Kai~~~
La brisa entraba por la ventana, movía las cortinas de un blanco inmaculado al igual que mi cabello, que contrastaba contra el color de todo en esa habitación, no entendía porque tenía que ser así. Sentado sobre la orilla de esa cama le veía dormir de manera tranquila y al igual el viento que se colaba entre sus dorados cabellos, acaricie su mejilla y él al tacto se removió un poco.
La situación era extraña, me negaba a ver más allá de mi realidad y de lo que quería creer. Lentamente abrió sus ojos y su mirada se poso cansada en mi, sonrío en apenas un gesto, con el conocimiento de lo que diría solo me encogí en mis hombros, esperando a que lo soltara y acabara con todas las defensas que había creado para este momento...
—Voy a morir. Si, lo haré — dijo con su brazo sobre sus ojos al terminar con el contacto visual
No entendía como podía decirlo tan fácil y romper poco a poco todo dentro de mí, me incline hacia él con las manos recargadas aun sobre la cama, sentí mi sudor en la frente y recorrer un poco mi espalda...
— ¿Enserio?... Vas a morir...
Mi voz se quebró y me incline aun más quedando cerca de su rostro, pero lo único que pude hacer fue esconder mi cara en su cuello, esperando que el golpe de la realidad terminara por noquearme junto a él...
—Aun así…No lo harás, vas a estar bien ¿verdad?
Con sus suaves manos toco mis mejillas haciendo que le viera de frente, la sensación de vació crecía en mi estomago hasta el punto de sofocarme y quedarse apoderada de mi pecho, su mirada era tierna, como intentando darme un alivio que jamás podría lograr.
—Es inevitable, moriré
— ¿Puedes verme? — ahora yo era él que evitaba el contacto visual, mi mechones escondían mis ojos, esos pozos cafés como él los llamaba se estaban por convertir en dos fosas vacías y lacrimosas
—Ja, ja… ¿Por qué me preguntas eso? Si en es mi todo lo que se refleja en tu ojos...
Su boca se curveo delicadamente en líneas, dándome con ello una punzada en el pecho, sus manos bajaron de mi rostro y me aleje un poco, no sabía que decir ahora, él tomaba este momento como cuando pagamos el alquiler o teníamos que decidir si comprar un televisión mas grande, intentaba hacer más ameno y tratable este tema...
—Jong In, cuando muera... Si lo haré...
— ¿Quieres hablar de eso? —Le mire un poco molesto — No bromees...
—Mmm, está bien. Pero, entonces solo una cosa...
Le miré curioso, no había signos de debilidad, no estaba pálido y me sonreía como siempre, no sabía por qué razón tenía que morir. Paso su dedo índice frete a mi rostro enfatizando que solo quería una cosa, solo una...
—Espérame… espérame por cien años y entonces te lo aseguro... te encontrare
Me quebré, a cada palabra que salía de su boca, sentía que una exhalación de mi alma se iba junto a él, mis manos temblaron tomando las suyas en un intento de tenerlo cerca, mis lágrimas cayeron en la sabana y manchaban sus manos. Mi pecho se contrajo y mi corazón se hizo cada vez más pequeño cuando mi garganta ahogo todos esos sonidos que se a galopaban por su inexplicable e inevitable perdida. No podría sostenerle de nuevo en sus brazos cada vez que se quedara dormido fuera de la cama. No le encontraría sonriéndome al despertar con su cabello revuelto y su aroma punzante embriagándome cada poro de la piel. No podría besar su labios, probando un poco más de ese dulce sabor, ni unir sus cuerpos como cada vez que sentían juntos, que su amor se desbordaba de sus corazones, que tenían que hacerlo en su cuarto.
La realidad me abrumo junto a una inminente soledad cuando su sonrisa se apago y las manos que estaban entre las mías dejaron de apretarme, y solo quedaron suaves e inertes, al igual que su pecho, junto a sus ojos que me iluminaba y ahora solo habían perdido su brillo…
— ¡Lu, no por favor! ¡No!
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Mi brazo se abrió paso a través de la luz que entraba por la ventana, mire detenidamente mi mano y que al final mis dedos se extendían temblando sin control. En un momento desesperado ahogue un gemido de dolor y mis lagrimas volvieron a inundar mis mejillas, saliendo una tras otra, lleve mi mano a mi boca para poder reprimir con más éxito esos sonido involuntarios, pero el dolor en mi pecho no se iba, no cesaba ni dejaba de atormentarme...
— ¿Qué pasa? ¿Por qué estas llorando?
No pude contestarle en mi mente se repetían las últimas horas en la cama, su cuerpo, sus sonrisas y sus palabras "Espérame por cien años y entonces te lo aseguro... te encontrare". Estaba sentado junto a mí en la cama y su mano se paso juguetona por mi mejilla quitando el rastro de ese salado camino que se había abierto paso sobre ella...
—Que rápido pasan cien años — dije sin conciencia de ello
— ¿Ah? Jong In...
— ¿Qué?
— ¿Tuviste un mal sueño?
—Yo... yo vi un sueño... — me acomode mejor sobre la cama y acaricie su cabello — Donde morías
—Sí, pero es un sueño
Me incorporé acercándolo y besando suave sus labios, solo un roce, quería probarlo poco a poco hasta hártame, sabía que eso era algo que jamás pasaría, sus brazos se pasaron por mi cuello haciendo el contacto más profundo hasta que el aire se hizo escaso.
—Luhan, no me dejes
—Solo era un sueño, nada más...
—Aun así, jamás te atrevas a morir, ni siquiera en mis sueños — añadí molesto pero aun triste
—Tranquilo, no pasa nada
Me abrazo y acaricio mi espalda tratando de consolarme, me miro de frente sonrío y volvió a besarme
—No te perdonare... — dije escondiendo mi rostro en su cuello solo quería sentirlo conmigo
—Jong In...
— Si te esperare… te esperare por cien años
—Y yo te encontrare...
Susurro en mis labios, así lo haríamos y nuestro amor sería eterno...