Los tres se subieron a la parte trasera de una limusina negra, sus padres se subieron al lado de ellos y cerraron la puerta.
-se arrepentirán- dijo Sai mientras trataba de hacerlos ver su error.
-de hecho no- Mikoto sonrió –simplemente nos arrepentimos de que hayamos tenido que llegar a esto para que ustedes tres arreglaran sus problemas-
Los tres guardaron silencio, el largo automóvil comenzó a avanzar.
La escuela militarizada.
La limusina se detuvo en frente de un arco color verde de cemento, unos hombres vestidos de militares se pararon al lado de la puerta de la limo, al parecer pesaban el doble de Itachi, pero por los músculos tan grandes.
-por favor mamá!- gritó mientras se arrodillaba en frente de ella con las manos juntadas al frente.
-Itachi, conserva algo de la dignidad que acabas de perder-
-pero mamá!- lágrimas falsas comenzaban a salir de sus ojos.
-yo conozco ese truco- comentó mientras volteaba la cara para ver a su esposo, este salió de la limo y seguido de el fue Mikoto.
-nos vemos hijo-
Itachi se bajó, no les llegaba ni a los hombros a esos hombres, se aterrorizó al instante.
Mikoto se acercó y le besó la mejilla, en cambio Fugaku simplemente puso su mano sobre el hombro y se metió junto con su esposa a la limo. El vehículo se comenzó a alejar, Itachi volteó a los costados y los hombres de uniforme lo veían.
-lindo cabello- sonrió uno con malicia mientras lo tomaba.
-no toquen mi cabello!- se volteó y le dio un golpe en la cara al hombre que sorprendido se tocó la mejilla.
-este será tu infierno-
Lo tomaron de los brazos y lo llevaron arrastrando al interior.
En la granja.
-listo querido, hemos llegado- dijo Mikoto a su hijo menor que tenía puesto su antifaz para dormir y estaba recostado en el sillón sobre las piernas de su hermano mayor.
-otros cinco minutos- dijo mientras se volteaba, levantó la mano y accidentalmente golpeó a Sasuke en la cara.
-ahhh!- empujó a Sai de sus piernas y se tocó la nariz.
-seguramente la rompiste!-
-no seas tan nena!- comentó mientras se trataba de levantar del suelo.
-ya chicos, dejen de pelear- dijo su padre mientras se bajaba, el viaje había sido largo, casi seis horas en el auto, por lo menos era limo.
Sai y Sasuke se bajaron y divisaron… un gran pastizal casi seco, una cabaña a punto de caerse y un granero que estaba peor que la cabaña.
-me porto bien mami!-
-jajajajaja!- Sasuke se rio por la actitud de su hermano.
-Sasuke, no te rías de mi!... recuerda que a Dios eso no le agrada! Jajajaja- esta vez se mofó Sai junto con una risa ligera de sus padres.
-muy gracioso… espero que te pique una pulga-
-…. U-una pulga… en mi cama… ahhh!!!!-
-no es tan malo… van a estar en los sillones- molestó su padre, Sai se comenzó a poner azul y se comenzó a deshacer de forma depresiva.
-nos veremos en navidad hijo- Mikoto repitió la misma acción que con su hijo mayor.
Sus padres se subieron a la limo y partieron junto con Sasuke, mientras que el menor se quedó con unos lentes oscuros en la mano izquierda y su maleta con ruedas en la derecha.
-… ok, no me puedo quejar, por lo menos no voy a reza jejeje- Sacó sus audífonos de la maleta y se los puso para comenzar a escuchar la canción “Rich girl” de Gwen stefani. Se puso los lentes y caminó con toda la elegancia que se podía ya que llevaba la maleta en un suelo de grava. Se tropezó varias veces.
-están bromeando?!- finalmente cayó sobre un charco de lodo.
En el internado en Suiza.
Sasuke iba sentado en el asiento de la limo que habían rentado sus padres y se había puesto sus lentes oscuros como muchos dicen “de mosca” y comenzó a ver por la ventana.
-hemos llegado- dijo Fugaku mientras se bajaba, no iba a tener problemas con Sasuke ya que era el hijo mas responsable que tenía.
-te extrañaré hijo- dijo Mikoto.
-yo a ti madre-
-nos vemos hijo-
Fugaku puso su mano en su hombro como señal de apoyo, Sasuke tomó su maleta parecida a la de Sai solo que negra, comenzó a caminar con la maleta siendo jalada hasta una reja.
-internado para chicos problema- se dijo, abrió la reja y lo que vio lo sorprendió. Todos estaban arrodillados en frente de una estatua.
-mamá!!!- gritó y regresó corriendo. Pero era tarde, ya se habían ido. Regresó caminando y observó que todos lo veían casi a punto de morir de risa. Decidió ignorarlos y tomar su maleta para entrar al edificio principal.