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Mi Flor Preciada por Sebiel Michaelis Phantomhive

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Notas del capitulo:

por tardar en actualizar aquí va una largo ;)

 

ok que creen que es lo que tiene el pobrecito de Ciel?

Capítulo 7

 

 

 

Al ser un demonio, dormir era irrelevante, sin embargo, disfrutaba  la sensación que le brindaba  el cálido cuerpo del peligrisáceo al entrelazar sus piernas debajo de las sábanas, mientras él lo arropaba con un brazo, a la vez que reposaba su cabeza en la almohada, oliendo el perfume que desprendía su cabello.

 

 

 

Los murmullos de la noche carecían de la capacidad de perturbar el letargo en que se sumergía al encontrarse en esa posición. Meditaba en esos instantes en el tiempo que llevaba gozando de su estadía en la mansión. Tras todos los años que había vivido, ésta corta temporada era la que más adoraba, a pesar de eso, le trastornaba el pensar, que su pequeño ya era un hombre, y los años seguirían pasando delante de la frágil vida de un simple humano. Obviaba una y otra vez la gran pregunta, ¿cuánto tiempo duraría de esa forma? No sabría qué hacer cuando llegara la hora de que el cuerpo terrenal de su amo abandonara éste mundo, y entonces qué haría?

 

 

 

Sus preocupaciones futuras pasaron a segundo plano al recordar los últimos cambios del joven noble, y nuevamente sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar el casi imperceptible chirrido de la puerta abriéndose. Una pequeña figura de cabellera negra se asomó a la habitación, sus ojos, rojos como la sangre fueron iluminados por la luz lunar que se filtraba por la ventana, Sebastian alucinado, observo como con pies descalzos dirigió sus pasos a la gran cama hecha de roble, sin ningún miramiento se deslizo entre las sábanas para quedar abrazado al cuerpo desnudo de su papá, sin siquiera darle importancia al gran brazo que rodeaba el cuerpo de éste.

 

 

 

-¡Vincent!- recriminó Sebastian, al tiempo que se apoyaba del codo para levantarse. Fue inútil, el niño dormía profundamente. Con cuidado lo removió un poco para vestir a su amo con uno de sus grandes camisones, al sentir el cálido cuerpo ser colocado nuevamente en la cama Vincent rodeó inmediatamente su cintura, esto al mayor le parecía un poco extraño, el niño, según su parecer, había entrado en la habitación sonámbulo.

 

 

 

El demonio terminaba de ajustar su corbata para salir de la habitación cuando sus oídos escucharon las palabras que se escaparon de los labios del niño en sueños.

 

 

 

-Te cuidaré…

 

 

 

****************************************

 

Nuevamente, se repetía la misma escena. Como todas las mañanas, el mayordomo sirvió el desayuno en bandeja de plata para despertar a su amo.

 

 

 

Al abrir las pesadas cortinas la luz se filtro por los cristales iluminando un pacífico rostro de largas pestañas. Encandilado, Ciel abrió sus parpados, observando la imponente figura del mayor.

 

 

 

-Buen día Bochan-se acerco con parsimonia a la cama, Ciel esbozó una sonrisa  picara al recordar la noche pasada. El menor tuvo intención de levantarse y devorar la boca del mayor  (como lo hacía cada mañana) sin embargo, un peso que rodeaba su abdomen bajo las sábanas se lo impidió. Un pequeño sobresalto por parte del menor no sorprendió al mayordomo, el ojiazul lo vio fijamente con extrañeza e inmediatamente se quito las mantas que le cubrían para confirmar lo que sospechaba.

 

 

 

Igual que la primera vez se consiguió con una imagen que lo conmovió. Vincent reposaba su pequeña cabecita en el pecho de Ciel, mientras con su brazo y pierna rodeaba el menudo cuerpo de su papá.

 

 

 

-mira quién se volvió a colar entre mis sábanas-dibujo una sonrisa, el mayor ésta vez torció un poco la boca.

 

 

 

Al sentir el movimiento el plácido sueño del niño se vio interrumpido, entonces sus ojos de un color azul más oscuro que el de su papá se abrieron perezosamente, vislumbrando la figura de ambos progenitores.

 

 

 

-Buenos días cariño.

 

 

 

-Buenos días papá-observo el lugar asombrado-¿eh?–ambos mayores se vieron de reojo, con esa expresión quedaba más que claro para el mayor el sonambulismo de su hijo.

 

 

 

-Supongo que hoy tocará otro desayuno en familia-sonrió Ciel complacido, Sebastian no chisto nada en absoluto y se dispuso a disfrutar del momento, después de todo lo que había pensado esa noche, concluyó que debía aprovechar hasta el más mínimo segundo de esa convivencia, así se le partiera el corazón más tarde, cuando los años le cayeran encima a su amado.

 

 

 

Ciel y Vincent se encontraban sentados a la orilla de la cama tomando el té, Sebastian acercó una silla junto a la mesilla donde estaban dispuestos los bocadillos, hablaban de trivialidades tales como que al pequeño le gustaría un perro.

 

 

 

Quería guardar ese recuerdo en su memoria como un tesoro muy valioso, tenía un hermoso hijo, que aunque se parecía mucho a él, había sacado casi los mismos ojos de su amo y además tenía las mismas malas mañas de niño malcriado, y es que por supuesto, hasta él lo consentía demasiado, quería explicar esa opresión que sentía en el pecho al estar así con su familia, no era un sentimiento para nada desagradable, sólo que era desconocido.

 

 

 

Ese momento, realmente quería que permaneciera en su memoria como algo muy especial, realmente quería que así fuera, pero todo cambión cuando su joven amo torció el gesto de malestar, sujeto con un brazo su estómago y con la otra se tapo la boca. Inmediatamente fue cargado en volantas y dirigido al baño, Sebastian le entregó una cubeta dónde devolvió apenas el té que recién empezaba a tomar.

 

 

 

Para Vincent todo fue demasiado rápido, en sólo en segundo, luego de reir a carcajadas, escuchaba  los sonidos que salían del baño, se arrepintió de asomarse a ver, ya que se encontró con el noble desplomado en los brazos del mayordomo casi desmayado del agotamiento.

 

 

 

No estaba bien, lo sabía, Sebastian lo sabía desde hacía unas semanas y no le dio la importancia que ameritaba.

 

 

 

-Vincent, espera afuera.

 

 

 

-Pero…

 

 

 

-¡Ve!-el pequeño salió corriendo de la habitación.

 

 

 

Con cuidado ayudo al noble a lavarse, luego lo cargo y lo recostó de la cama.

 

 

 

-Se lo dije-el otro sólo lo ignoró-no está bien.

 

 

 

-Lo siento-el mayor sujetó su mano-también-Sebastian se sentó junto a él-me duele mucho la cadera-ejerció tensión en la mano que sujetaba al conde y frunció el seño con enojo.

 

 

 

Continuará…

Notas finales:

se pone mejor pronto ;) por favor los rewis me alientan a continuar, todos los dias reviso a ver si hay uno nuevo y entonces me animo a escribir, pero si voy a escribir para nadie  entonces no escribo :p


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