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Mis fantasias 2Min por HimeShawol

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Notas del fanfic:

¡Hola mis hermosas/os lectoras/es! ¿Cómo han estado? ¿Me han echado de menos? –Insertar puchero aquí—Yo a ustedes sí y mucho. Y sí, sí sé, soy una ingrata e irresponsable de mierda T^T

No les daré excusas porque no tengo, no hay una realmente importante, porque tiempo he tenido… Es solo la falta de inspiración y mi flojera. Debo ser sincera con ustedes :C

Estoy a dos meses de salir para siempre el colegio y bueno mi vida se ha tornado un poco loca, pero menos mal que para bien. Aunque he descuidado un poco el colegio… debo poner ojo a eso o me retaran mucho :x

Respecto a “¡Seré un buen alumno!” calma, calma que no lo he dejado. Mi ordenador esta algo malo y el capitulo que seguía y el nueve y el diez estaban hechos, pero el ocho no se guardo –noseporqué- y lo perdí, después encontré un Word con menos de la mitad y me dio rabia y los borres y mi pc se está muriendo porque tiene virus y me está borrando las cosas ;3; Necesito uno nuevo... pero después de todas las cosas que he pedido dudo que me quieran comprar uno xD

Esto serán recopilaciones de historias que en su mayoría están hasta la mitad, que fueron posibles fic pero que por flojera no los continúe, por lo poco constante que soy. Ustedes ya se habrán dado cuenta de eso <3

Este lo termine recién, me faltaba el puro lemon y ya esta :D

Besitos para todos, no me olviden, y le copie la idea a mis hermosas autoras que adoro: Lu y Dorito

Quejan, reclamos y todo lo que quieran lo voy a leer en los Rw ^^/ Abrazos para todos y espero les guste.

 

Gracias Yumis & Anna que me han tenido mucha fé u/u ♥

Notas del capitulo:

Esto es lo que pense -nocreoserlaúnica- cuando vi a Minho y a Key en este programa. De verdad que fue.. no se, fue raro y me dio mucha risa la forma en que minho interrumpia a cada instante para llamar la atencion de todos. Como nunca, casi un MC xD

Primera vez que escribo algo taaaan largo. Mis veinte paginas del word... en verdad me sorprendio mucho. Lean y espero no tener muchas faltas D: y si hay por ahí... ignoren xD

 

Besitos y buenos deseos que tengan un buen fin de semana y semena que viene >:D

 

 

 

 

Cuando salieron de la casa Taemin fue el primero en reverenciar a los camarógrafos y despedirse de ellos con una suave sonrisa, escuchando como les agradecía el día de trabajo, deseándoles un buen regreso a casa.

Termino de girar las llaves en la cerradura y se volteó elevando su cabello castaño con agilidad, distinguiendo a la distancia por el rabillo del ojo el auto carmesí con el cual Taemin la fue a buscar en su primer encuentro y sobre el…

..Ellos dos.

Hablaban sobre algo y no lograba divisarlos bien ya que la gente se cruzaba en la distancia al acarrear cosas, pero Kibum parecía murmurar detrás del espejo que lo ayudaba a acomodar su cabello y a su lado Minho… Minho…

Choi Minho.

Ahora con el cuerpo mayoritariamente tapado por un abrigo largo adentraba las manos a los bolsillos y se inclinaba hacia adelante observando un punto fijo en diagonal a su dirección.

Estrujo sus llaves con dedos frágiles y las termino por guardar en su pequeña cartera, cerrándola con fuerza.

Minho miraba a Taemin con intensidad, una que nunca había visto.

Se arreglo el cabello largo detrás de su oreja y dio unos pasos hacia adelante, frenando en seco, y teniendo la intención de devolverse al chocar contra esos ojos oscuros que la examinaban casi con maldad.

Seria, lúgubre y casi podría asegurar que siniestra, esa era la expresión que le dedicaba Choi por haber llamado su atención al moverse.

La sonrisa perlada que ilumino esos labios gruesos al instante siguiente la dejo perpleja. Él agito una mano para saludarla desde la distancia y por reflejo extendió una de las suyas apenas pudiendo devolver el gesto, sin poder respirar aun.

Key golpeo el estomago de Minho disgustado y este desvió su atención con una sonrisa burlona asomada traviesamente al hablar.

Sacudió su propia cabeza y se pidió a su misma dejar de verlos, aunque sus sentidos se alteraran por la incomodidad vivida ese día dándole un bajón en los ánimos recuperados. Rememorando las preguntas, las risas, las miradas… la sensación de que se burlaban de ella cuando respiraban el mismo aire dentro de la casa…

Sintió una opresión de angustia en el pecho y levanto la mirada, con el rostro ensombrecido forzándose a no pensarlo demasiado y ahí estaba… él.

-        Oppa—susurro quedito.

Él le sonrió al voltearse por completo hacia ella.

-        ¿Pasa algo Naeun?—su voz melódica al responder, con pizcas de infantilismos, le arranco una sonrisa. Recuperando un poco los ánimos.

Negó con energías, devolviéndole el gesto con vergüenza.

-        No es…

-        Taemin

El escalofrió de muerte que le recorrió el cuerpo hasta la nuca la dejo petrificada y se empequeñeció en segundos, asfixiándose solo con la presencia detenida a un paso de los dos. Movió la dirección de su cráneo de forma mecánica, chocando agresivamente con la imponente, abrumadora, deslumbrante presencia metro ochenta de Choi Minho.

Respiró a profundidad un par de veces antes de seguir meditando.

Examino su rostro de cerca, el cual se hubiese perdido admirando por la belleza natural que poseía y lograba distraerla en gran medida si las circunstancia fueran diferentes. Porque aun sin la expresión delatándolo, su ser emanaba la rabia de su interior. Acorralándola. Sin el mínimo esfuerzo, orillándola a marearse con su mera esencia como si estuviera acorralada contra los muro de su hogar temporal.

Y es que era tan atractivo a esa distancia que la intimidaría incluso sonriendo.

Exhalo asegurándose de no llamar la atención y volvió a mirar a su esposo, aquel que sin separar los labios le hacía sentir comprendida. Se veía a simple vista que percibía esa atmosfera intangible pero que seguía ahí entre los tres, con ese silencio tenso y recargado de vibras incomprensibles. Lograba ver que Taemin también se hacía pequeño a su lado, se cohibía y hasta lograba ponerlo nervioso.

No cruzaron miradas, no se dijeron nada, tampoco se tocaron, pero en cuanto Minho siguió su camino hacia un lugar más apartado el menor le dedicó una suave sonrisa y lo siguió detrás.

Relajo su cuerpo cuando se vio sola y suspiro tocándose el pecho para calmar a su hiperventilado corazón, el cual salto en su marco al sentir a Kibum soplando en su oído.

-        ¡Oppa!—salto a un lado, alarmada, como si fuera un gato al que le acababan de tirar agua.

La sonrisa que hizo desaparecer los ojos de Key logro tranquilizarla como nunca en veinticuatro horas.

-        Lo siento, pero creí que lo necesitabas—se coloco a su lado, desviando sutilmente la mirada hacia su izquierda—Minho es… un poco difícil de tratar.

Deja de parpadear en cuanto el filtro de su cerebro y su boca deja de funcionar.

-        Yo no… —reprime un alarido y lo observa con ojos suplicantes, apretando los puños contra su inocente cartera—¿Se nota mucho?

Al instante siente como entra en confianza con el rubio, liberando la mochila emocional que se desparrama a sus pies. Él asiente, llevándose un dedo a los labios para analizarla de manera descarada pero con una débil mirada.

-        No te enamores de él—suelta de repente con voz neutral, apuñalando sus odios, forzándola a retroceder un paso por su desequilibrio.

Su corazón acababa de desmayarse.

¿Tan transparente era?

-        Taemin no se dará cuenta nunca a menos de que le digas directamente, así que no te preocupes—arregla su boina negra, tratando de que atrape un poco de cabello para despejarse el rostro—Minho… él no es una persona de trato fácil ni en las mejores circunstancias, pero es todavía peor cuando Taemin está en medio.

Lo escuchaba con atención siguiendo la dirección de su mirada que se detuvo en los otros integrantes de Shinee, ocultos con cuidado tras una de las esquinas de la casa.

Parecían discutir algo.

Sus mejillas estaban rojas y dolían por alguna razón.

-        Oh… lo protege demasiado—sonríe al recordar a su propia Maknae—nosotras también somos así con…

-        No…—agita la cabeza con cuidado y le indica con el dedo para que vuelva a prestarles atención—es… más que eso.

La oscuridad los ayuda a camuflarse con el entorno, solo distingue con dificultad las vestimentas y las siluetas, una ligeramente más alta y ancha que la otra. Sumergidos en su propia burbuja densa. Se agitan con suavidad y Taemin agacha la cabeza al instante en el que Minho se acerca a él, subiendo su barbilla con extrema ternura e inclinándose casi en cámara lenta, rozando sus narices…

Instintivamente se aferró a la muñeca de Kibum, buscando un soporte para su cuerpo adolorido. Separa los labios porque quiere decirle un montón de cosas, pero ni el aliento es tan valiente como para arrancar de su boca y conocer el mundo.

Kibum desvía sus ojos, observándola por la comisura de estos y suspira, acariciando la menuda espalda de la chica.

Porque sabe que lo entendió y que duele, su expresión y esencia se lo gritan.

Pero Minho se desvía… hacia su oído, susurrándole ahí con la mirada fija en ella, logrando atravesarla como una bala. El moreno se reincorpora con la intención de besarle la frente por sobre su cabello, pero Taemin lo detiene colocando las manos sobre su pecho, apartándolo un poco, abriendo el espacio suficiente para escapar de sus garras sin voltearse.

Ingresa al asiento trasero del automóvil y desaparece en cuanto la luz interior de este se apaga.

Naeun no puede articular palabras ni oraciones. Está confundida. No entiende porque no hay nada, pero sabe que hay algo ahí, porque podría ser pero no ser, como un secreto a voces pero tal vez es solo imaginación. No está segura de lo que vio... o de lo que creyó ver.

Porque podría equivocarse, rogaba porque así fuera.

-        Kibum, nos vamos—su voz rompe los fragmentos de su cerebro y enfoca la vista en él con alguna expresión tétrica que ensombreció la suya—Adiós.

Key asiente y Minho es el primero en marcharse.

-        Gusto en conocerte—palmea su hombro como un consuelo antes de desaparecer tras las puertas del auto rojo. Dejándola a la deriva de un mundo interrogante. Preguntándose inconscientemente si ese par era más cercano de lo que ya sabía.

 

En cuanto abrió la puerta del departamento expresó sus malestares, casi dejando brasas ardientes en cada huella dada sobre el piso. El Maknae lo sigue casi en las mismas condiciones hastiado por el espectáculo y el transcurso en auto, con una nube negra sobre su cabeza.

Kibum es el último en entrar y hace lo imposible por tardarse y alargar los escasos segundos.

-        Compórtate—critica Taemin en cuanto Minho se echa sobre el sofá con las piernas separadas y peso muerto.

Choi se mantiene en silencio mentalizándose en respirar y exhalar como es debido para calmar sus nervios.

Lee tira su mochila contra el sitial y masajea sus sienes con los parpados caídos, imitando una de las manías aprendidas con los años al lado de Minho.

-        Umma—habla angustiado volteándose hacia la diva que ya lo veía venir—¿Por qué lo apoyaste? ¿Por qué ahora? ¿Por qué hoy?

-        No lo apoyo bebé, solo nos entregaron un libreto que…

-        ¿Libreto?—suelta una risa sarcástica—¿Siguieron un libreto siquiera? ¿Qué fue eso? ¿Creen que no me di cuenta de lo hicieron?

Se volteo a encarar al rapero que en un abrir y cerrar de ojos apareció en todo su esplendor a su lado, aprovechándose de su estatura para disminuirlo.

-        De lo que hiciste, Minho Hyung—piensa en desistir porque su mirada le quema y por unos segundos la inseguridad lo invade, pero es capaz de rivalizarle a pesar de todo.

¡Alguna vez que le tocara enojarse a él!

-        ¡Y tú Umma te prestas para este teatro!

-        A mí no me metas en esto—debía cortar de raíz su participación—A mí me invitaron, llegue, fui tan natural como se me pidió y fin del tema. Es todo mi aporte.

-        Y “La comida esta salada” seguro no lo fue—trago saliva, estaba nervioso pero no podía desistir, no esta vez.

-        No era mentira—la voz poderosa de Minho ataco su espina dorsal como veneno.

-        Pero tampoco es mentira que cuando yo cocino ustedes no opinan, a veces no comen pero se callan… ¿Tanto les costaba hacer eso? Sobretodo tú, Minho Hyung ¿Tan difícil era que fueras simpático con ella?

¿De dónde mierda esperaba él que sacara simpatía? Era así, nació así y morirá así. Es un Choi. Así de simpático como él ya sabe.

-        ¿Por qué tendría que hacerte ese favor? Ella no me interesa.

-        Pero a mí sí.

El rostro del moreno se desfigura con cada palabra escupida de esos abultados labios rosa, inflamando sus ojos a una escala casi desorbitante, a punto de saltar de sus cuencas. Quebrándole la voz.

-        ¿Q-Qué..?

-        No en ese sentido, Hyung.

Corrige de inmediato… su amor por el alto es mucho más grande que su sed de maldad, sin embargo eso no le impide rodar los ojos hasta ponerlos casi blancos en ironía.

-        No te desvíes, sabes de lo que estoy hablando—se cruzo de brazos y rogó a los cielos que sus facciones se enfurecieran tanto como las piedras.

-        ¿Y sabes de lo que estoy hablando yo?—se señalo a sí mismo, respirando agitadamente. Furioso.—¿Tienes siquiera una puta idea de lo mal que la pase?

-        ¡Sí! ¡La tengo!—grito Taemin, inclinándose un poco hacia adelante y cerrando los ojos después, tratando de calmarse—Claro que sé de lo que hablas.

¿Cómo no saberlo? Si tenía que aguantarle cada participación en doramas acompañado de quien sabe quien, teniendo que besarse con quien sabe quién.

-        ¿Entonces por qué lo sigues haciendo? No me gusta Taeminnie—apelo a ocupar un tono más cariñoso, y el atrevimiento estallo la ira del menor.

¡Pero qué descaro! Exhalo aire de golpe, en un gesto heredado de la diva.

-        ¿Y a mí me gusta cuando actúas?—dio un paso hacia adelante, sin miedos, y Minho alzo una de sus cejas sorprendido—¿A mí me gustó cuando te besaste todas esas veces con Sulli?—el sarcasmo hasta en sus poros—¡No! Fíjate que no, pero ¿Dejaste de hacerlo? Tampoco. Así que no esperes lo mismo a cambio.

Le costaba parpadear ante la imagen de su tierno bebé encolerizado por sus rabietas. Taemin siempre le había aguantado sus escenas y celos muy bien, siempre sumiso, siempre manipulable y eso es algo que le derretía... pero esto ¡Esto era nuevo! Y se le escapaba de las manos.

-        Taemin… —le llamo en un susurro ahogado y al ver los nulos efectos que provocó en su receptor, endureció su rostro también—Es mi trabajo, era una buena oportunidad ¿Por qué estas sacando cosas que ya conversamos? Ya se terminaron las grabacio...

-        ¿Entonces cuál es la diferencia?—le interrumpió de golpe—Eso no significa que no lo hayas hecho, que no lo hayas disfrutado igual que yo ahora—le reto a contradecirlo, esperándolo en silencio—Además… lo mío también es trabajo. No te equivoques.

Su sistema nervioso estaba casi en crisis así que para evitar más conflictos comenzó a caminar hacia la recamara, pasando de Minho olímpicamente. Quien en cuanto salió de su trance le siguió el paso abriendo la puerta de la habitación que compartían de golpe.

-        ¿Disfrutado?—murmura aun sin procesar muy bien, cerrando tras de él—¿Qué demonios estas disfrutando?—se acerca al menor que apenas y había alcanzado a llegar a la cama—Contesta Taemin. Te divierte ¿verdad?.. Ir, estar con ella, cocinar juntos, vivir juntos… ¿Lo pasas bien? ¿Te gusta estar casado?

Tomo uno de sus brazos y lo giro, notando la expresión algo forzada en su rostro.

-        Sí, me gusta, lo paso bien. Ella es linda, tierna y me entiende, nos parecemos mucho—le desafía con las pupilas fijas, casi herido por su agarre aunque no le lastimara—Lo único que te pedí era ser cordial, era ser gente, era ser tú porque ella merecía eso.

-        ¡El que viste soy yo!—alzó la voz, dando media vuelta y llevándose las manos al cabello—¡El Choi Minho que odia verte en ese programa con ella!

-        Yo odie verte actuar y aun así me trague todo eso y fui amable con Sulli, porque sé que no es su culpa—se removió inquieto creando distancia entre los dos—Porque eres tú el idiota que me hace sentir así, no ella.

-        ¿Qué yo qué?

-        Lo que escuchaste.

Ambos tenían las respiraciones agitadas, exhalando y respiración con los labios separados. Hasta con los cabello un poco desordenados por la ficción.

-        Mínimo esperaba el apoyo de mi pareja para esto—oculto su rostro tras sus manos, conteniendo sus emociones—Yo sabía que sería difícil, que no lo aceptarían bien, de primera, las fans… pero tú… creí que entenderías que era lo que quería. Yo quería ir y demostrar que he crecido, que soy más grande, que mis Hyung lo han hecho bien.

Apretó las palmas de sus manos contra sus cuencas cerradas con fuerza, evitando a toda costa llorar.

-        ¿Por qué tenias que ser tan…?—deja caer sus brazos a un lado de su cuerpo, sin fuerzas—¿Crees que no se dio cuenta?.. Que te burlabas de ella, del programa... de mí.

Entonces su voz comenzó a desquebrajarse y Minho se odio.

-        Intentando sacarme celos con Kibum… ¿Es enserio? Hablando entre líneas, haciéndola sentir incomoda y con ella a mí. no entiendo que esperabas ganar con todo esto Hyung... de verdad no entiendo. Yo quería... que estés orgulloso de mí.

Abrió la loca para seguir su discurso pero el primero sollozo se lo impidió. Al parpadear, las lágrimas que inundaban sus ojos, cayeron en picada por sus mejillas empapándolas con agua cálida. Tomo la perilla del baño para ingresar, desaparecer y calmar sus emociones, pero apenas separo la puerta unos centímetros un brazo se recargo contra está volviéndola a cerrar.

-        Taemin… yo… —Murmuro sobre sus cabellos castaños. Sus hermosos cabellos castaños. Suyos. Completamente suyos.

La voz grave se perdió entre los cantantes y por largos segundos ninguno quiso respirar por miedo a saber si eso les haría avanzar o retroceder en sus decisiones.

-        Entiéndeme... por favor—se inclino hacia adelante y pego el pecho a la espalda del menor. Enredando el brazos en su cintura. Perdiendo la nariz en la base de su cuello—A ella le gustas.

Respiro hondo y cerró los ojos, consciente de lo sensible que es su piel al contacto con Minho.

-        Yo te amo. Te amo como solo tú lo sabes, más allá de todo lo que soy—dubitativamente presiono sus labios contra esa piel blanca estremeciéndolos a ambos al instante—No lo soporto. No puedo no enojarme, no puedo no odiarla, no puedo compartirte…

-        Minho, tú…

Se giro rápidamente, pero el mayor fue más sagaz y lo apretó contra la puerta, tomándole el rostro húmedo entre las manos, adentrando una pierna entre las suyas.

-        ¡No puedo!—hablo un poco más alto que los arrullos que estaba utilizando antes—Taemin… no soporto la idea de no tenerte. Eres mío amor, mío—dio un pequeño beso contra esos esponjosos labios, conectado sus miradas—Ver… saber, que toda Corea te puede ver con ella y no conmigo me irrita tanto. Me perteneces, nos pertenecemos... cocinar, sacarse fotos, fundas de pareja… Todas esas cosas son nuestras.

Los fundió en un beso algo tosco y con demasiada pasión, succionando sus labios y su lengua de forma desesperada, explorando su interior con la punta de la suya como si no tuviera otro propósito para vivir. Aplastando a Taemin contra la puerta bajó las manos hasta sus muslos, alzando su cuerpo para que las cerrara contra sus caderas.

¡Oh, no! Eso iba mal. Las alarmas sonaron en la mente de Lee.

Dándole pequeños mordiscos por el filo de la mandíbula, fue cayendo en el delirio de su piel hacia el abultamiento de su cuello, besando su manzana de Adan, escuchando con perfectos sentidos como la boca rosa de Taemin se separaba para inhalar pesado, enterrando las uñas contra sus brazos predadores que se perdían por debajo de los pliegues de su ropa.

-        Hyu..ng~

Qué sonido más colosal para sus nervios que ese. La dulce voz, al borde de la timidez y el éxtasis llamándolo sin tener decidido si es para frenar o alentar sus actos.

Lo desprende con rabia de su chaleco rojo y camiseta, la primera prenda que se reencuentra con el suelo esa noche.

-        Hyung… estamos.. dis-discut.. ¡Ah!

El moreno sonríe maliciosamente contra el pezón que sostenía entre sus labios, apretándolo y tirando de él sin medirse demasiado. El niño había sido malo, se había revelado, le había gritado… se merecía un castigo bien dado.

Las uñas de Taemin se enterraron en sus hombros y trataron de apartarlo en medio de jadeos, pero solo conseguía que el mayor lo empotrara con más fuerza hacia la puerta y abriera aun más sus piernas. Con una mano ágil desato su cinturón, descaradamente se deshizo del cruce de su pantalón, perfilando sus dedos por el elástico de la ropa interior hasta su objetivo.

-        ¡Minho! ¡No!—Hablo fuerte el menor, tratando de quitar la mano intrusa—Por… Ah~ Hyung..

Cerró los dedos contra la mano intrusa y trato de apartarla con la fuerza que se arraigaba en su cuerpo a pesar de la adrenalina. Minho sonríe malicioso y devoro la piel de su oído y más abajo, mientras apretaba la base de tu intimidad con la otra y marcaba un ritmo lento al bajar y subir el forro de piel.

Taemin mantenía los ojos entrecerrados, con la vista nublada tratando de hablar más el aire ardiente a su alrededor y el cómo sus pulmones se quemaban no le ayudaban a disimular y seguir en lo que estaban antes. En su interior se arremolinaba demasiada anticipación creándole un nudo en la garganta, hormonas incendiadas, jadeos necesitados… y es que como no si el sexo con Minho siempre seria una delicia.

-        Mío, mío… Solo mío—Le escuchaba gruñir con autoridad sobre si.

Ya nada podía hacer, había sido atrapado. Pego la nuca a la puerta y dejo salir un fuerte gemido cuando el mayor acelero el bombeo, jugando a apretar la punta rosada con el pulgar que detono su éxtasis y sepulto sus fuerzas de contención. Manteniendo la vista fija en el frente dejo salir un pequeño surtidor de semen que se pego a su ingle, casi manchando el pantalón.

Minho no fue delicado al transportarlo hasta la cama, donde lo dejo caer de costado y le capturo de inmediato contra esta, cerrándole espacio y asfixiándolo con su cuerpo. Se movió un poco a mirar las manos que se estrellaron contra las sabanas a los lados de su cabeza, dejando vulnerable su cuello que  no se salvo de los dientes del moreno. Apretando tanto que le obligaba a lloriquear y apretar las ropas de cama mientras decía su nombre, pidiéndole que por favor no le dejara marcas, que nos regañarían, que no podían, que no se enojara, pero nada funciono. Lo único que logro hacer al resistirse fue rozar con el glande de su pene la hebilla de metal frio en el cinturón de Minho que estallo su sensibilidad hasta el cielo.

El moreno bajo una de sus manos por los jeans sueltos y apretó el aro de músculos por encima de la ropa interior, tocando con la yema de su dedo índice y masajeando alrededor de esta. Taemin cerró los ojos y separo los labios por la caricia girándose aparentemente despacio hasta quedar boca abajo, tirando de la tela suave para arrancar más el mayor solo extendió una de sus manos y cubrió la pequeña, intercalando sus dedos entre los delgados y apretando juntos sobre la cama.

Recorre la menuda espalda desnuda, viendo la contracción de sus hombros y sonriendo al succionar, cada beso se transformaba en un moretón rojo o morado al variar la intensidad.

Poco a poco la habitación se lleno de gemidos, del nombre de Minho en cada suspiro, de sutiles quejas de las que aun no desistía. De música de amor, inspirándolo a amar.

Cuando les quita todo, sin chalecos rallados por parte del mayor, ni pantalones blancos ni jeans claros se recuesta sobre el bailarín, consiente del llamado hipnótico por temperatura que compartían, quemándose ambos por el otro.

Le separa las rodillas con las propias y apoyando el pecho en su espalda lleva ambas manos hasta los montículos del menor, apretándolos y le deja sentir por su grieta la palpitación de su miembro, reclamándole la carne de su interior.

El sonrojo en sus mejillas no se hace esperar con el calor abrazador inundando su rostro y el pequeño hilillo de saliva que se apoderaba de sus labios gracias a la preparación. El aliento tibio de Minho chocaba contra su cabello descargando en su ser corrientes que le forzaban a levantar la cola y dejarse guiar por él. Regalándole todo lo que quiera de su persona.

-        Dime Taemin—Volvió a hablar después de mucho tiempo estremeciéndolos a ambos—¿A quién perteneces?

Nunca lo admitiría a viva voz porque era demasiado para su tímida personalidad, pero ser tan diferente a Minho hasta en esas cosas le hacía creer que eran perfectos juntos. Desplego sus parpados un poco y mordió su labio inferior cuando el mayor toco con la puncha de su hinchado miembros su entrada, la cual se contraía y expandía por solo tenerle cerca, consiente de cómo se paseaba por su entorno.

-        A ti—Sonó débil, con una escases de aire inmensa.

-        Otra vez.

Demando deprisa, sacando esa parte egocéntrica de su ser. Tomo el trasero del menor y embistió sobre el sin entrar aun, arrancándole un sollozo enlazado a una súplica agonizante.

-        Responde—Beso su cuello, gentil. Alentándolo. Sabiendo que el mismo no durara mucho aguantándose las ganas de ir más allá.

-        A ti, Hyung—suspira, enterrando sus dedos a la cama seguido por los de Minho—Solo a ti, amor.

Perfilo su miembro en su entrada y sin previa preparación entro, lento, centímetro a centímetro. Obligándolos a apoyarse en sus rodillas y mantener las manos unidas. Sus paredes le recibían con gusto y le derretían ante su envolvimiento tan afectuoso y abrazador. TaeMin se quejo, lloriqueando un poco dentro de la boca de Minho, quien comenzó a besarlo intensamente. Ambos cerrando los ojos.

Las embestidas no esperaban a nadie y menos cuando tenían que reafirmar autoridad. Sacudiendo el cuerpo del Maknae contra la cama fue aumentando la velocidad, ignorando el estruendoso sonido que hacían sus cuerpos las colisionar. Solo enfocado en esos labios y en sus jadeos, en cómo le llamaba y le pedía más entre besos necesitados, entregándose completamente a sus brazos, expresando a viva voz que él era su todo y que era suyo, su Maknae, su Dongsaeng, su amante, su novio y gran amor.

Todo lo que él quisiera Taemin seria y viceversa.

-        Min.. ah~

Su voz dulce inundaba su mente y le hacía perder la razón. Aumentaba la velocidad y sentía como se hinchaba entre sus paredes, llenándolo hasta el último rincón, tocando su fibra más dulce en cada embate hasta hacerlo gritar, brindándose placer mutuamente, apretando sus testículos entre ambos, tensándose a medida que el tiempo pasaba. Besándose con desesperación, succionando sus labios, mordisqueando, maltratando sus bocas por igual en un acto de pasión. Minho perforando con la lengua hasta el final de su cavidad al mismo tiempo que sus embestidas.

-        Mi.. nnie.

Y es que era Minho y cómo no ver el cielo, si con cada roce, con cada gruñido podía sentir su dependencia a su persona. Su complemento y su realización por estar juntos y ser felices a pesar de todo.

-        Te amo, te amo...

Un pequeño caño desde el falo de Minho toco su próstata caliente y se separo de golpe de su boca para gemir, arrebatándole una media sonrisa al causante de ello. El crujido de la cama contra el piso se hizo más intenso y Taemin congestionado de sensaciones se vino contra su cama, estrechando su canal hasta succionar a Minho y hacerlo venir junto con él. Sintiendo detalladamente cómo se deslizaba dentro de él quemándolo con su semen caliente, llenándolo de su esencia hasta el tope.

Se dejaron caer de lado, evitando los fluidos de Taemin y descansando juntos, unidos. Minho aun sin soltar sus manos, abrazándole la cintura y dejándole ocupar su brazo de almohada mientras le daba cortos besos sobre el cabello, repitiendo con voz baja que lo amaba y que era suyo, que serian felices siempre sin importar lo que pasara.

-        No te enojes con ella... tampoco es su culpa.

Abraza contra su pecho el brazo en su cintura y lo siente tensarse, estrechándolo contra él mientras responde con voz grave cerca de su oído.

-        No puedo prometerte eso.

Suelta una risa al final, desistiendo en su causa y baja una mano hacia su trasero, tomando entre sus dedos el miembro del mayor para retirarlo de su cuerpo, quejándose suavemente por el vacio, consiente de cómo la esperma aun tibia del mayor se deslizaba por su cuerpo y recorría sus muslos.

Se giro con dificultad ocupando el mismo espacio que antes, solo que esta vez mirándole de frente.

-        Te amo Hyung—Comenta al dejar un beso sobre sus abultados labios, sonriendo.

-        Yo también a ti, bebé—Le acaricia el cabello para relajarlo, porque tiene todos los síntomas de estar cansado—Mi bebé. Mío.

Suelta una risita al escuchar eso y va cayendo en un sueño profundo, acurrucado contra ese pecho tibio que le brinda su espacio y esos labios gruesos y redondos que tocan su frente repetidas veces.

Luego de unos segundos se separa con cuidado, retira su brazo de debajo de su cabeza y lo carga suavemente, evitando moverlo demasiado, llevándolo hasta su cama para dejarle descansar como se debe, le coloca con suma dedicación una de sus camisetas gruesas y manga larga para dormir y lo cubre de frazadas y el cubrecama de plumas.

Prendió la lámpara de noche para ver un poco mejor el lugar, retiró las sabanas de la cama del menor y las deja en la ropa sucia, se coloca un pijama ligero y se acerca a sus dominios otra vez. Deteniéndose en la pizarra colgada sobre el escritorio intermedio que comparten. Se cruza de brazos y se toma el mentón pensativo, escaneando cada fotografía clavada con chinches sobre el mural improvisado. Muchas y casi todas del hermoso rostro de Taemin, tomadas por él con la cámara que su madre le había regalado, varias eran de vacaciones juntos o salidas con el grupo cuando se escapan por las calles de Japón o China a pasear como pareja. Unas pocas y las que se encontraban más arriba eran de ambos, selcas que él se dedicaba a tomar de los dos siempre, pero la mayoría no conocían la impresión y quedaban digitalizadas. Las analizo una a una, todas con muestras claras de amor y parpadeó un poco desconcertado al cruzarse un rápido pensamiento por su mente. Volvió a la cama junto a su pequeño, apago la luz y se acerco a él, abrazándolo protectoramente, volviendo a besar su frente una infinidad de veces antes de reposar el mentón sobre sus cabellos claros y conciliar el sueño.

¿Sería muy malo si accidentalmente dejaba una de esas fotos en la mochila de Taemin? ¿Qué actitud tomaría la niñita del programa su viera eso?...

Tiempo después, cuando su bebé desesperado llego al departamento diciendo que Naeun había revisado su bolso y vio algo que la hizo enojar perdiendo toda química con su persona supo esa respuesta. La chica no le quiso decir lo que vio y Taemin, a pesar que reviso y no pillo nada extraño, se carcomía las neuronas tratando de salvar su ficticia relación con ella, lloriqueándole a él y a los demás Hyung que no entendía que paso, que fue muy rápido y ahora ni siquiera quería hablar con él.

Es que el rapero sabía que él era todo un despistado y aunque hubiera visto la foto en sus narices lo encontraría tan común que pasaría de ello a buscar otra causa.

Minho sonrió satisfecho y dejo a Taemin abrazarse a su cuello cuando se sentó en sus piernas quejándose de que era mal esposo y otras cosas. El moreno solo acaricio su espalda y se hizo el desentendido, escuchando como el comprensivo novio que era sus problemas y alentándolo a despreocuparse, que ya se le pasaría.

Nadie se moría por un corazón roto.. ¿Verdad?

Sonríe con satisfacción cuando clavo la foto al mural nuevamente, besándola con orgullo antes de salir hacia el pasillo encontrando a Taemin, y sin siquiera saludarlo volvió a devorarle los labios y el menor solo se dejo comer.

 

 

 

 

Notas finales:

Denme amorsh u/u No sean malos~ ¡Les tengo fé! *3*/

Es primera vez que escribo tanto y espero haya valido la pena.

Respondere Rw esta vez por si acaso. Nos vemos en otra ocacion. Bau~ Gracias por leer hasta aquí

/HimeShawol


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