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"Las cosas pueden cambiar." por mayucita

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Notas del capitulo:

El primer capítulo. Es breve, pero se necesita para comprender bastante  a lo largo de la historia. 

Espero que les guste, si veo buena respuesta lo seguiré... 

MAYU IS BACK !! 

La primera vez que se encontraba en el extranjero, la primera vez lejos de la casa que le vio crecer por míseros catorce años. Dejo todo, amigos, una infantil novia, momentos hermosos, momentos dolorosos.  Todo seria diferente después de pisar ese brillante aeropuerto, de poner sus pies por primera vez en Corea.

Aunque varias veces sus padres tuvieron propuestas para trabajar en el extranjero, era la primera vez que la aceptaban. Era un cargo poderoso para ambos, ganaban mucho más de lo que ya en China (Si es que eso se podía en el mundo empresarial). No se quejó, gracias a los trabajos de ambos, su vida estaba llena de lujos, caprichos y  placeres sin duda alguna.

Perder a los amigos no fue tanto, le daba una lástima enorme, desde el fondo de su alma tener que admitir que jamás había conocido a un muchacho o muchacha, capaz de llamar, “mi mejor amigo”. Tenía conocidos, amigos con los que salir, jugar al futbol, los amigos del grupo de artes marciales, muchas personas, pero ningún amigo que estuviera dispuesto a oír sus más profundos deseos y anhelos.

Las chicas no le sobraban, ni le faltaban. Muchos le habían mencionado que no era lo demasiado apuesto, y él mismo lo reconocía; su gran nariz, su piel estaba demasiado oscurecida, heredada de su padre, porque su madre, poseía una piel blanca y aperlada, completamente perfecta. Y para cerrar, esas bolsas y manchas debajo de los ojos le daban un toque bastante anti-estético a su apariencia. Él conquistaba con sus modales y su romanticismo era el combo perfecto que le daba una ventaja magistral para conquistar a varias chicas. Y justo, cuando encontró a su primera novia, la abandono, aun con pocos argumentos capaces para alegar por un amor juvenil.

No había vivido, y no le importaba, la vida apenas estaba en su inicio, y le tocaría a esta nación, darle todas las aventuras necesarias para el resto de su vida.

-La nueva casa te encantara, está en un barrio muy seguro…-Era tan extraño que su madre hablara en coreano con naturalidad. En China, sus castigos eran exclusivamente en este idioma, por lo que no era muy de su agrado.

-Esta bien mamá…-Le respondió con una suave sonrisa, la nueva casa le era indiferente, solo sabía que era más grande, tanto que poseía una casa para huéspedes entera.

Su padre era callado, un hombre que se ahorra las palabras pero que siempre te responderá con una suave sonrisa, si el humor era adecuada, o con una mirada fulminante, si tenías problemas y necesitaras un adecuado sermón. 

Entendía todo, aunque la persona era un poco diferente a la que ya se había acostumbrado, su comprensión y utilización del idioma era el adecuado. Tenía conocimientos de los dos idiomas desde pequeño, coreano y chino; una madre coreana y un padre chino, no resultaba raro. Aunque supiera hablar el primero, eso no significaba que dominará  la pronunciación.

La empresa se encargó de mandar a alguien para recogerles. Les encantaba las falsas actitudes que tenían los empleados en esas situaciones, siempre buscando el modo de poder portarse de maravilla delante del jefe. Perrillos falderos que eran realmente útiles en ocasiones, no solo para trabajos empresariales.

Nadie le hablo el resto del camino, solo en lo que hizo una breve presentación  para los mayores, y no se habló más. Al parecer la casa estaba en un distrito bastante alejado, o todo parecía lejos por la distancia del aeropuerto, tanto que sus ojos empezaban a pesar. Y añadiendo la aburrida conversación típica de adultos, que repasaban el viaje con lujo de detalles una y otra vez, o se explicaban las situaciones que se tuvieron en la empresa que les dificultaron el traslado, el sueño no era un objetivo lejos de vislumbrar en lo absoluto.

 -La mujer de mi costado era demasiado ruidosa al comer, a gradecí que solo nos hubieran dado una pequeña ensalada, con ese concierto de sinfonía barata saliendo de su boca, me basto para que mis oídos se quedaran asqueados con lechuga. –Su padre resultaba ser más, “especial”, en el trato con las personas que la misma madre, peculiaridad de familia. El padre con actitudes de la madre.

Parpados, no se rindan, no se habían unido en todo el viaje con el propósito de terminar el nuevo libro que descargo en su Tablet, pero podían resultar aún más fuertes… Aunque el sillón de ese nuevo automóvil (Porque su olor tan agradable marcaba su estreno) fuera tan mullido, suave y confortable, resistiría al poder de Morfeo, él demostrará su fuerza ante el sueño tan agresivo que le pego de golpe.

-Zi Tao, hijo despierta…-La fina mano femenina le sacudía con suavidad de su hombro, era muy suave como lo estaba haciendo, pero aun así su sueño era tan ligero, que con eso logro sacarle del mundo del sueño restaurador.-  Llegamos a casa…

Estaba atarantado, y confuso, en un momento solo veía una carretera y cuando vuelven sus sentidos, es un bello vecindario con casas tan perfectas, que pensaba que se trataba de una irrealidad literaria. Casas de estilo americano, blancas, con techos negros, de colores suaves, pero brillantes, con pórticos y jardines repletos de flores coloridas, arbustos, y cercas de madera. Jamás había visto de esas casas en China, y su distrito era de los más presentables. ¿Estaban en Corea, o se trataba de Estados Unidos?

Incluso el sol resulto más brillante en esta parte, eran por los colores que rebotaban. Era hermoso, pero cegador para esas pupilas atolondradas.

Si la casa, que estaban viendo los tres adultos era su nueva casa, este puesto en la empresa de verdad era enorme. Eso se consideraría una mansión desde afuera. Era hermosa, con un gran ventanal al frente y un balcón. Muchas ventanas, demasiadas, la casa sería luminosa, amplia y cálida, su casa ideal.

-Mi casa está junto… -El encargado de recogerles apunto una casa con un diseño completamente diferente, con color marrón en sus pintura, pero igual de hermosa. Había dos chicos jugando en el patio delantero con un balón de futbol, únicamente se hacían pases, por lo que lo vio como un juego insignificante. –Ellos dos son mis hijos,  Joon Myun, que tiene catorce y a Joon Kyu, de dieciocho-Decía todo eso con elegancia, pero el número dicho retumbo en los oídos de Zi Tao, tenía su edad, era un punto a su favor para encontrar un nuevo círculo social. – Se los presentare, un segundo.

Todo fue como en cámara lenta. El momento en que giro la cabeza para la casa contraria y vio como el hombre tan alto venía con dos jóvenes que parecían caídos de los cielos. Eran divinos, con sus ropas deportivas informales, que le daban un toque urbano a su fino porte. Eran tan blancos, brillaban con la luz del sol. Uno mucho más alto que el contrario, pero con ese cabello negro con un elegante flequillo, y sobre todo, su gran sonrisa dejando ver su cortesía a kilómetros. El más pequeño, en cambio, apenas tenía una leve curva en su rostro, pero con esos labios tan rozados y carnosos, no importaba lo diminuta que fuera. Tenía su corte al estilo militar, lo que le hacía ver su cabeza mucho más pequeña. Esos chicos, eran la perfección desde pies a cabeza, no había duda de aquello.

-Él es el mayor, Joon Kyu-Aunque la mirada al principio le llevo su mirada al más alto, por como lo señalo el padre, sus ojos se habían pegado al más bajito, que tampoco parecía perderle con sus ojos.- Y mi pequeñín de aquí-Le puso una mano en su hombro al ángel que no dejaba de ver a Zi Tao.- Es Joon Myun, es de tu edad Tao, así que tal vez se puedan llevar bien…

-¿Cómo es tu nombre? –Una ceja del pequeño ángel con corte militar en su cabeza. La ceja de ese modo, y la pequeña risa que apareció en su labio, marco todo. Él nunca había hablado con alguien chino de su edad.

 -Tao, me llamo Hwan  Zi Tao- Y es ahí, cuando vio que su pronunciación y acento, eran un completo fracaso.

-Mi nombre es Kim Joon Myun, Tao.

Y con su mano extendida, esa sonrisa cortes por parte del coreano, y la de confusión por parte del chino, se inició una bella amistad al estrechar sus dedos amablemente. 

 

...

Notas finales:

¿Les agrado? Esta pareja no es muy usada, pero a mi me gusta bastante... Aunque me siento incestuosa con ellos(?). 


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