Capítulo Único: Por bien de nuestra relación.
El salón estaba medio vacío. La mayoría estaban en esparcidos en busca de un buen lugar para almorzar o sólo para despejar sus mentes de las tediosas clases. Yoshino no quería salir, le daba exactamente igual estar ahí o salir. Acomodó los brazos contra su pupitre, el cielo estaba sombrío, hoy quizá llovía.
Brrr~
Su móvil vibró contra la madera de su butaca. Las orbes verdes buscaron el delgado aparato. Estiró el brazo con pereza, abriendo la tapa para aceptar el mensaje. Lo leyó con cautela y no pudo evitar sonreír como idiota.
De: Aika
Asunto: ¡Hola!
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Ven a mi casa para ver una película. Mis padres no están, será divertido.
Te amo.
— Fin —
Leyó y volvió a leer el mensaje. Suspiró devolviendo la mirada a la ventana. Faltaban tres horas para dar fin a las clases. Al menos podía ir a visitarle indirectamente.
—¿Tú novia, Takigawa-kun? —pregunto una compañera, que al igual que él se había quedado. El castaño le volteo a ver confuso—, Oh, perdona mi intromisión, es sólo que siempre sonríes así cuando los mensajes que llegan más o menos a esta hora.
—Sí. Mi novia —dijo bajito y aún con el celular en la mano. El timbre sonó y todos los alumnos volvieron al salón para continuar con sus últimas clases.
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—Yoshino vendrá —le comunico con una sonrisa plasmada en el rostro. Mahiro le observo desde su posición. Meneo la cabeza en una vaga afirmación—, ¿Por qué siempre pones esa mueca?
—¿Cuál mueca? —pregunto haciéndose el desentendido. Estaba sentado en aquel cómodo sillón esperando que el invitado llegara, por supuesto que no iba a dejarlos solos en la sala. Y sí Aika quería ver a su novio sería con su presencia.
—Esa. Cada vez que nombro a Yoshino. Son amigos, ¿no? —pestañeo suavemente y después sonrió para sí misma. Se acercó con pasos lentos, quedando frente al rubio que continuaba divagando en su mente como para prestarle atención—, ¿Aún me deseas? ¿Deseas a tú hermanita?
Mahiro la miró como si fuera una cosa espeluznante. ¡Las cosas no eran así! Él sólo quería cuidar de su hermana menor, por eso le celaba tanto, tanto que Aika comenzó a hacer bromas incestuosas con respecto a ambos.
—Primero: No eres mi hermanita. Segundo: Estas demente. —se levantó para ir a su habitación, bajaría hasta que Yoshino llegara. Escucho la risa patosa de su hermana.
—Iré a comprar al súper. ¡Vuelvo, hermanito!
Cerró la puerta de su pieza, se quitó la sudadera, quedando con la parte superior desnuda, buscó entre su túmulo de desastre de prendas una polera para ponerse. Escucho la puerta abrirse y su seño se frunció.
—Aprende a tocar las malditas puertas. —siseó volteando hacía la entrada. Pero no era Aika la que estaba en el marco, era Yoshino que parecía confuso. Mahiro pareció relajar sus facciones, dándole la espalda de nuevo para hacer un movimiento vago con la mano—, Aika fue a comprar puedes esperarle en la sala.
—Sabes perfectamente que no estoy aquí por Aika. Mahiro.
El castaño quito el espació entre ambos, el rubio se veía molesto. Aunque él estaba acostumbrado al violento carácter de su amigo, siempre tan explosivo, sonrió débilmente, entrelazando los dedos detrás de su espalda.
—¿Enfadado por algo? —pregunto con suavidad.
Mahiro giró, atrapando los delgados brazos del castaño, le hizo retroceder y apenas le dio tiempo de azotar la puerta y atraparle contra ella. Chocó sus labios y le beso con hambre. El beso era violento, sin delicadeza, chupando y mordiendo cada rinconcito de sus labios. Sin embargo, cuando su frustración pasó, el beso se tornó más pausado, saboreando la mezcla de sus salivas.
Resbalo la mano para meterla debajo de su camisa, acariciando su vientre. La otra abrió los primeros dos botones, corriendo los labios por su barbilla, clavícula y de ahí, a su hombro y cuello.
La cama le pedía a gritos que llevara a Yoshino a ella y le hiciera el amor sin importar si Aika los pillaba. Pero no lo hizo, se detuvo antes de que los gemidos de Yoshino le enloquecieran, beso sus labios con profundidad mientras arreglaba su ropa.
—¿Qué es esto? —pregunto al notar el moretón que tenía cerca de la comisura de sus labios.
—Me pelee con alguien —respondio con simpleza. Las cejas de Mahiro se levantaron con sorpresa, sabía que Yoshino no era una chica, pero era tan formal y calmado que nunca se metía en problemas.
—¿Por qué?
—Porque Keita-kun dijo: Fuwa será mío. —repitió la mismas palabras que aquel chico y aunque las decía con calma, sus ojos verdes chispeaban de rabia. Mahiro pestañeo sin comprender y a la vez Yoshino le recordó a él cuando celaba a Aika.
—No te preocupes. Aika no es así…
—¡No! ¡No era Aika! ¡Eras tú! Keita-kun se refería a ti.
Ahora sí que no entendía. Y la sensación de ser rescatado indirectamente no le reconfortaba. Chasqueo la lengua poniendo los ojos en blanco. Le tomó de la barbilla para hacerle ladear su rostro. Lamió con cuidado el área afectada, después le acarició con las yemas de sus dedos.
—Escucha porque sólo lo diré esta vez: Yo soy solamente tuyo. —hizo una pausa para besarle brevemente—, Ahora vayamos a ver esa película.
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El día estuvo totalmente lluvioso, pero eso no evito que fueran hasta el bosque que quedaba cerca de la ciudad. Aika había ido a un viaje escolar y no le vería por dos días, así que ella no era un problema, había faltado a clases y Mahiro… él tenía una semana de suspensión, por eso ni ayer, ni hoy había venido a clases. Todo se lo gano por golpear a dos chicos que intentaron meterse con Yoshino por su apariencia afeminada. A nadie le extraño, Mahiro era violento con todo lo que consideraba suyo y Yoshino era su mejor y único amigo, más el novio de su hermana, era natural cuidarle tanto.
Estaban recostados contra el césped húmedo sintiendo las gotas caer contra sus cuerpos. Rebusco su celular, abrió la tapa para ver la pantalla de su móvil, no tenía como imagen de pantalla a su novia, no, tenía una foto de Mahiro y él. Tenía varías de Mahiro sólo pero tenerlo como pantalla sería extraño por eso ponía a ambos.
Mahiro entrelazo sus dedos y aquello pillo desprevenido al castaño, olvido su móvil, volteando a ver al rubio. Esté le observaba con profundidad, sus ojos rojizos le miraban con tanta intensidad que se veía incapaz de sostenerle más la mirada. Se arrimó para besarle de nuevo, lento y lleno de sentimientos. Se separaron con cautela, aun observándose.
—Por el bien de nuestra relación —comenzo Yoshino entrelazando con más fuerza sus manos, su mirada estaba firme, y él también. No sentía lastima o pena por aquello que estaban haciendo. Para él, Mahiro era lo único importante y mientras pudiera tenerlo con él, los demás terminaban sobrando.
—Seguiremos usando a Aika. —finalizo Mahiro, sonriendo con ironía. Mahiro sería el último en tener conciencia moral de actos. Su egoísmo sólo abarcaba a Yoshino y seguiría siendo así por siempre.
Eran pocos los momentos que tenían para ellos pero por ahora era lo único que podían hacer y por la relación de ambos eran capaces de hacer algo tan bajo como usar a alguien. Se sonrieron antes de besar sus labios profundamente. Quizá un poco de acción bajo la lluvia no estaría tan mal.