Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Loveshack por Magu-chan

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Mi primer fic sobre este hermoso anime. Si no entienden algo es porque uso muchos modismos de mi país, ¡disculpen! (No, no tengo faltas de ortografía, acá se habla así).

Notas del capitulo:

¡Hola a todas y a todos! Bueno, esta vez les traigo un fic de esta parejita que me tiene obsesionada, no entiendo por qué hay tan poco de ellos. Ni un solo doujin pude encontrar, si la serie tiene mucho yaoi para imaginar. Por esta misma razón es que nuestro deber es llenar ese espacio vacío con muchos fics, y es lo que voy a tratar de hacer. O por lo menos uno solo de muchos capítulos. Sin más que escribir, las dejo tranquilas o quizá tranquilos (si es que hay algún muchacho fudanshi por acá). A leer~ 

                Ah, la ciudad de Magnolia. Hogar de la gente amorosa y pacífica, donde la paz y tranquilidad son constantes. El único sonido habitual es el canto de los pájaros por la mañana, los cuales se posan en las copas de los árboles a descansar. Las hojas de éstos danzaban al compás del viento que soplaba calmo y las arrastraba sutilmente a través de las calles empedradas. Todo era calma, todo estaba muy quieto salvo por… bueno, un cierto gremio de magos muy particular...

                Se desconoce el origen del conflicto pero era tal que desde afuera podían oírse gritos, botellazos, ruido de cristales al romperse, cosas estrellándose contra los muros… Y no es que esta situación se diera de vez en cuando, no. Era cosa de todos los días ver a los miembros de Fairy Tail golpeándose unos a otros, no porque hubiese conflictos entre ellos, sino que lo tomaban como un mero entretenimiento, un simple pasatiempo “extremo” por así decirlo. Casi siempre el causante de esa especie de problemas internos era el alcohol, sobre todo si se trataba de cierta fémina de cabello castaño, la cual se ponía enferma si alguien osaba tocar su preciado barril. También se podía oír a un chico moreno muy alto y musculoso decir “el deber de un hombre es…”, “esto es cosa de hombres”, “quien abandona una pelea no puede considerarse un hombre”. En fin, eso era totalmente normal en ese sitio aunque no lo crean.

                Entre todo el alboroto que se había armado y siendo los únicos que todavía seguían sentados en su mesa habitual, esquivando algunos golpes que se atinaban los otros sin importarles quien estuviera en medio o quien pudiera salir lastimado, un chico de ojos puntiagudos y cabello rosa encrespado volteó su cabeza hasta mirar de manera maliciosa a su gran… ¿amigo? Quien estaba sentado a su lado muy relajado y metido en sus pensamientos, bebiendo quien sabe que cosa de un gran vaso. Al verlo tan desprevenido no se le ocurrió mejor idea que darle una fuerte palmada en la espalda, sobresaltándolo y logrando que se ahogara con el líquido inminentemente. Esto logró enfurecer al chico de los ojos cansados, quien luego de toser por unos segundos y recuperar el aire, incoscientemente ya se había despojado de sus ropas como de costumbre. Saltó de su asiento como resorte, aún con lágrimas en los ojos y gritó:

-¡NATSU Y LA PUTA QUE TE PARIÓ! –mientras lo tomaba con fiereza de su bufanda blanca, a la vez que un aura negra y aterradora se apoderaba de su ser.

-No te aguantás una broma, ojos pervertidos. ¡Me aburro!

-¿Ojos pervertidos? Te estás ganando una buena paliza.

-¡Yo no diría lo mismo! –exclamó, mirándolo desafiante- ¡Preparate para que te destroce, Gray!

                No pasó ni un segundo hasta que el mencionado le partió ese mismo vaso que tenía entre manos en la cabeza del más bajo, provocando una ira digna de un dragón de verdad en este. En seguida le respondió con un puñetazo en el estómago, seguido por otro por parte del peliazul, seguido de patadas voladoras, tomas de judo, cáscaras de banana volando por los aires y una nube de polvo cubriéndolos por completo mientras se movían de un lado a otro.

                El lugar era un completo desastre, el griterío podría escucharse tranquilamente desde cualquier pueblo vecino y se sabía que el edificio corría riesgo de derrumbe y que en cualquier momento podía venirse abajo. Sumados ya los alaridos y los golpes de los chicos de hielo y fuego, ya no faltaba más nada para convertir el lugar en un completo infierno terrenal. Temblad, humanos, temblad ante la ira de esta manga de bestias. Tanto era el desastre que ninguno se percató de la entrada de la simpática rubia del gremio, quien a pesar de ser relativamente nueva en el gremio no se sorprendió ni siquiera un poco al encontrarse a todos en semejante situación. Se limitó a suspirar y a caminar entre los “caídos”, por así decirlo, esquivando todo lo que más podía a aquellos locos y llegando sana y salva hasta la barra de bebidas, tomando asiento y relajando su cuerpo lo que más podía en un ambiente como aquel. Volvió a suspirar.

-Hola, Lucy –la saludó un gatito azul, volador y parlanchín.

-Hola, Happy. Hola, Mira-chan.

-Lucy, te ves algo agotada. Además, van dos veces que te veo suspirar, ¿te sentís bien? –preguntó bastante preocupada la chica de cabello blanco al ver las ojeras de su amiga.

-No es nada, lo mismo de siempre. No pude dormir pensando en como voy a pagar la renta si cada vez que salgo con Natsu, Erza y Gray por alguna extraña razón nunca recibimos el dinero por nuestros trabajos. Ya debo dos meses –respondió, en un mar de lágrimas, mientras una nubecita se precipitaba sobre su cabeza- Hablando de ellos, ¿los viste por acá?

-Em… ahí están –contestó, señalando una nube de polvo y estrellitas que se transladaba de un lado a otro acompañada de gritos e insultos, mientras una gotita resbalaba por su frente.

                La chica volvió a suspirar, esta vez demasiado cansada como para tratar de detenerlos. No sabía por qué no le sorprendía en lo más mínimo encontrárselos así. Tampoco la alarmó ver venir a la Titania y que los tomara de los pelos a ambos al mismo tiempo, lanzando a uno hacia a una punta y al otro en el otro extremo del salón. Las mujeres de Fairy Tail eran así. Tarde o temprano se tenía que acostumbrar a aquella gente y creía que ya lo había logrado hasta el punto de encontrar divertidas en cierta manera aquellas absurdas y bizarras peleas. De repente, una voz muy familiar, fuerte y decidida interrumpió aquel jolgorio, sobresaltando a los presentes ya que ninguno se había percatado de su presencia. Esto hizo que todos dejaran lo que estaban haciendo y se quedaran estáticos y en absoluto silecio, algunos sin soltar aún a su contrincante al que seguro estaban a punto de golpear. El maestro Makharov había llegado al gremio, tarde pero seguro.

-¡Escuchen, mis queridos compañeros de ruta! –gritó, mientras se acomodaba sobre la barra de bebidas en la que atendía Mirajane, ya que siendo tan pequeño era imposible que todos lograran verlo y escucharlo con claridad de otra forma -¡Será mejor que no tomen ningún trabajo para esta semana porque les tengo una propuesta que los va a alegrar bastante!

                Todos comenzaron a preguntarse que sería, volviendo a armar un bullicio aún peor que el anterior. No estaba cerca ninguna fecha festiva ni nada parecido así que les pareció bastante raro oír al maestro proponer alguna cosa fuera de lo común, nadie se imaginaba qué podía ser aquello que tenía para decirles. Fueron interrumpidos por el anciano nuevamente, quien continuó con su discurso.

-El trabajo… o mejor dicho, la actividad recreativa (ya que es bastante sencilla y divertida de realizar) presiento que les va a gustar mucho.

-¡Decinos de una vez, jii-chan! ¡No soporto la intriga! –exclamó Dragneel, sin poder reprimirse más, la paciencia no era algo que lo caracterizara. Se volvió hacia el maestro, con un gran chichón en la cabeza producido por la fuerza de la señorita Scarlet.

-Basta, Natsu, escuchá bien. Tendrán que pasar una semana completa, o sea 7 días y 7 noches, en un bosque cercano pero SIN USAR NINGÚN TIPO DE MAGIA. Será en grupos de dos que ahora mismo les voy a asignar. A ver cómo se las arreglan.

                Se hizo una pausa y nuevamente todos se quedaron callados. Es que los miembros del gremio estaban algo desconcertados al enterarse de una misión tan particular como aquella, sin encontrarle todavía mucho sentido al asunto. Tampoco es que vieran muy divertida la situación como les había dicho su maestro. Mientras tanto, el señor de Fairy Tail había tomado una larga lista entre sus manos, carraspeando un poco y comenzando a leerla. La curiosidad invadió por completo las mentes de todos los presentes.

-Primer grupo: Levy y Wendy, le siguen: Elfman y Makaba, Lucy y Juvia, Erza y Mirajane, Natsu y Gray…

-¡Espere, abuelo! ¿Cómo que me toca con ese estúpido? –gritó el mago de hielo, acercándose a la velocidad de un rayo hasta quedar frente al anciano, también con un chichón en la cabeza made in Erza.

-Callate, ojos caídos, para mí no es nada agradable tampoco. ¡¿Por qué, jii-chan?!

-¿Se dan cuenta que los únicos que se están quejando son ustedes, par de boludos? ¡No me obliguen a tomar medidas y no interrumpan!

-Pero si es sabido que no soporto más de diez minutos al lado de este escupe-fuego ruidoso.

-¡Yo jamás te soporte, stripper!

-¡Callate, dragqueen!

-¡Ahora si te mato!

                Antes de que pudieran volver a gritarse o a hacer cualquier cosa, Erza les acertó un buen golpe a cada uno, dejándolos demasiado atontados como para seguir peleando e interrumpiendo a su maestro. Éste le dedicó una mirada de agradecimiento a ella, mientras que los otros reían a carcajadas al ver lo patéticos que eran esos dos cada vez que la mujer más poderosa del gremio se enfadaba con ellos. Que buenos compañeros tenían, siempre dispuestos a echarles una mano, ¿verdad?

-Bueno, ahora sí, sigamos: Bisca y Al, Happy y Charle…

-Gato varón, más te vale no estorbarme –le dijo por lo bajo la pequeña felina, al ver que el gatito se había emocionado al escuchar que haría pareja con ella y se había puesto a mirarla con estrellitas en los ojos.

-Aye –contestó, sintiendo como toda su ilusión se esfumaba en un instante, haciendo que sus orejitas bajaran.

-Cana y Macao, Jet y Max, Gajeel y Warren…

                Mientras el abuelo seguía nombrando a las parejas que vivirían aquella experiencia salvaje en el bosque, Gray había logrado recuperarse un poco luego de recibir por segunda vez un golpe de la aterradora Scarlet, logrando incorporarse y volver a su estado habitual, una pose cool y expresión calmada. Aprovechándose de que el chico de cabellos rosados estaba muy ocupado observando con bronca a la pelirroja, aprovechó a mirarlo sin que se diera cuenta. Algo extraño estaba sucediendo en su ser, ya no podía negarlo aunque quisiera, era algo que no podía explicar con palabras. Su cuerpo descubierto se tensó de repente. Todavía no llegaba a comprender por qué la sola presencia de ese molesto amigo suyo lo alteraba tanto. Si bien tenía que reconocer que siempre se había llevado así con él, desde que se conocieron, últimamente el solo hecho de verlo o siquiera escuchar su nombre lo irritaba a sobremanera. Su humor había cambiado para mal, él nunca fue un tipo serio ni tampoco un cascarrabias intolerable, por eso esa situación ya se estaba tornando inaguantable. Bien sabía que de ninguna manera podría tolerar escuchar esa voz chillona y esa actitud de pendejo arrogante durante una semana entera sin cometer un asesinato. En verdad odiaba sentirse así pero no podía evitarlo.

                Por fin el otro se percató de la mirada afilada y penetrante del más alto, lo que hizo que volteara hacia él. Sin hacer mucho caso a la cara de pocos amigos con la que se encontró y sin bajar la vista en ningún momento, le sonrió ampliamente, como era su costumbre. Esto provocó casi un sobresalto en el otro, quien volvió a tensionarse en el acto. Tampoco podía bajar la mirada así como así, jamás se permitiría perder ante él.

-¿Qué me mirás? ¿Te gusto? –bromeó el más pequeño, riendo en un tono de burla.

                Sin que hiciera a tiempo para esquivarlo, recibió un puñetazo directo en su mandíbula, el cual lo arrojó lejos, yendo a parar al piso. Eso sí que no se lo esperaba. “¿Qué corno le pasa? ¡Tampoco es para tanto!”, pensaba él. Se encontró con el otro chico sobre él, a una distancia relativamente cercana a su rostro. Lo había aprisionado entre sus rodillas, luego lo levantó tomándolo con fuerza de su chaleco azul marino. Eso lo sorprendió muchísimo, su expresión era en verdad aterradora. Jamás había visto a Gray en un estado semejante para con él. No supo qué hacer o qué decir.

-No-me-jodas –masculló, en una voz muy baja pero llena de rabia contenida, sin quitarle esa mirada asesina de encima.

                Ninguno de sus compañeros podía creer lo que estaba viendo. Era sumamente normal que pelearan, es más, hasta les resultaría extraño que no lo hicieran por lo menos una vez al día pero nunca así. Ni el mismo Natsu podía entender qué era lo que estaba ocurriendo, ni tampoco sabía cómo actuar. Estaba muy sorprendido como para enojarse, más bien desconcertado. Lucy, al ver que esto parecía que no iba a terminar en nada bueno, se adelantó hacia donde estaban ellos y quiso poner un freno al conflicto, gritándole al más alto que ya dejara eso, que no tenía sentido pelearse así por una tontería. Éste al escucharla apartó por fin la mirada del pelirrosa, quien aún seguía en el suelo, debajo de él, observándolo como sin comprender. Su rostro lo enojaba todavía más, sabía que no podría contenerse si seguía en esa situación con él. Decidió hacerle caso a la rubia, poniéndose de pie rápidamente y soltándolo con brusquedad, dirigiéndose hacia la salida sin siquiera mirar atrás. Salió y cerró la puerta tras de sí de un golpe.

                Ya pasado aquello, el asesino de dragones no pudo evitar sentirse molesto. Aún no entendía qué carajo podía estar pasándole a ese idiota para que actuara así con él. Le dieron ganas de ir a buscarlo y darle una golpiza para hacerlo reaccionar pero eso solo empeoraría más las cosas y también haría sufrir a Lucy. Prefería restarle importancia al asunto, no iba a dejar que el tonto ojos caídos se sintiera más importante de lo que es. El abuelo estaba realmente loco, ¿qué sentido tenía una misión tan absurda como aquella? Además, ellos estaban acostumbrados a trabajar en equipos de cuatro personas y un gato, junto a Lucy, Erza y su adorado Happy y hasta a veces de cinco y dos gatos, con Wendy y Charle. Estar solo con él iba a ser bastante incómodo, sobre todo considerando su humor de mierda actual. Ni siquiera tenía a su pequeño felino azul para acompañarlo, lo que lo deprimía aún más. De todas formas ya era tarde, sabía muy bien que si se negaba a cumplir la misión le esperaría un terrible castigo impuesto por Makharov (a quien le encantaba castigar a sus pobres discípulos). Le dieron escalofríos de solo pensarlo. Lamentablemente, lo único que le quedaba por hacer era rogar que la semana se pasara rápido.

-Natsu –la voz del abuelo lo sacó de sus pensamientos. Volteó a verlo –Haceme el favor de decirle a Gray que la actividad comienza mañana en la mañana.

-¡¿Mañana?! –exclamaron todos al mismo tiempo. Al parecer, al contrario de las expectativas del maestro, a nadie le había agradado la idea. “Tiempo al tiempo” pensó.

                Sin muchas objeciones válidas en mente, cada uno de los presentes se resignó a seguir las órdenes asignadas y fueron a reunirse con el compañero que les había tocado. Algunas parejas eran realmente extrañas, mientras otras eran lógicas, eso hizo que les fuera más difícil de descifrar que era lo que Makharov tenía en mente y cuál era el objetivo exacto de todo eso. Por su parte, el dragón de fuego fue la única excepción, él había sido completamente abandonado por su compañero y no solo eso, sino que éste lo había dejado también con un diente flojo. “Este maldito me las va a pagar”. Por más que pensara no podía descifrar el extraño comportamiento de exhibicionista del gremio, ni tampoco por qué armó tanto escándalo al enterarse que estarían juntos en la nueva misión. “No es como si nos odiáramos de verdad, muy… realmente muy, muy en el fondo somos buenos compañeros”. Volvió a enojarse pensando en que ese tarado estaba rechazándolo, como si se quisiera hacer el muy superior o algo así. Por suerte siempre iba a contar con su amigo gatuno, quien al verse también dejado de lado por la gata albina no tuvo más remedio que volver con él, para posarse sobre su hombro a descansar y a lamentarse por no poder obtener aún el amor de Charle.

-Vos también, venís conmigo porque no te queda otra. ¡Sos un mal gato, Happy! –le gritó, sacando fuego por la boca y por las orejas y armando un escándalo.

-Por eso es que nadie quiere estar con vos, Natsu, sos muy violento y te enojás por todo –respondió, con total tranquilidad.

-¡Repetí eso! –amenazó el humano, agitando su puño en el aire.

-No puedo, los gatos tenemos una memoria muy escasa –se defendió, manteniendo la misma actitud.

-Bueno, eso es todo lo que tenía para decir. –dijo, interrumpiendo otra vez otra pelea del hiperactivo chico de fuego- Los espero mañana a las ocho de la mañana en las puertas del gremio. ¡No lleguen tarde! Hasta luego. –se despidió Makharov, dirigiéndose hacia la puerta de salida, agitando su mano en forma de saludo hacia sus hijos del corazón.

Aunque el hijo de Igneel no fuera totalmente consciente de ello todavía, iba a ser una semana inolvidable para él.

                                                                                                                                             Continuará…

 

 

Notas finales:

¿Reviews? Please~ ¡así me motivan para seguir!
Déjenme sugerencias sobre lo que les gustó, lo que no... lo que les gustaría :ifyouknowwhatimean:
Nos leemos en la próxima, va a ver un poco más de fanservice sobre todo para las que les gusta más Gray, nuestro seme sensualón y violador (?) Bueno, lo de violador está por verse xD
¡Hasta la próxima! ¡Gracias por leerme!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).