Sai salió de la habitación saltando de mueble en mueble para no tocar el piso. Cuando llegó al piso inferior se encontró con la señora que estaba en la sala leyendo un enorme catálogo.
Asomó su cabeza detrás de la mujer para observar las cosas que habían en las polvorientas páginas del pequeño libro.
-ese es lindo- señaló un sofá de color naranja.
-¿verdad que si?, me encantaría tenerlo aquí- la señora observó el horrendo sillón con flores que tenía más edad que el chico detrás de ella.
-¿y por qué no lo compra?-
-Ja, chico, me haces reír, en la vida real esas cosas no se pueden hacer tan facil-
-pero no son imposibles, solo son algo complicadas de conseguir...-
La mujer volteó a verlo, su regordeta cara mostraba algo de duda.
-es cierto- se levantó y cerró el libro. -bueno, prepárate, ponte algo bueno para trabajar.
-... solo tengo esto-
La mujer soltó la risa más estruendosa que el menor hubiera escuchado.
-¡eso lo tirarás a la basura antes del viernes!-
-... pero hoy es jueves-
-Sasuke, ven... tenemos una sorpresa para ti- dijo el rubio después de que se levantó de la mesa al lado de su gemelo.
-claro, ahora voy- terminó lo que comía y se levantó.
Los tres caminaron por los pasillos de la escuela, pasaban puertas y puertas hasta que llegaron a una enorme de doble hoja.
-entra- le dieron una sonrisa cautivadora.
-de acuerdo- el sabía lo que seguía, se divertiría mucho.
Abrió las puertas y se encontró con algo que no esperaba. Estaba la misma monja que lo había llevado a su habitación junto con otra, ambas con una biblia en las manos.
-madre superiora, tenemos a un incitador- dijo Menma. Sasuke volteó a verlo.
-¡¿qué?!-
-lo lamentamos Sasuke, pero es por tu propio bien- Naruto lo observó con algo de pena, después de todo, el igual había pasado por eso.
-ven aquí Sasuke, siéntate por favor- El azabache hizo lo indicado. -hermana Mary, por favor cierre las puertas- Sasuke volteó con algo de pánico al ver que lo estaban encerrando. -lo lamentamos hijo-
La hermana Mary aventó agua sobre su cabello y comenzó a hacer oraciones.
-¡SEÑOR! ¡te pedimos que extraigas al demonio que lleva dentro que lo hace pecar!-
Sasuke las vio incrédulo.
-¡Despierten señoritas!, ¡no tenemos todo el día!- el coronel entró gritando antes de la hora usual para despertar. Itachi fue el primero en saltar de la cama. -bien Uchiha, ¡quiero verlos a todos así!- Pronto todos estuvieron el fila frente a las camas, el coronel comenzó a caminar entre ellos hasta que se encontró con algo "incómodo".
-Señor Uchiha, le pido por favor que haga algo con eso- señaló a la entrepierna del azabache que parecía carpa de circo. Todos rieron ante esto.
-¡lo lamento!, ¡pero hace tres días que no tengo nada de nada!-
-¡pues guárdelo antes de que lo pongamos en la sopa y se lo demos a sus compañeros que no paran de reír!- el silencio se hizo. -¡ahora todos a las duchas!-
Todos entraron a la enorme habitación llena de regaderas, Itachi se colocó en el medio, comenzó a desvestirse dejando ver su enorme erección de no menos de 20 centímetros, muchos se quedaron impresionados al ver el tamaño, otros lo querían comer en ese momento, y otros simplemente lo agarraban cuando pasaban ignorando las quejas del dueño.
En la enorme granja habían muchas cosas, todas encajaban a la perfección con el paisaje... bueno, todas menos una.
-esta maldita granja y su maldita tierra y su maldito trabajo- susurraba un azabache que trataba de caminar entre la maleza que comenzaba a crecer ahí. -pero un día, compraré este lugar y haré un enorme centro comercial- llegó al granero y entró. Salió pocos segundos después a vomitar detrás de una roca.
-¿te sientes bien?- preguntó un divertido castaño al ver lo que pasaba de lejos.
-¡no me siento bien!, ¡yo debería estar en mi casa con mi ropa y mi auto y mi enorme tina!-
-pues no niño- Neji se enojó al ver al niño mimado. -estás aquí y ahora, así que ponte a trabajar- se alejó dejando a Sai observándolo... pocos segundos después volvió a vomitar.