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Mi Flor Preciada por Sebiel Michaelis Phantomhive

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Notas del capitulo:

ahora si se está poniendo peluda la cosa XD dejen rewie o no actualizo. es una advertencia a muerte wajajajajajajaja

Capítulo 10

 

 

Sentía leves punzadas en la parte baja del abdomen, no era capaz de mover un centímetro de su cuerpo sin que la cadera le doliera horrores. Por instantes se preguntaba si realmente el calentón habría valido la pena…

 

En realidad si valió mucho la pena, pero se sentía realmente exhausto. El lado positivo de todo aquello era la dicha de tener los delgados y ligeros brazos de su demonio brindándole calor, podía sentirlos rodeando su cintura a la vez que olía su cabello. Deseo permanecer en ese estado eternamente, de no ser por un ligero detalle, su hombre no tenía los brazos tan delgados ni mucho menos tan ligeros.

 

Entreabrió sus orbes azules vislumbrando el entorno tanto como se lo permitía la poca luz que se filtraba por la ventana, su mirada se topó con otra de color pardo con tintes rojizos, entonces se dio cuenta que no podía estar sintiendo las suaves hebras del cabello de su demonio rozarse con su nariz perfilada, si la cabeza de éste reposaba en la almohada contraria. Espabiló un poco más, logró detallar como su brazo rodeaba una figura mucho más pequeña que la suya y ésta a su vez era quien realmente le abrazaba.

 

-Buen día Bo-ronroneo el ojipardo recostando la cabeza en la palma de su mano- como verá, se coló un intruso anoche.

 

-Es un travieso- El joven afianzó el abrazo que ejercía en el niño- estuve pensando, cuando saliste a dejar todo listo en la noche- Sebastian se acercó un poco más, centrando su entera atención el peligris- ¿cómo fue posible tanta felicidad?- ambas miradas chocaron, profundizando en la otra.

 

-Fue un milagro-sonrió de lado.

 

-Valla, un demonio hablando de milagros-dijo el conde sarcástico.

 

-Iré a preparar el desayuno- se inclinó proporcionándole un profundo beso, saboreo sus labios y jugo un poco con su lengua, se le estaban quitando las ganas de levantarse, al notar que ejercía demasiada presión en el cuerpo del bello durmiente quien comenzó a removerse, consiguió la fuerza para separarse de su amo.

 

***********************************

 

Vincent se encontraba sentado en la orilla de la cama degustando de unos crepes con sirop de maple que había preparado su padre. Ciel estaba recostado de medio lado incapaz de levantarse.

 

-Hijo, cómo es que te cuelas a mi cama por las noches y no lo recuerdas- este giro su rostro para detallar las orbes azules, la sonrisa burlona de su papá expresaba “no te creo ni un poquito”. El menor agacho la cabeza con los pómulos sonrosados.

 

-Realmente no lo recuerdo- volvió a levantar la mirada- tu olor- inclinó la cabeza en el pecho del ojazul e inspiro- es distinto, cada día que pasa es diferente del día anterior. Y tu vientre-paseo una mano por éste- es tan sumamente cálido-Ciel se sonrojó a más no poder y Sebastian frunció el ceño- papá, ¿por qué no puedes levantarte? –dijo el pequeño y sus ojos se tornaron acuosos.

 

-El Conde fue irresponsable anoche, hizo desarreglo-Reprendió Sebastian.

 

-¿Qué hizo?-preguntó curioso.

 

-Son cosas de adultos-se molestó el joven por el comentario de Sebastian. El niño lo vio inflando los mofletes.

 

-Pues no deberían hacer esas cosas de adultos-dijo celoso.

 

Sebastian soltó una carcajada limpia-si no hiciéramos cosas de adultos, tu jamás habrías nacido-revolvió sus cabellos. Ambos demonios comenzaron un pequeño debate sobre que el mayor debía velar por el bienestar de su amo sin ningún tipo de excusas y al mayor le comenzaba a salir una vena de la cien al ser reprendido por su hijo.

 

El joven conde los observaba enternecido por la escena, meditaba cada palabra dicha “si no hiciéramos cosas de adultos, tu jamás habrías nacido”. Sufrió un ligero mareo, una punzada se coló desde su vientre hasta su parte baja, sintiendo una calidez salir de su entrada. Su corazón se encogió mientras inhaló una gran bocanada de aire, ayudando a soportar el intenso dolor.

 

Sebastian paró la discusión de insofacto y aguzó la vista en el conde. Ciel no quería asustar a Vincet, por lo tanto, sólo espero que la sensación menguara, sujetando levemente su vientre le dirigió una mirada melancólica su mayordomo.

 

-Sebastian, el haber concebido a Vincent ¿fue un milagro o una maldición? –el mayor abrió los ojos, no concebía la lógica de la pregunta dentro del contexto que se suscitaba actualmente.

 

-Creo haberlo aclarado esta mañana.

 

-Hijo, ¿podrías dejarnos solos un rato?- al conde se le notaba una gran angustia en la mirada, el mayordomo se preocupó aún más. El niño fue sacado en un segundo antes de que pudiera protestar, molesto se fue a su habitación, ahora lo sacaban así no más, no era tonto, pasaba algo, lo notó en la cara de su querido papá, odiaba que lo trataran como a un niño.

 

 

Ciel acentuó la mueca de dolor y Sebastian se apresuró a su lado, el joven levantó lentamente la sábana y bajo estas comenzaba a vislumbrarse un manchon rojo entre sus piernas- y ahora, ¿será un milagro, o una maldición? –dijo mientras las perlas cristalinas rodaban por sus ojos.

 

Continuará…

Notas finales:

DEEEEJJJJJJEEEEENNNNN REEEWWWIIIEEEE

 

y digan lo que opinan lo que quieren que pase lo que imaginan que va a pasar y tirenme todos los tomates que quieran para que cuando haga la remasterizacion tenga en cuenta todas sus sugerencias 

 

bey bey


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