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Two hurt...for one reason por JRokku

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Notas del fanfic:

Algo extraño, pero salió de la nada.. opinen ustedes c:

Notas del capitulo:

¡Buena lectura!

Los moteles son establecimientos que fueron construidos con el fin de servir de resguardo a los camioneros y/o viajeros que muchas veces pasan horas y horas sin dormir, lo económico de éstos y su ubicación tan apartada hace que de cierta forma  estos lugares sean el sitio adecuado para pernoctar sin entorpecer su ruta de viaje. La mayoría (por no decir en su totalidad) se encuentran a las afueras de las ciudades y específicamente bordeando carreteras abiertas por las razones primeramente mencionadas.

 

Cabe recalcar que, de un tiempo a esta parte, estos lugares han ganado cierta “fama”, aquello se debe a que gracias a lo alejados que están del centro urbano grandes empresarios, simples pedantes, mafiosos y así suman y siguen el tipo de gente que los utiliza para cometer alguna que otra fechoría de la que no se les podrá juzgar y mucho menos ser descubiertos entre otras cosas...

 

¿Denigrante?

 

Pues bien, así lo cree Shiroyama Yuu, Aoi, el gran y conocido guitarrista de the GazettE. Aunque el encasillar como ‘denigrante’ el lugar en donde ahora se encontraba era un descaro enorme de su parte ya que él mismo lo había utilizado horas antes con ciertos fines no muy decorosos cabe recalcar, de ello daba cuenta el cuerpo casi inerte que se encontraba a su lado descansando tranquilamente después de la que había sido la faena más intensa de la que pudo haber tenido registro.

 

Suspiró mirando su propio reflejo en aquel espejo acomodado en el techo, ¿cuándo fue que terminó de esa forma? ¿por qué había caído tan bajo? Lo cierto era que el despecho por no ser correspondido lo había llevado a tomar decisiones equivocadas, hasta el punto de acostarse con diferentes hombres y mujeres cada fin de semana. Miró de refilón a la chica que ahora paseaba los dedos por su pecho de forma descuidada, más antes de que estos llegaran hasta su bajo vientre y luego tomara una ruta distinta se levantó sin mencionar palabra alguna, tomó su respectiva ropa para vestirse, luego de su billetera sacó un par de yenes que dejó sobre la cama.

 

-Llámame cuando quieras divertirte de nuevo. – Sugirió la chica mientras feliz contaba los billetes que el mayor había dejado para ella.


-Seguro. – Respondió Aoi sin indicio de seguridad en la voz antes de salir del lugar, sabiendo que jamás se volvería a repetir el plato con la misma persona. 

 

Cuando llegó a su auto suspiró, y sin dar cabida a que la culpabilidad carcomiera su mente emprendió el rumbo hacia su apartamento, le urgía asearse y comer algo después de tan extenuante ejercicio físico; afortunadamente ese día no tenían ensayo, al parecer el matrimonio a Kai lo había vuelto un tanto más empático y benevolente, procuraría hacerle un altar a Matsu (su esposa) cuando tuviera tiempo.

 

Aparcó en el estacionamiento y en un par de minutos ya se encontraba deambulando por el inmueble, lo primero que hizo fue darse una ducha procurando borrar todo rastro dejado por aquella chica que a decir verdad le había salido más barata que el tipo virginal que se había follado la semana anterior, cuando terminó con su aseo personal fue hasta la cocina por una taza de café, se encaminó hasta la sala y allí se sentó, dejó la taza a un lado y se aprontó a encender un cigarrillo dando una prolongada calada mientras su mirada se perdía entre las nueves grisáceas que adornaban el atardecer tokiota, llevándolo repentinamente a los recuerdos de ese fatídico día…

 

-Flash back-


Todo apuntaba a que la noche sería una de los mejores ¿Por qué? Simple, un nuevo concierto estaba al portas de comenzar.

 

De todos los años que había trabajado junto al castaño jamás lo había visto tan hermoso como esa vez, y al parecer no era el único que lo había notado puesto que no se dejaban de escuchar los halagos e incluso piropos no muy decorosos hacia el patito de la banda que los recibía entre molesto y apenado con un sonrojo bailándole en las mejillas.

 

“Qué ternura” pensó de repente, el corazón bombeándole como loco.

 

Maquillaje y vestuario ya estaban listos, el sonido había sido revisado un par de horas antes al igual que las luces y no había más que hacer, sólo esperar el momento preciso para saltar al escenario. Cuando ello ocurrió la adrenalina caminaba libremente por el cuerpo de todos hasta el punto de muchas veces encontrarse haciendo cosas que estando en sus cabales ni pensarían en hacer; esa fue la única explicación que halló factible cuando de la nada se vio junto a Uruha en medio del escenario, el castaño estaba en mitad de un solo cuando Aoi se atrevió a pasar un brazo por sobre sus hombros, momento en el cual sus miradas se conectaron y tras una sonrisa indescifrable por parte del menor terminó por estampar sus labios contra los ajenos. La ovación de todos los fans fue lo que terminó por sacarlo de su trance, haciendo que tan sólo riera nervioso antes de alejarse y retomar su parte con la guitarra.

 

A ese acontecimiento le siguieron las preguntas de sus amigos quienes estaban estupefactos por lo que habían visto, y es que a pesar de saber lo que solo era fanservice no tenían idea de lo lejos que podrían llegar. Aoi no hacía más que sonreír restándole importancia al asunto mientras el otro guitarrista cada vez se hundía más en el sillón en donde se hallaba, terminando por tomar un cojín y cubrirse el rostro cuando escuchó la simple respuesta que el mayor soltó a los presentes..

 

-No lo sé. Sólo lo vi lindo y lo quise hacer.- Concluyó tan campante como siempre.

 

El tema quedó allí y algo así nunca más se repitió, más no por falta de ganas, sino porque aquel “jueguito descuidado” le había costado muchas noches de sueño al moreno de los guitarristas, haciéndolo llegar a la conclusión (muy a su pesar) de que en ese beso no había hecho más que liberar todo los sentimientos que había guardado desde hacía mucho tiempo hacia su compañero de cuerdas, los cuales sin su conocimiento habían permanecido ahí desde quién sabe cuándo hasta esperar el momento preciso para salir a flote.

 

Al haber asumido aquello había dado un gran paso, uno enorme a su parecer, limitándose ahora a observar al más alto desde lejos fue como alimentó día a día esas ansias de poder volver a sentir sus labios contra los suyos y ojalá seguir incluso hasta parar quién sabe.. en su cuello.. hombros.. pecho.. Sacudió la cabeza dispersando sus ideas, no era momento de ponerse lujurioso… aun.

 

Los meses siguieron pasando y con ellos más y más trabajo llegó a tocarles la puerta, de hecho llegaron a un punto en el que todos terminaron prácticamente “viviendo” dentro de su sala de ensayos al muchas veces verse durmiendo en aquel sitio para no perder tiempo en sus respectivas composiciones y arreglos musicales.

 

Mal momento para no fijarse a su alrededor…

 

Y es que con todo aquello Aoi olvidó el asunto “patito” para dedicarse mil por ciento a lo que le correspondía, obviando demasiados detalles que, sin tan sólo se hubiese dado el tiempo de ver aunque fuera por ínfimos segundos habría notado y, posteriormente, se habría evitado más de un dolor de cabeza.

 

Una tarde, en la que el ensayo había llegado a su fin, fue que la bomba estalló.

 

-Chicos, saben que no me gusta andar con rodeos así que iré directo al grano. – Comenzó el bajista. – Desde hace una semana que Shima y yo somos novios. – Concluyó.

 

Un repentino balde de agua fría era poco en comparación al impacto que habían provocado esas palabras en el pelinegro, el estado de shock momentáneo en el que había quedado daba cuenta de ello.

 

¿Reita y Uruha novios? Pero si hasta donde él sabía el bajista hacía un par de meses mantenía una especie de “relación” con el chibi de la banda, eso lo había escuchado de su propia boca e incluso le había hecho prometer que no se lo diría ni a Uruha ni a Kai…

 

“Ruki..”

 

Salió de su trance y volvió la mirada hacia su lado izquierdo, ahí estaba el vocal con la mirada perdida en un punto fijo mientras hacía acopio de todas sus fuerzas para no salir huyendo como había querido hacer desde que Reita había comenzado a hablar. Veía el dolor en los ojos ajenos, llegándose a preguntar si los propios se veían de la misma forma.

 

-Oigan.. ¿No los van a felicitar? – Inquirió el líder con su tan preciosa sonrisa, Aoi los miró por un par de segundos y fingió su mejor expresión antes de levantarse y abrazar a cada uno deseándoles lo mejor, a él le secundó Ruki quien tan solo soltó un simple “felicidades” antes de tomar sus cosas y salir de la sala con el pretexto de tener que llevar a Koron al veterinario.

 

Ahí acaba todo, sus ilusiones, sus esperanzas... el futuro que deseaba tener junto al castaño y que de un momento a otro le fue simplemente arrebatado.

-Fin Flash back-

 

Suspiró dándole la última calada a su cigarrillo para luego apagarlo contra el cenicero, se irguió para tomar de su café (ahora frío) y cerró los ojos con suavidad.

 

Otro día pasaba frente a sí  y él no hacía más que sumirse en su miseria. 

 

~*~

 

Pensaba que sería más fácil pero no fue sino hasta que se encontró en la situación que se dio cuenta de su error garrafal, y es que hacer de “chaperón” de tu amigo (que alguna vez fue tu “pareja” por llamarlo de alguna forma) mientras éste no hace más que alardear de lo hermoso que es esto y esto otro entre susurros con su nuevo novio es simplemente insoportable, a eso sumarle que a ambos estás obligado a verlos prácticamente día y noche era una completa tortura.

 

Entonces.. ¿Por qué accedió a la petición del rubio..?

 

“Para poder vigilarlos y si era posible arruinarles cada momento que a su vista fuera comprometedor” le habría encantado responder, más simplemente le había llevado el querer saber cómo era la relación de ambos fuera de la banda, cuando no eran ni “Uruha” ni “Reita”, sino Takashima Kouyou y Suzuki Akira respectivamente.

 

Aprovechó la ocasión de estar en un centro comercial y se compró un par de gafas que desde hacía tiempo le venían quitando el sueño, cierto era que en otras circunstancias su adquisición le habría hecho saltar de alegría e incluso ya estaría estrenando sus preciados accesorios para que todo el mundo viera que prácticamente fueron creados para él, más lamentablemente aquello de un momento a otro se volvió tan banal que ni siquiera sirvió para hacerle pasar el malestar al que estaba expuesto hacía un par de horas.

 

Suspiró frustrado y amuñó el recibo con tanta fuerza como si le estuviese haciendo pagar por sus culpas siendo que el pobre papel, ahora inservible, no tenía nada que ver en el asunto; más no importaba, cuando Takanori Matsumoto sentía la frustración corroer su persona era necesario que se descargara con algo antes de que pudiera llegar a hacer o decir cualquier estupidez.

 

-¿Pasa algo chibi? – Preguntó el bajista mientras se paraba junto a él.


-No me siento bien.. – Comentó el menor desviando la mirada, intentando por todos los medios no dejar a la vista los sentimientos que comenzaban a embargarlo de un momento a otro.


-¿Enserio? ¿Te duele algo? – “el corazón” quiso responderle el vocal, más lo único que hizo fue encogerse de hombros


-Quiero irme a casa. – Masculló


-Bueno.. cuando vuelva le diré a Shima que nos vamos ¿sí? – Sugirió el mayor mientras acariciaba la mejilla ajena, Ruki se limitó a asentir regalándole una leve sonrisa, ignorando las ganas enormes que tenía de que las cosas fueran como antes…

 

-Flash back-


Era ese momento que pocas veces surge cuando se está dentro del mundo laboral, el tener un tiempo para divertirte y beber con los amigos a tus anchas sin pensar que al día siguiente tienes que enfrentar al estúpido despertador que siempre rompe tus más maravillosos sueños. Si a Ruki le hubieran dicho que el período de composición era tan agotador como ahora sabía era, se lo habría pensado mejor antes de cambiar los compases de la batería por el micrófono y su pedestal.

 

Pero bueno, la noche aún era joven y habían muchas botellas de licor sobre la mesa, él prefería la cerveza, de hecho eso se había limitado a beber todo el tiempo hasta que su vejiga no daba más y se veía en la obligación de dejar la conversación en la que estaba sumido con los demás para evitar un desastre que sería realmente vergonzoso.

 

Cuando cerró la puerta del baño para nuevamente dirigirse hacia donde se encontraban sus amigos (quienes ya dormitaban por su estado de ebriedad) sintió unos brazos rodear su cintura y húmedos besos ser repartidos en su nuca y cuello, cerró los ojos sin intención de impedir aquel contacto puesto que bastó con ver aquel infaltable trozo de tela negra en una de las muñecas ajenas para saber de quién se trataba.

 

-R-Reita ¿qué haces..? – Jadeó afirmándose contra la madera mientras sentía las manos ajenas escudriñar bajo sus prendas.


-Exploro nuevos horizontes. – Respondió el mayor con simpleza.

 

Ruki volteó entre sus brazos y al toparse con la mirada ajena sintió como su corazón se saltó un latido, algo tenía esa mirada, algo que sin duda invitaba a querer indagar más allá cada que se le tenía enfrente. Nada nuevo para el vocal cabe decir, puesto que había notado aquello cuando se había enamorado a primera vista del rubio allá en los tiempos de Cassis.

 

Sin dudarlo un segundo se tiró a besar los labios del más alto, acto que le fue correspondido de inmediato de manera torpe pero apasionado tal y como siempre había soñado. De un momento a otro se vio de vuelta en el baño, más ahora se mordía el labio inferior para no gemir tan alto por todo el placer que Reita le brindaba al entrar y salir de su cuerpo; sí, estaban teniendo sexo desaforado casi a vista y paciencia de sus compañeros.

 

Cuando el pecaminoso acto concluyó ambos aun un tanto jadeantes se acomodaron las ropas.

 

-Esto fue un error.. – Masculló el más bajo cuando la cordura hizo de nuevo acto de presencia en su alocada cabeza, parecía que la borrachera se le había pasado de un momento a otro.


-¿Por qué lo dices? – Inquirió el bajista. – Sé que te gusto y tú me atraes ¿dónde está el error? – Preguntó el rubio ahora mirando fijo a Ruki.


-En que ni tú ni yo tenemos “algo”, si se supone que sabes de mis sentimientos hacia ti por lo menos habrías tenido la decencia de hacerlo con tus cinco sentidos activos. – Soltó cabreado desviando la mirada, el mayor sonrió ladino y se acercó a él. 


-¿Quién te dijo que no tengo mis cinco sentidos activos? – Sonsacó divertido cuando vio al más bajo boquear sin que saliera palabra alguna de sus labios. - ¿ves? –


-Jódete. – Masculló con rabia.


-¿Probemos? – Ruki le miró con el ceño fruncido. – Intentemos algo, seamos algo así como novios y veamos qué pasa. – Propuso.


-¿Hablas enserio? – Indagó.


-Claro. Aunque.. si aceptas desde ya te digo que no me obligaré a nada, he dicho que me atraes, te daré el chance para que me conquistes. – Agregó, el menor sonrió.


-Vale. Empezamos desde ahora entonces. – Dicho esto ambos se fundieron en un apasionado beso para luego volver con los demás y hacer como si nada hubiese sucedido.

 

El tiempo siguió su curso normal y Ruki cada día se esforzaba más por llegar al corazón del bajista, a veces sintiendo que estaba a punto de hacerlo, otras simplemente creyendo que perdía el tiempo. Reita en tanto también se esforzaba por corresponder al cien por ciento los sentimientos que le era brindados, y no era como si el vocal le fuera indiferente, al contrario, él mismo sabía cuán lindo podía llegar a ser (tanto por dentro como por fuera); más había una pequeña espina que no lograba sacarse, él amaba a Uruha, pero no tenía el valor de decírselo a pesar de prácticamente haber crecido juntos.

 

Habían momentos en los cuales se preguntaba ¿qué pasaría si por esas casualidades de la vida el castaño sintiera lo mismo que él y fuera quien terminara declarándosele? ¿Le correspondería? ¿Sería capáz de dejar a Ruki por corresponderle al amor de toda su vida..?

 

El momento de responder esas preguntas fueron las horas siguientes al concierto en donde Reita estuvo al borde del desmayo por el beso entre los dos guitarristas, ese simple hecho había desatado el cólera del rubio a tal punto de incluso comenzar a gritarle a Uruha una vez que llegaron al departamento que ambos compartían.

 

-¡No puedo creer que te hayas dejado besar por ese…-


-¡Ya! ¡No es como si fuera a casarme con él por eso! – Interrumpió el castaño al ya estar cabreado por la situación. – ¡Además no tienes derecho de joderme siendo que en el momento que encuentras te vas con Ruki para que te manosee como qué! – Espetó.

 

En ese momento Reita no supo leer entre líneas y se dejó llevar por la furia que ya lo consumía, plantándose de tirón desafiante frente a su amigo.

 

-¿Y eso qué?! ¡A ti qué mierda te importa lo que yo ha.. – Habría continuado, y vaya que sí, más los labios del menor sobre los suyos  le atascaron las palabras en la garganta y estas terminaron por desvanecerse en sus bocas cuando se vio correspondiendo el contacto de forma apasionada.


-Te quiero a ti idiota.. – Susurró el guitarrista, jadeante por la falta de aire.

 

La respuesta a aquella declaración fue el beso que el bajista comenzó, aquel que dio paso para otros tantos que vendrían ya que, en ese mismo momento, se vieron resueltas todas sus dudas; definitivamente sería capáz de dejar a Ruki por corresponderle al amor de su vida.

 

El repentino distanciamiento del mayor ponía en alerta al vocal, ya no lo llamaba tan frecuentemente, no iba a visitarlo por las noches, no intimaban, y besos entre ambos no existían; había retrocedido un paso enorme dentro de todo el camino andado, eso no podía ser una buena señal.

 

Un día “x” llegó más temprano de lo habitual puesto que quería aprovechar el lugar para darle los últimos arreglos de su nueva canción, de hecho en eso estaba cuando la puerta del estudio se abrió y la figura del bajista hizo acto de presencia en el lugar.

 

-¿Podemos hablar? – Preguntó este en modo de saludo.


-Estoy un poco ocupado ¿me lo puedes decir después? – Sugirió el menor.


-No Ruki, lo siento pero tiene que ser ahora. – Respondió el rubio en un tono no muy amable por los nervios que recorrían su persona, el más bajo soltó un suspiro ignorando el nudo que tenía en el estómago.


-Bien, te escucho. –


-Iré directo al grano chibi. – Se puso en cuclillas frente a él y tras escudriñarlo por un par de segundos habló. – Quiero que terminemos con esto. –


-¿Qué..? –


-Sí Ruki, ha pasado ya mucho tiempo y no te niego que he llegado a quererte, más mi corazón desde siempre ha pertenecido a.. –


-Uruha. – Completó el menor mordiéndose el labio inferior cuando vio el asentimiento ajeno.


-Lo siento, enserio lo siento. – Masculló el bajista, Ruki sonrió sin ganas mientras sentía una traviesa lágrima bajar por su mejilla, luego se levantó en completo silencio y salió del lugar sólo para volver cuando era momento de ensayar, terminando por romperse cuando al terminar su jornada esas palabras se grabaron a fuego en su memoria.


-Chicos, saben que no me gusta andar con rodeos así que iré directo al grano. – Comenzó el bajista. – Desde hace una semana que Shima y yo somos novios. –  


-Fin flash back-

 

Cuando llegó a su departamento Koron corrió hasta él a todo lo que sus cortas patitas le dieron, acción que le hizo cerrar la puerta rápidamente para que éste no volviera a arrancarse como hizo aquella vez que tuvo que andar por todo el edificio tras él para poder atraparlo. Con pesadez tomó al diminuto can y se encaminó hasta la sala, de camino a casa no había hecho otra cosa que rememorar esos recuerdos que tanto dolían pero que muy a su pesar siempre serían parte de su vida; y es que al ver a sus dos compañeros (y amigos) llegó a la conclusión de que no había más que hacer, el bajista había tomado una decisión y no podía contra eso.

 

Suspiró y se recargó en el respaldo mientras acariciaba el suave pelaje de su mascota, por lo menos podría quedarse con los buenos recuerdos vividos junto al rubio, sonrió, vaya que habían sido buenos.

 

La mirada se le fue en cada nube oscura que opacaba el cielo de la ciudad, sintiéndose extrañamente nostálgico por la situación misma de ver su vida pasar frente a sí como aquellos celajes impulsados por el viento; ignorando que en ese mismo momento, a un par de cuadras de distancia, alguien compartía su dolor con tanta intensidad como él mismo. 

 

Notas finales:

Cuidence y gracias por leer :3 


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