Se lanzó de nuevo a la oscuridad de la noche. Curiosamente sobrevolando la ciudad de Gotham de noche era cuando menos solo se sentía. Aquella noche parecía realmente tranquila, o eso parecía a simple vista. Decidió sentarse sobre el tejado de un edificio a descansar. Encendió un cigarro y comenzó a fumar, inmerso en mil y un pensamientos que poco tenían que ver con la seguridad de la ciudad.
—Vaya, vaya, vaya... Así que el defensor de la seguridad de la ciudad no se preocupa de la seguridad de sí mismo.
Se le cayó el cigarro del susto.
—¿Quién eres?
—¿Así que yo sé tu nombre y tú no sabes el mío? No eres taaaan listo como todos piensan entonces.
Zitao empezó a molestarse y se puso de pie. Era bastante más alto que el desconocido.
—¿Así que sabes mi nombre? ¿Y cuál es?
—¿Acaso no eres Batman, el defensor de Gotham, el enemigo de los enemigos? ¿O eres un impostor como tantos otros?
Zitao empezó a enfadarse de verdad y lo pegó contra la pared.
—¿Tengo pinta de ser un impostor?
El otro muchacho soltó una carcajada.
—No, desde luego que no. Ningún idiota se gasta tanto dinero en un traje tan estrafalario como ese aparte del verdadero Batman.
—Dime quién eres o te tiro edificio abajo.
El individuo volvió a reír.
—¿Y tú eres el que nos defiende de los malos? Pues vaya...
Zitao apretó el brazo contra el cuello del joven, cortándole la respiración.
—No te conviene hacer eso, don Batman...
El muchacho le dio una patada en el pecho a Zitao y se zafó de él, huyendo a toda prisa. Pero nadie era más rápido que Zitao, y pronto se echó sobre el desconocido, tirándolo al suelo y poniéndose sobre él.
—No juegues conmigo, muchacho.
—¿Muchacho? Soy mayor que tú, chaval. ¿Crees que estas son formas de tratar a tus mayores?
Zitao se lo quedó mirando. No parecía mucho mayor que él, 3 ó 4 años a lo sumo. Se quedó callado, observándolo detenidamente. El otro joven aprovechó para quitarle cuidadosamente la máscara, a lo que Zitao no puso objeciones. La sorpresa del muchacho fue mayúscula al ver lo joven que era el 'superhéroe', y sobre todo, al ver lo apuesto que era.
—Ahora que sabes mi identidad no puedo dejarte ir.
El desconocido sonrió y atrajo su cara hacia sí para pegar sus frentes.
—Ni yo quiero irme ni tú quieres dejarme ir.
Sin mediar más palabra, Zitao lo besó larga, pausadamente.
—¿Y si me llevas a tu famosa Batcueva?
Horas después, ambos estaban desnudos en una cama, respirando entrecortadamente después de haber pasado toda la noche en vela. El Sol ya comenzaba a salir en el horizonte. Por primera vez en mucho tiempo, Batman había desatendido las necesidades de Gotham para atender las suyas propias.
—Ha sido un placer compartir cama contigo. -Dijo el joven mientras se vestía.- Siempre que Batman esté en apuros, llámame. Luhan está a su entera disposición.
Sin media palabra, Luhan se marchó, dejando su olor tras de sí. Por una noche Zitao dejó de ser Batman para ser sólo Zitao... Y tenía intención de repetirlo más a menudo.