Capitulo 2: Divergencia
El profesor peliblanco dirigió su mirada hacia la puerta, de donde provenía el llamado. Se disculpó y caminó a abrirla. Hecho esto nos dimos cuenta de que se trataba de Iruka Umino, un hombre que tendría aparentemente la edad de Kakashi, eso serían unos 23 años. Ambos eran algo jóvenes, aunque en nuestro colegio muchos profesores compartían esa característica.
Iruka tiene la piel morena, ojos oscuros, cabello castaño oscuro recogido en una coleta alta, y una notoria cicatriz de pómulo a pómulo, pasando por su nariz.
Nadie sabía por qué tenía aquella marca. Honestamente, no muchas personas le preguntaban, ni siquiera nosotros, siendo que se trata de nuestro tutor.
- Profesor Hatake, necesito hablar contigo un minuto –le dijo mirándolo al tiempo que bajaba la mirada a ver unas hojas que tenía en sus manos
- Ah, estaba a punto de comenzar la clase…-se quejó Kakashi sobando su nuca- …pero supongo que si es solo un minuto está bien –sonrió, su único ojo visible se cerró. Esa era la única señal para saber si estaba sonriendo, o si estaba molesto…solo su ojo delataba sus expresiones.
- No deberías quejarte por el tiempo cuando tu eres el único que llega tarde todos los días –reprochó el moreno y los alumnos que alcanzaron a escuchar se echaron a reír, pues Kakashi bajo la cabeza sabiendo que el otro tenía la razón
- Bueno…bueno…es cierto, entonces dime lo que tengas que decir…
Con eso salió del aula, cerrando la puerta tras de sí. No sabíamos si seguían en el pasillo, por lo que no se podía perder totalmente el orden. Muchos se levantaron de su asiento para ir con otros…yo simplemente me quedé ahí mismo esperando que el profesor regresara.
Mi sospecha de que la visita de Iruka a nuestra clase tenía algo que ver con ese asiento vacío a mi lado aun no desaparecía por completo, sin embargo no había manera de comprobarlo…además de que me reproché mentalmente por estar concentrándome en algo que no tiene nada que ver conmigo.
Como no tenía absolutamente nada que hacer en esos momentos, decidí quedarme observando como todos mis compañeros interactuaban entre ellos.
Observé a Hinata a mi izquierda, quien se encontraba en su lugar cabizbaja, jugando con sus dedos como cuando está nerviosa. Me pareció extraño verla así, sin embargo no intervine. Probablemente estaba pensando de nuevo en Naruto, siempre que se ponía a razonar sobre eso, la tristeza llegaba a su mente, apoderándose de ella.
Hinata es una chica tímida, en gran medida. Siempre ha querido a Naruto, pero tiene tan baja moral que no se cree a si misma digna de estar con él, por lo que nunca se ha atrevido a hablar del tema más que conmigo, puesto que era el único que estaba más cerca de ella y pude darme cuenta por mí mismo de sus sentimientos.
A diferencia de mi, el rubio ojiazul era demasiado despistado. Nunca en la vida se daría cuenta de que Hinata siente algo por él si ella no le dice nada, por lo que yo dudo de que alguna vez esa relación pueda ser real….lamentablemente.
Por otro lado miré al mismo Uzumaki. Ahora estaba un poco más lejos de su lugar, específicamente se encontraba hablando con Sakura Haruno, la chica pelirosa de ojos verde esmeralda.
Yo tenía entendido que Naruto estaba enamorado de ella, pero a su vez, Haruno se sentía atraída por Sasuke Uchiha…quien no le hacía el mínimo caso, al igual que su amiga y rival, Ino Yamanaka.
Era un enredo total de complejos amorosos…por lo que yo siempre me he mantenido lejos de ellos. Como diría Shikamaru, un compañero nuestro que es conocido por su prominente flojera que lleva con él todos los días, son todos demasiado problemáticos.
Siempre, todo el tiempo me he sentido afortunado por ser una persona sin ese tipo de sentimientos. Aunque muchos me llamen frío, distante, y en ocasiones algo arrogante, lo prefiero así. Ser como todas estas personas a mi alrededor…no quiero ni imaginármelo.
No es que no haya absolutamente nadie interesado en mí. Por lo que Hinata o Tenten me han llegado a decir, soy lo que es considerado un chico atractivo, sin embargo ese título no me interesa en lo absoluto…
La diferencia radical de mi con los demás, no es que todos me rechacen, si no que yo soy quien se aparta de sus vidas. Porque soy y siempre seré, alguien que prefiere una vida tranquila sin ese tipo de problemas de adolescentes. Tengo interés preciso en cosas que considero mucho más importantes.
Aparentemente Sasuke Uchiha puede tener el mismo ideal que yo, porque a pesar de ser uno de los jóvenes más populares y a quien las chicas siguen con mayor entusiasmo, nunca ha mostrado interés por ninguna, ni se le ha conocido ninguna relación.
Algo como eso podría hacerme sentir unido a él de algún modo, pero no es así…Hay algo en él –algo indescifrable- que me impide pensar en él como un posible amigo. A diferencia de Naruto, que a pesar de ser tan idiota e hiperactivo, me llevo bien con él.
Tal vez ese fenómeno se dé porque las personas siempre se llevarán mejor con las que son diferentes, o incluso opuestos a ellos. Cuando dos personas son iguales, hay un choque de ideas similares que les impide llegar a unirse más.
Sasuke y yo no somos los únicos en la clase que tenemos un carácter distante, también existe un tercero. Tiene el cabello de un color rojo carmesí, ojos verdes delineados de negro, y un tatuaje en la frente del lado izquierdo, justo arriba del ojo, que ostenta el símbolo del amor en carácter Kanji, también, con tinta roja.
El nombre de esta persona es Gaara, y la diferencia de él con nosotros, es que presenta un carácter más bien indiferente. Es una persona amable pero al mismo tiempo un poco fría. El suele sonreír un poco más a menudo, de manera sincera, mientras que Sasuke sonríe muy pocas veces, cuando lo hace es porque tal vez se divierte molestando a Naruto, mientras que yo solo sonrío de forma orgullosa, solo cuando algo me hace sentir fuerte.
Todas estas personas… pesar de que me aparto, de alguna manera forman parte de mi vida, pero es ahí donde está el problema…a pesar de que no me hace falta nada, sigue habiendo un vacío dentro de mí. Observarlos hacer tantas cosas y tener tantos sentimientos entre ellos, me hace… ¿envidiarles?
No es exactamente envidia, porque la envidia es cuando anhelas lo que otros poseen, y yo…definitivamente no quiero vivir como ellos lo hacen. Pierden el tiempo tonteando…no es algo que se pueda envidiar… ¿o sí?
Naruto es quien mejor se lleva con los demás, casi con todos los que se cruza. El mismo parece ignorar este hecho. Como le conozco desde que éramos niños, se que en ese entonces no le agradaba mucho a la gente, lo consideraban un niño travieso, desobediente y desesperante. Aun lo sigue siendo, sin embargo…algo ha de haber madurado, pues tiene más amistades de las que él puede asimilar.
¿Por qué alguien como él, que es hiperactivo, necio, atrevido y con una actitud demasiado entusiasta, tiene tantas personas a su alrededor?
Sasuke Uchiha, ¿Por qué siendo algo amargado, cortante y orgulloso, le siguen como si fuese un ídolo?
Sakura Haruno. Una chica que se la pasa encimándose a otros, creyendo de sobremanera en su propia fuerza, que golpea a Naruto cada vez que se le antoja…si, ella también está rodeada de personas, al igual que Ino.
Shikamaru Nara, es un flojo sin oficio ni beneficio, Choji Akimichi, un joven que lo único que hace todo el día es comer. Rock Lee que no para de gritar todo el día su extraño lema de “la llama de la juventud”…
Todos, absolutamente todos a mi alrededor son personas tan excéntricas…y sin embargo, nunca les veo solos, nunca están como lo estoy yo…y no logro comprender nada…Me parece molesto. Soy una persona racional…pero no entiendo que es lo que hago mal…no creo haber ofendido nunca a alguien realmente, pero soy… ¿demasiado arrogante? No lo creo…simplemente así es como soy,
Estas personas a mi alrededor, no me rechazan, pero tampoco siento la confianza como para seguirlos…es como un camino sin salida, como seguir un sendero que crees correcto, hasta que llegas a un punto en que una bifurcación complica tus decisiones, tus ideas…
ALGO REALMENTE FASTIDIOSO.
¿Qué hacer…? ¿Qué camino elegir?
Sentirme vacío, insuficiente…me obligaría a optar por unirme a ellos, pero si eligiera eso…no estaría siendo yo mismo. Por otro lado, si elijo continuar como estoy, es como escapar de esta sensación refugiándome en lo que creo que es mi deber…y tampoco soy un cobarde…
Es tan confuso… ¿por qué este sentimiento tenía que presentarse? ¿Por qué me siento así, cuál es el camino correcto?
O tal vez…
¿NO ES NINGUNO DE LOS DOS?
Puede ser... ¿Existe una tercera opción? Otro camino que aún no ha llegado… ¿solo debo esperar a llegar a él? O posiblemente…primero esa otra elección llegue a mí que yo a ella, no sé explicarlo, pero así lo presiento.
- Hermano…-escucho la voz conocida de mi prima llamarme, entonces regreso a la realidad y me giro a mirarla
- ¿Qué pasa, Hinata? –le interrogo con voz neutral
- Yo…tu…esto…-se nota sonrojada e indecisa.- …¿estás molesto porque…te forcé a cambiarme el lugar?
- ¿Qué…? –replico interrogativamente. ¿A qué se refería…? ¿Acaso estaba mirándome mientras me aislaba en mi mente, y cree que estaba enfadado con ella? -… ¿Por qué lo dices?
- Bueno…es que…has estado muy raro y…probablemente te he estado fastidiando mucho con el tema de…Na…Na…tu sabes…-me miró nerviosa y preocupada
- No…no es eso –le aclaro-… ¿te has estado preocupando por mi actitud últimamente? –le interrogo, y ella desvía el rostro, asintiendo con la cabeza- Hinata… -la llamo y me mira de nuevo- nunca vas a fastidiarme, no estoy molesto.
- ¿De…de verdad? ¿Lo dices en serio? –me mira a los ojos. Nuestros ojos perla se miran fijo
- …si, no te preocupes mas por eso…yo estoy bien –intento transmitirle que digo la verdad mediante ese contacto visual- … ¿sabes? Deberías preocuparte más por declarar tus sentimientos a…-no termino la frase para evitar ser escuchado por error
- ¡¿Eh..!? –ella se sobresalta, sonrojándose un poco más. Sus ojos se ampliaron y me miró aturdida. Algunos compañeros voltearon a mirarnos, haciendo que ella se sonrojara más aún.
Hinata no dijo nada más. Negó enérgicamente con la cabeza y se hizo un ovillo en su lugar por la vergüenza. Ella suele ser así, pero sé que tomará en cuenta mi consejo.
A pesar de que rehúyo a todo lo relacionado a esos temas, no puedo ser indiferente si se trata de Hinata. La aprecio demasiado como para no ayudarla si me siento capaz de hacerlo.
Mi prima-hermana se vio obligada a sentarse correctamente cuando la puerta se abrió, y Hatake Kakashi entró nuevamente al aula. Se notaba algo extraño, aunque él no lo manifestaba deliberadamente yo podía percibir que su actitud había cambiado ligeramente, solo que no sabría decir exactamente cómo.
- ¡Profesor Hatake! –le llamó Ino levantando su mano desde su lugar. Ya todos habían regresado a sus respectivos sitios.
- ¿Eh…? Ah, Ino, si, dime. –respondió volteando a mirarla con pereza
- ¿Qué le dijo Iruka, no se habrá venido a quejar sobre nosotros, verdad? –interrogó la rubia
- No, claro que no…en todo caso sería al revés, si hubiese quejas sería yo, el maestro quien las diera a él, que es el tutor –explicó sobando su nuca
- Um…bueno, eso es verdad…-los demás no decían nada, solo escuchaban y miraban la escena, de pronto ella continuó- ¿entonces sobre qué hablaban?
- No creo que sea de vuestra incumbencia –sentenció sonriendo
- Jo… ¿por qué no? ¿Acaso hablaban de algo que no quieren que se sepa? –ante ésta última pregunta, todos parecieron interesarse demás en el asunto, sus murmullos aumentaron
- Tal vez sea eso –respondió el albino sonriendo de nuevo, cuando al principio noté como su expresión efímeramente se notó diferente, como preocupado- …pero no es nada como lo que ustedes están pensando. Tiene que ver con todos, es lo único que diré
Después de eso, se dedicó a cesar las habladurías, para después continuar con la clase.
Aparentemente, por el colegio se estaban esparciendo rumores de que Iruka y Kakashi estaban juntos muy a menudo, sin embargo…para mí no era nada extraño. Todo el mundo sabe que se conocen desde hace tiempo, es solo que se empeñan en distraerse en cosas que no les incumben como suelen hacerlo, porque dudo que haya algo extraño en esa relación. Además su última respuesta pareció sincera.
Miré a mi izquierda. Mi prima ya se había calmado. Realmente yo le estimo, se preocupó por mí solo porque me notó extraño. Algo de lo que nadie más se habría percatado. ¿Cómo darse cuenta si alguien está demasiado callado, cuando siempre ha sido así?
Admiraba eso de ella, siempre se preocupaba por mí cuando me notaba extraño, por lo que poco a poco adquirí también esa habilidad. Sin embargo sigo pensando que ella es mucho mejor persona que yo, lo había demostrado muchas veces con actos como estos.
Me dediqué a atender lo poco que quedaba de la clase. La corta charla con Hinata me calmó un poco, de algún modo me liberó de mi lío de pensamientos…aunque aún seguía en el mismo estado…y con la misma pregunta en mi mente…
¿Existe un tercer camino?
CONTINUARÁ…