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Carry me over por Ryu4Jeevas

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Notas del fanfic:

AH! ya se vendra la continuacion de Consecuencias! no se preocupen n.n es sólo que escuchando esa cancion mi imaginacion voló a otro lugar LOL 

Notas del capitulo:

AWWW lo que hace mi mente XD

Caminaba sin cierta meta planeada, caminando, caminando. Ningún sonido, ninguna molestia. Sólo era un hombre más en la ciudad.

No creía que algo nuevo sucedería, todos los días eran tan extraños que a la larga se hacían normales. Para su monótona existencia, era simple y sencilla rutina.

Caminar, caminar, pensar.

De pronto, algo golpeó su pecho. Bajó la vista buscando la causa y se encontró con un enorme y gracioso gorrillo blanco. Bajó aún más, indagando. Una cabecilla poblada de hebras oscuras, una frente rosada.

Un chico había caído.

Se apresuró a brindarle ayuda. El chico, mucho más bajito que él lo miró con sus orbes marrones, entonces infló sus mejillas rojizas por el frío, haciendo un  tierno mohín.

─ ¡Idiota! ¡Casi como nieve por tu culpa!- le reclamó.

r  Deberías fijarte pul-ga, enanos como tú podrían ser aplastados fácilmente

─ ¡Yo doblaba la calle y apareciste de la nada! ¡No es mi culpa que existan bestias como tú que ni siquiera ven por donde caminan!- se excusó y se agachó para levantar los libros que habían caído con él.

Shizuo murmuró un seco -Lo siento- y recogió algunos también, uno que otro con la palabra “Psicología” y otros con algún “Humano” por allí.

r ¡Ah, Llegare tarde!- el chico casi le arrebató los libros de las manos olvidándose de uno- ¡Gracias! Nos vemos…

Y sin más él gorrito blanco comenzó a saltar a la par de su dueño que se alejó rápidamente.

Heiwajima Shizuo se sintió azorado, no sabía porque, pero su corazón se aceleró notablemente y desagradables cosquillas le llenaron el estómago, aun así, pudo sentir un lleno agradabilísimo. Se sintió completo e inspirado…

Corrió hacia su casa, quitó cortinas, sacó pinceles ya casi inservibles y pintura cerca de extinguirse.

Los arregló como pudo y sobre lienzo improvisado de una ya mencionada vieja cortina, dio rienda a su imaginación.

No le importó tener demasiada poca habilidad, ni mancharse su impecable uniforme, aún menos le intereso que sus vecinos departamentales ahora tuvieran una detallada vista del interior de su morada.

Miedo

Eso era lo único que poseía en ese momento. Miedo a perder su esencia. A olvidar la oscuridad de su cabello o el fulgor de sus ojos. La suavidad de sus manos o lo afilado de su lengua.

Era un temor ridículo pero verdadero.

Así que pintó y pintó. Ese día y muchos más. Pero nunca se le hizo rutina. Nunca. 

Sólo así se sentía más cercano. Más vivo.

El libro de Psicología y Analítica  que el chiquillo olvido aún lo conservaba, y lo leía una y otra vez. Podría decir el orden de los temas y las frases de cada capítulo sin equivocaciones. Se sentía con él.

Y un año pasó. Pasaron dos y Shizuo no lo volvía a ver. Todos los días a la misma hora salía a buscarle. Pretendiendo tirarlo otra vez, preguntarle su nombre y si pudiera, poseerlo allí mismo. No importaba.

Le amaba.

Ese día llovió, llovió muchísimo. El aire entraba libremente por su ventana abierta, levantando y haciendo bailar los innumerables retratos del chico de cabellos negros.  Shizuo dejó la nueva –con muchísima mejor técnica, todo practica- pintura de su obsesión y se dirigió a cerrarle la admisión a  ese molesto airecillo.

Le vio.

Allí estaba el chiquillo de pícara mirada. Observando la lluvia nostálgica, mojándose las manos con ella desde el pequeño balcón del departamento de enfrente.

Sonrió

Te encontré…

Pulga, finalmente…

Quiso correr y derribar su puerta, ir a por él y besarle como tantas veces soñó. E iba a hacerlo

Iba.

Otra figura apareció detrás de su tesoro. Otra que no era la suya.

Un chico de blancos cabellos… ¿Qué hacía él allí?

No.

Su amado volteó y soltó un gritillo de emoción que le heló el alma.

Imposible.

El pelinegro se abalanzó a los brazos abiertos del otro y se fundieron en un grato abrazo. Finalmente sellaron sus bocas con absoluta devoción.

Shizuo gritó.

Gritó como nunca.

Las lágrimas le quemaron la cara.

Su corazón fue despedazado.

Su departamento fue destrozado por sus propias manos.

Los tributos fervorosos de su amor desaparecieron en un mar de furia, decepción y locura.

La bestia se recluyó totalmente sin alimento ni luz por noches y días enteros.

Se lo habían robado.

¿Cómo hacerle creer que eso era un error? Que se hubieran encontrado estas dos completamente diferentes personas había sido menudo azar. Ni siquiera Dios lo había planeado, o el Destino o por lo menos Buda, no. Por eso no podían estar juntos. ¿Cómo podía deshacerse de todo ese ardor en el pecho?

─Izaya… ¡Izaya! ¡Espera! ¡Mi maravillosa persona no puede alcanzarte!-gritaba una voz con acento alemán.

r LEEEENTO!!!-le burló otra un poco más armoniosa y esa si japonesa.

Shizuo abrió sus ojos miel despertando de su agonizante letargo. Y se asomó sin muchas ganas para ver quienes hacían tal escándalo.

Su bella decepción y aquel ladrón llenaban de cajas un pequeño auto aparcado enfrente de su edificio para después cerrar la puerta tras ellos.

─Izaya ¿En serio es necesario? Digo… estarse mudando cada dos por tres no es nada relajante o barato…

r Esto es completamente necesario Gilbert, hay humanos en todos lados que esperan que juegue un poco con ellos, además ¿No quieres que tu “maravillosa” persona se dé a conocer?

─Pues sí, pero-

r ¿Temes que te engañe en una de esas? ¡Tonterías! Te amo y lo sabes ¿no? No sería capaz de hacerlo… A menos que-

─ ¿A MENOS QUE?

r Que me vuelva a encontrar con ese tipo enorme y rubio que te conté, sí que era sexy, idiota y distraído pero sexy…

─ ¡Te atreves y lo mató!

r  ¡Baka! Dejemos eso ya de lado, no lo haré y ya ¿Okey? La verdad es que quiero irme por una sóla razón…

-¿Cúal?

-No lo sé, llámalo una corazonada pero creo que si nos quedamos aquí sucederá algo realmente malo para los dos…. ¿Sera que el rubio sexy desea raptarme?

-Idiota, ya vámonos

El de cabellos blancos bufó e infló las mejillas ofendido, Izaya soltó una risilla y besó suavemente a su novio, sonrieron y se subieron al auto. Música de Rammstein inundó las calles.  

Pronto arrancaron y se perdieron.

Shizuo sonrió, no enternecido ni de lejos. Izaya había dicho que podría engañar al albino ese con su persona ¿no es así?

Pues que comenzara la fiesta, porqué ese pelinegro no se le iba a olvidar tan fácil.

¡TSK! Ese tipo ¿matarlo? ¡Qué menuda estupidez!

En efecto. Ya iba siendo hora de que la “asombrosa” persona-novio-alemán de su pulga desapareciera de mapa, oh y vaya que lo iba a disfrutar.

Izaya.

Izaya.

IZAYA.

Ese era su mítico nombre.

Él era el único, el inigualable, y él lo deseaba.

Podría ser una obsesión, un dañino capricho.

Lo ansiaba.

A cualquier precio…

La cacería comenzaba. 

Notas finales:

Y? que les parecio? XD subire la continuacion del fic pronto! Hasta entonces comenten mucho ^^


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