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Hijo de la luna por Kirsha Kiryuu

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Notas del fanfic:

Como me he quedado un poco atascada con mis otros fics he decidido publicar este oneshoot como compensación!!

espero que os guste!!

Notas del capitulo:

Como me he quedado un poco atascada con mis otros fics he decidido publicar este oneshoot como compensación!!

espero que os guste!!

Tonto el que no entienda.
cuenta una leyenda

que una hembra gitana
conjuró a la luna
hasta el amanecer.

 
Hace años en un pueblo tranquilo y alejado de las grandes ciudades, una hermosa mujer de piel morena y cabello azabache soñaba con encontrar el amor...
 
Tan grande era su deseo que la luna, señora de la noche, se lo concedió pero como pagó reclamaría al primer hijo como suyo. No mucho tiempo después, la hermosa mujer se desposaba con un apuesto cazador de castaños cabellos, grandes ojos verdes y piel acanelada.
 
Con el pasar de los meses la mujer quedo embarazada y todo en la joven pareja era felicidad... Fue en una noche de luna llena cuando el infante nació; la mujer estaba sola con la comadrona en la casa pues su esposo había salido a cazar y no volvería hasta unas semanas más tarde.
La joven esposa quedo agotada y bastante débil por lo que fue la comadrona la que se encargó del dulce niño que miraba todo con curiosidad.
 
llorando pedía
al llegar el día
desposar un calé.
"tendrás a tu hombre,
piel morena,"
desde el cielo
habló la luna llena.
"pero a cambio quiero
el hijo primero
que le engendres a él.
que quien su hijo inmola
para no estar sola
poco le iba a querer."
 
Luna quieres ser madre
y no encuentras querer
que te haga mujer.
dime, luna de plata,
qué pretendes hacer
con un niño de piel.
a-ha-ha, a-ha-ha, 
hijo de la luna.
 
Al pasar los días el joven cazador volvió a su casa, se encontraba algo herido pero estaba contento de haber vuelto, fue entonces que la comadrona le dijo sobre el nacimiento de su hijo para después marcharse de la casa, el hombre corrió emocionado hacia el cuarto que habían preparado para el bebé, ilusionado se acercó a la cuna, pero cuán grande fue su sorpresa al ver el aspecto del infante...
 
de padre canela
nació un niño
blanco como el lomo
de un armiño,
con los ojos grises
en vez de aceituna --
niño albino de luna.
"¡maldita su estampa!
este hijo es de un payo
y yo no me lo callo."
Luna quieres ser madre
y no encuentras querer
que te haga mujer.
dime, luna de plata,
qué pretendes hacer
con un niño de piel.
a-ha-ha, a-ha-ha, 
hijo de la luna.
 

La piel era completamente pálida y sus cortos pero sedosos cabellos eran plateados, como rayos de luna; y sus grandes ojos amatistas con hermosos contrastes grises le miraban con inocencia y curiosidad, pero también con una inusual inteligencia; eso hizo estremecer al cazador.
El hombre se alejó de la cuna sintiendo la furia recorrer su cuerpo, 
Ese niño no podía ser suyo!!

 
Gitano al creerse deshonrado,
se fue a su mujer,
cuchillo en mano.
"¿de quién es el hijo?
me has engañado fijo."
y de muerte la hirió.
luego se hizo al monte
con el niño en brazos
y allí le abandonó.
Luna quieres ser madre
y no encuentras querer
que te haga mujer.
dime, luna de plata,
qué pretendes hacer
con un niño de piel.
a-ha-ha, a-ha-ha, 
hijo de la luna.
 
El llanto de un niño era lo único que se escuchaba esa noche entre unas rocas en el interior del bosque, atraídos por el llanto unos lobos de acercaron y al ver al niño envuelto en una vieja camisola blanca  sintieron furia; quien había osado hacer llorar a un hijo de la señora de la noche, pues los lobos habían reconocido en el niño los signos que lo señalaban como un bendecido por la luna; con delicadeza lo recogieron y llevaron junto a su manada, a partir de esa noche ese niño sería uno de los cachorros más preciados de la manada, y sería conocido como Zero.
 
Y en las noches
que haya luna llena
será porque el niño
esté de buenas.
y si el niño llora
menguará la luna
para hacerle una cuna.
y si el niño llora
menguará la luna 
para hacerle una cuna.

 
Pasaron los años y los lobos le enseñaron a sobrevivir en el bosque, a moverse y cazar como ellos, y sobre todo le enseñaron a desconfiar de los humanos que habían osado despreciar un regalo de su madre luna.
 
Ocho años habían pasado desde que los lobos lo habían acogido, el joven Zero corría por el bosque junto a sus hermanos lobos sin alejarse demasiado de la cueva, el pequeño se movía ágilmente por los irregulares terrenos del bosque, su cabello ligeramente largó parecía brillar bajo la luz de su madre luna y una vieja y demasiado amplia camisola blanca le cubría su estilizado cuerpo de ocho años.
Sus ojos veían con claridad a pesar de la oscuridad de la noche y su oído era capaz de captar los más leves sonidos, no tardaría en llegar a su claro favorito, pues en las noches en las que la luna más brillaba este se veía hermoso.
Pero al llegar a los límites de ese claro freno en seco y vio asombrado como un enorme ciervo era derribado por una figura que no pudo ver bien. Pronto el olor metálico de la sangre llego hasta el y no pudo evitar soltar un pequeño jadeo de sorpresa al ver bajo la luz de la luna a lo que parecía ser un hombre alimentandose del animal.
 
De pronto el hombre se incorporó y se giró hacia donde el se encontraba, el cabello castaño le llegaba hasta los hombros, sus ojos rojos como la sangre brillaban en la oscuridad de la noche, de su boca sobresalían dos afilados colmillos y su rostro y parte de su ropa estaba manchada de sangre.
 
Ambos se miraron fijamente a los ojos, sin moverse ni un ápice perdidos en los ojos del otro, solo el aullido de los lobos no muy lejos de allí hicieron reaccionar al pequeño Zero e internares de vuelta al bosque, corriendo con todas sus fuerzas hasta reunirse con sus hermanos de vuelta a su hogar.
 
Una vez acurrucado entre los cálidos cuerpos de su manada se permitió recordar la imponente presencia de ese ser... Estaba seguro que no era un humano pues se había sentido como estar frente a un peligroso y hermoso depredador, pero no había sentido miedo... Sólo curiosidad, y algo extraño que no podía comprender; así que con un último suspiro fue cayendo en los brazos de su madre luna.
 
POV Kaname
 
Esa noche se había internado en el bosque que se encontraba en los límites de su propiedad con la esperanza de poder cazar a algún animal para calmar su ardiente sed de sangre, siendo el un experto y peligroso cazador no tardo mucho en encontrar una presa grande que saciara su sed, un hermoso venado pastaba en un pequeño claro en lo profundo del bosque; en un rápido movimiento abatió al animal rompiéndole el cuello y clavando sus colmillos para empezar a succionar el preciado líquido carmesí del cuerpo ya muerto del venado.
 
Fue entonces cuando un delicioso aroma inundo sus sentidos, era un aroma dulce pero salvaje; y junto con un suave jadeo le alerto de una presencia a sus espaldas, se incorporó y giró hacia donde había escuchado el sonido.
Y allí, parado entre los árboles, había un niño de unos ocho años, de piel pálida y apariencia frágil, cubierto por una amplia y algo rasgada camisola, que alguna vez fue blanca, deslizandose por uno de sus hombros, dejando ver más de aquella deliciosa piel; sus cabellos plateados caían lacios enmarcando su hermoso e inocente rostro, y sus ojos... Oh sus ojos! Eran hermosas joyas  de color amatista, misteriosas y únicas, mostrando una inocencia solo presente en el joven corazón de un niño, junto con una inteligencia y curiosidad poco comunes.
El tiempo pareció detenerse, sus ojos  no se apartaban de los del contrario. Fue entonces cuando  algo en su interior despertó, un instinto salvaje y posesivo que le llamaba a tomar a ese dulce ángel de la noche para el y no dejarlo ir nunca. Pero antes de que pudiera procesarlo el niño se internó en el bosque corriendo, y aunque intentó seguirlo no llego a encontrarlo.
Durante todo el camino de vuelta hasta su mansión, no dejo de rememorar la deliciosa apariencia del pequeño, le resultaba increíble como el, Kaname Kuran, rey de los vampiros y poderoso sangre pura se había prendado de un niño con solo haberlo mirado a los ojos.
 
Los meses pasaron y no fue capaz de encontrar al niño, en el pueblo no había nadie que conociera a ese niño y por momentos se iba convenciendo de que sólo había sido un sueño... Una ilusión.
Fue en otra noche en la que fue a cazar en la que diviso, desde su elevada posición en una rama, a una manada de lobos corriendo entre los árboles, y junto a ellos corría feliz aquel que se había robado su corazón. 
Los años pasaron y Nunca llego a acercarse a su dulce ángel, únicamente se dedicaba a observarlo correr con la manada, jugar junto a los cachorros o cantar a la luna junto a sus lobos; lo vio crecer hasta convertirse en un hermoso joven de quince años, el deseo por su sangre había acabado mezclandose con el deseo por su cuerpo... Sus instintos le mandaban reclamar al joven para sí.
 
Ya lo había planeado desde hacía unos años, ese niño sería suyo, sería su consorte... Y para eso debía de marcarlo.
Esa noche había seguido a la manada de lobos y había esperado pacientemente hasta que los cachorros empezaron a explorar por su cuenta mientras algunos adultos iban a cazar y otros solo descansaban, vio como su pequeño se alejaba de la manada y corría ágilmente por entré los árboles.
Lo siguió con cautela, asegurandose de no ser percibido por el muchacho peliplateado; cuando lo alcanzo el chico había llegado hasta un pequeño claro por el que pasaba un río y se acercó a este para refrescarse, su niño aún llevaba esa camisola con la que lo vio por primera vez, pero ahora esta le llegaba por la mitad de sus deliciosos muslos, dejando a la vista sus largas piernas, y el cabello ahora le llegaba mas allá de media espalda.
 
No pudo, ni quiso, evitar relamerse al pensar en lo que le haría a ese delicioso niño una vez que estuviera entre sus brazos; como buen depredador se acercó sigilosamente hacia su presa, pero esta se dio cuenta de su presencia y se giró a verle, cuando lo vio pareció sorprenderse pero también intentó huir. Antes de que pudiera ir muy lejos salto sobre el con una velocidad inhumana y lo inmovilizó contra el suelo utilizando su propio cuerpo.
 
Lo observo atentamente, el niño respiraba agitado y se le notaba nervioso, pero se mantenía quieto al notar el aura de poder que rodeaba al hombre sobre el, el castaño era hermoso... Le recordaba al lobo alfa de su manada, fuerte y dominante, había algo en ese macho que le hacía mantenerse quieto y sumiso ante el, expectante y deseoso ante... Ante algo que no podía identificar, así que decidió simplemente dejarse guiar por sus instintos.
 
El mayor sonrió depredadoramente  ante la actitud del niño, le agradaba que no le tuviera miedo pero que siguiera pareciendo tan salvaje e indómito al mismo tiempo que sumiso y complaciente 
 
-cuál es tu nombre pequeño...?- susurro con sensualidad el castaño sin apartar la mirada del joven bajo el.
 
-z...ze...ro...- dijo con algo de dificultad por la falta de uso de su voz, la luna y sus hermanos los lobos le habían enseñado todo lo que necesitaba... Incluso el idioma de los humanos, más o menos. El castaño sonrió complacido al oírle.
 
-mmmm Zero... Hermoso nombre... Yo soy Kaname- le ronroneó sensual al pequeño provoca do que este se estremeciera ante el sonido de su voz 
 
-ka... nam...me?- repito dudoso el pequeño, el castaño solo sonrió más ampliamente y se inclinó sobre el muchacho, lamiéndolo con sensualidad el fino cuello del chico, haciendo que jadeara y temblara entre sus brazos
 
-así es... Y ahora tu eres mío pequeño...- Kaname podía oler el delicioso aroma de su sangre llamándolo a probarla, entremezclada junto al aroma de excitación, sonrió contra el cuello del pequeño y volvió a lamerlo lentamente mientras una de sus manos acariciaba lentamente uno de sus desnudos y suaves muslos
 
-ahhh... Mmm!- Zero no pido evitar que un suave y delicioso gemido se escapará de sus labios ante el contacto de esa lengua contra su sensible cuello, el castaño olía a rosas yeso estaba haciendo que su nerviosismo desapareciera para solo quedar el placer que sentía ante las caricias del castaño, algo en su interior le decía que ahí era a donde pertenecía, entre los brazos de su dominante rey de la noche.
 
El castaño gruño complacido al escuchar a su joven amante gemir y arquearse inconscientemente, estirando su cuello para darle más espacio a su traviesa lengua; subió hasta su oreja para besarla y lamerla mientras con sus manos recorría sus piernas y se acomodaba entre estas para poder acercarse más a su pequeño. Los estremecimientos de placer de Zero solo lograban encenderlo más y sus suaves jadeos lo hacían enloquecer.
 
-te gusta Zero?- susurro con voz ronca y cargada de deseo en la oreja del peliplata para después lamerla con lentitud
 
-mmmm...! S..siii... - ronroneo el pequeño con los ojos cerrados y las mejillas sonrojadas
 
-bien...- dijo Kaname con una sonrisa para después atacar con deseo los suaves labios de Zero, el beso inició suave y dulce pero pronto Kaname lo volvió más apasionado y profundo, tras lamer los labios de Zero este los entreabrió y aprovechó para volar su traviesa lengua en esa deliciosa cavidad; Zrro jadeaba y respondía con timidez e inexperiencia ante los avances del castaño. Las ansiosas manos de Kaname desgarraron la camisola y acariciaron con libertad toda la extensión de deliciosa y pálida piel del cuerpo de su ángel 
 
-ahhh...K..Kana....me...- gimió suavemente un sonrojado Zero cuando el castaño acaricio sus pezones, Kaname ante esta imagen sonrió y se inclinó para devorar los rosados pezones, mientras su pequeño se retorcía y gemía de placer, descendió lentamente por el cuerpo del menor con sus manos y su boca, probando cada porción de piel hasta llegar a su miembro erecto, se relamió y con sus manos mantuvo las piernas del joven abiertas mientras lamía lentamente la excitación del menor para después engulliría entera.
 
-AHHHH!!! Mmmmm Kana,...meeee!!! - las manos del peliplata se enredaron en los suaves cabellos castaños mientras se arqueaba con placer, sentía su cuerpo arder y el deseo por sentirse completo, por sentirse protegido y poseído por el hermoso castaño sobre el hacían que su mente se nublara y sólo fuera capaz de gemir y amoldares a los deseos del castaño sumisamente.
Se alejó del miembro erecto de su joven amante recibiendo un gruñido de protesta, el solo sonrió y lo beso con deseo, los brazos del joven se envolvieron en su cuello acercándolos más, el menor deseaba sentir la piel del castaño así que con sus manos desgarró los botones de la camisa roja del mayor para después pasar tímidamente sus manos por el pecho musculoso del hombre, el otro solo gruño con aprobación y sujetándolo de los muslos los  incorporo a ambos para acabar sentados en el pasto.
 
El menor restregaba su cuerpo de forma sinuosa contra el sangre pura mientras jadeaba al sentir la lengua de su compañero sobre su cuello, dos largos y elegantes dedos invadieron la boca del menor y este los lamió goloso mientras jadeaba al sentir como su miembro era estimulado suavemente. Una vez que los dedos estuvieron bien húmedos fueron retirados y sustituidos por unos ávidos labios y una juguetona lengua que buscaba a su compañera de juegos en la boca ajena, los húmedos dedos del castaño se dirigieron a la estrecha entrada del menor... Y comenzó con la preparación.
El chico jadeo por el dolor, pero pronto fue distraído por esos deliciosos labios en su cuello y la otra mano en su miembro, al poco rato ya se encontraba gimiendo quedamente y balanceando las caderas para un mayor contacto
 
-mmmm eres delicioso mi Zero.... Tan hermoso....- Dijo con pasión el castaño sobre el cuello del menor, que se aferraba a sus hombros con desesperación mientras gemía cada vez más alto.
 
Pronto los juguetones dedos del castaño fueron retirados, provocando un gruñido de protesta del joven peliplateado 
 
-tranquilo Zero... Lo que viene ahora es mucho mejor... Relajate...- dijo con suavidad el castaño antes de besar los labios del menor con dulzura, siendo correspondido casi de inmediato. El castaño desabrocho sus pantalones permitiendo a su enfurecido miembro escapar de su apretada prisión, sin cortar en ningún momento el beso. Reclino con delicadeza al joven bajo el y abrió más las piernas del niño, permitiéndole colocarse entre ellas de una forma más cómoda.
 
Pronto Zero se separó del beso en busca del preciado oxígeno mientras se aferraba con más fuerza a los hombros del castaño, pues sentía como algo más grande se metía por su apretada entrada. Dolía, y las lágrimas se escapaban de sus ojos sin poder evitarlo, pero el castaño le susurraba dulces palabras de aliento y acariciaba su espalda y cabellos cariñosamente, haciendo que poco a poco el pequeño se fuera relajando. Cuando Zero se hubo acostumbrado a la invasión comenzó a mover suavemente sus caderas en busca de más placer, deseaba sentirse completo... Sentir como el castaño le hacía suyo.
 
Kaname al sentir los tímidos movimientos de su ángel, lo sujeto de las caderas con una mano para facilitar sus movimientos y con la otra volvió a acariciar el miembro de su joven amante. Pronto los jadeos y gemidos de placer inundaron el claro; los movimientos de Kaname habían empezado siendo lentos pero profundos, hasta que en una de sus envestidas alcanzo el punto que hizo gritar de placer a su niño.
 
-AHHHHH!! KA...KANAME!!- ante ese grito de placer el mayor sonrió complacido y acelero sus movimientos, asegurando se de siempre dar en ese delicioso punto de su niño.
Zero solo era capaz de gemir y arqueare de placer, lo que le estaba haciendo el mayor de sentía delicioso, y el deseaba más!
 
-ahhhh...Kana....meeee... Maaaasss... Ahhhh!- al oír esa deliciosa duplica de su niño el castaño acelero sus envestidas con un ronco gruñido de placer, podía sentir como su pequeño estaba cerca de llegar, lamió su cuello con gula y lo mordió. Saboreo la deliciosa sangre, era dulce y tan única como su dueño, acelero sus envestidas al tiempo que bebía, sintiendo como su niño gemía y se arqueaba de placer antes de corrérse entre sus cuerpos, al sentir la estrechez en la entrada del menor, Kaname se corrió con un gruñido complacido.
Separo su boca del cuello del menor con delicadeza  y lamió la sangre que de había escapado de la herida, curándola en el proceso
 
-ahora eres mío pequeño... Sólo mío...- susurro roncamente, Zero se sentía agotado, entre el delicioso orgasmo y la pérdida de sangre estaba seguro de que en cualquier momento caería en la inconsciencia.
 
Aún sin salir del interior de su angel Kaname sintió unas presencias acercarse, alzo la vista y pudo ver a unos lobos salir de entré los árboles y mirarlos fijamente
 
"Cuida bien de nuestro cachorro rey vampiro... Pues el príncipe de la noche es una bendición que debes de proteger..."
 
Kaname se sorprendió al oír esa sabía voz en su mente, pero con la práctica su rostro no mostró ninguna de sus emociones, únicamente abrazó protectora mente a su ángel mientras, sin apartar la mirada de los lobos asentía una vez
 
"Se feliz cachorro... Y recuerda que madre luna siempre velara por ti"
 
-adiós... Hermanos...- dijo en un suave susurro el pelo blanco mientras se acurrucaba en los protectores brazos de su pareja; cuando los lobos se fueron Zero miro a los ojos color vino de su pareja y con voz suave e inocente le preguntó 
 
-serás tu mi nueva manada?- y con una suave sonrisa por parte del castaño este le beso
 
-si mi príncipe... Ahora yo soy tu familia...- tras esas suaves y reconfortantes palabras Zero se dejó llevar por el cansancio, Kaname lo acomodo mejor entre sus brazos y miro al cielo donde la luna brillaba en todo su esplendor- yo cuidare de el...- por un momento el castaño creyó ver a la luna brillar más tras su susurro, pero no le presto mucha atención, se levantó y llevó a su preciada carga hasta su mansión donde su corte le esperaba, ya era hora de que conocieran a su consorte.
 
Y desde el cielo la luna veía feliz como su adorado hijo marchaba con su pareja, un rey fuerte y cariñoso que protegería a su dulce hijo. Pasaron los años y el joven Zero, rey consorte de los vampiros, volvía de correr con sus hermanos lobos por los bosques hacia su hogar donde le esperaba su hermoso castaño, marchaba feliz pies tenía una gran noticia que darle, acaricio su vientre aún plano mientras una dulce sonrisa se extendía por su rostro. Antes de entrar a la mansión miro al cielo y diviso a la luna en lo alto, hermosa y orgullosa
 
-gracias por este hermoso regalo madre...- y tras ese susurro se dirigió a la habitación que compartía con su esposo para comentarle sobre la vida que se estaba formando en su vientre.
Notas finales:

Espero que os haya gustado! Y que me perdonéis el retraso con mis otros fics!!

espero vuestros comentarios!!

un beso y nos leemos!


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