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La Maldición de las Princesas. por Sami chan

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Notas del capitulo:

OOOH POR FIIIN  El maldito internet no habia querido funcionar desde hace dias, ya me estaba asustando porque la Orseth me dijo con burla que era mi Pucca la que estaba fallando, TT o TT  CREI MORIIIIR, bueno dejemos la charla y vayamos al capitulo final, espero y les guste y si no, pues como no dejan comentarios, pues no morire de angustia. gracias a los que leyeron y si me dejaron algun comen, espero de verdad que les guste, nos leemos en algun otro fic, asi que a leer sea dicho. 

 Capitulo  VEINTIDOS

 

 

 

 

Habían transcurrido por lo menos seis horas desde que la llevaron a la enfermería del colegio, abrió con dificultad los ojos, respiro profundo y olio a hospital, se le hizo conocido ese olor, deduciendo con algo de dificultad el lugar en donde se encontraba, suspiro con profundidad y abriendo sus labios algo resecos, solo dijo…

 

-      Harry…   -  había escuchado su voz, o al menos eso creía, así que esa palabra era la única que bailaba y retumbaba en su mente, en su corazón, en sus sentidos… ¿Cómo es que es chico al que tanto había odiado, ahora se había adueñado por completo de su vida, de sus pensamientos…de su corazón, si antes era su enemigo?  Y sintiendo ahora ella una fuerte angustia en su pecho, sollozo y grito con voz mas fuerte, como si con eso lograra  llegar hasta el chico…  -  ¡HARRYYY! 

 

-      Tranquila niña - dijo la enfermera que la cuidaba, madame Pomfrey quien apenas se dio cuenta de que había despertado acudió con premura a su llamado - debes  estar y permanecer tranquila corazón, te puede hacer daño tanta angustia…

 

-      No…no…  -  dijo entrando en pánico   - ¿Dónde esta Harry?  -  hizo el intento de levantarse, llevándose con rapidez una mano a la cabeza, pues se sintió mareada al instante de que se incorporo  -  por favor…por favor  -  estiro la mano al sentir cerca a la enfermera, la tomo de la bata y acercándola lo mas a ella, le pidió muy angustiada  -  so…solo, solo dígame donde esta Harry…por favor...

 

-      Yo…bueno… yo… no estoy autorizada para dar ninguna clase de información  -  la escucho titubear y sintió que el piso se abría a sus pies, vio todo negro y volvió a caer inconsciente. 

 

La enfermera se quedo viendo hacia la puerta, sabia que en cuanto la chica despertara alguien entraría inmediatamente, y efectivamente…no hubo necesidad de llamar a nadie, el padre de la chica atravesó la enorme puerta a sabiendas de que su hija ya había recobrado el conocimiento.

 

-      Lo siento Sr. Malfoy  - comenzó la enfermera  -  apenas despertó, lo primero que hizo fue preguntar por Harry e inmediatamente volvió a desmayarse…

 

-      Por Merlín…  -  dijo muy preocupado el rubio mayor, se acerco a su hija y acariciándole una mejilla, suspiro y dijo a la chica aunque sabia que no lo escuchaba  -  mi amor, despierta…  -  suspiro y continuo  -  tu madre esta muy  preocupada por ti, ella ya necesita ver a su niña en casa, al igual que yo…  -  sonrió para si mismo  -  no te regañare si eso es lo que te preocupa mi amor,  pero ya despierta.

 

-      ¿cree  que sea necesario que…se le aplique algún…? 

 

-      No, definitivamente a mi hija nadie la lanzara ningún hechizo  -  dijo decidido el patriarca Malfoy, había llamado a su esposa diciéndole que los esperara, que llevaría a su hija a casa.

 

 

&&&&&&&&&&&

 

 

Apenas tocaron suelo Malfoy, la chica fue llevada a su habitación, no sabían porque aun permanecía dormida, y la verdad era algo que ya les estaba preocupando, pero de pronto apareció al rubia matriarca caminando de prisa  hacia la sala llamando a su marido, quien solicito camino hasta ella, estaba muy preocupado.

 

-      Cissy   -  dijo muy nervioso llegando hasta ella  -  que pasa, ya despertó?

 

-      Mi niña quiere verte  -  dijo con los ojos llenos de lágrimas  -  Lucius…  -  le rogo  -  no la vayas a regañar por favor.

 

-      Claro que no mujer, estoy feliz de tenerla de nuevo con nosotros  -  le sonrió  -   a mi hija… -  dudo  -  o hijo, no importa, estoy feliz.

 

Camino a la habitación de la chica, entro con sigilo, la vio acostada de espaldas a la puerta,  y llegando a ella le toco un hombro, notando que la chica lloraba, ya su madre la había vestido con una de sus pijamas, apenas la toco, la chica se levanto y se lanzo a los brazos de su padre, notando el rubio que su hija actuaba todavía mas como una chica, y pensó en apresurar al joven Potter a darle ese beso, era cada vez mas peligroso que permaneciera como una.

 

-      Papi, papi  -  lloraba con tal sentimiento que le estrujo el corazón al rubio  -  lo siento, lo siento, perdóname  - se abrazaba a su cuello con fuerzas  - papi perdóname… actué sin ponerme a pensar en ustedes…

 

-      Mi vida  -  la abrazo por la cintura, notando como temblaba, la apretó dándole todo su cariño - deja de pedir perdón, tu madre y yo te queremos, y no dejaremos  nunca que te pase nada, tu no sabias nada, así que deja ya de culparte  -  se separo un momento de ella y tomándole el mentón, la miro a los ojos y le dijo dándole un beso en la punta de la nariz  -  haber,  quiero ver esos ojitos de luna  -  la chica lo miro con los ojos arrasados en lagrimas y la naricita roja de tanto llorar, pero no pudo evitar reír en medio de sus lagrimas cuando escucho el piropo le que dijo su padre,  mientras le daba otro abrazo y después la soltaba y le daba la muñeca que momentos antes estaba abrazando  -  vamos sonríe, no quiero que Potter salga corriendo de aquí porque lo asustaste con esa carita de veela trastornada.

 

-      Vamos papá  -  sonrió feliz a pesar de sus lagrimas  - ¿veela trastornada?   -  le dio un beso en la mejilla, al cual el hombre se puso aun mas feliz todavía  - me ofendes.

 

-      ¿quieres un espejo?  -  le acaricio su nariz con la suya  -  eres una Malfoy y eres muy hermosa, pero las lagrimas no van contigo  -  la vio suspirar con fuerza y vio sus hombros ya mas ligeros de culpa  -  anda, arréglate porque allá afuera en la sala, hay un novio muy nervioso que esta a punto de sufrir un colapso de la desesperación de saber y ver como esta su princesa  -  la abrazo mas suavemente, le dio otro beso y la soltó y camino a la salida.

 

-      Papi…  -   el rubio volteó a verla cuando estaba a punto de llegar a la puerta y la miro interrogante  -  te amo.

 

El rubio sonrió y sintió como su corazón se inflaba henchido de emoción, de orgullo y suspiro diciéndole  -  yo también te amo, y no solo como Berenice…  -  le mando un beso y le guiño un ojo  -  le diré a Potter que puede entrar.

 

-      Gracias papá  -  y dejo escapar un largo suspiro, se arreglo el cabello y se aliso la pijama, abrazo a su muñeca y se sentó a esperar a que Potter entrara.

 

 

Estaban todos en el salón de la famosa mansión Malfoy, por un lado, Harry, Hermione y Ron, y el chico italiano,  por otro lado estaba el profesor de pociones, la anfitriona de la casa y el viejo director de la escuela.

 

Todos platicaban como había sido el rescate del moreno ojiverde, y la entrada de los aurores junto con el pocionista  y el rubio mayor.

El elfo Tobías esperaba afuera junto con los demás a que la chiquilla quisiera verlo.

 

La señora de la casa los escuchaba atenta, mientras los elfos de la casa les llevaban sodas y algunas copas para los mayores.

 

 

Acababa de dejar a los chicos en la enfermería y decidido a regresar, cerró los ojos e invoco con la mente el lugar que bien, acababa de abandonar momentos antes con su preciosa carga entre los brazos del pelirrojo, amigo del amito Harry y de su amita Berenice.

 

Cuando llego a la habitación en donde estaba la chica, vio que a punto estaba el Sr. Bradley de lanzarle un hechizo a su amito Harry, cuando se decidió y sin importarle lo que le pudiera pasar a él, ya que tenia estrictamente prohibido dañar a un humano, cerro los ojos y tronando los deditos, le lanzo al mismo tiempo que el hombre decía su hechizo para dañar al chico en el suelo.

 

-      Avada Kedavra   -   dijo el Sr. Bradley  

 

-      Avada Ke…  -  comenzó  el pequeño elfo, pero al mismo tiempo se escucharon varios  hechizos más, uno de ellos el que lo desmayo…

 

-      Desmaius     -  oh si, si algo había deducido el rubio patriarca,  era que al morir nadie pagaba culpas, no…si el chiste de cometer los crímenes, era pagarlos en vida…y si el hijo estaba pagando con creces, no iba a dejar que el padre se fuera impune…oh no… después de todo, quien ideo todo había sido el padre, y eso que no había hablado con su hija ni con el chico…y ya se imaginaba el origen de las cosas.

 

-      Petrificus Totalus  -  grito el auror Lénnon.

 

-      Protego  -  grito el profesor de pociones, apuntando al chico en el suelo, quien solo atino a cerrar los ojos al ver a todo lanzar hechizos al mismo tiempo sobre un mismo objetivo.

 

-      Expulso  -  grito el auror al mismo tiempo que todos habían levantado su varita apuntando al mismo sujeto, al viejo Bradley.

 

Los dos hechizos prohibidos chocaron entre si, mientras el que lanzo el auror mandaba contra la pared al viejo,  Lénnon lo paralizaba, el pocionista  lanzo uno que protegió al chico, y el rubio desmayaba a su fiel elfo.

 

Por fin, lo tenían en el piso, amarrado y humillado, el rubio lo miro y pateándolo en las costillas, lo escupió en su cara, y le dijo…

 

-       Y tu que dijiste, no?   -  sonrió macabramente el rubio  -  ya soy dueño y señor de la fortuna Malfoy…  -  se hinco y se acerco a su rostro  y le dijo  -  prefiero regalar mi fortuna, antes de que alguien ponzoñoso como tu, toque un solo galeón  -  le clavo su varita en una mejilla y para rematar le dijo  -  ¿te avergüenzas de tu hijo?  Pues te diré que antes de casarla contigo, prefiero mil veces sacar a tu hijo de Azkaban y casar a mi hija con el…  -  suspiro y le sonrió  -  pero como ni una ni otra cosa van a suceder, te anticipare que el jovencito al que estabas a punto de matar, es el novio de mi niña y el es que va a gozar de todos los privilegios de ser el elegido.

 

-      Eres un maldito  -  dijo con mucha rabia y con muchos trabajos el viejo Bradley.

 

-      Lo se…  -  hizo un movimiento de hombros y se levanto  - ¿pero sabes que…? no me importa  -  sonrió  -  me agrada que pienses eso de mi  -  volteo a ver al auror y dijo -  ya llévenselo   -   dijo al jefe Robards, quien dio indicaciones a los demás aurores de no descuidarlo ni un segundo.   

 

 

El profesor le quito el hechizo al chico y lo ayudo a levantarse, este se sacudió y después solo miraban la escena entre los dos hombres.

 

-      Potter   -  comenzó el pocionista  -  ¿Cómo supo que Berenice estaba aquí?

 

-      Fue Tobías señor  -  dijo el chico  -  al parecer hace años cuando Draco le dio su libertad a Tobías, crearon un lazo irrompible, un vinculo muy especial entre amigos, y que le permitió acudir en su ayuda en cuanto Berenice lo llamara, aunque -  se rasco la cabeza  -  al parecer nadie lo sabia, bueno por lo menos no Berenice,  y Tobías solo lo intuía  -  le sonrió como bobo  -  pero nos sirvió para sacarla de aquí.

 

-      ¿Y se puede saber a donde la llevaron?  ¿y quien fue?   -  dijo el rubio que ya estaba levantado y veía como se llevaban a Azkaban al Sr. Bradley.

 

-      Claro que si, Sr. Malfoy  -  lo miro con ojos asustados, el rubio le imponía  - fue Ron y Tobías, así que creo que la ha de haber llevado  a la enfermería del colegio…

 

El auror Robards se acerco y dijo…

 

-      Bien señores, pues es hora de irnos, nos llevaremos al prisionero a Azkaban y ya después ustedes irán a ratificar la denuncia por secuestro, por  lanzar una maldición prohibida, por haber lanzado una maldición imperdonable y por cosas que se nos vayan ocurriendo en el camino.

 

-      Bien - dijo el rubio al jefe de los aurores - yo pasare por Azkaban mañana mismo  -   le sonrió  -   por ahora quiero ver a mi niña  -  se acerco y dijo en voz baja al jefe auror  -  ¿esta demás pedirle que le den…”un cálido recibimiento a…nuestro buen amigo Bradley”?  

 

-      Mi amigo  -  le sonrió el auror  al rubio  -  usted no se preocupe,  aquí nuestro buen amigo Bradley, se divertirá un poco con…los demás chicos, sabrá y conocerá de la bienvenida  a la que fue sometida su pequeño vástago…

 

-      Oh me parece perfecto, entonces…nos estamos viendo  - el auror saco un traslador de entre sus ropas, murmuro un hechizo  y se lo dio, diciéndole  - aquí tiene, este traslador lo llevara hasta la orilla del colegio Hogwarts, ya sabe que no podemos pasar mas allá, yo no puedo acompañarlos porque tengo que arreglar unos tramites.

 

-      No hay problema, solo no lo dejen escapar.

 

-      No hay problema  - le sonrió el alto oficial y se dirigió a su escuadrón, se aseguro que el prisionero fuera muy bien atado con varios hechizos y partieron de inmediato. 

 

Todos vieron como los aurores se llevaban bien amarrado al Sr. Bradley, después se miraron entre si y sonrieron ya mas tranquilos.

 

-      Bien   -  dijo el profesor de pociones, acabando de despertar a Tobías que al parecer lo habían olvidado, este los vio y se disculpo de inmediato.

 

-      Lo siento amo Lucius   -  dijo muy apenado.

 

-      Tobías…  -  se acerco el rubio hasta el elfo, que lo miro con algo aprensivo  - mi querido amigo, ya mi hija esta a salvo, y eso te lo debo a ti y a nuestro amigo Potter, así que vayamos al colegio para llevar a  casa a nuestra princesa.

 

En ese momento la rubia conmovida y agradecida hasta el alma, se levanto y camino hasta donde estaba el elfo muy quietecito, se hinco delante de el y le tomo ambas manitas y le dijo con los ojos llorosos.

 

-      Tobías  -  le sonrió en medio de sus lagrimas  -  así que fuiste tu quien salvo a mi niña  -  apretó sus manitas entre las suyas y dijo  -  gracias, gracias por querer tanto a mi niña, yo por un momento pensé que la perdía…  

 

-      Oh no amita Narcissa  -  dijo muy apenado el elfo, pero conmovido hasta el alma  -  no tiene nada que agradecer, yo amo al amito Draco,  y a la amita Berenice...también.

 

-      Yo lo se Tobías, de todos modos quiero darte las gracias por cuidar y querer tanto a mi hijo.

 

En eso estaban cuando escucharon como alguien carraspeaba cerca, voltearon a ver quien era,  y era el rubio anfitrión que había decidido esperar a que terminaran de relatar como estuvo todo ese asunto, se acerco a su esposa y también le agradeció al elfo por el cariño a su hijo, se volteo a ver a Harry y le dijo…

 

-      Potter  -  lo miro de forma amenazante  -  mi hija lo esta esperando  -  le hablo al chico haciendo que le temblaran las rodillas  -  cuidado con ella…estaré al pendiente.

 

-      ¡Lucius!  -  dijo la rubia llamándole la atención a su esposo  -  es Harry  -  dijo su esposa. 

 

-      ¿y que?  -  la miro de forma extraña y termino de decir  -  es a mi hija a quien va a ir a besuquear… ¿como quieres que este contento?

 

-      ¡Lucius!   -  replico la rubia  - no la va a besuquear…

 

-      ¿Ah no…y entonces que van a hacer?  -  dijo alzándole la ceja, en un movimiento típicamente Malfoy   -  ¿rezar?  -  se volteo a ver al chico y dijo amenazadoramente  -  solo besar, Potter…entendió? 

 

-      Si señor  -  sonrojado por que hablaban de lo que iba a hacer con ella, con rapidez se dio a vuelta para ir a la habitación de la chica.

 

 

Camino a la habitación de la rubia el ojiverde iba muy pensativo, iba muy emocionado, iba muy asustado…pero sobretodo iba muy angustiado…

 

-      ¿y si no resulta?   -  se pregunto a si mismo  -  ¿y si no soy el indicado?  ¿y si al volver a ser Malfoy me rechaza?  -  se cubrió el rostro con ambas  manos al llegar a la puerta y detenerse titubeante  -  no seria capaz de soportar su rechazo…  -  se dio un coco el solo, esta vez no se trataba de él, se trataba de ella…suspiro hondamente y toco a la puerta…

 

-      Adelante  -  le contesto una voz muy femenina, la cual lo hizo suspirar, empujo la puerta y tratando de poner su mejor sonrisa, entro…

 

-      Hola  -  fue lo único que pudo decir, se quedo callado al verla, con su cabello peinado en una larga trenza colgando por un lado de sus hombros y cayendo por el frente, la miro y casi babea, se veía como un ángel, vio que ya le habían cambiado el camisón transparente que traía puesto por un pijama de los que ella usaba, vio sus labios brillantes y sus ojos…sus ojos estaban rojos y supuso que era por llorar, eso lo hizo reaccionar y se acerco lentamente hasta la cama, en donde estaba sentada la chica abrazando a su muñeca. No lo pudo evitar y abrió los brazos para cobijarla entre ellos, necesitaba  sentirla entre sus brazos, necesitaba oler su aroma, necesitaba… besarla...protegerla. 

 

La chica lo miro ansiosa y le sonrió con timidez, dejo la muñeca a un lado y se dejo abrazar, dejo que el chico la cobijara entre sus brazos, se sentía protegida de esa forma, le gustaba su olor, su calidez…de pronto no pudo evitarlo y sollozo, se aferro a su abrazo y dijo…

 

-      Harry…  -  sollozo  -  perdóname, perdóname por ponerlos a todos en peligro…fui una tonta…pero yo no sabia, te lo juro…

 

-      Shhh  -  dijo el chico besándole el cabello  -  no digas nada, tu no tienes la culpa de nada, además ya estas bien y eso es lo que importa  -  se separo un poco de ella y tomo su rostro con ambas manos y se acerco peligrosamente, miraba con avidez esos labios entreabiertos y no pudo evitar suspirar, y acercarse para besarlos, nunca conto con que la chica se lo impidió poniéndole un dedo en los labios…

 

-      Aún no Harry  -  dijo en un susurro que hizo que el chico se quedara paralizado…

 

-      ¿Qué…?  -  dijo sin poder creerlo, ¿Cómo que aún no? ¿no era eso lo que había ido a buscar a la prisión de Azkaban?  ¿no era ese tan ansiado beso lo que ocasiono todo eso y más?  ¿no fue ese tan ansiado beso el que hizo que todo el mundo se pusiera en movimiento?  ¿Entonces… porque le decía que…aún no…? y lo único que atino a decir, a repetir fue el...  -  ¿Qué…Por qué? 

 

-       No me veas ni creas que estoy loca Harry  -  le sonrió y unió su frente a la del chico que seguía sin comprender nada, aún…  -  es solo que…  -  suspiro y le dijo muy apenada  -  uno de los motivos por los que fui a la prisión de Azkaban, fue porque quería ser una chica por completo, quería que te sintieras orgulloso de que caminara a tu lado, que te sintieras orgulloso de mi…  -  no la dejo acabar…

 

-      No necesitas demostrar nada, yo estoy orgulloso de ti Beren…  -  fue su turno de no acabar de hablar, pues la chica le puso un dedo en los labios, silenciándolo.

 

-      Shhh  -  le sonrió  -  yo lo se, pero mi ilusión era pasear tomada de tu brazo, que me llevaras con tu mano entrelazada con la mía, como una pareja normal, quiero que cuando nos vean, me envidien por ir del brazo de uno de los chicos mas guapos del mundo mágico  -  se sonrojo  -  bueno, eso eres para mi, quiero que tu te sientas orgulloso de ir conmigo, también quería…bueno,  -  rectifico  -  quiero ir a tomar un helado contigo como lo que soy ahora…antes de…  -  suspiro  -  de ser nuevamente un chico, quiero ir sonriente, feliz de que estas conmigo por todos lados  -  se agacho y triste dijo intentando contener un sollozo   - quiero que tus sonrisas sean solo para mi  -  suspiro  -   yo… no se que vaya a pasar después de que me des ese beso, pero…lo que si se en este momento… es que quiero este día pasarlo contigo como una chica, como Berenice… Harry  -  lo miro muy seria y ruborizándose dijo  -  quiero tener una cita contigo.

 

-      ¿Berenice…en verdad te gustaría que te tome de la mano por la calle?  -  fue lo único que pudo decir el chico, emocionado la abrazo por la cintura con fuerzas y apretándola contra su pecho y levantándola de la cama, la alzo y dio varias vueltas con ella abrazada a su cuello  - porque el que iría orgulloso de mostrarse contigo soy yo, y si tu quieres… claro que si, yo estoy dispuesto a lo que tu quieras…  -  se detuvo de pronto  - pero… ¿y tus padres que dirán?

 

-      Harry   -  lo tomo de la mano y lo jalo hacia la salida  -  vamos a decirles ya mismo, por favor…

 

-      Ok, vamos si te pones tus pantuflas o dejas que te lleve cargando, el piso es frio.

 

-      Oh…  -  le sonrió  -  me pondré mis pantuflas.

 

La chica emocionada se puso sus pantuflas y acercándose a Harry, entrelazo sus dedos con los del chico, sonriéndose tímidamente los dos salieron con rumbo a la enorme sala donde sabia estaban todos, bueno, por lo menos Harry sabia quienes eran todos.

 

Llegaron a la sala y la rubia se quedo muda al instante, no espero ver tanta gente en su casa, es cierto que mucha gente se movió, pero…pensó que solo habían sido aurores, vio a su padrino y corrió a sus brazos, le pidió perdón por ser tan intransigente, abrazo a su compañero de casa, Zabini, con un movimiento de cabeza saludo a Hermione y a Ron, aunque no entendía que hacían ellos ahí, pero no le duro mucho el gusto de que hubiera tanta gente ahí mismo, pues a los pocos minutos de comenzar a hablar, un grito se escucho por toda la casa…

 

-      ¿QUÉ…? -  era el patriarca de la rubia familia, intimidando a todos sus invitados ante sus gritos,  que para entonces de un momento a otro se le olvido que tenían compañía  -   ¡AH NO SEÑORITA, NI CREAS!   -  se comenzó a pasear de un lado a otro alrededor de la sala, furioso.

 

-      Pero papá…  -  dijo la chica ya con lágrimas en los ojos, y viéndolo pasear casi echando fuego por la boca, mientras todos los demás presentes aguantaban hasta la respiración.

 

-      ¡ningún pero!  -  dijo volteando a verla y deteniéndose un segundo solo para darle una negativa más  -  ¡definitivamente no!

 

-      Mami  -  la chica volteo a ver su madre que la miraba de forma afligida, la cual le sonrió algo apenada, e hizo el experimento de interceder por su hija.

 

-      Amor  -  comenzó la matriarca Malfoy, acercándose a su esposo  -  piénsalo un momento nada más, la niña tiene deseos de salir, de tener una cita con Harry  - suspiro y tomándolo  por lo hombros lo obligo a detenerse un momento  -  Lucius…deja que la niña salga con Harry, de todos modos…será la única cita que tenga con el siendo una chica…por favor, además…mi hijo desde que se volvió una mujercita no a tenido ni un buen momento como una chica, solo tiene amargos recuerdos.

 

-      Señor Malfoy  -  dijo el pelirrojo algo titubeante y con el rostro de igual color de su cabellera  -  que le parece que, para que vea que no salen solos, y… que ella no correrá  ningún peligro, nosotros dos   -  señalo a su novia Hermione y a el mismo,  continuo  -  salgamos con ellos en una cita doble, así entre nosotros tres la cuidaremos y no le pasara nada…  -  en ese momento el pocionista se acerco a su amigo rubio y le dijo poniendo un brazo por sus hombros  tratando de apaciguarlo.

 

-      Tienen razón Lucius  -  le sonrió   -  deja que tengan su cita doble, deja que mi ahijado se divierta por esta vez, antes de que todo vuelva a cambiar  -  de repente lo miro muy serio y dijo casi en un susurro  -  no sabemos exactamente que pueda pasar, así que porque no le das esta oportunidad de…no se, déjala disfrutar un poco, además  yo se que no podría estar con alguien…mejor  -  suspiro al reconocer lo que iba a decir  -  vaya…sabes que podemos confiar en ellos, el… -  se refirió a Potter   -  vamos Lucius, el sabrá cuidarla…

 

-      Pero Severus…  -  dijo el rubio dudoso y muy preocupado.

 

-      Que les parece  -  dijo la rubia, tratando de aligerar el ambiente  -  que ustedes salgan en su cita doble  -  se acerco a su hija y le acaricio una mejilla  -  y tu padre y yo, saldremos también por ahí, a…tomar  un helado o un café  - se volvió  a su marido y le sonrió  -  hace mucho que no salimos por ahí, vayamos al callejón Diagon querido.

 

El rubio resoplo resignado y dijo no muy convencido  -  esta bien Cissy, salgamos tu y yo a tomar algo, mientras ustedes salen a distraerse un poco  -  le dijo a su hija y a los chicos, suspiro y se dirigió a Harry en especial  -  te encargo a mi hija Potter, si le llega a pasar algo…

 

-      Papi  -  dijo la chica muy emocionada ya acercándose a su padre, sin dejarlo terminar de hablar  y abrazándolo impetuosamente por el cuello, le dio un beso en ambas mejilla  -  te quiero, te quiero, te quiero…

 

-      Zalamera  -  fue lo único que dijo el rubio devolviéndole el beso en la frente a su hija, reconociendo al fin que como mujer su hija le había robado el corazón, claro que amaba a su hijo eso ni dudarlo, pero Draco siempre había sido mas independiente, muy autosuficiente y siempre se había mostrado mucho mas frio al contacto físico, todo lo contrario a la chica, el rubio sonrió y tratando de decir un poco en broma, ocultando un poco el sentimiento de perdida y algunas lagrimas que querían escapar de sus grises ojos iguales a los de su hijo, dijo  -  por el buen Merlín…esto es lo que mas extrañare…

 

Todos sonrieron pero apoyaron las palabras dichas por el rubio patriarca de la familia Malfoy, la chica era muy cariñosa con sus padres.

 

Se pusieron de acuerdo para salir al siguiente día, los chicos pasarían a la mansión Malfoy por la rubia más pequeña de la afamada y noble familia.

 

 

%%%%%%%%%

 

 

Ese día amaneció soleado, estaba esplendoroso y Harry se sentía feliz, se levanto temprano, se baño, se arreglo, vistió de la mejor manera, acorde  a la cita que tendría en unos momentos más, había prometido pasar temprano por la rubia y hacerla pasar el mejor de sus días como una chica, le había prometido que el día seria inolvidable, estaba tan embobado que no reparo en sus amigos, que hacían lo mismo que él.

 

No los noto hasta que estaban esperando al igual que el, afuera de la oficina del director Dumbledore para pasar e irse por la chimenea que estaba en su oficina, lo que nunca espero fue ver ahí también al profesor de pociones…Severus Snape.

 

-      Profesor…  -  comenzó el ojiverde  -  buenos días.

 

-      Buenos días  -  le contesto muy serio, nervioso se acerco y llevándose al chico un poco lejos de sus amigos, en secreto le dijo algo nervioso… - Potter…  - carraspeo -  sin que se ofenda…pero…me gustaría que contara conmigo para…  -  le tomo una mano y le puso una buena cantidad de galeones   -  que pueda llevar a mi ahijado a donde a ella se le antoje, y a usted o a sus amigos.

 

-      Oh profesor  -  lo miro muy serio y después le sonrió  -  créame, no me ofendo, pero no es necesario, yo tengo suficiente para eso y más, por mis a amigos tampoco se preocupe, todo esta solucionado.

 

 

-      En serio Potter, me gustaría…  -  le pregunto ya más tranquilo  un poco más sonriente.

 

-      Claro que si, profesor  -  lo tranquilizo  - lo se, pero en verdad no hay problema.

 

-      Bueno, si es así…creo que ya los esperan en la oficina del director.

 

 

 

Llegaron por la chimenea de la oficina del director a la sala de la mansión Malfoy, donde ya los esperaban  el rubio matrimonio, y que en cuanto llegaron los invitaron a desayunar, mientras esperaban a que la chiquilla bajara de su habitación, la rubia llamo a Tobías, quien apareció de inmediato ante la rubia mayor.

 

-      Tobías  -  le dijo Narcissa  -  llama a mi hija y dile que Harry y sus amigos ya se encuentran aquí.

 

-      Por supuesto amita Narcissa  -  dijo el elfo haciendo una muy leve reverencia.

 

El elfo apareció en la recamara de su amita Berenice, quien estaba muy nerviosa tratando aun de decidir que zapatos usar, cual típica chica.

 

-      Amita Berenice  -  llego el elfo y comenzó a apresurarla  -  sus amigos ya están aquí, quiere que les diga que suban o usted baja…

 

-      Están todos?  -  se le quedo viendo al elfo.

 

-      Si, amita.

 

-      Bien, ve y dile a Granger que suba.

 

El elfo bajo y cumplió la orden, subió con la chica que iba muy extrañada, dejando a los demás de igual forma, llego frente  a la puerta y toco con suavidad.

 

-      Adelante  - le contesto algo nerviosa,  sonriente,  pero muy segura de si misma -  pasa, pasa…

 

-      Me dijo Tobías que necesitabas hablar conmigo - dijo acercándose algo nerviosa.

 

-      Si  -  se detuvo y le dijo como si fueran grandes amigas  -  ¿tú…tú sabes a donde iremos?

 

-      ¿quieres ir a algún sitio en especial?  -  le dijo ya con una sonrisa mas relajada.

 

-      La verdad es que no, mientras sea con Harry el lugar no me importa  -  se acerco  a ella nerviosa  -  pero es mi primera y única cita… ¿tu me entiendes verdad?

 

-      Claro que si, podemos ir al cine, a tomar un helado, o un café, o simplemente a pasear…que se yo  -  le sonrió algo tímida  - lo que se te antoje, para mi lo importante es que voy de la mano de Ron, mi novio…  -  la miro como esperando que dijera algo ofensivo, nunca conto con que la chica le tomo la mano y se sentó cerca de ella en la orilla de la cama.

 

-       Granger… 

 

-      ¿Porque no me llamas por mi nombre?  -  le guiño un ojo  - anda, vamos llámame Hermione.

 

-      Ok, Hermione  -  suspiro  y continuo  -  yo…  - carraspeo  -  yo la verdad no se que vaya a pasar mañana o al rato, la verdad es que no tengo ni idea, créeme, que lo que menos espere en mi vida fue que iba a terminar enamorada de Harry,  pero lo que si se, es que nunca hemos sido amigos junto con Weasley  -  se sonrojo  -  también  se, que ustedes son muy buenos amigos, y yo…yo no se si al volver a ser Draco…  -  continuo mientras su voz se iba haciendo mas tensa  -  Harry quiera seguir conmigo, pero se que el los quiere mucho y yo no quiero que si el quiere algo conmigo, ustedes  vayan a tener algún problema por mi causa…  -   tomo aire y dijo finalmente   -   yo no soy de tener muchos amigos ni nada por el estilo, pero quiero…  -  exhalo fuerte y continuo   -  que ahora que ando en estado sensible, pedirte una disculpa por todo…lo mal que me he portado contigo y con tu novio, ahora vamos a salir en una cita doble y pues…que mejor que lo hagamos de buena manera, a tu novio no le pediré disculpas ni nada, porque el ya se dio su buen banquete visual…  -  dijo de manera algo mordaz.

 

-      Cla…claro  -  dijo la castaña muy asombrada de lo que le decía la rubia, la verdad es que nunca se lo espero, mucho menos que le dijera lo de su novio, suspiro  -  así que vayamos entonces, que nos esperan.

 

-      También quería darte algo - se acerco a ella y dijo muy segura  - como Berenice, madre y padre me compraron de todo y todo lo yo que quise, se me acaba el tiempo de ser una chica y la verdad es que la mitad de lo que adquirí siendo una chica, se quedo incluso sin estrenar  -  tomo la mano de la castaña y dijo  -  me gustaría que te llevaras todo lo que quieras, yo solo quiero quedarme con algunas cosas, y eso solo por los pocos recuerdos gratos que me hizo pasar Harry.

 

-      Pero…  -  apenas pudo decir la castaña, estaba emocionada.

 

-      Es en serio Hermione  -  le guiño un ojo y continuo  -  me gustaría que no me despreciaras…  -  es un regalo que yo te quiero hacer.

 

-      Ok, está bien  -  dijo sonriente.

 

-      Bien, entonces…vamos a esa gran cita.

 

La chica rubia, le sonrió muy contenta de haber limado asperezas y poder divertirse junto a Harry, le sonrió y se dio una vuelta delante de la chica para mostrarle su atuendo.

 

Pasearon tomados de la mano, Harry la abrazaba por la cintura, jugaban, reían, a veces Harry la cargaba y la hacia dar vueltas, sus amigos los veían y reconocían que Harry nunca se había visto así de feliz y relajado con alguien, visitaron tiendas, comieron helados, siempre tomados de la mano, Harry no la soltaba y le gustaba la sensación de protección que tenia para con la chica, quien parecía una niña en una tienda de juguetes.

 

Llego la hora de regresar, pues ya era tarde y los cuatro se aparecieron en la entrada de la mansión Malfoy, avanzaron hacia la entrada y en uno de los escalones, Berenice se detuvo y volviéndose a Ron le dijo…

 

-      Ron…  -  se acerco y le dio un beso en una mejilla ante el azoro del chico que no atino a decir nada  -  gracias, se que tu también fuiste con Harry a Escocia, y no te di las gracias apropiadamente, pero ahora te digo que yo agradezco mucho tu ayuda – no, si no era tonta, sabia que siendo Draco Malfoy, el pelirrojo nunca le hablaría ni por equivocación, si es que no era para poder darle un buen golpe.  

 

-      Oh…eeh vaya - tartamudeo  nervioso  -  no hay porque darlas, con gusto lo hice…

 

-      Si…  -  le sonrió coqueta, haciéndolo sonrojarse al extremo, le dijo de forma sarcástica  -  me comentaron de “gusto visual"  que te diste…

 

-      Yo…eh…bueno…

 

-      Déjalo ya  -  dijo Harry al rescate  -   eso es para que la próxima voltee para otro lado.

 

Y así comentando llegaron hasta la sala, donde ya los esperaban, el matrimonio Malfoy, el pocionista Severus Snape, el director Dumbledore, y Tobías, y todos con una copa en la mano disimulando para nada su ansiedad  en espera de que llegaran de la tan ansiada cita y por fin, el ojiverde le diera un beso de amor a su princesa.

 

-      Vaya  -  dijo el patriarca de la familia Malfoy  -  eh…creo que ya es un poco tarde, ya oscureció  -  les sonrió a los cuatro y dijo  -  ¿se divirtieron?

 

-      Claro que si, señor Malfoy  -  dijeron Harry y sus amigos, mientras la chica iba y abrazaba a su padre  - bueno, pues…creo que llego la hora, no Potter?  -  miro a su hija y le dijo  -  ¿preparada? 

 

-      Si, pero antes quiero hablar contigo padre…en privado  -  todos los voltearon a ver extrañados, ¿Qué seria lo que la chiquilla le diría a su padre?

 

-      Claro…

 

 

La chica y su padre se enfilaron al enorme despacho del Malfoy mayor, entraron en silencio, apenas cerro la puerta el rubio mayor y miro muy extrañado y nervioso a su hija, preguntándose que es lo que quería.

 

-      Dime hija mía, de que es ese asunto del que me querías hablar y que antepones a tu bienestar?  -  dijo viendo como su hija se acercaba y lo abrazaba, para después llevarlo a un enorme sillón, donde lo hizo sentarse junto a ella.

 

-      Papá, ¿puedo pedirte algo muy importante? 

 

-      Claro que si, ¿tu puedes pedirme lo que quieras, anda vamos dime que es lo que necesitas?

 

-      Para mi exactamente nada  -  le tomo una de sus manos, muy parecidas a las de Draco   –  yo…quiero pedirte que saques a Aidan…de Azkaban…

 

-      Pero hija…  -  comenzó a hablar pero su hija lo interrumpió.

 

-      Papi…no quiero que lo saques y lo pongas ya en la calle, no…  -  suspiro  -  el sabe que se equivoco en su trato conmigo, me lastimo lo reconozco, pero…finalmente yo estoy bien, y lo que vi…papá, vaya, el no merece el trato que le están dando en la prisión, ya lo lastimaron bastante, ya… le rompieron su espíritu, han quebrado su cuerpo…han resquebrajado su voluntad, han matado sus ganas de vivir…  -  levanto la mano de su padre y le dio un beso muy suave en ella – y la verdad es que no quiero ni imaginar que tratos a recibido ahí, papi…  - suspiro - no quiero que Aidan muera en prisión, y si esta ahí mas tiempo, eso es lo que pasara, de todos modos, el culpable de la mayor parte de todo lo que paso, es su papá, y a el ya lo arrestaron  -  le sonrió con dulzura  - papá  yo se que tu puedes sacarlo de ahí…

 

-      Hija…

 

-      Por favor padre  -  suplico la rubia  -  el esta a punto de morir, yo lo se…  -  y sollozo abrazando a su padre, quien soltó un suspiro y dijo resignado acariciando su cabellera.

 

-      ¿entonces quieres que salga de prisión?  -  dijo tomando el mentón de su hija y le sonrió, mirándola a los ojos, la chica no dijo nada, solo asintió   -  ok, entonces iré mañana mismo  y hablare con el jefe Robards…  -  la chica no lo dejo terminar…

 

-      ¿Si puedes papá?  -  poniendo carita de incredulidad.

 

-      Claro que si mi amor, tu padre por ti hace y hará lo que le pidas...  -  y continuo con lo que le estaba diciendo  -  hare que lo trasladen a una institución mental…

 

-      ¡Pero el no esta loco papá!  -  replico la chica, asustada de que en lugar de irle mejor, lo volvieran loco.

 

-      Lo se, mi amor, pero que lo trasladen ahí, no quiere decir que este loco, será para que reciba ayuda y para recuperarse de todo lo que a vivido en prisión, yo se… vaya, se que no a sido nada fácil para él, y necesitara tiempo y mucha ayuda, buscare que le den muy buen trato y le pondré algún especialista  -  le beso la frente - ¿mi niña estará contenta con eso?

 

-      Si papi  -  se acerco y le dio un beso en la mejilla y guiñándole un ojo, se levanto y dijo  -  ahora si, ya podemos ir por ese beso…  -  dijo muy traviesa.

 

-      ¡Berenice!  -  dijo poniéndose serio, pero dándole un fuerte abrazo  -  ¡te quiero!

 

-      Yo también te quiero papi.

 

-      Esto es lo que mas extrañare amor  - la abrazo con fuerza.

 

-      No papi, ya no, te lo aseguro.

 

 

La pareja salió de la oficina y llegaron abrazados a la sala donde todos los esperaban impacientes.

 

-      Bien Potter  -  dijo aguantando las ganas de asesinarlo   -  puedes darle ese beso a mi hija  -  dijo muy serio.

 

-      Yo…bueno, si.

 

-      ¿Podemos hacerlo en mi recamara por favor?  -  dijo la chiquilla muy nerviosa.

 

-      ¿Pero… porque en la recamara? si se puede hacer aquí   -  volteo buscando ayuda en sus amigos  -  ¿no…Severus…Albus...?

 

-      Yo preferiría que si fuera en su recamara para que se recueste después de que la haya besado Potter, no sabemos exactamente que pasara, así que…  -  decía el pocionista, haciendo que el ojiverde cambiara de un color a otro.

 

-      Pero…  -  dijo el rubio, tratando de oponerse a dejarlos solos en una habitación y sin darse cuenta de que todos lo veían sonrientes y algo nerviosos.

 

-      Narcissa los acompañara, Lucius  - dijo el director calmando al padre de la chica.

 

 

Narcissa camino con su hija y con Harry a la recamara de la jovencita, llego y le abrió la puerta y ahí se quedo esperando que entraran.

 

-      Mami…  -  comenzó la rubia menor  -  ¿nos puedes dejar solos?  No va a pasar nada, te lo aseguro…

 

-      Claro que si, mi amor  -  dijo la rubia sonriéndole a la parejita  -  pero si no venia con ustedes, en este momento seguirían discutiendo con tu padre  -  volteo a ver a Harry y le dio un abrazo   - Harry, cuida a mi niña…por favor   -   y le salieron unas lagrimas, abrazo a su hija y le dijo  -  amor, te quiero mucho y te extrañare como mi hija, pero también estoy ansiosa de recuperar a mi hijo amado…

 

-      Yo también te amo, madre  -  le contesto la chica, quien tomo la mano de Harry y lo hizo entrar en ella, cerro la puerta por dentro, vio a Harry muy nervioso y lo jalo hacia la enorme cama, se sentó en la orilla e hizo que el chico hiciera lo mismo -  vamos Harry…no estés tan nervioso que me pones igual.

 

-      Yo… ¿tu no estas nerviosa? 

 

-      Si, estoy nerviosa, pero…-  dijo de manera traviesa  la rubia, se acerco y lo olio del cuello, ante semejante acción, el ojiverde dejo escapar un suspiro, no sabia bien que era lo que la chiquilla pretendía  -  Harry…mas que nerviosa, estoy ansiosa  -  dijo de forma provocativa en la orejita del chico, que nervioso se acerco mas a ella.

 

-      ¿Dime Berenice…solo dime que quieres que haga y yo lo hago.

 

-      Harry  -  dijo ella poniéndose frente a él y tomándole  una mano, la llevo hacia su seno, donde la puso y le dijo de forma seductora   -  Harry, solo hazme sentir mujer  -  el ojiverde sintió que se derretía con semejantes palabras, la volteo a ver, sin darse cuenta de que una de sus manos ya estaban sobre uno de los senos de la chica   -  por favor.

 

-      Yo…

 

-      Si  -  dijo la chica, soltándolo y  quitándose poco a poco la ropa que llevaba encima, hasta quedar semidesnuda, haciendo que Harry aparte de quedarse mudo, se pusiera de mil colores, Berenice se acerco y le dijo a contra labios  - quiero que me acaricies y me hagas olvidar todo lo malo que me han hecho siendo mujer, no tengo ningún recuerdo bello que llevarme estando en esta situación  -  muy despacio acaricio su cabello  -  como te dije, no se que pasara cuando me des finalmente ese beso, pero si quiero llevarme un lindo recuerdo de ti  -  suspiro, se agacho un poco y tomo la orilla de la playera y comenzó a quitársela  -  no te asustes Harry, no quiero llegar hasta el final…  -  tomo una de las manos de Harry y lo jalo hacia el centro de la cama, donde se acostó y le abrió los brazos al ojiverde que ni tardo ni perezoso se acomodo entre ellos, mientras una de sus manos viajaba suavemente por el costado hasta llegar a la cadera de la chica, provocándole miles de suspiros  -  vamos Harry  -  dijo con voz mas ronca  -  solo acaríciame  -  dijo mientras sentía como comenzaba a recorrer su piel con dedos algo temblorosos  -  tócame Harry…solo quiero sentir tus dedos recorrer mi piel.

 

-      ¡por Merlín, Berenice!  -  dijo Harry en medio de suspiros  -  eres simplemente perfecta… - despacio le quito el sujetador, acariciando y besando ese par de deliciosos senos.

 

 

El ojiverde le quito con ansiedad las bragas y por fin acaricio por completo ese esbelto cuerpo, aspiro su olor a mujer con fuerzas, la acaricio, la venero por completo, lamio y beso cada centímetro de piel de la chica, por delante, acaricio sus pechos, los lamio, mordisqueo, los beso, la hizo casi gritar de las emociones que arrasaban con su cordura,  metió la lengua en su pequeño ombligo, llego hasta abajo y enterró su nariz en sus artes mas intimas,  metió la lengua entre sus labios y la saboreo, provocándole espasmos de placer, después la volteo y  por detrás, la acaricio, beso y mordisqueo desde su cuello, sus hombros, toda su espalda, con la lengua lamio a lo largo de su columna hasta las nalgas de la joven rubia, las masajeo y mordisqueo con pasión haciéndola suspirar, gemir y pedir por mas, acaricio todo ese bello cuerpo centímetro a centímetro.

 

-      Harry, Harry…yo te amo  -  logro que la chiquilla lo dijera, haciendo el lo mismo.

 

-      Berenice…te amo  -  con esas palabras la jovencita dejo escapar unas lagrimas de felicidad y sin pensarlo, aventó al chico sobre la cama y se sentó entre las piernas del ojiverde y alargo su mano y la metió entre la piel y el pantalón del moreno, tocando la punta de su erección ya húmeda y dura, le sonrió traviesa  y le bajo la bragueta del pantalón, se lo bajo despacio y después su ropa intima, dejándolo totalmente desnudo, lo admiro por completo, suspiro y solo tomo entre sus delicados dedos el enorme miembro y comenzó a masajearlo, haciendo que Harry dejara escapar unos gemidos que le levantaban el animo a seguir como iba, acerco su otra mano y con ella comenzó a acariciar sus testículos, sonrió asombrada de lo que estaba haciendo, jamás en su vida su hubiera imaginado haciendo eso… emocionada se agacho y lamio muy despacio una vena que atravesaba semejante miembro, nunca en su vida se imagino acariciándole la verga a otro hombre, pero como chica, bueno, descubrió que si, si le gustaría que Harry le enterrara tremenda cosa, que la hiciera gritar de placer al montarla, pero definitivamente eso no iba a poder ser, suspiro y se dedico a hacerle a Harry lo que se imagino que le gustaría que le hicieran a el siendo Draco Malfoy, siendo hombre…se agacho y se metió la verga de Harry en la boca, haciendo que le moreno culebreara de placer, al sentir sus dientes rasparlo, lamerlo y mamarlo como si de un manjar se tratara, después de saborearlo unos momentos, lo dejo de chupar y recostándose lo insto a pegarse por completo a ella, sentir su piel contra su piel, sentir la verga del chico en su vientre pero sin soltarlo, era simple y sencillamente perfecto, era tan especial sentirlo pegado a su cuerpo, la chica dio otro jalón mas a la verga del chico haciéndolo correrse en medio de un grito y un espasmo, vio su mano mojada y sin pensarlo subió su mano y metió el dedo en la boca de Harry, quien sin pensarlo abrió la boca y lamio el dedo de la chica, por Merlín, era tan erótico…Berenice lo miro a  los ojos y tras haber limpiado con la lengua casi todo el semen de la mano de Harry, le sonrió y agotada le dijo en medio de una sonrisa, mientras chupaba por ultimo el dedo medio lleno de aquella sustancia blanquecina…dijo al fin…

 

-      Harry…  -  suspiro y acariciándole una mejilla le guiño un ojo y dijo  - ¿puedes besarme?  -  lo abrazo por el cuello y en el oído le dijo  -  te amo Harry, nunca lo olvides.

 

-      Berenice, no olvides que yo también te amo, te amo mucho -  se separo un poco de ella y mirándola con embeleso total, vio como se metía el dedo en la boca y se acerco y deposito un beso, un beso hambriento en el cual saboreaban ambos lo ultimo del sabor del chico, había dado muchos besos a lo largo de su carrera como don Juan, pero dar un beso de amor,  ese… no tenia ninguna comparación, despacio saco la lengua y la deslizo por entre los labios de la chica que los abrió y recibió con avidez, para ella esa lengua era como una pequeña serpiente húmeda y juguetona, que comenzó a bailar por todo el interior de su boca, acariciando con su lengua la lengua de la chica, quien sintió toda una enorme gama de sensaciones tan maravillosas que le recorrían  todo el cuerpo, por fuera, por dentro, levanto ambos brazos y abrazo al chico con un brazo por el cuello y con el otro por la cabeza evitando que se separa ni un milímetro de ella y sin poderlo evitar,  lo soltó y dejando escapar un suspiro su cuerpo se desmadejo,  y se dejo llevar por la inconsciencia, Harry continuo con el beso, pero se dio cuenta de que ella ya no respondía a sus caricias, y separándose lentamente por fin se dio cuenta de que la chica estaba inconsciente, se asusto y por un momento pensó si no se habría desmayado, se apuro y pensó si no todo lo que habían hecho antes había estado mal, cerro lo ojos y pensó, que eso no podía ser, el amor no se equivoca, suspiro, se levanto y busco su ropa, se vistió, después levanto su varita y con un hechizo la vistió con un pijama, le arreglo su cabello,  y se agacho y le dio otro beso en la frente y uno mas sobre sus labios, mientras le repetía  -  te amo Draco.

 

Salió muy preocupado, llego a la sala donde todos estaban esperando, se ruborizo al pensar que acá afuera todos esperando por noticias,  y ellos dos, adentro de la habitación,  haciendo el amor, no el sexo…pero poco había faltado, carraspeo y dijo…

 

-      Sr. Malfoy,  Sra. Narcissa yo…  -  todos se levantaron  ansiosos  y se acercaron hacia el, preguntándole por la chica.

 

-      Haber Potter  -  el que hablo fue el padrino de la chica  -  ¿díganos que paso, como esta mi ahijado?

 

-      Yo…eeh…bueno, pues yo le di un beso  -  no podía decir más  -  y parece que se quedo dormida…

 

-      ¿dormida?  - dijo el padre de la chica asustado  -  un beso y espero tanto tiempo  para venir a avisarnos…???  Potter…mi hija…

 

-      Tranquilo Lucius, iré a verla  -  dijo el pocionista, el cual fue seguido por todos, incluido sus dos amigos y el italiano que en algún momento de la noche había llegado a la mansión.

 

Todos quisieron entrar a la habitación, pero Severus no lo permitió, solo entraron los padres de la chica, dejando a casi todos afuera, ya estando adentro y con la puerta cerrada, el pocionista se acerco a la cama y la vio, tan dulce, tan angelical, suspiro y levanto su varita, le lanzo algunos hechizos y después de examinarla, suspiro ya mas relajado, se dio la vuelta y al verlos solo le sonrió, los tomo a ambos del brazo y salieron  de ahí.

 

-      Al parecer, esta bien  -  dijo ya mas relajado,  pero aun muy preocupado  -  nos tocara esperar hasta que despierte  -  volteo a ver a los chicos y le dijo  -  vayan a descansar,  no pueden hacer nada.

 

-      Tobías  -  dijo la Sra. de la casa  -  lleva a los amigos de mi hijo a algunas de las habitaciones para que descansen   -  rectifico  -  Tobías.

 

-      Si amita…

 

-      En habitaciones separadas, por favor  -  los chicos solo se ruborizaron más.

 

-      Doña Narcissa  -  dijo la castaña  -  nosotros nunca…  -  pero no termino de hablar, pues su novio la tomo de un brazo y le murmuro al oído.

 

-      Por favor Hermi,  no nos pongas en evidencia  -  y todos sonrieron ya más tranquilos.

 

-      Usted también vaya a descansar Harry  -  dijo la rubia  -  ya no podemos hacer nada, Severus se quedara al pendiente, al igual que nosotros.

 

-      Pero  -  dijo firme  -  la verdad, me gustaría quedarme hasta que despierte.

 

-      Vaya a descansar Potter  -  dijo el profesor poniéndole un brazo en los hombros  -   todos sabemos que le gustaría estar aquí, pero créame, ella no va a despertar hasta mañana, de todos modos ella sabe que usted esta aquí, y yo le prometo que si ella despierta y pregunta por usted, yo mismo lo voy a buscar.

 

-      Bueno  -  el chico suspiro hondamente y medio sonrió  -  si no queda de otra, iré a tratar de dormir un poco, buenas noches  -  se despidió y siguió a Tobías que lo esperaba al pie de la escalera.

 

 

Al llegar a la habitación que le designo el elfo, Harry se detuvo antes de entrar a ella y le dijo muy preocupado.

 

-      Tobías…  -  pero no hubo necesidad de decir mas, el pequeño ser mágico los entendía a la perfección.

 

-      No se preocupe amito Harry  -  le sonrió el elfo  -  si mi amita despierta, yo lo llamare, si le preocupa que se quede sola, no lo haga, yo siempre estoy con ella…con el.

 

Amaneció,  y todos apenas clareo el cielo, y ya estaban en la sala, bañados, vestidos y  desayunados, todos preocupados por el resultado, pero no tuvieron que esperar mucho tiempo, no por lo menos en la mansión Malfoy, pues por la chimenea apareció el director del colegio, Albus Dumbledore y muy sonriente como casi siempre.

 

-      Buenos días a todos  -  les sonrió y les dijo  -  ¿ya desayunaron?

 

-      Gustas desayunar Albus  -  se adelanto el rubio mayor  -  nosotros ya todos lo hicimos, pero si tu gustas…

 

-      Oh no, Lucius  -  le sonrió  -  es solo que siempre les digo que nunca hay que dejarlo pasar, y como ya deben regresar a clases  -  levanto los hombros en señal de resignación a los chicos  -  vamos, ya deben ir a clases.

 

-      Señor  - se adelanto Harry.

 

-      Oh no Harry, tu también  debes regresar, estoy seguro  -  dijo sabiendo por donde le llegaría el chico  -  que todos estamos ansiosos, pero también que los señores Malfoy y mi querido Severus, nos informaran de inmediato si pasa algo.

 

-      Pero…  -  intento protestar.

 

-      No hay pero que valga Harry, vamos las clases los esperan.

 

-      Ve Harry  - dijo la Sra. Malfoy, mientras lo abrazaba por los hombros  -  yo personalmente te avisare  a ti de lo que ocurra, por favor ve a clases.

 

-      Gracias Sra. Malfoy  -  le sonrió algo resignado, sabia que no tenia caso seguir protestando.

 

 

Llegaron al colegio y acudieron en contra de su voluntad a todas sus clases, aunque el ojiverde no ponía especial atención a ninguna, hacia hasta lo imposible porque su mente permaneciera en el colegio, en lugar de ir a cierta mansión famosa, y como no podía hacer otra cosa más que esperar,  se les escapo a sus amigos, pues a donde si podía ir o mas bien escapar era al poblado de Hogsmeade, fue a la tienda de regalos donde compraba los presentes para la chica, le explico que era lo que queria, espero un buen rato, pero salió como siempre con un paquete en sus manos y muy satisfecho de su compra, suspiro, ahora a esperar a que regrese el chico de sus sueños al colegio…si es que no se escapaba antes.

 

Pero paso un día, pasaron dos, suspiro al tercer día, y no encontraba la manera de comunicarse con su rubia, o con Tobías, llegaron al cuarto día y Harry sentía que iba a explotar en cualquier segundo, no podía estar mas sin recibir noticias, tenia como loco al pobre de Zabini, que estaba igual que él, al final del quinto día, Harry, Zabini, Ron y Hermione ya estaban comploteando para intentar visitar la mansión.

 

Amaneció el sexto día, y todos en el desayuno estaban muy desganados, Harry suspiro frente a su plato de cereal con leche, mientras estaba hundido en sus pensamientos, se sentía especialmente deprimido, el profesor de pociones casi no había estado en el colegio y el director Dumbledore no daba noticias de ninguna clase, Harry y todos sus amigos mandaban lechuzas a la mansión pero no obtenían ninguna contestación…hasta esa mañana en que…

Se escucharon murmullos a los cuales Harry no les presto atención, hasta que todos se quedaron en silencio, ese silencio que sintió Harry como algo extraño, levanto la cara y en la puerta del gran comedor, estaba bajo el marco de esta, indeciso de si entrar o no, el rubio que le quitaba el aliento a Harry, se levanto como impulsado como por un resorte, pero no pudo hacer mas, estaba como anclado al piso, y ahí se quedo, esperando…en la mesa de las serpientes, los amigos del chico le sonreían a modo de bienvenida, ellos también se habían levantado esperando que por fin el rubio se decidiera a entrar y ya se acercara a su mesa… ansiosos por saber que había pasado en todo ese tiempo, ansiosos por saber de la chica Malfoy…

 

El rubio avanzo despacio, altivo como solo el sabia serlo, y que nadie pudo descifrar la expresión de su rostro, las chicas que trataban de enamorarlo, lo vieron y descubrieron que algo había cambiado en su rubio, pero no lograban descifrar que era, al igual que sus amigos, que lo miraban de manera ansiosa, pero había alguien de otra casa y que era especial, que se dejo caer nuevamente en la banca y que no sabia que estaba aguantando la respiración, que lo observaba y lo vio desde los pies a la cabeza.

 

Lo vio con sus zapatos bien lustrados, sus pantalones en color negro y de un corte mas que perfecto,  llevaba una camisa blanca con su inigualable corbata verde, y su túnica…era de su uniforme de su casa, pero a Harry nunca antes se le había hecho un uniforme tan perfecto en un cuerpo más que bello, por esa ves adoro un uniforme que no era de su casa.

 

Intento moverse pero no pudo, sus piernas no le respondieron y se quedo paralizado en su lugar, solo atinaba a ver ese precioso rostro, vio su cabello, ahora estaba como lo había traído siempre antes de todo ese embrollo, lo atraía amarrado con un listón negro que le daba un aire aristocrático, muy parecido a su padre, pero lo mejor, lo mejor esa era media sonrisa que adornaba su rostro, o ¿era ese brillo que iluminaba ese hermoso par de ojos grises que parecían hechos de mercurio?  No sabia que era, lo único que sabia era que ese rubio, era todo para él.

 

El rubio se acerco despacio hasta su mesa, y mientras todos esperaban que le echara la bronca  por cualquier cosa, se quedaron estupefactos cuando, ya estando frente a Harry, el joven Malfoy levanto una mano y acaricio suavemente una mejilla del ojiverde, ahí fue cuando Harry al fin dejo escapar todo ese aire que había estado reteniendo, cubrió con su mano la mano del rubio sobre su mejilla y pudo dar un paso.

 

Mientras todos veían ese movimiento más que asombrados, Hermione, Ron y Zabini dejaban asomar una sonrisa enorme en sus rostros.

 

Malfoy se soltó de  la mano de Harry haciéndolo estremecer, y le dijo con voz queda…

 

-      ¿Podemos salir un momento?  -  lo soltó y camino rumbo a la salida, sin voltear, sabiendo que el moreno lo seguiría sin pensarlo mucho.

 

Apenas salieron del comedor, todos se voltearon a ver entre si, ¿Qué demonios había sucedido, no se supone que eran enemigos? Entonces…  -  ¿Qué fue eso? -  Dijo una de las chicas a las que Draco había conquistado en un momento del pasado, otras solo dejaron escapar algunos suspiros viendo que una oportunidad con el príncipe de hielo se les había escapado y que por lo visto…no era tan de hielo.

 

Otras solo dejaron escapar algunos sollozos al ver,  que la oportunidad de ser alguien muy importante en la sociedad se les acababa de morir con esa caricia al moreno.

 

Y sus amigos, Crabbe y Goyle, estaban estupefactos, al igual que Nott que no daba crédito a lo que acababa de ver, se tallaba los ojos sin poder creer aún, que era eso que habían visto sus ojitos… ¿Malfoy…acariciando a Potter?  ¡Oh por Salazar!!!  Mientras Zabini sonreía de oreja a oreja, les sonrió y les dijo que tenia que platicarles de una gran aventura y de como es que una chica se había ido definitivamente de su vida, para poder hacer que un chico fantástico regresara con bien a su casa…

 

Y no se diga del lado de Harry, también pasaba lo mismo, las chicas suspiraban, otras lloraban pues acababan de perder al jefe de la manada, mientras sus amigos sonriendo, se disponían a terminar de desayunar para poder asistir a clases.

 

Aun así Hermione le dio un coscorrón a su novio al reclamarle algo que Berenice le  había mencionado…

 

-      Auch...  Hermione  -  dijo el pelirrojo doliéndose del golpe en la cabeza con los nudillos de la chica, que lo veía con la ceja levantada  -  ¿y ahora que hice?

 

-      ¿Y todavía preguntas?  -  reclamo ella  -  ¿porque no podías quitarle la vista de encima a Berenice…? que si hubieran tardado un poco más, no se que hubiera pasado.

 

-      No hubiera pasado nada Hermi  -  dijo sobándose  -  es muy cierto, estaba muy bue…bella  -  le acaricio una mano  -  pero ninguna se compara contigo,  mi amor…

 

-      Coscolino  -  dijo pero ya con una sonrisa en su rostro.

 

Afuera Draco había llevado a Harry a uno de los pasillos desiertos a esa hora, se detuvo y se recargo en una pared con las manos en los bolsillos, se agacho un momento esperando que Harry se detuviera a su lado.

 

El moreno se detuvo de frente al rubio y con timidez tomo una de las manos de Malfoy sacándosela del bolsillo del pantalón, quien al ver tal acción levanto el rostro y sonriendo con timidez se acerco y levantando la otra mano, le acaricio una mejilla mientras le daba un casto beso en los labios, sonrió y después de dejar escapar un suspiro dijo…

 

-      Lo siento, no sabia como  reaccionar  -  dijo sobre su boca  -  por un momento pensé en seguir hasta mi mesa y actuar como si no te conociera, pero...

 

-      Draco  -  dijo Harry emocionado  -  que bueno que no hiciste eso, pero estoy tan feliz de que todo haya salido bien, y dime -  dijo sonriendo pero sin despegar los ojos de la boca del rubio  -  ¿Cómo te sientes?  Estuve a punto de ir a la puerta de tu casa y golpear con fuerza hasta que me dijeran que estabas bien  -  cerro los ojos y continuo  -  necesitaba verte, olerte, besarte…

 

-      Harry no hagas eso…  -  ronroneo, se acerco y lo beso con timidez  -  bueno, necesitaba reponerme, la maldición estaba muy avanzada, así que  estuve en reposo casi toda la semana, y mis padres y mi padrino no me dejaron levantar de la cama para nada  -  suspiro, lo miro muy serio y dijo con algo de miedo   -  Harry…ya soy Draco… el Draco que tu conoces, quiero saber si… ¿aun así quieres estar conmigo?

 

-      ¿Qué si quiero?  -  suspiro tomando sus manos y alejándose un poco del rubio -  ¿Draco sabes desde cuando te amo?  -  miro el asombro en los ojos grises  y sonrió  -  yo…   -  suspiro   -  Draco, yo soy bisexual, y esa estúpida competencia por las chicas, solo fue porque yo necesitaba que tu me miraras de alguna forma…

 

-      Oh…bisexual… yo…bueno, a mi solo me gustaban las chicas  -  se sonrojo y vio con ansiedad como se relamía los labios el moreno   -   yo lo siento Harry, yo soy o era  heterosexual… oh… espera  -  dijo desconcertado  -  ¿tu te enamoraste de Berenice…  o que…? No entiendo…

 

-      ¿Eh…? -  sintió que un abismo se abría a sus pies y lo arrastraba al fondo  -  yo… bueno, yo si me enamore de Berenice, pero yo ya estaba enamorado desde hace mucho tiempo de ti y…

 

-      ¿Y fuiste capaz de engañarme con mi propio yo femenino?  -  dijo Draco mas que asombrado, estaba realmente desconcertado  -  Potter eres un maldito  -  soltando las manos del ojiverde.

 

-      No…no, yo…bueno…  - dijo defendiéndose  y dando un paso hacia atrás  -  tu eras heterosexual y nunca me ibas a hacer caso…y yo…bueno, yo debía tenerte, si no a ti, bueno…Draco,  Berenice era idéntica a ti…

 

-      ¡Claro que era idéntica a mí!  No…espera…estoy malditamente confundido  -  ok – suspiro con fuerzas y trato de explicarse  -  lo siento, si, yo era heterosexual y por eso es que no te tomaba en cuenta -  se acerco de nueva cuenta al moreno y volvió a tomar  las manos de Potter  -  pero yo…Potter, te das cuenta? usaste a Berenice…!  -  dijo en forma de reclamo  -  ¡Harry me sustituiste!  en serio no lo puedo creer -  suspiro viendo solo esos labios, levanto la mirada y se perdió en esos hermosos ojos verdes,  suspiro y dijo al moreno  - Harry…no puedo creer que yo te voy a decir esto…  -  respiro con fuerza y continuo  - Harry, yo aprendí a amarte, yo…y de esto estoy muy seguro, es que me enamore de ti por completo -  y viendo con deleite la cara de susto que tenia el moreno, se pego con fuerza al cuerpo del moreno y le dio la vuelta, dejándolo ahora a él recargado a la pared,  y ansioso lo aprisiono con su cuerpo, pegándose a él de manera tal, que sus cuerpos encajaban a la perfección como uno solo, acerco su rostro al de Harry - Harry yo…yo  no se ahora que soy, pero lo que si sé,  es que te amo, y te amo como Draco Malfoy, y te amo tanto como te ame como Berenice, ella estaba dispuesta a dar todo por ti  - y levantando sus brazos los coloco alrededor del cuello, y lo abrazo con fuerza mientras le ofrecía sus labios - Harry bésame, bésame mucho, mucho y hazme sentir que como hombres tenemos mucho que ofrecernos…ambos, sabes que esto es muy nuevo para mi  -  Harry levanto sus manos y rodeo la cintura del rubio, lo acerco a el lo mas que pudo, enterrando su nariz en su cuello, y aspiro su olor con fuerzas, sonrió y dijo…

 

-      Claro que si  - se despego un poco y lo miro como cachorrito asustado y dijo  -  ¿Draco me perdonas?  Por favor dime que me perdonas  -  y se besaron con hambre, con ímpetu, hasta que el rubio se separo un poco recuperando el aliento, y le dijo.

 

-       Sabes…hoy  guarde en un frasquito mis recuerdos como Berenice, y debo reconocer Harry, que me hiciste sentir como nadie, pero yo…ahora no estoy preparado para pasar a algo mas… intimo, ¿si me explico? Necesito tiempo…no se cuanto, tratare de  adaptarme  a esta nueva situación, para mi es difícil, se…definitivamente se que no soy gay -  suspiro algo desesperado  -  por Salazar…Harry…yo… ¿me ayudaras, Harry me ayudaras a comprender todo esto?  

 

-      Claro que si, y también  se que aun no estas preparado para algo mas intimo, yo se que te queda mucho por entender de una relación así, se que debe ser confuso para ti, y créeme que lo entiendo y si necesitas tiempo, no hay problema…yo sabré esperar y juntos aprenderemos.

 

-      Gracias Harry  -  apretó el abrazo y lo beso de nueva cuenta  -  te amo y daré lo mejor de mi en esta relación…

 

-      ¿entonces…ya somos novios?  - dijo Harry con una sonrisa y muy feliz.

 

-      Pues si,  Harry  -  dijo el rubio ansioso por besar de nueva cuenta esos labios  -  somos novios ahora… - suspiro - ¿me besas de nuevo?  - sonrió  travieso,  recordándole a Harry a la rubia Berenice  -  ¿por favor…?  -  eso solo hizo sonreír mas al moreno, que dijo.

 

-      Claro que si,  ahora y siempre que lo desees…  -  despacio se acerco a esos labios y antes de tomarlos  con delicadeza y firmeza a la vez, dijo   -  te amo mi Rapunzel.

 

-      Jojojo disculpe usted príncipe encantador  -  se burlo  - pero ya no soy una princesa, pero también te amo Harry…  -  suspiro   -  yo también te amo  -  sonrió y dijo - ¡por Salazar!  Harry solo quiero estar pegado a tus labios  -  y pego de nueva cuenta sus labios a los del moreno ojiverde

 

 

No se dieron cuenta de que alguien los vigilaba, sonrió ampliamente y se dio la vuelta al darse cuenta de que ya no hacia falta que los vigilara, tenia ya su respuesta, les daría la buena nueva.  

 

Llego a la mansión que pertenecía al matrimonio Malfoy, donde lo esperaban con ansias, apenas lo vieron entrar y lo asaltaron a preguntas.

 

-      Severus  ¿Cómo esta mi hijo?  -  dijo Narcissa.

 

-      Vamos Severus, habla  -  dijo el rubio  muy ansioso  -  ¿Cómo esta mi hijo?

 

-      Esta muy bien,  inmediatamente fue por lo que era suyo  -  sonrió satisfecho. 

 

-      Así debe ser, es todo un Malfoy  -   dijo muy ufano el rubio patriarca.  

 

-      Si…  -  sonrió  -  y al parecer no lo soltara por nada del mundo  -  suspiro y tomo la copa que le ofrecía la rubia, se volteo al rubio y pregunto  -  ¿y entonces Lucius…ya hiciste lo que te pidió tu hija?

 

-      Claro que si, saque a Aidan de la cárcel y lo recluí en una institución mental  -  suspiro  -  tal y como lo quería mi hija, es una pena, le costara mucho trabajo al pobre chico rehabilitarse, pero dijeron los médicos que si tiene remedio  - suspiro  - también fui a Azkaban a ratificar la acusación en contra de Phillipe y a recomendar que le den un trato muy especial…  - vio a su amigo y le sonrió  - ya sabes… lo mejor para mis amigos  -  dijo dirigiéndose a la copa de vino entre los dedos del pocionista  -  y también lo mejor para mis enemigos…

 

No quiso preguntar más el profesor, pues sabía bien a que se refería su amigo, pero aun había ahí dos cabos sueltos… no queria, pero aun así, lo hizo.

 

-      ¿Y las chicas, Lucius?  -  pregunto tomando un trago de su copa.

 

-      Ah no, en primera de esas dos, ni me hables, ni aunque me lo pidiera mi hijo, esas dos deben aprender a respetar…

 

-      Ok.   -  no dijo mas respecto al asunto  -  ¿y que piensas de Potter? 

 

-      De Potter… -  suspiro y sonrió resignado  -  de el no dudo ni un instante de que ama en verdad a mi hijo, tengo las pruebas fehacientes de que así es…    

 

La rubia solo los observaba con una sonrisa en su rostro mientras pensaba que toda la familia en pleno había salido ganadora, pero que efectivamente ahí el ganador indiscutible era su hijo, gano el amor de un joven que verdaderamente valía la pena, y lo amaba  solo por ser el, solo por sus sentimientos, no por llevar el apellido Malfoy, ya que la sola mención de tal apellido implicaba muchas cosas…y ellos porque sabían que su hijo era amado.

 

 

Mientras en el colegio, un par de chicos, se habían saltado las clases de la mañana y se habían dedicado a pasear por los alrededores del castillo tomados de la mano, y disfrutando mutuamente de su compañía, se adentraron un poco en el bosque, sentándose en un claro, Harry recargado en un árbol, mientras Draco se acostaba y descansaba su cabeza en el regazo de Harry, quien  le acariciaba distraídamente la cabeza, y que además ya le había hecho entrega del ultimo presente, quien al destaparlo descubrió unos chocolates para Tobías y unos para él mas una sudadera acorde a su tamaño, le sonrió y le dio un beso nuevamente.

 

-      Gracias,  Harry…  -  dijo despacio sobre la boca del moreno, que estaba totalmente doblado, agachado sobre Draco.

 

-      Dime  Draco    -  suspiro a punto de besar al rubio.

 

-      Sabes que tus labios, tus besos…y tu boca es adictiva  -  el moreno sonrió y solo dijo…

 

-       Te amo Draco Malfoy…  -  sonrió travieso y dijo mientras comenzaba a acariciarle la piel del estomago al rubio  -  te amo mi Rapunzel.

 

-      Y yo a usted, Sr. Harry Potter…rompedor de maldiciones  -  dijo en broma antes de asaltar nuevamente esa boca.

 

-      No soy rompedor de maldiciones  -  aclaro el moreno  -  aún… -  y le dio un beso.

 

-      Disculpe usted mi príncipe encantador  -  se burlo el rubio  -  espero que no lo sea, si las va a romper a besos…

 

-      Mire usted mi bella durmiente…  - le respondió el moreno, pero el rubio lo interrumpió.

 

-      Ah no…en todo caso seria bello durmiente…y si, así espero que si me despiertes,  a besos…

 

-      Eres un goloso…   -  y lo beso muy suavemente.

 

-      No, soy adicto a ti, a tus besos…  -  y volvió a besarlo esta vez con más ímpetu.

 

 

 

 

FIN

Notas finales:

Lo siento si esperaban lemon, no se me hizo adecuado, y me queda agradecer a Vania, a pita chan, a Fanny, Raven Black, swit girl, andy kw, MIXHII mi vida, tamy, Anairafuji, lovecarmin, gemma, Ari-chan, Drarrygirl, TsukiBlueSky, PAUPAU, Y más, que siento no poder mencionar, pero que amo porque se tomaron la molestia de comentar, graciaaaaas. CUIDENSE Y BYEEEEE.

 

 

 

 

 

 


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