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El deseo de Harry por Lizie CoBlack

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Notas del capitulo:

Como les había comentado antes esta historia está pensada para pocos capítulos, por lo que espero que este no les parezca muy apresurado.

Dentro de las advertencias está el Mpreg = Embarazo Masculino, pero prácticamente no lo utilizo, solo una mención, de todas maneras está incluido, así que tomen sus precauciones.

Durante esta capitulo hay un pequeño lime, pero es muy mínimo y romanticón, les aviso por si son susceptibles, además es el primero que escribo.

Les agradezco sus comentarios.

Disclaimer: Estos personajes no son míos, si lo fueran Sev estaría por siempre feliz con Harry. El universo Harry Potter es de J.K. Rowling yo solo me divierto creando fics.

Presente: letra normal

Pensamientos: letra cursiva.

Capítulo II

*

Hacía rato que Severus había terminado de revisar todos, los intentos de ensayo de sus alumnos sobre los más potentes venenos, cómo identificarlos; los ingredientes que se utilizan para elaborarlos y las posibles curas en caso de ingerirlos. Pero seguía ahí, sentado en frente de su escritorio. Una y otra vez se repetía la misma frase en su cabeza: Sev…No crees que ya sea hora de agrandar la familia. Si bien en un inicio la idea la había parecido grandiosa, ahora ya no tanto. Era consiente de muchas cosas: que la relación en pareja que lleva con Harry ya era lo suficientemente madura para poder criar un hijo, que posiblemente era algo que su relación necesitaba, que ambos necesitaban esto para sentirse más felices y completos, él sabía todo esto. La idea de un pequeño correteando por toda la casa, porque se mudarían a una casa, una pequeña combinación perfecta de Harry y él, le hacía feliz, la anhelaba. Pero había otra parte en él, que no sabía de dónde provenía, que le hacía dudar, le hacía temer, replantearse si el aceptar había sido correcto.

Su mente era un caos, sus dudas y sus deseos se mezclaban entre sí. Tenían una batalla, no sabía cuál ganaría. Había querido hablar con Harry todas estas dudas que le inquietaban, pero le vio tanta ilusión en sus ojos, en su voz, que no pudo rechazar esa propuesta. Se contagió de ella.

Su cabeza comenzaba a doler por el hervidero de dudas, de anhelos, suyos y de Harry. Frotándose el puente de la nariz, cerró los ojos, suspiró. Estaba tan confundido.

¿Aceptar había sido lo correcto?

**

Harry se encontraba tan feliz, su Sev había aceptado, pronto tendrían un pequeño y su deseo se vería cumplido. Acaba de salir de la tina, se dirigió hasta el espejo que tenían ahí, se observó completamente, observó su vientre con ilusión, su reflejo le sonrió.

Saliendo del baño se vistió con su pijama verde Slytherin, ese que tanto le gustaba a su esposo, porque hacía que sus ojos resaltaran, que se vieran más exóticos y hermosos de lo que de por sí ya son. Observó el reloj que se encontraba en la pared¸ cuarto para las dos, anunciaba. Pronto llegaría de la ronda nocturna. Sonrió con picardía, su esposo en algunas cosas nunca cambiaria, como lo era el atrapar a infractores, le encantaba descontar puntos cada vez que encontraba a algún alumno en los pasillos después del toque de queda. Sobre todo si estos eran Gryffindor, no que siguiera siendo el cabronazo que odiaba esa casa. Sí, no le gustaba mucho, pero desde que estaba con él, eso tuvo que cambiar, porque no permitiría que siguiera siendo injusto, esas preferencias y favoritismos sólo habían promovido la rivalidad entre las casas, si en su momento eso hubiera parado, la guerra hubiera sido otra cosa, suspiro, él hubiera no existe. Movió la cabeza como despejándose de esos recuerdos y reflexiones. Recuperando la sonrisa decidió esperar a su esposo. Porque si querían un hijo tenían que empezar el proceso de elaboración.

***

Severus se dirigía ya a sus aposentos, se sentía algo cansado, por todo lo pensado en el tema pero también por la irritación que le provocaron algunos infractores de su propia casa, su propia casa. Suspiró entrando por el cuadro, donde Salazar le deseaba buena noche, que le contestó con una discreta sonrisa. Sabía que tenía que expresarle todas sus dudas a su consorte y así lo haría.

Entró a su cuarto donde Harry se encontraba leyendo un libro, sonriéndole le dio un dulce beso, se dirigió al aseo. Una vez bañado y en pijama salió. La vista que recibió de su esposo le impacto, en consecuencia subió la temperatura de su cuerpo, unos cuantos grados más.

Harry había dejado de leer, ahora se exhibía ante él, de una manera un tanto provocativa. Se había puesto ese lindo pijama que él le había regalo, que tanto apreciaba, sabía que cuando se lo ponía era pase automático para una noche sin descanso ni tregua. En esas noches dónde se demostraban el amor y la pasión que se sentían el uno por el otro. Tenía el pijama ligeramente abierto, es decir, tenía todos los botones desabrochados, sólo uno lo mantenía. Era el que se encontraba a la altura de sus pezones, por lo demás mostraba su vientre plano, que marcaba el camino hacia su perdición y el paraíso. Subió la mirada, se encontró con sus ojos ardiendo en pasión por él, Harry le sonrió coquetamente sacando su sonrosada lengua, se mojó los labios, rematando ese cuadro se mordió su labio inferior con falsa inocencia que sabía lo encendía. Le llamo con un dedo, él cómo hipnotizado avanzó a la cama, donde se encontraba tan delicioso manjar.

Cuando llegó a la cama, Harry lo tomó de los hombros, lo colocó encima de su cuerpo. Un dulce estremecimiento le corrió de pies a cabeza. Su esposo le sonrió dulcemente. Pero de repente pensó en lo que iba a hacer antes de entrar, en la plática que debían mantener, dándole un dulce beso, se separó, lo que más pudo porque Harry no lo dejo ir.

—Harry, pará tenemos que hablar —el aludido sólo arqueo una ceja al puro estilo Snape —es sobre el deseo…

—Sev ahora lo que necesito es cumplir otro tipo de deseo —le robo un pasional beso —no podríamos dejarlo para después. Te necesito... —lo dijo con tanta necesidad que el cuerpo de Severus se calentó aún más. —Además si queremos traer un niño al mundo, tenemos que comenzar a hacerlo —como recalcando eso, frotó su miembro necesitado contra el de él, Severus gimió excitado, se le estaba haciendo muy difícil, tratar de parar ese irresistible vaivén—. Sev no puedes dejarme así —provocándolo más, le comenzó a besar el cuello.

Quizás Severus exteriorizo su inseguridad, quizás Harry la vio reflejada en sus ojos, cuando levanto la mirada le observó a los ojos, vio en esas esmeraldas una gran pasión que sólo provocaba él, pero más que nada, se refleja aún más, un inmenso y puro amor. Lentamente su consorte levanto la mano, con suavidad tocó su mejilla, con tanta ligereza que era como si una pluma tocara su piel. En cuanto acaricio su piel cerró los ojos y a pesar de sus dudas, dejó que aquella estremecedora sensación recorriera su cuerpo. Entonces cedió a toda la pasión que se le había estado acumulando desde el instante en que lo vio sexymente recostado en la cama que compartían.

Besó cada centímetro del cuerpo de Harry, lo adoró como en aquella primera vez que compartieron juntos. Lo preparó dulce y amorosamente. Se hundió en el sintiendo la calidez de su cuerpo, Harry le besó en los labios con ternura. En ese instante pactaron un dulce vaivén, dónde se demostrarían su amor. Experimentaron esa noche un extenso placer de amor. En el cual llegaron a alcanzar los pliegues más recónditos de su cuerpo, aún más cerca, aún más dentro, hasta llegar a tocarse el corazón. Cubrió a Harry con su cuerpo entero, llenando hasta el último espacio de su ser, tocando hasta la última fibra en su interior. Formaron una sola persona, con una última estocada, sintieron morirse al tocar el paraíso. El orgasmo les llego. Severus se derramó dentro de Harry colocando su semilla en él, Harry entre ambos cuerpos.

Saliendo con suavidad de esa dulce cavidad, que una vez más le recibió, se acostó a su lado, éste al instante lo abrazó, al mismo tiempo que sintió la magia de Harry obrando un hechizo de limpieza sobre ambos. Besó su cabeza y Harry le besó el pecho. Ambos se sentían inmensamente felices.

—Te amo Severus.

—Te amo Harry.

Compartiendo un último beso se acostaron, y en los brazos del otro se dejaron envolver por Morfeo.

****

Había pasado ya un mes, desde aquella noche de confesiones y dudas, por lo menos de su parte. Al día siguiente de esa extraordinaria noche de amor, le había confesado a Harry sus dudas. Él como buen esposo que era lo comprendió, le mostró que no tenían nada que temer, si los dos estaban juntos todo estaría bien.

Harry recurrentemente tomaba pociones de fertilidad, no había día, que ése hormonal muchacho no le atacara y terminaran teniendo una batalla de amor en la cama o en el despacho de cualquiera de los dos, o ya de plano si está muy apurado terminaban los dos haciéndolo en un pasillo o en dónde se suscitara.

Suspiró cuando sintió la mano traviesa de Harry, acercarse peligrosamente a su ahora despierta erección. Trató de apartar la mano, pero Harry tozudo y persistente, siguió intentándolo, terminó por ceder un poco a las caricias que ahora le propiciaba esa mano, por encima del pantalón. No sintió cuando le había bajado el cierre, sólo sabía que ya esa mano se había colado tocando ahora de verdad su erección, subía y bajaba, subía y baja, masturbándolo tortuosamente lento. En un movimiento le bajo el prepucio jugando con el pulgar en la cabeza de su glande. Trató de ahogar un gemido, pero aun así los profesores que se encontraban cerca de su lugar en la mesa del gran comedor le miraron. Volteo a ver a Harry, éste le miraba con una sonrisa traviesa, le fulminó con la mirada pero en cambio recibió una sonrisa coqueta. Siguió con su juego, ahora le imprimió más velocidad a su mano, trató de no gemir y también de apartar esa mano, ese juego le está comenzando a gustar. De la nada apareció una paleta de dulce que Harry tomó, comenzando a chupar tan verdaderamente sexy, que eso sólo lo provocaba más, puesto que no apartaba la vista de sus ojos. Entre más aumentaba el ritmo de su mano, bajaba la intensidad de como chupaba la paleta, pero no por eso dejaba de verse condenadamente caliente.

Severus estaba en una situación demasiado incomoda, él quería gemir pero no podía porque estaba en el gran comedor, su máscara comenzaba a caerse, y su cuerpo irremediablemente se estremecía de placer, además comenzaba a transpirar.

—Severus, ¿estás bien? —Escuchó la voz de la directora McGonagall, pero él no le podía responder porque si abría la boca de seguro soltaría un gran gemido y Harry en vez de parar, aumentó más el ritmo llevándolo muy cerca del orgasmo. —Severus, responde ¿estás bien? —la voz de la mujer se escuchaba de veras preocupada. Sin proveer el movimiento, le volteó su cabeza hacia ella, justo en ese momento el travieso de su esposo saco la mano de su erección además de su pantalón, soltó un gemido lastimero y doloroso porque estaba a punto de alcanzar el clímax. —No, no te encuentras bien, vamos Harry lleva a Severus a la enfermería —escuchó ordenarle. Él se encontraba agitado. Por demás decir que demasiado excitado. —Vamos Harry muévete.

Escuchó la silla de su esposo correrse y también sintió muchas miradas en él. Tomando un respiro hablo.

—Estoy bien, directora, sólo necesito un respiro. —Su voz salió ahogada.

—Nada de eso —le observó severamente, después miro a su esposo —llévalo a la enfermería para que lo revise Poppy. Considérate dispensado para dar las clases hoy —Severus arrugó el ceño e iba reclamar pero previéndolo, Minerva aclaró —sin peros Severus, lo estoy ordenando. Apresúrate Harry.

Sintió a su esposo ayudarle a levantarse, puesto que tenía las piernas débiles por los sucesos recientes. Comenzaron a caminar por el gran comedor hacia la salida, todos los estudiantes se le quedaron viendo. Agradeció en esos momentos su vestimenta, porque ocultaba todo signo de excitación que tenía.

Al salir ya comenzaba a regularizar su respiración, sus piernas ya las sentía más fuertes.

—Ésta me la pagaras caro, amor —le sonrió a la Slytherin, vio a Harry tragar duro.

Justo en ese momento se toparon con Poppy. Que ayudo a Harry a transportarlo a la enfermería, cuando llegaron allí, ya estaba  recuperado. Soltándose habló.

—Ya me siento bien Poppy, me voy a clases —se despidió.

—Nada de eso, te quedaras aquí en observación, hasta que yo lo diga —lo hechizó, lo metió en una cama, volteándose hacia Harry habló —Harry querido, ve a tus clases que ya deben de estar esperándote los alumnos, Severus estará bien.

Vio a Harry mirarle y mandándole una mirada llena de maldad junto con una sonrisa Slytherin le reafirmo que ésta se la cobraría caro. Lo vio tragar duro asintiendo para casi salir huyendo.

—Nos vemos pronto Sev. Te quiero, no lo olvides —fue lo último que escucho antes de salir de la enfermería. 

—Ahora Severus, dime que tienes —le habló Poppy, suspiró esto iba a ser largo.

—Me las pagaras león atrevido, me las pagaras. —Hablo por lo bajo.

*****

Harry estaba un poco preocupado y ansioso, esperando la venganza de su muy Slytherin esposo. Suspiró intranquilo, desde hacía algunas semanas que se estaba sintiendo un poco extraño, para ser exactos una semana después del incidente del gran comedor, eso había sido casi un mes antes, este estrés lo estaba acabando.

Sintió la puerta de su recamara abrirse, observó a su esposo en la puerta mirarlo con una sonrisa maliciosa. Oh, oh, estaba en problemas. Lo miró caminar lentamente hacia él, un paso que avanzaba, un paso el retrocedía.

—Basta amor, sabes que te quiero, te juro que no lo vuelvo a hacer, por la santa Hufflepuff —observó a Severus negar, sin parar de avanzar. Pero pronto comenzó a sentirse extraño, vio el lugar dar vueltas alrededor, cuando sintió a su esposo cerca, la oscuridad lo envolvió.    

******

Severus sintió a su esposo caer en sus brazos, seguro se hacia el inconsciente, para librarse del castigo. Siguiéndole el juego lo alzó en sus brazos y lo dejó en la cama. Se levantó, simuló salir para después regresar sobre sus pasos aventándose al cuerpo de su consorte, pero este no se movió, ni siquiera un milímetro de su lugar. Siguiéndole el juego comenzó a hacerle cosquillas en el estómago, pero ni así su esposo reaccionó. Comenzando a preocuparse, comenzó a agitarlo, pero tampoco funciono.

—Harry me escuchas, ¿estás bien? Este juego ya no me está gustando. Déjate de tus bromas Potter —ni llamándole por su apellido reaccionó, como un último esfuerzo un Enervate utilizó y observó poco a poco a Harry reaccionar —Harry, pequeño ¿te encuentras bien?

— ¿Sev? Severus ¿qué paso?—le vio parpadear confuso.

—Te desmayaste pequeño. ¿Qué paso? Es lo que te pregunto yo.

—Últimamente me he estado sintiendo algo cansado, más de lo normal, también me cuesta más levantarme y me mareo con frecuencia, pero seguro es el estrés de tu venganza—le vio sonreír débilmente.

Recapitulo: más cansado de lo normal, mareos frecuentes y sueño en exceso. Una sonrisa le ilumino el rostro, vio a Harry observarlo extrañado.

—Amor no será que estas embarazado —el rostro de Harry se ilumino, tan efusivo como es le dio un gran beso, en donde expresaba su dicha, él le correspondió.

—Sev, amor estoy tan feliz. Mañana mismo iremos a San Mungo, porque tú me acompañaras. Oh Sev—la mano de Harry viajo a su vientre —un pequeño de los dos —una dulce sonrisa se asomó, Severus asintiendo le dio otro dulce y tierno beso.

*******

Se encontraban en el consultorio de Hermione, la habían elegido a ella para llevar su embarazo a término. Ya le habían realizado todas las pruebas que ella había determinado, esperaban a que llegara con los resultados.

Harry se sentía muy nervioso, prueba de ello era que apretaba fuertemente la mano de su esposo que se encontraba al lado, junto a él. Hermione entro en ese momento, mostraba una cara neutral. Se sentó delante de ellos, detrás del escritorio.

—Empecemos por el inicio está bien, Harry, profesor Snape —los dos asintieron, prestando la mayor atención—. Hay tres formas de concebir un hijo, en el caso de los varones. La primera es por una poción fertilizante, la segunda por el potencial mágico de sus padres, la última y no por eso menos importante, el amor que se profesa la pareja. Pero eso ya lo sabían —volvieron a asentir —en el caso de ustedes cualquiera de las tres les funcionaría, el potencial mágico de los dos es muy elevado y ni qué decir del amor que se profesan. Por lo que te pregunto Harry ¿has estado tomando pociones fertilizantes?

—Sí, porque lo preguntas.

—Me lo temía y me arriesgo a decir que es usted quien las prepara profesor Snape, ¿verdad? —Severus asintió —por algún extraño motivo esas pociones le están causando daño…

—Pero él bebe ¿se encuentra bien Mione?—ella negó con la cabeza, Harry gimió desesperado apretando más la mano que sostenía Severus—. ¿Qué le pasa al bebe?

—Harry tu no estas embarazado, tu cuerpo no está preparado por algún motivo, que todavía no comprendo —Hermione habló lo más consoladora y suave que pudo, respiro hondo continuo —Harry yo lo siento pero…

—Hable de una vez Srta. Granger —le exigió Severus puesto que Harry se había refugiado en los brazos de su esposo. Hablando desde allí preguntó:

—Y cuándo podre embarazarse Mione ¿Cuándo?— Harry habló con voz trémula.

Hermione les vio con algo parecido a la compasión y con una pisca de dolor.

—Harry, tú jamás podrás concebir… yo deberás lo siento.

Lo único que después se escuchó fue el llanto de Harry, un llanto que rompía el alma, como rota estaba su ilusión.

 

Notas finales:

Gracias por leer.

Me encantaría que si lo leyeron me dejaran un comentario, de que estuvo mal o que necesito mejorar o quizá de lo que les gusto, sean respetuosos eso sí.

Mi primer intento de lemon bien romanticón pero lemon, ¿qué les pareció? Otra vez no está beteado así que si se me paso alguna falta de ortografía perdonen u.u.

Nos vemos en la próxima actualización espero no tardar mucho.

PD: espero no decepcionarlos puesto que siento que ustedes ven mucho en mi historia y yo siento que no lo es tanto, y si así pasa, lo siento.


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