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La Maldición de las Princesas. por Sami chan

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Notas del capitulo:

AQUI DE NUEVO, ESPERO QUE LES GUSTE, ASI QUE A LEER SEA DICHO...

CAPITULO  DOCE

 

 

Apenas sintió que salieron de su habitación, y ya tenia desenrollado el pergamino que le había llevado su amigo y compañero, por un momento sintió como si hubiera recibido un flashazo a su cerebro, y se aterro, pues sintió que dentro de su pecho, dos personalidades distintas peleaban entre si, no entendía, pues se sentía ansioso como si en realidad fuera una chica, sintió como le brincaba el corazón por el simple hecho de tener entre sus brazos la muñeca y entre sus dedos la carta del moreno.

Por un momento eso fue lo que lo aterro, pues reconoció que quien estaba ganando era la personalidad femenina, se quedo pasmado por unos segundos tratando de acomodar su sentir,  suspiro y decidió mandar todo al diablo, de todos modos aunque se preocupara por eso, no iba a resolver nada, así que ya habría tiempo de reflexionar.

Suspiro y decidido fijo su vista y comenzó a leer el pergamino, inconscientemente se mordía el labio inferior al comenzar a leer, Tobías solo la observaba con una sonrisa en su tierno rostro, pensando que su amito actuaba inconscientemente como una chica, y suspiro pensando en que, haría lo que fuera que estuviera a su alcance para ayudarle.

Vio como se recostó leyendo el papel, mientras abrazaba su muñeca, la vio sonreír y eso le gusto…bueno, por lo menos el chico que le escribía la hacia sonreír.

 

Hola Berenice…

 

Me tome el atrevimiento de mandarte esta carta, esperando saber que estas mucho mejor, ¿sabes?  fui a visitarte, pero no me dejaron pasar, dijeron que no querías visitas y te entiendo,  pero no creas que ahí acaba la cosa, no…yo no me doy por vencido tan fácil, y si no me dejan verte, ya pensare como rescatarte de las garras del troll de tu padre…(Eeh…por cierto, no le digas que le dije así) de por si no me quiere,  y si se entera que le dije troll, mínimo me deja sin poder procrear, y ahí si no quiero problemas ¿sabes como te imagino? en algo así, como una de esas historias de princesas, donde las rescatan de la torre, algo así como Rapuncel con su hermoso cabello rubio y muy largo, donde las custodia un dragón, ciertamente tu hermano si existe, así que si me voy a poner en la tarea de rescatarte del dragón, la voy a tener muy difícil, pues tu hermano si me intimida…bueno, no tanto…  ¿sabes las ganas que tengo de verte y platicar contigo? El día que fui a la mansión de tus padres, te vi…ibas caminando por el jardín en compañía de tu elfo, te veías tan linda…

Debemos platicar los dos, pero ni tu padre deja que yo vaya a visitarte, ya ni el director Dumbledore me ha dado permiso de ir a tu casa, esto es...tan frustrante.

Pero no te preocupes, volveré a insistir con el director, quien quita y se le ablande un poco su arrugado y viejo corazón, le recordare que el también fue joven… ¿eh…en verdad fue joven, cierto? Mm…tratare de averiguar su edad.

Bueno me despido,  me dio gusto platicar contigo,  y espero que te hayan gustado los chocolates,  te mando algo que se que te gustara, la mande hacer especialmente para ti, esta basada en mis recuerdos.

Cuídate para que cuando me dejen visitarte, podamos salir a dar un paseo algo más lejos que los  jardines de tu casa…

 

Te veías tan linda ese día, que no puedo sacarte de mi mente.

 

PD: Berenice… ¡NECESITO VERTE!  Por favor, por favor, por favor…por favor…

 

 

Atte.  HP

 

Suspiro, y mientras colocaba la misiva  debajo de la almohada, sonrió mientras pensaba…

 

-      Potter eres un gran estúpido…y de pilón cursi…  -  se rio ella sola, mientras meneaba la cabeza en forma negativa y repetía  -  en serio… ¿Rapuncel? Por favor,  ¿en serio así  conquistaras  a toda esa bola de estúpidas ofrecidas?  -  sonrió ante tales pensamientos  y abrazando a la muñeca se quedo dormida.

Así la encontró su madre, después de haber despedido a su amigo, cuando la fue a ver a su habitación, tomo las sabanas y la cubrió, le dio un beso y salió.

 

Estaba acostado en su cama, encerrado entre sus cortinajes corridos y en medio de un hechizo de silencio, para poder suspirar a gusto,  necesitaba pensar con detenimiento todo lo que le dijo su amigo, se sentía atrapado y frustrado…y a la vez ilusionado.

Cerró los ojos y recordó parte de lo que le había contado el italiano en la torre de astronomía…

 

-      Yo no se que tiene el Sr. Malfoy en tu contra Potter, que no quiere que veas a su hija para, absolutamente nada.

 

-      ¿Cómo…pero…?   -  dijo sin poder articular media palabra coherente, mientras sentía que se hundía en la desolación  -  ¿Por qué tengo yo que pagar resentimientos estúpidos, o sea…Berenice y yo que culpa tenemos de los problemas  que nuestros padres hayan tenido en su adolescencia?  - chillo  -  no es justo, no es justo…

 

-      Tranquilo Potter,  además creo que no solo fueron problemas de adolescentes, pues me entere que el director tampoco quiere que vuelvas a esa casa.

 

-      ¿Qué, el director también?  - dijo asombrado y cada vez más frustrado  - pero… si el mismo andaba de Cupido..?

 

-      Si, no se realmente cual sean sus motivos, pero yo creo que la siguiente vez que lo veas deberías preguntarle,  bueno  -  levanto los hombros en señal de derrota  -  aunque realmente no se  - vio al chico suspirar derrotado, pero aun así…

 

-      ¿Y de que te quería hablar Draco?   -  pregunto con un brillo nuevo en la voz  -  ¿crees que el nos pueda ayudar? 

 

-      Eeh…bueno  -  dijo soltando la respiración   -  el…el se va de Inglaterra…

 

-      ¿Qué…? Pero…  -  dijo cada vez mas desilusionado  -  pero  el dijo que nos debía una y que un Malfoy  no le debía nada a nadie…

 

-      Bueno, pues si…pero te lo debe a ti, no a su hermana y ya sabes que ella es como el, por lo mismo es que don Lucius no quiere que tenga nada que ver contigo…

 

-      Bueno, y dijo porque la tenían escondida?  

 

-      Bueno…creo que dijo que es porque no quería que nadie la tocara, porque ella esta…bueno, ya esta o estaba comprometida en matrimonio…y esa era una condición de su futuro marido  -  suspiro - así que lo único que puede hacer antes de que se vaya es hablar con su madre y ver que puede hacer para que la veas una o dos veces, antes de que definitivamente no la vuelvas a ver…

 

-      Pero… ¿una o dos veces?  -  dijo cada vez más angustiado  -  ¿Por qué…? 

 

-      Mira  Potter  -  dijo el italiano en forma conspiradora  -  aclara muy bien tus sentimientos  y me dices, si solo lo que quieres es verla nuevamente por saber como esta o si definitivamente te gusta y te estas enamorando - lo miro fijamente -  Potter,  piénsalo, Berenice solo te gusta o realmente estas enamorado? 

 

-      Yo…bueno  -  dijo nervioso, con algo de miedo de aclarar su sentir ante el Slytherin…

 

-      Mira…depende de lo que me digas, pues es lo que le diré yo a Draco en la próxima carta o visita, depende de ti…yo se que Berenice es como Draco, y que te atraen sobremanera, pero debes decidirte, solo así Draco interferirá en esto…

 

-      ¿Cómo…? 

 

-      Si solo quieres saber como esta Berenice  -  levanto los hombros diciendo  -  pues el hará que le mandes una lechuza para que tu le preguntes lo que quieras y el se encargara de que ella la reciba.

 

-      ¿solo una lechuza? Bueno, y si…

 

-      Bueno, si por el contrario, tu…realmente estas enamorado, pues…Draco puede ayudarte, dice que no eres de su agrado, pero que por su hermana hará lo que sea  -  le sonrió  -  cree  que a ella le agradas…y mucho, yo creo que o por lo menos eso parece ser, esto me lo dijo su mamá, creo que ella hablo con  él, y le pidió que interviniera en su favor, y pues, ya sabes… el la quiere mucho, tanto que aunque no lo creas se lo prometió, pero…todo depende de ti…

 

Suspiro en medio de su angustia, ya casi amanecía y el no había podido dormir ni un segundo en lo que iba de la noche, pensó en Draco y lo visualizo, lo vio con ese cabello tan rubio y siempre tan bien peinado, ese cuerpo de infarto, suspiro, ese rubio siempre le había gustado, pero sabia que con el no tenia ni la mas mínima oportunidad, el siempre había sido un mujeriego empedernido… bueno por lo menos así había sido desde que los dos entraron al colegio.

Cerró los ojos e imagino a Berenice, la miro con su largo cabello rubio al viento, en su mente le vio desde las largas y hermosas piernas de ensueño que tenia, ese hermoso y esbelto cuerpo que escondía bajo la túnica escolar, al igual que su hermano, lo bueno de todo es que el único que sabia que el rubio siempre le había gustado era Zabini, porque no quería que pensaran que era tan mezquino para decir que si no era uno, seria el otro, pues eso seria como quitarle valor a cada uno.

En su mente, escucho la risa cantarina de cada uno de ellos, si hasta parecía que enumeraba cual eran las virtudes de cada uno, para ver cual pesaba más…se regaño por eso ultimo y casi, casi se patea el solo…

Y mientras en esa habitación un león sufría por cual de los dos rubios le quitaba más el sueño, en otra habitación cierta serpiente Slytherin, un chico de color, paso toda la noche pensando igualmente en la familia Malfoy, pero mas específicamente  en la conversación que tuvo ese día con las mujeres de esa enorme mansión. 

 

-      Hola Berenice  -  la saludo con una sonrisa tímida en el rostro, pues sabia por el problema que la chica estaba pasando, platico unos minutos con ella en su habitación, y después le entrego la caja del regalo que el moreno ojiverde le había mandado, sonrió cuando vio que un brillo de ansiedad apareció en esos hermosos ojos grises idénticos a los de Draco su hermano, vio con alegría como tratando de no romper la envoltura, por fin lo abrió, sonrió y lo primero que dijo fue…

 

-      Tobías, Tobías… - el elfo apareció en cuestión de segundos, atento a las ordenes de la chica  - mira lo que me mando esta vez -  no pudo evitarlo y la abrazo con fuerza, el chico la observo y pensó en lo afortunado que iba a ser el león al enterarse de los sentimientos de la chica, vio con detenimiento a la muñeca, esta era de porcelana, tenia la cabellera en rubio platino, larga como la de la chica, fue un instante pero vio que tenia los ojos grises y enormes, vaya, la muñeca era idéntica a la rubia y llevaba de pilón, cerrando con broche de oro, como vestimenta el uniforme verde plata de su casa, de Slytherin, reconoció que ese fue un detallazo único, pues la muñeca la tuvo que mandar a hacer, eso sin dudarlo, suspiro y sonrió viendo la reacción de la chica y por un momento sintió celos  -  oh Tobías…mira, está preciosa   -  volteo a ver a su compañero de casa y le sonrió  ilusionada  -  gracias Blaise, dile a Potter que quede enamorado de ella.

 

-      Ah espera  -  dijo recordando el pergamino que le había entregado el ojiverde y se lo dio  -  también te mando un mensaje, léelo con calma y ya después le contestas y se lo mandas con una lechuza, no es necesaria la respuesta en este momento, así con tranquilidad la lees, mientras yo hablo con Draco - no había puesto atención a la última frase que había dicho la chica.

 

-      Gracias Zabini  -  le sonrió tímida y feliz, por segunda vez se sentía así, aun no había reparado en esos emotivos momentos, feliz volteo a ver a su elfo y se la enseño alegre  -  ¿ya viste Tobías?  Nunca, nunca había recibido una muñeca de regalo, y es tan hermosa.

 

-      Si, es hermosa  y es idéntica a usted, amito Draco…  -  dijo el pequeño elfo, fingiendo que no se había dado cuenta de lo que había dicho.

 

Ahí fue cuando reacciono el italiano, en ese momento se le borro la sonrisa y sintió como si hubiera recibido un balde de agua helada, se puso pálido y se quedo sin aire, boqueo como pez fuera del agua y dijo en un susurro…

 

-      ¿ami…Draco?   -  dijo con una palidez de muerte, la chica lo vio, reparando por primera vez en su palidez y sintiéndose angustiada dijo con rapidez  -  ¿eres tu, Draco?

 

-      Tobías  -  casi grito  - llama a mi mamá - poniéndose aún más pálida ella también, pues le habían especificado que nadie debería enterarse.

 

En ese mismo instante el elfo desapareció y a los pocos segundos apareció la Sra. Malfoy por la puerta de la habitación, pálida y muy angustiada, iba retorciéndose las manos.

Entro y sentándose a un lado de su hija, le sonrió al chico, que lo que más bien hizo fue solo una mueca.

 

-      Hola Blaise, hijo  -  dijo con precaución, aunque ya sabia cual era el problema, suspiro y dijo ya mas repuesta, el chico estaba tan choqueado que no le respondió el saludo  - eh creo que ya te diste cuenta de que aquí tenemos un gran, gran problema…

 

-      Sra.... Malfoy…  -  pálido apenas pudo balbucear, sin poder despegar la vista de la chica rubia,  pues jamás en su vida, ni siquiera de broma se hubiera  imaginado ante semejante situación  -  yo…yo…no se…realmente no se que decir…

 

-      Te entiendo hijo, y de esto que te voy a decir es necesario que me jures que no saldrá de esta casa, no quiero hacer un juramento inquebrantable porque yo se que no será necesario contigo…o si?  -  dijo mirando cara reacción del chico.

 

-      Sra. Malfoy  -  suspiro con fuerzas y dijo ya con mayor seguridad  - no es necesario, pues tenga usted por seguro que de mi boca no saldrá una sola palabra si ustedes no quieren…

 

-      Bien  -  dijo ya más tranquila  - esto te lo íbamos a explicar, precisamente este día, pero así esta bien, como dije, de todos modos necesitábamos hablar contigo…

 

-      Mamá…  -  dijo la chica, con la muñeca en la mano.

 

-      Descuida mi amor, yo hablare con él y ya después ya platicaran los dos, ¿te parece? -  se levanto y lo guio fuera de la habitación  -  ven conmigo, hablaremos en el estudio, ya después hablaras con mi hijo, mientras dejemos que disfrute del presente del Sr. Potter…

 

-      Usted dirá para que soy bueno  -  dijo ya mas tranquilo mientras la seguía fuera de la habitación y ya dispuesto a ayudarles en lo que fuera necesario, al realizar esa visita, jamás espero escuchar semejante historia, obvio es que tampoco espero ver en semejante situación a su mejor amigo, volteo un instante antes de salir y vio que la chica emocionada desenrollaba el pergamino que le había llevado de parte del moreno, por un momento sintió pena, pues su amigo estaba actuando como una chica…no, en serio era una verdadera chica.

 

Suspiro y viendo la hora, con pesar vio que ya había amanecido y el, no había podido dormir ni siquiera un minuto, esperaba poder seguir el curso de las clases, ya que estaban en época de exámenes, suspiro y sonriendo vio que no podía dejar de pensar en su amigo, y entonces pensó que no entendía la reacción del Sr. Malfoy ni del director  en oponerse a que Potter visitara a la chica, así como estaba las cosas, lo más probable era que Potter fuera la única solución/opción de la rubia…o rubio?

Dejo escapar un suspiro, esto era irónico, los dos chicos que mas se odiaban en el colegio, los eternos rivales en cazar corazones femeninos, los dos lideres del colegio, porque eso eran los chicos, cierto, había cuatro casas, Gryffindor, Slytherin, Hufflepuff y Ravenclaw…pero, solo dos chicos sobresalían de entre todos ellos.

Se levanto despacio, se sentía cansado pero definitivamente no hubiera podido cerrar los ojos ni un segundo, preocupado como estaba por su amigo casi hermano, ahora entendía la falta de noticias en los meses pasados, y el porque no dejaron que se pusiera el sombrero seleccionador a la chica nueva, pues si no el sombrero la hubiera descubierto en el acto.

Se baño, se puso su uniforme, recogió sus libros, los metió en su mochila, escribió una nota y la mando con su lechuza, colgándose la mochila al hombro salió de su cuarto, dejando a sus compañeros aún dormidos en sus respectivas camas.

Ésa mañana dos chicos, aparecieron en el comedor con cara de sueño, lo curioso es que si se acostaban nuevamente, ninguno de los dos dormiría.

Uno pensaba en como hacer para poder ver a cierta rubia, el otro pensaba en como hacer para que el anterior chico viera a cierta rubia…

Sonrió, esto era irónico, pues en todos los años que llevaban en el colegio, nunca habían sido amigos, pues siempre habían pertenecido a casa rivales, y nunca ni por equivocación se hubiera imaginado ahora estar buscando la manera de ayudarlo a conquistar a una chica, lo peor de todo, es que… ¡No era cualquier chica!

Lo vio sentado en su mesa, y le sonrió, el león le devolvió la sonrisa, era demasiado temprano para los dos, sus respectivas mesas estaban vacías podría decirse, pues en cada una de ellas solo habían dos  o tres alumnos aparte de ellos.

Zabini no lo pudo evitar y meneo la cabeza negativamente, riéndose internamente de toda la situación, ni en sus más locos sueños, sabía que su amigo podría deberle algo a su eterno rival.

De hecho, su amigo jamás se imagino siendo salvado por su eterno rival.

 

Y no eran los únicos en aquella situación, la rubia también se encontraba muy ansiosa, había leído por enésima vez el mensaje que le había mandado el moreno y no se había dado cuenta de lo ansiosa que se encontraba por tener noticias del chico.

Ah pero Tobías no dejaba pasar ni siquiera un gesto, y cualquier cosita por mínima que esta fuera, se la comunicaba a su ama Narcissa.

 

-      Pues mi amito Draco, creo que no sea dado cuenta de que espera con ansias la próxima visita del joven Zabini, amita Narcissa…

 

-      Si…  - dijo la rubia matriarca, recordando que su hija no le quiso enseñar la nota que le había mandado el moreno, aun así sonrió… como nena, su hijo era muy dulce y tierna, suspiro y pensó en cual seria su paso a seguir - Tobías, voy a necesitar tu ayuda ahora que mi esposo va a viajar, le mandare una nota a Blaise, para que la visite en ausencia de Lucius.

 

En medio de esos días, una lechuza llego al colegio y se poso en la mesa del Gryffindor dejando que este le quitara la nota que traía amarrada a la patita, y que sus amigos al ver que recibía una carta, esperaban con ansiedad les contara de quien era tal misiva, les sonrió y tachándolos de chismosos, tomo su carta y salió corriendo del comedor, tropezando con el Slytherin  en la puerta, este al ver la emoción en su rostro adivino de quien era la carta que el moreno llevaba en la mano y hacia donde se dirigía, le sonrió y le deseo suerte.  

Llego a la sala de astronomía, que para suerte suya, estaba vacía, entro y cerro con un hechizo, se sentó y desenrollando el pergamino comenzó a leer...

 

Hola Potter:

 

No sabes como te agradezco que te acuerdes de mí, a tal grado que me viniste a visitar, la verdad es que nunca supe que habías sido tu, si no, ten por seguro que hubiéramos platicado por lo menos unos minutos, te agradezco infinitamente por los chocolates, que por cierto estaba deliciosos, ¿Cómo sabias que esa es una de mis pasiones…? me fascinan los chocolates, y la otra cosa que quiero agradecerte también, es la preciosa muñeca que me mandaste, esta bellísima, y es idéntica a mi, gracias…en realidad  no sabes como te agradezco todo lo que has hecho pensando en mi, se que mis padres…bueno, mas bien papá no quiere que vengas a verme, y no te preocupes, no le diré que le dijiste que era un Troll, mmm…sabes? mi padre viajara muy pronto a Francia, y la verdad es que a mi me gustaría mucho…claro, si esto no te resulta un problema, es que me pudieras visitar…yo… hablare con mi mamá y tratare de convencerla de que te deje entrar a la mansión, y si no, en todo caso Tobías nos puede ayudar.

No sabes como me gustaría verte, ya sabes para agradecerte en persona tu amabilidad para conmigo.

 Si aceptas venir, en cualquier circunstancia, mándame tu respuesta y yo te diré como haremos para que entres a la mansión.

Por cierto eh leído tu carta infinidad de veces y me haces reír cada vez que lo hago, eh averiguado y ya te imagino colgado de mi cabello, ¿sabes…?  Para mi, has sido como un oasis en medio del desierto, y es verdad… que me eh sentido un poco deprimida pero, bueno…pensar en ti…me ayuda a salir poco a poco de este pozo sin fondo.

Sobre todo, imaginando que me peleas con el dragón de mí hermano.

¿Sabes…? espero sinceramente tener noticias tuyas muy pronto.

 

PD: esto es muy emocionante, ¿no?  Bueno claro, si acaso aceptas venir…espero tu respuesta, mientras peino mi cabello en una trenza y veo que tan largo esta...

 

Atte.  Berenice Malfoy.

 

 

Esa carta le había echo el día al moreno, y no solo el día, los demás días que siguieron parecía que flotaba entre nubes, sus amigos lo amonestaron diciéndole que reprobaría en los exámenes por andar volando tan alto...y eso que no sabían el motivo de tan alto vuelo.

En su siguiente cita con el italiano, no sabia si mencionarle lo que le decía la chica en su carta, pues para el león, esa carta era como un tesoro, y las palabras ahí escritas eran solo para él…

Pero había algo que rondaba su cabeza y que no lo dejaba disfrutar de ese dulce momento… Draco…

¿Qué pensaría en realidad el rubio con respecto a esta situación, estaría el de acuerdo en que el hiciera pareja con su hermana?  Se entero por Zabini que el rubio adoraba a su hermana, ¿pero…de echo quien no lo haría? si el tuviera una hermana, seguro la protegería como el rubio de cualquier rufián que quisiera acercársele, bueno, pero el no era un rufián… aunque… suspiro,  la verdad, le gustaba la chica y se sentía realmente extraordinario todo lo que ella le decía en su carta, pero se sentía con una revolución de sentimientos dentro de su corazón, pues de la chica lo enternecía su dulzura, su inocencia, pero lo que daría él, por ver una sola vez a Draco como lo haría con su hermana…eso a él no solo se le haría el día, le haría la semana, el mes y hasta el año, si acaso el rubio le dedicara un par de frases como las que la chica le había escrito en ese papel.

Se apresuro a contestarle…

 

Hola hermosa princesa Rapuncel: 

 

¡Claro que me gustaría verte!  De echo en aquella ocasión que fui a tu casa y no me dejaron  pasar a saludarte, ¡por Merlín! que me sentí muy deprimido, pero pensé que aún estabas muy mal, a pesar de haberte visto un momento, y me alegro que ya estés mejor, y me emociona saber que eh contribuido en algo para poder sacarte de ese pozo como tu lo llamas, espero con ansias que tu padre viaje al extranjero, para poder visitarte, tu dime como le haríamos para vernos y yo estaré dispuesto a subir a tu torre.

Pd: espero instrucciones tuyas, yo obedeceré en todo, lo prometo, por cierto… ¿estará tu hermano?

Atte.  HP

 

 

Paso la primera semana después de aquella visita a la mansión Malfoy, y el italiano por fin recibió respuesta a la lechuza que había mandado aquella mañana.

Ansioso desenrollo el pergamino y leyó con ansiedad, lo primero y lo que mas le interesaba en esos momentos, ¿Cuándo podría volver a visitar a su amigo?  La nota de la Sra. de la casa…doña Narcissa Malfoy.

 

Querido Zabini: 

 

Eh hecho algunas averiguaciones  de cuando mi esposo viajara  a Francia, está muy comprometido en el asunto del padre del chico Bradley, dentro de poco viajara fuera de Inglaterra por espacio de una semana, y entonces podrás visitar nuevamente a Draco, el esta ansioso de que vengas de nuevo a saludarlo, claro que…

Bueno, para que quiero disfrazar las cosas, te pido que si pudieras mencionarle por accidente a el chico Potter, si le quiere mandar alguna nota a mi hija, ella hablo conmigo y espera alguna noticia de él…

Yo te avisare cuando Lucius viaje, así que estate preparado.

Pd: ¿o si quiere venir…?  Avísame y nos pondremos de acuerdo.

 

Atte.  NM

 

 

El italiano sonrió,  muy pronto comenzaría todo…

Notas finales:

Bueno, pues...espero les haya gustado, asi que nos leemos el proximo fin de...CUIDENSEEEE Y BYEEEEE


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