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Juventud perdida por Aphrodita

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Juventud perdida

Aphrodita

Yo, de nuevo, quebrando mis propios limites... Esta vez, supere un desafío: Hacer una historia de universo paralelo... Como sabrán algunos, esta idea, mucho no me agrada, ya que soy de la opinión de que el mundo de Saint Seiya tienen mucho para ofrecer, y que si se hacen repetidas las historias es por culpa de los autores... Aun así pueden hacerse buenas historias, originales historias.
Este fic surgió gracias a otro fic... Uno de mi amiga del Msn Lythos con su historia “Buscando sueños” pero en realidad es gracias al comienzo de un capitulo, mas específicamente el 5... Un flash back de Muu (Si mal no recuerdo) activo algo en mi cerebro donde salió este fic... Lean ese fic de Lythos por que esta tan bueno como todas sus historias... Narra estupendamente, refleja los sentimientos y emociones humanas como ningún otro.
Una simple aclaración previa: Los apellidos. El de Ikki lo saque de mi libro de japonés, y el de Saga por los filósofos Tales y Anaximandro que eran de la ciudad de Mileto.
Sin mas vuelta, comienzo con mi tortura... Aun me cuesta hacer algo digno:

One – Shoot

CAPITULO 1:

Saga Mileto era de seguro un hombre muy ocupado. Proveniente de una familia clase media se caso con una linda muchacha reconocida en la Alta sociedad japonesa... O suciedad como suelen decir algunos. La “gran” vida de Saga sin duda era una fachada, hipocresía de lo que alguna vez fue y olvido.
Esa mañana, como todas las mañanas se encontraba tomando su habitual café... Como a el le gustaba: Doble y sin azúcar. La secretaria parecía odiarlo, pues no dejaba de enviar mas y más papeles para firmar, y la gente no dejaba de circular por su amplia oficina adornada con obras de artes dignas de un hombre con su clase. Hastiado, se tomo un receso al mediodía, para almorzar aunque sea algo... Aunque no tuviese hambre. Llamo a su secretaria y con su típica voz autoritaria, le exigió como era su deber, que llamara a la casa de comida pidiendo un poco de Udon... Odiaba el Udon, pero era lo único que su estomago, en esos cinco años, había logrado soportar. No le agradaba en lo más mínimo Japón... Con sus costumbres tan alejadas de su Grecia, y su comida que le resultaba intolerante... No... No lograba adaptarse.
El envío tardó lo que tenia que tardar, pero para Saga no era aceptable la espera... Por eso cuando el repartidor, vestido con una chaqueta de cuero negra apareció con la bandeja, comenzó a reprenderlo por la falta hacia el cliente. El muchacho escuchó el discurso al que tan habituado estaba... No era ni el primer cliente, ni el ultimo que le diría lo mismo, con las mismas o distintas palabras. Se saco su gorrita y apoyo la bandeja sobre el escritorio, ignorando la reprimenda de su cliente. Al fin y al cabo, era solo el repartidor. Saga noto esta indiferencia y no iba a permitir que a el, lo trataran así.

--¿Te crees importante jovencito?... No te olvides que comes gracias a clientes como yo...
--Te equivocas... —Sorpresivamente el joven que no aparentaba tener mas de 17 años, contradijo a aquel imponente hombre de negocios—Yo no como gracias a ti... —En su trato había perdido el respeto—Lío constantemente con gente como tu... Ratas que se creen gatos... Y puedo asegurarte que yo consigo mi comida con dignidad... —Al ver el rostro de asombro del hombre acoto rápidamente –Pero bueno, no vine a hablar de mi... Solo estoy trabajando... Dame el dinero y me iré...
Pero Saga no iría a dejar las cosas así... Sin hacer valer su posición y hombría.
--¿Te crees que la vida es fácil?—Sentencio como conociendo de ello—No puede haber empleados que traten así a sus clientes... Con esa falta de respeto.—Escupió las ultimas palabras.
El hombre de cabellos obscuros se acerco al teléfono y marco un numero. El joven parado en medio de la amplia oficina supuso las intenciones de su cliente.
--¿Qué haces?—Increpo un poco asustado...
--Hago valer mis derechos como cliente... —Saga dejo de hablar con el joven y comenzó a dialogar con el dueño de aquélla casa de comida... Solo dio su nombre y apellido y todo estaba echo. El niño comprendió su situación y exploto...
--¡Tu te crees que la vida es fácil por que tienes esta vida!... ¡No tienes que mendigar para conseguir un poco de pan!...—Aquello, sin duda lo había perturbado bastante... Nunca un cliente había conseguido que lo echaran, y toda su vida dependía de ese empleo que acababa de perder por un imberbe... ¿Y ahora que? Se pregunto... El y sus arrebatos... Era tan solo un niño de 15 años, esto Saga también lo comprendió.
--Esto te pasa por ser tan atropellado... —Los deciveles de Saga habían bajado un poco.
--Gracias... Ahora por tu culpa tendré que vender mi culo ¿Quién me dará de comer? ¿Tu?...—El joven tomo su gorra para irse, ya no tenia sentido quedarse en aquel lugar, para que... Si ya no trabajaba.
--Espera... —Lo freno el hombre—Por lo menos ten el dinero...
--¿Para que lo quiero?
--Quédatelo tu... Compra comida pa...
--¿Y ahora me dices esto?... ¿No ves?...—El jovencito se trago sus palabras de desprecio.
--Siéntate, ven... No puedes irte así... —Saga, comprendiendo su error pero no aceptándolo, quiso enmendar las cosas...
El joven sin mas opciones se sentó abatido, con su gorra entre sus manos.
--Hoy no tuve un buen día... —Pronuncio Saga
--¿Y yo tengo la culpa?...—Pregunto el joven enojado.
Cuanta razón tenia.
--Aya... Tráeme café... Dos... —Hablo Saga por el comunicador.
--No me gusta el café...
--Aya... Un café y un te...
--¿Y ahora?...—El joven hablaba consigo mismo...
--Dime... Cual es tu nombre... —El hombre jugaba con una lapicera.
Una breve pausa, y el joven sin mas opciones contesto con desgano:
--Ikki... Watanabe Ikki...
--Ho... ¿Vives cerca?...
--Si... A 15 minutos en moto... En una casilla, con mi hermano menor...
--Tienes familia...
--Solo un hermano... Shun...

La conversación era fría, pero parecía como que Saga necesitaba saber mas de ese joven. El café y el te llego con la mirada curiosa de la secretaria, ante esto, molesto Saga sentencio con voz grave:

--Gracias Aya, ya puedes retirarte...
--Si señor... Llamo su esposa y dijo que... —Pero la joven de cabello enrulado fue censurada por la mano de Saga negando... No le interesaba saber que carajo quería su esposa. Seguro que era alguna nueva estupidez de ella.
--Me iré... —Sentenció Ikki poniéndose de pie.
--Espera... ¿Qué harás ahora?...
--Me echaron por tu culpa ¿Recuerdas?...
Saga se quedo sin palabras.
--Dime... ¿Qué sabes hacer?...
El joven de cabellos azules se quedo asombrado por la pregunta, por eso no contesto nada, ante esto el hombre continuo.
--Supongo, sabrás trapear por lo menos...
--S-si... —Contesto con duda, sus grandes cejas arqueadas.
--¿Cuánto te pagaban en esa Casa de mala muerte?
--Cinco dólares...
--¿La hora?...
Ikki comenzó a reír, eso era algo descabellado:
--El día... —Exclamo el joven conteniendo la risa.
Saga arqueo sus cejas sorprendido... El ganaba eso casi por segundos... Exagerando, por supuesto.
--Bueno... Yo te ofrezco 20 dólares el día... —El hombre vestido de traje se quedo esperando la respuesta.

Por supuesto que Ikki no se negó... Ese mismo día fue empleado por Saga, debía hacer solo la limpieza y a decir verdad no había mucho por limpiar o hacer... Prácticamente se la paso el día dialogando con su nuevo jefe... Le contó que era huérfano y que su hermano de 13 años dependía de el, que había estado en trabajos sucios como vender droga y aunque le costo sincerarse, también prostituyendose. Dejo muy en claro que solo lo hacia por su pequeño Shun.
Saga sintiéndose un poco mal con su suerte, termino por contarle solo un poco de su vida... Que provenía de una familia de clase media en Grecia, que había conocido a su esposa, Sadako en un crucero, y que se había casado con ella para luego venir a vivir a Japón. Que no tenia hijos y que aunque quisiese no podría... No le dio los motivos, pero era por su condición física... Saga era estéril. Prácticamente, todo lo que tenia era gracias a la familia Kido... De donde provenía su esposa.
La jornada atípica laboral llego a su fin... Saga le pregunto al joven donde vivía:

--No te preocupes Saga... Iré caminando... —La moto que Ikki poseía tuvo que ser entregada al dueño de la Casa, donde pertenecía.
--Déjame llevarte... Vamos, no seas así...
--Bueno, si no te molesta... —Ikki seguía tratándolo como a un igual, eso a Saga le llamo poderosamente la atención... Y hasta un poco le agradaba que alguien no lo tratara de “usted”.

Llegaron hasta el barrio pobre donde vivía el peliazul, en la puerta de una casa, un niño de pelo verde esperaba sentado en los desvencijados escalones de la entrada. Corrió a su encuentro y le recrimino:

--¡Niisan!... No has llamado en todo el día... Ya estaba preocupado... —El pequeño contuvo su angustia, su niisan no solía trabajar hasta tan tarde.
--Es que... Cambie de empleo... Shun, te presento a Saga...
--¿Quién es?...—Pregunto Shun con naturalidad. Esa espontaneidad y descuido le causo mucha gracia al hombre mayor.
--Soy el culpable de que tu niisan haya cambiado de empleo... —Respondió divertido.
--Es mi jefe... —Acoto Ikki.
--¡Ha!...—Exclamo el peliverde al darse cuenta de quien era. –Pero pase hombre, no se quedara afuera... —Shun lo tomo de un brazo.
Saga se sintió extraño, Ikki solo se limito a observarlo con una sonrisa por la actitud de su otouto.
--Yo... Debo volver a mi casa... Solo vine a traer a tu niisan...
--Solo pase a tomar un te... —Pidió el niño de mirada tierna.

El peliazul extendió su mano invitándolo a pasar. Sin mas opciones, y un poco incomodo Saga acepto entrando a la humilde vivienda. Ikki se sentía incomodo también, pues sabia de la clase de vida que ese hombre llevaba. Shun preparo alegremente el te, hablando sobre sus cosas y su día en el colegio... Su niisan trabajaba para que por lo menos el, pudiera estudiar.
El hombre observaba enternecido aquella unión, su frío corazón comenzaba a demostrar emociones, sin darse cuenta de la hora, afuera ya era de noche. Se despidió de los hermanos preguntándose que seria de ellos en esa fría noche... Bueno, de vez en cuando pensaba en los demás, pero no por eso iría a hacerse demasiada mala sangre.
Saga llego a su imponente Mansión e ingreso dando la clave de seguridad. En la cocina los empleados, en la sala su esposa leyendo una revista de moda.

--¿Dónde diablos estuviste Saga?—Inquirió Sadako con enfado.
--Lo siento... Es que hoy tuve un día atípico... —Saga no tenia ganas de narrarle los sucesos, pero antes de que pensara en alguna infidelidad, opto por contarle. Como si a su mujer le importase.
--¿Cómo estuvo el día en la empresa?...—Corto la joven la historia de su marido.
--Bien... El lunes firmaremos contrato con la empresa Inoue... —Respondió sentándose en el amplio sillón.
--Ha... Me olvidaba... Mi hermana viene mañana a la ciudad...
--¿¡Saori!?...—Pregunto Saga con temor.
--¿Cuántas hermanas tengo?...—Respondió con extremo fastidio por la estúpida pregunta—Si, Saori...

Lo único que le faltaba, que viniera esa mocosa con su aire de superioridad para refregarle en la cara que el era alguien gracias al apellido de su hermana, y que la empresa era de los Kido (Algo muy cierto). Para luego sentarse a tomar el te y hablar mal de sus maridos.

--Hay hoteles muy buenos en Osaka...—Sentencio Saga con duda, intentando dar otras posibilidades.
--Tu te iras a un hotel si me sigues molestando con lo mismo...—Respondió la joven de cabellos cortos cerrándole la boca a su marido –No te olvides que el mes entrante esta la fiesta de los Solo...
--Si... Lo recuerdo...—Los Solo, Saga sabia que era una familia de renombre tanto o mas que la familia Kido, por eso tal vez buscaban fusionarse.
--Me iré a acostar, no hagas mucho ruido cuando te vayas a dormir que mañana tengo que levantarme temprano...—Finalizo Sadako yéndose por el pasillo.

Si... Sin hacer ruido... Mejor no hablar de la vida sexual... No existía, Saga ya había olvidado la anatomía femenina. Con ese asunto de su esterilidad su esposa lo trataba menos que a un hombre, por no poder darle descendencia... Y si bien su hermana menor, Saori debería estar alegre por poder darle a su ñoño hijo la firma de la empresa, se desvivía por hablar de ese tema con su hermana mayor... De lo poco que servia Saga.

***

Las semanas transcurrieron en la vida de Saga e Ikki, pero el empleo del joven llego a su fin una tarde cuando Sadako fue a la empresa... Nunca iba a ver como estaban las cosas en su empresa, pero esa tarde justo tuvo que aparecer para cruzarse con ese joven. Ikki, como ya había probado una vez, no era un joven que dejara que lo llevaran por delante... Fue ese el detonante para la mujer quien decidió que ese niño le desagradaba en su empresa y que por nada del mundo le daría de comer a un desagradecido. Saga intento apaciguar la ira de su mujer, pero como siempre no pudo con su temperamento. En el ascensor acompaño a Ikki con mucha culpa, si bien no había sido echado por el se sentía un poco responsable.

--Esa bruja...—Sentencio Ikki molesto.
--Bueno... Pero no te olvides que tu arrebato volvió a conseguir que te echaran...—Dijo Saga dándole un poco de humor al ambiente... Para nada le molesto que Ikki digiera que su mujer era una bruja... ¿Por qué negar la verdad?
--Te tiene atado ¿He?...—Pronuncio el joven peliazul divertido por la escena de Saga discutiendo con temor con su esposa.
Saga se hizo el tonto... había quedado como un perfecto idiota, nuevamente gracias a Sadako como siempre ocurría.

Llegaron a planta baja, y Saga se despidió del joven sintiéndose con la obligación de prestarle ayuda... Sin decirle nada a nadie, subió a su oficina y por suerte su esposa ya no estaba, marco un teléfono... El teléfono de los Solo y pregunto al hombre de la casa que lo atendió enseguida al reconocer su apellido, si necesitaba empleados... El hombre mayor, un poco asombrado por la descolocada pregunta, le dijo que para la fiesta aun no había contratado empleados...Que necesitaba muchos jóvenes que llevaran bandejas y demás cosas... Que no le alcanzaba con los que tenia la casa. Entonces Saga le recomendó a un joven que tenia experiencia y que era muy educado y correcto (En ese momento, Saga se aguanto la risa). Ese joven era Ikki... Uno de los muchachos que trabajaría en esa fiesta.
Listo, le había conseguido un empleo provisorio. Esa tarde a la salida del trabajo, Saga manejo hasta el barrio de los hermanos y con un poco de dificultad reconoció la casa desvencijada.
Luego de darle el mensaje a un agradecido Ikki, se negó a quedarse pues en su casa lo esperaba su mujer. Llego hasta su Mansión y luego de marcar la clave ingreso al lugar. En el cuarto, su mujer ya se encontraba acostada.

--¿Dónde carajo estuviste ahora?...—Pregunto Sadako en la penumbra de aquel cuarto.
--Fui a lo del joven... El empleado que echaste... Le conseguí empleo en la fiesta de los Solo...—Respondió Saga con desgano desajustándose el nudo de la corbata.
--¿Para que ayudas a ese mocoso maleducado?...—No podía tolerar semejante atrevimiento por parte de su marido.
--Sadako... Necesita empleo...—Dijo Saga con fastidio acostándose en la cama
--No será que estas con otra...—Susurro la mujer aunque a decir verdad eso le tenia sin cuidado.
--Sadako por favor...—Pidió Saga con enfado—No digas esas cosas...
--Mira... Si es así... Me haces un favor...

Saga nada dijo frente a este comentario, debido a su situación bien sabia que su mujer le convenía un hombre que le diera descendencia... Y el no estaba en condiciones de divorciarse... Pues no tendría nada. Así que se trago su bronca y angustia y se quedo dormido junto a esa mujer que simulaba ser su esposa, por que el tenia en claro que por algún lado debía descargar las tensiones sexuales y si no era con el ¿Con quien era?.

***

La tediosa fiesta de los Solo llego con suma rapidez... Los días pasaron a la velocidad de la luz, por lo menos para Saga... Aunque su vida entera transcurría de esa forma... La veía pasar frente a sus ojos sin poder evitarlo.
Vestidos con sus mejores galas, la pareja se hizo presente en la gran Mansión, Sadako iba colgada del brazo de Saga simulando, como siempre, su ficticio matrimonio feliz. Se desprendieron y Saga aprovecho para acercarse a la sección de bebidas... ¿Para que quedarse? Tener que observar como su mujer coqueteaba con ese tal Julián de la familia. Prefirió perderse en la bebida.
Para grata sorpresa de Saga un joven extremadamente familiar se encontraba parado con las manos detrás de su espalda a la espera de algún pedido. Estaba exquisitamente vestido con un traje propio de un empleado pero no de cualquier empleado... Si no de uno proveniente de la familia Solo. A Saga se le hizo muy gracioso verlo a Ikki vestido de traje, cuando el primer encuentro solo andaba con ropas mundanas.

--Si... ¿Jovencito?... No he podido evitar observar su porte y su elegancia... Por casualidad ¿Es algún miembro de esta familia?...—Pregunto Saga divertido conteniendo la risa, de espaldas al joven.
--No señor, solo soy un... ¡Saga!...—Ikki aguanto la risa, para palmear el hombro de su antiguo jefe, quien no le molesto el trato familiar del joven... Nunca le había molestado, si no todo lo contrario... Nadie lo había tratado tan descabelladamente como ese peliazul arrebatador.
--¿Y?.... ¿Cómo esta la fiesta?
--Estos si que derrochan dinero...—Exclamo Ikki consiguiendo que Saga rompiera a reír con su sensual y potente voz.
--Son los Solo, una familia distinguida...
--Si, me di cuenta... Ahí esta tu mujer...—Pronuncio el joven al encontrarla por casualidad entre la gente.
--Si... Lo se... He venido con ella.

Ikki no acoto nada, pues había podido vislumbrar que el matrimonio de aquel hombre se alejaba mucho, justamente de ser un matrimonio... Pero no pudo aguantarlo por mucho mas tiempo:

--Se ve muy contenta con ese de cabello enrulado...
Saga solo asintió para después susurrarle al oído.
--Es Julián... El hijo mayor de los Solo... Son siete hermanos...—Mas que nada era para aclararle y evitar un desastre. Ikki agradeció interiormente esa información.
--¿Y por eso dejas que coquetee con tu mujer?
El hombre se quedo de piedra:
--Si que eres osado... Eso me recuerda por que sueles perder los empleos...
--Lo siento... Yo... No quise...—Ikki se sintió por primera vez en su vida incomodo a causa de algún comentario suyo.
--No te preocupes...—Tranquilizo Saga –No puedo hacer nada... Esta en ella... Además, por lo que me importa... Mejor, así se quita un poco esa histeria...—Primera vez que el hombre hablaba con alguien de lo que pensaba sobre su mujer, y lo hacia con aquel niño que reía a causa del comentario.
--Pero Saga... ¿Tu no le quitas la histeria?—Pregunto el joven divertido... Era lógico ¿No?... Siendo su esposo.
--Pues... No quiero morir tan joven...
Nuevamente los dos comenzaron a reír, tratando de controlarse.
--Entonces... ¿Nada de nada?
--Si que eres curioso... A ver Ikki dime tu... ¿Nada de nada?...—En realidad Saga quería desviar la conversación, no se sentía cómodo hablando de su vida sexual con un niño.
--Desde que mi novio se fue a su país... No he tenido nada...
Saga se atraganto con el vaso de Wishky que se había servido segundos antes.
--¿Novio?... No novia... Novio...
--Pues... Si...—Ikki no veía lo raro en todo eso.
--¿Se fue a su país?...
--Si... A Rusia... Se llama Hyoga... Pero no creo que vuelva pronto, suele irse y desaparecer, nos conocemos desde niños... Aun así, aun no he tenido nada con nadie.
Saga volvió a guardarse su asombro, no se imaginaba a aquel jovencito en esas situaciones, aun lo veía muy niño.
--Así que estamos iguales, cuando quieras Saga, yo no tengo problema...—Soltó Ikki sin anestesia, y al ver la cara de Saga comenzó a reír.
--Ja-ja...—Rió el hombre sarcásticamente—Muy gracioso jovencito... Con esas cosas no se juegan...
--Haa...—Susurro Ikki—Te gusto la idea...—Acoto divertido. –Pero te lo dije sinceramente...
Saga, ahora si no sabia donde esconderse.
--Bueno, me voy a donde esta mi mujer... Tengo que hacer buena letra...
--Huyes de mi... Ha Saga, espera—Exclamo el niño antes de que el hombre desapareciera.—He conseguido empleo en una casa de comida, justo al lado de donde conseguiste que me echaran—Saga hizo una mueca de desaprobación por la mención de Ikki quien continuo hablando luego de dedicarle una sonrisa –Aquí esta la tarjeta con el numero... Digo, se que no me necesitas para nada... Pero por las dudas, uno nunca sabe...
Saga acepto la tarjeta y cuando comenzaba a irse Ikki lo detienen de nuevo.
--Perdón... Yo Saga... Quería decirte—Le costaba horrores decirlo, si bien era algo lindo hacerlo, Ikki en su tonto orgullo se le dificultaba... Saga espero pacientemente –Gracias por conseguirme este empleo.
--¡Hag! ¡Niño!...—Exclamo el hombre dándole a entender que no tenia por que agradecerle, luego se retiro de ese lugar para ir en busca de su esposa y jugar al buen marido.

La odiosa fiesta llego a su fin y los invitados comenzaron a retirarse, los últimos en irse, obvio eran los empleados. Saga de vez en cuando vio pasar a Ikki llevando bandejas y demás cosas. Se despidió de el, ya que por culpa de Sadako quien no dejaba de dialogar con Julián, terminaron siendo los últimos invitados.
Durante el trayecto de la fiesta y el regreso a la Mansión, Saga y Sadako no cruzaron palabra alguna, inclusive se acostaron a dormir y en silencio dieron fin al largo y agotador día.

***

La presencia de Saori en aquella Mansión, sin duda reavivaba las llamas de la discordia. En esa etapa, siempre Sadako y Saga discutían mas de lo normal, llegando al limite de los insultos. Aunque Sadako prefería manejarse con la ironía, buscando y consiguiendo herir los sentimientos de sus victimas...
Saga, cansado de escuchar lo poco hombre que era, de lo inútil, y de que si era alguien era gracias al apellido Kido, decide darle fin a la discusión yendo mas temprano a trabajar ese día.
En el auto, maldición, no podía manejar, a causa de unas estúpidas lagrimas que pujaban por salir. Como si le importara lo que opinara esa bruja... Escucharla era como escuchar a su padre... A toda persona que alguna vez le había dicho la poca cosa que era. Recuerdos de su juventud que por su bien decidió enterrar, pero que palabras como las dichas por su esposa, conseguían sacarlas a la luz. Siempre Sadako era la “llave” de su tormentoso pasado en Grecia.
Llego a la oficina, un poco mas tranquilo. Consiguió la compostura en el ascensor. Se sentó en la silla y por primera vez en su vida le pidió a una asombrada Aya “Por favor un café”... “Por favor” Ya había olvidado esa palabra... No estaba en su repertorio, pero ¿Quién carajo se creía el?...Eso le había dicho Ikki la primera vez que se conocieron. Sin saber por que, manejado por una fuerza externa tomo el tubo del teléfono, busco en su chaqueta una tarjeta y marco un numero. ¿Qué iría a pedir?... Pidió Udon, pero por sobre todo pidió que el joven que le trajera la comida sea Ikki... El nuevo empleado. Había cambiado de Casa solo por un empleado. ¿Qué hacia pidiendo el almuerzo a las 10 de la mañana?... Tan solo quería que ese joven le alegrara un poco la mañana con sus arrebatos y sus ocurrencias.
Saga le aviso a su secretaria que cuando llegara el repartidor que lo haga pasar... Y así fue, el hombre jugaba nervioso con una lapicera... Los minutos pasaron y Aya hizo ingresar al joven.

--Hola Saga... No harás que me echen de mi nuevo empleo por retrasarme dos segundo ¿No?—Pregunto Ikki divertido.
--Muy gracioso... Dime... ¿Qué tal tu nuevo empleo?
--Y... Mi jefe nuevo no es como el otro... Este por lo menos me trata como persona...
--Siéntate... Que bueno...—Acoto Saga indicándole con una mano la silla.
--Saga... ¿Para que me llamaste?
El hombre abrió los ojos sorprendido, y un poco consternado respondió:
--Pues... Solo llame a la casa por comida, y prefiero darte la propina a ti antes que...
--Saga ¿Quién almuerza a las 10 de la mañana?—Interrumpió Ikki sentándose con su nueva gorrita entre las piernas.
--Bueno, pues...—Saga se sintió descolocado, había quedado evidenciado, inclusive consigo mismo, por que el también se lo preguntaba ¿Para que lo había llamado?—Solo, solo quería... No lo se...—Se sincero—Quería verte, nada mas... Saber como estabas.
--Bien... Estoy bien...—Respondió Ikki no conforme con la excusa de Saga. Se levanto de su silla y camino hasta la entrada.
--¿Te iras?—Pregunto el hombre poniéndose de pie y acercándose a su lado.
--Si... Quisiera quedarme pero estoy trabajando... No puedo retrasarme mucho.

Saga asintió y cuando poso su mano sobre el picaporte de bronce, Ikki sin restricciones busco el rostro del hombre y poso sus labios dándole un delicado e inocente beso. Al ver que el hombre en cuestión no rechazo el arrebato ni tampoco correspondió, con mas atrevimiento Ikki volvió a besar esa boca con pasión. Entonces Saga reacciono.

--¡Mocoso! ¿!Que haces!?...—Saga se separo de aquel contacto.—Ikki, estas equivocado yo...
--¿Qué Saga?—Ikki se sintió un poco mal por el rechazo, se sintió tan agradecido con aquel hombre por todo lo que hizo: Por conseguirle empleo, por escucharlo, por prestarle atención, por mostrar interés en su mugrosa vida de pobre, cuando sabia que Saga tenia todo lo que cualquiera quisiera tener ¿Qué le podía importar dos hermanos huérfanos y pobres? Ikki se debatió entre aquellas cuestiones, y por eso el rechazo le dolió.
--Ikki vete de aquí... Por favor vete...—Saga se sentó en el suelo sobre la puerta de doble hoja, y presuroso el joven paso por su lado escapando de aquel lugar.

Algo se quebró en Saga... Algo salió a la luz, algo que el quería mantener oculto. Sin poder evitarlo, un torrente de imágenes se hizo presente en su mente, tomo su cabeza entre sus manos pues una jaqueca amenazaba con desmayarlo de dolor. Entonces recordó, recordó y reconoció que ese joven Ikki le agradaba mucho pues le recordaba a el cuándo tenia 15 años.

* Flash back Saga *

El chocar y la transpiración de los cuerpos, sumado al olor penetrante del semen... Todo se conformaba en uno, ofreciendo el afrodisíaco mas poderoso para aquellos dos jóvenes que se amaban en secreto en una humilde vivienda en un barrio griego. Escondidos a los ojos de los adultos, retozaban en el lecho, confiados en la tardanza de su padre.
Habían conocido los placeres carnales entre ellos, sin tener contactos con otros jóvenes, primero como un juego curioso, luego como una necesidad física... Pero con el tiempo, inevitablemente, se convirtió en una necesidad sentimental, si bien no se amaban... El cariño era similar.
Saga penetraba aquel cuerpo que tanto “amaba” con devoción, con sumo cuidado de no lastimar su acostumbrado orificio... Ofreciéndole a su amante un repertorio de caricias en todo el cuerpo. Los gemidos se hicieron escuchar pronto, pero antes Saga busco la boca de aquel ser que estimaba para depositar un beso que resumiera su profundo cariño. Tomado de sus formadas caderas se descargo en su interior, jadeando y gimiendo. Acomodo a su muchachito que cuidaba mas que al oro, y busco regularizar su respiración... Cuando ve la figura del imponente, siempre imponente hombre de la casa.
La escena de por si hablaba sola... ¿Cómo explicarle a un padre semejante situación? Solo grito el nombre del menor, y comenzó a aporrear al mayor preguntándole como era capaz de hacer una cosa semejante. Saga solo se ocupo de recibir los golpes y proteger el desnudo cuerpo de su gemelo Kanon. Para luego desmayarse y despertarse en el mismo lugar. Su padre solo le dijo que había mandado lejos a Kanon y que tenia pensado mandarlo a el a otro lugar... Eran “la vergüenza de la familia Mileto”.
Obligado, siguió sus estudios convirtiéndose medianamente en alguien, hasta conocer a Sadako... El resto es historia.

* Fin Flash Back de Saga *

Saga se recostó en el suelo con la cabeza entre sus manos, llorando como un niño... La luz apenas se filtraban por la persiana americana... ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Se había desmayado? De seguro... Pues ya eran las 5 de las tarde... Mas de siete horas en aquella alfombra.
Logro componerse, se puso de pie para caminar y llegar tambaleándose hasta su silla. Se sentó dejando caer su pesado cuerpo y abrió el ultimo cajón de su escritorio para sacar una botella de algún licor del que ya había olvidado su contenido. Lo bebió nerviosamente volcando parte de su contenido sobre su camisa y arrojo la botella contra la pared, tomo su chaqueta, cerro con llave su oficina y bajo hasta el subsuelo en busca de su auto. Manejo a toda prisa hasta su hogar y una vez allí se dio una ducha de agua fría ¿Dónde demonios estaba su mujer? Que le importaba, mejor... Por que si llegaba a decirle algo, no sabia como reaccionaria.
Se acostó temprano sin siquiera cenar... quería cuanto antes acabar con ese nefasto día... Se quedo dormido sin saber que el viejo Saga había vuelto... Algo en el que creía muerto.

***

Los días transcurrieron con pesada calma. (Esa frase... Mmmm... Me parece que la robe de algún otro fic) La jornada laboral no decreció, un lunes... Día que Saga terminaba mas temprano, no esperaba semejante visita... Si bien Ikki no había ido hasta su oficina lo espero a la salida del estacionamiento, saltando encima del auto para evitar que se vaya. Asombrado por la avallasante actitud, al reconocer quien era, Saga lo invitó a subir, para luego manejar los suficientemente lejos de las miradas acusadoras.
En el auto Ikki dio comienzo a la conversación, Saga escucho pacientemente todo lo que el joven le decía... Muchas palabras, sin duda dulces, pero que no eran correctas:

--Ikki... Soy un hombre casado...
--Saga... ¿De que matrimonio me hablas? Tu y tu farsa del marido feliz y complaciente...
Saga sabia que aquel adolescente tenia mas razón que el.
--Además... Somos hombres...
--¿Eso importa?—Ikki comenzó a molestarse con la incomoda situación, en su inocente cabecita no creyó que aquel importante hombre de negocios lo rechazara.
--Yo... No se que decirte Ikki... Eres una criatura, yo...
--Tengo 15 años... No soy una criatura.
Saga se sorprendió enormemente, pues suponía que aquel joven tenia mínimo 17, con mas razón la relación no podría ser.
--Ikki... Tengo casi 30 años... Somos de mundos diferentes...
--Claro no... Ahora no quieres retozar con un pendejo pobre ¿No?
Saga miraba a ambos lados de la calle para ver si había autos.
--Ikki... No digas esas cosas... Sabes que no pasa por ese lado...
--¿A dónde vamos?—Pregunto el joven cruzado de brazos al ver que el hombre tomaba otro camino.
--Te llevo a tu casa...
--No... Deja, gracias...—En su orgullo, Ikki ni siquiera quería ser alcanzado.
--Vamos... No te comportes como un crío si no lo eres—Dijo Saga sonriendo para luego apoyar su mano libre en la pierna de Ikki quien se retrajo por aquel leve contacto. El hombre retiro su mano al ver la reacción.
--Bueno... Gracias...—El joven sin mas opciones acepto la propuesta.

Durante el trayecto Saga volteo un par de veces su mirada para observar la de su acompañante que la perdía mirando a través de la ventanilla. Esbozo alguna que otra sonrisa al percatarse lo bello que era aquel niño. Ikki se sumergió en sus pensamientos, la proximidad con el hombre, si bien la ansiaba, lo ponía nervioso... ¿Qué iría a pasar?. Sin duda lo quería, quería a Saga, pero el... ¿Sentiría lo mismo o solo...?... ¿O solo seria sexo?

CAPITULO 2:

Llegaron a la desvencijada casa e Ikki lo invito a pasar. Saga no vio nada malo en ello, aunque en su interior sabia por que había aceptado esa inocente propuesta. En aquella vivienda el pequeño Shun no estaba.

--Hoy tenia que hacer un trabajo practico con sus compañeros...—Aclaro Ikki prendiendo la hornalla para colocar una tetera.
Saga sin decir nada se sentó en una de las sillas... Solo había dos, y un sillón raido que de seguro hacia de cama para alguno de los dos hermanitos.
--¿Quieres un te?
--Si...—Respondió el hombre susurrando en el oído del pequeño, sabia... Lo sabia... Sabia que ese amor era enfermo pero no podía evitarlo.

Ikki sintió la proximidad de Saga, pero a pesar de que consiguió ponerlo nervioso no evito que los brazos potentes de aquel hombre con mirada penetrante, lo tomara por la cintura. Se dejo llevar por ese cálido abrazo.
Saga volteo a su niño y lo miro fijo:

--Eres... Hermoso...—Susurro para luego depositar un dulce beso en aquellos labios puros, inocentes, infantiles. Y lo sabia, sabia que como toda su vida, ese amor era enfermo.

El joven abrió su boca permitiendo la invasión. Las lenguas húmedas y calientes comenzaron a luchar. Bajó sus temblorosas e inexpertas manos a través de la columna vertebral de Saga y acarició aquella espalda ancha, hasta llegar a sus caderas. Las manos del hombre también iniciaron su exploración a través de aquel cuerpo y se preguntaba si era correcto profanar aquella pureza. Algo lo detuvo... Tal vez la voz de su conciencia.

--¿Qué sucede?—Pregunto Ikki cuando pudo desprenderse de aquella atrapante boca.
--No... No puedo...—Respondió con dificultad.—No puedo... Aun, todo esto me cuesta, tu...
--Shs... Tranquilo...—Intento Ikki apaciguar ese torbellino de sensaciones –Será otro día...
Parecía ser que el era el experto y Saga el niño temeroso.

Tomaron el te dedicándose miradas de deseo con algún que otro roce, pero no demasiado osado... El hombre mayor aun no se sentía seguro de profanar aquel cuerpo, aunque lo deseaba, si... Y de que manera.
Saga se despidió del joven estrechándolo entre sus brazos, besando su cuello y su boca... Por primera vez desde hacia mucho tiempo que su miembro había conseguido una erección. Se lo hizo notar a Ikki poniéndolo mas que nervioso, el hombre noto este estado y decidió dejar las cosas allí... Saga sabia, mientras tenia ese frágil cuerpo entre sus brazos, que ese amor era enfermo... Pero sin duda sentía cariño por aquel joven... Cariño y curiosidad.
Manejo con una sonrisa todo el trayecto... Hacia mucho, también, que no se sentía tan feliz. Pero al recordar la causa de su felicidad no podía evitar sentir una punzada en su alma, Ikki era un niño... Estaba enfermo, Saga se sentía enfermo... ¡Al diablo con eso!... Era feliz.
Entro a su Mansión y saludo a su mujer con un sonoro beso en la mejilla que la tomo por sorpresa, dejo de lado su revista y miro a su marido con asombro mientras se perdía subiendo las escaleras rumbo al cuarto. En el trayecto, Saga se encontró con su cuñada, dándole las buenos tardes, sorprendiendo también a Saori.

***

Los días pasaron con el atípico buen humor de Saga, producto del mal humor en Sadako y Saori. Una tarde las dos mujeres informaron que irían de compras. Como solían hacer, se perderían entre joyas y vestido por horas, por eso Saga aprovecho la ausencia y llamo a la casa de comida... Pidiendo por Udon y por supuesto por Ikki.
Ikki llego en su moto y se saco el casco dejando al descubierto su rostro de asombro.

--Waou...—Exclamo el joven al ver la imponente Mansión en donde vivía Saga quien lo recibió con una sonrisa, enternecido con aquélla vista de ver a su muchachito impactado.

El hombre lo hizo pasar y lo llevo hasta la sala, como el sabia los empleados nunca hablaban de lo que ocurría en esa casa, además, le tenían mas aprecio a el, que a esa bruja Kido. Les prepararon unas bebidas alcohólicas que a Ikki no le sentaron muy bien que digamos. Aprovecho Saga para llevarlo a conocer el parque, y por que no, su cuarto.
Ikki, como un niño se arrojo a la cama para dejar que su cuerpo rebotara contra el colchón de alambre, divertido con eso, el hombre lo acompaño, acostándose a su lado... Dejo su vaso sobre la mesilla y atrajo al niño hasta su cuerpo... Ikki se dejo llevar por esas potentes manos y esa furtiva lengua... Con duda dejo que aquel hombre lo desvistiera.
Una vez denudo, Saga se ocupo de llenar el cuerpecito tibio del niño con suaves y estimulantes besos. Si bien Ikki no era virgen, prácticamente su único hombre había sido su rubio siberiano.
Saga comenzó a desprenderse de sus ropas dejando al descubierto una incipiente erección, como hacia tanto tiempo no tenia... Sabia que se descargaría de inmediato, por eso le pidió al niño que se lo introdujera en su boca.

--Si quieres... Si no lo has hecho nunca...
--Si...—Interrumpió el joven peliazul. A sus clientes, en aquella nefasta época, debía practicarles sexo oral... Hombres mucho mas grandes que Saga, siendo el mucho mas pequeño que en ese momento.

Ikki llevo aquel pedazo caliente y palpitante hasta su boca, brindándole placeres que Saga creyó olvidados. Cuando comenzaba a disfrutar de tener ese miembro salado en su garganta un liquido espeso y conocido hace su aparición atragantándolo, saciándolo, estimulándolo.
El hombre complacido y complaciente, acostó a su niño boca arriba y comenzó a deslizar sus dedos y su lengua a través de su pecho y abdomen, hasta llegar a su ombligo y detenerse a jugar allí... Bajando hasta su erguido miembro, comenzó a propiciarle los placeres que también creyó olvidados... Placeres que el en su época supo dar.
Ikki se retorció y gimió de placer, brindando la mejor sinfonía a los oídos de Saga. En pocos segundos se descargo en la boca de su hombre sintiéndose agradecido. Saga degusto aquel néctar encontrándolo tan embriagador como antaño... Y recordó a su querido Kanon ¿Qué seria de el?... Un abrazo débil pero cálido lo devolvió a la realidad. Abrazados mutuamente, las caricias consiguieron motivarlos nuevamente.
Saga preparo, el orificio que Ikki insistía en que estaba acostumbrado, con suficiente crema... Introdujo un dedo, luego dos... Morbosamente aquello le provocaba de sobremanera... El joven, ahora boca abajo, se aferraba a las finas y caras sabanas de seda. Saga supo que lo tomaría en aquella cama, lugar que compartía junto a su mujer. Y así lo hizo. Volteo a su pequeño amante, y le abrió las piernas hasta situarse encima de él... Empujo un poco y la barrera fue quebrada... Un poco mas y ya estaba hasta la mitad... Ikki lo sentía, lo sentía dentro de él desgarrándolo. Un grito y el pedazo estaba ensartado en su totalidad. Entonces el bombeo rítmico comenzó, acompañado con el rechinar de la cama.
El joven cerraba su boca con fuerza, chocando sus dientes, ejerciendo presión... Mientras sus manos arañaban la ancha espalda del hombre que lo estaba tomando, una lagrima amenazo con escurrirse. Saga lo noto y freno su alocado vaivén.

--Shs... ¿Estas bien?—El hombre acariciaba las tupidas cejas de Ikki.
--Me... Me duele mucho... Es que... Es muy grande... Nunca me había entrado una tan grande...
--Shs... Lo entiendo...—Saga comenzó a besar la boca de su amante y en un hábil movimiento lo sentó sobre su pedazo, quedando así... Los dos sentados en la cama, Ikki encima de él.

El miembro frotándose contra el abdomen del moreno, estimulo al pequeño quien comenzaba a gozar junto al hombre mayor. Cuando Saga sintió llegar al clímax, beso sin desprenderse de aquélla boca, los labios de Ikki, mientras este, tomado a su cuello llegó al tan ansiado orgasmo, jadeando y gimiendo... El hombre también llego de la misma manera, nada mas que su miel la descargo en el interior de aquel niño tierno... Por que por mas que Ikki anduviese por la vida haciendo el papel de chico rudo... En el fondo, no dejaba de ser un adolescente temeroso... Así se conocieron... Y Saga sonrió frente a esta idea y a ese recuerdo.
Lo deposito en la revuelta cama, y se dedico a observarlo y a besarlo con devoción... Ikki era su niño y nadie se lo quitaría... Se sintió agradecido con aquel joven, por darle el placer que su mujer y la vida le habían obligado a olvidar.

***

Así transcurrieron los meses... En aparente calma. El juego de los amantes dio comienzo. Si bien Sadako se sorprendió al ver tan seguido a ese jovenzuelo que no le agradaba en lo mas mínimo, no gasto muchos segundos de su vida en sacar conjeturas sobre ello.
Saga lo hacia ir a su empresa, Ikki, como siempre llevaba el envío de comida: Udon. Y en cinco minutos, no mas... Quizás 10 si al joven se le ocurría una buena excusa que justificara en su trabajo la tardanza, el hombre le bajaba los pantalones y su pequeña ropa interior y apoyado contra el escritorio, lo penetraba furtivamente, ahogando gritos y gemidos que alertasen a la secretaria. Aquel juego morboso los fascinaba a los dos... Al joven le encantaba llegar y sin preámbulos encontrarse con sus pantalones hasta los tobillos y sus manos aferradas a cualquier cosa, mientras su hombre lo poseía de manera veloz y violenta. Por su lado, Saga disfrutaba de aquellos encuentros... Encuentros cortos pero intensos. Cuando se hacían de tiempo, arreglaban para encontrarse en algún hotel de mala muerte, pues en esos lugares, por mas que lo notaran, no se espantaban de la relación... Ikki si bien aparentaba tener 17 años, Saga dejaba muy marcados sus casi 30... Con sus rasgos firmes y profundos. Intentaban evitar los encuentros en la casa del hombre, era preferible ser precavidos... Lo bien que hacían. Pero Saga lo llamo un sábado a la tarde, aprovechando el franco de Ikki y la ausencia de su señora... Que como todos los sábados a la tarde se perdía con sus amigas en conversaciones huecas hablando mal de los demás y fanfarroneando de su suerte barata.
Saga le preparo un baño a su niño con agua tibia, que el joven supo apreciar pues la bañera era de ensueño... Lo aseo, lo perfumo y lo vistió... Deleitándose con la trémula y pura piel morena de Ikki.
El hombre lo llevo hasta su cama y con infinita dulzura lo recostó en ella ¿Para que lo había vestido?... comenzó a quitarle las prendas, una por una, disfrutando nuevamente del leve contacto. Una vez desnudo se quedo observando su virginal, a pesar de que no lo era, cuerpo... Por que si, en su alma Ikki seguía siendo un niño virgen. Con extrema morbosidad lo hizo suyo una y otra vez... Hasta que el curso de las cosas, dio un vuelco inesperado... Las infidelidades a la larga o a la corta, son descubiertas... Sadako llego temprano, pues se había suspendido el encuentro con sus amigas, encontrándolo a su marido en la cama con un hombre... Peor aun... Un niño... ¿Qué mente enferma podía aceptar algo así?... Saga sintió volver al pasado... Saga vio en su mujer a su padre... Y debajo de él a su hermano... Pero no, la realidad era otra... Mucho mas cruda... Saga lo había perdido todo... Todo... Absolutamente todo... Y todo por un niño que lo había vuelto loco de placer... Sin duda valía la pena ¿La valía?.
No solo Sadako se divorcio de Saga, aun peor le hizo la denuncia... Ikki era menor de edad. No había nada ni nadie que lo salvase... Solo una gran suma de dinero que pagase la fianza... Pero el era un Mileto... La vergüenza de la familia Mileto quienes no tenían nada... Y lo poco que había sido... Le costo reconocerlo pero era cierto, Fue gracias al apellido Kido, apellido que ahora lo había abandonado a su suerte... Sus amistades ficticias ¿Quién pagaría la fianza a un depravado sexual?... La respuesta llego para Saga de quien menos se lo esperaba... Sin imaginarlo, antes de que fuera trasladado a una cárcel... El oficial le abrió la celda ofreciéndole sus cosas: Su billetera y un reloj de pulsera.

--¿Qué?—Saga no comprendió, el oficial entendió lo que quería decir.
--Han pagado su fianza.
¿Quién en este maldito mundo podía compadecerse de su persona? Un nombre le vino a la mente, pero la simple idea era descabellada, aun así pregunto:
--¿Quién?
--Un tal... Kanon Mileto...

Así que ese maldito bastardo seguía vivo en algún lugar... Saga sonrió, y se guardo su billetera para a continuación colocarse su reloj... Se quedo un rato mirándolo fijamente... Ironías de la vida... El reloj mas caro que cualquiera podía tener era su única posesión en ese momento... Salió a la calle y el sol le obligo a cubrirse con el brazo, cuando pudo enfocar su vista otra respuesta llego sola... Con la presencia de Ikki... No solo tenia su reloj, entonces... Algo mas, en su nefasta vida, lo acompañaba... Ya no mas nefasta.
Sonrió al pequeño, y en compañía caminaron largas calles por un barrio pobre... Juntos. ¿Qué le depararía la vida? Pues ya no le importaba siempre y cuando ese pequeño estuviese a su lado ¿Y cuando sus arrugas surcaren su rostro 13 años mas viejo?... Tampoco le importaba, en su momento se preocuparía por ello...
No tenían nada, solamente su mutua presencia... Sin futuro ni proyectos...

Fin... ¿Era amor?... Gracias por leer.

Bueno, he concluido este mediocre fic... Perdonen que haga un lío con la narrativa y todos sus kilombos... Es que el castellano me resulta muy difícil... Jajajajaja... En fin... Gracias a todos por sus comentarios y por aguantar mis historias... Y dejen de decir cosas tan bonitas sobre mi por que me la voy a terminar creyendo... No se olviden de que soy argentina y encima porteña... Jajajajajaja. Espero sus comentarios, que lluevan opiniones y no se olviden que a mi me ayudan las criticas constructivas, para mejorar y entregarles mejores historias. No se dan una idea de lo que me ayudan así... He cambiado y creo, mejorado un poco a comentarios como por ejemplo de Yakumo, las criticas constructivas ayudan mucho mas que los halagos. Millones de gracias por endulzar los oídos (Mejor dicho los ojos... Jajajaja... Hoy estoy re “chispita”, me comí un payaso en mal estado, estaba vencido... Jajajaja... Y sigo, no paro).
Veré si cumplo un desafío y participo de un concurso... Si es así, dentro de poco tendrán una nueva historia Ikki x Hyoga... Y de no ser así tendrán la continuación (Y final) de “No me odien” (Ikki x Shaka) Seguido de otro fic Seiya x Jabu. Si quieren, si tienen ganas (me dicen) en mis próximos fics pongo una lista de todas mis historias con una pequeña reseña, para que si quieren, si les quedo colgado algún fic mío, lo pueden leer. Pero me dicen si quieren, por que por ahí ni les interesa.
Bueno, por el momento eso es todo, después nos volveremos a leer.

ROSAS... Me encanta esta pareja... Saga x Ikki

20/08/2005 4:43:42 Hs. Monte Grande (Próximamente San Luis) – Buenos Aires (De mi corazón) – Argentina Carajo!!!...

exclamaciondeathena@hotmail.com

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