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La Maldición de las Princesas. por Sami chan

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Notas del capitulo:

Pues aqui de nuevo, asi que a leer sea dishoooo.

Capitulo  ONCE

 

 

Acababa de regresar a su habitación y lo primero que vio fue un regalo sobre su cómoda, cual típica chica, lo primero que hizo fue caminar a su cama y pedirle a Tobías que le acercara el presente a su cama.

Apenas lo tuvo entre sus manos y lo primero, ansiosamente busco como destaparlo sin romper la envoltura, al cabo de unos momentos, lo logro, y lo primero que vieron sus ojos, fue una hermosa caja de chocolates hechos a mano, y saboreándose de antemano procedió a abrir la caja de madera, después de todo, dicen que el mejor antidepresivo es un buen chocolate.

Tobías se apareció con su comida en una charola, pero la chica la rechazo con un chocolate ya entre sus labios, cerro los ojos aspirando con fuerzas el aroma del pequeño dulce, suspiro y sonrió,  parecía que se transportaba a otro mundo, si alguna pasión tenia, esa era la de comer chocolates.

 

-      Mmm… ¿quien habrá traído  estos chocolates?  -  dijo con los ojos cerrados y relamiéndose  los labios y hasta la punta de los dedos,  el elfo la vio y sonrió.

-      Amito Draco, debe comer  -  dijo con una sonrisa en los labios al ver los gestos de la chica.

-      No quiero, llévatelo de aquí  -  dijo sin siquiera ver la charola.

-      Pero amito…  - intento convencerla de comer.

-      Ya dije que no quiero, llévatelo a la cocina y déjame sola  - ni siquiera lo vio, se recostó en la cama y se dedico a saborear el rico presente.

 

El elfo Tobías desapareció de la habitación y mando a la cocina la charola, sabía que no debía dejar que su amito se malpasara y lo primero que se le ocurrió, fue ir en busca de su amita Narcissa para darle la queja.

No quería importunarla en medio de su almuerzo, sobre todo si tenía invitados, pero sabia de antemano de la delicada situación de su amito Draco y no podía dejar que lo resintiera.

Así que con todo y su pena, se presento en el comedor y le dio la queja a la madre del chiquillo.

 

-      Amita Narcissa   -  dijo muy servicial el pequeño elfo  -  le lleve su comida al amito Draco, pero no quiso comer, usted me dirá si le preparo alguna otra cosa…  - al escuchar al elfo, este vio que el invitado más joven de sus amos, se quedo paralizado de la impresión, no supo porque, pero como que intuía que esa visita era para su amito Draco.

 

-      Claro que si, Tobías   -  le respondió la rubia  -  hay tres platillos más, toma de cada uno y se lo llevas y que no se quede sin comer, le dices que si no come, yo misma iré a dárselos en la boca.

 

-      Claro que si, amita Narcissa  -  y desapareció directamente en la cocina, tomo lo que necesitaba y despareció, para inmediatamente aparecer frente a su amito Draco.

 

La vio recostada entre los almohadones y con un chocolate entre sus dedos, mientras  suavemente lo pasaba por su nariz, sonriendo vio que le había encantado el presente.

 

-      Amito Draco  -  dijo solicito, dejando la charola de la comida en la mesita de noche, se aproximo a la cama y dijo  -  yo creo que el presente se lo trajo el invitado con el cual los amos están compartiendo en este momento el almuerzo  -  con esto que dijo, logro que la chica se incorporara con rapidez y asombro en el rostro.

 

-      ¿hay alguien con mis padres en el comedor?   -  dijo asombrada, pues ya tenia tiempo que no recibían visitas de nadie  - ¿tu sabes quienes son, Tobías?

 

-      Bueno, amito Draco, recuerde que vino la ama Narcissa a decirle que tenia usted una visita y no quiso recibirla, así que me imagino que el que esta con ellos en el gran comedor es el jovencito que creo que la vino a ver a usted, y el mayor creo que es el profesor Dumbledore.

 

-      ¡por Salazar! Es verdad…-  dijo al  momento que se levantaba y se volvía a poner sus pantuflas y salía al corredor, averiguaría de quien se trataba, debía ser alguien especial para que sus padres lo recibieran, sobre todo porque no dejarían que nadie se enterara de su situación, lo cual agradecía de antemano.

 

Se acerco con sigilo al comedor, sobre todo, porque vio que el chico  volteaba con demasiada insistencia a la entrada al gran comedor, y ella al no poder hacer magia, ni siquiera un hechizo desilusionador podía, así que cuidándose de no dejarse ver, lo vio y no pudo evitar una mueca de asombro y después una sonrisa se dibujo en su rostro…

 

-      Así que San Potter vino a visitarme…  -  dijo en un murmullo y en medio de una ligera sonrisa   -  hum…bueno, por lo menos tiene buen gusto para los chocolates.

 

Tobías no dijo nada, mientras se le dibujaba una sonrisa cómplice en el rostro, sin contar con el reciente paseo por los jardines, esta era la primera vez que su amito Draco salía de su habitación desde que ocurrió aquel horrible incidente y de que el chico regresara a su casa en medio de ese maldito caos.

Vio que se dio la vuelta y comenzó a caminar de regreso a su habitación, muy pensativa pero al menos ya llevaba una sonrisa dibujada en el rostro, lo mejor de todo,  es que ni cuenta se había dado.

 

Después de esa visita, el Sr. Malfoy prohibió la visitas de dicho joven a la mansión, aceptaba otras pero no la del joven, a sabiendas de que nadie iba a visitarla porque no sabían bien la cuestión, recibió algunas cartas que el mismo intercepto, así fueran de sus amigos de su hijo, cartas que el mismo contesto

Diciéndole a todos que estaba bien y que no se preocuparan por nada.

La carta que envió el chico italiano, por pura suerte o casualidad la recibió la Sra. Malfoy, y eso fue porque el Sr. Malfoy tuvo que viajar a Italia, este estaba decidido a terminar con la fortuna del Sr. Bradley, lo arruinaría y humillaría hasta verlo arrastrase. 

La rubia recibió la carta, la leyó y ella misma se la llevo a su hijo a su recamara, esperando que por lo menos esta si la respondiera el…o ella.

 

Querido amigo…

 

Draco amigo, maldito seas grandísimo cabrón… ¿Cómo se te ocurre largarte y no decir ni siquiera adiós?  Esta es la primera carta que te escribo porque…bueno, la verdad es que estaba algo encandilado con la hermanita que te guardabas, así que te voy a mandar un par de maldiciones imperdonables en ese gran culo que tienes, y eso es por ser un maldito egoísta, mira que no querer decirnos que tenias una hermana…y que hermana, bueno lo que no entiendo, ¿Cuándo fue que tus padres la tuvieron, porque, que yo recuerde mi madre nunca me hablo de que tu mama haya estado embarazada por segunda vez, y digo por segunda vez porque no creo que Berenice sea mayor que tu.

Maldito Draco, contéstame o te mandare un crucio por lechuza certificada.

Cuídate mucho y espero tu respuesta muy pronto  si no iré a buscarte hasta donde te encuentres y te arrancare ese par de bolas que tanto presumes.

PD: por cierto… ¿Ya sabes lo que le debes a San Potter?

 

Atte  Blaise Zabini

 

La chica suspiro, reconociendo que extrañaba a sus grandes amigos, no…más bien quien los extrañaba era Draco, pero desde que ocurrió lo que ocurrió, su habitación era como su santuario y le había agarrado un poco de fobia al salir de esta, y no sabia que hacer.

 

 

-      Ese Zabini me las pagara…  -  iba el moreno rumiando su coraje al salir de la oficina del viejo director, estaba dolido, sentía al italiano como un traidor.

 

Cuando llego a la sala de astronomía, ya estaba ahí el chico Slytherin, quien apenas lo vio, supo inmediatamente que algo no estaba bien.

Respiro con fuerzas y espero hasta que el león quisiera sacudir su melena y comenzar a rugir, y así lo hizo el chico Gryffindor que sin poder contener su enojo le reclamo.

 

-      ¿puedo saber de que se trata esto?  -  dijo enojado deteniéndose delante del chico Sly y apuntándole con un dedo sobre el pecho, ¿es que acaso solo querías saber donde estaba Berenice y que le había pasado y me utilizaste?

 

-      Tranquilo Potter  -  le dijo el Sly, no se que te hayan dicho o de que te hayas enterado, pero no es ni una ni otra cosa…

 

-      Me  dijo Dumbledore que si quería saber algo sobre Berenice te tenia que preguntar a ti, ¿es eso cierto?   -  estaba que bufaba del coraje, estaba sintiendo unos celos enormes y una gran frustración y no sabia como sacar a flote todos esos sentimientos.

 

-      Tranquilo Potter  -  le sonrió tratando de calmarlo  -  no podía decirte nada, hasta que me respondieran, recuerda que tu mismo me dijiste que le escribiera a Draco, aprovechando que estaba en la mansión  -  le sonreía al Gryffindor, pues sabia lo que estaba sintiendo el chico  -  mira, le escribí en cuanto hablamos…  ¿recuerdas que fue hace casi tres semanas?  -  lo miro ya más calmado y desconcertado al mismo tiempo  -  bueno, pues hace apenas dos días que me llego la contestación, y no había podido verte, pero…   -  y levanto el brazo y le tendió para darle lo que traía en la mano, era un pergamino enrollado y atado con un listón, se lo dio y le dijo  -   aquí esta la respuesta para que tu mismo la leas y decidas que vamos a hacer.

 

-      ¿vamos a hacer? -  dijo desconcertado al mismo tiempo que tomaba el pergamino  -  ¿tu y yo…no entiendo? 

 

-      Lee primero Potter y entenderás  -  dijo mientras buscaba en que parte del suelo se sentaba a esperar.

El Gryffindor tomo la carta y poco a poco lo desenrollo, estaba nervioso y muy ansioso, Zabini solo lo veía  y disimuladamente sonreía, nunca espero ver así de ansioso al león líder de la manada de los Gryffindor, ansioso por tener alguna noticia de una verdadera y rubia serpiente…

La carta decía…

 

Zabini amigo…mi hermano:

 

Empezare por lo ultimo de tu carta, sé lo que le debo a San Potter, (por cierto no se lo digas) pero que créeme que le estoy sumamente agradecido, le debo la vida y la honra de mi hermana, la cual no quería que ustedes conocieran porque son una bola de malditos perros, y ya me imaginaba que desataría su época de celo, pero si mi instinto no me falla…(y de eso estoy más que seguro) creo saber que mi hermana hizo lo correcto, si…al mandarlos a paseo a todos,  y por cierto,  tu madre no tenia porque haberte hablado del o de los embarazos de mi madre, ¿Quién eres tu, para que te informe de lo que hacen mis padres?  Pero bueno, has tocado una fibra sensible de mi corazón y como buen amigo que soy te diré que, podría decirte que Berenice es mí…es mi alma gemela, no es ni mayor ni menor que yo, creo que con eso se sobre entiende, no? dos embarazos habrían arruinado la hermosa figura de madre, por cierto deja de babear y soñar con mi trasero, ese no lo tocaras tu, ni ningún otro maldito perro del colegio, ya sabes que lo mío, lo mío… son los calderos, por cierto Zabini, tengo que arreglar un pequeño…un gran problema contigo antes de irme nuevamente a Francia, ¿sabias que padre no deja que San Potter vea a mi hermana? No le quiero hacer un favor al cara rajada, pero se que le debo una y muy grande, y un Malfoy en su vida jamás le debe nada a nadie, necesito que vengas a la mansión dentro de tres días, padre viajara a Italia y entonces podrás entrar hasta mi habitación, ven solo, necesito platicar contigo de algo muy importante, Tobías te estará esperando en la chimenea de entrada de la mansión, a las tres de la tarde.

PD: Llega puntual o el que te arrancara las bolas seré yo, porque después de hablar contigo, me voy.

 

                                   Atte.  DM

 

 

-      Bueno Potter  -  dijo el italiano, al ver que Harry se le quedaba viendo al pergamino como si este le hiciera caritas, vio la desolación en su rostro y haciéndole una seña de que se sentara junto a él, le sonrió cómplice  -  si no me equivoco, Draco me hablara de porque su padre no te deja entrar a ver a su hija, así que necesito ir yo, como lo dice la carta, me espera hoy a las tres, así que si quieres mandarle algo a Berenice, dámelo antes de la hora de la comida, porque ya no voy a ir al comedor, me voy directo a la mansión.

-      El profesor Dumbledore, sabia…?  -  dijo desolado al saber que definitivamente no lo querían en la mansión Malfoy.

-      Parece ser que algo le comento la Sra. Malfoy, ella le aviso de mi visita y le pidió permiso directamente, parece ser que aprovecharemos la ausencia del Sr. Malfoy en la mansión…

-      Si no va a estar Don Lucius,  ¿porque no puedo acompañarte?  -  dijo haciendo un puchero.

-      No quiero adelantar nada, pero no se…me imagino que Draco hará algo…o me dirá algo…no se, en realidad no se nada, mira Potter  -  intento tranquilizarlo  -  déjame ver que terrenos pisamos, y hoy en la noche espérame aquí, después de mi ronda, vendré y te diré todo lo que me digan, ok?

-      Pues si no me queda de otra  -  suspiro derrotado, se levanto y dijo  -  espérame en la puerta del comedor, te daré lo que le compre.

 

En momento antes de entrar al comedor, Potter se encontró con Zabini para darle el presente que le había comprado a la rubia, pero al ver la ansiedad reflejada en el rostro del chico italiano, receloso término por preguntarle…

 

-      Zabini…  -  aun así se lo pensó un momento antes de preguntarle.

 

-      Dime Potter, no tengas miedo de preguntar nada  - le sonrió  -  para eso somos amigos…  ¿o no?

 

 

-      No, pues eso si  -  sonrió ya mas confiado  -  ok, bueno Zabini, ¿dime, cual de los dos te gusta más?

 

-      ¿Eeh…?   -  fue lo único que dijo, ya que el moreno lo tomo por sorpresa.

 

-      Si, dime quien de los dos te gusta más, Draco o Berenice…  -  lo miro de forma extraña   -  la ansiedad no la puedes ocultar…

 

El Slytherin sonrió benevolente sabiendo el motivo de su pregunta  y dijo…

 

-      Potter, Potter, Potter…  -  suspiro hondamente, mientras le ponía una mano sobre un hombro  -  es la ansiedad por ver a mi amigo, casi mi hermano, porque ya hace mucho tiempo que no lo veo y no tenia ni una noticia suya  -  le sonrió cómplice  -  yo no puedo ver a Draco como hombre  -  le guiño un ojo  -  porque yo soy heterosexual al cien por ciento, y con Berenice, pues…  -  hizo un movimiento de resignación con los hombros  y dijo  -  ella misma se encargo de matar todas mis ilusiones, ¿creo que eso ya te lo había dicho, no? 

 

-      Si, es cierto…   -   le sonrió a modo de disculpa  -  lo siento amigo.

 

-      Oh, no te preocupes, te comprendo perfectamente, se que esos gemelos te traen vuelto loco  -  suspiro  -  pero en este caso solo voy como ese…arquero copido.

 

-      Tarado  -  sonrió ya más abiertamente y lo corrigió  -  y es Cupido.

 

-      Oh bueno, da igual, además tú me entendiste…o no?  -  dijo de forma cómplice.

 

-      Zabini…  -  se mordió el labio inferior en señal de nervios, mientras le hacia entrega de un pergamino enrollado con un pequeño listón rojo  -  ¿le puedes hacer entrega de esta carta a Berenice…por favor?

 

-      Ya sabes que si  -  sonrió y le palmeo la espalda  -  bueno ya me voy, el director ya me estará esperando  -  ya se iba y de repente se detuvo y volteándose a ver al ojiverde le dijo pícaro…  -  ah por cierto, a Draco le mandas nada, ni siquiera una palabra…?

 

-      Y que te parece que le mande un crucio por tu trasero…

 

-      Oh vaya, pero que sensibles me resultaron todos  -  le sonrió al tiempo que le guiaba un ojo y se fue.

 

El chico italiano se fue inmediatamente que guardo la carta que le había dado el león, apenas lo vio desaparecer al dar vuelta por un pasillo, cuando sintió a un lado suyo a una persona, se volteo y no le gusto la mirada que le estaba dedicando su amigo el pelirrojo, le sonrió haciéndose el desentendido y le hizo la señal de entrar al comedor, sabia por la mirada llena de rencor del bermejo hacia el chico que hacia poco lo había dejado solo, que suspiro sabiendo que se le venia una ola de reclamos por parte de sus amigos.

Se sentó y a cada lado de él se sentaron sus amigos, ninguno decía nada, hasta que harto por el silencio al que lo estaban sometiendo como una tortura, dejo escapar un largo suspiro y dijo…

 

-      Ok, está bien  -  dijo sin voltear a ver a ninguno  -  si quieren una recomendación para una futura carrera como auror, yo se las puedo dar, estar sometidos a estos silencios suyos es…frustrante  -  apretó los puños sobre la mesa, y cerrando los ojos espero…

-      Harry…   -  la primera en hablar fue la castaña  -  lo siento…es que…  -  termino casi por gritar  -  ¿son amigos…tu y ese Slytherin son amigos? 

 

-      Mira Hermi…  -  dijo sopesando que tanta información le iba a dar  -  yo…

 

-      Solo dinos si es o no verdad lo que acabamos de ver  -  dijo de forma acusadora el pelirrojo muy serio.

 

-      Pues…  -  suspiro  -  pues si, es verdad  -  dijo mirando primero a uno y después al otro  -  Blaise Zabini y yo somos amigos, lo siento…miren si no se los dije antes, es que…  -  exploto pensando que el no tenia que darles realmente ninguna explicación a nadie, pero…  -   ¿se están dando cuenta de la reacción que están teniendo en este momento?   -  dijo de la forma, que denotaba como si estuviera haciendo un enorme esfuerzo por no explotar  -  piensen que precisamente por esto es que no les había dicho nada, se que las serpientes de Slytherin,  no son precisamente sus personas favoritas en este colegio, pero…

 

-      ¿Aaah…y ahora si son las tuyas?  -  dijo de forma acusadora el pelirrojo.

 

-      Harry…   -  dijo la chica, reconociendo que su amigo tenía algo de razón en lo que acababa de decirles  -  Harry   -  insistió al ver que su amigo seguía en su diatriba…

 

-      Créanme que lo he pensado muchas veces, pero…

 

-      Harry  -  dijo el pelirrojo.

 

-      Si ustedes lo conocieran como lo conozco yo, pensarían diferente de ellos…

 

-      Harry  -  ahora fue  la chica quien hablo ya sonriendo.

 

-      Se que tal vez empezamos con el pie izquierdo los cursos, pero…

 

-      ¡Harry! - dijeron los dos chicos en voz alta, casi gritándole al líder de la manada  -  tranquilo  -  dijo el pelirrojo al ver que su amigo, volteo extrañado a verlos, primero a uno y después a la otra  -  sabemos que quizás no hemos tenido esa oportunidad de la que tanto hablas, pero no estaría de más que nos hablaras de ellos…

 

-      Oh…lo siento chicos  -  les sonrió disculpándose  -  es que - suspiro   -  la verdad es que me imaginaba que no les gustaría mi amistad con Zabini, no quiero que piensen que me avergüenza su amistad y que por eso no les había dicho nada, no, es solo que, la verdad es que  no quería discusiones con ustedes, o que me llegaran a poner entre la espada y la pared, ya saben… no fuera siendo que me dieran a escoger entre ustedes y el…

 

-      Harry   -  comenzó el pelirrojo  -  ¿en serio crees que somos tan mezquinos que te pondríamos en esa situación?

 

-      No…bueno…yo… -  dijo muy nervioso  -  lo siento amigos,  ¿podemos platicarlo?

 

-      Mira Harry  - fue el turno de la chica  -  podemos platicarlo cuando quieras, ya deja de preocuparte, es solo que nos agarraste fuera de base…pero, no es necesario que nos lo digas, claro que…  -  sonrió  -  no nos gustaría saber que andas en problemas.

 

-      Oh no, no son problemas  -  suspiro ya mas a gusto  - hoy no, pero si me gustaría platicarles de esto un día…

 

-      Hazlo cuando quieras amigo  -  termino el pelirrojo con el tema y dijo ya mas contento  -  y que… ¿no vamos a comer?  Muero de hambre.

 

-      Tú siempre mueres de hambre Ron  -  dijo la chica en forma de regaño.

 

-      Mira  -  dijo el bermejo dirigiéndose a su amigo -  mientras no nos digas que tu nueva conquista es Malfoy, porque ahí si ya tendrías que replantearte de nueva cuenta  tus gustos, ah y no te preocupes  -  le guiño un ojo  - puedes ser amigo de Zabini, a nosotros no nos produce ningún problema, mientras no quieran causarte problemas  -  ahí Harry ya no dijo nada, después de todo…no era precisamente a Draco a quien quería conquistar…

 

Así en medio de bromas, los tres amigos se dedicaron a comer y a seguir con sus siguientes clases, mientras que el moreno, así se mostrara de lo más concentrado en las clases, su mente estaba muy lejos del colegio, parecía que iba con rumbo a Wilshire en su Saeta de Fuego…

Terminaron sus clases por ese día, y tenían un mundo de deberes, pero Harry no podía concentrarse y hastiado de no poder hacer nada que lo pudiera calmar, decidió que era la hora de esperar en la torre de astronomía, cierto, aun faltaban dos horas para su cita con el chico Sly, pero eran tantas sus ansias que terminaría por explotar si acaso cualquiera de sus amigos le preguntaban aunque fuera una sola cosa…

Ya llevaba un buen rato en la torre de astronomía, esperando por el Sly, mientras se cuestionaba el porque de su situación, de su sentir…no entendía muy bien que era lo que estaba sintiendo pues lo peor de todo es, que no era la primera chica a la que quería conquistar, pero nunca se había sentido así, suspiro desesperado y se pregunto angustiado…

 

-      ¿Qué demonios tienen los Malfoy que se le meten a uno bajo la piel?  - Suspiro de forma derrotada,  no quería pensar mucho en esa rubia tentación, porque sabía que estaría perdido…suspiro nuevamente y sonrió burlándose de si mismo  -  ¿para que me hago el tonto…?  si ya estoy perdido  -  se cubrió la cara con ambas manos, tan metido estaba en sus sentimientos, en sus pensamientos, que no sintió cuando alguien entro, solo sintió como lo abrazaban con ternura y lo consolaban…no puso resistencia alguna y se dejo abrazar, necesitaba tanto un abrazo que esos brazos le supieron a gloria, enterró su rostro entre ese cálido cuello y aspiro ese tenue aroma, con reticencia se separo y dijo en medio de una sonrisa  -  gracias Zabini, necesitaba ese abrazo como nunca…

 

-      No hay problema, y siento…  -  levanto ambos hombros como disculpándose  -  que no sean los brazos que tanto ansías, pero…  -  le sonrió  -  de algo a nada…

 

-      Gracias amigo  -  le sonrió ya mas tranquilo, pero su rostro reflejaba lo que estaba sintiendo y no lo pudo evitar, ansiaba preguntar y así lo hizo  -  y dime… ¿como te fue, hablaste con Draco…viste a Berenice?   -  se estrujaba las manos y ni cuenta se había dado, provocando una sonrisa en el italiano  -  ¿le diste mi regalo?  ¿Qué te dijo, le gusto?  Pero dime… ¿ella ya esta mejor?  Y…  -  se mordió el labio inferior en señal de nervios  -  ¿co…como esta él?  -  dijo con un brillo muy especial en esos bellos ojos verdes.

 

-      Tranquilo Potter, tienes tiempo para platicar largo y tendido? - le dijo mientras iba asentarse a su lugar de costumbre, lo vio y en medio de un suspiro dijo de forma dramática  -  porque déjame decirte  amigo mío… que si en verdad te interesa, temo que no la tienes nada fácil… 

 

-      Si…eso ya  lo imaginaba…  -  suspiro  -  créeme, después de la visita que le hice  -  lo apresuro  - pero ahora dime…  -  lo apresuro.

 

-      Ok, mira…  -  le sonrió  -  haber… ¿Qué si hable con Draco?  Si, si hable con él,  ya te diré que tanto me dijo, mmm… ¿Qué si vi a Berenice?  Si, también la vi  -  lo miro algo divertido  -  ¿Qué si le di tu regalo?  ¡Claro que si, tonto! -  dijo algo ofendido  -  ¿creías que lo iba a quedar? -  reclamo  -  bueno… sigamos, a ver… ¿Qué si le gusto…?  Pues…yo creo que si, inmediatamente abrió el paquete y déjame ver…  -  dijo como si le costara recordar  -  la saco de la caja y en medio de una gran sonrisa y un suspiro la abrazo, entonces… si, si le gusto   -   el italiano solo veía divertido cada una de las reacciones del ojiverde   -  y…  ¿Qué si ella ya esta mejor?  -  levanto los hombros en un movimiento como de  no saber…  -  pues Potter…yo creo que…ese encierro auto impuesto no le esta haciendo nada bien, esta  deprimida y si me preguntan, ¿si le haría bien que tu la visitaras?  Yo diría que si, deberías visitarla y no dejar que nadie te diga que hacer… y por ultimo… -  le guiño un ojo pícaro -  ¿Cómo esta él…?  Potter…él esta, como te digo esto…esta… ¡magnifico!  como siempre lo ha estado al ser un Malfoy…

 

-      Mmm… ¿estas seguro que eres heterosexual, Zabini?  -  dijo algo receloso.

 

-      Estoy seguro  -  dijo riéndose de los celos del ojiverde  -  pero eso no es ningún problema, el problema es el que tienes tú…

 

-      ¿yo?  -  dijo extrañado  -  ¿y por que yo?  

 

-      Amigo…una, Berenice y Draco, ten muy en cuenta que los dos son Malfoy, otra… debes de poner en orden tus sentimientos, o te atrae Berenice, o te atrae Draco…  -  sonrió al ver que en su cara se dibujo la desolación…ya no dijo nada al ver que se sentó junto a él muy confundido…

 

-      Yo…  -  suspiro recargándose en el hombro de su amigo, mientras se confesaba  -  yo siempre e estado…podríamos decir, enamorado de Draco, si?  -  lo miro para ver si lo seguía en el curso de la platica   -  pero el, es…  -  suspiro frustrado  -  bueno, ya sabes como es él, por otro lado  -  se dibujo en su rostro una sonrisa  -  desde que vi a Berenice… ¡por Merlín!  Para que me engaño…me gusto, es…perfecta…

 

-      Si…perfecta  -  le sonrió dándole  a entender que lo comprendía  -  perfecta como…Draco, verdad?  porque Draco podrá ser todo lo que digas, pero…aún así te robo y se adueño de tus sentimientos.

 

-      Hay Blaise…  -  era la primera vez que lo llamaba por su nombre y eso lo asombro  -   estoy jodido, en verdad…jodido.

 

-      Pues si, estás jodido, pero déjame decirte que no solo es eso…también esta - dijo de forma dramática  -   tu principal obstáculo…y ese es, el Sr. Malfoy…

 

-      Hay no…  -  dijo queriendo llorar.

 

 

Lejos de ahí, la madre de la rubia entraba a la habitación de su hija, se acerco muy despacio, y la vio dormida en medio de la gran cama con las sabanas a sus pies, sonrió triste mientras dejaba escapar un largo suspiro,  le dolía ver a su hijo de esa manera, si tan solo fuera de una forma, que ya fuera chica definitivamente o chico, pero no…estaba atrapada en el aire…y eso no era nada bueno…

Se agacho para cubrirla con las sabanas y descubrió que tenia entre sus brazos una muñeca de porcelana idéntica a ella, inclusive estaba vestida con el uniforme de Slytherin, suspiro, se veía tan frágil, tan tierna…tan niña…que sintió una ganas inmensas de llorar…

Intento retirar la muñeca pero la chica la tenia prisionera entre sus brazos con fuerza y que a pesar de estar dormida no la soltó ni un poco, la observo con infinita ternura, se agacho, le dio un beso y le acaricio la mejilla, fue un instante pero vio que por debajo de la almohada sobresalía la orilla de un pergamino, lo iba a jalar, pero decidió que, era mejor que su hija le tuviera la confianza y le platicara que decía y de quien era, vaya, aunque eso ya se lo imaginaba…se dio la vuelta y salió dejándola dormida, ya mañana seria otro día, y casi implorando,  solo esperaba que la platica con el italiano en verdad sirviera de algo…

 

 

Notas finales:

Bueno  pues espero y les haya gustado, asi espero que me lo hagan saber, y nos leemos para el proximo fin...cuidense y byeee


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