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Como Mis Ojos Te Ven Y Mi Corazón Te Siente por Nessa Yaoi Uno

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Como Mis Ojos Te Ven Y Mi Corazón Te Siente

 

Capitulo – 1   Conociéndonos.

 

- “Tan solo hace un mes que llegue aquí y me parece una eternidad, nuevamente tengo que empezar de cero, distinta ciudad, distintas personas… y un nuevo vacio en mi interior, otra vez estoy solo, y aunque podría decirse que ese es mi estado natura siento que aun no me acostumbro al aislamiento impuesto por los demás a mi alrededor, aunque eso… no importa demasiado, me gusta la tranquilidad que eso conlleva – pensaba el chico rubio de ojos azules mientras observaba ensimismado el campo de atletismo a través de la ventana de su salón de clases – Ahí esta él, quiero que me abrace… que me abrace fuerte, ese deseo se repite una y otra vez en mi cabeza cada vez que lo veo a pesar de que ni siquiera sabe que existo, lo que me tranquiliza de cierta manera ya que no sabría que decirle en caso de que se decidiera a dirigirme la palabra… el sarcasmo y la ironía siempre han sido mi escudo para esconder lo débil que soy ante cierta situaciones,  es lo único que me ha quedado, por decirlo de alguna manera, de todos mis cambios de escuela y ambiente” – recogiendo sus cosas al sonido del timbre que indicaba el final de la clase.

- ¡No tardes, te esperaremos en la cafetería! – grito un pelirrojo junto con otros compañeros desde la puerta de las duchas.

- ¡Ya lárguense de aquí! – fue la respuesta del que aun quedaba bañándose.

      El rubio de ojos azules, más bien conocido con el nombre de Uzumaki Naruto, entro en la cafetería y se sentó en la mesa más alejada de la puerta de entrada, y la única pegada al ventanal que daba al jardín, en el que solía perderse en sus pensamientos por largo rato.

- Hola, Naruto, ¿Qué vas a querer hoy? – pregunto un chico moreno con grandes cejas.

- Compañía… - dijo el rubio sin mirarlo.

- ¿Eh? – pregunto el cejudo.

- No me hagas caso, Lee, una ensalada de frutas y un té estaría bien, no tengo mucho apetito – mirando de nuevo por la ventana.

- Si sigues con eso, tu lindo cuerpecito  se quedara en los huesos  – dijo con las manos en la cintura.

- Que más da, de hecho…  ya soy transparente para todos los demás – murmuro.

- Ni que fueras un fantasma, ¿Qué es lo que pasa contigo el día de hoy? Quiero que me muestres tu radiante sonrisa, vamos, inténtalo al menos – el rubio hiso caso omiso a la petición del cejudo y regreso su mirada hacia el jardín – Vaya, se acabo la tranquilidad…

      Fue el comentario del moreno de cejas grandes al ver entrar al grupo de chicos más escandalosos de toda la escuela, efectivamente, el equipo de atletismo era considerado el más revoltoso, aunque también bastante entusiastas, de todas las agrupaciones deportivas de la institución, los más populares entre las chicas debido a lo atractivo de sus integrantes, y los que más victorias habían conseguido en sus competencias entre diferentes escuelas, la algarabía era notoria a pesar de la poca gente que se encontraba en la cafetería en esos momentos, el rubio los miro de reojo para después seguir con su vista fija  en el jardín del otro lado de la ventana.

- ¡Hey, Lee! – grito el pelirrojo llamado Gaara.

- No hace falta que grites así – dijo Lee al llegar a la mesa donde siempre se sentaban.

- ¿Cuándo vas a decidirte a salir conmigo? – soltó de pronto el pelirrojo guiñándole un ojo al moreno.

- ¿Y tú, hasta cuando vas a dejar de hacer bromas pesadas? Ya te dije que no me interesas, Gaara – mintiendo, pero mirándolo con seriedad – No te esfuerces, no voy a caer en tus provocaciones, solo quieres divertirte a mi costa delante de tus amigos porque sabes de mi condición sexual, aun así… no harás que me avergüence de lo que soy – enalteciendo su mirada -  ¿Qué es lo que van a ordenar? Tengo otras mesas que atender – con el lápiz sobre la libreta de pedidos.

- “No es eso, Lee… no es así” – pensó Gaara forzando una sonrisa.

- ¡Muchachos! ¿Dónde está Kakashi? – pregunto una chica de cabello rosa acercándose a la mesa de los chicos.

- Ya sabes cómo es, le encanta estar bajo la ducha por largo rato – comento un moreno con el cabello en una cola de caballo.

- En lugar de un humano parece un delfín – opino otro moreno de piel blanca y ojos desconfiados.

- Mira, ya está aquí por quien llorabas – dijo el pelirrojo haciendo un gesto con su cabeza hacia la puerta de la cafetería.

- ¡Al fin llegas, Kakashi! Un día de estos vas a diluirte por completo – grito la pelirosa colgándose del cuello del recién llegado.

- Te he dicho mil veces que no hagas eso – apartándola de él y sentándose en el puesto que quedaba justamente ubicado  al frente del rubio ojiazul.

- ¿Y qué tiene de malo? Soy tu novia, ¿O no? – apoyando sus manos en la mesa.

- Sakura, ¿Cuándo he dicho yo tal cosa?

- Sabes que soy la más indicada para ti  – dijo convencida del todo.

- ¿Según la opinión de quien? Y ahora déjanos, tenemos cosas importantes de que hablar – cortando la palabrería de la Haruno.

- Como eres de antipático, pero ya te arreglare yo cuando nos casemos – dando media vuelta y saliendo del lugar.

- Si te descuidas tan solo un poco te veremos colgado del brazo de esa loca rumbo al altar, Kakashi – bromeo el chico de piel blanca llamado Sai.

- Ni en un millón de años… – sentencio posando  su mirada en el chico de cabello rubio sentado a la mesa continua a la suya.

- ¿Kakashi? ¿Qué pasa? – pregunto el de cola de caballo, el cual respondía al nombre de Nara Shikamaru, al ver que su amigo se había quedado extrañamente callado.

- ¿Quién es ese? – señalando con la mirada.

- ¿No me digas que es la primera vez que te fijas en él? – pregunto extrañado el Nara.

- “A decir verdad, ya lo había visto en varias ocasiones cerca del campo de prácticas,  el gimnasio, por los jardines y aquí, es como si  estuviera…”

- Kakashi… ¡Kakashi! – llamo el pelirrojo.

- ¿Q-Que pasa? – sacado bruscamente de sus pensamientos.

- ¿En serio no sabes quién es? – dijo Shikamaru.

- ¿Hubiera preguntado de haberlo sabido, baka? – dándole un cocorrón al Nara.

- No hace falta que te pongas intenso, ¿Sabes? Su nombre es Uzumaki Naruto, tiene dieciséis años, fue transferido hace un mes, esta un grados abajo de nosotros, y al parecer es un chico bastante tranquilo y solitario, cuando no está en clases, o con Lee… - el pelirrojo arrugo sus cejas al escuchar el comentario del Nara – Su única compañía es un libro – terminando su explicación.

- ¿Y tú como sabes todo eso? ¿Eres su madre o qué? – pregunto el de cabello gris plata, ojos grises y mal temperamento.

- Sabes que me gusta estar informado de todo a mi alrededor – mirando sobre su hombro al rubio - ¿Y bien?

- ¿Y bien, que?

- Lo único que no he podido averiguar, es si tiene novia…  o novio – dijo  suavemente el Nara.

- ¿Y eso qué importancia tiene? – pregunto peligris.

- Dímelo tú, no has dejado de mirarlo ni por un segundo, Kakashi.

- No digas tonterías, ¿Qué interés podría tener yo en ese chico?

- Solo el que tú mismo le des – sonriendo de medio lado.

- Ya sierra la boca.

- ¡Ah, tengo hambre! ¿Qué es lo que está haciendo Lee? – dijo el pelirrojo levantándose de la mesa para ir hasta el mostrador.

- Voy al baño – dijo Sai levantándose también pasando por encima del Nara.

- No te demores, la comida no tarda en llegar – agarrando la mano de Sai y apretándola con suavidad.

- Déjalo respirar – dijo el peligris cuando Sai se había marchado.

- No dirías lo mismo si estuvieras enamorado, baka – mirando la espalda del moreno a lo lejos, en ese momento, el rubio pasaba al lado de ellos hacia la salida de la cafetería.

- Aun no encuentro a la chica que me mueva el piso – sin apartar los ojos del rubio hasta que se perdió de vista.

- Con que una chica, ¿Eh? – sonriendo con burla.

- ¿En que estas pensando? – mirándolo con suspicacia.

- En que no entiendo porque siempre está solo, siendo que es toda una belleza ambulante, claro que a ti… eso ni te va ni te viene.

- Oye, Lee, hace rato que estamos esperando – reclamo el pelirrojo sentándose en uno de los taburetes ante la barra.

- Yo no preparo la comida, solo la sirvo, no seas pesado – contesto mientras lavaba unos platos.

- Entonces… ¿Ya lo pensaste? – mirándolo intensamente con sus ojos color verde claro.

- ¿Pensar qué?

- Lo de salir conmigo, te prometo que me portare bien.

- ¿Por qué haces esto, Gaara? Sé muy bien que te gustan las chicas, entonces, ¿cuál es tu empeño? – secándose las manos.

- Me caes bien, y me gustaría ser uno de tus amigos, ¿Acaso está mal?

- ¿Lo dices en serio? Muy bien, hay una película que quiero ver… – con su dedo en la barbilla - ¿Qué te parece hoy a las siete? Te esperare en la entrada de la escuela, otra cosa… tú invitas – agarrando la bandeja con las ordenes de los chicos.

- Genial – acompañándolo hasta la mesa.

- Si te retrasas me iré sin ti – dijo Lee volviendo a la barra.

- ¿Qué fue todo eso? – pregunto el Nara.

- El comienzo de una buena amistad… espero – con la mirada radiante el pelirrojo.

- ¿De qué me perdí? ¿Y a ese que le pasa? – pregunto Sai viendo a Shikamaru y Kakashi mirar con asombro al pelirrojo.

- Al parecer consiguió una cita con Lee – dijo el Nara sonriendo y sosteniendo la mano del moreno.

- ¿Una cita? ¿Pero cómo? Siempre creí que a ti…

- ¡No es una cita! Solo iremos al cine… como amigos, solo eso – protesto Gaara  con cara de enfado.

- Si tú lo dices… - comento Shikamaru pasando su brazo por la cintura de Sai después que éste se había sentado de nuevo.

      Durante toda la comida el peligris se mantuvo absorto de la conversación entre sus amigos, en ese momento solo el chico rubio de ojos azules llenaba su mente, cosa que lo molestaba bastante, ya que los chicos no le interesaban para nada.

- ¿Qué pasa, Kakashi? Apenas si tocaste la comida – dijo el Nara.

- Perdí el apetito,  nos veremos después – sin contestar la pregunta agarro su bolso de deportes en el piso al lado de su asiento y salió del lugar.

      Luego de abandonar la cafetería, el peligris se puso a vagar por los jardines hasta que encontró lo que inconscientemente buscaba, la molestia consigo mismo fue en aumento al constatar que sus pies lo habían llevado, sin su permiso,  hasta donde el ojiazul estaba,  lo encontró sentado al pie de un gran árbol leyendo un libro, al parecer, de los más entretenido puesto que no se percato de la proximidad del otro.

- Parecer estar muy interesado en mí – poniendo su bolso sobre su hombro y la otra mano en el bolsillo de su pantalón deportivo.

- ¿Disculpa? – levantando su cabeza de las paginas hacia el rostro del peligris.

- A donde quiera que dirijo mi mirada, ahí estás tú  – acercándose un par de pasos más.

- ¿No te estás dando demasiado importancia? Ya comprendo – cerrando el libro – Estas acostumbrado a que todos a tú alrededor te echen porras, o debería decir… te adulen, lo siento pero no estoy en ese club – levantándose para irse.

- Espera – agarrándolo por la muñeca al pasar a su lado - ¿No crees que estas siendo grosero con alguien de un grado superior al tuyo? – sin soltar al rubio.

- ¿Quieres una reverencia? Hatake-senpai – soltándose del agarre.

- Eso tampoco estaría mal – poniéndose frente al ojiazul.

- Estaba siendo sarcástico – retirándose del lugar dejando al peligris con dos palmos de narices y la rabia impresa en sus ojos.

- “Así que arisco y muy seguro de sí mismo, pero… te metiste con el hombre equivocado, nadie me insulta y se queda tan tranquilo, Uzumaki” Veremos  cuánto dura tu actitud de chico fuerte – murmuro.

      Luego del chasco con el ojiazul, Kakashi regreso a los dormitorios para varones anexos a la escuela, los cuales eran ocupados por estudiantes cuyas familias vivían fuera de la ciudad, al entrar en su habitación tiro el bolso al piso y se dejo caer en la cama, Hatake Kakashi de diecisiete años, era uno de los pocos que aun gozaba del privilegio de no tener que compartir habitación con ninguno de sus compañero de estudios,  además de quebrantar a sus anchas las reglas del dormitorio, también sobornaba al vigilante de la entrada, cuyas puertas se cerraban a las once de la noche, para regresar en la madrugada y que éste se hiciera de la vista gorda.

- Bienvenido – escucho el ojiazul al abrir la puerta del departamento.

- ¿Papa? ¿Paso algo? Es extraño que estés aquí tan temprano -  dirigiéndose a la cocina.

- Hoy quise ser yo el que preparara la cena, además… tengo que hablar contigo de algo my importante – poniendo la mesa.

- Siempre dices lo mismo cada vez que tenemos que mudarnos a otra parte – sentándose en una de las sillas.

- Hijo…

- ¡Ya basta! No quiero pasarme la vida recorriendo las ciudades de todo Japón como si fuera un vagabundo, estoy cansado de siempre empezar todo nuevamente…  ya no quiero seguir así – apoyando su cabeza en la superficie de madera y cubriéndola con sus brazos.

- Entiendo, se que ha sido difícil para ti desde que tu madre murió, es mi culpa que no vivas tu vida como un chico normal, con estabilidad, amigos… y todo lo que proporciona un lugar fijo donde vivir, pero… eres menor de edad, por lo que no puedo dejarte solo en el departamento – sentándose frente al rubio.

- ¿Qué hay de los dormitorios de la escuela? Podría quedarme ahí.

- ¿Es lo que quieres? si es así, desde mañana mismo podrás quedarte en la escuela y así me sentiré más tranquilo – revolviendo el cabello rubio.

- ¿Eh? ¿Pero como sabias que…?

- ¿Sera porque te conozco más de lo que crees? Solo quiero que te sientas a gusto, hijo – sonriéndole al ojiazul – Vamos a cenar, después te ayudare a recoger tus cosas.

- ¡Gracias, papa! – abrazando al mayor – “Podre seguir viéndolo, aunque sea de lejos”

- Se me olvidaba, ten – dándole un teléfono celular – Llévalo siempre contigo, vas a cansarte de escuchar mi voz, ¿Sabes? te llamare a diario – besando suavemente el cabello rubio.

- Gracias, papa.

      Luego de la cena, El ojiazul recogió lo poco que tenia ya que sus constantes mudanzas no le habían dado tiempo de acumular muchas cosas, sería su  última noche en el departamento y en dormir solo, se sentía tan emocionado que por más que intentaba cerrar sus ojos el solo pensamiento de estar cerca del peligris le impedía conciliar un sueño tranquilo, hubiera sido peor si supiera que lo inquietante comenzaría al día siguiente. Volvamos unas horas antes como alrededor de las seis…

- Vaya, ya estás aquí, me sorprendes – comento Lee al ver al pelirrojo plantado en la entrada de la escuela como habían acordado.

- Estaría muy mal llegar tarde a la primera cita, ¿No te parece?

- ¿Quién dijo que esto era una cita? Que yo recuerde, solo querías  ser  mi amigo.

- Era una broma, “Aunque eso es lo que pretendo, pero por ahora, dejare que lo pienses así… no quiero que huyas de mi”

- ¿Nos vamos? “Deseo ver tu expresión cuando lleguemos allá” – pensaba el moreno mirando de reojo a su acompañante.

      El camino hacia el pequeño centro comercial transcurrió en completo silencio por parte de ambos, el pelirrojo se moría de ganas por agarrar la mano del moreno y entrelazar sus dedos, pero prefirió llevar las cosas con calma o hasta donde su deseo de tocarlo le permitiera, subieron la escalera mecánica hasta el segundo nivel donde se encontraba la sala de cine que exhibían la película que Lee deseaba ver.

- Pero esto es… - al ver el cartel de la función en cuestión.

- “Lo sabía” – al ver la expresión en el rostro del pelirrojo – Es una película romántica entre chicos, ¿Te molesta? Puedo entrar solo si así lo prefieres, de esa manera no te sentirás incomodo – caminando hacia la taquilla.

- No supongas lo que estoy pensando  – agarrando el brazo de Lee.

- No supongo,  tu cara habla por ti… te advierto que la mayoría de las personas que se encuentran en la sala son chicos, ¿Aun quieres entrar?

- Dos boletos, por favor – pidió el pelirrojo al de la taquilla.

- Apresúrense, la función está por comenzar – les advirtió el vendedor.

      Luego de tomar los dos boletos entraron en la oscuridad de la sala, el brusco cambio de ambiente causo que sus ojos tuvieran que adaptarse  a la reinante penumbra antes de buscar donde sentarse.

- Aquí hay lugares vacios – dijo Gaara agarrando la mano del moreno, el corazón de Lee comenzó a latir fuerte.

      Consiguieron asientos tres gradas más abajo de la entrada y en el comienzo de la fila por el lado del pasillo, el pelirrojo tomo la segunda butaca dejando libre la que daba al corredor para  que Lee la ocupara, no quería que nadie se sentara a su lado.

- “Es cierto, la mayoría son chicos” – se dijo el pelirrojo paseando su vista por la sala.

- ¿Incomodo?

- En lo absoluto, ¿Vienes a menudo?

- Así es.

- ¿Solo?

- No – la sangre del pelirrojo comenzó agitarse.

- Mmmh… ¿Con tu novio? – apretando sus manos en los bordes del asiento.

- No.

- ¿Amigos?

- No.

- ¿Que no puedes ser más especifico? – perdiendo la paciencia.

- Conquistas, siempre hay alguien dispuesto a…

- No quiero saberlo – sintiendo que su cabeza iba a explotar.

- Está comenzando – mirando de reojo al pelirrojo.

      Habían pasado quince minutos de película, y en todo ese tiempo el pelirrojo no había puesto  atención a lo que ocurría en la pantalla, sus ojos se entretenían  mirando los abrazos y besos de las parejas a su alrededor haciendo que su cuerpo ardiera por hacer lo propio con el chico sentado a su lado, al rato noto que la cabeza de Lee descansaba en su hombro, lo observo con el corazón latiendo como loco al darse cuenta de que el moreno se había quedado dormido. 

- “Entre los estudios y el trabajo en la cafetería… no me extraña para nada que este cansado, se ve tan hermoso cuando duerme, tal vez podría…” – pasando su brazo por los hombros del moreno y levantando suavemente su barbilla lo beso en los labios.

Cuando la película dio fin…

- Despierta, Lee, tenemos que salir antes de que nos echen.

- Oh, vaya, me la perdí – levantando su cabeza del pecho del pelirrojo.

- Siempre podrás rentarla y verla las veces que quiera – caminando hacia la salida de la sala.

- Si, pero no sería lo mismo verla sin compañía.

- Aun es temprano – dijo el pelirrojo viendo su reloj – Tenemos tiempo antes de regresar al dormitorio.

- Daremos un rodeo por el parque, así tardaremos más en llegar… al menos que tengas prisa por deshacerte de mí – saliendo del centro comercial.

- No digas tonterías, fui yo el que te pidió que saliéramos – adentrándose en el parque.

- ¿Tomamos un café? tengo un poco de frio – acercándose a una máquina expendedora al lado de una de las bancas.

- “No puedo tolerar que salga con alguien más, tengo que decirle…” – sacando dos latas de café caliente de la maquina y entregándole una al moreno al sentarse a su lado.

- Parece que tuvieras algo atorado en tu garganta, ¿De qué se trata? Por muy desagradable que sea… quiero saber, no te culparía si tú…  - Gaara lo agarro por la ropa y lo jalo hacia si juntando sus labios tempestivamente,  Lee no lo rechazo.

- ¿Querías probar que se siente besar a otro chico? Entonces te recomiendo que experimentes con alguien más, yo me tomo muy en serio lo que soy y no estoy dispuesto a… - levantándose

- ¡Ya deja de hablar así! Tú me gustas, Lee – abrazándolo fuertemente por la espalda – Hablo en serio, te quiero… no, es más que eso, te amo – rozando con sus labios la oreja del moreno – Hace tiempo que ando tras de ti, por eso buscaba molestarte cada vez que te veía, de otra forma tú nunca me hubieras mirado siquiera, es por eso que…  oh, Lee, te deseo tanto – sintiendo el confortable calor del cuerpo del moreno – Di algo… por favor, lo que sea.

- ¿Puedo creer en tus palabras? De ser un juego… no te lo perdonaría nunca, porque yo… - dándole la cara – También te amo, Gaara – confesando lo que había guardado en su pecho durante largo tiempo.

- Lee… - besándolo de nuevo con la desesperación de un sediento ante un oasis en el desierto - ¿Qué puedo hacer para que creas que es en serio lo que digo?

- ¿Hablarías con mi padre? No tengo secretos para él “Esa sería la mejor prueba de si lo que dices es cierto o no, Gaara”

- Solo dime cuando y donde, hare lo que sea, Lee – girando el cuerpo del otro.

- Eso depende de ti y solo de ti, Gaara – sonriendo dulcemente mientras acariciaba la mejilla del pelirrojo.

- Ya veras, estarás orgulloso de mi… no desearas estar con nadie más -  abrazándose mutuamente y sellando su compromiso con un apasionado beso.

      Luego del largo intercambio de salivas, caminaron con sus manos agarradas hasta la entrada de la escuela, a diferencia de Gaara que se quedaba en los dormitorios, la habitación del moreno estaba ubicada en la parte alta de la cafetería perteneciente a su padre, se despidieron con otro gran beso y cada cual se dirigió  a sus respectivas habitaciones. Al siguiente día en el edificio de dormitorios…

- ¿Con quién debería acomodarlo? ¿Con quién? Rayos… - se preguntaba el responsable de los dormitorios sentado tras su escritorio mientras pasaba las hojas de un cuaderno.

- ¿Tan de mañana y protestando? Cielos…  – comento el peligris al terminar de bajar la escalera para acudir a clases – Pareces tener problemas, ¿Qué pasa? – apoyando su mano en el escritorio.

- Hay  un nuevo residente para el dormitorio y francamente no tengo ni idea de con quién ponerlo a compartir habitación, es una difícil decisión… ¿Debería echarlo a la suerte?

- ¿De quién se trata? – picado por la curiosidad.

- Déjame ver… - sacando un papel del bolsillo de su camisa – Aquí esta, un tal… Uzumaki Naruto, así es – la expresión del peligris cambio al igual que  el ritmo de los latidos de su corazón.

- ¡Se quedara conmigo! – dijo  para sorpresa del cuidador.

- ¿Kakashi? ¿Lo dices en serio? Siempre te ha gustado estar solo… ¿Me estas ocultando algo? Mira que si tú… no me causes más problemas, Kakashi – mirándolo seriamente.

- Tranquilo, lo tratare bien…  otra cosa,  cuando llegue solo indícale cual es la habitación,  nada de mencionar mi nombre, ¿De acuerdo? Te lo encargo – pidió con una sonrisa ladina antes de marcharse.

- Ese sinvergüenza de Kakashi, ¿En que estará pensando esta vez? – anotando el nombre del rubio abajo de donde estaba el del peligris como ocupantes de la misma habitación en el segundo piso.

      La mañana de clases transcurrió sin ninguna novedad hasta que llego la hora del almuerzo, el pelirrojo cruzo las puertas de la cafetería como si fuera un vendaval y deteniéndose ante el mostrador donde Lee se encontraba, los profesores permitían que el moreno saliera de clases media hora antes que los demás para que atendiera su trabajo en la cafetería de su padre a petición del mismo al comenzar el presente curso,  tanto Shikamaru, Sai y Kakashi quedaron sorprendidos por la extraña actitud del pelirrojo, pero su sorpresa fue aún mayor  cuando Gaara abrazo y beso en la boca al moreno en frente de todos.

- Tenía ganas de verte, mi amor – mirándolo a los ojos.

- Gaara…

- ¡Escuchen todos! Tengo algo que decirles – agarrando por la cintura al moreno - ¡Les presento a mi novio! Y mucho cuidado en acercársele, eso va para todos los presentes, ¿Quedo claro? Está dicho – paseando la vista por todo el lugar -  Con su permiso, claro está – dirigiéndose al padre del moreno tras el mostrador.

- Si es lo que Lee quiere, por mi está bien – sonriéndoles a ambos, los cuchicheos entre los alumnos no se hicieron esperar.

- Gaara… ¿Pero qué paso aquí? – se preguntaba con la boca abierta el Nara.

- Por favor no me digas que no te habías dado cuenta de nada, Shikamaru, era tan obvio – opino Sai.

- Sera Todo lo obvio que quieras,  pero aun así no deja de sorprenderme, ¿Quién lo diría? Por su comportamiento con las chicas, nunca imagine que fuera a salir con algo como esto, jamás imagine que fuera…

- ¿Cómo nosotros? Es extraño que no te dieras cuenta dado lo observador que eres – dijo Sai.

- ¿Sera porque solo tengo ojos para ti? Mi hermoso moreno de piel de nieve – dándole un beso en la mejilla, Kakashi no escuchaba nada debido a que sus ojos y mente estaban concentrados en otra cosa, o debería decir persona.

- “Ahí estas, con tu rostro apacible y dulce mirada, ¿Sera que seguirás así cuando sepas que caíste en la cueva del lobo? Luces como una tierna oveja, pero yo te quitare la piel para saber qué es lo que realmente hay debajo, no puedo esperar a ver tu expresión… será esta tarde, te estaré esperando, Uzumaki” – pensaba el peligris al observar al ojiazul en su mesa habitual – Bien, y ya que paso la sorpresa, ¿Que les parece si comemos? Estoy hambriento – dirigiéndose a la mesa de costumbre.

- ¿Y a ti que hay que hacerte para que muestres algo de desconcierto? ¿Darte un golpe en la cabeza? Por Kami… - comento el Nara refiriéndose a la actitud pasiva del peligris ante la presente situación con su amigo pelirrojo.

- “Que acto tan hermoso, admiro su valentía al mostrar sus sentimientos tan libremente… que envidia, me gustaría ser como él para poder expresar con palabras y sin reservas todo lo que llevo dentro de mí, algún día… supongo” – pensaba el ojiazul observando con mirada soñadora la escena frente a él.

- “¿En qué piensas? Daria lo que fuera por saber qué es lo que pasa por tu cabeza en este momento, tus ojos están brillando, r-rayos… ¿Qué haces? ¿Por qué humedeces así tus labios? Y sobre todo… ¿Por qué eso me hace sentir inquieto? ¿Qué pasa? ¿Qué me pasa? Es solo… un chico” – pensaba Kakashi pinchando los alimentos con el tenedor como si peleara con ellos.

- ¿Tienes miedo de que te ataque? Te aseguro que ese pollo ya está bien muerto – comento Shikamaru al ver a su amigo desquitándose, sin piedad y sin razón, con la comida.

      Apartando el plato a un lado el peligris dejo la mesa sin decir una palabra ni siquiera para despedirse, algo muy inusual en él, pero demasiado obvio para la vista del Nara, ya que se había marchado justo después que el rubio abandonara la cafetería. Kakashi había estado preguntando entre los alumnos del mismo salón de clases del ojiazul y sabia que éste tendría la tarde libre, lo más seguro era que se presentara en los dormitorios y que aprovecharía el tiempo para poder así  instalarse con calma.

- “Tengo que llegar antes que él o se echara a perder la sorpresa” – pensó Kakashi mientras brincaba el muro que separaba los dos edificios y corría como un rayo hasta la entrada - ¿Ya llego? M-Me refiero a Uzumaki Naruto – pregunto al encargado apoyando sus manos sobre la mesa y jadeando por la carrera.

- Aun no,  pero su equipaje si,  su padre lo dejo después que te marchaste esta mañana – contesto el cuidador dirigiendo su vista a la maleta y bolso pegados a la pared detrás de su asiento.

- Yo lo subiré, y ya sabes, nada de decirle mi nombre, ¿Esta claro? – le recordó al vigilante.

- ¿Qué será lo que se traerá entre manos? No le quitare el ojo de encima, no quiero ningún incidente que pueda causarme problemas  – murmuro el sujeto sentado tras el escritorio.

Veinte minutos después…

- Buenas tardes, disculpe… me llamo Uzumaki Naruto y…

- Si, eres el nuevo, tú equipaje ya fue subido por tu compañero,  aquí tienes – dándole un papel donde estaba escrito el numero de la habitación – Segundo piso.

- Gracias – tomando las escaleras – 24-B, veamos… es aquí “¿Qué clase de compañero me habrá tocado en suerte?– fijándose en la placa de la puerta, tomo aire y golpeo con suavidad.

- Adelante – escucho desde adentro.

- Con permiso – abriendo la puerta – ¡Tú…! - soltando de golpe el aire retenido.

- ¡Vaya, pero si es “Don respeto” en persona! Que sorpresa – dijo el peligris sentándose en la cama.

- ¿Pretendes que crea eso? “Santo dios, ¿Por qué tenía que compartir habitación precisamente con él? Cielos… creo que me gustaba más cuando no sabía que yo existía, solo me queda tratarlo con indiferencia para que no note mí…  ¿Qué es lo que trato de  decir? Concéntrate, Naruto, él no es un sujeto fácil de manejar,  tampoco comenzamos con buen pie que se diga… en fin, tendré que hacerle frente a esta situación como pueda, creo que ignorarlo sería mi mejor opción”  Esto no podría ir peor… – murmuro poniendo el bolso sobre la cama para sacar sus cosas y acomodarlas como si solo él estuviera  en la habitación.

- ¿Quieres apostar? – observándolo mientras guardaba sus libros en el que sería su escritorio paralelo a su cama.

- “Comenzamos” ¿Hasta qué hora se pueden usar las duchas? – pregunto sin mirarlo.

- No hay horario para eso, puedes bañarte cada vez que se te antoje – sonriendo de medio lado.

- Es bueno saberlo  – colocando su laptop sobre el escritorio.

      Después de acomodar su ropa en el lado del armario que le correspondía  y haciendo caso omiso a la presencia del peligris en la habitación, el rubio tomo un libro y se acostó en la cama para disfrutar de la lectura, luego de un rato, los ojos azules se cerraron poco a poco debido a la falta de sueño de la noche anterior, sus manos fueron cayendo suavemente hasta que el libro quedo descansando sobre  su pecho,  Kakashi se acerco  y lo observo por largo rato, no entendía por qué tan solo mirarlo lo desconcertaba, y aun peor, desencadenaba efectos en su cuerpo que nunca antes había sentido ni siquiera por una chica.

       La placida imagen del rostro del ojiazul hacia que sus manos desearan acariciar con suavidad su atractiva piel, Kakashi cerró con fuerza sus puños sintiendo que su sangre hervía de rabia  por no saber exactamente que tenía ese chico para producir tales efectos en su persona, de nuevo se tendió sobre la cama sin dejar de preguntarse lo mismo una y otra vez mientras  volteaba su cabeza hacia el cuerpo dormido del ojiazul al otro lado de la habitación.

- “¿Qué tiene ese rubio? ¿Por qué no puedo dejar de mirarlo? Esto nunca me había pasado antes, entonces… ¿Por qué siento ganas de…? ¡Demonios! Yo no soy así, para lo único que me interesaría  otro chico es para pelear… no para lo que deseo hacer ahora, esto es ridículo, si quisiera podría tener a cualquier  chica que deseara…  y mírame ahora, viéndolo a él en lo único que pienso es en… ¡Ya basta! Solo es deseo de quebrar su excesiva confianza y actitud altanera” Nada más eso – susurro mirando al dormido en la otra cama.

      El rubio abrió sus ojos   y mientras bostezaba miro su reloj,  dejo el libro sobre la cama y sin decir palabra salió de la habitación, el peligris gruño al ser ignorado tan olímpicamente por su compañero de morada al mismo tiempo que se estrujaba los sesos  preguntándose si debía tolerarlo sin hacer nada al respecto,  sin poder aguantar más se levanto decidido  averiguar a donde se dirigía, ¿Y por qué no?  Amargarle un poco,  si se podía,  la existencia al ojiazul. Naruto caminaba tranquilamente sin saber que tenía un sabueso siguiendo cada paso que daba hasta que llego a la cafetería el cual era su punto de destino, se acerco al mostrador y luego de saludar a su amigo de cejas grandes,  se sentó  en uno de los taburetes y pidió lo que sería su cena antes de retirarse de nuevo al dormitorio hasta el siguiente día.

- Nada de emparedados, ¿Esta claro? Cabeza dura, esta noche comerás un buen tazón de rámen, no es por presumir pero mi padre lo prepara delicioso – dijo Lee enalteciendo al cocinero – Y no se hable más – entrando en la cocina.

- Felicidades, Lee – menciono al moreno después que éste le sirviera el humeante tazón.

- ¿Eh? ¿Te refieres a…? Gracias, Naruto – contesto apoyando sus brazos en el mostrador – En verdad estoy feliz – sonriendo.

- Te envidio, ¿Sabes? Pero de buena manera, debe ser grandioso que alguien se te declare de esa forma tan elocuente – dijo suspirando al referirse al anuncio público del pelirrojo.

- No pensé que fuera capaz de hacerlo, verdaderamente me sorprendió.

- Por la expresión que tenían todos los presentes, no fuiste tú el único sorprendido.

- ¡Te encontré! Me informaron que no estabas en tu habitación – dijo la pelirosa agarrándose de la cintura del peligris a unos pasos de la entrada de la cafetería.

- “Debieron haberle dicho que me morí” ¿Qué haces aquí a estas horas? Te advertí que no me buscaras en el dormitorio – quitándosela de encima.

- No seas antipático, yo que me preocupo por ti y mira como me tratas.

- No te lo pedí, vete a casa – mirando al ojiazul a través del cristal de las puertas que los separaba.

- Claro, después de tomar algo juntos, por supuesto – jalando del brazo al peligris irrumpieron en la cafetería llamando la atención de los pocos estudiantes que allí se encontraban a esas horas

      Muy decidida, la pelirosa caminaba hacia una de las mesas cuando Kakashi se deshizo del agarre para dirigirse hasta el mostrador y sentarse junto al ojiazul, lo que no fue una sorpresa para él, ya que sabía que el peligris aprovecharía cualquier oportunidad para molestarlo de alguna manera.

- ¿Qué haces? Pero si a ti no te gusta sentarte en el… ¿Quién es ese? – notando que el peligris solo prestaba atención al chico sentado al lado contrario al de ella.

- Mmm, eso se ve muy bien – comento el de ojos grises fijándose en el tazón frente al rubio.

- Te pregunte quien es ese chico, Kakashi – dijo molesta al sentirse ignorada.

- Cierto, él es Uzumaki Naruto, mi compañero… ¿No es así? – poniendo su brazo sobre los hombros del rubio.

- ¿Compañero? ¿Compañero de qué? Nunca lo había visto antes – dijo la chica poniendo mala cara.

- ¿Ah, no? Según tengo entendido…  es imposible que pase desapercibido – recordando las palabras del Nara -  Lo cierto es que se ha convertido en mi compañero de sueño – sin poder apartar su ojos grises del rostro del rubio.

- No entiendo a que te refieres.

- Pues que dormimos juntos, a eso me refiero – la cara de la pelirosa cambio de color.

- ¿J-Juntos? ¿Qué se supone que significa eso? Es broma… ¿Verdad que si? – con el rostro blanco como el papel.

- Te veré mañana, Lee – dijo el Uzumaki despidiéndose del moreno y apartando  el brazo de sobre sus hombros salió del lugar.

- ¡Oye, espera! Demonios “Ni siquiera poniéndote en evidencia me haces caso, entonces… voy a tener que hacer algo más drástico si quiero romper esa barrera tras la cual te escondes, Naruto”  Juro que así será – susurro con la mano apoyada bajo su nariz.

- ¿Qué fue eso, Kakashi? ¿De qué conoces a ese chico? ¡No te quedes callado! ¡Di algo, demonios!

- ¿Qué no escuchaste lo que dije antes? Dormimos juntos, soy su amante, ¿Ahora si entendiste? – diciendo lo primero que se le vino a la cabeza debido a la rabia que sentía al ser echado a un lado por el rubio.

- ¡Mentira! Eso… eso no puede ser cierto… solo lo dices para probarme… eso debe  ser, estas probándome – dijo entre la risa nerviosa y la desesperación.

- Sakura, vete a tu casa… no me busques más, ¿Esta claro? – dejando a la chica plantada en la cafetería mientras él regresaba a los dormitorios y el moreno de cejas grandes quedaba con la boca abierta ante lo dicho por el peligris.

      El rubio decidió darse un refrescante baño antes de dormir y se dirigió a las duchas al final del pasillo de habitaciones, metido en sus pensamientos caminaba sin ver hasta que  tropezó con alguien en mitad del corredor.

- Lo siento – levantando la vista.

- Es mi culpa por estorbar el paso – comento el chico que vestía, como único atuendo,  una toalla atada a la cadera y otra descansando en su cuello - ¿Eres nuevo aquí, no es así? Conozco a todos los del dormitorio – mirando fijamente los ojos del rubio - ¿Dónde habías estado metido todo este tiempo? – acercándose al ojiazul.

- ¿Eh? No comprendo.

- Lo que quiero decir, es que resulta casi imposible que no te haya notado anteriormente – con una sonrisa seductora.

- Eso dice mucho de mí…  supongo.

- No te subestimes, creo que mi último año de preparatoria será bastante entretenido contigo por aquí – guiñándole un ojo.

- ¡Déjalo en paz, Kyo! – grito el peligris a unos metros de ellos.

- ¿Te estoy molestando? – pregunto el medio desnudo chico poniendo su mano en el  hombro del rubio.

- Para nada, así que te llamas Kyo, ¿También quieres que te diga senpai? – volteando su rostro hacia Kakashi.

- Me basta con que solo me digas Kyo,  no soy tan formal con respecto a eso.

- Al fin, alguien que está de acuerdo conmigo, las formalidades solo sirven para levantar barreras entre  las personas  – mirando de reojo al peligris.

- Y dime, ¿Que habitación te asignaron?

- Es mi compañero – contesto seriamente el peligris mientras se acercaba.

- No lo puedo creer, ¿Tú, con un compañero? Siempre dijiste que eran molestos y entrometidos, Kakashi.

- Ya ves, siempre se puede cambiar de opinión – quitando la mano de Kyo de sobre el hombro del rubio.

- No me extraña, y él es una buena razón para eso – dijo el otro cruzando sus brazos.

- ¿Que quieres decir con eso?

- Quien podría resistirse a compartir habitación con semejante lindura, aunque con tu carácter, no creo que dure mucho contigo.

- ¿Eso crees? “No dejare que tú ni nadie  interfiera entre nosotros de ninguna forma,  se quedara conmigo y… ¿Que estoy diciendo? ¿A qué viene esa estúpida  determinación de mi parte? Ese Uzumaki… me está haciendo pensar cosas extrañas en verdad”

- Siempre podrás quedarte conmigo cuando te canses de… ¿A dónde se fue? – mirando a su alrededor.

      Tanto Kyo como Kakashi estaban tan concentrados desafiándose uno al otro que ni siquiera se dieron cuenta que el ojiazul se había marchado.

- “Vaya par de idiotas, ¿Pues qué creen que soy? Hablaban de mi como si no estuviera también allí, rayos… me siento como si fuera transparente, un simple adorno o parte del paisaje” Tal vez sea mi culpa – murmuro caminando por el pasillo de duchas.

- Deja tus manos quietas o no saldremos nunca de aquí, Shikamaru – reprochaba Sai mientras recibía besos en su cuello.

- Sabes que no puedo evitarlo, me vuelves loco, mi amor – decía el Nara a espaldas de Sai mientras acariciaba y besaba el cuerpo de éste – Espera… ¿Quien anda ahí?

- L-Lo siento, no quise interrumpir, pensé que no había nadie a esta hora – se disculpaba el ojiazul con su cara completamente roja por la escena frente a sus ojos, no por ver a dos chicos desnudos sino más bien por lo que estaban haciendo.

- Ah, eres tú, lamento si te escandalizamos, a nosotros nos gusta bañarnos solos… si sabes a que me refiero – dijo el Nara apoyando sus brazos en la pequeña puerta de la ducha – Hola, soy Nara Shikamaru y él es Sai, mi pareja como te habrás dado cuenta – agarrando por la cintura al otro moreno -  Uzumaki Naruto, ¿Cierto? – tendiéndole la mano.

- Gusto en conocerlos de esta forma,  ya que siempre los había visto de lejos – estrechando la mano del moreno y luego la de Sai.

- También nos da gusto conocerte, ¿Podemos llamarte Naruto?

- Siempre y cuando me dejen llamarles por sus nombres también – dijo con una sonrisa.

- Hecho, y puesto que ya terminamos, las duchas son todas tuyas – poniéndose una toalla a la cintura y pasándole otra a Sai.

- Si, será mejor que me de prisa o ese pesado de Kakashi tendrá otra excusa para molestarme, quizás hasta me deje fuera de la habitación.

- ¿Kakashi? ¿Dijiste Kakashi? ¿Eres su compañero de cuarto? Eso no me lo esperaba, Kakashi con un compañero… esto es increíble.

- ¿Por qué todos se sorprenden tanto? ¿Hay algo sobre eso que yo necesite saber?

- Bueno, como decirlo… hace tiempo compartió habitación con un chico bastante agradable,  pero debido a que éste quiso sobrepasarse con él de una manera…  creo que entiendes,  juró que jamás  volvería a tener ninguno otro, por eso es que no entiendo como…

- Seguramente se dio cuenta que no represento ningún peligro para él, supongo – dijo el ojiazul levantando sus hombros.

- Aun así, sigue siendo extraño – secundo Sai.

- De todas maneras, ni se dará cuenta que estoy ahí, no quiero problemas, solo un lugar donde dormir, eso es todo – comenzando a desvestirse para meterse en la ducha.

- Si se te ofrece algo,  estamos a dos puertas de la tuya,  disfruta tu baño, hasta mañana – dijo Sai al cerrar la puerta.

- ¡Gracias! Parece que acabo de hacer dos nuevos amigos,  ahora que lo pienso… ellos estaban… cielos, creo que los interrumpí, pero si duermen en la misma habitación… ¡Ya déjate de pensar en eso, baka! – formando imágenes en su mente de él y el peligris haciendo lo mismo que la pareja que acababa de salir del lugar.

- “Maldito Kyo, ¿Crees que dejare que te le acerques así nada más? Se perfectamente lo que buscas… aquí voy otra vez, ¡Demonios! Mi sangre hierve al pensarlo, ¿Qué es lo que verdaderamente quiero de él? ¿Molestarlo por ignorarme, o tal vez…? Tengo que aclarar mi cabeza, poner en su justo punto lo que deseo en realidad sin perder la perspectiva” – pensaba mientras entraba a cuarto de duchas y pasaba el cerrojo a la puerta.

- Me pareció que… ¿Hay alguien ahí? Responda – apoyando su cuerpo en la pequeña puerta y asomando su cabeza hacia el pasillo de duchas – Ah, solo eres tú – poniendo a propósito una cara de desilusión al ver al peligris.

- ¿Esperabas a alguien más? No suele haber nadie por aquí a estas horas a  excepción de Shikamaru y Sai – acercándose a la ducha donde estaba el ojiazul.

- Parece que esa excepción no te incluye a ti – siguiendo con su baño y   despreocupado de la presencia de Kakashi, aunque por dentro sintiera que los nervios lo devoraban.

- Creo que coincidimos en el gusto por el baño a solas – quitándose la ropa y entrando en la ducha contigua a la del rubio.

- Es solo coincidencia, “No debo mirarlo, hacer de cuenta que no está aquí… como si fuera a dejarme hacer eso, siento ganas de salir corriendo, pero… ¿Con que motivo? No quiero que piense que le tengo miedo,  eso le daría otra excusa más en mi contra… no le daré el gusto aunque mi cuerpo tiemble como gelatina y mis piernas apenas me sostengan en pie, simplemente seguiré con lo mío e ignorare su presencia” – masajeando su cabello lleno de espuma - ¡Oh, rayos! Arde… - sacudiendo su cabeza a causa del jabón en sus ojos.

- Espera, no te restriegues o será peor –  metiéndose en la ducha del rubio – Déjame a mí – levantándole la cabeza y pasando su mano con agua por los apretados ojos – “Santo dios, no solo eres hermoso de rostro, también tienes un cuerpo increíble, piel suave que junto con tu cabello y ojos… me hacen desear tenerte, eso es, mi cuerpo no puede estar equivocado, ¿Por qué? Nunca antes me había sentido así por ningún otro chico, ¿Quién eres tú? ¿Apareciste aquí solo para volverme loco? No, yo no…”

- Ya estoy bien, gracias – apartando las manos del peligris, luego se metió de nuevo  bajo la regadera para quitar el resto de jabón de su cuerpo y salir de la ducha.

- P-Por nada – saliendo también.

      El ojiazul se seco y vistió con el pijama sin mirar ni una sola vez al mayor, todo lo contrario del peligris que no había apartado sus ojos del rubio ni por un segundo, al salir del cuarto de duchas…

- Al fin,  creí que estarías ahí toda la noche – dijo el chico llamado Kyo apoyado en la pared al lado de la puerta.

- ¿Y tú qué haces aquí? Vaya que eres molesto, deberías estar durmiendo – dijo el peligris poniendo mala cara.

- No, lo extraño es que tú estés aquí, ya que acostumbras escaparte para divertirte hasta la madrugada,  y no estoy esperándote a ti – dijo acercándose al ojiazul - ¿Tienes algo que hacer mañana después de clases, Naruto?

- En realidad no lo sé, ¿Por qué?

- Me gustaría que me acompañaras a comprar algunos CDs de música,  ¿Te animas?

- Claro que si – Kakashi sentía que la sangre se le agitaba en la cabeza  y  le saldría por las orejas a causa de la ira, o más bien celos, que se iban apoderaban de su ser.

- Música, ¿Eh? Últimamente estoy cansado de escuchar siempre lo mismo, así que aprovechare la oportunidad y los acompañare   – poniendo sus brazos sobre los hombros de ambos chicos - No les importa, ¿Cierto?

- ¿No se supone que tienes practicas en la tarde? Además de que no estoy invitando a ti, Kakashi – advirtió Kyo siendo claro y directo.

- ¿Qué sucede? ¿Acaso es una cita? Porque de lo contrario, no le veo inconveniente alguno – mirando desafiantemente a Kyo.

- Nos veremos en la cafetería al terminar las clases, buenas noches – dijo Naruto caminando hacia su habitación siendo seguido por el peligris.

- “Te estás convirtiendo en un estorbo, Kyo, será mejor que no te hagas ilusiones con respecto a él, ya que después de todo tengo una muy buena ventaja sobre ti,   Naruto duerme conmigo… o debería decir que es lo que estoy empezando a desear” – analizaba el peligris cerrando la puerta de la habitación tras ellos.

      El ojiazul se tendió en la cama dispuesto a dormir, Kakashi lo observo por un momento para luego buscar algo en su lado del armario y acercarse a la cama del rubio, se inclino un poco sobre el cuerpo de éste y lo jalo del hombro para que se volteara hacia él.

- ¿Qué pasa? Senpai… – dijo con ironía mientras lo miraba con los ojos enrojecidos a causa de los efectos del jabón.

- Ya déjate de eso, solo llámame  Kakashi, ¿Está bien? – abriendo el frasquito de gotas  y poniendo una en cada ojo azul.

- No lo creo – dijo apretando sus ojos.

- ¿Por qué no? No te costo nada de trabajo hacerlo con Kyo – respirando celos.

- Él es diferente, desde un principio me dio la confianza para llamarlo por su nombre, no fue lo mismo contigo, ¿O ya se te olvido? Senpai… – con los ojos cerrados para retener las gotas curativas.

- Tú me haces enfurecer hasta el límite de… - no resistiendo los celos se inclino totalmente sobre los labios del rubio y los pego con los suyos, los ojos de Naruto se abrieron por la sorpresa del beso y de las palabras.

- ¿A que vino eso? ¿Eso hace parte de las reglas del dormitorio? Senpai – mirándolo seriamente.

- Son mis reglas, y ya que eres mi compañero, digamos que adquiriste cierto compromiso conmigo, que no se te olvide, ya veré que se me ocurre después – poniendo el frasco sobre su escritorio y echándose de nuevo en la cama – Buenas noches – no dándole pie para una discusión – “Por Kami, sus labios saben a gloria, creo que de ahora en adelante hare que ese sea mi saludo personal para ti,  dijiste que los títulos alejan a las personas, pues bien… supongo que esto te hará cambiar de opinión… Naruto, tu boca será solo para mí, me conformare con eso por el momento” – pensaba mientras miraba la espalda del rubio.

- “¿Qué fue todo eso? ¿Qué yo lo enfado? No sé a qué se refiere, pero si cree  que puede hacer conmigo lo que se le dé la gana… ya verá, aunque me guste a rabiar y mi cuerpo se haga flan cada vez que se me acerca, que espero nunca lo note, no dejare que me arrastre a su conveniencia nada más que por su empeño de disminuirme ante él… o cualquiera que sea tu intención… senpai” – cerrando sus ojos para conciliar el sueño.

      El peligris despertó listo para otro día de actividad escolar, su primer gesto fue mirar hacia la cama del rubio para ver que estaba vacía.

- ¿Cómo…? ¿Ya se fue? ¡Demonios! Tendré que poner otra regla a eso – vistiéndose rápidamente y corriendo a la cafetería, no sin antes…  – Uzumaki Naruto, ¿Ya salió? – pregunto al cuidador de los dormitorios.

- Hace rato,  bajo con Kyo y… ¡Oye! ¿Pasa algo? Luce como si estuviera buscando pelea  – al verlo correr  hacia la puerta de salida - ¿Pues qué le pasa?

      El tiempo de llegada hasta la cafetería podría haberse considerado un record mundial en velocidad, entro tan rápidamente al lugar que cualquiera diría que era perseguido por alguna clase de fantasma o demonio, tanto sus amigos como todos los presentes, exceptuando al ojiazul y Kyo, se sorprendieron  ante la inesperada actitud del peligris,  éste ignorando a todo el mundo camino directamente hacia la mesa que ocupaba la persona que le interesaba.

- Pero si aquí estas,  tenemos que hablar,  será solo un momento – agarrando por el brazo al ojiazul.

- ¿Qué es lo que quieres ahora? Estas interrumpiendo nuestro desayuno, Kakashi – dijo Kyo.

- No te metas, no es tu asunto, Kyo – mirándolo fieramente.

- Tú eres el que se está entrometiendo por si no te diste cuenta.

- ¿Quién pidió tu opinión? Esto es algo que solo le concierne a  él y a mí.

- “Otra vez lo mismo, de nuevo discuten entre ellos ignorando totalmente mi presencia, me tienen harto” ¡Oigan, ya basta! ¿Que soy su juguete de entretenimiento? Soy bastante grandecito para saber lo que quiero, demonios – mirando de uno al otro.

- Ven conmigo – dijo el peligris levantándolo por el brazo.

- ¿Y que si no quiero ir? Senpai… – de nuevo la ironía llenaba sus palabras.

- Como si eso importara – jalándolo hacia fuera de la cafetería.

- ¿No te parece que Kakashi se está comportando de una manera extraña? No parece él mismo – comento Gaara a los otros dos.

- En eso tienes razón – corroboro Sai.

- Me da la impresión de que… no, no es posible – murmuro Shikamaru.

- ¿A qué adivino lo que estas pensando? Sería algo extraordinario, ¿No lo crees? – sonrió Sai.

- ¿Qué? ¿Qué? ¿De qué están hablando? Díganme que pasa – pedía el pelirrojo.

- Pensamos que nuestro querido Kakashi… está enamorado – comento el Nara.

- ¿Enamorado? ¿Pues de quien? ¡Hablen ya! Quiero saber – molestándose por las frases a medias de los otros dos.

- Que poca intuición tienes, estamos hablando de Naruto,  por supuesto – dijo Sai.

- ¿De quién? No sé quién es ese – completamente despistado.

- ¿Pues quien va a ser? Nos referimos al chico rubio de ojos azules, baka – lo puso en cuenta el Nara.

- ¿Qué cosa? ¿Desde cuándo a Kakashi le interesan los chicos? Rayos… – dijo asombrado el pelirrojo.

- No es que le interesen los chicos, lo que creo es que le gusta este en particular…  y en verdad que no lo culparía, cuando  encuentras a la persona que te mueve el mundo, no te paras a pensar si es hombre o mujer, ¿Acaso no te ocurrió lo mismo con Lee? Y lo mismo digo por Sai – explico el Nara agarrando la barbilla del otro moreno para darle un beso.

- No puedo discutir eso, haría lo que fuera por Lee – dijo el pelirrojo mirando hacia el mostrador.

      Fuera de la cafetería en un lugar donde nadie los molestara o interrumpiera…

- ¡Ya suéltame! ¿Quieres? No sé qué es lo que tramas, pero de seguro no es nada bueno – protestaba el ojiazul tratando de zafarse del agarre del mayor.

- Debiste esperarme para desayunar juntos – acorralando al ojiazul contra la pared de la parte trasera del local.

- ¿Es otra de tus reglas? Estas llevando muy lejos eso de ser compañeros de habitación, ¿No te parece? Senpai – enfrentando la mirada del peligris.

- Digamos que sí, es mi privilegio y también mi derecho por tenerme como pareja, Naruto – acercando su cuerpo al del ojiazul.

- ¿De qué diablos estás hablando? No sé en qué sentido me llamas pareja, pero cualquiera que sea… no me interesa, y otra cosa, no recuerdo haberte dicho que puedes  llamarme por mi nombre – sintiendo el calor del cuerpo del peligris muy cerca del suyo.

- Por el momento, el significado de la palabra “pareja” no tiene ninguna importancia, solo tienes que hacer lo que diga si quieres que nos llevemos bien – arrimándose un poco más -  Para empezar, saldremos y desayunaremos juntos todas las mañanas, así podremos cultivar nuestra amistad y conocernos mejor – mirando a los ojos azules.

- ¿Cuál amistad? ¡Me estas obligando!

- En cuanto a lo de decirme senpai, será mejor que lo olvides…  tengo una forma mejor de saludarnos – acercando su cara a la del rubio.

- ¿Una inclinación de cabeza, tal vez? Eso estaría bien de acuerdo a tu forma de relacionarte con los demás, como amo y esclavo para ser exactos – mirándolo con desdén – O quizás un apretón de manos, y así no serias tan obvio.

- Un apretón estaría bien,  pero no de manos… de labios sería mucho mejor, ¿No te parece? –  pegando su nariz con la del ojiazul.

- ¿Qué? Creo que tanta adulación se te subió a la cabeza, no distingues la indiferencia entre lo servil y lo inapropiado  – dijo tratando de controlar sus nervios.

- Creo que eres tú el que no entiende su posición aquí, estaré encantado de mostrártela, eres como un zorro salvaje al que hay que enseñarle quien manda.

      Dicho esto el peligris aprisiono los delicados labios frente a él con los suyos, el conmocionado ojiazul hiso esfuerzos para no cerrar sus ojos y dejarse llevar por lo que sentía, se mostro rígido e indiferente como si fuera una estatua de frío mármol con una endurecida expresión en el rostro, y  hermosos ojos de cristal azul velados por una helada niebla a la que ni el fuego más intenso podría derretir, de nuevo sus escudos estaban dando  resultados al acoso inesperado del impetuoso peligris, éste se separo molesto por la actitud indiferente del cachorro ante su sorpresivo acto amoroso, por así decirlo.

- ¿Algo más? Ya que me hiciste perder el desayuno, no quiero llegar tarde a clases – haciéndolo a un lado camino hacia el edificio de aulas.

- ¡No lo olvides! ¡Esta tarde tenemos una cita, cachorro! “¿Piensas que tu actitud me hará desistir? Verte en compañía de otra persona junto con el beso que te acabo de dar, me ha servido para aclarar lo que realmente quiero de ti, lo que quiero… es a ti, que seas mío, dios santo… quien hubiera pensado que yo, Hatake Kakashi, ídolo entre las chicas, se dejaría seducir por un hermoso cachorro de ojos azules y testarudo como él solo, ni yo mismo me lo creo… pero no daré marcha atrás, conseguiré lo que deseo cueste lo que cueste, cachorro”– tomando la fuerte decisión al entrar a su salón.

 

Continuara…

Notas finales:

¡Hola niños y niñas! fue rapido, ¿No? hastayo misma me sorprendo, en realidad era un fic que tenia guardado hace tiempo y solo le faltaba el final, que ya estoy escribiendo, así que disfruten de esto mientras tanto, nos veremos pronto, lo prometo.

besos para todos y chaito.

                                                          Nessa Yaoi.


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