Las luces de colores parpadeantes que te pueden causar mareos si la miras por más de un minuto, el aroma sofocante del cigarro mezclado con el alcohol y el olor que despiden los cuerpos humanos tras haber bailado durante toda la noche, el ambiente que se vive en los bares del centro de la cuidad donde Choi Seung Hyun heredero del emporio más grande de hoteles de todo el país pasa las noches en compañía de Dong Wook su mejor amigo y él o la amante en turno que se encuentre en el bar.
-Se acabó- Dong Wook levantó la botella para verla mejor.
-Pide otra- Seung sacó varias tarjetas de su cartera y las arrojo sobre la mesa con desdén - ¡Gastemos la fortuna del abuelo!- exclamó y volvió la vista a la pista en busca de alguien que se gustara.
-Que envidia, a tus 20 años ya manejaras la fortuna del viejo y mi abuelo esta tan sano- Tomó solo una tarjeta y caminó hacia la barra tambaleante.
/////////////////////////////////////////////////
-Joven Choi- Un señor de edad tocaba la puerta de la suite presidencial.-Joven Choi- Insistió y al no recibir respuesta decidió entrar encontrándose con unos cabellos azules saliendo de las sabanas.
-Otro cambio radical a su look- Pensó y jaló la sabana para despertarlo.
El joven solo se cubrió la cabeza con la almohada.- Aun es muy temprano-
-Pasan de las 2 de la tarde señor, y tiene visita del abogado de su abuelo-
-¿Por fin tendré posesión de todo lo que me corresponde?- Se enderezo un poco y parpadeo un par de veces para aclarar su visión.
-Aquí tiene- El mayordomo le dio su bata y empezó a caminar hacia el comedor adjunto a la habitación seguido del ahora peli azul aun somnoliento.
-Joven Choi Seung Hyun- El abogado de la familia levantó la vista de sus documentos para ver al aludido.
-¿Dónde firmo mi herencia?-
-Lamento decirle, que hay una cláusula para que usted pueda disponer de ella- Removió los papeles en busca de una hoja.
-¿De qué habla?-
-La última voluntad de su abuelo, fue que usted terminara su educación media en su pueblo natal y una vez que se gradué podrá disponer de todas las cuentas, propiedades y demás cosas- Leyó con detenimiento una hoja amarillenta.- Ya está inscrito, su uniforme está en su habitación y todo está listo para que emprenda su viaje.
-Eso no puede ser posible- Le arrebató la hoja y la rompió- Ahora ya no existe esa voluntad- Le arrojo los trocitos de papel- ¡Estas despedido!- Salió furioso azotando la puerta seguido del mayordomo.
-Llama al mejor abogado del país- Se quitó la bata y corrió a su armario a buscar que ponerse.
-Lamento decirle que eso no va poder ser, señor-
-¿También quieres perder tu empleo?- Se puso un conjunto deportivo y tomó el teléfono- Preparen mi auto-
El mayordomo le quitó el teléfono- No puede disponer de ninguno de sus bienes, solo tiene esto- Le señaló una maleta y lo miró desafínate.
-No me puedes hacer esto- Seung miró el retrato de su abuelo y lo apuntó con el dedo – Voy a salir de esta-
////////////////////////////////////
Tras 5 largas horas de viaje Seung Hyun llegó a un pueblo oculto entre las montañas no se veía mucho movimiento su apariencia era deprimente.
-¿Señor Choi?- Un señor de aspecto muy amable llamó su atención.
-Soy yo-
-Sígame- Empezó a caminar y Seung lo siguió con cara de fastidio.
Llegaron hasta una casa pequeña que se veía descuidada, en el patio las hierbas ya habían ocupado todo espacio libre excepto el camino de piedras que llevaba hasta la entrada principal, el polvo estaba acumulado en las ventanas y los muebles solo exaltaban más los años que había pasado deshabitada.
-Me he encargado de abastecer la cocina y en la semana vendré a quitar la hierba de la entrada. El señor se despidió con un ademan dejando a Seung sentado en una mullida silla.
-Por lo menos tengo comida- Suspiro y caminó en busca del refrigerador.
Cuando lo encontró se llevo la sorpresa de que nada estaba preparado solo había ingredientes, verduras y carne cruda ¿Que se suponía que debía hacer? Siempre tuvo a su servicio a los mejores chefs, la cocina no era para él palmeó su bolsillo para cerciorarse que su cartera estuviera ahí y salió de la casa en busca de algún lugar para comprar algo de comer.
Tras caminar hasta la salida del pueblo encontró una tienda de autoservicio adjunta a una gasolinera, ahí debían tener por lo menos emparedados o perros calientes.
-Bienvenido- Un joven delgado de cabellos rubios y unos rasgos tan finos que fácilmente podrían llegar a confundirlo con una chica lo recibió con una amplia sonrisa.
Seung no le contestó, solo pasó de largo por la caja y empezó a tomar papas, galletas, sopas instantáneas, cuando termino caminó al mostrador, dejo caer todo frente al joven y le extendió una tarjeta dorada.
-Dame un cigarro, también-
-No vendemos cigarros a menores- El rubio pasaba la tarjeta por la terminal mientras lo miraba- Esta tarjeta está congelada- Le devolvió la tarjeta- Son 58.50-
-Inténtalo de nuevo- Esta vez le dio un tarjeta negra.
La tomo y volvió a ocurrir lo mismo.
-Por favor, pague en efectivo-
-Maldición- Sacó su cartera y solo traía consigo un billete de 100.- Toma- Lo dejo caer frente a él – Guarda el cambio, tú lo necesitas más que yo- Guardo sus cosas rápidamente en una bolsa y salió de ahí.
-¿Y ese quien se cree?- El rubio infló los cachetes frustrado y volvió a sus tareas.
//////////////////////////////////////////
La escuela media de ese pueblo era igual de pequeña que todo lo demás, solo había un salón para cada grado lo cual era suficiente para los escasos 10 alumnos.
-Chicos hoy no tendremos literatura, porque la vaca del profesor Lee esta en labor- El chico rubio de esa tienda de autoservicio estaba sentado sobre el escritorio hablando con sus compañeros de clase.
-Pasemos a visitarlo en la tarde-una chica de cabellos cortos con apariencia mucho menor a la de sus compañeros de salón exclamo.
Tras el comentario se enfrascaron en una conversación sobre sus propios animales de granja hasta que el sonido de la puerta abrirse los hizo voltear a todos.
-Debes ser el nuevo- El rubio se bajo del escritorio de un salto y camino hasta quedar frente a él - Te presentas tu solo y escoge algún lugar de los que están disponibles-
Seung pasó la vista por cada uno de sus nuevos compañeros –Choi Seung Hyun- Posó la vista en un chico pequeño pero musculoso - ¿Tú quien eres? - Se acercó a él y colocó una mano sobre su peinado de mohicana.
-Bae, Dong Young Bae- Le contestó y se quitó para que lo dejara de tocar.
-Ya encontré mi boleto de salida de aquí- Susurró y se alejó hasta la última banca pegada a la ventana.
-Iré por los libretos de la obra de este año- Anunció el rubio y se fue.
Todos lo seguían mirando, su cabello azul menta llamaba mucho la atención y su voz áspera le daba un toque de misterio.
-¿Vienes de Seúl?- Una chica pelirroja de rasgos bastante definidos se acercó a él - No tenemos clase de aquí al almuerzo, si quieres te puedo enseñar la escuela-
-¿No tenemos clase?- Se aflojó la corbata y se levantó.
-Te veo afuera- Pasó a decirle a Bae antes de salir del salón dejándolos a todos sorprendidos.
-¿Para qué quiere verte?- Un chico castaño de amplia sonrisa se acercó a él seguido de sus demás compañeros rodeándolo.
-Pues iré a ver- Estiró los brazos y salió.
Buscó en el patio pero no había nadie, acudió a las canchas y aun nada hasta que se le ocurrió subir a la azotea.
-Por fin llegas- Seung apagó un cigarrillo, bajó su zapato y sonrió malicioso.
-¿Para que quieras que viniera hasta acá?-
-Vamos ¿No es obvio?- Cerró su puño y lo golpeo esperando una respuesta agresiva del otro pero no fue así.
-Pero ¿Qué demonios pasa aquí?- El director del instituto apreció seguido del rubio quien corrió a levantar a Bae pues el golpe seco de Seung lo había noqueado por completo.
-Comencé una pelea, expúlseme-
-Eres un idiota, Bae no te hizo nada-
-Peor aun ¿No creen? - Tomó su saco y empezó a caminar- Lo veo en su oficina-
-Lleva a Bae a la enfermería, Ji Yong- El director le ordenó y se apresuró a seguir a Seung.