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Te Enseñare A Vivir por OnlyBekah

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La mañana amanecía algo deprimente en esa blanca habitación, sus huesos seguían cansados del estrés del día anterior, primero, le interrumpían con las manos en la masa y evitaban su suicidio, después un entrometido rarito irrumpía en su habitación interesándose por cosas que no le concernían y planeaba el amargarle su ya horrible existencia durante una semana entera -No si me suicido antes, pensó- Mas tarde una de las ineptas enfermeras jóvenes que habitaban en ese hospital le hecha a coquetamente la bronca mientras intercalaba guiños, parecía un coche con el intermitente puesto, y para terminar, le mandan a un Psicólogo -No sabia que hubiera en el hospital y que fueran a enviarsele- para darle una charla e intentar concienciarle de que su vida era muy importante y merecía la pena conservarla.

En fin, una Mierda de día.

 

Y ese día nuevo no amanecía mucho mejor, un rancio desayuno ya estaba en su mesilla con un papel con un numero de teléfono sujeto bajo la taza de lo que parecía leche. 

No lo miro mucho mas, no pensaba tomar un bocado, ese era otro método, el ayuno.

 

Las 8:30. No tenía nada que hacer, y al parecer sus padres no se presentarían de momento. Por lo que opto por darse una ducha.

 

Se apoyo en la pared de la ducha, cerrando los ojos dejo que el agua caliente, casi ardiendo calentara sus huesos. Su blanquecina piel fue tomando un color rojizo por el calor.

La sensación de ser completamente limpiado era perfecta, una armonía se creaba en su interior. Era una de las pocas formas que tenía de sentir que podía seguir vivo, pero claro, la vida en si no se resume en una ducha diaria y agua caliente.

Pensar en como llego a aquello era algo es tupido, ya que en su vida no había nada especial, no era un desgraciado, no sufría escasez de dinero ni era maltratado, juraría que no tenia ningún trauma ni en verdad nada de lo que arrepentirse, pero aún así. No le gustaba vivir así.

 

A regañadientes salio de la ducha enrollando después una toalla a su cintura. Se miro al espejo del baño, era alto, delgado, muy delgado y su lechosa piel daría bronceado a cualquiera en comparación. 

 

Se dirigió fuera, a la habitación y se puso unos boxers, una camisa blanca prácticamente transparente y unos pantalones negros. No era por nada en especial, y aunque una de las enfermeras le había dicho que se mantuviera con el uniforme de paciente, se negaba a llevar de nuevo ese batín azul apagado por mucho que se lo exigieran, además, no podía faltar mucho para que le dieran el alta, el psicólogo no avanzaría mucho con el, y tan solo tenía un corte, por lo que no era importante ¿no?

Había enfermos más graves que podían estar ocupando esa habitación.

 

Sacó su móvil y se tentó de hacer una llamada, pero le salvo la imprudencia un moreno que volvió a interrumpir en su habitación, para variar.

Con el pelo desordenado vestía una camisa azul celeste y unos pantalones negros también.

 

- ¡Hey! ¿Ya estas listo? - Pregunto el recién llegado con una imponente sonrisa.

 

- ¿Tu otra vez? ¿Listo para que? - Contesto el rubio haciéndose el loco.

 

- ¡Para darle un poco de alegría a tu vida chico!

 

- Ni necesito alegría en mi vida.

 

- Claro que no, por eso es tan valiosa para ti - comento sarcástico. - Ya que estas bien vestido vámonos, daremos una vuelta.

 

- Primero, no saldré contigo a ninguna parte, segundo, no puedo irme, estoy ingresado - contesto el menor sin mirarle, sentándose en la cama despreocupado.

 

- Pero aquí te aburriras.

 

- Aun así lo prefiero.

 

- No pretendo sacarte a rastras rubito, por lo que si prefieres esperar a la próxima visita del Psicólogo, allá tu. - Dijo Yongguk con una ligera sonrisa, esperando que la amenaza del regreso de el "TorturaMentes" lo persuadiera.

 

- Pe so un momento, definitivamente no quería escuchar de nuevo a ese cuarentón aburrido que intentaba hablarle con un lenguaje juvenil ya obsoleto para parecer mas de confianza. - Vale, vámonos.

 

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El mayor miraba fascinado el mapa que acababa de recoger en la casilla de venta que taquillas.

Mas de diez zonas coloreadas con indicaciones, cafeterías, espectáculos, si no le gustaba eso al rubio definitivamente estaba tratando con un rarito mas amargado de lo que pensaba.

 

El rubio era arrastrado de la muñeca por un moreno que mantenía su sonrisa mientras ojeaba el mapa.

Ese lugar estaba repleto de niños y padres, parejas felices, resultaba demasiado pegajoso y meloso para el, se respiraba tanta alegría infantil allí.

 

- Un Zoológico. - Comento el rubio con voz rancia mientras era guiado por el moreno a dios sabe donde - Me has traído a un zoológico.

 

- Centro de entretenimiento biológico y geológico. - Respondió - De animales.

 

- ¡Oh! ¿¡Entonces también veremos plantas!?

 

- No seas así rubito, ¿a quien no le gustan los animales? ¡Le alegran la vida a cualquiera! - Soltó contento dirigiéndose al acuario.

 

- ¿A los cazadores furtivos?

 

- Bueno.... siempre hay excepciones, además no los cazarían si no les gustaran. 

 

- ¿A los traficantes de animales? - Volvió a decir irónicamente.

 

- Que gafe eres Rubio - Comentó el mayor parándose en la puerta del acuario.

 

- Tengo nombre ¿Sabes? - Dio un tirón a su mano, soltándose del agarre del moreno.

 

- Dímelo entonces. - Sonrió

 

- Zelo.

 

- ¿Zelo? Un apodo... ¡Bien! Pues vamos Zelo - Exclamo alegremente antes de arrastrar de nuevo al menor, esta vez al interior del acuario.

 

El menor no dijo nada al entrar, se esforzaba en poner cara de asco cada vez que Yongguk le señalaba un pez. Sin embargo era fácil notar que le gustaba el detalle del agua por encima de su cabeza.

Se llevo un susto cuando un tiburón espada paso a su lado, le dio un golpecito minúsculo al cristal, observando que el animal ni se inmutaba con su presencia.

Los niños parecían tan felices allí abajo, era la primera zona del Zoo a la que entraban, ni quería ni imaginarse la felicidad que irradiarían en las zonas de felinos, elefantes o monos.

 

- ¿Porque Zelo? - Pregunto el mayor de repente mientras Zelo miraba entretenido admirando unos dientes antiquísimos de megalodon.

 

- Me lo pusieron de pequeño.

 

- ¿Porque? - Preguntó de nuevo.

 

- El rubio chasqueo la lengua molesto - Al parecer de pequeño era muy cabezota, muy competitivo.

 

- ¿Y ahora? - Dijo el moreno detrás del pequeño.

 

- La voz retumbó en sus oídos siendo han grave - Ahora no me esfuerzo en nada.

 

- Que derrotista.

 

La siguiente zona fue mas animada para el pequeño y mas repugnante para el mayor.

El olor a plantas unido a la oscuridad de la zona resultaba asquerosa, detrás de cada cristal una serpiente reptaba, un lagarto correteaba o un sapo croaba de forma siniestra.

Pero al menor parecía gustarle, porque por un rato no hizo ninguna mueca ni avanzo rápidamente para irse lo antes posible, iba con calma, callado y observando cada reptil lamigoso y asqueroso que veía, y porque no, de vez en cuando rodaba los ojos cansado de los comentarios miedicas y asqueados de su mayor secuestrador.

 En un momento el menor se encontraba admirando una serpiente enorme, la cual podría haberse catalogado como anaconda perfectamente, el mayor pensó que podría comérselos a los dos en un segundo.

 

Al salir de la oscura sala de reptiles los dos caminaban por las instalaciones al aire libre de nuevo, empezaba ha hacer calor. Zelo se encontraba un poco mas suelto, aunque nunca lo admitiera le había gustado un poco ir a ese lugar.

 

- ¡Hey! ¿Quieres un Helado? - Preguntó animado Yongguk pasando por delante de una de mas mil cafeterías que había.

 

- No.

 

- Genial, ¿De que sabor? - Lo ignoró.

 

- De ninguno, ya te he dicho que no quiero. - Volvió a responder rodando los ojos.

 

- Bueno, probaré suerte con el chocolate. 

 

En un momento corrió a la cafetería sonriente dejando a un atónito Zelo. Vale, ese hombre era tonto, ¿verdad?

Su insistencia cansaba al menor, era una causa perdida intentar animarle, tenia la misma idea inicial que al principio, acabar con todo, ni siquiera sabia porque había aceptado salir del hospital con el, supongo que era por el "TorturaMentes", y aun así seguro tendría consecuencias, al fin y al cabo uno no puede irse cuando esta ingresado.

Un Yongguk corriendo se acerco a el con la misma sonrisa tonta ofreciéndole un gigantesco helado de chocolate, vale, no tenía mala pinta, admitamoslo.

Lo tomo de mala gana y lo estuvo arrastrando la mitad del camino hasta la zona de los felinos, cuando una derretida gota dulce y pegajosa resbalo por su mano que aun sostenía el intacto helado no lo dudo y le dio un lameton, sorpresa siendo se por el agradable sabor, tal vez ese zoquete secuestrador no s hubiera equivocado del todo con el helado. Empezó a comerse el helado antes de que se derritiera mas bajo la atenta y disimulada de un orgulloso Yongguk que controlaba mas de lo que Zelo creía.

 

- ¿Y tu en que trabajas? - Pregunto el rubio lanzando el envoltorio del barquillo del helado a un cubo de basura cercano mientras se dirigían a la zona felina.

 

- ¿Curiosidad? - Dijo el mayor sonriente, estaba avanzando mas rápido de lo que creía.

 

- En absoluto, es por hablar de algo.

 

- En ese caso - Sonrió Yongguk - Trabajo de compositor, aunque no tengo mucho renombre aun.

 

- Compositor.... esperaba algo mas Nehandertal para ti - comento con algo de malicia.

 

- ¡Eh! Un poco de respeto - Grito el moreno sorprendido por el ataque. - ¿Y tu? ¿Que querías ser si fueras a tener futuro? - Preguntó el mayor escogiendo sus palabras.

 

- No lo se, nunca lo he pensado bien.

 

- Que niño mas raro.... - Soltó el moreno.

 

- No soy un niño - Contestó a la defensiva.

 

- Claro que lo eres.

 

- no me conoces como para determinar eso - La forma en la que el pequeño se enfadaba le resultaba extraña al mayor, era tan irascible e infantil.

 

- Un adulto no lo cortaría todo por lo sano sin más - Llevaba toda la mañana esperando que surgiera el momento o la conversación para atacar el tema de las decisiones del menor, manejaría la conversación, no podía dejar pasar una oportunidad así.

 

- He vivido mucho como adulto para poder decidir lo que hacer y como hacerlo - contesto decidido el menor, caminando hacia la zona felina.

 

- Como un adulto... - Repitió Yongguk, sostuvo el brazo del menor, parándolo - ¿Te das cuenta de lo que te pierdes? ¿De lo que dejas atrás?

 

- No me importa a quien deje atrás. - dijo Zelo secamente.

 

- No he dicho quien, sino que.

 

 

Caminaron de nuevo en silencio, el menor se quedo con las ganas de contestar al mayor, pero la verdad es que no sabia muy bien que decir.

 

- No lo has entendido ¿verdad? - Preguntó de repente el mayor sorprendiendo a zelo y parándolo de nuevo.

 

El otro no contesto, así que Yongguk se explico.

 

- No me refiero a quien dejas atrás o a quien haces daño, al fin y al cabo vienes solo y te vas igual. Me refiero a tu futuro, no académico, tampoco a un trabajo, solo a ti. Zelo, tu futuro, solo con levantarte cada día y Reírte por cualquier tontería puede hacerte feliz, cualquier cosa cotidiana, como comer tu comida favorita de vez en cuando, tener un buen colchón y disfrutar de un buen momento diario en el que rías puede hacerte tremendamente feliz, y tu vas a perdertelo todo. 

 

No dejo contestar al mayor, empezó a andar de nuevo entrando en la zona felina, algo le decía que no lograría encontrar algo que hiciera feliz fe verdad a zelo, tal vez enseñarle que cualquier cosa podía hacerlo ayudaría.

 

La zona de los felinos, literalmente apasiono al mayor, que correteaba de un lado a otro mirando y sacando fotos a todos los felinos que veía. Mientras el menor lo miraba extrañado, el era el adulto, o eso se suponía.

 

- ¡Dios mio, Mira ese! - Grito Yongguk señalando un tigre - ¡Que rico! ¡Yo quiero uno!

 

- ¿Quieres de mascota un minino asesino? - Dijo Zelo con cara de desprecio.

 

- ¿Habla el que quiere una serpiente devora hombres y un sapo siniestro?

 

- No es lo mismo 

 

- No claro que no.

 

Zona canina, zona de aves, zonas, zonas, zonas.

Al cabo de dos horas mas los dos estaban partos de animalitos.

Así que Yongguk propuso ir al centro, a dar un paseo por las tiendas principales

 

 

El mayor volvió a arrastrar al menor, esta vez al centro de la ciudad. Donde se ofreció a comprarle algo de comida rápida callejera, a pesar de las negaciones y quejas de Zelo, este acabo comiendo todo lo que Yongguk fue comprándole con apetito.

 

- ¿Y que haces en tu tiempo libre?

 

- Nada.

 

- ¿Nada? Algo harás, digo yo. Después de estudiar, de dormir, del instituto, algo harás - Volvió a preguntar el mayor tirando a la papelera el plato en el que los dos había comido la comida rápida.

 

- No estudio. Nunca. Cuando vuelvo del instituto (El cual odio) Suelo estar en mi habitación, leo un poco o veo la televisión. - Contestó desinteresado viendo los distintos escaparates de las tiendas del centro.

 

- ¿Lees? Eso es genial, ¿que sueles leer?

 

- Algunas novelas de terror o fantasía. - Respondió sin expresión facial alguna.

 

- ¡Oh! ¡Bien! - Grito alegre, sin que el menor se inmutara, había encontrado algo a lo que agarrarse ¿no? - ¿Amigos? - Zelo sacudió la cabeza en forma negativa parándose a mirar una de las gorras de un puesto - ¿Ni uno? - volvió a negar - ¿No hablas con nadie en el instituto? - Este mustio joven empezaba a preocuparle.

 

- Apenas.

 

- ¿Y la familia? 

 

- ¿Mi familia que? - Contesto empezando a andar de nuevo.

 

- ¿Que tal es tu relación con ella? - Pregunto Yongguk mientras pagaba rápidamente la gorra en la que se había fijado el menor.

 

- Normal, supongo. No tengo problemas con ella. 

 

- ¿Como son?

 

- Cínicos.

 

- ¿Hermanos? - Zelo negó - ¿Primos? - Pregunto a la desesperada. El menor volvió a negar. 

 

El moreno guardó silencio por un segundo, confuso.

Después abrió la boca y preguntó:

 

 

- Zelo, exactamente, ¿hay una razón específica por la que quieras suicidarte?

 

- ¿Una? - Paro mirado al mayor serio, pensó un momento tragando saliva - No. No hay una sola en particular.

 

Ya era plena tarde, y la siguiente parada fue algo mas ridícula para Zelo incluso que el Zoo. No había estado en uno en su visa, y aunque la gente afirmaba diveritise allí a el nunca le levantó curiosidad el lugar. Le parecía hasta ridículo, como casi todo claro.

 

- ¿Ahora un Karaoke?

 

- ¡Si! Cantar es genial - Comento emocionado el mayor.

 

- ¿Ah si? ¿Cantas bien?

 

- No - Admitió - ¡Pero en estas cosas lo que cuenta es divertirse Zelo! - Grito pasando el brazo por los hombros del menor y apachurrandolo. - Veras como te gusta.

 

La primera ronda fue ridícula, Zelo cantaba fatal, y aunque Yongguk controlaba un poco mas con esa voz grave y baja el resultado de intentar llegar a las notas correspondientes era patética.

 

 Los dos se dejaron caer en el sofá agotados de cantar y fracasar. Aunque el menor seguía serio era fácil ver si cambio de animo leve a mejor.

 

- Dios, Seguro que Daehyun y Jae lo bordarian - Comento el moreno para después dar un trago a su coca-cola.

 

- ¿Daehyun y Jae? - Preguntó Zelo.

 

- Son un par de amigos, son generales en los duetos de baladas.

 

- Baladas de duetos, ¿no es algo muy romántico para dos amigos? - Dijo el rubio.

 

- El mayor lo miro sonriente - Son pareja.

 

- ¡Oh...! 

 

- Zelo, ¿Alguna vez has salido con alguien? Ya sabes, una novia. - Pregunto recostándose en el sofá y mirando a un incómodo rubito.

 

- No.

 

- ¿Nunca? ¿Nunca has besado?

 

- No.

 

- Pero, alguien te habrá gustado alguna vez. - Volvió a decir Yongguk.

 

- No, nunca.

 

- ¿¡Como!? Zelo por dios, ¡como no puedes haber sentido nunca un mariposeo en el estomago por nadie! - El menor lo miro callado, fijamente - ¿Nunca? No creo ni que eso sea saludable.

 

El menor no contesto, había leído algo sobre todo eso, amor. No, no lo había sentido nunca, y al parecer no se perdia nada, al parecer siempre acababa mal.

 

- Joder, ¡pues si al final te suicidas no puedo permitir que te vallas sin haber tenido una cita!

 

- ¿Pero que dices...? - Comentó Zelo, el tema de conversación estaba empezando a incomodarle bastante. Tampoco era tan raro ¿no?

 

- Tu tranquilo, ya me ocupare yo de ese tema.

 

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- Son las 7 - Dijo Yongguk cuando ya conducía de nuevo con Zelo a su lado - Debería llevarte al hospital, ¿No crees? 

 

- Supongo - Contestó sin expresión alguna.

 

- Valor Míster Expresividad, te llevo al hospital, estarán preocupados, y mañana vuelvo a por ti. - Decidió dirigiéndose al hospital.

 

- No creo que se hayan sorprendido mucho, ni que esperen que vuelva.

 

- Bueno, aun así, es lo correcto, no puedes desaparecer por mas de un día. - Explico el de voz grave.

 

- Vale - Dijo con tono mas bajo, aunque lo ocultara, se le notaba algo decepcionado de volver al hospital, y el mayor lo noto 

 

- Hey Zelo, - Dijo animado - Se nota que no quieres volver, pero debes hacerlo, te iras a casa pronto, mañana seguramente.

 

- Prefiero estar en el hospital que en casa - Dijo mirando por na ventana, viendo como el sol iba callendo, en una hora mas o menos anocheceria.

 

- En ese caso no tengo ningún problema en evitarte volver a casa y llevarte a la mía, a un hotel, o a una casa de acogida - Sugirió intentando animarle - Pero de momento has de ir al hospital.

 

-Vale - Susurro decepcionado, no tenia nada en contra de volver al hospital, pero sabia que no le quedaba mucho allí, y pronto le darían el alta y lo mandarían a casa. Una vez allí supongo que tendría vía libre para terminarlo todo, aunque aún no lo tenia muy claro, ese hombre que conducía a su lado, insistía en una semana de espera, sin embargo, no tenía porque esperar. Tenía que decidirlo, vivir un poco mas y esperar a lo que ese descerebrado con ataques de emoción tenia que ofrecerle o tajarlo todo de una vez.

 

- No te desanimes, mañana pienso volver a por ti.

 

- No estoy desanimado, me alegra deshacerme de ti por un rato. - Comento intentando permanecer tan imposible como siempre.

 

- Ya, claro que si gafe - Ironizó con una sonrisa

 

Notas finales:

gracias por leer.

Al final fue Zelo, gracias a los que botaron :D

Espero que les halla gustado el Capitulo y que me dejen Rw para animarme a seguir :D

Bye!


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