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Los castigos perfectos por Flako

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Notas del capitulo:

Perdoooon por tardar tanto!!! en verdad!.

Aprecio mucho el review que me dejaron, en verdad!

Las trompetas sonaron a las 5 am en el campo militar donde se encontraba el azabache mayor. Todos se levantaron rápidamente menos el, después de cinco minutos seguía acostado en la cama boca abajo.

Todos se pararon al frente de sus camas cuando entró el coronel. Se detuvo en la cama de Itachi.

-¡Joven Uchiha!-

-¿que quieres?- habló a la almohada. Se volteó a observar al hombre. 

-¡arriba!-

El azabache se levantó.

-¿sabe algo?, creo que necesito un café- se talló el ojo derecho.

El coronel sonrió.

-¿no quiere unas galletitas también?- pareció amable.

-oh si, me encantaría- contestó el iluso azabache.

Todos lo observaban sorprendidos, incluso el rubio del que se había enamorado que se encontraba a 3 camas a de la suya.

-pues... ¡ESTA NO ES UNA CAFETERÍA!, ¡QUIERO 10 KM AHORA!-

Itachi salió corriendo dejando una sonrisa en todos los que estaban ahí.

-¡LOS QUE SE RÍAN LO SIGUEN!-

Todos guardaron silencio.

 

Pocas horas después el azabache llegó arrastrándose a la base, corrió los 10 km, el problema es que no los contó de ida y vuelta, solo de ida, entonces caminó los otros 10. Deidara que estaba arreglando un Jeep volteó a verlo discretamente. Se rió mientras tomaba una llave de tuercas y ajustaba algo.

Itachi cayó en cuenta de eso, se levantó como pudo y se sacudió la tierra que tenía el uniforme, se acercó al rubio.

-hola- comentó coqueto.

-hola- contestó.

-¿que haces?-

-... ¿estoy arreglando un jeep?- eso era obvio.

-ah, que interesante... ¿no quieres ayuda?-

-apenas sabes cambiar un neumático-

-te sorprenderías-

Se colocó detrás del rubio y lo rodeó con los brazos por la cintura y comenzó a mover cosas en el auto. Deidara observaba todas las cosas que hacía mal el azabache.

-en verdad das pena, este no arranca, no creo que moviéndole esas cosas logres que funcione-

-te sorprenderás, ve a encenderlo-

Deidara soltó una ligera risa e hizo lo que le pidió. Al girar la llave el motor encendió al instante sorprendiéndolo.

-¡¿pero que hiciste?!-

-un mago nunca revela sus secretos-

-pero... ¡me tardé mas de tres días buscando que tenía!-

-de acuerdo, te lo diré, pero me tendrás que dar una cita a cambio-

El rubio lo meditó.

-de acuerdo-

Itachi sonrió y le hizo una seña con los dedos para que se acercara al motor para ver.

-estaba desconectado este cable- le mostró uno de los que iban a la batería. A Deidara le salió una gota estilo animé. -¿cuando va a ser la cita?- comentó divertido.

-¡arderas en el infierno!-

Persiguió al azabache por todo el campo, sus ojos estaban en llamas y el otro gritaba pidiendo ayuda a su mamá.

Cuando la paliza terminó Dei se acercó al azabache.

-el viernes en la noche- le besó la naríz al que estaba en el suelo.

-soy irresistible- le dijo antes de que se alejara.

-si, el olor a quesadillas que emana de tí es irresistible, date un baño- Deidara lo miraba desde arriba, lo había logrado atrapar dentro de una de las múltiples carpas de primero auxilios.

-eso haré- se levantó del suelo lleno de más tierra que con la que llegó con el rubio.

Cuando se estaba duchando llegaron otros dos tipos más altos que el y con muchos más músculos, se posaron a cada uno de los lados. Este como tenía los ojos llenos de jabón no los vio.

-que buen pedazo tienes nuevo- comentó el de piel más obscura mientras señalaba el pene de Itachi. Este ni encuenta.

-si, es verdad- habló el otro. Los dos se miraron y en ese momento supieron que pensaban lo mismo. Tomaron a Itachi de los brazos y lo metieron a un cubículo de baño para violarlo duro contra el muro.

-¡Ah!, ¡JESÚS DE VERACRÚZ!- esos gritos de dolor salían por las ventanas de los baños, cuando hubieron terminado dejaron a Itachi sentado en el baño con los ojos como remolinos.

-oh Dios... era gigante eso- se levantó ignorando la punzada en el trasero. -en verdad grande- salió de las duchas sin siquiera ponerse ropa por lo que todos lo vieron, todos incluyendo a Deidara que se quedó con a boca abierta, al igual que el coronel.

El azabache solo pensaba en lo sucedido en el baño. Al entrar a las habitaciones fue seguido por todos los hombres que habían en el campo militar, excepto Deidara que supo que el chico no llegaría virgen a su primera cita.

 

El viernes llegó, Itachi finalmente pudo alejarse de su silla de ruedas, después de ese día no había podido caminar sin sentir que se le salía el alma por el trasero.

Llegaron a un restaurante frances, Deidara se sentó al frente de el con el pelo suelto.

-¿como sigue tu trasero?- preguntó divertido mientras veía la carta.

-pienso que sería mas facil reconstruír machu pichu que mi ano-

-es posible- Dei tomó un trago de su copa.

Notas finales:

espero que les haya gustado!

dejen reviews!... o no!

como ustedes gusten! n.n


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