El ambiente de ese edificio en especial siempre había resultado agobiante para el, aunque no mas que para cualquiera, el olor a plástico y medicina, era similar en las farmacias pero mas exagerado. El jaleo de las personas por los pasillos, el estrés de no encontrar la maldita planta que buscaba y ni hablar de la habitación. "Planta de ingresos de urgencia, habitación 572" dijo la atolondrada de la recepcionista, claro, ¿que fácil verdad? todo parece muy fácil cuando lo único que tienes que hacer es leer el historial de pacientes de un folio mientras masticas un chicle como una rumiante, y de paso, te dedicas a guiñar el ojo descaradamente a cualquier chaval atractivo que pare a pedir información, por eso mismo no dudo en su respuesta cuando esta chica de pelo rojo y uniforme de enfermera desaliñado le guiño un ojo sonriendo. "Soy Gay". Habría pagado millones por poder fotografiar esa cara de Decepción/Asombro, pobre chica.
Cuidadosamente examino la tabla de información de plantas en el ascensor, al final pulso el botón número 5.
El pasillo estaba saturado, enfermeras charlando en la recepción de la planta, un par de mujeres sentadas en las sillas de espera, un niño jugando con una consola, y un hombre discutiendo con las enfermeras de la recepción que lo ignoraban.
Una camilla paso a la velocidad de la luz con un hombre mal herido en ella y un par de médicos dirigiéndola rápidamente, el nombre de la planta empezaba a tener sentido.
Habitación 572, a saber donde estaba.
Recorrió el pasillo kilométrico sin encontrarla, y como no, las enfermeras seguían diciéndole que siguiera andando, al final estaba la susodicha habitación, maldito Daehyun, encima de preocuparle de repente y obligarle a acudir corriendo al hospital le alojaban en la habitación mas profunda del hospital.
Por el camino compro una Coca-Cola y una ensaimada en una maquina expendedora, al comilón de Daehyun le alegraría algo de comida, además, la fama de la comida del hospital era desastrosa.
La habitación 572 por fin apareció frente a el.
Llamo a la puerta con tres toques y nadie contesto.
Con cuidado abrió la puerta, ¿seria posible que Dae estuviera dormido?
Pero frente a el, al entrar no estaba Daehyun, sino un muchacho delgado, muy delgado, de piel blanquecina, su pelo rubio cobrizo caía por sus cejas. Mantenía sus ojos tremendamente abiertos mirando al intruso sorprendido. Vestía el típico uniforme de paciente, resultaba ridículo para cualquiera, sin embargo en ese chico delgaducho resultaba ciertamente lindo, ese pálido azul hacia un perfecto contraste con su pelo. Estaba en la cama sentado de piernas cruzadas mientras mangoneaba una de sus muñecas que se encontraba vendada, al parecer estaba tratando de quitar la venda blanca impoluta.
Sonrió un poco avergonzado al haberse equivocado de habitación, esa maldita rumiante de chicle...
- Hey... Lo siento creo que me he equivocado de habitación - Comentó revolviendo el pelo su su nuca.
El otro no contesto, sólo intento tapar la venda de su muñeca, como si quisiera ocultar que había intentado quitarla segundos antes.
El otro sonrió de nuevo.
- Creo que esas cosas están hechas para que no se quiten prematuramente - Dijo dando un paso hacia el joven rubio confiado.
El rubio reaccionó soltando la venda y dando al otro una mala mirada, eso no lo concernía en absoluto, por lo que fue un poco grosero irrumpir e insinuar lo que debía o no hacer.
El intruso en su habitación era alto, de una edad joven de unos 20, tenia el pelo castaño que derivaba a oscuro a medida que caía, cubría sus cejas coquetamente, su piel era algo mas morena que la suya y no cabía decir que era bastante mas fornido que el, tal vez fuera por la camiseta de tirantes y los vaqueros que daba la impresión de "Chungo" aunque su sonrisa dijera otra cosa.
- La enfermera dijo que podía ir quitándomelo - Mintió, sin sentido, a ese chico no le importaba en absoluto lo que hiciera o dejara de hacer, ni siquiera debía estar ahí.
- Lo dudo, los médicos quitan ellos mismos las vendas, por lo que, tal vez deberías dejarla como esta, por tu salud - Dijo acercándose mas. Tenía cierta curiosidad, y ya que el destino le había conducido a la habitación equivocada por culpa de una recepcionista inepta, ¿por que no cotillear un poco?
- Eso no te importa - Soltó el otro de forma arrogante para después con la mirada fija en los ojos del moreno dar un tirón a la venda, quitándola por completo de su muñeca, dejo salir un gemido leve de dolor, no había sido bonito hacer aquello tan bruscamente sólo como respuesta a ese desconocido entrometido.
- No has debido hacer eso - Contestó el moreno acercándose rápidamente y tomando la mano de este, que estaba roja del tirón y de la herida.
Miro su muñeca unos instantes, preguntándose interiormente porque un joven como el rubio tendría un corte así, algo que normalmente se hace uno a si mismo.
- ¿Te importa? - Preguntó el rubio espabilando al otro para que soltara su mano.
- ¿Porque has hecho una cosa así? - Pregunto mirándole con cierta decepción, no lo conocía y ya le daba pena.
- ¿Porque no iba a hacerlo? ¿Acaso te debo alguna explicación a ti?
- Eres tan joven...
- ¿Y que? No hay edad para esto - Señaló el corte vertical en su muñeca irritada.
- Nada merece esto - Dijo rápidamente volviendo a tomar la muñeca del rubio y sentándose a su lado en la cama.
El otro no podía creerlo, un autentico desconocido le exigía explicaciones de sus decisiones en cuanto a su propia vida. Increíble.
- Tu eso no lo sabes.
- Nada, implica que intentes quitarte la vida.
- ¡Sigue sin ser de tu incumbencia! - Grito el Rubio molesto por el intruso.
- El moreno palpo la herida casi cerrada en la muñeca del otro, una queja salio de los labios de este, no se explicaba aun como alguien como el recurriría a eso - ¿Tan poco te valoras?
- Ante eso el rubio exploto gritando, al borde del llanto por las palabras del otro, tenía suficiente con sus propios demonios y amarguras, no tenia derecho a entrometerse así en su vida y en el final de esta - ¿Y tu que sabes? A lo mejor soy un desgraciado que merece esto, ¡tu ni siquiera tienes que estar aquí entrometiendote y juzgandome!
- ¡Yo no te juzgo, solo intento entender como recurres a esto, alguien como tu! - Contestó dando un tirón a la muñeca del rubio haciéndole algo de daño que reprimió.
- ¡Por que quiero! ¡Ahora vete! - Grito.
- No.
- ¿Como?
- Que no me voy, ¿y si lo vuelves a intentar? Alguien tiene que impedir que un niñato como tu cometa un error.
- ¡Es lo que quiero! - Contesto levantándose, aun no sabia como había llegado a discutir con un desconocido sobre su vida. - Y ya te he dicho que no te quiero aquí.
- ¿Que lo quieres? - Pregunto, lo pensó un momento, la curiosidad se había convertido en un completo interés en menos de cinco minutos, gracias a dios, si algo se le daba bien era manipular todo a su alrededor - Dime, ¿es tu primer intento?
- El rubio dudo antes de saber si debía contestar o no a ese aparente psicópata - No, es la tercera vez.
- Aja... ¿sabes una cosa? - Empezó - a alguien que quiere de verdad acabar con todo pueden detenerle una vez, pero después, su decisión en sus actos lo llevará a no fallar una segunda. - Dio un corto paseo por la sala mientras hablaba - Sinceramente, creo que tu no podrías hacerlo, porque en verdad no lo quieres.
- El rubio desencajó su mandíbula abriendo la boca, ¿un desconocido se atrevía a hablarle así? - ¿¡Pero que estas diciendo estúpido!? ¿Que sabes tu de mi?
- Que en verdad no quieres acabar con tu vida - Dijo tranquilo, se le escapo una leve sonrisa.
- No sabes ni de lo que hablas.
- Se perfectamente de lo que hablo, tu no vas a suicidarte Rubio - Soltó relajado.
- Si, si lo haré. - dijo el rubio conteniendo de nuevo unas lágrimas que no entendía porque querían salir.
- Bien, Te propongo algo, espera una semana para hacer lo que creas correcto. - Sugirió el moreno.
- ¿porque iba a hacer eso? - Su tono de voz seguía siendo muy arrogante.
- Hasta ese día, te propongo que pases los demás días conmigo, los siete días, si al final del séptimo aun quieres acabar con tu vida, hazlo sin mas - El rubio lo miro confundido - ¿Que? ¿No te importara esperar una semana mas no? Te enseñare a valorar tu vida. Te enseñare que merece la pena seguir viviendo. Te enseñare a vivir Rubito.
- No quiero pasar los días contigo, no tengo ninguna razón par hacerlo, eres un entrometido y además, ni te conozco. No harás que cambie de opinión respecto a nada - el rubio se mantenía quieto en una esquina de la habitación.
- Soy Bang Yong Guk, 23 años. - Se presento el moreno - Pasa esta semana conmigo, haré que cambies de opinión en cuanto a tu vida. - Dijo - Creó que estarás un tiempo ingresado, Vendré mañana por la mañana a las 9. Estate preparado, Nos vemos rubio.
Y tras eso se limito a salir de la habitación dejando a un sorprendido rubio con muchas cosas sin entender en la habitación. Ese Bang Noseque había irrumpido, lo había faltado RL respeto, se había metido en cosas que no le importaban... porque le resultaba todo tan extraño de repente.
- No pienso pasar un solo día contigo - Dijo una vez que estuvo solo.
----------------------------------------------------------------
Algo aburrido de las enfermeras ignorantes de ese hospital se las arreglo para dar la vuelta y volver a caminar por todo el interminable pasillo hasta llegar a la habitación nueva que le habían indicado, 534.
Esta vez no se molesto en llamar a la puerta, irrumpió en la habitación sin cuidado para encontrar a un moreno riendo tumbado en la cama, con el mismo uniforme de paciente azul pálido, agarrando su estomago a causa de las carcajadas, frente a el, otro moreno estaba de pie, de brazos cruzados y con una mustia cara de molestia, este vestía ropa normal de calle en su mayoría blanca.
Los dos se giraron ante su entrada. No tardaron en sonreír los tres al momento.
- ¡YongGuk! - grito el que ocupaba la cama - ¡Ya era hora! Podría haber muerto y no me habrías dado tu adiós - Exageró.
- ¡Callate Daehyun! - Contestó el mayor lanzándole al menor la ensaimada y la Coca-Cola, las cogió al vuelo - Si me hubieras llamado cuando te traían al hospital y no después de despertar de la anestesia habría estado aquí antes. ¡Hey! Hola Jae - Saludo abrazando a este.
- Hola Guk - Respondió YoungJae al abrazo - Que bien que ya estés aquí, este idiota - Señalo al mediano - Pretende irse hoy mismo.
- De eso nada - Ordeno YongGuk.
- Pero si estoy bien - Canturreo el paciente.
- ¡Te han operado hace unas horas!
- No seas dramático Jae, solo era apendicitis - le quito importancia sacudiendo una mano mientras sostenía la ensaimada con la otra para acabar dándola un bocado enorme.
- ¡Si! Pero como eres idiota y no acudiste al medico cuando tenias que hacerlo - Explico el menor - tenias una infección grave, en resumen; ¡Que estas hecho un asco y de aquí no te vas!
- Joder Cariño, pero si ya estoy genial. - dijo Dae Haciendo un mohín.
- ¡Que no!
- Bueno, Bueno... ¿y tu donde estabas? - Pregunto mirando a YongGuk, que observaba animado la escena de la pareja - Te llame hace una hora y no es que vivas muy lejos de aquí.
- El mayor sonrió - Pues la verdad, me he perdido por las desgraciadas de las enfermeras, y he acabado en la habitación de un joven muy interes...
- ¿¡Tu mejor amigo muriéndose y tu ligando!? - Exclamó Daehyun interrumpiendo con cara de indignación dando un sorbo a la Coca-Cola.
- ¿No era solo apendicitis? - Levanto una ceja divertido.
- ¡No cambies de tema!
- Solo me dieron una habitación equivocada y acabe con un chico arrogante y estúpido, lo veré mañana. - Explico.
- Vamos que si has ligado Gukkie - Concluyo YoungJae.
- De eso nada, solo es un tonto al que me he propuesto encaminar.
- ¿Tan malo era? - Pregunto el menor de todos.
- YongGuk sonrió - No del todo, solo le tengo que enseñar a valorar la vida.