-K Kiba –jadeaba un rubio descontroladamente, tenía unas graciosas marcas en sus mejillas y sus ojos azules brillaban con la llama de la lujuria-.
-hmn –gimió- Naruto, me vengo –decía entrecortadamente un chico de cabello castaño y ojos negros rasgados, dos marcas triangulares rojas surcaban sus mejillas sonrosadas por el calor que desprendían sus dos cuerpos perlados por el sudor. Sin dejar de embestir el pequeño y acanelado cuerpo que tenía contra el escritorio, acarició su espalda y bajó su mano hasta llegar a su estómago, comenzó a masturbar el miembro del oji-azul, recibiendo como respuesta un gemido de satisfacción-.
Un cosquilleo en sus vientres les advirtió que el momento del éxtasis estaba cerca, el moreno aumentó el ritmo y con una fuerte y profunda estocada acompañada de dos gritos de placer, se vino dentro del rubio y él sobre el escritorio. Se besaron demandantemente al tiempo que el moreno salía del interior del otro. Tomaron sus ropas y se vistieron; cuando sus miradas se cruzaban no había sentimiento alguno más que el de dos amigos con derechos que se agradecían mutuamente el buen rato. Al terminar de vestirse el rubio lo saludó diciéndole que se verían en la clase de química y se fue. Dejándolo al oji-negro con los pensamientos enredados con sentimientos que sabía, no serían correspondidos. Una vez vestido tomo su mochila y se dirigió a su salón, allí una chica de cabello castaño peinado en rodetes se le colgó al cuello y besó sus labios.
-¿Cómo estas amor? –Preguntó sin sospechar nada-.
-bien TenTen, Naru y yo repasamos durante el receso así que ya no estoy tan nervioso por el examen –dijo con una falsa sonrisa-.
-qué bueno, oye ¿Qué tal, si tú y yo nos escapamos un ratito después de clase? –inquirió muy sugerente-.
-etto… TenTen no puedo, iré a casa de Naruto a dormir –respondió de inmediato, asqueado por la sugerencia de tener sexo con esa chica, ‘¿acabo de asquearme de mi propia novia?’ se preguntó extrañado- sin embargo podría ser otro día –sugirió sin ganas-.
-¡claro! Nos vemos mañana entonces –dijo TenTen y se fue a charlar con sus amigas Ino y Temari.
[]*[]*[Cuando Naruto fue a su salón luego de su encuentro, le ocurrió casi lo mismo…]*[]*[]
Al llegar a su salón Hinata se echó en sus brazos y lo besó suavemente.
-¿y, estudiaron algo Naru? –Preguntó su novia-.
-sí, algo estudiamos jeje –dijo con una sonrisa incómoda-.
-oye Naru, estaba pensando que después de clase podríamos ir al cine ¿Qué dices? –Hinata llevaba su largo cabello negro azulado atado en una coleta y un leve sonrojo en las níveas mejillas-.
-lo siento Hinata pero Kiba se quedará a dormir en mi casa hoy, por lo que después de clase nos iremos a mi casa–respondió cortante-.
-etto, está bien Naru, nos veremos otro día –propuso entonces la peli-negra quien recibió un asentimiento antes de irse con Shikamaru y Sakura a hacer un trabajo de ciencias al laboratorio-.
[]*[]*[Al final de clases…]*[]*[]
.Kiba estaba apoyado en el muro que rodeaba la escuela, una vez TenTen se fue decidió esperar ahí a Naruto. Estaba confundido aun. Un revoltijo de sentimientos encontrados lo mareaban hasta el punto de hacerle doler la cabeza, miró al patio de la escuela y lo vio; el oji-azul estaba hablando con su novia, la besó en la mejilla y comenzó a caminar hacia él con una sonrisa en el rostro.
-hola, Kiba –lo saludó- ¿vamos?-.
-claro –respondió éste al tiempo que comenzaban a caminar hacia el centro donde estaba el departamento del rubio-.
Iban caminando frente a varios locales de ropa cuando el oji-azul se detuvo viendo una camiseta naranja con un extraño pero lindo dibujo en el vientre de un… ¿sol?, bueno, o eso parecía. Naruto estaba embobado mirando la ceñida camiseta, sin esperar más tomo a Kiba de la mano y casi lo arrastró al interior de la tienda. La muchacha que los atendió rápidamente le trajo al oji-azul la camiseta anaranjada de su talla y éste entró al vestidor para ver cómo le quedaba. Una vez puesta salió para que Kiba le diese su opinión, pero al verlo el castaño se le quedó viendo. Naruto se veía hermoso con esa remera ajustada, ésta marcaba sus músculos y aun así lo hacían ver delicado y sexy.
-¡Kiba! –casi gritó el rubio al ver que su amigo no le respondía y solo lo miraba. Un rubor cubría sus mejillas-.
El moreno reaccionó.
-¿eh, que? A si, Naru te queda bien, ¿la llevas? –Preguntó intentando que no se le notase cuanto se había excitado al ver a su amigo con dicha camiseta-.
-claro –miró a la vendedora- me la llevo –le dijo, una vez que pagó siguieron su camino charlando sobre cualquier cosa-.
En unos momentos ya estaban frente a un edificio en buen estado pero no muy lujoso, entraron y subieron en el ascensor hasta el piso n° 5. El rubio abrió la puerta y pasaron al interior. Kiba iba muchas veces allí y ya estaba acostumbrado así que en cuanto llegaron dejo su mochila sobre el sofá y se dirigió al baño a tomar una ducha; mientras tanto Naruto preparaba algo de comer, aunque ese algo era ramen.
Kiba estaba bajo la refrescante agua que recorría velozmente su torneado cuerpo, intentaba que el agua fría calmase su estado ahí abajo. Además seguía sumido en sus pensamientos intentando averiguar qué era lo que le ocurría en ese momento a sus sentimientos. Tan distraído estaba que no se percató de que Naruto había entrado al baño, hasta que sintió como unas cálidas manos acariciaban su espalda enjabonándola, se giró y miró por un momento el cuerpo atlético y bien formado de su mejor amigo, miró sus hermosos y grandes ojos azules, lo tomó suavemente de la cintura y lo besó apasionadamente. Sus lenguas danzaban entrelazadas buscando ser la dominante, la de Kiba ganaba por experiencia, recorriendo cada centímetro de esa dulce cavidad que tanto le gustaba. Las caricias en el cuerpo ajeno cada vez eran más demandantes, la mano del rubio tomó ambos miembros y ante los gemidos de satisfacción del moreno comenzó a masturbarlos juntos; entre tanto el oji-negro bajaba sus labios por el cuello del otro dejando algunas marcas con sus dientes y chupones, siguió bajando por el pecho y atrapó un botoncito rosa entre sus labios mientras el otro lo pellizcaba con la mano, mordió levemente sacando un gemido del rubio y pasó su lengua por la aureola.
Continuó su camino por el vientre del rubio y besó la sensible punta de su miembro ya erecto, lamió con suavidad la misma y luego pasó la lengua por toda su longitud introduciendo, al fin, lo que cupo en su boca de aquel trozo de carne. El oji-azul tomó sus cabellos marcándole el ritmo.
-ah… Kiba no pares mnhh –gemía el rubio-.
Subió la intensidad al tiempo que acariciaba la entrada del rubio; metió un dedo recibiendo un gemidito placentero del otro, metió un segundo y un tercer digito a la estrecha cavidad y los movió simulando estocadas, una vez sintió que estaba listo se paró detrás de él y comenzó a meter su miembro lentamente. Unos movimientos de cadera del rubio le decían que quería que comenzara, sin esperar más lo embistió suavemente, subiendo la intensidad y profundidad conforme pasaban los minutos y el oji-azul le gemía que quería más. Ya jadeando entrecortadamente tomó el miembro del rubio y lo masturbó al mismo tiempo que seguía embistiéndolo salvajemente.
-Naru-to –gimió cerca de su oído- me, me vengo –advirtió-.
-y-yo también –respondió el otro- acaba, dentro ¡¡¡ahhh!!! –gritó de placer cuando sintió como un espeso liquido le llenaba y se corrió en la mano del moreno-.
Se dejaron caer lentamente por la pared hasta quedar sentados bajo el agua, tratando de regular sus respiraciones. Al salir del baño se secaron, vistieron y cenaron. Luego se acostaron juntos en la cama del oji-azul, y abrazados se durmieron. Naruto se durmió rápidamente sobre el pecho de Kiba, y éste demoró más al quedarse pensando en que era lo que le ocurría. Al dejarse caer en los brazos de Morfeo un último pensamiento surcó su mente.
‘Estoy enamorado de Naruto’
(continuará)