Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juegos convenientes por moskafleur

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Tanto los personajes como la serie a la que pertenecen, son propiedad de Oda. Sólo es mía la idea para éste relato.

Zoro X Sanji

(Leve Franky X Robin)

Notas del capitulo:

¡Espero que os guste!

 

~Ding Dong~

- ¡Voooooooooyyyyyyyyy! - gritaba Luffy mientras corría por el pasillo.

- Te vas a caer, y me voy a reír. Sólo te lo digo – le dijo Ace desde su cuarto.

- ¡Ya veremos quien se cae antes, dormilón! - Luffy llegó al rellano y abrió la puerta, con una sonrisa.

- ¡Nami, Robin! - Luffy se lanzó encima de ellas, y las abrazó.

- ¡Luffy suelta, que me vas a despeinar, ¿no ves que me he rizado el pelo?! - Nami se zafó de sus brazos.

 - Nami, venga, no seas coqueta, es una fiesta informal, ¿no, Luffy-kun?

 - ¡Claro, no había que venir elegante ni nada de eso, qué rollo sino!

 Nami resopló, tenía que haberlo esperado.

 - Oigo ruidos ahí al fondo, ¿está tu hermano en casa? - preguntó la morena echando una ojeada hacia el pasillo.

 - Está, pero se va a ir, ha quedado – Luffy cerró la puerta y las hizo un gesto para que le siguieran hacia el salón. Allí había globos, bebida, comida a raudales y una radio, aparte del mobiliario normal.

 - ¿Ha quedado?¿El día de tu fiesta? Por cierto, felicidades, Luffy, me alegro de que te dieran el papel – dijo Robin sonriente mientras se sentaba en un sofá.

 - ¡Gracias! Sí, pero a mi me da lo mismo, ¡con que estéis vosotros!

 - Eso, felicidades, aunque ya te lo dije en clase, ¿Y con quién ha quedado, si puede saberse? - dijo Nami con curiosidad mientras se servía un canapé bastante cutre. Era un trozo de pan con un cacho de queso encima, se notaba que lo había hecho Luffy, era tan improvisado, espontáneo y sencillo como él. *Ninguno lleva carne... seguro que tiene una bandeja con carne para él solo, ¡qué egoísta!* rió la pelirroja.

 - Ni idea, preguntádselo a él – Luffy daba saltitos de acá para allá. Estaba deseando que llegaran todos los invitados.

 

 En ese momento llamaron a la puerta.

 - Ya voy yo... - dijo Ace caminando por el pasillo. Abrió la puerta y sin mirar siquiera quien era fue a mirarse a un espejo del salón. Se estaba arreglando para salir.

Eran Usopp, Franky y Brook.

- ¡Chicos!¡Qué bien, ya estamos casi todos! - gritaba Luffy emocionado.

- Usopp, no me dijiste que iba a estar Robin, joder, me habría puesto más gomina o algo – susurró el peliazul, y Usopp rió.

- Brook, ¿quieres quitarte esa jodida careta de esqueleto de una vez? ¡Me da grima!

- Nami-san, querida, lo haré cuando me dejes ver tus bragas – e hizo una reverencia.

- NUNCA – respondió la pelirroja con una mirada demoníaca, cosa que aterró a Brook y se escondió tras Robin.

Todos fueron tomando asiento, Nami en una butaca, Usopp encima de un puf, Franky al lado de Robin en el sofá, y Brook, lo más alejado posible de Nami, sentado en un cojín en el suelo. En realidad intentó sentarse al lado de Robin, pero Franky le lanzó una mirada asesina y decidió que era mejor elegir otro sitio.

- ¿Pero quién falta?¿Sanji, no? - preguntó el narizotas haciendo un gesto a Nami para que le pasara una lata de cocacola.

- Y Zoro – respondió Franky que ya estaba bebiéndose la suya.

- Bueno, a ése mejor no le esperamos – dijo Nami, y todos rieron – Creo que venía con Sanji, como viven cerca... ¡Uh, Ace, qué guapo! No me había fijado... ¡ Estás que ardes! Por cierto – su mirada se tornó malévola. Ace aún estaba arreglando su pelo. Buscaba un estilo descuidado muy estudiado. Éste le hizo un gesto de que estaba escuchándola con la cabeza - ¿con quién has quedado? - las miradas de Robin y Nami intimidarían a cualquiera.

- Ah, con Marco y Smoker. Vamos a ir de fiesta. Conocen un local bastante guay, según dice, vamos a ver si es verdad. Se llama Birds... o algo así.

- ¿Marco y Smoker no se llevaban fatal? - preguntó Robin. La cara de Nami era un poema, estaba a punto de romper a reír. *No sé si Ace sabe dónde se está metiendo* pensaba.

- Sí... - hizo una pausa – pero ambos querían llevarme a ése local hoy precisamente, así que les propuse ir los tres, y bueno, no se quejaron demasiado. No sé por qué se llevan tan mal, la verdad.

- Me pregunto por qué será... - Nami miró a Robin con picardía – bueno, pues pásalo bien... ya nos contarás... qué tenía de especial ése local... - Ambas seguían manteniendo esas miradas que hacían que los chicos tuvieran escalofríos, y reían por lo bajo. Sabían algo que ellos no, éso seguro.

- Ah... claro – Ace empezaba a desconfiar. Sus miradas le ponían la carne de gallina – bueno yo me voy ya... - se dirigió hacia la puerta sin darlas la espalda y sonriendo de forma nerviosa. Justo cuando iba a salir, llamaron de nuevo al timbre. Abrió y eran Sanji y Zoro – Mira que sois tardones – Sanji hizo un amago de ir a replicar, pero Ace le cortó – bueno, pasad, que yo me largo, esas dos me dan miedo... - recogió el sombrero de vaquero del perchero y salió.

 

- ¡¡¡¡Y para colmo se pone ese sombrero!!!! - Nami y Robin no podían parar de reír. Todos las miraban sin comprender – A ver, ignorantes, es un local gay, y hoy hay fiesta semáforo. Es una fiesta muy promiscua, al entrar, te ponen un sello en alguna parte visible del cuerpo: de color verde, si estás libre, amarillo, si tienes una relación abierta, lío, rollete, o eres muy exquisito, y rojo, si tienes pareja. ¡Pero claro, ¿quién va a una fiesta así y se pone uno rojo!? Pobre Ace... no va a poder sentarse en un mes...

- Es que Marco tiene pinta de ser un semental... - decía Robin dejando ver su faceta pervertida.

- ¿Y has visto a Smoker? Al pobre Ace le va a arder el culo mañana – rió Nami, que no se quedaba atrás.

Las caras de los chicos estaban completamente rojas.

- ¿Qué es “gay” Robin? ¿Y por qué le va a arder el culo a mi hermano? - preguntó el ojinegro.

*Ignoraré la segunda pregunta*- Mmm... ¿sabes lo que es hetero? - respondió ésta.

- No

- Entonces te lo diré también eso cuando crezcas.

- ¡Que tengo 17 años, soy mayor ya!

- Lo siento, “capitán”, pero tienes que ser aún mayor me parece a mí... - dijo con una risita.

- ¿”Capitán”? - interrumpió Sanji entrando en la habitación mientras se encendía un cigarro.

- Efectivamente, le han dado el papel de “Rey de los Piratas” en la obra que preparaban en el club de teatro del instituto – contestó Nami orgullosa.

- Así que ése era el motivo de la fiesta... - Zoro entró en la habitación – Por cierto, perdonad el retraso.

- No pasa nada, Marimo. Ya sabemos que es de nacimiento – comentó el rubio, y todos rieron.

- ¡¡¡¡Cejas de sushi, no empieces que acabamos de llegar!!!!

- Bueno, ¿y cual es el plan? - Franky intentaba acercarse a Robin en el sofá sin que ella se diera cuenta.

- ¡Pasarlo bien! - gritó el moreno.

- Buen plan, sencillo, fácil de recordar – dijo Usopp con sarcasmo. 

- Voy a servir unos canapés decentes... es imposible que Garp no tenga comida de verdad en la nevera. A propósito, ¿dónde está? - dijo el rubio. 

- Tenía trabajo, llegará mañana supongo – respondió Luffy. Sanji se perdió por el pasillo. 

Zoro se sentó en el suelo – ¡Cuando vengas traeme sake! 

- ¡Mueve el culo y cógelo tu! - se oyó la voz de Sanji desde la cocina. 

- Mmm podríamos jugar a “Yo nunca” - dijo de repente Usopp. 

- ¿Cómo se juega? - contestó curioso el peliverde. 

- Parece mentira que no sepas cómo se juega, Zoro-kun – rió la morena – qué jovencitos sois. 

- ¡Hey! Qué yo sí lo sé – respondió Franky, que seguía intentando acercarse sin mucho éxito, pero Robin ya empezaba a percatarse de sus intenciones. 

- Yo también, Robin-san, soy mayor que tú, ¡respeta a tus mayores! – Brook se hacía el ofendido. 

- Bueno, el juego consiste en que alguien dice “Yo nunca... lo que sea”, y todos los que lo hayan hecho alguna vez en su vida, tienen que dar un trago a la botella. Es básicamente un juego para emborracharse, y rápido, si se sabe escoger las acciones correctas, claro. 

- Suena interesante, yo aguanto bien el alcohol – rió Zoro con sorna. 

- Juguemos pues, será divertido – dijo Nami.

 

Sanji llegó y depositó una bandeja con deliciosos canapés de paté con piña encima de una mesita. Y le dio una botella de sake a Zoro, después se sentó en el reposa-brazos de la butaca Nami, que estaba al lado de éste. 

- Vaya, qué amable estás hoy, cocinero – sonrió el peliverde con arrogancia. 

- Sólo la he traído porque sabía que la necesitábamos para el juego. Os he oído desde la cocina. No pienses que lo hice por ti, marmota verde. 

- Ya, ya, eres mi sirviente, ahora silencio, cara diana – disfrutaba mucho peleándose con él. 

- ¡¡¡Te voy a... !!! - antes de que pudiera darle una patada a Zoro, Nami le sujetó del brazo y Sanji se detuvo y la sonrió. 

- Comencemos – comentó Brook mientras se ponía a pasear por la habitación – Esperad – se paró frente a la ventana – ¿éso no es un ciervo? ¡Ahí afuera hay un ciervo! - Luffy corrió hacia la ventana como una exhalación, y pegó la cara al frío cristal. 

Usopp también se levantó, y fue a ver – ¡no es un ciervo, es un reno, ignorante! Pero... ¿¡Qué demonios hace un reno en tu jardín, Luffy!? - Brook aprovechó el momento de distracción y le quitó el sitio a Usopp – ¡maldito seas...! - acabó sentándose en otra butaca – ¡me gustaba ése puf! – de repente, todos ignoraron el hecho de que había un reno en el jardín. 

- ¡A mí también, se adapta a mis curvas, mi cuerpo necesita ser cuidado! – dijo el músico. 

- Eres un hombre, ¡¿qué curvas vas a tener?! - gritó Zoro. 

- ¡Sanji-san también es un hombre, y tiene curvas! – respondió Brook. 

Zoro rió a carcajadas cayendo de espaldas - ¡¡Las cejas!! Hahahahahahaha – Sanji iba a golpearlo de un momento a otro. 

- Brook, no te lo diré de nuevo, quítate esa careta – Nami resultaba amenazadora. 

- Enséñame tus bragas. 

- Nunca. 

- ¡Bueno, vamos a jugar ya, pesados! - interrumpió Luffy. Todos asintieron. 

- Empiezo – dijo Nami sonriente - … “Yo nunca... he follado con nadie en un tejado”. 

- Nami, ¿qué es follar? - La pregunta de Luffy les dejó a todos blancos. 

- Luffy, tú no bebes – respondió Usopp sonrojado. Sanji y Robin bebieron. Franky se sonrojó al ver lo atrevida que era aquella arqueóloga. 

- Me toca – dijo Robin - “Yo nunca he... viajado al extranjero impulsivamente”. 

- Vaya preguntas, Robin... - Nami parecía decepcionada. 

- Buscaba una con la que Luffy pudiera beber un poco aunque sea – rió. Se acercó al oído de Nami, y le susurró – Si emborrachamos a Luffy, que no creo que tarde mucho, se dormirá, y podremos hacer preguntas buenas... - Nami sonrió astuta. Robin, Nami, Luffy, Franky y Sanji bebieron. 

- “Yo nunca he... mantenido relaciones con un amigo/a” - Franky tiraba fichas, por si había suerte. Robin, Franky y Sanji bebieron. 

- ¡Bien!¡Me toca!¡”Yo nunca... he... comido caca”! - Luffy esperaba que alguien bebiera, pero se limitaron a mirarle con cara de circunstancias. 

- Nadie, Luffy – respondieron todos a la vez. 

- “Yo nunca he comido carne” - todos miraron a Brook con una sonrisa esperanzadora, Luffy iba a empezar a beber. Todos bebieron. Pero Luffy cayó al primer trago. 

- ¿¡No me lo puedo creer, ya se ha dormido!? Zoro, ¿¡qué le has hecho!? 

- Oye, ¡no es culpa mía, el que sufre narcolepsia es Ace! - respondió el aludido. Brook le colocó un cojín bajo la cabeza y le dejó dormir. 

- Bien, ahora vamos a empezar a jugar de verdad. “Yo nunca... he espiado a una mujer mientras se cambiaba” - Usopp, Brook y Sanji bebieron. 

- ¡¿¡Usopp!?! ¡No me lo esperaba de ti! - dijo Nami escandalizada. 

- ¡Tranquila, sólo miré a Kaya! 

- ¡Eso no es excusa! - respiró hondo – en fin, sigamos... 

- “Yo nunca... he bebido hasta la inconsciencia” - dijo el peliverde. Todos le miraron y pensaron *mentira, más le vale beber*. Sanji, Franky, y Zoro, por obligación de sus compañeros, bebieron. 

- “Yo nunca he tenido relaciones con personas de mi mismo sexo” - el cocinero necesitaba saber si podía empezar a imaginar a la pelirroja teniendo sexo con otras mujeres, sólo pensarlo... se le caía la baba. Nadie bebió. *Aburridos mentirosos* pensó. 

- “Yo nunca he pasado alcohol a la boca de otra persona con un beso” - Nami miró a Robin con picardía, ésta sonrió y cogió la botella. Ante la mirada de todos, tomó un sorbo pequeño, acercó a Franky hacia sí y le besó, pasándole la bebida. Franky estaba rojísimo, pero reaccionó y se lo bebió antes de escurriera por su barbilla. 

- Creo que tengo que tomar otro trago, entonces – dijo Franky entre risas, aún sonrojado. 

- “Yo nunca... he... soñado cosas calenturientas pensando en alguien de ésta sala”. 

- Robin, Robin, Robin... ¿qué pasa por esa cabecita tuya? - dijo Usopp acomodándose. Robin, Franky, Sanji y Brook, bebieron. 

 

 

Al cabo de unos cuantos tragos más, el alcohol empezó a hacer efecto a todos, y en la sala predominaban las risitas y la música. 

- ¡Hey, tíos, juguemos a botella! - dijo Franky de repente. 

- Vale, Sanji, quítale la botella a Zoro y pásamela – comentó Usopp. Sanji se agachó a la altura de Zoro, que abrazaba la botella como si fuera un tesoro. 

- Marimo... pórtate bien y dame la botella, venga sé buen chico... - le decía con tono infantil. 

- No. Es mía, búscate tu propia botella, cara arroba. 

- ¡Dámela, cara kiwi! - Sanji se abalanzó sobre él y comenzaron a forcejear. 

- Son unos críos... - murmuró Robin. Y Franky la dio la razón como un niño bueno que quiere contentar a su maestra.

 

Una vez Sanji le hubo quitado la botella, se la pasó a Usopp – Bien. Reglas: la hacemos girar, a quien le toque, tiene que elegir entre beso o atrevimiento. En la opción de beso, se hace girar la botella de nuevo para ver con quién te toca; el primero es un pico, si os toca dos veces seguidas, morreo, si os toca tres veces, os encerramos en una habitación durante 20 minutos. Entended que si sale tres veces, tiene que ser el destino – rió – En la opción de atrevimiento, puede ser cualquier cosa, menos besos, claro está. ¿Todos de acuerdo?

- No, yo no quiero jugar. 

- Zoro-san, no seas aguafiestas – respondió Brook desde el puf. 

- No voy a jugar, no quiero besar a nadie de ésta sala, y me aterra saber qué clase de pruebas de atrevimiento me impondríais. No puede salir nada bueno de ésto. 

- Zoro... - la expresión de Nami se tornó sombría y aterradora. 

- ¿Qué? 

- Vas a jugar. 

- No, que va. 

- Oh, sí que lo harás, porque resulta que el otro día te dejaste unas de tus katanas de kendo en mi casa cuando hicimos el trabajo de historia, y si no juegas, no sólo no te la devolveré, sino que la empeñaré. 

- ¡No puedes hacer eso! 

- Pruébame – Nami era aterradora, todos estaban de acuerdo – ...me pregunto cuánto me darían por ella... 

- ¡Maldita seas, arpía! Está bien... - Zoro bufó. Cómo la odiaba. 

- ¡Oi, Marimo, no te metas con mi pelirroja que te arranco el campo de golf que tienes por cabeza! 

- ¡¿Quieres pelea?! - Zoro se puso en pie, y ambos se miraron fijamente. Sus miradas chocaban como si de rayos se tratasen. Pero Robin los hizo calmarse con su voz tranquilizadora. 

- Bien, tiro – Usopp la hizo girar – ¡Nami!¡Beso o atrevimiento! 

- Joder... pues no me hace gracia ninguna... pero bueno, atrevimiento. No eres Sanji o Brook por lo que no tengo tanto miedo. 

- ¡Que enseñe las bragas! - gritó Brook revolucionándose en su puf. 

- ¡Cállate!¡Lo decide Usopp, no tú! - Nami temía precisamente ése tipo de peticiones. 

Usopp sonrió pícaramente – Lo que ha dicho Brook. 

- Hijo de... Paso, doy prenda – y se quitó la chaqueta. 

- Nami, no van a parar de pedirte que hagas ese tipo de cosas... así que, si sigues así, acabarás desnuda, que para el caso da lo mismo... - Robin tenía razón. 

- Mierda, ¿¡en qué hora acepté jugar a ésto!? 

- Ahora prueba de tu medicina, ¡arpía felina! - Zoro reía. 

- Al final te hostio, ya verás – respondió Sanji dando una calada al cigarro. 

Nami tiró - ¡Vaya, vaya, vaya, te ha tocado, Roronoa Zoro... ! Mwahahaha – rió de forma diabólica y todos se estremecieron – Elige, beso o atrevimiento. 

- Ni de coña elegiré beso, no voy a besar a Robin, porque está con Franky...

- Técnicamente no, sólo se han dado antes un beso, aún puedo soñar – interrumpió Brook. 

- … no voy a besar a Nami, porque la mataría si me la acercáis. Y no pienso besar a un hombre. 

- Eres obtuso y cerril, Zoro – dijo Usopp. 

- Eres muy cerrado – comentó Sanji. 

- ¿Ah, sí? ¡Besa tú a un hombre! ¡Besa a uno de los que estén en la sala! - Zoro le estaba poniendo a prueba, a ver si era hipócrita o no. 

- ¡Lo haré si me toca! - Sanji le respondió a gritos sin mucha confianza en sus palabras. 

- Éso ya lo veremos, cara tornado.

- Bueno ya, ¿no? Zoro, que no te vas a escaquear... - Nami se quedó pensativa - ¿Atrevimiento? Mmmm, bien, vas a... acariciarle el pecho a Sanji. 

- ¡Y una mierda!¿¡Qué clase de atrevimiento es ése!? 

- Nami, cariño, si quieres yo acaricio tu turgente y voluptuoso pecho, pero no hagas que me toque ese marimo, anda – Sanji lloriqueaba. 

- Zoro, hazlo, o prenda. 

- ¡Prenda! - se quitó la camiseta y la dejó en el suelo entre Sanji y él. Quería tenerla cerca y vestirse en cuanto tuviera ocasión. 

- Aburridos – murmuró Nami. 

Zoro tiró – Usopp, elige. 

- Mmm atrevimiento. 

- Llama por teléfono a Kaya y declárate – contestó tajantemente. 

- ¡Venga ya, no me fastidies! si me declaro... tiene que ser en persona... no así... Prenda. - se quitó la camiseta y la tiró hacia una esquina del salón – haced algo o acabaremos todos desnudos, y a mí las orgías no me van – rió a carcajadas, pero no demasiado alto. No quería despertar a Luffy, que seguía en el suelo dormido como un lirón. 

Usopp tiró – Brook, Brook, Brook... escoge, atrevimiento o beso. 

- ¿¡Qué preguntas más absurdas!? Beso, por supuesto. 

- ¡Por fin alguien lo elige! – rió el narizón, e hizo girar la botella para ver con quién le tocaba - ¡Nami! - rió a carcajadas – venga, besaos, besaos. 

- Tsk... - a la peliroja no la hacía ninguna gracia. 

- Venga... sólo es un piquito, además, Brook no está tan mal, ¿verdad que no, Brook? 

- Por supuesto que no, soy un sex-symbol, y lo sabéis. 

- Bueno, al menos tendrás que quitarte esa careta de una vez. 

- ¿Por un beso de Nami-san? Por supuesto, querida - Se levantó del puf y se acercó hacia donde ella se encontraba, se agachó hasta ponerse a su altura y se acercó levantando ligeramente la careta, lo suficiente para darle un pico. Pero cuando estaba a punto de dárselo, Nami le hizo la cobra.

- ¡Prenda! - se quitó los zapatos de tacón y los dejó en el suelo, apoyados en su butaca. 

- ¡Nami-san, me ofendes! - Brook quería ese beso. 

- Pues no te ofendas, no quiero que tengas material en formato memoria para masturbarte luego – contestó muy seria la pelirroja. 

- Me lo voy a imaginar de todas formas, ¡¡Yohohohoho!! - Brook se dio la vuelta para ir a su asiento, pero descubrió que Usopp se lo había robado - ¡Traidor!¡Pagarás cara tu osadía!¡Devuélveme mi puf! - empezaron a forcejear. Brook intentaba sacarle, pero Usopp hacía fuerza con el culo hacia abajo y no conseguía que el otro le despegase. 

De repente, sonó el móvil de Usopp, y éste lo cogió, se levantó y fue al pasillo a contestar. 

- ¡Bien, recuperé mi valioso puf...! ¡¡¡Yohohohoho!!! - Brook había caído en la locura, todo por un simple puf. Todos le miraban con cara de circunstancias y de pedir paciencia.

 

Usopp apareció de nuevo en la sala – Lo siento chicos, tengo que ir a buscar a Kaya. Acaba de salir de una fiesta, está muy borracha y no está lejos de aquí. Tengo que asegurarme de que llega bien a casa – fue a recoger su camiseta. 

- Usopp, si me entero de que te has aprovechado de ella en ése estado, chantajearé a Zoro con que tengo su katana y haré que con las otras te corte las pelotas, le diré a Sanji que las cocine, buscaré al reno del jardín y se las daré de comer – dijo Nami. 

- Primero, jamás lo haría... - se despidió de Brook echándole una mirada agresiva por haber recuperado su puf, y le revolvió el pelo al saco de patatas durmiente en el que se había convertido Luffy - … Aunque la haya espiado mientras se cambiaba una vez que la llevé de compras... - se despidió de Franky chocando el puño y de Robin con dos besos, uno en cada mejilla - Segundo, felicidades, habrías conseguido que Sanji y Zoro trabajasen en equipo – les hizo un gesto con la cabeza como despedida, y éstos no sabían ni qué responder a lo que acababa de decir -Y tercero, no creo que los renos coman carne – le dio un beso en la mejilla a Nami, que aún seguía enfadada por aceptar la petición de Brook de pedirla que enseñara las bragas, y salió de la casa antes de que la pelirroja pudiera levantarse y pegarle. 

- Bueno, sólo quedamos seis... porque Luffy no cuenta – comentó Robin divertida. 

- Entonces dejemos de jugar, ¿no? - respondió Zoro intentando huir de aquella trampa mortal. 

- Roronoa Zoro.. tú de ésta no sales limpio, te lo advierto... vas a jugar... y lo vas a pasar mal... Mwahahahaha – Nami había enloquecido, sentía poder sobre aquel peliverde. Zoro estaba aterrado, tanto que se acercó un poco a Sanji sin darse cuenta. Robin, Franky y Brook lo estaban pasando en grande con aquella escena. Y Sanji disfrutaba viendo a Zoro aterrado, tan vulnerable al lado de su ardiente pelirroja que resultaba tan dominante. 

Brook tiró - Robin-san, elige, beso o atrevimiento. 

- Beso – respondió ella. Franky se puso nervioso al instante, no quería que ella besara a otro chico. Que besara a Nami no le preocupaba tanto... 

- Bien, bien, Robin-san... qué atrevida... ¡Me gusta! Yohohohoho – volvió a girar la botella, y ésta vez apuntó a Nami – Nami-san... siento comunicarte, que estarás en mis fantasías ésta noche aunque no me hayas besado, Yohohohoho. 

- Tsk, maldito seas... en fín, si es Robin, no pasa nada, tengo clara mi sexualidad – rió, y ambas se dieron un pico. Sanji empezó a sangrar de forma exagerada por la nariz, y cayó de lado sobre el regazo de Zoro. 

- Oi, ero-cook, apártate de mí, no me manches con tu pervertida sangre – intentó levantarlo, pero toda la sangre que permanecía en el interior de su cuerpo parecía haberse repartido entre su cabeza y su entrepierna; y al intentar levantarlo, el rubio oponía resistencia inconscientemente. 

Robin tiró – Sanji-san – Sanji se levantó como si no hubiera pasado nada, y se quedó en su posición inicial, con la mano apoyada entre Zoro y él, sobre la camiseta de éste, intentando no caerse, pues aún le duraba el mareo – elige, beso o atrevimiento. 

Sanji no dudó - ¡Beso! - *¡Tengo posibilidades de besar a Nami-swan!* Robin volvió a tirar. 

- Con... - la botella terminó de girar – Zoro – todos estallaron a carcajadas ahogadas para no despertar al pelinegro. 

Zoro y él pusieron cara de espanto, y se miraron. Sanji respiró hondo y se acercó a él para besarle. El rubio notaba el pulso algo acelerado. *¿Qué...?* 

- ¡Prenda! - gritó Zoro tirándose hacia atrás aterrorizado. Nami y Robin parecían algo decepcionadas. *Malditas fujoshis* pensó. 

- ¡Luego dices que no soy capaz de besar a un hombre de ésta sala! - dio una calada a su casi acabado cigarrillo – iba a demostrarte que no soy un hipócrita, pero mejor así - *¿Estoy... decepcionado...? No puede ser* - Además el que se quita prenda eres tú – sonrió con arrogancia. 

Zoro aprovechó su posición para quitarse los zapatos y tirarlos hacia atrás – Ala, ya está. Nos acabo de ahorrar toda una vida de pesadillas nocturnas. Dame las gracias – sonrió. 

El cocinero ocultó un poco la cara bajo el flequillo mientras se encendía otro cigarrillo - No... - murmuró en un susurro. Fue sin querer, en un tono tan bajo que nadie lo oyó. *¿Lo he dicho en alto?* O casi nadie. 

*¿Qué...ha....? Es igual* - Tira, ero-cook – respondió Zoro cambiando de tema. 

Sanji tiró, volviendo a la normalidad – Franky, elige. 

- Beso - respondió éste guiñándole un ojo a Robin. 

Sanji volvió a tirar – ¡Nami! - lloriqueó - ¡Franky, quítate prenda ahora mismo! 

- ¡No lo dudes! - Franky se quitó la camiseta hawaiana que llevaba y la dejó en el reposa-brazos del sofá. Sanji respiró hondo aliviado. 

Franky tiró – Brook... ¿beso, no? 

- ¡Cómo me conoces! Si fueras mujer, ya te habría tirado los trastos. 

Volvió a tirar – Gracias... supongo – se estremeció – Zoro – todos volvieron a reír. 

- Éste juego me odia. Botella, pensé que éramos amigos – respondió el peliverde. Sanji no podía parar de reír. 

- Zoro-san... no voy a quitarme ninguna prenda, es un reto personal. No me agrada besar a un hombre, pero sí me agrada dejarte sin posibilidad de rechazar otro beso – Brook se levantó de su puf y caminó hacia Zoro lentamente – sería divertido para todos. Además, eres el único que ha rechazado todo hasta ahora... 

*¡Maldito fudanshi!* (N/A: No sé si es fudanshi, fundashi o fundanshi, nunca lo he sabido) - ¡Prenda! - gritó Zoro con desesperación. Se quitó los pantalones mientras Brook volvía a su asiento, más que satisfecho. 

- Vas a acabar desnudo, Roronoa Zoro – comentó Nami con mirada malévola - Y todo por perder tus objetos en casas ajenas... lo pierdes todo, y luego te pierdes tú – todos rieron - … no me sorprendería que algún día perdieras un ojo o algo por el estilo. 

- Arpía usurera... - murmuró el citado. 

- Vale, ¡ya está, te voy a hostiar! - Sanji, que seguía apoyado en la camiseta de Zoro, utilizó esa mano para sujetar su peso mientras le daba una patada con un movimiento típico de breakdance, que le golpeó en plena cara, haciéndole caer hacia atrás de espaldas. 

- ¡Sanji-san, qué ritmo y qué salero tienes! Podrías ser bailarín, ¡Yohohohoho! 

Zoro permanecía inmóvil en el suelo, el golpe le había dejado algo aturdido. Giró la cabeza para observar a su agresor. Sanji había recuperado la posición inicial con sorprendente rapidez y delicadeza. *Sigue apoyado sobre mi camiseta, ¡me la va a manchar, ha cocinado los canapés con las manos descubiertas!* se pasó la mano derecha por el rostro buscando un chichón, sangre, o algo parecido, pero no había nada, y se incorporó en silencio, mientras el resto charlaba de... quién sabe qué, ya no prestaba atención. Sanji movía los dedos acariciando la camiseta arrugada del peliverde. Éste frunció el ceño extrañado. 

- Oi, no me la arrugues más de lo que ya está – le dijo el peliverde. Sanji se giró hacia él y le miró sin comprender. Había dejado de hacerlo. ¿Había sido inconscientemente? - Emm... no importa. - *Me siento raro*. 

- Bueno, seguimos – Brook tiró – Sanji-san, otra vez, ¿qué eliges ahora? 

- Atrevimiento, por variar – sonrió. 

- Muy bien, ¿qué reto podría imponerte... ? - el enmascarado se quedó pensativo. 

- ¡Que acaricie el pecho de Zoro! - dijo Nami con malicia en sus ojos. 

- ¡Nami-swan! ¡No seas cruel conmigo, yo no soy como él! - el rubio trataba de conmover a la pelirroja con miradas lastimeras desde el suelo, mientras ella le observaba con superioridad desde la butaca, como si de un trono se tratase. 

Nami le acarició bajo la barbilla atrayéndole hacia ella de forma sensual - Sanji-kun... es la única forma de fastidiarle, ¿lo entiendes, verdad? - detuvo su acción a unos 10 cm de su cara. 

- ¡Síiiiiiiii! ¡Nami-swaaaaaaaaaaaannnnn! - Sanji cayó hacia atrás impulsado por la sangre que le salió de la nariz. 

- ¡Sanji! ¡Más cuidado, vas a mancharme los zapatos, y la sangre sale muy mal! - gritó Nami enfurecida.

- Bien, pues lo que ha dicho nuestra encantadora peliroja, ¿ahora querida mía, me enseñarás las bragas como muestra de gratitud? - dijo Brook mientras hacía una leve reverencia desde su asiento. Nami le dedicó una tétrica y gélida mirada, y el músico se dio por contestado - Bueno, Sanji-san, procede.

El rubio hizo un gesto de comprensión y miró a Zoro – podría quitarme prenda pero... - *Podrías hacerlo perfectamente, sí, ¿pero?* - Si Nami-swan me lo pide, no puedo negarme - *Muy bien, repítete eso a ti mismo* 

- Cocinero... no me toques. 

- Oi, marimo, que solo es una caricia... - *Mierda, se me vuelve a acelerar el pulso. ¿¡Qué mierda me pasa!?* - … ni que te fuera a violar – Sanji rió con cierto nerviosismo, que pasó desapercibido para todos menos para la arqueóloga. El rubio le miró relativamente serio y, aún apoyado sobre la camisa del peliverde, alargó el otro brazo para tocarle. 

Zoro hizo una mueca de desagrado. No podía quitarse más prendas. Sólo le faltaba quitarse la ropa interior, y no pensaba hacer eso por nada del mundo. Estaba empezando sudar. Así que, finalmente, dejó que Sanji hiciera lo que tuviera que hacer.

El rubio colocó la mano sobre su pecho, justo bajo el cuello, y comenzó a bajarla en una caricia, sin dejar de mirarle. 

*¡Mierda! ¿Qué... por qué... ¡me siento así?! ¡Ésto es absurdo!* pensaba el peliverde. Tragó saliva. 

Sanji estaba dejando que esa caricia durara demasiado; es más, estaba pasando al vientre ya. Zoro se sonrojó ligeramente y se estremeció, cosa que Sanji notó, pero no dijo nada.

Luchó con todas sus fuerzas para que su rubor desapareciera y no fuera atisbado por sus nakamas, pero alguien pareció apreciarlo, incluso a través de una máscara.

- Zoro-san, te estás sonrojando – comentó Brook.

Zoro apartó el brazo de Sanji de un manotazo – ¡Deja de decir estupideces! - hizo parecer que el sonrojo lo había producido el gritarle a Brook con tanta fiereza.

Sanji se recolocó en el sitio sin levantar la mano de su camiseta. *¡¿Qué acaba... de... pasar... ?!*

Notas finales:

Si os ha gustado dejadme un review, qué me hace muy feliz saberlo :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).