Vacaciones. Esa palabra llevaba resonando en mi cabeza desde hacía una semana. Todo por culpa del mánager que se había ido de la lengua antes de lo esperado. Todos los chicos estábamos nerviosos, queríamos saber donde nos llevarían, como dormiríamos, con quién, como sería el lugar, si era un buen hotel, y un largo etc de preguntas que le íbamos haciendo al mánager cuando nos tocaba en la misma van que él. Aunque realmente nunca le sacábamos nada. Pero al fin ese día el mánager nos daría toda la información necesaria, ya que por la tarde, después de nuestra sesión de baile diaria y la ducha nos pondríamos en camino. Ya me había vestido y estaba con Kai, Suho y D.O, esperando a que los demás también salieran a desayunar.
Cuando todos desayunamos, esperamos a que Suho bajara y nos dijera con quién deberíamos ir. Al primero que señaló fue a mí. – Sehun, tú ve con Tao, Chan, Baek, Baozi y Luhan. Vigila que se porten bien y no acosen demasiado al mánager o nos regañará nada más llegar… - Los aludidos soltaron quejidos de desaprobación por las palabras de Suho, Kris bajó después sonriendo al ver que todos estábamos repartidos ya. Yo hice un pequeño mohín por quién me había tocado. Maldita fuera Tao. ¿Por qué siempre parecía estar persiguiéndome allá donde iba? Llevábamos tres semanas los dos juntos en el mismo lugar a todas horas y todo desde que Suho, bueno, más bien Kris notó algo en mí y me obligó a que se lo contara a ambos.
“- Venga pequeño, puedes contarnos lo que te ocurre en esa cabeza. Nos tienes preocupados. Llevas distraído mucho tiempo, y no solo por eso, además, sueles tener pequeños fallos en las coreografías por no estar atento. – Yo solo bajé la vista recibiendo ese medio sermón con un intento de sacarme todos los pensamientos. Kris bufó, él era de otra forma, no aguantaba tener que esperar a que alguno de los miembros tuviera que contarle las cosas. Era realmente como el papá de grupo, excepto, claro, para Lay.
.- No tengo nada que contar, hyung… Solo que estos días me encuentro demasiado cansado. – Suho y Kris frunciendo a la vez el ceño, haciendo que por inercia y verles a ellos yo también lo hiciera. Ese momento me dio ganas de reír, pero prefería no hacerlo por si me decían algo más. – No me pasa nada más. No tenéis que preocuparos. Algún día podré descansar perfectamente.
Y en ese momento Kris golpeó la mesa, haciendo que Suho y yo diéramos un pequeño brinco porque no esperábamos esa reacción por su parte y dejó escapar un suspiro largo. Le estaba cansando esa situación.- Sehun, didi, por favor, cuéntanos. Por las buenas, o por las malas. Iré diciéndole a todos y cada uno de los miembros algo sobre ti, y tú no lo sabrás porque pediré que no te lo digan… Empezaré por Tao y Kai, tengo una idea de lo que decirles ya.
Ahí estaba. El nombre clave para que mi cara cambiara de color y me hiciera sentirme mal porque nunca podría conseguir lo que Kris había conseguido con Lay. Tao estaba demasiado ocupado entre sus clases de artes marciales, ensayar, y descansar y darse duchas con todos los miembros, incluido conmigo, diciéndome lo buen amigo que era para él. Bajé la vista. – Kris, no tienes ningún tacto con los pequeños del grupo.
Kris se quedó con la boca abierta y se encogió de hombros negando un par de veces. Yo apreté los ojos un poco y levanté la mirada intentando sonreír pero solo conseguí hacer una mueca que hizo que ambos me miraran con pena, no me quedaba otra que decírselo todo o no podría moverme de aquella mesa y lo único que quería hacer era irme a la habitación, la cual compartía con Luhan y dormir un rato para dejar de pensar. – Pues… Es Tao. Desde hace un tiempo que me empezó a gustar y pues, siempre nos toca juntos por ser maknaes y todo es pero cuando me tengo que bañar con él y no quiero seguir así. Que se acabe todo ya. Pero el muy imbécil no se da cuenta de nada…
Suho y Kris riendo por lo bajo haciendo que yo los mirara mal y me levantara de la mesa. – No os pienso contar nada más. – Chasqueé la lengua escuchándoles reír y a Suho decirme a lo lejos un: ‘Te intentaremos ayudar porque somos como tus papás.’ Y no escuché nada más ya que cerré la puerta de un portazo asustando a Luhan. Otra persona que sabía lo que me pasaba con Tao, este solo sonrió de lado abriendo los brazos. Yo solo corrí a abrazarlo y dejar escapar las pocas lágrimas que querían salir por culpa de mis hyungs y del idiota que estaba en mi corazón.”
Ya las vacaciones no me hacían tanta ilusión llevando ya dos días allí. El mánager nos informó de que sería cerca de un lago rodeado del bosque y con un pequeño pueblo cerca donde iríamos a salir o pasear o comprar. Lo que más nos gustara. Y los que no, podían hacer una pequeña expedición por el bosque con los guías que habían allí. Los demás tenían el lago en frente de todas las cabañas. Y adivinad, las cabañas iban de dos en dos. ¡Sí, dos! Ese número par tan asqueroso cuando tienes a dos miembros de tu grupo intentando hacer de celestinas que fallan continuamente. Pero los quiero. Las habitaciones ya habían sido repartidas y Suho había puesto un folio colgado en la cabaña principal para que, como estudiantes, fuéramos a mirar con quién nos tocó. Adivinad con quién me tocó a mí… ¡Bingo! Tao, justo, a mi lado. Este solo sonrió y me abrazó con fuerza.- ¡Genial! No podía tener mejor compañero de habitación.
Esa noche nos fuimos a dormir pronto después de cenar la comida que había en la nevera. En todas había lo mismo para esa semana, y no sabían si nos quedaríamos dos o tres semanas. Al día siguiente desperté algo molesto, era nuestro tercer día solo en esa cabaña del carajo y aún no había conseguido que él se fijara en mí, había intentado insinuarme de varias formas pero al parecer o lo hacía muy mal o yo no le interesaba para nada, cosa que me frustraba aún más si era posible. Ese día la gran mayoría se habían ido al pueblo para comprar provisiones que comer por las noches, a esas horas de madrugada sin que el mánager o alguien se dieran cuenta. Los otros estaban dando alguna vuelta por el bosque con los guías y a excepción de tres chicos del grupo, yo entre ellos, con el mánager que tampoco había tenido ganas de moverse mucho. Los que estábamos allí seguramente nos iríamos a bañar al lago.
Miré hacia la habitación donde dormía Tao y lo que menos esperaba en ese momento era verle cambiarse de ropa. Verle de esa manera lo único que conseguía era que me diera cuenta del gran cuerpo que tenía Tao aunque no podía lucirse demasiado sobre el escenario. Y no solo eso, sino que mi pijama, el cual llevaba aún puesto hasta cambiarme para ir al lago, se me estaba quedando algo apretado junto con la ropa interior porque mi miembro y todas mis hormonas estaban despertando de una forma demasiado rápida a lo que acostumbra. Cuando Tao salió de la habitación solo pude bajar la mirada rápidamente, avergonzando y debería de estar sonrojado porque mis mejillas estaban ardiendo. – Sehun, ¿te apuntas a nadar? Chen y Baek se han quedado y quieren hacerlo incluso desnudos. – La carcajada que dejó escapar Tao al decir eso hizo que yo me encogiera sobre mi sitio y tan sólo negara con la cabeza. Eso hizo que Tao se agachara hasta quedar frente a mi mirada con el ceño fruncido, que me dieron ganas de pasar el dedo por ahí, se le formaba una uve muy mona… - Sehun… ¿Realmente estás bien?
Alcé la vista hacia mi hyung y dejé escapar un suspiro. Tenía que mentalizarme bien si quería mentirle, Tao era demasiado listo y las pillaba todas al vuelo. Asentí con la cabeza esbozando mi mejor sonrisa, haciendo que Tao sonrisa también ese momento y me encogí de hombros.- Solo llevamos tres días aquí… Necesito más para estar descansado. – Con un ‘Está bien.’ Conseguí que Tao abandonara la cabaña y se fuera hacia el lago. Entonces llegó el momento de ir a encerrarme en mi habitación. ¿Cuál era mi mala suerte? Que una de las ventanas daba justo al lago, justo en el lado en el que ellos estaban y ver a Tao así, y bueno, Baek y Chen desnudos ya, me tenía muerto de calor, de excitación y de todo lo posible. Y para mi sorpresa, ¡Tao también se quitó el bañador! Dejándome ver desde donde estaba, que ni si quiera se habían fijado que estaba allí, su desnudez, cosa que me hizo jadear.
Mientras observaba como se iba sumergiendo en el agua hasta llegar a la cintura, no aguanté más y de forma casi inconsciente llevé una mano hasta mi entrepierna, masajeándola un poco para luego meter la mano debajo de toda esa ropa que me estaba molestando, sentía como mi miembro ardía y reclamaba más atención en mi mano y lo apreté. Comencé a moverlo sin apartar la vista de Tao, de la parte que se veía de su trasero y de su espalda ancha y bien formada, en la cual se marcaban algunos músculos más que otros según los movimientos que hiciera, y ahí estaban mis ganas de arañarla un poco, de marcarle… Seguí masturbándome rápidamente, sin dejar de verle y pensar demasiadas cosas obscenas qué hacerle o que me hiciera, y antes de que pudiera pensarlo me despojé de mis pantalones a patada y empecé a tantear con un dedo mi entrada, presionando esta, solo seguí, ya no podía detenerme e introduje ese dedo en mi interior pensando que era él quien lo hacía, seguí así hasta tener tres dedos dentro de mí, los movía con rapidez y gemía. Gemía de forma baja, no quería que me escuchara pero dejaba salir al gran mayoría de mis gemidos. Me estiré en la cama, notando como mi vista se iba nublando y estaba a punto de alcanzar el orgasmo cuando…
.- Sehun… ¿Por eso no viniste a nadar conmigo? – Genial. Sentí como toda la temperatura de mi cuerpo descendía, eso fue un cubo de agua helada a mi libido y una gran patada a mi orgullo. Como pude intenté taparme con las mantas pero no lo conseguía. Estaba nervioso y me entraron ganas de llorar. Bueno, más bien ya estaba llorando cuando conseguí taparme. No quería mirarle, seguramente sentiría asco de encontrarme así y gimiendo de forma baja su nombre. Sentí un peso al lado de donde yo estaba tumbado y luego a Tao asomarse para mirarme, sonriendo, de esa forma que me hipnotiza.- Sehun… No te cubras pequeño… ¿Quieres saber algo? Yo lo haría por ti las veces que quisieras… - Abrí los ojos de par en par sin poder llegar a creerme lo que me acababa de decir.
Al descubrirme le vi aún sonriéndome y no pude hacer otra cosa que devolverle la sonrisa abrazándole y notando sus manos sobre mi piel, que estaba falta de atención y me hizo soltar un pequeño jadeo por sus roces. Él sin embargo solo se lanzó a mis labios, a besarlos, a morderlos, a lamerlos y de paso introducir su lengua en mi boca en busca de la mía. Cosa que encontró, nunca nadie me había besado así, pero que fuera la persona a la que más quería en ese momento hacía que mi corazón se encogiera y no pudiera borrar esa estúpida sonrisa de mis labios. Sus besos fueron bajando por mi cuello, dejando leves mordiscos por este hasta llegar a mi pecho donde estuvo bastante entretenido. Y su mano bajó hasta esa zona que estaba de nuevo requiriendo atención. En poco rato gracias a sus caricias, succiones, mordiscos y ritmo acabé teniendo uno de los mejores orgasmos que había tenido nunca.
Me dejé caer de nuevo en la cama y después de unos minutos sentí a Tao sobre mí, piel con piel. Y entonces, recordé. – No, Tao… Los chicos… - Su lengua volvía a recorrer mi cuello haciéndome perder la poca lucidez que me quedaba para pedirle que se echa hacia atrás, no quería que nos vieran hacer nada. Miré a mi alrededor encontrando todo cerrado. ¿Todo eso podía hacerlo en pocos minutos? Pero me olvidé de pensar cuando su miembro rozaba mi entrada de una forma tan suculenta que me agarré a sus hombros alzando mi trasero para poder hacer el roce más intensó. Me penetró de una sola vez, haciendo que un largo y ronco gemido saliera de mi garganta.
Al parecer él tampoco quería que me escucharan porque comenzó a besarme mientras sus movimientos en mi interior se hacían cada vez más rápidos hasta que acertó en ese punto, justo, y yo solté un gemido que no pudo detener. Esbozó la sonrisa más cautivadora que jamás pude ver y siguió moviéndose sobre mí, murmurando cosas que no entendía, o mejor que no podía entender con el estado de placer que tenía, hasta que después de un rato, él cogió mi miembro y comenzó a masturbarme nuevamente, haciendo que me corriera en su mano y él me llenara al terminar dentro de mí. Me quedé tirado en la cama de nuevo pero con Tao sobre mí, le abracé con fuerza, no quería que se fuera, pero mi alegría duró poco.
Minutos después Tao se levantó de donde estaba saliendo de la habitación echándome una última mirada. Me quedé allí frío, pensando en todo lo que había pasado y si era real. Cuando me convencí de que no volvería y a partir de un momento sería la burla de todo el grupo por lo que hice, intenté taparme pero Tao entró y me detuvo, sonriendo. Venía con una toalla y me limpió, de forma lenta y cuidadosa intentando no dejarse nada y tratándome con mucho cariño. Cuando terminó se tumbó a mi lado tapándonos a ambos con las sábanas. – Escúchame antes de que se te ocurra decir nada. – Ya estaba poniéndose mandón y ni si quiera había abierto la boca yo para replicar. – Esto no lo hice… Por lo que estés pensando ahora mismo. Tenía mucha ganas de estar contigo, pero no me hacías caso… - ¿Este era tonto? – Y bueno, después de esto solo quiero saber si aceptarías estar conmigo. SOLO conmigo.
Reí de forma leve al escucharle, haciendo que frunciera el ceño e incluso pusiera una cara de enfadado. Me estiré, dejando escapar un suspiro y me acerqué hasta él para abrazarle. Besé sus labios repetidas veces, siendo todas estas correspondidas por un Tao que aún seguía frustrado y sin respuesta.- Eres muy tonto Tao. Siempre estuve llamando tu atención. Y sí, estaré solo contigo. – El panda tan sólo hizo una exclamación ahogada para volver a abrazarme y besarme hasta que necesitamos de nuevo coger aire. – Y ahora… ¿Podemos ir al lago? – Tao empezó a reír asintiendo y se levantó poniéndose de nuevo el bañador que estaba tirado por el suelo de la cabaña y yo me levanté a buscar el mío.
Cuando salimos Suho y Kris venían hacia nuestra cabaña para buscarnos ya que todos habían vuelto y querían bañarse juntos. Suho al ver como salía agarrado de la mano de Tao se puso a aplaudir dándose la vuelta como una madre bastante satisfecha por haber ayudado a su hijo. Kris, se quedó allí parado cruzado de brazos y Tao y yo nos miramos el uno al otro para luego mirarle a él. - Como se os ocurra haceros daño el uno al otro, os vais a enterar. - Y dicho eso se dio la vuelta para irse y dejarnos solos volviendo a reír por ese arrebato de cariño que había tenido. Tao me dio un beso casto y bajamos hacia el lago donde todos nos estaban esperando. Después de todo, sí que serían unas buenas vacaciones en el lago.