Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Malas Decisiones por Angelfiregot

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 4

Entrega

 

Ya había completado una semana desde que había empezado a salir con él. Todo parecía demasiado perfecto y hasta cierto punto lo asustaba. Bryan era prácticamente el hombre ideal, atento, cariñoso, se preocupaba por él, lo llamaba constantemente y se esmeraba por complacerlo en todo.

Ese día había quedado de llevarlo a un paseo en yate y la verdad estaba emocionado ante el hecho, aunque siguiera sintiendo miedo de sus propias reacciones y sentimientos; el hecho de que se sintiera tan atraído por Bryan lo estaba preocupando en demasía y es que no era normal que un hombre le atrajera de esa manera desde un comienzo, cómo lo había hecho él.

En sus conversaciones con Blaise, siempre lo alentaba a seguir adelante y aprovechar la oportunidad, pero temía entregarse completamente y que terminara irremediablemente enamorado de ese chico a sabiendas de que ambos vivían en lugares muy diferentes y que una relación a largo plazo sería prácticamente imposible a menos de que alguno de los dos decidiera cambiar de residencia, cosa que a pesar de no llevarse muy bien con la comunidad mágica de Inglaterra, no quería alejarse de ella y de los únicos dos amigos que le quedaban.

Decidió salir y esperar a su ¿Amante? ¿Pareja? ¿Desfogue? Bueno lo que fuera en el lobby del hotel, el cual no tardó en llegar.

-          Hola precioso – dice el rubio abrazándolo por detrás, logrando asustarlo un poco, hasta que finalmente sonrió al sentir los labios del rubio en su cuello, para posteriormente girarse y atrapar su boca en un beso cargado de bastantes sentimientos para su gusto, aunque decidió no pensar en ello.

-          Hola – responde al soltarse, para posteriormente ser tomado de la mano y guiado hacía la salida.

-          Hoy tendremos un día bastante ajetreado, así que espero hayas traído el traje de baño que te di – dice el rubio con una sonrisa, haciendo que Harry se pusiera completamente rojo al recordar el traje miniatura que Bryan le había regalado para ese paseo.

El rubio al notar las mejillas completamente rojas de su acompañante supo que si lo había llevado y no podía esperar la hora en que pudiera verlo así, casi desnudo y solo para él.

En cuanto llegaron al puerto, Harry se sorprendió al ver el hermoso yate que los esperaba, se notaba demasiado lujoso y se sintió un poco intimidado ante ello. Había notado que Bryan era un chico bastante adinerado, además de sangre pura, por lo que a veces se sentía un poco fuera de lugar y hasta angustiado de pensar que el chico lo pudiera botar en cualquier momento. Ya había pasado por eso y lamentablemente su autoestima se había ido al carajo.

-          Ven Harry, te lo mostraré – dice Bryan extendiéndole la mano para que lo siguiera sin perder su sonrisa, cosa que logró hacerlo confiar un poco más.

-          Wow es increíble – dice Harry sorprendido al ver que el interior estaba hechizado, tal y como si una carpa de campamento se tratara. Había una sala enorme con cojines esparcidos por todas partes, una cocina estilo americano, dos puertas a la izquierda, en las cuales había una habitación y un baño externo, pero lo más sorprende era el piso de la sala, el cual tenía una especie de película creada con un hechizo, que hacía que se sintiera el agua bajo sus pies sin hundirse y sin mojar los objetos, además de que permitía contemplar perfectamente el lecho marino; era realmente maravilloso.

-          ¿Te gusta? – pregunta el rubio pasando sus brazos por la cintura de Harry y apoyando su cabeza en el hombro del pelinegro.

-          Me encanta – contesta completamente feliz ante la vista.

-          Me alegra que así sea – dice arrastrándolo por el lugar, hasta llegar a la cocina, donde lo alzó y sentó en una silla alta, para posteriormente entrar y sacar dos copas con ensalada de frutas tropicales y helado encima.

-          Gracias – dice el pelinegro sin dejar el sonrojo de lado, todo eso era demasiado, pero aun así le encantaba, se estaba mal acostumbrando.

-          Harry, he estado pensando en algo – dice el rubio dejando de comer un momento para mirar al pelinegro de lado y centrar toda su atención en él. Harry en cuanto lo escuchó tan serio se atragantó, pero se giró a mirarlo completamente expectante.

-          ¿Qué sucede? – pregunta un poco asustado al ver que no emitía palabra… no sabía que esperar.

-          Harry – dice finalmente tomando las manos del menor entre las suyas, para posteriormente besarlas con suavidad, cosa que logro hacerlo sentir más nervioso – sé que llevamos apenas una semana de empezar nuestra relación – retoma el rubio un poco más decidido dejando desconcertado al ojiverde “¿en serio tenían una relación?” – pero sé que tú debes regresar a Inglaterra a seguir tu vida dentro de 4 días, sin embargo, yo no quiero que lo nuestro acabe – dice acercándose más hacia el pelinegro, quien aun no salía de la impresión – por eso, he tomado la decisión de irme a Inglaterra contigo, claro si así tú lo deseas y formalizar nuestra relación – continúa, empezando a sentirse nervioso al notar que no había respuesta – Harry, sabes que me gustas desde hace mucho, incluso antes de conocerte aquí y tener la oportunidad de compartir contigo… en éstos días, mis sentimientos hacia ti han dejado de ser simplemente de admiración y gusto y han cambiado a algo más. Sé que quizás suena precipitado y entiendo si tienes tus dudas, pero es lo que siento y no puedo simplemente dejarte ir sin saberlo… así que ¿Qué dices? – cuestiona finalmente, logrando que Harry saliera de su ensoñación.

-          Esto… yo… no sé… - dice Harry completamente aturdido. ¡Por Merlín! Le estaba pidiendo tener una relación formal. En serio ¿estaba preparado para eso? ¿Realmente se sentía capaz de volver a tener una relación seria con alguien?

-          No te preocupes Harry, si no lo deseas te entiendo… creo que me precipité, lo siento – dice el rubio bajando la mirada entre triste y avergonzado. Cuando el ojiverde vio la reacción del rubio, cayó en cuenta de lo que estaba haciendo, por lo que al sentir que soltaba sus manos, las atrapó antes de que se alejara, logrando que el rubio levantara la mirada sorprendido.

-          Lo siento, es que me tomaste por sorpresa… créeme que no estoy muy seguro, yo… no sé si sería capaz de llevar una nueva relación después de… - dice bajando la cabeza avergonzado, por lo que Bryan al entender sus temores lo toma del rostro y se lo levanta suavemente – el hecho es que… me gustaría intentarlo Bryan y… el hecho de que estés dispuesto a ir hasta Londres conmigo me demuestra lo que significo para ti, por lo que quiero arriesgarme… acepto – dice finalmente logrando que una sonrisa aflorara de ambos.

-          ¿En serio? – dice Bryan completamente eufórico – gracias, te prometo que te cuidaré y no te decepcionaré – dice tomándolo entre sus brazos y levantándolo para darle un profundo beso que los dejó completamente aturdidos – te lo prometo – finalmente susurra junto a su oído, mientras una sonrisa se extiende en su rostro.

Harry estaba realmente feliz, hacia mucho que no se sentía tan querido y eso lo estaba emocionando… irremediablemente, se estaba enamorando.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Estaba en una misión de reconocimiento, hacía días, algunos de los habitantes de ese pequeño poblado habían reportado sucesos extraños en una mansión vieja y al parecer abandonada desde hacía mucho tiempo, que se encontraba escondida en el inmenso bosque.

Se suponía que el lugar había sido desalojado por sus dueños hacía más de tres décadas y ya nadie recordaba siquiera a que familia había pertenecido, sin embargo, desde hacía más de un mes se habían visto luces prendidas y escuchado ruidos extraños provenientes de ella casi todas las noches.

Se acercó al terreno, sorprendiéndose de que había una protección, simple y que al parecer llevaba bastante tiempo puesta, pero aun así, algo le hacía sentir que la protección había sido modificada hacía poco tiempo, como si se le hubiera dado permisos para que algunas personas pudieran entrar.

Con una señal, los tres hombres que se encontraban tras él se esparcieron alrededor de la mansión y con un hechizo deshizo el bloqueo de una manera tan fácil que era sorprendentemente preocupante. Estando completamente alerta, se acercó al sitio, pero al intentar ingresar, una fuerza realmente espeluznante lo sacó del terreno y lo expulsó varios metros fuera del lugar.

Un grito desgarrador y realmente espectral se escuchó por todo el terreno y, aunque eran Aurores y estaban acostumbrados a cosas espantosas, algo en ese grito hizo que se sintieran completamente angustiados, era similar a la sensación que provocaba un Dementor, pero más fuerte, más profundo y totalmente paralizante. Cuando el líder, un pelirrojo alto se levantó del lugar donde se había estrellado, miró completamente horrorizado cómo el lugar se empezaba a rodear de una magia oscura bastante palpable, por lo que hasta ese momento pudo reaccionar.

-          ¡Tenemos que irnos ahora! –grita Ron al notar que el aura oscura se estaba expandiendo demasiado rápido y si no escapaban del lugar, muy probablemente no sobrevivirían.

Cada uno fue desapareciendo, hasta que a lo último el pelirrojo lo hizo, notando algo que lo logró asustarlo en serio… no había visto eso en años y esperaba de todo corazón que solo fuera su imaginación o realmente estaría en problemas en toda la comunidad mágica.

En cuanto llegó a la central, se dirigió de inmediato hacia la oficina de su jefe, golpeando la puerta con bastante fuerza, asustando a la asistente, quien jamás lo había visto así.

-          Pase – dice el jefe de Aurores desde su despacho, por lo que Ron entra inmediatamente.

-          Si lo que vi allá es lo que creo, entonces estamos en serios problemas – dice el pelirrojo bastante alterado, dejando desconcertado al mayor.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

No lo quería aceptar, pero no podía negar que cada vez que pensaba en lo que había conversado con Blaise sentía miedo… era físico y real miedo a perderlo completamente.

-          Maldita sea – dice en un susurro mientras termina de vestirse para el evento de esa noche sin éxito alguno.

-          Permíteme ayudarte – dice Astoria ya bastante molesta de verlo pelear con la túnica, como si jamás hubiera usado una de gala.

-          Déjame en paz – dice el rubio bastante molesto alejándose y adentrándose en el baño.

Casi media hora después salió completamente arreglado y listo para salir. En cuanto su esposa lo vio, pudo admirar al hombre que tenía frente a ella, a sabiendas que aunque tuvieran un anillo y un hijo de por medio, él jamás le pertenecería, por lo que sin más salió de la habitación para encontrarse con sus suegros, quienes esperaban por ellos en la sala.

-          Querida ¿Cómo has estado? – pregunta Narcissa con una sonrisa de cortesía enmarcando sus facciones, mientras el mayor de los Malfoy tan solo asiente con la cabeza.

-          Muy bien, gracias Narcissa, señor Malfoy y lamento la demora, pero Draco suele tardarse demasiado en arreglarse. Está peor que una chica – dice con cierta molestia, pero sonríe para disimular su incomodidad.

-          Oh es verdad, siempre ha sido así, pero no te preocupes, estamos acostumbrados, un Malfoy siempre debe verse impecable, por lo que no importa cuánto demore mientras esté perfecto – dice la rubia, haciendo que Lucius hiciera una mueca, aunque no fuera vista por las mujeres. El comentario de que Draco parecía una chica le hizo recordar el desliz de su hijo con el estúpido de Potter y la molestia lo invadió.

-          Lamento la demora, madre, padre – dice Draco bajando las escaleras, acercándose a su madre y besarla en la mejilla, para posteriormente dirigirse a su padre con un asentimiento de cabeza.

-          Bueno, será mejor que nos vayamos, Winny se quedará a cuidar de Scorp, así que no habrá problema – dice Astoria dirigiéndose a la chimenea, siendo seguida por los Malfoy. Ninguno de los rubios se sintió conforme con que ella los mandara como si tuviera autoridad sobre un Malfoy, pero prefirieron no comentar nada por el momento para no generar contiendas.

En cuanto llegaron al lugar de reunión, inmediatamente Lucius se dirigió hacia sus socios para hablar de negocios, Narcissa se llevó a Astoria para hablar con las esposas de aquellos hombres y Draco quedó solo tratando de encontrar a alguien conocido.

Desde que había regresado las personas que antes lo trataban, ahora simplemente pasaban de él. Muchos lo saludaban por ser un Malfoy y el heredero de las empresas de su familia, pero solo eran saludos lejanos, nadie se acercaba a hablar con él, de igual manera, si lo aceptaban era por su dinero y porque mal que bien había hecho donaciones jugosas a cada área del Ministerio, más no podían siquiera dejar atrás el hecho de que había estado casado  con un hombre y para colmo Harry Potter, aquél que había matado al señor de más de uno de los que se encontraba en esa sala. Cuando dio una vista panorámica del lugar, notó que hacia un lado estaba uno de los que siempre consideró su amigo y al que lamentablemente alejó aun más después de la última discusión que habían tenido. Dudo un poco, pero cuando vio al hombre que lo acompañaba alejarse, decidió acercarse a saludarlo.

-          Hola Blaise – saluda a las espaldas del moreno, quien completamente impactado al reconocer la voz, se giró para encontrar al rubio, que lo miraba con ese mismo aire de arrogancia que siempre lo había caracterizado, dejándolo un poco desconcertado y a la vez intrigado por su repentino saludo.

-          Hola Draco – responde finalmente después de un momento.

-          Quisiera hablar contigo en privado si no te molesta – dice el rubio un poco cohibido aunque sus gestos no lo demuestran. Sabía que Blaise podía sacarlo de taco y él no tendría opción de protestar después de lo sucedido días antes, pero tampoco quería dejar las cosas así y aunque le doliera en el orgullo, sabía que su amigo merecía una disculpa de su parte por el trato que le había dado sin justificación.

-          Vamos a una de las salas – dice Blaise ya recompuesto de la impresión al ver la amabilidad con la que lo trataba el rubio, cosa poco común en él.

Blaise decidió dirigirse a una de las habitaciones destinadas para las conversaciones privadas, en especial para tratos de negocios, aunque ellos iban más a tratos personales.

En cuanto ingresaron, Draco colocó un hechizo silenciador y luego otro para evitar que cualquiera entrara y los interrumpiera. Blaise por su parte se sentó tranquilamente en uno de los sofás e invocó un Whiskey de fuego y dos vasos. Cuando los sirvió le pasó uno a Draco quien lo recibió con gusto y tomó el primer trago del propio.

-          ¿Y bien? – cuestiona al notar que el rubio no se atreve a decir nada.

-          Bien Blaise, primero quiero pedirte disculpas por lo que sucedió hace unos días – dice el rubio bajo y lento, pero lo suficientemente audible como para que el moreno se quedara con la boca abierta de la impresión.

-          Vaya, eso no me lo esperaba – dice el moreno con total sinceridad, logrando que su interlocutor sonriera.

-          Lo sé, pero es lo menos que puedo hacer, además sé que tú lo único que pretendes es protegerlo, cosa que a veces me sorprende y aunque no lo creas, también causa en mi cierta… molestia – confiesa el rubio, igual ya había empezado, así que qué más daba terminar, además, siempre había tenido la suficiente confianza con él como para confesarle las cosas sin estúpidas mascaras de hipocresía u orgullo de por medio.

-          ¿Molestia? O ¿Celos? – cuestiona Blaise comprendiendo un poco más la situación de Draco y aprovechando el momento, si el rubio estaba dispuesto a confesar y contarle todas sus inquietudes, él no dudaría en ayudarlo. Era verdad que estaba realmente molesto por lo de unos días atrás, pero aun así no perdía la maldita esperanza de que su amigo de la infancia y ese atolondrado leoncito que era ahora su amigo y el objeto de su entero cuidado, pudieran volver a estar juntos y renovar su relación, aunque Astoria estuviera de por medio. Jamás le molestaría ensuciarse un poco las manos, si así lograba la felicidad de las dos personas más importantes de su vida hasta el momento… a excepción claro de aquel que le había roto el corazón.

-          Molestia – dice el rubio mirándolo fijamente, pero al notar la ceja enarcada del moreno, se dio cuenta que era una estupidez negar lo evidente – y celos también… celos de saber que tú puedes estar a su lado, cuidarlo, aconsejarlo, acompañarlo y ayudarlo, mientras yo perdí esa oportunidad por idiota – dice Draco ya resignado y también un poco liberado de poder confesar sus sentimientos.

-          Si, no te niego que eres un idiota y más sabiendo que jamás podrás dejar de amarlo – afirma el moreno tomando otro trago, sin dejar de contemplar el rostro del rubio, lo conocía bien, no por nada eran amigos desde que tenía memoria y habían compartido casi todo en sus vidas, notando la tristeza y arrepentimiento marcados en su rostro, por lo que soltó un suspiro resignado – Draco hay algo que debes saber… Harry ha encontrado a alguien en Hawái, no sé si va en serio o no, pero lo he notado bastante ilusionado y créeme que escucharlo feliz ya no es algo fácil desde que ustedes se separaron – dice el moreno, notando cómo la palidez y los ojos dilatados se dejaban notar en el rostro del rubio. Era mejor prevenirlo, si decidía recuperar a Harry, tendría que esmerarse, además quería hacerlo sufrir un poco de lo que había sufrido el ojiverde cuando se enteró de su compromiso, por lo que sin arrepentimiento decidió continuar – hace dos días hablé con él y al parecer el chico que conoció ha sabido conquistarlo, por lo que debes estar prevenido, además de que quiero que entiendas que Harry merece lo mejor y que si ese hombre va enserio con él y lo hace feliz, yo lo apoyaré y te pediré que te hagas a un lado, ya que él merece a alguien que le de todo, no solo migajas y siendo sinceros, mientras tú estés casado, no podrás brindarle la relación que merece… es verdad que hace unos días fui a buscarte con la intención de hacerte reaccionar, pero hasta ese momento no sabía de que la relación de Harry con ese hombre iba tan bien y que de cierta forma lo estaba haciendo feliz, por lo que te diré algo, sé que quieres recuperarlo, pero si veo que Harry es realmente feliz con ese hombre, no dudaré en alejarte de él ¿comprendes? – finaliza el moreno bastante serio, a pesar de ver los ojos aguados de Draco, aunque no deja caer una sola lágrima. ¿En serio su amado león había encontrado a alguien más? ¿Realmente lo había llevado a buscar los brazos de otro hombre? Solo hasta ese momento el peso de sus acciones le cayó como un baldado de agua fría, logrando que su alma se congelara… lo estaba perdiendo totalmente por su estupidez.

-          Entiendo Blaise y aunque me duela… lo acepto, si… Harry es feliz con ese sujeto y su… - se corta al sentir que no puede pensar siquiera en la palabra “relación” entre ellos - lo que sea que tengan va en serio, lo dejaré en paz y buscaré la manera de olvidarlo, aunque tenga que borrarlo de mi memoria – dice Draco no muy convencido de sus palabras, pero a sabiendas de que sería lo justo, al menos con Harry, quien no merecía seguir sufriendo por su culpa.

-          Sabes que ni borrándotelo de la memoria podrás eliminar el sentimiento – dice Blaise tratando de hacerlo bien consciente de sus errores.

-          Lo sé, pero es mejor a recordarlo cada segundo de mi vida y saber que no puedo volver a estar a su lado – dice Draco resignado ante lo evidente.

-          Está bien Draco, te ayudaré en lo que pueda, pero si realmente veo que Harry es feliz no me importará sacarte de su camino – dice el moreno sin cambiar su semblante, notando que Draco lo acepta a pesar de no estar muy convencido.

-          Gracias Blaise – dice el rubio, aceptando finalmente que lo que tuviera que pasar, pasaría.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Estaba completamente maravillado. Todo el día había sido especial. Bryan lo había llevado a una isla desierta, donde habían almorzado y disfrutado del panorama, caminando tomados de la mano mientras le daban la vuelta a la isla que no era demasiado grande, después habían regresado al yate, dado una vuelta y en la tarde habían buceado un poco con cascos burbuja para poder aguantar bajo el agua, contemplando los arrecifes de coral y los bancos de peces que pasaban por ahí. Realmente se sentía especial, que alguien se esmerara de esa manera lo halagaba y para que negarlo, lo hacía sentirse nuevamente querido, cosa que le encantaba, igual toda su vida había sido carente de cariño y solo lo había tenido primero de sus amigos y los Weasley que lamentablemente lo habían dejado, después de Draco y cuando también lo abandonó, de Blaise y Luna. No podía negar que sentía cierto miedo a que en algún momento Bryan también lo dejara o que sus amigos se alejaran, pero por eso trataba de vivir día a día y disfrutar de lo que la vida le daba, igual ya se había concientizado hacía mucho que las cosas buenas en su vida jamás duraban.

-          Cien dólares por tus pensamientos – dice Bryan abrazándolo por la espalda mientras contemplan el atardecer.

-          ¿Tan poco valen? – dice Harry con una sonrisita bailando en sus labios.

-          No, pero es lo único que tengo en estos momentos en el bolsillo – dice el rubio, para soltar finalmente una carcajada junto a Harry.

Cuando finalmente se calmaron, el sol había terminado de ocultarse, por lo que se giraron para mirarse fijamente. Harry no podía negar que se sentía un poco nervioso, pero había tomado una decisión y la llevaría a cabo, por lo que gracias a su valor Gryffindor, se atrevió a levantar sus brazos para cruzarlos tras la cabeza del rubio y poder acercarlo para finalmente fundirse en un beso con él. Bryan pudo sentir que no era un beso como cualquiera que se habían dado antes, éste estaba cargado de muchos sentimientos que lo sobrecogían de una manera arrolladora. Los labios de Harry eran demandantes, pero sin ser agresivos, se notaba la posesividad y el deseo, pero también una ternura y calidez que hizo que el rubio se sintiera volar ante la sensación, por lo que tomándolo de la cintura lo estrechó aun más contra su cuerpo hasta elevarlo un poco del piso, cosa que el ojiverde aprovechó para enredar sus piernas en la cadera del mayor y dejarse guiar.

Cuando llegaron a la parte baja del yate, Harry pensó que irían a la habitación, pero el rubio lo llevó a la sala donde se encontraba el piso de “agua” y lo acomodó sobre los cojines que se encontraban esparcidos en el piso. Harry había pensado que al estar en el piso sentiría frio o la sensación de hundirse, pero fue todo lo contrario, era como estar en un colchón tibio, que se ajustaba a sus cuerpos perfectamente.

Lentamente y sin dejar de besarse, comenzaron a desnudarse, primero las camisas que habían mantenido abiertas por el calor, por lo que Bryan aprovecho para tocar, besar y morder cada trozo de piel que se le presentaba, disfrutando de esas deliciosas tetillas rosadas que se encontraban duritas por la excitación. Sus manos delineaban esos perfectos pectorales marcados aunque no en exceso, esos brazos fuertes y bien definidos, mientras sus piernas se rozaban constantemente con las de su amante.

Por su lado, Harry tocaba esa espalda musculosa y bien formada, mientras poco a poco iba perdiendo el miedo y la incertidumbre que se había anidado en su corazón. Draco había sido el único en su vida, jamás había estado íntimamente con una mujer ni con otro hombre que no fuera ese rubio en específico, pero sabía que debía dejar eso en el pasado, que debía reconstruir su vida y una de las cosas que debía hacer era entregarse por completo a su nueva pareja.

-          Eres hermoso Harry, simplemente perfecto – dice Bryan retirando los lentes del pelinegro para poder contemplar esos ojos verdes que tanto lo impactaban.

-          Tú eres el perfecto – susurra Harry sonrojado sin dejar de tocarlo, logrando que una sonrisita en el rubio.

-          Te prometo que te haré gozar como nunca antes lo has hecho – susurra sobre sus labios, para volver a tomarlo entre los suyos, disfrutando con su lengua de aquella cavidad que se le entregaba sin remilgos.

Bryan retomó su exploración y comenzó a bajar por su pecho, abdomen, hasta llegar a su ombligo, donde se entretuvo un rato, mientras Harry tan solo se dedicaba a gemir ante la sensación.

Cuando se sintió satisfecho, bajó hasta el pantalón y lo desabrochó lentamente, mientras sus dedos rozaban la tela que se encontraba escondiendo la prominente erección que el pelinegro ya no podía ocultar.

Cuando le terminó de soltar el pantalón, lo bajó junto con el bóxer blanco que lo cubría, notando el sonrojo que se extendía por el rostro del ojiverde, haciéndolo esbozar una sonrisa coqueta. Sin siquiera pensarlo, pasó su lengua por todo el largo de su miembro, logrando que soltara un gemido delicioso para cualquiera que lo escuchara, consiguiendo que algunas gotas del liquido pre-seminal se escurrieran por todo ese pedazo, logrando que Bryan se excitara aun más de ser posible. Sin ceremonia alguna, bebió aquel líquido y se metió todo ese pedazo de carne en su boca, comenzando a subir y bajar lentamente, para finalmente llegar a un ritmo enloquecedor, que hacía a Harry retorcerse de placer, mientras sus manos se encargaban de estrujar las almohadas que se encontraban a su alrededor, hasta llegar casi a la cúspide del placer.

-          Bryan… no aguanto más – dice Harry a punto de llegar al orgasmo, pero lo que no se imaginó fue que el rubio lo soltara y se alejara, para finalmente apretar la base de su miembro, haciendo que se sintiera frustrado.

-          Aun no precioso, todavía falta mucho – dice con una sonrisa para acercarse a su rostro y robarle un beso que los dejó sin aliento.

Sin decir más, el rubio se quitó el resto de las prendas ante la mirada expectante y anhelante de Harry, quien casi se muere al notar la inminente erección de ese hombre. Era enorme.

El rubio al notarlo sonrió con orgullo, para después susurrarle un “voltéate”.

Harry sin pensarlo lo hizo, su lívido se había incrementado al imaginarse lo que ese miembro le haría, por lo que esperó, hasta que sintió como sus nalgas eran masajeadas y separadas, para finalmente sentir una lengua invadir su interior. Era realmente delicioso, ese hombre sí que sabía cómo hacerlo delirar de placer. Cada vez que se adentraba más, sus gemidos aumentaban de tono, hasta llegar casi a los gritos de placer.

-          Bryan ¡métemela ya! – exclamó bastante alto y con un tono necesitado. Ya no pensaba, solo deseaba sentirlo invadir su cuerpo sin más.

-          ¿Estás seguro? No quiero lastimarte – dice el rubio con tono preocupado.

-          No lo harás, solo ¡métela! – vuelve a gritar, por lo que el rubio no se hace de rogar y finalmente entra en ese cuerpo hasta el fondo de una sola estocada.

El grito entre dolor y placer de Harry lo hizo quedarse quieto, hasta que sintió como las caderas del pelinegro comenzaron a impulsarse de adelante hacia atrás.

El vaivén comenzó lento, Harry sentía que se partiría, pero no le importaba, le encantaba como Bryan lo hacía, además de que estar viendo a las criaturas marinas debajo suyo era algo extraño pero a la vez excitante, por lo que al cabo de un rato comenzó a impulsarse con más fuerza hacia atrás con el objetivo de sentir completamente a ese rubio dentro de su cuerpo.

Cuando las embestidas se hicieron más fuertes, un golpe en su “punto mágico” como solía llamarlo, hizo que tocara el cielo con las manos, siendo expresado con el gemido estridente que salió de su garganta mientras solo podía rogar por más, siendo enteramente complacido por su amante, quien al notar que no aguantarían mucho, tomó el miembro de Harry con su mano derecha y comenzó a masturbarlo de manera casi salvaje, hasta que finalmente con un fuerte grito de placer ambos llegaron al maravilloso orgasmo.

Una vez que terminaron, Harry se dejó caer de costado, sacando de su cuerpo el miembro de Bryan, mientras la semilla del rubio escurría de su entrada, para posteriormente sentir a su pareja acomodarse tras él y abrazarlo al estilo cucharita.

Sus pensamientos comenzaron a invadirlo, dándose cuenta de lo que acababa de hacer; se había entregado por primera vez a un hombre que no era el considerado “amor de su vida” y no sentía culpa alguna, por el contrario se sentía “demasiado bien”, por lo que se durmió al cabo de un rato con una sonrisa enmarcando su rostro.

Por su parte, Bryan lo contemplaba en silencio, mientras una enorme sonrisa afloraba de sus labios.

 

Continuará…

Notas finales:

Holaaa!!

Como siempre, agradezco de todo corazón sus reviews que me alentan a seguir con ésta historia :D

Espero que les haya gustado el cap y que me comenten que tal les parece la nueva relación entre Harry y Bryan y que les pareció la conversación entre Draco y Blaise :)

Por otro lado ¿Qué creen que ocurre en esa mansión?

Nos leemos!!

Les mando muchos besos y abrazos!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).