico de ojos negros no estaba de humor para nada.
El poco entusiasmo del azabache tenía nombre y apellido, su novio y pareja desde hace tres años, Uzumaki Naruto. Aquel chico rubio, que siempre le molestaba preguntándole durante un mes antes lo que quería para su cumpleaños, no le había llamado ni una sola vez en todo el día. ¡En todo el bendito día! Él en verdad estaba muy enojado. De cierta manera, una parte de él estaba preocupado por el blondo, pensar que le había pasado algo y por lo mismo no había podido llamar o ir a verlo le tenía nervioso, pero su lado orgulloso no lo dejaba ir para comprobar aquella teoría, además, la otra parte de él le decía que el muy Dobe seguramente se había olvidado por completo de que ese día era su cumpleaños al encontrarse solo y aburrido en casa, cuando pasaba eso, Naruto dejaba de pensar y era como una especie de zombi, perdía la noción del tiempo y se la pasaba encerrado en su habitación, ya fuese jugando o durmiendo todo el santo día, pensar en eso y saber que existía la posibilidad de que eso era lo había pasado, le enfurecía de mil maneras diferentes.
El Uchiha se encontraba sentando en los sillones de su casa junto a sus amigos más cercanos, todos tenían una cerveza en la mano y hablaban en voz alta por el ruido escandaloso de la música y de todas las personas que bailaban por todos lados, además de chicos y chicas ebrios que ya habían empezado con los escándalos típicos de unos borrachos escandalosos o calenturientos.
-¡¿A dónde fuiste, Nara?! – Neiji Hyuuga estaba sentado en el sillón doble, había estado solo puesto que Shikamaru se había parado para hacer una llamada supuestamente urgente, aunque todos sabían que a quien llamaba era a su inseparable amigo Naruto, novio del anfitrión.
-¡¿No es obvio?! ¡Tenía que llamarle a Naruto! ¡Me dijo que se había sentido mal en todo el día pero que ya viene en camino! – Sasuke alcanzó a escuchar esto a pesar de todo el ruido, se preguntó si sería bueno llamarle a Naruto para preguntarle si en verdad se sentía lo suficientemente bien como para ir a la fiesta, estaba preocupado por el estado de su Naru, recriminándose el hecho de no haber ido a su casa cuando lo pensó, sin embargo, no lo hice, conocía a Uzumaki tan bien como para saber que ya estaría en camino a su casa.
-¡Iré a esperarlo a fuera! –Sasuke se tomó la cerveza de un solo trago, ya la tenía hasta la mitad y por lo mismo no le costó mucho, en lo que salía pudo escuchar como sus amigos le gritaban lo buen novio que era y demás cosas mientras reían, por su parte, él solo quiso ignorar sus comentarios para no regresar y molerlos a todos a golpes, una vez a fuera de su casa, el ruido se hizo considerablemente menor y al fin pudo respirar con tranquilidad –Malditos animales – Sasuke miró su patio, habían algunos chicos hablando tranquilamente mientras bebían un poco, a pesar de que la fiesta no tenía mucho de haber empezado se podía apreciar la basura por todos lados, al día siguiente sería duro tener que recoger todo eso.
-¡Sasuke! ¡Sasuke-tteba! – Una voz encantadora llegó a sus oídos, obligándolo a alzar la vista y mirar a cierta personita correr hasta él, una sonrisa se posó sobre sus facciones y el disgusto que le había provocado el saber lo que tendría que limpiar al día siguiente desapareció al sentir a alguien aventarse a sus brazos, Naruto por fin había llegado y él estaba contento de verlo, los brazos del blondo estaban sobre sus hombros y él había decidido abrazarlo por la cintura pegándolo más a él –Felicidades-ttebayo – Naruto besó la mejilla del mayor sin querer separarse de él, agradecía no ser tan bajo, el Uchiha era centímetros más alto que él puesto que su altura llegaba a la nariz del mayor, cuando se separaron, besó con ternura a su novio y después dio algunos pasos hacia atrás para poder hacer una reverencia, al hacerlo, Sasuke se sorprendió -¡Perdóname, Sasuke! ¡Nunca me había pasado antes, pero…! ¡Yo olvidé que hoy era tu cumpleaños! – Adiós felicidad.
-¡Entonces no estaba equivocado! ¡En verdad se te había olvidado, Dobe! – Sasuke se cruzó de brazos realmente indignado, Naruto no se reincorporó en varios minutos en los que estuvo sin parar pidiéndole perdón, que el menor hiciera eso solo aumentaba su dolor de cabeza y por lo mismo, lo obligó a enderezarse –Espero que estés consiente que esta noche te quedaras a dormir – Naruto palideció, Sasuke podía ser un exagerado a la hora de reprenderlo y cuando quiso decir algo, Sasuke ya había entrado a su hogar y lo miraba desde la entrada, esperándolo a que pasara de una vez, Naruto simplemente suspiró al saber que ya no podría hacer nada para hacerlo cambiar de parecer, al final, una parte de él sabía que se merecía ese dichoso castigo –Los chicos están en la sala, vamos – Cuando Naruto vio que Sasuke se iba a ir, lo detuvo rápidamente por el brazo mientras le decía que se esperara, Sasuke lo miró confundido pero supo que Naruto quería decirle algo importante y en privado, después de todo aquel sonrojo que le abarcaba hasta las orejas, la mirada gacha y las manos que mantenía detrás de su cuerpo eran una clara evidencia de lo que pensaba.
-Vamos a tu habitación-ttebayo – Naruto sabía que ese sería el único lugar en la casa que no estaría invadido por gente, después de todo, sabía muy bien que Sasuke seguramente le había puesto seguro, Sasuke sonrió por lo tierno que estaba resultando ser Naruto y lo llevó al susodicho lugar tomando su mano y entrelazando sus dedos, los dos subieron a las escaleras, ignorando por completo a las parejas que se besaban por los pasillos y entraron directo a la habitación de Sasuke una vez que este la abrió con su llave personal.
-Bien, ¿Qué pasa ahora? ¿No querrás seguir disculpándote, no es así? – Naruto negó y, mientras miraba a otro lado, le tendió el obsequio que había estado sosteniendo con su otra mano, teniendo el cuidado necesario para que su novio no lo viera, cuando Sasuke miró aquella caja azul no pudo evitar bufar con burla y abrazar fuertemente a su pequeño, quien se sorprendió un poco por la reacción de Sasuke.
-Eres demasiado tierno para ser verdad, solo por esto quedas completamente perdonado –Naruto sonrió, le sorprendía mucho lo galante que llegaba a ser Sasuke con él repentinamente y, lo que más le gustaba de todo eso, era saber que solo lo era exclusivamente con él.
Sasuke tomó el regalo de Naruto y, por petición del menor, lo abrió, no podía creer lo que veía, no sabía qué clase de cristal era, pero sabía perfectamente que era el mismo que él le había regalado a Naruto meses atrás, sin embargo, ese cristal no era azul como el de su novio, el collar que tenía él tenía un peculiar color rojizo transparente propio de un cristal, era simplemente hermoso.
-Hace unas semanas lo compré, el vendedor me dijo que era único y que era como un complemento del mío, costaba realmente caro, pero cuando vio que traía el collar quiso regalármelo, aunque me dio un poco de pena y le di el dinero que traía – Naruto rascó su nariz demostrando su pena, Sasuke sonrió y tomó el collar para ponérselo inmediatamente.
-Gracias, Dobe – El menor sonrió y Sasuke lo tomó por la cintura para acercarlo a él, Naruto sonrió mientras ponía sus manos sobre el pecho de su novio y lo besó, no era un beso demandante ni lujurioso, pero si era uno apasionado y lleno de amor, Sasuke en ese momento mandó a volar el hecho de que había una fiesta en el primer piso y comenzó a caminar hacia atrás hasta sentir el roce de su cama en sus piernas para luego hacer que Naruto se impulsara y enredara sus piernas a la altura de su cintura para que, sin dejar de besarlo, se diera vuelta para poder dejar al menor recostado en el colchón.
-Es increíble pensar que hace 16 años nació el hombre que sería más importante de toda mi vida – Naruto miró a Sasuke con profundidad a los ojos, el mayor no podía creer que aquel rubio realmente compartía un lazo de amor con él, con un hombre orgulloso y frío que era tan egoísta que muchas veces se ponía así mismo por sobre los demás, aunque debía aceptar el hecho de que, si había algo más importante en su vida que él mismo, era ese rubio que era capaz de despertar mil emociones y volverlo un hombre dócil y romántico –Felicidades Sasuke – Las manos de Naruto viajaron hasta el cuello del mayor para atraerlo hasta él y así poderle robar un beso.
Con esto la luz verde se prendió para Sasuke y comenzó a acariciar el cuerpo de su rubio con lentitud, esos momentos eran realmente preciosos para los dos, eran momentos en lo que se hacían uno y se demostraban el gran amor que se tenían, tanto para Naruto como para Sasuke, los momentos en los que ellos hacían el amor, entregándose sin pensar, eran sin duda, especiales.
Las caricias subieron de tono en poco tiempo, Sasuke besaba todo lo que se pusiera en su camino y Naruto tocaba con sus manos todo el cuerpo de su amado, pronto se vieron en vueltos en la pasión, su ropa había quedado en el olvido y el menor mantenía sus piernas enredadas en las caderas del más grande para que así las embestidas dadas fueran más profundas y placenteras, aquellos dos en ningún momento habían parado de besarse y de decirse cuando se querían, lo mucho que se amaban.
-Estoy a punto… ttebayo… - Naruto ya no aguantaba más y Sasuke tampoco estaba muy lejos de terminar, cuando se dieron cuenta y después de algunas estocadas, los dos terminaron gimiendo el nombre del otro, uno derramando su semilla dentro de su rubio y este último, manchado la mano que anteriormente le había estado acariciando al ritmo de las estocadas.
Sus ojos se miraron, sus respiraciones eran agitadas, ninguno de los dos quería regresar a la dicho fiesta que seguramente a esa hora ya sería un desastre, Sasuke besó de nuevo a Naruto y salió de él para acostarse a su lado y así abrazarlo contra sí, Naruto aspiró el aroma de Sasuke y nuevamente se besaron, al separarse un poco para poder mirarse a los ojos, se dieron cuenta que sus collares se habían enredado, pero lo que más les sorprendió fue un brillo, un pequeño brillo salido por el roce que había surgido entre los dos raros pero hermosos cristales.
-Te amo – Sasuke llamó la atención del menor y este solo sonrió nuevamente para después besarle y abrazarlo, juntando más aquellos cristales, haciendo más grande aquel resplandor.
-Yo igual te amo, teme… Muchas felicidades – Sasuke sonrió y abrazó a Naruto con fuerza, pronto los dos se quedaron dormidos con esa luz entre los dos, esa luz que era tan poderosa y la cual demostraba ese amor tan grande que se tenían el uno al otro, un amor que, a pesar de los años que transcurrieran, era totalmente…
INVENCIBLE.